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Muchos se preguntan: ¿por qué vengo al mundo? y ¿porqué transmito Mis palabras como Mensajero fiel, enviado por Dios?
Fui creado de la esencia de la humildad. Nací de un vientre puro, de una madre santa y sencilla, para que a través de ella pudiese aprender los Principios de Unión con Dios, porque era el mismo Dios quien tendría la misión de instruir y guiar a Su pequeño siervo.
Vine al mundo con espíritu humano, corazón, mente y sentimientos de hombre nacido en esta Tierra, porque era así como Mi ejemplo tendría que quedar plasmado por toda la eternidad.
Mi santidad proviene de Dios, así como todos los atributos que puedo expresar como consciencia. Nada de lo que soy proviene de Mí. Todo proviene del Padre, porque estoy permanentemente unido a Él. Dios Me envió al mundo para demostrar que un corazón humano puede vivir atributos sublimes.
Estuve al lado de María Santísima, así como hoy lo estoy. Pero también La traigo al mundo, para que todos los seres, reciban la misma oportunidad que Yo recibí. Estuve al lado de Cristo, que ya era Rey desde el vientre materno, y también Lo traigo al mundo, entregándolo como el único camino para todas las almas.
Todo lo que recibí para vivir los Principios Divinos, también lo está recibiendo la humanidad en este tiempo. Y aún mayores Gracias descendieron, porque están juntos y caminan con muchos otros que siguen hacia el Corazón del Padre.
Quiero que sepan que la pureza, la humildad, la castidad y la simplicidad que llevan a la santidad, todas están guardadas dentro del corazón.
Mi Corazón no era en nada diferente a los suyos. Yo sólo profundicé en la unión con Dios e hice de Mi Corazón Su siervo eterno y, con la humildad de Su siervo, el Señor operó los milagros que necesitaba.
Nada está distante de ustedes, todo lo que necesitan se encuentra en el propio interior. El corazón humano es la puerta para muchos universos. A cada uno le cabe unirse a universos sublimes, o dejarse llevar por las cosas de este mundo. Decidan salir de los caminos que no los conducen a Dios.
No escuchen Mi historia sólo con admiración, porque no es para eso que pronuncio Mis palabras. Busquen en Mi presencia la semejanza con sus vidas.
No vengo hoy desde el Universo de Dios, porque siempre estuve allá. Estuve en este mundo como caminante, como peregrino, solo dejándome guiar por el Dios Vivo que estaba dentro de Mí, como lo está en todas las cosas.
Mi unión con Dios proviene del esfuerzo, pero también de la simplicidad. No coloquen límites u otras vías en esta recta que Dios les muestra por medio de los Mensajeros Divinos. Los caminos del Señor son simples; difícil, compañeros, es dejarse guiar por Él.
Suelten las redes de sus vidas. Entréguenlas a Aquel que todo lo sabe y que a todo conduce, porque es el Gran Artista quien pintó todos los destinos.
¿Quién los guiará mejor, si no aquél que creó el camino?
Descúbranse pequeños e ignorantes, no para entristecerse, si no para creer y sentir que hay un Único Ser que todo lo sabe y que es el Creador de todas las cosas.
Son tiempos de purificación, de oscuridad, de ceguera en los ojos humanos. Déjense guiar, déjense conducir. Ese es el único mensaje que les traigo.
Con Amor, vengo a su encuentro y les extiendo las manos, para que Conmigo caminen al Corazón de Cristo, al Corazón de Dios.
Yo los bendigo y los aguardo en Mi Casto Corazón.
San José, Esposo y Siervo de la Santísima Virgen María
Amados hijos Nuestros:
Hoy, estamos reunidos en la Aurora del Amor para renovar los votos de todos aquellos que se han comprometido con Nuestro Hijo, Cristo el Redentor, para que en este final del tiempo desciendan sobre este planeta la Gracia y la Misericordia que llegan desde el Corazón de Dios.
Hoy aquí se reflexionó sobre la humildad, aquella que Nosotros dos aprendimos con Nuestro pequeño Hijo Jesús.
Saben, amados Nuestros, que cuando Jesús tenía tres años y nos reuníamos a orar, Dios ya hablaba a través de Él. Y era por medio de ese Verbo pequeñito y suave que el Creador instruía a la Sagrada Familia, casi a diario.
Así, aprendimos a escuchar a Dios, también a través de Nuestro pequeño Hijo que, en total inocencia y amor, contaba a Sus Padres de la Tierra lo que Su Padre del Cielo le mostraba sobre los mundos, sobre el universo y sobre Sus otros hijos del Cosmos.
Nuestros oídos y Nuestros Corazones aprendieron a escuchar en humildad y a reconocer la Sabiduría infinita que Dios depositaba en Nosotros, a través del pequeño Jesús.
Y ustedes, hijos amados, ¿escuchan con humildad y de corazón lo que viene del Corazón de Dios?
¿Creen verdaderamente que es posible que el Padre Eterno hable por medio de Sus Mensajeros?
¿Viven, en humildad y fraternidad, toda la Sabiduría que Nosotros, sus Padres del Amor, transmitimos por medio de algunos de sus hermanos que se están donando para repetir Nuestras Palabras?
Para que todos podamos construir esta nueva y sagrada familia entre todos, debemos abrirnos y confiar en el Mensaje de Amor y Humildad que hoy Nosotros traemos al mundo.
Para que la fraternidad sea la tónica de sus vidas, deben dejar de ser lo que eran e imitar la vida de la Sagrada Familia. Al principio solo la podrán imitar, pero a medida que experimenten la paz y el sentir profundo del corazón, al unirse a Dios, llegará el tiempo en que todo se convertirá en una extraordinaria experiencia. Esa experiencia será la cuna de la Nueva Humanidad.
No sientan temor a experimentar la humildad, no sientan reparo en ser menos que los demás porque en realidad nada son, solo representan unas pequeñas piedritas en un gran desierto.
Hoy, les damos un impulso de amor y de unidad, y reunidos en el Amor de Dios los invitamos a realizar una oferta a Nuestro Hijo, Quien los visitará al caer la noche de hoy.
Pídanle que les enseñe sobre la humildad, aquella que Él nos enseñó desde bien pequeño a Nosotros dos, Sus Padres del Amor.
Hoy, dejamos Nuestra Gracia en este lugar bendito y Nuestro Amor a todos Nuestros hijos del mundo.
Los aman y los acompañan siempre,
María, Rosa de la Paz, y el Casto Corazón de San José
Que Mi Santa Esposa, la Virgen María, sea siempre el camino que los conduzca a Dios. Encuentren en Su santidad y perfección la guía eterna para sus vidas.
Aún en los últimos tiempos de la humanidad, Ella nunca los abandonará. Sus brazos siempre estarán extendidos hacia aquellos que puedan abrir sus ojos. Y, aunque sea en el último instante de sus vidas, le puedan dar las manos a esta Señora, la Madre de toda la humanidad y de todos los seres.
Nunca se olviden; en todos los tiempos de la humanidad, el Corazón Santísimo de la Virgen María siempre los recibirá. Solo arrepiéntanse de corazón y pidan Su auxilio. Su perdón y Su maternidad los acogerá siempre.
Les agradezco.
Hermana Lucía de Jesús:
Hoy San José vino con nuestra Madre Santísima. Parecían dos novios vestidos de blanco, como si se fueran a casar en este día.
Él nos hablaba de una forma muy simple. Generalmente Sus Palabras son simples, pero hoy de una forma especial, parecía que Él quería llegar bien a nuestro corazón humano y hacernos comprender que Él tuvo un corazón semejante al nuestro.
En seguida, la Hermana Lucía de Jesús inició la lectura del Mensaje mensual de San José del día 19 de junio de 2015.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Así como dijo la Hermana Lucía de Jesús, cuando San José y María llegaron hoy aquí, vimos que entre los dos había un espacio de luz, como si fuera un vacío que venía del Cielo.
Nosotros no entendimos por qué Ellos estaban tan separados uno del otro y entonces, en seguida apareció el Niño Jesús con los Brazos abiertos, de dos o tres años de edad, dándonos una bendición. En ese momento, María comenzó a transmitir el Mensaje, hablando sobre el principio de la Sagrada Familia Universal.
En seguida, Fray Elías realiza la lectura del Mensaje diario de María, Rosa de la Paz, del 19 de junio de 2015.
Madre María Shimani de Montserrat:
Hoy, durante la oración, comencé a percibir la Presencia de los Mensajeros muy intensamente y en el corazón, que es como Ellos hablan conmigo. Anunciaron que me mostrarían algunas cosas.
Cuando Ellos aparecieron, comenzaron a proyectar una serie de imágenes de cómo era Su vida cuando Jesús era pequeño.
Ellos me transmitían que lo más difícil de vivir en esta humanidad era la humildad, porque las personas creían que ser humilde era ser menos que los demás y que ese era un concepto equivocado que tiene la consciencia de la humanidad. Entonces, Ellos comenzaron a mostrarme cómo habían aprendido sobre la humildad desde que Jesús era pequeño.
Ellos mostraban una casa de piedra muy humilde, los tres sentados en el piso, alrededor de una mesa pequeña; y cómo Jesús, desde los tres años de edad, los instruía a los dos; cómo Jesús transmitía la Palabra de Dios para Ellos y cómo Ellos tenían, casi todos los días, un momento en el que realizaban esa reunión de amor, y que Ellos, como adultos, se dejaban instruir por el pequeño Jesús que, desde aquel momento, transmitía las Palabras de Su Padre.
Ellos preguntaban si nosotros escuchábamos con la misma humildad que Ellos, esos dos seres adultos, escuchaban a esa pequeño Niño; la Voz de los Mensajeros Divinos.
En seguida, Madre María Shimani realiza la lectura del Mensaje extraordinario de la Virgen María y de San José, del 19 de junio del 2015.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más