- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Recoge tu corazón, con Cristo, en lo profundo del Corazón de Dios.
Recoge tu consciencia, tu vida, tu mente, tu alma y tus emociones más profundas en el Corazón de Dios.
Recoge tus planes, tus aspiraciones, tus metas, tus comprensiones más internas, tus victorias más altas, tus caídas más bajas, todo lo que eres, recógelo en el Corazón de Dios.
Recoge en el Corazón de Dios tu humanidad, los registros internos de vidas y vidas llevadas adelante en busca del Amor de Dios y del cumplimiento de Su Plan y de Su Voluntad.
Recoge también tu espíritu, misterioso y silencioso, tu parte más próxima a la Verdad y al Tiempo de Dios. Deja que todo esté en el Corazón del Padre, que retorne a Él y allí tome su tiempo para recrearse, transformarse, curarse, restaurarse y ser nuevo.
Permite, hijo, que todo se haga nuevo en el Corazón de Dios. Suelta las riendas del aparente control de tu vida. Deja que tu alma traspase las piedras del sepulcro profundo y oscuro de la condición humana, de sus certezas e ilusiones, de sus medias e imperfectas verdades y que, elevada en alto vuelo, tu alma llegue al Corazón de Dios y aprenda dentro de Él lo que es resurgir.
Experimenta, en tu interior, esa ciencia espiritual y divina del vacío, de la muerte para la vida eterna, de la resurrección.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cuando la paz comienza a llegar al corazón de los hombres y, a través de las pequeñas renuncias, ellos son capaces de encontrar la mansedumbre y la quietud, es ahí, hijos, que Dios se hace presente.
Dios se hace presente en los corazones que saben agradecer hasta por los detalles de la vida, saben agradecer por estar en Su camino de Amor bajo el manto de Su Divina Misericordia.
Cuando calman sus corazones en el espíritu de la gratitud, su Creador se hace presente.
La gratitud es más que un sentimiento de respeto y de agradecimiento. La gratitud, en la ciencia espiritual, es un Don Divino, por el que la consciencia reconoce su pequeñez y la grandeza de Dios; reconoce que, a pesar de la vastedad de la Creación, el Padre tiene Sus Ojos puestos sobre todos Sus hijos; y esta certeza, que nace del espíritu profundo de la gratitud, es la que abre las puertas para que el Creador esté presente.
La gratitud cura sus células, sus átomos y su consciencia. La gratitud cura sus espíritus del egoísmo y de la indiferencia humana. La gratitud le concede a la humanidad una nueva oportunidad de encontrar la paz, porque ella se torna digna de estar en Dios y en Su Verdad.
La gratitud abre las puertas a las ciencias más profundas, a los misterios más ocultos, porque solo aquel que sabe ser grato por lo que recibe de su Creador sabrá valorar Su Tesoro Divino. Entonces, todo le puede ser entregado.
La gratitud es la llave de la abundancia, la llave para liberarse de los constantes deseos humanos.
La gratitud es la puerta para la comunión con el Todo, es una de las vertientes celestiales que los hará retornar al Corazón de Dios.
Por eso, hijos, sean siempre agradecidos por todo.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
El Misterio de la Divina Misericordia
La Misericordia es una Gracia aún desconocida por los hombres. La ciencia espiritual que la humanidad conoce aún no adentró en la comprensión plena de este misterio, porque intenta incluir a la Misericordia en su conocida teología y no la ve como algo que trasciende todo lo que es conocido por el hombre.
En la Cruz, el Creador transformó todas las Leyes, y el Dios de la Justicia abrió un nuevo ciclo para toda la vida, un ciclo de piedad, de perdón y de redención, a pesar de la gravedad de los pecados de los hombres.
No hubo mayor pecado que aquel vivido por los que flagelaron y crucificaron al propio Dios. Pero aun así, hijos, cuando ellos fueron tocados por la Sangre misericordiosa de Cristo fueron perdonados, curados y redimidos por la potencia de Su Amor.
La Misericordia es un misterio que está unido al misterio de la creación humana. Es una Gracia que proviene del vínculo entre los hombres y Dios, su Creador. Fue a partir del momento en el que el Padre se tornó pleno en Sus criaturas, a través de Su hijo, y demostró a los seres la verdadera esencia de lo que es la humanidad, que la Misericordia pasó a fluir hacia el planeta y hacia toda la Creación.
La Misericordia nace del Corazón de Dios como una nueva oportunidad para que los seres alcancen la Gracia del Amor. Pero, para llegar a los universos materiales de la manifestación de la vida, el vehículo de la Misericordia es la oración de los hombres y la puerta para la Misericordia es su corazón.
La esencia humana está íntimamente ligada a la existencia de la Misericordia Divina, hasta el punto de que su genética puede guardar, físicamente, la potencia y la presencia de este Don que proviene de Dios, así como lo fue en la Sangre de Cristo.
El Redentor vivió en plenitud la Divina Misericordia para que todos los seres reconocieran su propio potencial y caminaran en dirección a él.
Les digo todas estas cosas para que comprendan la importancia de clamar, verdaderamente, por la Misericordia en este tiempo, no solo para este mundo, sino para toda la Creación.
Reconózcanse a sí mismos como potenciales portadores de esta Gracia que proviene del Padre y clamen para que ella descienda sobre el mundo y sobre toda la vida. Cuanto más clamen y oren, más se aproximarán a Dios y más despertarán en su interior lo que verdaderamente son.
Infinitos son los potenciales de los seres humanos, pero en este tiempo, hijos, solo la pureza del corazón y la oración sincera podrán despertarlos. Es sirviendo a este planeta, que podrán adentrar en los misterios sobre sí mismos y se aproximarán al Corazón de Dios.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Serie – Manifestación de Aurora – Parte VI
De Mi Corazón Misericordioso hoy emana un rayo verde de cura, pues Mi deseo, dentro de muchas aspiraciones, es poder manifestar la contraparte de la cura en la superficie de Aurora, es decir, aquella parte de la cura externa e interna que necesitan los cuerpos de las personas para poder restablecerse y sanarse.
Por esa razón, esta parte del proyecto de la manifestación de Aurora es muy importante para Mí, porque aspira a que en el área de Redención 1 se construya la Casa de la Cura y de la Restauración, absolutamente consagrada al Hermano Pío; pues ella será, finalmente, su lugar dentro de Aurora, en donde su presencia podrá curar a las almas.
La Casa de la Cura y de la Restauración en Redención 1 servirá de grandísimo apoyo para la etapa posterior a la cura espiritual que ofrece Aurora. Esa Casa, que tendrá como guardián al propio Hermano Pío, recibirá a los corazones que hayan pasado por el proceso de liberación espiritual.
Esa Casa simple, pero armoniosa, cumplirá una de las tareas más importantes dentro de la tarea espiritual del Reino de Aurora. Ella se encargará de las fases externas e internas de la purificación y de la rehabilitación, teniendo como base los conocimientos recibidos por Fray Ameinó a través de las terapias externas; así como también contará con un área ambulatoria para atender a la comunidad local y a los colaboradores que estén en Aurora.
La Casa de la Cura y de la Restauración será la primera sede del sector salud y cura en Uruguay y esta Casa deberá contar con seis consultorios, dos salas de hidroterapia, un área ambulatoria, un área de enfermería y un área para la elaboración de medicamentos naturales, así como para el procesamiento de todas las hierbas medicinales. También contará con una infraestructura externa más pequeña que albergará cuatro habitaciones con una pequeña cocina, unos baños y una lavandería para los pacientes que permanecerán en tratamiento por algunos días en Aurora.
De poder concretarse esta construcción podría decirles que el cincuenta por ciento de la tarea del Reino de Aurora ya estaría realizada.
La Casa de la Cura y de la Restauración no solo atenderá semanalmente a los corazones que lleguen para el proceso cura, sino que también servirá para el tratamiento de los integrantes de la Comunidad-Luz de Aurora y de la comunidad local.
Esperaré con alegría la concreción de la Casa de la Cura y de la Restauración de Aurora. Este impulso también permitirá reparar y reconstruir los edificios que ya existen y que necesitan de un inmediato mantenimiento, para que los hermanos que allí viven puedan llevar adelante las tareas designadas.
Contaré con la ayuda honoraria de arquitectos, ingenieros, constructores, obreros y colaboradores que quieran pasar un periodo en Aurora para evaluar, junto a la coordinación de la Comunidad-Luz de Aurora, este proyecto de su Señor.
¡Les agradezco por esforzarse por cumplir la tarea de Aurora para el Uruguay y el planeta!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Los árboles y la vida - Parte II
Cuando el Señor creó el planeta y lo manifestó a través de Su Pensamiento más puro de Amor por la vida, colocó en cada detalle de la Creación una ciencia profundamente espiritual, en la que todo lo que vive y habita en la Tierra colabora en la renovación del Amor y en el retorno al Corazón de Dios.
La dualidad, el caos y el mal construidos por el hombre son fruto del desvío de la consciencia humana del Corazón de Dios. A través de sus elecciones, los seres escogen estar en Dios y descubrir, en comunión con la Creación, el camino de retorno a Su Corazón, o escogen permanecer en la ilusión y en los enredos de sus limitaciones humanas.
El Creador permite que ciertas cosas existan para conducir al hombre a la superación y al vencimiento de sí mismo y no hacia los abismos del mundo, en donde se adentran las almas todos los días.
La naturaleza aún es un misterio a ser develado por la consciencia humana, y eso no se dará a través de su limitada ciencia, sino que será por medio de su corazón, el que es capaz de adentrarse en la ciencia divina y comprenderla a través de la simple presencia del Espíritu de Dios.
Los árboles, hijos, son el hilo que mantiene la Tierra unida al Cielo y no permite que la consciencia humana se desvincule totalmente de Dios. A pesar de las acciones humanas, de las guerras y de la indiferencia, los árboles silenciosamente penetran con sus raíces físicas en lo profundo de la Tierra y, con sus raíces espirituales, llegan al centro del planeta, manteniendo la unión entre la vida en la superficie y la esencia de la Tierra.
Con sus copas, sus troncos, ramas, hojas y flores físicas los árboles mantienen el camino de elevación hacia el Corazón de Dios. Y con sus copas espirituales, llegan a los Cielos y se nutren en las Fuentes Sublimes para que, al transformar el aire que la vida respira en la Tierra, traigan también las gracias y el alimento espiritual que permite que las consciencias no pierdan la paz y la posibilidad de amar.
Los árboles nacieron para servir y ellos aman su servicio; por eso, hijos, a pesar de ser tantas veces ultrajados, no dejan de crecer, de florecer y de dar sus frutos en este mundo.
Contemplen la donación de los árboles y, enviándoles a ellos su eterna gratitud, dejen que sus consciencias sean conducidas a la esencia de la Tierra y al más alto de los Cielos, recordando, así, el verdadero motivo de su existencia.
Los árboles no se olvidan para qué fueron creados. A través de ellos ustedes también deben comenzar a recordar.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
En este día de gracia, Mis queridos hijos, su Madre Celeste desciende con todos los Tesoros del Cielo para colocarlos y depositarlos sobre este nuevo Centro Mariano, el que tímidamente nacerá por medio de los esfuerzos y de las oraciones de los que Me quieran corresponder.
Por esa razón, en este día traigo entre Mis Manos siete de los cientos de esferas celestiales que se guardan en el Reino Mayor, para que, sembrándolas en la consciencia espiritual de este Centro Mariano, ellas se abran e irradien los principios celestiales para lo cual fueron traídas hasta aquí.
Esta ciencia espiritual, que hoy la Siempre Virgen María despierta sobre este Centro Mariano, ayudará al propósito que este espacio simple, pero humilde, cumplirá dentro de la Voluntad Divina.
El Centro Mariano Santuario de la Creación tiene como propósito atraer desde el Universo Divino las corrientes poderosas y curadoras que ayudarán a la restauración y a la rehabilitación de los Reinos Menores y de los Reinos Mayores, como son el dévico, angélico y el humano.
Este Centro Mariano albergará almas en servicio de oración, pero también resguardará la esencia de cada uno de los Reinos, la que necesita de ayuda y de asistencia espiritual para que, en la próxima fase del planeta, la esencia o la matriz de los Reinos se desarrolle en otro grado de evolución.
Por ese motivo, todo lo que sea gestado aquí, en este Centro Mariano, tendrá su repercusión en un futuro inmediato y en un futuro lejano. Todo es parte de una construcción espiritual y divina.
El Centro Mariano Santuario de la Creación contribuirá sembrando las bases para la vida de los Reinos en la próxima etapa del planeta.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado por la salvación y por la cura de los Reinos de la Naturaleza!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Eleva tu consciencia a través del silencio, de la oración y de la aspiración a descubrir la ciencia espiritual de la vida. Deja que tu naturaleza de criatura divina se revele, a través de la humilde aspiración de expresar lo que verdaderamente eres, lo que naciste para ser.
Hasta hoy, hijo, la vida sobre la Tierra solo expresa una síntesis de las experiencias vividas por cada ser a lo largo de su evolución. A pesar de que este planeta haya sido creado para generar la renovación de la vida, nada aún de lo que en él se vive es nuevo.
No fuiste creado para expresar destrezas, sino virtudes; virtudes espirituales e internas que renuevan los Dones de Dios cuando son vividas por la expresión del amor en el corazón humano.
Todo en la vida sobre la Tierra guarda en sí un propósito sagrado y una ciencia divina y espiritual que cuando es vivida, transforma y eleva al planeta para que alcance el Corazón de Dios.
Los Reinos de la Naturaleza, los elementos, la composición de los seres de la Tierra, los grupos familiares de vida, algunas formas de expresión de la vida humana, todo guarda en sí un propósito sagrado. Y los seres humanos portan en su interior la síntesis de ese propósito, la llave para su manifestación, el misterio para su expresión.
La naturaleza cumple con su parte, hasta donde le es posible. La consciencia del planeta cumple con su parte, hasta donde le es posible. Y el mismo Dios cumple con Su parte, hasta donde le es posible. Pero para que todo se renueve, el corazón humano debe despertar, elevarse y colaborar para la elevación y la renovación de toda la vida.
La existencia humana es un misterio incomprensible para quien no conoce el Amor de Dios.
Medita en lo que te digo y cuando estuvieras delante de una manifestación de la vida, sea un elemento de la naturaleza, de los Reinos, sea de un semejante, emana amor y gratitud y aspira a que ellos expresen lo mejor.
Así se construye la evolución, siendo el motor que al otro lo lleva a amar.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más