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Sumérgete en el océano de la Divina Misericordia para que, al orar, ese manantial que desciende al mundo pueda fluir a través de tu ser y transformar primero toda tu consciencia y, después, el mundo entero.
Sumérgete en consciencia en la existencia de la Divina Misericordia y reconoce que tú eres un milagro de ese Poder Divino; tu despertar es fruto de su acción.
Medita sobre lo que simboliza para ti y para toda la Creación esa Misericordia Sagrada vertida del Corazón de Cristo en la Cruz, emanada por el poder del perdón de Su Sacratísimo Corazón. Medita sobre esta fuente insondable que no da a los hombres lo que merecen; que actúa más allá de la Justicia y que trasciende esa Ley, que también proviene de Dios.
Medita sobre el Perdón de Cristo, que abrió la puerta a un manantial hasta entonces desconocido para el corazón humano. Fue perdonando cada una de Sus Llagas y todos los ultrajes cometidos contra Él que el Señor se elevó más allá de la Justicia Divina y entregó a los hombres Su Amor y Su Piedad, que juntos se convirtieron en la Sagrada y Divina Misericordia.
Tantos siglos pasaron y la humanidad aún ignora ese poderoso manantial; y los corazones no aprendieron aún a ser misericordiosos ni a pedir Misericordia.
Clama, hijo, por Misericordia para los ignorantes y pide la gracia de ser misericordioso como lo fue Aquel que, para ti, es el Camino, la Verdad y la Vida.
Deja que la Misericordia por la cual clamas te convierta en una imitación de Cristo y, así, haz que valga cada gota derramada de Su Sangre; haz que valga cada una de Sus Llagas, Su Cruz y el Amor que lo hizo resurgir después de la muerte.
Demuestra al Universo que el Plan del Creador se cumple en ti y, por los méritos alcanzados por Cristo en la Cruz, vive Su Divina Misericordia.
Aquel que te enseña a ser misericordioso y a clamar por Misericordia,
San José Castísimo
Cuando Jesús estuvo en la Cruz y dijo: “Padre, ¿por qué Me abandonaste?”, fue Su humanidad la que pronunció esas palabras; fueron Sus Células, sustentadas hasta ese momento por el Poder Divino las que, en lo profundo, temían la hora de estar solas con su dolor y su padecimiento.
Después de esa pregunta de Su corazón humano, Jesús reconoció en todos los espacios de Su Consciencia, desde la materia hasta el espíritu, Su filiación y unidad con Dios. Comprendió, en Su íntimo, la esencia del amor y del proyecto humano y experimentó la plenitud de ser semejante al Padre.
El miedo de Sus Células se desvaneció por la potencia del amor y del perdón que emanaba de Él. Jesús comprendió la Voluntad de Su Padre y porqué Él lo abandonó en aquella hora, que parecía ser la más difícil, si siempre lo había acompañado. Descubrió que el Padre quería hacerlo sentir y vivir el amor que tenía en Su interior, que lo tornaba semejante a Dios y lo unía a Él; y que, en verdad, el Creador no lo había abandonado. Descubrió que el Padre estaba en Él, así como Él en el Padre, por medio del amor, del perdón y de la misericordia que, en aquel momento, eran vertidos sobre la Tierra.
La Virgen María y Juan comprendieron la Voluntad de Dios cuando vieron a Jesús en la Cruz pidiendo perdón por los que lo crucificaron y aprendieron con Cristo ese amor insondable que une la materia al espíritu, que diviniza al hombre.
Fue así como la Virgen María y Juan también vivieron esta profunda unión con Dios, por el simple hecho de observar a Cristo. Esa unión fue vivida más tarde por los apóstoles y discípulos de Jesús y de María, por medio de la Gracia del Espíritu Santo y, de esa forma, todos vencieron el miedo a la muerte y a la soledad; todos colmaron sus espíritus de la valentía que nacía de la certeza de que Dios estaba en ellos, porque eran parte viva de la Consciencia Divina.
Fue por esa certeza y por esa valentía que la Iglesia de Cristo se consolidó en la Tierra. Pero, a lo largo de los siglos, no todos los hombres comprendieron la Pasión de Jesús ni meditaron sobre Su ejemplo a punto de dejarse divinizar por Él; ni todos encontraron la certeza de la semejanza con Dios; ni todos buscaron la fortaleza en el Dios vivo presente en su interior.
Hijos, hoy el Creador les habla y los instruye por medio de Sus Mensajeros. El Señor Altísimo acompaña cada uno de sus pasos y renueva la historia, despertando Nuevos Cristos. Pero, así como Él “abandonó” a Jesús en la Cruz, también les llegará a cada uno de ustedes el momento de descubrir, en soledad, la unión con Dios. Y, por un instante, les podrá parecer injusto, doloroso o incomprensible que el Creador los abandone cuando mas necesitan de Él. Sin embargo, si vencieran el miedo humano y buscaran en el espíritu la unión con Dios, comprenderán que el Padre, al que siempre buscaban en las Alturas, está vivo dentro de cada ser, en su esencia, en su universo interior.
Cuando llegue la hora de la prueba de la humanidad, recuerden lo que les dije y no teman, pero, sí, amen y vivan el perdón, como Aquel que amó y perdonó antes que ustedes, dejándoles el ejemplo.
Su padre y amigo, el que prepara sus caminos para la divina unión,
San José Castísimo
Oración para pedir perdón a Dios
Señor, perdónanos, porque,
desde el momento en el que pisamos la Tierra,
somos ignorantes de nuestras acciones.
Señor, perdónanos, porque el tiempo pasó
y nuestros ojos permanecen cerrados,
como también nuestro corazón y nuestro pequeño espíritu.
Señor, perdónanos, porque nuestras manos
trabajan poco para Ti y mucho para nosotros mismos;
poco se extienden hacia el prójimo
y mucho permanecen cerradas.
Señor, perdónanos, porque vinimos a la Tierra
como espíritus en redención
y nada conocíamos del Amor, tampoco sabíamos
que aquí aprenderíamos a amar.
Señor, perdónanos, porque el mundo está agonizando
y aún no pudimos encontrarte
en los Reinos de la Naturaleza ni en nuestros hermanos.
Señor, perdónanos, porque ignoramos la unidad
y nos separamos como consciencias y como Tus criaturas.
Señor, perdónanos, porque aspiramos a no volver a pecar.
Perdónanos así como perdonaba Tu Hijo.
Perdónanos así como perdonaste a nuestros espíritus,
al entregarnos lo mejor que tienes en Tu Creación:
una experiencia de amor y de unidad Contigo.
Señor, perdónanos y limpia nuestras manchas,
cura nuestras heridas y reintégranos a Tu Reino.
Señor, perdónanos y ábrenos las puertas del Cielo.
Reconcilíanos con Tu Corazón
y con todo aquello que Te pertenece.
Enséñanos a amar y a perdonar así como Tú lo haces.
Enséñanos a unir lo que está separado.
Enséñanos a servir a todos en Ti,
sin salir de Ti y encontrándote en todo.
Señor, haz de nuestros corazones, Tu Corazón;
de nuestros brazos, Tus Brazos;
de nuestras piernas, Tus Piernas; de nuestros cuerpos, Tu Cuerpo;
de nuestras mentes, Tu Mente; de nuestras vidas, Tu Vida;
de nuestra evolución, Tu Evolución.
Señor, perdónanos y haznos semejantes a Ti.
Amén.
Hoy solo oraré con cada uno de ustedes y, como corazón humano, pediré a Dios Su Perdón y Su Intercesión por la Tierra.
Su padre y amigo,
San José Castísimo
Si Mi Hijo se dejó morir por ustedes para poder salvarlos y para que tuvieran vida eterna, acto y hecho realizado por amor, ¿por qué ustedes no perdonarían a los que los han traicionado tantas veces?
El amor es un acto solo para los heroicos de corazón, porque de esa forma se trasciende el error, que es humano e indiferente.
Por eso los invito a amar a los que son indiferentes, omisos y malvados; oren por ellos, porque en ellos Dios no está completamente realizado y son infelices por que cometen tantas veces las mismas fallas sin poder liberarse de ellas.
El amor crístico se gesta en la transparencia, en la renuncia y en el sacrificio por los que no son transparentes, por los que no renuncian y por los que no se sacrifican y se acomodan según sus expectativas terrenales.
Por todos esos Mi Hijo aún trabaja, porque detrás de toda roca dura se encuentra el precioso cristal que todavía no fue hallado por la propia consciencia.
Sean en esta vida como San Pablo, que habiendo hecho todos los males del mundo, tocado por la Luz de Cristo se convirtió en un fiel seguidor de Vuestro Señor.
Por encima de toda indiferencia que reciban, hagan el bien que no pueden vivir y destierren el mal de la separación y de la omisión de los unos para con los otros.
¿Qué ganarán?
Ayuden al mundo a conquistar su redención; para eso primero sean esa redención manifestada a través de una verdadera transformación.
Su verdadera aspiración debe ser la entrega para después vivir la renuncia y por último la humillación por los que no se humillan, al carecer de amor consciente.
Queridos hijos, Mi Hijo bebió ese trago amargo de la negación y, sabiendo que eso era injusto, el amor estuvo en primer lugar.
Como Nuestra Señora de la Piedad aún tengo entre Mis brazos a los que por varias razones se alejaron de Mi Corazón; en piedad contemplo y espero su pronta rehabilitación.
Recemos para que los que perdieron el camino, encuentren de nuevo la luz que los guiaba.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijo:
Cumple con alegría la misión que Dios te encomendó, la misión de vivir en la Tierra principios que provienen del Cielo y manifestar en el mundo una Nueva Humanidad.
Muchos se preguntan todos los días, si están haciendo lo que deben hacer como almas y como espíritus; se preguntan, en dónde deberían estar, con quién y haciendo qué. Pero pocos, muy pocos están esforzándose para verdaderamente abrir el corazón y atraer un arquetipo de la vida que aún no existe en la superficie del planeta.
Si quieres vivir lo que Dios pensó para ti, comienza por disponer tu corazón para algo nuevo. Busca dentro de ti lo que debe ser perdonado y lo que debes perdonar. Busca dentro de ti la fuerza para vencerte a ti mismo y ser más manso, más humilde, más servicial y pacificador.
Trata de romper dentro de ti las barreras que te separan del prójimo y trabaja en ti todo aquello que juzgas en los demás. Permanece todos los días con el espejo del corazón dirigido hacia ti mismo y, antes de irritarte o de criticar algo que ves en el otro, observa el espejo del corazón y mírate a ti mismo reflejado en aquel defecto que no puedes soportar.
Trata de comprender al otro como te comprendes a ti mismo: así como sabes que tienes infinitas dificultades y miserias, los otros también las tienen. Así como intentas dar los pasos y te esfuerzas de buen corazón, el otro también lo hace.
Solo la comprensión mutua abre el corazón para la vivencia del amor.
Si no consigues controlar las reacciones de tu mente ni de tus emociones, no te preocupes tanto; pero que ellas duren poco y que energías como la ira, la envidia, la codicia o aun el sentimiento de superioridad no tengan tu permiso para permanecer dentro de ti.
Si amas al Plan de Dios, hijo, o por lo menos quieres amarlo, reflexiona siempre que el Creador necesita de una raza de Cristos y no de uno solo, y que no será suficiente que tú te cristifiques. Recuerda que no necesitas ser mejor ni peor que nadie, pero que tanto tú como aquel que tienes al lado deben llegar a la meta de la unión con Dios.
Ese es el gran misterio de la existencia humana y, por eso, vienes como espíritu hasta aquí, para curar los errores del pasado en el universo.
Para que el Plan de Dios se cumpla, los seres humanos deben ayudarse mutuamente. Recuerda esto hijo, todos los días y, antes de colocar trampas en tu camino, deseando que este o aquel desaparezca de la Tierra, acuérdate de que sin ellos tu vida tampoco tiene sentido.
Acuérdate de que no importa cuán imperfecto seas tú o el otro, pues existe algo dentro de cada ser que lo asemeja a Dios y que abre los portales entre las dimensiones para que toda la Creación se una al Padre.
Si quieres que tu espíritu se aproxime y que tu alma te conduzca por el camino de la Voluntad del Creador, ábrete primero a la transformación, a la vivencia del amor y de la fraternidad, y después el propio universo conducirá tus pasos y no tendrás que andar tan preocupado contigo mismo.
Escucha con atención Mis palabras y vuelve a escucharlas una y otra vez, porque es mucho más fácil olvidarlas que ser verdaderamente transformado por ellas, ya que tu humanidad no está acostumbrada a buscar lo Divino, sino solo aquello que la engrandece y la afirma como materia.
Ilusión de ilusiones es no buscar ser nada como hombre, creyendo que la vida comienza y termina en ti. No conoces lo que es ser en verdad un ser humano semejante al Padre, pues para eso, hijo, debes vivir la unidad con Él: morir para ti y nacer de novo dentro del Creador.
Te dejo Mi paz y Mi bendición, para que descubras la verdad sobre ti mismo, olvidando lo que piensas ser.
Ábrete para ser nada y ahí encontrarás Todo.
San José Castísimo
Cuando le pides perdón a Dios de verdad y tu corazón se arrepiente, Él que es poderosamente amoroso te concederá Su Misericordia y volverás a estar en el lugar donde Él siempre espera que estés. El Perdón de Dios es concedido cuando el alma abre su corazón al Universo y suplica misericordia.
Este mundo es una escuela para todos, es un camino que los conduce siempre a la definición y a la entrega mayor.
El Padre espera que todas Sus criaturas vivan actos de verdadero arrepentimiento para que la arrogancia y la soberbia espiritual se desvanezcan de la consciencia humana. Por eso, queridos hijos, todos los días los intento llevar lo más cerca posible de Mi Hijo para que sus vidas nunca pierdan la sed de beber de la sagrada fuente de Su Amor.
Si todas las almas supieran cuánto amor y misericordia tenemos por el mundo, la rendición de los corazones sería una realidad en todo el planeta. Es por eso que Yo vengo, como la Madre de los pecadores, para liberarlos del error y del engaño que los habitantes de este planeta han creado.
Hoy los invito a realizar un acto de perdón y de reconciliación para que la mayoría de Mis hijos, algún día al menos, sean tocados por la luz del Universo Celestial, despierten del sueño y acepten la sagrada convocatoria de vivir la redención; así formaré nuevos apóstoles, siervos de Cristo Redentor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El Código Crístico celular
Queridos hijos:
Hoy les revelo y les enseño la importancia del Código Crístico celular, que fue la sagrada y mayor experiencia de Amor de Cristo, vista por todo el universo.
Se entiende por Código Crístico a todos los grados de Amor, de Perdón y de Misericordia alcanzados por Jesús durante Su Pasión y Muerte.
La expresión viva y sublime de este Código Crístico se manifestó espiritualmente durante la flagelación y; desde allí, este Código de Amor, que todo lo comprende y todo lo perdona, fue profundizándose en la consciencia humana de Jesús.
Para llegar a dar ese paso, Mi Hijo tuvo que encarnar en condiciones espirituales, cósmicas y humanas muy preparadas y especiales para la época. En la esencia espiritual de Jesús, este Código Crístico fue despertando a medida que el pequeño Niño crecía en el seno de la Sagrada Familia.
Este mismo Código Crístico se fue manifestando a nivel celular desde el momento en que Mi pequeño Hijo predicó por primera vez en el templo. Fue en ese evento, tan especial que la intervención divina del Arcángel Miguel se hizo presente hasta que se cumpliera la santa profecía anunciada por los profetas.
El Código Crístico encarnó en Jesús desde las esferas sublimes de consciencia para poder enseñarle al mundo la verdadera y única Ley del Amor-Sabiduría.
En la historia de la humanidad terrestre, el planeta como consciencia madre, siempre fue ayudado y los grados crísticos de Amor-Sabiduría también se manifestaron ampliamente desde el momento de la iluminación de Buda.
Así, a través de la Compasión Divina que es una vertiente del Rayo del Amor-Sabiduría, la humanidad pudo comprender que los errores cometidos y todas las deudas contraídas tienen un camino de liberación que, por medio de la Compasión, lleva a la consciencia hacia el perdón.
El primer impulso espiritual de la Compasión fue expresado por la consciencia de Buda quien, en aquel tiempo, despertó profundamente a una revelación del Amor Divino que la humanidad nunca en su historia había conocido.
Quisiera, hijos, resaltarles que los santos esenios tuvieron una tarea importante a nivel espiritual y también en la prolongación de esta corriente de Amor-Sabiduría y de Compasión que la humanidad estaba necesitando.
¿Dónde está el puente espiritual que une la época de Buda con la época de Jesús?
La verdadera esencia de ambas manifestaciones de Amor reside en la Voluntad del Padre y en Su Divina Misericordia, al encontrar a la raza humana en una constante tentativa de autodestrucción espiritual, moral y humana. Fue así, queridos hijos, que la intercesión del universo se presentó en la consciencia humana a través de la revelación de la Compasión y de la encarnación del Hijo Primogénito.
El Código Crístico fue formándose como consciencia de Amor en la humanidad a partir de la experiencia de Jesús en la Tierra.
Yo les decía, en enunciados anteriores, que los esenios fueron las consciencias que unieron, en los mundos internos, todas las experiencias del Amor-Sabiduría de la humanidad.
Ellos recogieron la esencia de la Instrucción Crística manifestada desde el surgimiento de Buda hasta la encarnación de Jesús. Así, esa fuente y esa experiencia de Amor fueron depositadas, como ofrendas, en la consciencia del planeta para evitar que se autodestruyera.
Esta fuente se mantuvo activa en la humanidad hasta que Jesús comenzó Su vida pública y con la aproximación divina del Arcángel Miguel se permitió que ciertos valores espirituales comenzaran a recuperarse en la consciencia humana terrestre.
La Jerarquía Espiritual del universo acompañó todos los acontecimientos de la vida de Jesús, y así el Plan fue modificado después de la Resurrección de Cristo.
El Código Crístico celular fue cultivado por la esencia del Amor-Sabiduría que el propio Maestro irradiaba con Su Presencia.
El Hijo de Dios trajo al mundo la posibilidad de que las criaturas de la Tierra reconocieran su dignidad ante el Creador y, al mismo tiempo, que todos encontraran el Camino, la Verdad y la Vida que el propio Cristo les mostró a todos.
El Código Crístico quedó aún más latente desde el momento de la Ascensión de Jesús, y después fue derramado por el impulso divino del Santo Espíritu en Pentecostés. Fue en ese momento sagrado que su Santísima Madre instituyó el apostolado y la formación de las primeras órdenes monásticas crísticas, abriendo así las puertas para la evangelización por medio del Amor Crístico.
Después de más de dos mil años de apostolado y de misión, en los que el hombre de superficie usó, a través de la religión, la autoridad máxima que Cristo le había dado, la Jerarquía Celeste se presenta en este ciclo para corregir y restaurar los valores sobre la verdadera cristiandad.
Es por eso, que todos son llamados a contemplar el seno inmaculado de la Sagrada Familia, porque allí encontrarán los valores espirituales y humanos que también los llevarán a la redención y al perdón.
Cada ser que encarnó en el planeta, después de la Ascensión de Cristo, guarda en su interior el Código Crístico celular; Código que el adversario ha apartado del interés de los que duermen para que no puedan evolucionar. Este potencial de Amor Crístico es necesario y vital en este ciclo planetario, en el que el caos batalla contra las fuerzas del mal para conquistar la consciencia de la humanidad.
El proceso de purificación, de transformación y de no resistencia permitirán que ese precioso Código Crístico celular despierte y se manifieste en pro de la redención de la raza. Para eso, los actos de sacrificio, de silencio, de caridad, de oración, de Comunión y de consagración al Plan favorecerán el surgimiento del Código Crístico celular en la consciencia humana.
Las posibilidades están siendo dadas a todos, solo bastará determinación y prontitud para que cada ser humano sea, en este tiempo, la prolongación del Amor-Sabiduría que fue sembrado en los principios de esta raza.
Será ese Amor Crístico que el colocará a la humanidad en otra realidad más evolutiva. Por eso, llamo a Mis soldados de la oración y del servicio para que reflexionen sobre lo que les he dicho. Estaré agradecida por su atención.
Quien los impulsa al Amor de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz, Guardiana de los Códigos preciosos de Cristo
Queridos hijos:
Como Madre de Jesús, perdí a Mi Hijo, amado y glorificado por Dios, durante Su Pasión y Muerte.
Mi pesar era el pesar de Dios por ver tanta indiferencia humana. Esa indiferencia humana que Mi Hijo y Yo, como Su Madre, tuvimos que transmutar desde el momento en que Él fue entregado a los fariseos.
Así, en un profundo y pesado dolor de Madre, tuve que entregar a Dios lo que más amaba y había gestado en Mi vientre de Luz.
En ese momento, su Madre del Cielo, como mujer y sierva de Dios, confió en lo que estaba sucediendo y en ningún momento Dios nos abandonó, aunque la Pasión de Cristo haya sido extremadamente dura y difícil de soportar.
Cuando una madre pierde a un hijo, es como perder una parte de sí, algo que la propia madre humana engendró en su interior, en su corazón.
Cuando un lazo materno se quiebra por la pérdida de un hijo amado, sea físicamente o espiritualmente, existe un momento que vive la consciencia de una profunda soledad y vacío, más aún cuando ese hijo es indiferente a todo.
Por eso, Cristo aún sufriendo la Cruz del mundo, Me entregó a la humanidad como hijo, para que nuevas consciencias tuvieran la Gracia de ser redimidas por Dios.
Dios envía nuevas consciencias a los brazos de una madre, para que puedan ser atendidas y a partir de allí un nuevo ciclo se presenta a la vida de las almas, y los hijos que no dieron el paso o se mantuvieron indiferentes pasan a otra escuela de amor y de perdón hasta que consigan alcanzar la verdadera unidad.
Hay muchos hijos que se sienten olvidados y que esperan amar y ser amados; por eso, el Padre los envía para renovar el tiempo y la vida de todos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En oración y fe,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy la Madre de las Américas y la intercesora ante Dios de todos los corazones perdidos y distraídos.
Soy la Gobernanta y Señora de la majestad celestial.
Soy la que permite generar la liberación de todo mal a través de los ángeles del universo.
Mi Corazón pulsa en toda América y se hace sentir en el interior de los que invocan la Presencia de la Madre Universal.
Que. en este día, todas las puertas inciertas se cierren y que las almas aún no definidas den el paso hacia la ascensión interior.
Hoy, que todo lo que impide el despertar de los corazones sea liberado y retirado del universo. Para eso, hijos, que las condiciones internas sean creadas por medio de la oración, de la fe y del amor de todas las consciencias.
Soy la Madre de las Américas y no habrá gobierno ni gobernador mayor que Nuestro Padre Celestial.
Que los temerosos, los injustos y los falsos se exilien lejos de esta humanidad, para que los pueblos sean libres y gesten la nueva humanidad.
Aún hay tiempo para que los corazones se arrepientan y para que los gobiernos de la Tierra cambien de actitud y, de esa manera, la verdad emerja y nadie más sea condenado.
Yo soy la Madre de las Américas y entrego a Mis hijos el afluente de la paz.
Que nadie tema en este tiempo, porque Yo estaré al lado de quien confíe en Mí; pues nada los separará de Dios, ni gobierno ni nación ni estado, todo está bajo la Mirada de Dios.
¡Levántense, americanos, y decreten el triunfo de la Misericordia de Cristo!
Amen para aprender a perdonar. Perdonen para aprender a reconciliarse, y así se curarán de una vez y para siempre.
Yo soy la Madre de las Américas y protejo a todos los rebaños de Mi Hijo. Mi Estrella universal los guía hacia el Propósito. Mi Amor los conduce hacia los portales de la Paz.
No teman por los que imparten el falso poder. Oren por sus enemigos para que, en el día del Juicio Final, no sean sacados de este universo.
Este planeta y este universo son la escuela perfecta del amor y del perdón. Quien no pasa por esta academia de redención, mucho demorará para aprender a servir y amar. Por eso, los Sagrados Corazones vinieron al mundo para confirmar que este universo es de redención y de perdón. Aquí aún se vive la experiencia de la reconciliación y de la paz.
Este mundo sobrevive, en este tiempo, porque debe cumplir el Proyecto Creador, a través de todos los que se autoconvoquen. Toda la humanidad ya cruzó el portal hacia su purificación, las estructuras internas y externas tiemblan; pero quien se redima, ame y se dignifique ante Dios, no perecerá.
Abran aún más las puertas de sus corazones, para que el manantial de la Gracia infinita, en el tiempo que resta, pueda derramarse sobre ustedes y el mundo.
Que los ejércitos marianos de la oración se posicionen en el campo de la batalla final, que tomen sus escudos de fe y sus espadas de amor, y hagan triunfar el Plan de la redención.
Yo estoy con ustedes y lo estaré mientras ustedes Me lo permitan.
Soy la Madre de las Américas, y aquí nacerá el nuevo Edén para el mundo.
Que así sea. Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien los convoca al Plan del despertar,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Querido hijo:
Confía en todo lo que has alcanzado a través del servicio a Dios y aférrate a ese Propósito. Mira con atención los tesoros que el Padre te ha dado y contémplalos en unión y gratitud.
Levántate de donde siempre has caído y busca la luz de Mi Corazón. Hoy ven hacia Mí y quédate en Mis brazos así como se quedó Jesús, para que Yo te haga dormir en la paz de Mi regazo. Ten paciencia para aprender a soportar lo que el corazón de los hombres no quiere transformar.
Siente la caricia de Mis manos de luz, las que borran la memoria del sufrimiento y de las pruebas que viven Mis hijos de hoy. Quédate inmóvil en Mis brazos y entrégate con confianza a lo que Yo espero realizar en tu vida.
Pide perdón y, en verdadero arrepentimiento, siente cómo el Amor del infinito te reabre las puertas. Ya no importa cuánto has caído en el suelo de la condición humana, ahora importa que mires al Cielo y digas: “Ayúdame, Señor”, y la ayuda te será dada.
Dios te ama desde el momento en que pensó crearte y también ama más allá de las miserias de los hombres, porque quien triunfará en esta vida mortal es el alma, que se volverá eterna, pura y libre de todo error.
El camino de la transformación es doloroso cuando el alma camina hacia el desprendimiento de sus actos, hábitos y costumbres. Cuando la vida terrestre atraviesa la tempestad espiritual el socorro, el auxilio y la Gracia llegarán al corazón que se arrepiente y pide intercesión. ¿Cómo crees que los más santos se libraron de sí mismos para siempre?
La escuela del amor en este mundo es para los valientes y los decididos a conocer el Amor de Dios, cueste lo que cueste. Por eso, llegar al principio del verdadero amor requiere conocerse tal cual uno es y trabajar todos los días para conquistar la santidad del espíritu.
Mi Corazón es el ofertorio para el sacrificio y las pruebas. A través de Mi Corazón todo se cura, se redime y se eleva al Reino Celestial.
Mi Corazón, que se dona todo el tiempo, comprende y ama a todas las almas; los que luchan por transformarse en un modelo espiritual de conversión para el mundo conocerán Mi Misericordia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los motiva a la santidad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Las Leyes del universo definen toda la vida planetaria, como también los acontecimientos que están previstos en estos tiempos.
La vida de oración permanente podría cambiar esos acontecimientos y, así, las almas no tendrían que sufrir. Pero la respuesta debería ser mucho mayor ante todo lo que sucede en este tiempo.
La correspondencia y la adhesión al Plan serán fundamentales para las criaturas, será de esa forma que las almas responderán al llamado y no podrán decir que no lo sabían.
La oportunidad de cambio y de perdón será concedida a todos, en espera de que los corazones respondan al Llamado Mayor.
Estamos en un momento crucial de la humanidad, en el que la indiferencia, la soberbia y la falsa propiedad conquistan las mentes de los hombres a través de las acciones de Mi adversario. Es de esta forma como las consciencias quedan hipnotizadas aunque vivan la vida espiritual; su propio ego las aparta del verdadero camino que fue pensado por el universo, y que les fue propuesto que recorrieran.
Cuando ese camino no se vive, la consciencia está en su propia ilusión y no hace ningún esfuerzo por abandonar esa condición humana, aun sabiendo que eso la lleva a perder las oportunidades que le proporciona el universo.
En esta hora, queridos hijos, todo está en juego y las consciencias, más comprometidas con el Plan así como las menos comprometidas, están a las puertas de una gran definición interior que solo dependerá de cada uno, sin la influencia de nadie. Por eso, hijos, llegó el momento de observar todo con más consciencia y seriedad, eso los colocará en el camino correcto y podrán tomar la decisión correcta.
Ha llegado el tiempo de dar todo por el Plan, porque las herramientas ya están en sus manos para que puedan trabajar. Sería mejor que se preguntaran cómo usar el conocimiento recibido antes de aplicarlo según la propia voluntad. A los que tienen las herramientas en sus manos y no las disponen para servir, les costará más donarse y vivir de verdad el Plan.
Todo comienza con la decisión y con la consciencia que se tenga sobre la verdadera necesidad de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los despierta a la Consciencia Mayor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Padres de la Tierra:
Como Vuestra Madre y Guía del Cielo, cuido todos los detalles del mismo modo que cuido y protejo a cada alma.
Entréguenme a sus hijos que Yo los cuidaré así como cuido de ustedes todo el tiempo cuando están Conmigo en oración.
Confíenme a sus hijos de la Tierra para que ellos también algún día alcancen el despertar y la redención.
Mi maternidad acompaña con dulce mirada a sus hijos, que para ustedes son la experiencia viva del amor, de la compasión y de la comprensión.
Padres amados, Dios les ha dado un aprendizaje, una vivencia y una experiencia a través del nacimiento de sus hijos; experiencia que en esta vida, y en este momento del planeta, los ha llevado muchas veces a soportar, a amar, a comprender y, especialmente, a perdonar.
Cada uno de ustedes, padres de la Tierra, tuvieron que aprender a renunciar, a aceptar las decisiones de sus hijos y de sus familias.
La oración del corazón los llevará a comprender las decisiones de la vida y las de sus hijos, así como Yo entiendo las de ustedes y las acepto en profunda maternidad.
No esperen realizar en sus hijos sueños de este mundo, aspiren a que ellos estén en Mis brazos de Madre del mismo modo que ustedes y sus familias lo están, sobre todo cuando están lejos de sus seres queridos.
Todos son almas en redención y en transformación, pero Mi sagrada maternidad les concede todas las Gracias. Por eso hoy los invito a que coloquen en Mis brazos a sus hijos así como ustedes muchas veces lo están, tanto en los momentos de felicidad interior como en los de dolor.
Sepan, Mis amados padres de la Tierra, que ustedes y sus hijos pertenecen a Dios y que algún día volverán a Dios a pesar de lo que vivan en este mundo.
Yo los preparo para que entreguen a sus hijos a la Voluntad de Dios del mismo modo que Yo entregué a Jesús, en confianza, al Padre Celestial.
Los animo a crecer interiormente.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien los acompaña,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Une tus oraciones a Mis plegarias de luz y deja que Yo cuide de todas las cosas.
Une tus aspiraciones a Mis planes de paz, así verás cuánto hay para hacer por esta humanidad.
Trabaja Conmigo, y a través de Mi Corazón con todos los necesitados; por medio de las obras simples lleva Mi Amor divino a todos.
Consolida en tu espíritu Mis doce atributos celestiales y sigue a la Madre Universal por los senderos que indico para las almas.
Abraza la caridad y el servicio como legado, así verás cuántos prodigios sucederán a través de todos los que se donan a los demás y a Mi Corazón.
Construye en Mí tu templo sagrado. Que tu vida y tu corazón sean el verdadero oratorio en estos tiempos, para que el desamor sea vencido y la indiferencia sea borrada de los corazones que no viven a Dios.
Con tus manos teje Conmigo el manto de la Misericordia y restaura en cada acto lo que necesita de perdón y compasión.
No dejes de ver a tu alrededor las necesidades de tus semejantes, porque Mi Amado Hijo podría estar escondido en los corazones sufrientes.
Vive Mi proyecto de paz todos los días; que tanto en la alegría como en la tristeza puedas ver la Voluntad de Mi Señor, así aprenderás a vivir tu propia cruz no como un peso, sino como la liberación de todo error.
Confía, soy Tu Madre. Yo no abandono a Mis pequeños hijos, rezo a tu lado para que algún día hagas cosas más humildes, así como Mi Hijo las realizó.
Te amo y oro por todos en el Sagrado Templo del Corazón de Dios.
Los bendice en gloria,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
De la flagelación a la Cruz
Queridos hijos:
Sigan a Vuestra Madre del Calvario por el camino del calvario. Acompañen a Jesús martirizado hasta los pies de la Cruz y recen Conmigo por todos los que deshonran la victoria que Mi Hijo alcanzó por Amor.
Yo soy Vuestra Madre Dolorosa porque veo las indiferencias y acciones humanas que hacen sucumbir a las almas.
Yo soy Vuestra Madre Dolorosa porque siento el peso del pecado de los hombres ingratos que no aman la Cruz de Mi Hijo.
Yo soy Vuestra Madre Dolorosa porque, en este tiempo, veo el camino de la muerte que muchos hijos Míos recorren, lejos del verdadero camino de la Cruz.
Si Mi Hijo vivió y soportó todos los padecimientos, indiferencias y crueldades humanas, ¿cómo las almas no se atreven a ver en Cristo el Camino, la Verdad y la Vida?
Sigamos los pasos silenciosos de Mi Hijo hasta el Calvario. Los que lo negaron, hoy lo rechazan; los que lo flagelaron, hoy son indiferentes; los que lo crucificaron, hoy mutilan a la humanidad.
¿Dónde está el perdón entre los hombres?
Yo soy Vuestra Madre Dolorosa y en el silencio de la oración les enseño a perdonar antes de que todo suceda.
Queridos hijos, subamos al Monte Calvario y hoy revivamos la Pasión de Nuestro Señor; porque Cristo, en Su Bondad, les muestra el poder de Su Sacrificio y de Su Paz por encima de toda adversidad.
Él triunfó silenciosamente, y ustedes deben imitarlo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
A los pies de la Santa Cruz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre del Calvario
Hijos,
Contemplen hoy la Gracia inestimable de estar ante Mi Presencia y en profunda unión a Mi Inmaculado Corazón. Clamen a Dios por una oportunidad para este mundo.
Cuando en el día de ayer consagraron nuevamente sus almas a Mi Plan de Amor, retiré de sus vidas las raíces de todo sufrimiento, de toda angustia, de todo aquello que les impedía encontrar a Dios, a pesar de su fe y devoción.
Hoy, Mis amados, les pediré una intercesión espiritual, en nombre de todos aquellos que no Me conocen, que Me niegan y que no aceptan Mi Amor materno, por miedo, por inseguridad, por ignorancia o porque sus corazones están ciegos y cerrados.
Le pediré a todos Mis hijos una mayor profundidad en la propia entrega, una mayor abertura para la vivencia del amor y del perdón y también para la comunión con los Reinos de la Naturaleza. Porque ustedes hijos, son pocos entre la mayoría de los seres humanos que están viviendo un mayor despertar al amor y al conocimiento superior.
Existen otros hijos Míos en el mundo, que Me siguen y que responden a Mi llamado, pero que también están condicionados por sus vidas y por sus culturas. Por eso, no les puedo pedir lo imposible para la mente humana, como Me arriesgo a pedirles a ustedes.
Sus corazones, queridos, se abrieron para manifestar lo imposible, para responder a los designios superiores, aunque muchas veces eso implique que parezcan locos a los ojos del mundo.
Mi Corazón puede contar con aquellos espacios de sus consciencias que, a pesar de comprender, respetar y valorizar la vida en la Tierra, sabe que en verdad, este es apenas un camino, una vía para algo superior.
Les digo esto, hijos Míos, porque estoy preparando sus corazones para una entrega más profunda y total, para la vivencia de una locura aún más santa, santificada por el cumplimiento de Mis Planes.
Como la consciencia humana está tan distanciada de los Planes de Dios y tan aferrada a las cosas materiales, les costará mucho comprender los designios espirituales del Creador y es por ese motivo que parecerá que están locos a los ojos del mundo. Pero aquellos que Me responden, aun sin comprender, verán nacer los frutos y las manifestaciones esperadas por Dios y, recién entonces, hijos, podrán confirmar la veracidad de lo que les dije durante tantos años.
Cuando el caos impregne al mundo entero, pero no al corazón de Mis hijos, es que la humanidad comprenderá lo que le quería decir, cuando les prometí establecer Mi Paz en sus vidas.
Cuando las naciones que visité manifiesten, en los tiempos de tribulación, la respuesta de la acción de la Gracia entregada por Mí, a través del despertar de los espíritus, es que todos podrán ver que Mis peregrinaciones no eran simbólicas y no era tan invisible lo que Yo estaba intentando mostrarles.
Hijos, cuando las conversiones de aquellos que toman contacto con Mis palabras se multipliquen y se irradien a otros, por medio de sus ejemplos, es que comprenderán el poder de Mi Verbo maternal y que hay algo más que frases simples y llenas de amor en lo que les digo.
Tal vez no comprendan mucho lo que les pido hoy, tal vez la dinámica de la transformación del Plan y su constante adaptación, según la respuesta de todos, les cause muchas dudas y confusiones. Pero en este tiempo, Mis amados, apenas fijen sus ojos en lo que Yo construí dentro de sus corazones y midan la veracidad de Mi presencia por el amor que deposité en sus seres y no por lo que sus mentes pueden comprender. La lógica de los Planes de Dios y las leyes en las cuales estos se basan no son comprensibles para la mente humana.
Aquellos que quieran comprender los Planes del Altísimo, antes de amarlos y seguirlos, se confundirán. Por eso, confíen en la Ley del Amor y acuérdense de que la victoria de Mi Hijo pareció un fracaso para muchos. Así verán como los Planes de Dios son incomprensibles para la mente humana que no sabe amar.
Concéntrense hoy en lo que les diré y abran sus corazones, no a la razón sino al amor absoluto. Así les podré enseñar cuál es la verdadera tónica de estos tiempos, y sabrán pensar y sentir de la misma forma que Mi Inmaculado Corazón, para que al final de todo, sepan guiar a sus hermanos, como Yo los guié.
Los amo y los bendigo siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este día los invito a prepararse para el encuentro de oración que llegará. Eso es motivo para que sus vidas estén disponibles para el cumplimiento de la Voluntad Divina.
Quisiera, hijos Míos, que sus corazones siempre caminaran en la fe para que desde ahora estén preparados para ser tocados por la llama del Espíritu Santo.
En esta hora, que sus corazones estén en oración y en comunión con Mi Hijo para que, fortalecidos en la fe, puedan dar pasos hacia la consagración al Padre Celestial.
Hijos, como Vuestra Madre, los conduzco por el camino de la santidad y del servicio a los más necesitados.
Aún muchas heridas espirituales deben ser curadas por el bálsamo que proporciona la propia oración.
En sintonía con todo lo que sucederá en el próximo encuentro de oración Yo les entrego, hijos Míos, las llaves del perdón y de la misericordia para que todo esté bajo el amparo del Padre Celestial.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En fe y amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que en este día de Mi Inmaculada Concepción, los corazones desesperados de Medio Oriente puedan recibir un rayo de Mi Gracia a través de las obras de caridad y de servicio que Mis misioneros de la paz están llevando adelante.
Queridos hijos, en este día en el que vuestra Madre Celeste reveló al mundo Su Inmaculada Concepción, quisiera pedirle a cada uno de Mis hijos que recuerde su pureza original latente en lo profundo de su espíritu. Es esta sagrada pureza original, que la mayoría de Mis hijos perdió como consecuencia de las guerras y de los exilios hacia regiones lejanas.
Hijos Míos, pero aún en el mundo todos los que oran a Mi Inmaculada Concepción mantienen viva esa pureza que Dios concedió desde el principio a cada uno de ustedes.
Queridos hijos, trabajen todos los días sin demora, para que algún día la entrega y la ofrenda de ustedes sean el testimonio de su pureza original ante Mi Hijo.
Deseo que a través de las misiones humanitarias no solo se recuperen los valores de la dignidad humana, sino también los valores espirituales de la pureza original. Y eso lo conseguirán cuando en sus seres se refleje la presencia espiritual del Padre Celestial por medio del amor, del servicio, de la fraternidad y de la entrega que todos son llamados a vivir en el nombre de Mi Hijo.
Hijos Míos, mientras la misión en Turquía continúa, quisiera que los misioneros de la paz llevaran estampado en sus corazones la llama rosa de Mi Amor, la llama divina de vuestra Madre, la que los conducirá a encontrar la pureza original en sus seres.
Mientras el mundo se está purificando, es necesario que existan almas pacificadoras que irradien la pureza original del Creador a través de los actos fraternos de servicio y de amor al prójimo.
En todo esto existe un gran propósito: recuperar la inocencia que la humanidad perdió por ignorancia y por error. Es así, queridos hijos, que las misiones humanitarias serán un puente directo a la vivencia del amor y del perdón que le falta al mundo entero.
Hoy los bendigo universalmente desde el Santuario de Notre Dame de Lourdes,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Hijos Míos:
Mientras las guerras se expanden por el mundo y en muchas mentes reina el deseo de un gran conflicto mundial, Mi Inmaculado Corazón los llama a difundir el Espíritu de la Paz, a hacer del gran caos, que se expande a diario, la razón para que maduren inmediatamente y asuman rápidamente el lugar que les corresponde en el Ejército de la Paz y del Amor, guiado por Mi Corazón.
Los llamo a hacer de la sangre derramada por los cristianos del mundo, el motivo para fortalecer su propia fe y proclamar aún más alto que Cristo reina en su interior.
La batalla ya está en curso: no hay reglas, no hay límites.
Así como no hay límites para las maldades que suceden en el mundo, ustedes tampoco deben colocar límites en su capacidad de amar. Amen sin límites, sin condiciones. Lleven esperanza hacia los corazones que perdieron la fe.
No es que serán ingenuos delante de lo que ocurre en el mundo o indiferentes a las guerras y a los sufrimientos del prójimo, pero sí serán conscientes de la batalla y participarán en ella, proclamando la paz, venciendo la astucia del enemigo con actos de amor.
Frente a las guerras religiosas, vivan la paz entre las diferentes religiones. Difundan el respeto por el camino escogido por cada uno, para llegar al Único Dios.
Cuando el enemigo los derrumbe y los lleve a la perdición, no se desanimen: confíen en la Misericordia que los congregó en este mundo y perseveren una y otra vez en la vivencia de la perfección, hasta que sus consciencias comprendan que es tiempo de crecer y dejar de lado las infantilidades, para que sean verdaderos apóstoles de Cristo en este mundo en tinieblas.
Hijos Míos, para que la humanidad reconozca los tiempos que vive, deben difundir la Misericordia y la Paz. Abran los ojos de los que están dormidos, den a conocer los tiempos de tribulación, el Armagedón espiritual y físico que ya comenzó en el mundo y que poco a poco purifica la Tierra, para que ustedes aprendan a buscar a Dios.
Para que la humanidad despierte, necesitan actuar y no callar más, aunque sí anunciar al mundo la posibilidad de actuar por la oración y por los actos de perdón y de reconciliación pedidos por San José, así como también por los actos de servicio.
El mundo necesita equilibrio y paz, pero esto les será concedido por los méritos alcanzados por el corazón humano.
Hoy, les pediré que sus corazones sean uno con los corazones de los misioneros, tanto los de Medio Oriente como los de Argentina. Deseo establecer la paz, pero para eso es necesario que generen méritos por la oración y por la acción consciente en sus vidas.
Mis amados, si supieran del mal que se precipita en el planeta, no perderían tiempo consigo mismos y con sus propias aspiraciones, sino que se encaminarían hacia el cumplimiento del Plan Superior, para suplir las mayores necesidades de este mundo.
Lo que Dios más necesita de todos en este momento es de su madurez, de su verdadera consciencia de los tiempos que viven, que sean consecuentes con todo lo que saben y que no solo estén en Mis Apariciones, creyendo que es suficiente escuchar Mis Palabras.
Cuando dicen ser apóstoles de la paz y dicen querer establecer la paz en el mundo, pero no consiguen comprender al prójimo y vencer su propio orgullo para disolver los conflictos con aquellos que tienen a su lado, su despertar jamás será verdadero y no podrán decirse soldados de Mi Ejército de la Paz, pues aquel que es un soldado en este Ejército, vive la paz en las pequeñas cosas de la vida, ama al prójimo en los pequeños detalles, comienza el servicio con aquellos que tiene a su lado, y así, poco a poco, irradia la paz hacia el mundo.
Que Mi Paz sea una realidad en las vidas de los que dicen proclamarla.
Sean verdaderos consigo mismos y con Dios, porque el enemigo se servirá de sus máscaras para vencer sus corazones con los orgullos y las vanidades que aún viven.
Hijos, busquen tener corazones humildes para vencer el orgullo que causa las guerras en el mundo entero.
Los amo y siempre los bendigo.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Un grupo de monjes de Aurora nos reunimos para orar el Rosario y esperar la llegada de la Madre Divina. Cuando estábamos en el último misterio del Rosario, vi con claridad el Medio Oriente que estaba siendo trabajado espiritualmente por la oración, y vi a la Santísima Madre por encima de todos esos países derramando una intensa Luz blanca que salía de las palmas de Sus manos, de Su Corazón y de toda Su aura. La Santísima Virgen extendía Sus brazos hacia esa región en actitud de constante ofrenda y, al mismo tiempo, suplicaba por todas esas naciones a través de un profundo silencio, mientras observaba todo lo que allí sucedía.
Cuando la Virgen María apareció donde nos encontrábamos orando, se mostró envuelta en un manto que tenía grabada la bandera de Siria. María abrazaba con amor y fervor ese manto, suplicando al Padre.
Como un gran Espejo de Luz y de Amor, desciendo al mundo para retirarlo de la maldad en la que vive, porque el mundo está ausente del Amor de Dios.
Desciendo en gloria hacia los recintos más oscuros del planeta, para que Mi Espejo de Luz disipe las ideas y formas sobre una guerra estremecedora. Por eso, sus oraciones siempre serán las luces que brillarán y no dejarán que reine el mal en el corazón de los hombres, mal que se ha expandido por el mundo.
La victoria y el triunfo de Mi Inmaculado Corazón se darán a través de todas las almas, que en la hora más aguda de la Tierra, cuando el gran abismo esté totalmente abierto, serán el consuelo en la desesperación, serán la fuerza interior para la transformación, serán el verbo vivo en la esencia de los que busquen la unión con su Madre Celeste.
En esa hora, en la que todo será evidente y nunca más ocultado, la firmeza y la oración realizada con confianza serán el camino para encontrar la salida. Las almas no tendrán hacia dónde correr durante el tiempo de la purificación de la Tierra.
Ya estamos en la primera hora del Juicio, todo el universo sabrá de qué lado estará cada alma de la Tierra. La cosecha ya terminó, la paja y el trigo están extendidos por todo el campo. A los ángeles del Cielo les llegó la hora de presentar la ofrenda de los frutos de los hijos de Dios y el resultado de lo que cada alma sembró para estos últimos tiempos.
Su Madre se encuentra en oración permanente, esperando que las últimas trompetas sean tocadas por los serafines en dirección a la Tierra, momento en el que los vientos soplarán fuerte y la Tierra se purificará.
Sé que muchos de Mis hijos no creen que esto sucederá; lo que fue escrito en los Libros Sagrados se está cumpliendo y esto es la muestra de que son muy pocos los que han dado el paso hacia el Señor. Pero aún hay tiempo para el arrepentimiento y el perdón verdadero, sus vidas ya deberían estar corregidas y alineadas con el principio del Señor del Mundo.
En esta hora tan aguda, la fe deberá ser el pilar inquebrantable, la estructura inamovible, serena y mansa que pueda sustentar a otras consciencias cuando todo suceda.
Dios, en Su profundo silencio y reflexión, no esperaba tanta indiferencia humana y tan poca respuesta de parte de Sus hijos al llamado a un gran cambio.
Los Siervos de Adonai ya decretaron cada una de las Palabras encomendadas por su Dios, pocos escucharon y ya es tarde; aún los corazones duermen en sus castillos de barro y la gran corriente del cosmos se está aproximando con fuerza al planeta y al sistema solar.
Por eso, su Madre desciende como un gran Espejo para que comprendan que es hora de que la mayoría de los autoconvocados reflejen cosas buenas, siguiendo los principios de la Ley y de la Verdad, para poder estar protegidos de los propios engaños.
El Cielo sabe que las almas nada saben sobre el Apocalipsis, porque esta es una experiencia que se desarrolla en los últimos tiempos que todos están viviendo.
Si ustedes se transforman, no se resisten y hacen triunfar Mi Corazón verdadero en cada una de sus vidas, tal vez, hijos amados, muchos no padecerán lo que no sembraron bien.
Sean esos espejos tan necesarios en estos tiempos, espejos que deben estar en ofrenda en las Manos de Dios para que Él refleje Sus principios de Amor y de Unidad, algo que toda la humanidad ha olvidado.
Por eso, sean consecuentes con el llamado y así no se desviarán por causa de sus propios impulsos humanos. El Padre los espera con Sus Brazos abiertos para darles a conocer el poder de Su Amor, Amor que en este tiempo no es buscado.
Espero que, en esta hora de definición y de Juicio para todo el planeta, sus corazones estén elevados hacia el Señor, así Él recibirá de sus seres internos una verdadera respuesta de amor.
Hoy Me encuentro rezando y observando el Juicio espiritual que está viviendo todo el Medio Oriente; así, comprenderán, queridos hijos, que algo está por suceder.
Solo nos resta orar, orar y orar y nunca faltar, así sus corazones estarán protegidos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En oración y vigilia,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
En el nombre santo de Mi Hijo amado, Yo los bendigo y les entrego la Gracia de pertenecer en estos tiempos al Plan del Creador.
Abro Mis brazos y extiendo Mis manos sobre ustedes, para que Mis rayos de Perdón y de Amor colmen sus almas del Espíritu santificador de todas las formas y así se establezca la colonia de los nuevos apóstoles de Cristo. Son ellos, al igual que los misioneros de la paz en Medio Oriente, los que verán a su alrededor la miseria humana encarnada en la vida de los inocentes y de los que padecen el agravio por las guerras.
Es a través de los silenciosos apóstoles de Cristo que podrá concederse un tiempo más de paz, cuando ellos se encomienden al Plan de Dios, todos los días de sus vidas.
Queridos hijos, mientras caminan hacia la transformación y en sacrificio por el mundo, nunca estarán con las manos vacías, porque siempre tendrán el Espíritu de la Providencia para donarlo, a través de las obras, a los que en verdad necesitan ayuda espiritual.
En estos tiempos difíciles, deberán reflejar su sagrada fidelidad y su confianza en todo lo que viven, en agradecimiento a Dios por haberles permitido crecer en consciencia y en simplicidad.
Podrán ayudar y servir al mundo entero que sufre cuando sus corazones reverencien, día a día, los designios que descienden sobre ustedes como una Gracia transformadora.
Mi apoyo y Mi Luz siempre los acompañarán. Yo soy la Madre Universal que todo comprende y ama, pues Mi único propósito es que imiten a Mi Hijo y que algún día se parezcan al Cristo de los pobres, amando todo así como Él amó.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En la Paz viva que brota del Corazón de Dios, los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más