Mensajes de la Virgen María

Hijos Míos:

Todos los días 19, Mi Casto Esposo abre una puerta universal y celestial para que las almas perdidas reencuentren el camino hacia Dios, el Creador.

Para que esta Gracia se conceda en el corazón del simple y buen servidor; para que cada uno de ustedes sea, todos los 19 de cada mes, un puente hacia el Universo de Dios; su Amado San José necesita que amen buscar la esencia de la humildad del corazón, para que de sus mentes se destierren los códigos de la autodestrucción y del poder ilegítimo contra Mi Amado Hijo.

Todos los 19 de cada mes, los altares de San José reciben, a través de sus oraciones, lirios de luz, almas redimidas y convertidas por la amorosa acción de su sagrada oferta.

Cada lirio de luz que es colocado a los pies del altar del Patriarca San José, es después ofertado como símbolo de restauración y de paz entre la humanidad y Dios, así el Plan vuelve a manifestarse mes a mes en la vida de cada alma.

Queridos hijos, todas estas almas redimidas se funden en el Gran Corazón de Dios y un nuevo Propósito desciende sobre un mundo que ya estaría al borde de un colapso universal.

Hijos, no pierdan tiempo con sus realidades internas, sean consecuentes con la Gracia de la Humildad que San José les derrama todos los meses. Así, beberán de la Fuente de la Humildad de San José y como resultado, sus vidas alcanzarán una buena redención.

Todos los días 19, Mi Corazón Inmaculado es el portal purísimo y castísimo para que millones de esencias de este mundo alcancen la Paternidad de Dios y la Filiación con Dios a través del Casto Corazón.

Cada novena que es realizada al Santo de la Humildad y al Pobre Obrero de Dios, es recibida en el Reino de los Cielos como una oportunidad de transformar sus vidas.

No se engañen, hijos Míos, tómense de la Mano de la simplicidad y de la castidad que Mi Santo Esposo les extiende, con la esperanza de que algún día alcancen el camino de la renuncia y de la humildad.

Por eso, sean puros de corazón y no perderán la Gracia infinita de seguir siendo instruidos por San José. Él es su Padre y Guardián. Él es Quien después de Mi Asunción, desde el universo, asumió su conversión a Dios.

Busquen lo más simple que son y entréguense al Casto Instructor del Amor, así podrán conocer todas las humildes cosas que permitieron la glorificación de los Sagrados Corazones.

Hoy, su Madre Celeste está aquí para consolarlos y espera que ya puedan crecer en la madurez de una vida evolutiva simple, pero llena de la humildad que los hará semejantes a Mi Hijo Amado.

Saludos a todos los misioneros de la paz y espero que ese mismo grupo de almas tenga la Gracia de seguir respondiendo a los designios de los Mensajeros Celestiales; pues Nuestra eterna aspiración es su humilde santidad, santidad que despertará a la Nueva Humanidad.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los lleva a los brazos de San José,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz