MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mis queridos hijos:

En estos tiempos difíciles no olviden el uso diario del Escapulario de la Paz y de la Sagrada Medalla de Cristo Glorificado, porque ambos símbolos están impregnados de códigos divinos de la Creación, los que ayudan en la conversión de las almas y en el despertar interior de los corazones.

El Escapulario de la Paz, así como la Sagrada Medalla de Cristo Glorificado, también ayudan a cumplir las promesas divinas que el propio Universo Celestial proclama por medio de Nuestros Sagrados Corazones.

Para que Sus Gracias de Perdón y de Misericordia continúen amorosamente obrando en las almas, en las naciones y hasta en todo el planeta, hoy, en este día extraordinario, su Madre Celeste viene para recordarles la importancia de la colaboración y de la contribución mensual para la concreción de los objetos sagrados, los cuales en este tiempo deberán estar disponibles para los más simples y necesitados hijos que no tienen medios materiales para adquirirlos.

Es la misión de todos los Hijos de María, así como de los grupos consagrados a los Mensajeros Divinos, colaborar en la concreción mensual de los objetos sagrados; en este caso del Escapulario de la Paz, el Orandio de 72 cuentas y la Medalla de Cristo Glorificado.

Para eso y por primera vez, su Madre Celeste solicita a la secretaría de los Hijos de María y de la Casa Nuestra Señora de los Pobres, la elaboración de un simple folleto y de un bono colaborador para ser enviado, mensualmente, a los hogares de Mis más de dos mil hijos consagrados como Hijos de María, para que junto a la Madre de Dios lleven adelante la concreción periódica de los objetos sagrados, especialmente de la Sagrada Medalla de Cristo.

Con ese bono que recibirán mensualmente y después de un momento de oración, ustedes sentirán en lo que podrán contribuir, sabiendo que esos objetos, en el próximo ciclo, no solo deberán estar con cada uno de ustedes para llevarlos como una divina protección, sino que los objetos sagrados del Escapulario de la Paz y de la Medalla de Cristo Glorificado también deberán estar al alcance de otras culturas, naciones y pueblos, como es el caso de Medio Oriente y del Lejano Oriente.

Será una forma de expandir el espíritu de la Campaña por la Paz en el mundo, como también de expresar un espíritu de verdadera fraternidad y de solidaridad por parte de todos los Hijos de María que ya son consagrados.

En verdad, los objetos sagrados que los Sagrados Corazones han ido manifestando a lo largo de los tiempos y de los siglos, son símbolos espirituales de redención y de cura, así como dádivas que interceden por la conversión de los pecadores y por el despertar de las almas del mundo.

En el próximo ciclo será acuñada la Medalla de San José Castísimo; será una copia fiel de la actual faz presentada de San José.

Mi querido y Casto Compañero revelará las promesas de esa sagrada medalla, ya que la misma ayudará en el despertar del espíritu del servicio y en la protección de todas las almas y vidas misioneras.

Quisiera, hijos Míos, que comprendieran el valor y el significado que en sí tienen los objetos sagrados, porque ellos acortan el proceso de la purificación de la consciencia y atraen nuevos códigos de luz y de amor para los que despertaron y para los que irán despertando en los próximos tiempos.

Por primera vez, Su Madre enviará a los ángeles por medio del bono colaborador para que los devotos e Hijos de María, en diversas partes del mundo, ayuden en la concreción de los pedidos de amor de los Sagrados Corazones.

Recuerden, hijos, que, en esencia, cada objeto sagrado lleva consigo un misterio de Dios, un tesoro a ser revelado y conocido.

Desde ahora estaré agradecida para que recuerden todos los días este pedido y todos los meses que reciban el bono colaborador, a fin de que sean precursores en la manifestación del Plan de Dios.

¡Les agradezco por comprenderme!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Aparición de Cristo Jesús durante el Sagrado Llamado, en la Ciudad de Lima, Perú, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Me verán venir como un Sol en la noche, como Aquel que venció a las tinieblas y a la muerte; Aquel que hizo del mundo, un mundo rescatable y una humanidad redimida.

Pero no volveré como la primera vez, como lo fue en el pesebre de Belén. Volveré y retornaré distinto de lo que ustedes conocen y saben.

Si Mi Padre Me ha pedido estar aquí, es que es parte de Su Voluntad y no de la de los hombres. Su amado Hijo no desperdicia las Leyes de Dios, sino que las cumple al pie de la letra, por medio de Sus ejemplos y de Su testimonio.

Por eso, hijos, no dejen invadir sus corazones por los que dicen que Yo no estoy aquí. No les haría perder el tiempo, ni tampoco la hora. Cada momento para Dios es precioso.

De los que niegan de Mi Obra el Padre se encargará, porque así como Él es Amor, también el Padre es Justicia y la Justicia se está aproximando al mundo.

La Justicia de Dios arrebatará a los hombres de la noche a la mañana y nadie podrá escapar de ella, porque así como hoy Yo les doy Mi Misericordia, el Padre les entregará Su Justicia.

Es tiempo de hacer penitencia y de arrepentirse de corazón, para que estén a salvo, independientemente de lo que crean o de lo que vivan por medio de las religiones.

Yo vengo por fuera de la Iglesia para dar un testimonio vivo.

Vengo por los que no conocen la cristiandad, por los que nunca tuvieron la oportunidad de vivirlo ni de profesarlo.

Vengo a derribar el paganismo mundial y moderno, para que sepan que aún existe un solo Dios en Tres Personas y que el Dios de la Fuente y del Amor es para todos y no solamente para los cristianos. Mi Evangelio es para la humanidad. Mi Palabra de Salvación es para todas las razas y todos los pueblos.

¡Ay de aquellos sacerdotes que difaman Mi Nombre y no viven sus votos ante el Creador! Es más poderoso dar a conocer el Nombre de Jesús, que negarlo en aquellos que lo viven de otra forma, porque Mi Amor es misericordioso, piadoso e invencible.

Yo vengo con la voz del último profeta del desierto, como la Voz del Gran Sol de Universo. Vengo, por medio de este camino, a unificar las religiones, porque si no se unifican en este tiempo final, padecerán y no podrán decir al Padre que no lo sabían.

Mi Amor es crístico y redentor, y lo sigue siendo desde el principio, cuando encarné en la Fuente de Dios y vine al mundo para dar testimonio del Amor de Dios a las criaturas.

No quisiera que perdieran el tiempo, compañeros, en los comentarios. Concentren su atención en el mundo interior y no en los juicios y en lo superficial. Ya les dije una vez: por sus frutos los conocerán.

No vengo a trabajar al mundo con seres perfectos, ni seres sublimes. Vengo a escoger lo más difícil en este mundo, para hacer lo más grandioso por medio de Mi Obra Redentora.

Si Yo hubiera aparecido dentro de la Iglesia en este tiempo, Mi Voz hubiera sido anulada y no escuchada. La Voluntad de Dios no es comprendida por los hombres, ni tampoco aceptada. Por eso existe sufrimiento en el mundo, enfermedades, perdición, y aún existen las guerras y los conflictos.

Unifíquense antes de que todo se agrave. No pierdan el tiempo en lo que dicen o en lo que dirán.

Quien usa Mi Nombre para difamar, está perdido y solo Yo lo podré absolver y perdonar.

Para que vean cuán grande es Mi Misericordia, vengo a buscar a los que están más lejos de Dios, a los que están en otros caminos, para que finalmente encuentren el único camino que los lleva al Reino de Mi Padre, directo a Su Corazón.

Vengo a esta tierra y a este lugar para tornarla sagrada algún día, como lo fue en el principio. Por eso la misión recién comienza y su donación será imprescindible para que eso se pueda llevar adelante.

No pueden abandonar su consagración al Inmaculado Corazón de María, porque tampoco Su Energía Divina se desperdicia.

Yo vengo a darles a conocer el amor que pueden vivir en sus corazones y no a través de los hombres que dicen que lo viven o que lo practican. Muchos, a través de los tiempos, no han creído en la Obra de los Sagrados Corazones, pero cuando todo pase y todo termine, la humanidad se dará cuenta de que perdió una gran oportunidad.

Pero ahora Yo seguiré adelante con los que Me quieran seguir. No caminaré al lado de los tibios o de los fríos de corazón. El mundo necesita de auxilio y de mucha misericordia. El mundo necesita encontrar la Luz y salir de la ignorancia permanente.

Por eso camino junto a Mi Madre y a San José entre las naciones del mundo, para dar testimonio de Mi Retorno a la humanidad. Y esto no es una teoría.

Les vuelvo a decir: su Señor nada desperdicia, porque el Universo de Dios es sagrado y bendito. Y algún día, esta parte del Universo debe ser sagrada y bendita.

No permitan que los hombres tibios les coloquen vendas en los ojos para que no puedan ver el camino que Mi Corazón Misericordioso les está indicando en esta nueva etapa de sus vidas.

Consagrarse como un Hijo de María significa un compromiso irrefutable. Mi deseo no es ver hombres y mujeres vestidos de celeste, sino soldados que saben lo que están haciendo y que cumplen lo que dicen por donde van.

Si las almas no despiertan a su misión, ¿cómo la Tierra será curada? Es necesario determinación y valentía para animarse a vivir lo desconocido, lo que nunca han sabido, lo que nadie les contó, porque es algo nuevo dentro de Mi Obra Redentora, es algo para este tiempo, en donde todo se definirá.

Quisiera darles a beber de Mi Cáliz, pero veo que aún hay labios que no se abren para beber de Mi Sangre y comprometerse Conmigo. Pero no se desesperen; Soy paciente, porque todo tiene su tiempo.

Los que se consagran como Hijos de Mi Madre asumen vivir un solo camino y no dos. Les vuelvo a decir: debo extirpar con Mis propias Manos el paganismo moderno de estos tiempos. Las almas no pueden olvidar los Mandamientos y deben vivirlos como fueron presentados. Las almas no pueden perder el sentido de su camino y deben fortalecerse en la oración, porque será la llama que los iluminará en este último tiempo.

Hoy vengo a decirles que estoy volviendo, primero en Espíritu y después en Gloria. Reciban en sus corazones Mi Divino Espíritu, para que puedan sentir que todo es verdad y que no son solo palabras pasajeras o emotivas.

Vengo a despertar en este tiempo al hombre robusto y al viejo hombre, para que sean hombres nuevos, como lo hice con Mis apóstoles en el pasado. Necesito que estén aquí con determinación y fuerza interior para poder acompañar a su Maestro y Señor por nuevos caminos que no los aparten de su fe, ni de su creencia.

Debo propagar al mundo la verdadera cristiandad, la que surgió en las primeras comunidades cristianas, después de Mi Ascensión. Necesito ver sobre este planeta a una nueva y consagrada familia esenia, que viva Mi llamado con humildad y con alegría, sin dudar en nada.

Sé que muchos no creerán que Yo estoy aquí, como lo han profesado. Bienaventurados serán los que vivan el mensaje y lo hagan parte de sí, porque tendrán sabiduría para decidir y escoger.

Vengo a restaurar Mi Iglesia fuera de la Iglesia, llamando a nuevos obreros, para que en total resignación, humildad y entrega sustenten las paredes de Mi Templo en el mundo, aunque hayan estado en otros caminos o viviendo otras experiencias.

Quisiera que pudieran ver detrás de todo esto, el Amor; la invitación que los llamo a vivir en su Señor Jesucristo, sabiendo que el Amor es lo que permite todo, lo que concede todo, más que proclamar la Palabra del Señor, porque la Palabra de Dios se cumple cuando el corazón vive el Amor y no solo emite palabras vacías, como algunos sacerdotes, de los que aún espero por su arrepentimiento. Pero no se inquieten, todo se revelará y por sus frutos los conocerán.

Es más grandioso vivir el Llamado con amor, que con renuncia; es más grandioso vivir el Llamado con gozo, que con indiferencia, porque todo lo que les entrego es definitivo y no se volverá a repetir en ningún otro ciclo.

Por eso beban de Mis impulsos sagrados antes de que ellos terminen, porque la Fuente de Mi Divina Misericordia aún está abierta, pero algún día se cerrará, porque la humanidad deberá aprender por sí misma a arrepentirse de corazón.

Yo Soy ese Sol que ascendió a los Cielos, para retornar algún día a la Tierra y hacer repoblar con Mi Presencia a este planeta con nuevos Cristos, tan semejantes a Mí. Y aunque eso parezca una herejía, es una decisión de Dios. Su Palabra es santa y Su Voluntad es intransferible.

Quien acepta sin comprender será feliz. Quien lo vive sin entenderlo, entrará en el Reino de los Cielos.

Por eso, recen por los que no creen que Yo estoy aquí; desde los Sumos Sacerdotes, hasta los fieles de Mi Iglesia. Recen por el Santo Padre, para que él cumpla lo que Yo necesito, como sucesor de Pedro; para que él tenga la fuerza interior de llevar adelante el cambio que la Iglesia necesita en estos tiempos, desde su epicentro hacia todo el mundo.

Quisiera de Perú una tierra bendita, que siga propagando su fe y su humildad, como hasta los tiempos de hoy, por los tiempos que vendrán.

Quisiera que Me acogieran en sus corazones, en sus familias y en sus hogares, con una devoción más ardiente y encendida; con una fe inquebrantable; con una esperanza fortalecida y una alegría infinita de ayudar a los que sufren en cada parte de este mundo, sabiendo que, si hoy Yo estoy aquí, es por Voluntad de Dios, por determinación de Sus designios y de Sus honores para los que más sufren la desesperación y la enfermedad.

Hasta que las naciones no reconozcan que Mi Espíritu Divino está retornando, no podré retornar en Gloria al mundo. Por eso, como en otros tiempos, con pocos haré las grandes Obras de Dios.

Acepten vivir el despertar y su vida será renovada. Acepten caminar a Mi lado tomándose de Mi Mano y sus vidas se transfigurarán, porque no solamente vengo por los que Me aman, sino por los pecadores y los más imperfectos, por los que sufren y tienen heridas profundas en su consciencia.

Vengo como el Corazón de Luz de Dios, para reparar las heridas de la humanidad, para que al menos tenga una chance de darse cuenta que está perdida y que debe redimirse antes de que todo suceda.

Por eso, en este tiempo trabajaré con los ángeles de las naciones, a pesar de que ellos están muy ofendidos por lo que ven de cada pueblo. Si sus oraciones fueran sinceras y verdaderas, si brotaran de su corazón y de su profunda devoción, ellas ganarán más fuerza interior para evitar más desastres en el mundo.

Los ángeles son parte de sus vidas y sus vidas son parte de los ángeles. Despierten para lo que no pueden ver con sus ojos físicos, pero sí para lo que el alma puede sentir en su interior y es verdadero.

Déjense permear por Mi Fuego renovador y la Tierra será repoblada por una nueva esperanza.

Sean misioneros de Mi Corazón y Yo podré contar con ustedes a cada nuevo paso y en cada nuevo detalle.

Vengo por este pueblo, porque Me reconoce, porque Me quiere vivir y sentir. Abran sus corazones para recibir Mi Divina Misericordia, y todo pasará, porque nunca estarán solos si aceptan Mi llamado. Y si se arrepienten de verdad, todo se transformará.

Sean soles en esta nueva aurora que amanece y que despunta con fuerza y poder, para mostrar al mundo el retorno del Hijo de Dios.

Santificaré especialmente todos los elementos que hoy han traído a Mi altar, para que lleven a sus hogares un pedacito de la Luz de Mi Corazón.

Incienso.

También llevarán a sus hogares, sobre todo sobre sus corazones, una sagrada medalla, que he pedido que acuñasen para mostrar la Gloria de Mi Corazón, en lo que es simple y humilde.


Hoy elevo, Señor, esta sagrada ofrenda para Tu Universo Celestial, a fin de que las almas se purifiquen y encuentren reparación y consuelo en el Corazón de Tu Hijo, a fin de que cada elemento, como cada alma se santifique en Gloria a Tu Nombre y a Tu Divino Poder Creador.

Santifica Señor, todo lo que está aquí y purifícalo, para que alcance la Luz de la Redención. Amén.


Todo es santificado para que todo sea renovado como Dios lo ha pensado.

Hace más de dos mil años, Yo les enseñé a comer de Mi Cuerpo y a beber de Mi Sangre, y espero que hoy lo hagan para la reparación de Mi Sagrado Corazón ante los grandes ultrajes de las naciones, de sus gobernantes y de los pueblos que son ignorantes delante de la Creación; para que las Gracias del Padre, en Su divina expresión, desciendan sobre los que más necesitan de cura y de redención.

Tomé el pan y di gracias a Dios diciendo a los Míos: Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo, que es entregado por ustedes y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Di gracias a Dios por el Sagrado Cáliz; y Él lo bendijo a través de Su Hijo.

Y les dije a Mis apóstoles: Tomen y beban todos de Él, porque esta es Mi Sangre, la Sangre de la Nueva Alianza, que surgirá en el fin de los tiempos para la redención de los pecadores y la consagración de los que no se han redimido al Señor.

Y con la oración que les enseñé, el pan y el vino se transustancien y se conviertan en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo.

Padre Nuestro.

Hasta que todo el mundo no coma ni beba de Mi Sangre, no habrá paz eterna en la Tierra. Por eso, Yo voy al encuentro de todos; no solo del que ya cree en Mí, sino también de los que no creen en Mí y están en otros caminos.

Que la Sagrada Luz de Mi Corazón descienda sobre estas medallas, para que lleguen a los que más la necesitan y especialmente a los enfermos, en los hospitales. Amén.

Hoy Me voy de aquí, compañeros, sabiendo que la Obra de Dios se pudo cumplir en este país, con la apertura de sus corazones y vidas al llamado de su Señor y Redentor. Y espero volver aquí para ver a muchos más, reunidos en Mi Nombre y clamando por Mi Misericordia.

Yo los bendigo en el Nombre de Nuestro Padre Creador, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¡Gracias Señor por cuanto nos das! En este encuentro Te honramos Señor.

Aparición de Cristo Jesús durante el Sagrado Llamado, en Bahía Blanca, Argentina, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Dejen que Mi Espíritu los invada completamente, para que puedan comprender lo que hoy necesito.

Dejen que Mi Corazón los colme y los transforme, a fin de que en ustedes se pueda crear un nuevo ser.

Yo vengo a estar sobre Argentina porque lo necesita para este tiempo final y sus corazones también lo necesitan, para que puedan aprender a vivir en Dios y así saber cumplir Su Propósito, que llega en estos tiempos a llamar a todos los corazones, a todas las vidas que se abran para unificarse Conmigo en el Amor y en la Verdad.

Pero hoy, no solo vengo por ustedes, compañeros; también vengo por los que ya Me siguen, por los que están viviendo sus pruebas, por los que están enfrentando su transformación.

Pero sepan que todo está en su lugar, tanto lo que vive el mundo como lo que ahora viven ustedes en este tiempo de transición, en donde las almas y los corazones deben aprender a amar, como nunca antes han amado.

Por eso sean fuertes, sean valientes y den los pasos definitivos hacia Mi Corazón, Yo los ayudaré compañeros.

Yo estoy aquí extendiéndoles Mi Mano para que la tomen fuerte y sepan caminar Conmigo en este tiempo de tinieblas, en este tiempo de desafíos; en el que ni siquiera ustedes saben que es lo que sucederá de aquí a un segundo.

Por eso vivan en la Fe, vivan en el Amor y aspiren todos lo días por la Divina Unidad, para que Mi Padre los pueda recibir con Sus Brazos abiertos; para que Él les pueda entregar sus Gracias y para que en este tiempo se forje en ustedes el nuevo hombre, aquel hombre que está libre de amarras, de cadenas y de prisiones.

Permitan que el Fuego de Mi Corazón los traspase profundamente.

Permitan que Mi Luz los compenetre desde la esencia, hasta el espíritu: que todo sea modificado, que nada se cristalice, que todo se transfigure y que todo se polarice hacia la Luz, para que puedan conocer en el próximo tiempo Mi Reino; aquel Reino que Yo he hablado en tiempos pasados a los apóstoles y a todos los que tuvieron la Gracia de escuchar Mi Voz en el Nombre de Dios.

Vengo para entregarles lo mismo, Vengo para darles Mi Legado.

Necesitan aprender a vivir en la Ley  y a no salir de ella. Si están en la Ley, estarán protegidos y no tendrán que sufrir compañeros.

Acepten este tiempo de transformación como algo único y ya no hagan sufrir a sus hermanos; al contrario, que ellos puedan sentir su amor, su transparencia y su humildad que deben hacer de sus corazones, que debe surgir de sus esencias, para que el viejo hombre muera y surja el verdadero espíritu; aquel espíritu que recibirá los dones de Dios, aquel espíritu que formará parte de la nueva humanidad y de la nueva Tierra.

Mientras tanto, transfórmense, transfórmense mucho, pero de verdad, háganlo por Mí y por sus hermanos.

Demuestren a Dios que están comprendiendo y ya no pierdan tiempo, porque Mi Retorno está próximo y Yo los necesitaré verdaderos; tan verdaderos, tan cristalinos como el agua que surge de las entrañas de la tierra y que les da beber de la vida, que les quita la sed, que los cura y los redime.

Compañeros Míos, sean el bálsamo de Dios; sean curadores del nuevo tiempo por medio de la oración y no de las palabras; sean servidores del ejemplo y de la caridad; que los corazones del mundo puedan sentir las expresiones de su amor, para que todo se vivifique y se redima como Dios, nuestro Padre, que está en los Cielos lo necesita.

Atraviesen, compañeros, el puente sobre los abismos y únanse en lazos de amor y de unidad para que puedan atravesarlo sin miedo y sin dudas.

Porque si su Fe es fuerte, nada les atormentará, y tendrán firmeza y coraje para poder atravesar muchos puentes más; puentes que los esperan mas adelante, en el próximo tiempo, cuando todo termine de definirse.

Hoy vengo aquí por ustedes y por el mundo, con este mensaje para despertar en cada corazón humano la consciencia del Amor; un Amor que los hará libres, un Amor que los quitará y los sacará del cautiverio en el cual puedan estar en este tiempo.

Pero sigan confiando en Mi Divina Misericordia porque así Yo siempre los ayudaré.

Mientras les hablo vengo a liberarlos de las prisiones de aquello que los acongoja, de todo lo que perturba el corazón. El tiempo que se aproxima no será fácil. No puedo prometerles la vida eterna sobre este planeta en  llamas y en tribulación; pero puedo prometerles Mi Reino, mientras estén aquí, sirviéndome incansablemente.

Les pido que crezcan no solo de corazón, sino también en consciencia, sabiendo en este tiempo discernir con sabiduría; para que cada prueba que vivan compañeros, la sepan superar y no se coloquen ustedes mismos en un constante naufragio que no existe, que solo vive en la mente.

Permitan en este tiempo que la Jerarquía espiritual abra las puertas a lo desconocido y los secretos puedan ser develados, porque así sus espíritus se elevarán y no estarán tan inmersos en esta materia que los ata a la perdición y que no les permite dar el paso a la verdadera entrega.

Como a Mis apóstoles, Yo les vengo a pedir lo que es simple, lo que nace del corazón; por eso crean en lo que les digo, porque así se cumplirá.

Ya no se dejen engañar, abran los ojos para poder mirar hacia el infinito y encontrar así su verdadero origen.

Vinieron aquí a este mundo para experimentar el amor y el perdón, la aceptación, la compasión, la entrega y la consideración con el semejante.

Si el mundo no se une en este tiempo, no podrá sobrevivir; así como ustedes hoy se unieron en Mí y Yo me puedo unir a ustedes compañeros.

Hagan vivir este ejemplo a sus hermanos y a sus familias, porque lo necesitarán. En esa hora ya no podrán existir divisiones, conflictos, ni dudas. En la hora más culminante de la Tierra, deberá prevalecer la Sagrada Unidad. Eso los hará fuertes los hará invencibles y sabrán de esa forma esperarme, hasta el último segundo cuando Yo ponga Mis pies sobre este planeta.

Vengo a Argentina porque la amo y necesito de su respuesta incondicional, para poder llevar adelante Mi Obra Redentora en esta parte del mundo.

Les envié a la Mensajera fiel de Dios, para que la pudieran escuchar, ahora Yo vengo a su encuentro para que también Me escuchen con el sagrado ardor del corazón y con la devoción plena de Dios.

Vengo a traerles lo nuevo y lo que aún no conocen, Vengo a traerles lo que nunca han vivido en esta vida. Les ofrezco la comunión con Mi Sagrado Corazón, para que se animen todos los días a amar un poco más de lo que creen que aman.

Sean compasivos con los que sufren y no le reclamen, sean compasivos con los que sustentan Mi Obra y no les reclamen; porque en ellos He puesto el peso de Mi Cruz, para que la carguen Conmigo hasta el final, aunque nadie lo comprenda.

Pero Yo no dejaré solos a los que les he confiado Mi Reino, así como hoy les confío  a ustedes el Reino, compañeros Míos.

Vivir para Dios es una responsabilidad máxima, pero en su fondo está lleno de Su Gloria , de Su felicidad celestial.

No quiero que en este tiempo, pierdan la oportunidad de crecer interiormente y de hacer todas las cosas por amor y no por fuerza humana. Unan sus manos y sean una sola familia, para que Nuestros Sagrados Corazones puedan estar aquí, entre ustedes, todo el tiempo.

Quisiera que fueran un espejo de Mi Corazón sobre este planeta que está agonizando y muchos no lo quieren ver.

Salgan de sus casas, crucen las puertas de sus hogares y encontrarán la realidad de la cual Yo les hablo en este mismo momento. El sufrimiento y el dolor se ha expandido sobre el mundo y en todos los seres.

Ustedes deben ayudarme a aliviarlo y a no generarlo. Ustedes deben ayudarme a extirparlo y a no crearlo. Sean generadores en este tiempo de la Divina Misericordia de Mi Corazón para que Yo pueda estar presente en los que más necesitan de la Cura y de la Redención. 

A los que ya Me siguen desde hace tiempo les digo: Usen las herramientas que Dios les entregó y podrán superar todos los tiempos y todas las pruebas. 

Honren el Legado que les fue entregado en sus manos durante tantos años y pónganlo en práctica, así Me ayudarán a que Mi Obra y Mi Misión se expanda en el mundo y no se restrinja por sus formas.

Beban en esta hora, de la fuente del conocimiento que les traigo y se podrán transformar; pero permítanme compañeros, que Yo pueda entrar en sus corazones y vidas y así Yo podré borrar lo que los hace sufrir y lo que los perturba. 

Si el mundo escuchara Mis Palabras ya sería otro. Si el mundo viviera Mis Palabras, ya sería otro. Pero sé que eso dependerá de Mis compañeros y de Mis servidores.

Que esta misma Gracia que Yo les traigo, de forma incondicional pueda llegar a los que más la necesitan.

Hoy tendré la Gracia de bendecir una familia, en nombre de muchas más, para que la cura de Mi Sagrado Corazón se establezca en los que aspiran algún día encontrar la paz.

Hoy las ungiré con el aceite de la reparación, de la misma forma que las santas mujeres ungieron Mi Cuerpo en el sepulcro, para dar honra y gloria a su Redentor.

Hoy consagrando a esta familia, consagraré a las familias del mundo para esta Natividad; para que esta misma oportunidad de redención, de perdón y de reconciliación compañeros, llegue a las almas que desesperan y que no tienen Luz interior.

Que se puedan abrir las puertas para la cura de las almas y que todo se pueda renovar.

Que se puedan abrir las puertas a la reconciliación y que todos se puedan perdonar.

Porque Mi deseo es poder vivirlos plenamente y sin restricciones; así como lo pude vivir en muchos corazones de hombres y mujeres imperfectos, pero santos, que vivieron Mi dolorosa Pasión.

Hoy establezco, por intermedio de este aceite, la consagración divina de esta familia que he escogido a pedido de Mi Padre, para que muchas familias más despierten al verdadero amor y al perdón.

Ofrezco esta consagración por la gran familia de la Comunidad de la Nueva Tierra, y deseo, que este aceite pueda ungir a los que están enfermos en ese lugar; y deseo que sepan que no Me he olvidado de nadie y que llegaré hacia ellos a su tiempo, para llevarlos Conmigo a una nueva vida, libres de sufrimiento, libres de la perturbación, del dolor y de la angustia.

Que las alas de esas almas que están enfermas en la Comunidad Nueva Tierra se puedan abrir, porque les ha llegado la hora de dar grandes vuelos hasta Dios, el Creador.

Mi último deseo compañeros, antes de esta unción especial por las familias del mundo y por los niños, es que sepan que esperaré a Mis compañeros, a Mis seguidores y a las familias en el Reino de Aurora durante este mes de diciembre; para que puedan ver a su Señor caminando entre los naranjos, viviendo y sintiendo en los corazones que creen en la cura interior y en la redención; para que brote en ellos la Nueva Aurora, el nuevo amanecer en cada ser.

Señor Todopoderoso, que te dignaste estar presente en el Cuerpo y la Sangre de Tu Hijo, por medio de la Pasión, la Muerte y la Resurrección, Te pido, Padre, en esta noche que bendigas a la Argentina para que ella ingrese en el proyecto de Tu Tierra Prometida. Amén.

Yo les doy la paz para que la vivan, la experimenten, y la den todo el tiempo a sus hermanos.

Deseo que también lleven medallas de Mi Glorificado Corazón para la Comunidad Nueva Tierra; porque Mi aspiración es estar sobre el pecho y los corazones de Mis hijos para protegerlos y acompañarlos más de cerca.

Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

Y les agradezco en esta noche por haber buscado Mi paz y Mi consuelo.

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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