- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Segundo Mensaje
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Como un océano de Luz Cósmica, Yo llego al mundo para sumergir a las almas en la gran Esencia de Dios para que, en esa Esencia Infinita y Eterna, las almas reencuentren el camino hacia su origen, hacia la primera Ley y hacia el primer Propósito que los creó en este sagrado universo inmaterial.
En la unión con esa Esencia Eterna de Dios, las almas encarnadas en este mundo encuentran el camino de retorno a la Casa del Padre. A través de la puerta segura de Mi Corazón, reencuentran los Principios que emergieron y surgieron en el Origen para la manifestación y la expresión de cada esencia divina.
Por este motivo, los coloco dentro de este universo de Luz, que fue lo primero que surgió y manifestó a la Ley de la Creación, antes de que todo existiera en el sagrado universo mental. Y, en este universo material, esta Luz del Origen Divino fue la que se manifestó antes que los Padres Creadores, llamados ángeles y arcángeles.
Y hoy, la humanidad, por una emergencia y una gran necesidad, está en contacto con este patrón desconocido que es un Atributo de Dios. En verdad, fue Su primer Pensamiento, antes que se manifestara Su Proyecto en las dimensiones y en los planos de consciencia.
Es en esa Luz que ustedes conseguirán ser nada. Se sumergirán en el vacío para ser completados por las Sagradas Matrices del Todo.
Sé que hoy les hablo a través de símbolos y analogías, pero abran su corazón para que esta Ley, que hoy desciende por primera vez al planeta, toque lo más supremo de sus espíritus, para que sus espíritus puedan ser colmados por esta Luz Superior que transforma lentamente todas las formas y principios, convirtiéndolos según la Voluntad de Dios.
Es así que se consigue corregir este Proyecto Humano, a través de una representación mínima de la humanidad que le dice sí al Llamado del Maestro.
Pero hoy, no es solo Jesús, el Cristo, que está aquí con ustedes, sino Quien les habla es Su Faz de la Ascensión, aquella Faz que pudo tocar las Esferas Mayores, que fue recibida por los grandes Maestros y Jerarquías para comenzar a vivir el Gobierno Espiritual.
Porque Mi Gobierno Espiritual comienza primero a concretarse y a realizarse en el corazón de los seres anónimos, de todos los que son abnegados Conmigo y que no le temen a la rectitud de Mis Leyes, porque lo que Yo les prometo para la próxima vida es algo muy grande. Nada se asemeja a lo que viven aquí en la Tierra, en este mundo de aflicciones y de tristezas.
Yo, siendo el Hijo de Dios y la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, encarné entre los hombres y mujeres de la Tierra para anunciar la Buena Nueva y después cargar con la Cruz de los pecados del mundo, padecer, sufrir y morir por ustedes, y luego resucitar al tercer día en Gloria.
Ustedes deben vivir la misma escuela, pero una escuela de morir primero a ustedes mismos, a todo aquello que creen y que saben, a las convicciones personales e individualistas.
Para alcanzar en la próxima vida el Reino de los Cielos, no solo deben desapegarse, sino también despojarse de ustedes mismos. Al Paraíso no se llevan las cargas de este mundo, porque sus espíritus aprenden, en esta escuela de la redención, a volar muy alto como las aves para poder fundirse en Luz con la Esencia Divina del Padre.
Esta Luz, que hoy les traigo de la Esencia Creadora, fue la misma que inspiró a los doce principales arcángeles para poder diseñar el Plan en este universo material. Plan que primero tuvo que ser impregnado por las formas mentales y ultraterrestres para que siguiera el principio del bien y de la unidad, algo que hoy no se vive en el mundo ni se ve esa unidad y ese bien en todos los lugares de la Tierra.
Por eso, compañeros, para que esta Luz Divina de la Esencia de Dios impregne las partículas más corruptas de sus seres y de los seres de la Tierra, y lo corrupto se transforme en incorrupto, primero ustedes deben dar el paso hacia la entrega total, de alcanzar el vacío de sí mismos y de vivir los diferentes grados de la renuncia, que no se trata de sacrificios ni de padecimientos, sino de un despojamiento gradual que los liberará de las formas concretas y corruptas, que conocen como amarras y prisiones espirituales.
Hoy, les presento este Mensaje aparentemente abstracto para que sus mentes y consciencias salgan de la forma normal e ingresen a la gran geometría de lo inmaterial y desconocido, de donde todo surge y se manifiesta eternamente.
Todo esto y mucho más, a través de la Esencia Divina de Dios, fue lo que su Maestro y Señor encontró cuando ascendió a los Cielos.
Y a través del sagrado ministerio de la Eucaristía, de la institución del Cuerpo y de la Sangre de Cristo para las almas, esas primeras Matrices descendieron para que después de dos mil años de ejercicios espirituales y sacerdotales, las almas y los corazones en el final de estos tiempos pudieran tener la Gracia de que en este día y por primera vez recibieran este impulso espiritual que trae Mi Faz Ascensional, para que todo tenga la oportunidad de la redención, para que siempre sepan y recuerden que hay una salida más allá del aprendizaje o de la escuela, más allá de lo que signifique o de lo que represente para ustedes.
Este es el océano de la Luz Divina de Dios que hoy invade y bendice a la órbita de la Tierra, para que todos los seres de la Tierra, toda esta humanidad, reciban la Gracia de la redención que tal vez no merecen; porque todo esto es por un motivo: por Amor.
Como esta Ley que hoy actúa a través de Mis Palabras es desconocida por ustedes, es hasta aquí adonde hoy puedo llegar, porque todo tiene su tiempo y su momento para Dios. Aunque las escuelas de ustedes sean tan diferentes, la Luz de la Esencia Divina de Dios no es selectiva, ella bendice a todas las criaturas sin excepción.
Por último, quiero decirles, para que después lo mediten, que fue esta Luz de la Esencia Divina de Dios que concedió Mi Resurrección y que Me transformó en un Ser Inmortal.
Todos los que en el tiempo pasado participaron del reaparecimiento de Cristo, después de Su Muerte y de Su Resurrección, tuvieron la Gracia de estar delante de esa Luz. Por eso, les declaro y les explico que le dije a María Magdalena que no Me tocara cuando Me vio y Me reconoció, porque todavía no había subido a la Casa del Padre.
Antes de manifestar la Creación, Dios primero pensó en Su Luz, impregnada preciosamente de Su Amor y Su Unidad para que las almas, y sobre todo las esencias, aprendieran a beber espiritualmente de Su Fuente todas las veces que fuera necesario; así como hoy ustedes están ante esta Luz que viene a traer entendimiento y sabiduría a un mundo herido.
Porque cuando Yo retorne, las bases espirituales principales del Proyecto de Dios deberán estar preestablecidas en las almas, en todos los que, a través de los tiempos, más allá de la religión o del credo, han recibido Mi Amor Crístico desde oriente hasta occidente.
Quiero agradecerles por sostener solemnemente este momento; porque Dios no es solo grandioso y poderoso, Dios es simple, es cercano, es Padre y Amigo, es un Hombro en donde uno siempre se puede recostar y son Manos de las que uno siempre se puede tomar para sentir Su Amor y Su Fortaleza.
Y ahora, celebremos la Santa Eucaristía para que las almas vuelvan a tomar contacto con esa Luz Creadora.
Recuerden su origen y principio, camino del vacío, pero camino del Todo, en donde se puede vivir la unidad basada en el Amor y en la Verdad.
Les agradezco.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí el planeta a Mis Pies, siendo irradiado por los Rayos de Mi Corazón Misericordioso.
He aquí las almas en este planeta azul, en la escuela de la redención y del perdón.
Yo Soy parte de este sagrado planeta, Soy parte de la humanidad porque nací entre ustedes, viví entre ustedes, prediqué para ustedes y sufrí por ustedes, por una sola causa, por causa del Amor de Dios.
Por eso, quiero que, en esta nueva Maratón de la Divina Misericordia, contemplen ante ustedes al planeta y todo su sufrimiento; para que los Rayos de Mi Insondable y Divina Misericordia, que brotan de Mi Corazón, puedan abrazar aún más al mundo y a las almas, especialmente a las condenadas al fuego del infierno.
Por eso, hoy les hablo y Me presento a todos Mis compañeros, a todos Mis discípulos y discípulas, desde el Sagrado Montserrat, desde donde hace eco la Voz de Dios, a través de los planos internos de los que tienen el corazón abierto para poder escuchar y reconocer la Presencia del Señor.
Hoy, estoy una vez más aquí con ustedes, por todo el planeta, por sus océanos y Reinos, por sus florestas, sierras y montañas, por toda la vida y por toda la Creación, gravemente ultrajada en este tiempo por la mano del hombre, por la inconsciencia de los que ambicionan el poder.
Pero, He aquí Mi Corazón Insondable que no deja de derramar Sus Gracias sobre el mundo y sobre todo el universo.
He aquí el Corazón silencioso de Cristo, que padece los martirios y los pecados de la humanidad. El Corazón de Cristo que se ofrece una vez más por las almas; el Corazón que se abre como una gran puerta para que todos la puedan cruzar, sin excepción.
Mis Rayos, los Rayos de Mi Corazón, necesitan llegar aún más al planeta, a toda la esfera terrestre. Graves son los errores que se cometen en este tiempo y ustedes ya lo saben. Pero aún el cambio de la consciencia no está sucediendo; no en la mayoría, sino en una minoría.
Es necesario seguir orando de verdad y comprometerse con la fuerza y el poder de la oración, porque mientras esto no suceda, mayores serán los ultrajes del mundo, mayor será el peso de la Ley y sus consecuencias.
Es momento de que puedan ser irradiados por la Luz de Mi Corazón, como muchas veces lo hice por Amor y Misericordia.
No permitan que las puertas de Mi Gracia se cierren. Abran esas puertas de par en par a través de su consagración y de su servicio no solo al Reino Humano, sino también a todos los Reinos de la Naturaleza, para que el dolor de los más inofensivos Reinos de este mundo sea aplacado y aliviado, aunque sea un acto pequeño o anónimo. Esto ya aliviará mucho el sufrimiento del mundo y de los Reinos.
Para que nazca una Nueva Humanidad, para que surja un nuevo planeta, es necesario que invoquen, a través de la oración, la Ley de la Cura; porque muchas heridas aún deben ser sanadas, muchos acontecimientos dolorosos deben ser disueltos para que triunfe el Amor de Dios en todas Sus Criaturas.
En esta Maratón y antes del importante mes de agosto, en el que la Jerarquía Espiritual tomará nuevas decisiones sobre este Proyecto Humano, vean aquí a Mi Corazón Misericordioso, derramando la Sangre y el Agua, a través de Sus Rayos, sobre este planeta herido y ultrajado.
Que se levanten de los abismos.
Que se levante de los abismos el pueblo de Israel, caminante incesante del desierto en la búsqueda de la Tierra Prometida, que ya no es una promesa, sino una realidad.
Esta es la Tierra, este es el planeta prometido por Dios a Sus Hijos y Criaturas. Den valor, reverencien y respeten sus riquezas naturales y espirituales; porque muchos son los tesoros que se guardan en los mundos internos, son las llaves de la redención para toda la humanidad, son los nuevos atributos que emergerán de los Reinos Internos hacia la superficie, a fin de reconstruir, en Mi Retorno, todo este planeta.
Que venga a Mí el antiguo pueblo de Israel y que camine en confianza, sin perder la esperanza ni la fe. Aunque vean en este mundo cosas increíbles o hasta inexplicables, no se detengan.
Que la luz de la oración guíe sus pasos y que este sendero, que les manifiesta la luz de la oración, los lleve a encontrar el Propósito en lo más profundo de su ser. Allí, estarán en comunión Conmigo y con el Padre, porque en lo más profundo está el Templo de Dios, Su Casa, en las esencias de Sus Hijos de toda la vida.
Que nadie más tenga la intención de abortar la vida.
Que nadie más tenga la intención de levantar un arma para herir y lastimar.
Que ya no se escuchen las bombas y las armas entre hermanos de un mismo pueblo y una misma raza, porque vendré a detener todas estas cosas, así como lo hice en el tiempo pasado.
Pero Mis señales no serán simbólicas, sino contundentes. Marcaré en el suelo una línea entre el pasado y el futuro, entre el viejo tiempo y el Nuevo Tiempo, y todo comenzará de cero. Por eso, sigan caminando a través de Mi Luz en este tiempo crucial de desafíos y de nuevas experiencias.
Aunque Mi tiempo con ustedes ya está terminando, que Mis Palabras resuenen por siempre, para que puedan reconocer la Voz del Retorno del Señor que será escuchada en todo el universo, así como la tormenta es escuchada en el cielo.
Así, los preparo para el último y gran tiempo. Y, a través de la Presencia de Mi Padre, los renuevo, y les vuelvo a dar y a entregar Mi Paz.
Que esta Maratón no sea vivida bajo un sentimiento de obligación, sino de responsabilidad espiritual, de quien está despierto y consciente de que estamos en la última hora y en el último tiempo, y de que una cuenta de la oración podría detener una guerra y la destrucción de pueblos enteros, de vidas enteras.
Que todos los que se consagraron a Mí sean responsables. Han de representarme en el fin de estos tiempos, así como Mis apóstoles del pasado Me representaron cuando Yo ya no estuve más físicamente con ellos.
El Espíritu de Dios no faltará, vendrá como en Pentecostés, como una flameante llama sobre sus cabezas para darles el Discernimiento y la Sabiduría de Dios, para que ayuden a otras almas y se donen por ellas.
Así el gran cambio será una realidad y no una promesa. Así todo será transfigurado, como el Señor fue transfigurado en el Monte Tabor.
Sean valientes y persistan. Mi Corazón está cerca de los consecuentes.
Les agradezco por escucharme y por reconocer al Señor en lo más íntimo del corazón, en donde existe la vida divina para todas las almas.
Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que la luz del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo estén en este lugar y en los lugares del mundo que más la necesitan. Amén.
Después que han acogido Mi llamado, ahora sí podré volver a Egipto, luego de haber pasado por allí como niño; pero ahora volverá el Rey, a liberar al pueblo de su esclavitud, a traer a ese lugar y a Medio Oriente, la Paz.
Y aunque aún los acontecimientos se desencadenen en el mundo y en esta humanidad, llevaré Conmigo a las almas que más necesitan y retornaré a los corazones que más Me buscan, no importando su creencia o religión, porque lo que permite la vida en este mundo es el amor; es el amor que los mantiene vivos, es el amor que les permite respirar y soñar con un tiempo mejor, con esperanza.
El cautiverio terminará algún día, no solo en Egipto, sino también en el mundo. Por eso debo retornar a los lugares en donde una vez ya estuve, siendo niño, joven o adulto, en Oriente, o en el lejano Oriente.
Los valores de la espiritualidad se deben recuperar para que el mundo no pierda la paz. Por eso estoy volviendo a esos lugares, como sacrificio y también como Gracia, para llevar a los corazones el reencuentro con Dios desde los planos internos y para que estos se espejen en la superficie, en la sociedad. Eso hará todo más justo y equilibrado, eso aplacará el sufrimiento y las agonías, porque es a través de los méritos que su Maestro y Señor alcanzó en la Pasión, que estas Gracias son posibles en este mundo y en su humanidad.
No puedo dejar de decir que a veces Mi Corazón está triste por los que no entienden, pero el gozo de los que Me viven y de los que creen en Mi y Me dan su confianza Me alegra, como lo han hecho ustedes ayer y hoy, de forma simple.
El Reino de Dios es el mayor tesoro de la simplicidad para este mundo y para las almas. Si son simples siempre vivirán el Reino de Dios y Él siempre estará próximo de sus vidas y sobre todo, estará en sus corazones.
Quiero que este gozo y júbilo que viven Conmigo de tiempo en tiempo llegue al mundo entero y no solo a Sudamérica. Ahora llegó el momento de vivir el apostolado y de hacerlo parte de ustedes en cada etapa de la vida.
Así Mi Misericordia llegará a los que más sufren, como también a los Reinos de la Naturaleza, que en esas partes del mundo también viven su sufrimiento silencioso, porque no pueden hablar como los hombres de la Tierra.
Sé que a su alrededor también existe el sufrimiento, a veces en sus familias, en sus ciudades, en sus trabajos, en sus seres más queridos. Pero Yo les pido, por misericordia, que den un paso más hacia Mí y llevemos este tesoro del amor a los lugares que más necesitan y que durante miles de años no han recibido nada, ni del Universo, ni de los Cielos.
Vengo a recuperar a través de Egipto los valores de las últimas humanidades, porque la evolución continúa y el despertar también.
Llegó el momento, compañeros, de que recuperen lo que una vez vivieron Conmigo en Tierra Santa y más allá de ella. Esto no es una teoría ni tampoco es una ilusión. Es hora de vivir el Plan de forma verídica. Es hora de hacer el Plan vivo en más corazones del mundo, que Me están buscando y no Me encuentran porque no saben la salida.
Ustedes sí encontraron la salida, pero el mundo aún no la ha encontrado. Por eso debo volver y retornar al centro, desde donde todo se crea, como conflicto, guerra y persecución.
Porque esta vez no solo la Señora de la Luz pisará con Sus pies a la serpiente, sino también su Maestro y Señor pisará con Sus Pies a sus aliados y los derrotará, para que se arrepientan algún día. Y ya no existirá arma contra arma, religión contra religión, porque a pesar de que el momento más grave no ha pasado todavía, aún el ímpetu y la fuerza de Mi Corazón poderoso podrán transformar todas las cosas cuando tan solo Me digan “sí, Señor, aquí estoy”.
Así Yo tendré el permiso de seguir obrando, tendré el permiso de seguir transformando y unificando a las almas con Dios, para que Su Reino celestial descienda a la Tierra y se cumpla Su Voluntad. Porque al fin de todo, Su Sagrado y Eterno Corazón triunfará.
Los caídos serán perdonados, los asesinos serán redimidos, los perseguidores serán amados y se disolverá el mal, porque el mal no conoce el Amor que viene de la Fuente. El mal es la incomprensión de la consciencia humana por no aceptar la Voluntad de Dios, como fue la Voluntad de Dios traer a Su Hijo a la Tierra para enseñarles la Escuela del Amor y de la Redención.
Vuelvo a reunir en este tiempo a los que estuvieron Conmigo en algún momento, sea en la vida consagrada, o en la vida del espíritu; en la vida del servicio, o en la vida abnegada; en la vida misionera, o en la vida orante.
Que ese compromiso sea revivido por los que despiertan.
Que ese compromiso sea reconfirmado por los que ya despertaron, para que se siga cumpliendo la Voluntad del Creador en estos tiempos críticos.
Mi Corazón abrazará al Medio Oriente y a todos los que se encuentren en ese lugar, no importando su condición o su condenación. Porque en verdad, compañeros, Mi Misericordia es muy grande y aún desconocida. Mi Misericordia es tan grande, que Mi Sangre se dejó verter en la Cruz gota por gota, dolor por dolor y angustia por angustia, para disolver el mal de la humanidad y su condenación eterna.
Es el tiempo de dar a conocer Mi Amor al mundo. Y que los demás pueblos y razas sepan que los amo, como los amo a ustedes.
Que anuncien que estoy volviendo al mundo por segunda vez y que el Reino celestial se reaproximará a la Tierra junto a los ángeles y arcángeles, para poner fin a la perdición de la humanidad y para disolver las tinieblas por la intervención del poderoso Padre San Miguel Arcángel, de San Rafael Arcángel y de San Gabriel Arcángel.
Los anunciadores de la Palabra de Dios retornarán a la Tierra, como fue en el principio del pueblo antiguo del Medio Oriente.
Y a partir de allí se escribirá una nueva historia y se borrará el sufrimiento, trayendo del Cielo los Libros de Dios abiertos, para mostrarle al mundo Su nuevo Propósito en la Nueva Humanidad.
Bienaventurados serán los que vivan las profecías y se regocijen en ellas, porque el Señor, el Todo Poderoso, le mostrará Su Poder a los humildes.
Con esta Luz que traigo extiendo la Paz hacia la Tierra, renovando este ciclo y este momento para todos; dando la chance a los que están confundidos, de poder retornar a Mi camino antes de que el Portal se cierre.
Que se eleven los corazones hacia Mi Iglesia celestial y que en comunión con la vida de cada ser, todo sea renovado.
El Universo de Dios desciende a la Tierra y en este simple lugar, las almas siempre encontrarán a Dios. Aunque Mi Presencia no sea aceptada, Yo siempre aquí estaré para abrazarlos con la Luz de Emmanuel.
Vengo a bendecirlos con la Palabra de Vida. Vengo a ungirlos con el soplo del Espíritu. Vengo a bautizarlos con el Agua que brotó de Mi Costado en la Cruz, como parte de la Fuente de la Divina Misericordia, para que sean santificados por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Hoy no existen fronteras ni separaciones entre las naciones y los pueblos. El amor que Yo pude ver aquí es el que necesito para renovar los tiempos y sobre todo, a la humanidad. Es el amor de los que se congregan dentro de Mi Iglesia celestial para comulgar de la Llama de la Santísima Trinidad, junto a los Ángeles de nuestro Padre-Madre Creador, Emmanuel.
Hoy, los Elohim, llamados seres resplandecientes del Universo mental, los Ángeles de Dios, testimonian con Su puño y letra que Mi misión en Egipto será realizada por la receptividad y la oración de las almas que colaborarán para que eso sea posible y así, Mi gran Espejo de la Misericordia se encienda en Medio Oriente.
Alegren sus corazones porque están siguiendo el camino correcto. No habrá otro lugar que Me represente en la Tierra, sino este. Porque vuelvo a decirles, compañeros, vengo fuera de Mi Iglesia para llamar a los rebaños que más Me necesitan y que Mis representantes no han sido dignos de acogerlos con castidad.
Que el amor de los simples promueva la Paz en la Tierra.
Que el servicio de los humildes restaure a los Reinos de la Naturaleza.
Que la oración de los que se congregan en comunidad y en luz, transforme los tiempos, a fin de que el Cetro del Hijo de Dios descienda a la Tierra para poner fin a la maldad humana.
Y ahora elevaré al Cielo esta ofrenda que han colocado a Mis Pies, porque en verdad todo pertenece a Dios, nuestro Padre, que está en los cielos y hoy escucha con atención la Voz de Su Hijo y de Sus compañeros, a fin de que un grano de Su Reino celestial se siembre en esta humanidad, para que la humanidad sea recreada por medio del amor y del bien entre los hombres.
Que todo sea santificado y que todo sea elevado bajo el Rayo de la Transubstanciación. Y que a los pies del Altar de Dios sea colocada la ofrenda de cada corazón humano, en esta tarde.
En el silencio, compañeros, pueden hacer su ofrenda ante Mi Iglesia celestial. Los escucho en el silencio de la oración.
Padre Celestial, que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti.
Guíanos por el camino del amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén. (x3)
La oferta ha sido aceptada.
Los que hoy serán bautizados serán iluminados, y al ser iluminados, se convertirán.
Los que hoy serán ungidos recibirán la Gracia que tanto esperan, pero por ella deberán orar.
Padre, que Te has hecho pequeño para que el mundo Te comprendiera y así pudieras ingresar en la esencia de Tus hijos a fin de que te vivificaran y exaltaran Tu Nombre, para siempre, a la mesa de estos nuevos apóstoles Míos, hoy Te vuelvo a declarar, mediante esta fórmula sagrada que Tú has dictado al humilde Corazón de Tu Amado Hijo.
Que escuchen los mundos internos lo que hoy declara su Rey y Señor del Universo: Les pido que tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, que fue entregado por los hombres para el perdón y la remisión de los pecados.
Señor Mío y Jesús Mío, que escuchen las almas de la Tierra la Voz de su Maestro y Señor, el Cristo Vivo, que les dice: Tomen y beban todos de Él, porque esta es Mi Sangre, que fue derramada por los hombres para el perdón de los pecados.
Les pido, que por los tiempos que vendrán y los acontecimientos que llegarán, hagan esto en Mi memoria a fin de que la Paz y la Misericordia de Dios estén presentes en el planeta.
Señor Mío y Dios Mío, este es El que ha dado la vida por todos y que ha resucitado para volver al mundo en espíritu y divinidad, a fin de transfigurar la Tierra en una humanidad redimida.
Padre Nuestro...
Y como les dije a Mis apóstoles, Mi Paz les dejo y les doy Mi Paz, porque siempre su Maestro y Señor mirará la fe de los miembros de Su Iglesia celestial a fin de que todo sea reparado y la humanidad sea curada de su enfermedad espiritual.
Que esta Paz sea llevada a Egipto y a los lugares que fueron encomendados por su Maestro y Señor y por Su dulcísima Madre, la Santísima Virgen María, para que Sus Corazones de Servicio y de Humildad, de Amor y de Esperanza, lleguen a todo el mundo. Amén.
Dense ahora la paz.
Que la paz repueble a la Tierra de esperanza y que la esperanza renueve a los corazones que aspiran a alcanzar la Misericordia de Dios.
Con las voces de sus corazones hoy deseo expandir, por medio de una canción, la lluvia de amor en todo el planeta, dando la bendición al mundo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por estar Conmigo en la simplicidad del corazón y de la vida.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más