Sábado, 8 de diciembre de 2012

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL TRANSMITIDO POR LA VIRGEN MARÍA A FRAY ELÍAS

Hoy llego a vuestras vidas como la Señora de Luján, especialmente para todos Mis hijos de Argentina que aguardan recibirme en estos próximos días.

Queridos hijos de Argentina, los tengo a todos ustedes dentro de Mi Corazón Materno y los invito a orar por todas las causas que día a día se están generando, principalmente en la Provincia de Buenos Aires.

El Señor me envía para acoger entre Mis brazos a cada hijo argentino, porque como Madre de la Paz quiero lo mejor para ustedes. Si ustedes, queridos hijos de Argentina y del mundo entero, oran por esta amada nación, estaré agradecida una vez más, porque así permitirán que la Divina Misericordia de Jesucristo se aproxime a cada necesitado corazón.

Ustedes, Mis hijos, deben consagrar en este último tiempo a cada una de las naciones al Corazón de Dios, para que ellas puedan ser guiadas por el Espíritu Santo y Sus Siete Dones. Agradeceré a todos Mis hijos que coloquen todos los días en vuestras súplicas a la nación de Argentina.

Como Madre y Reina de la Paz estaré esperando a todos Mis hijos de este país el día 18 de diciembre de 2012 en la ciudad de Buenos Aires, para derramar nuevamente todo el Amor Inmaculado que Yo siento por ustedes, y el día 19 de diciembre de 2012, nuevamente estaré con ustedes en una aparición extraordinaria en la ciudad de La Plata, Provincia de Buenos Aires.

Allí Mi Corazón Inmaculado cerrará un ciclo interno para todo el sur de Argentina.

Queridos hijos, estaré agradecida a todos por vuestra respuesta, porque el maná de vida, aquel que descendió para todos los pueblos del desierto, estará presente en esos días como Espíritu Crístico de Vida a través del Sacratísimo Corazón de Jesús.

Ahora, hijos Míos, Mi Corazón Materno los reúne a todos en el Centro Mariano de Figueira los días 9 y 10 de diciembre de 2012, para que me acompañen, a través de la oración del corazón, en una importante tarea preparatoria para este último ciclo de fin de año. Es una tarea que realizaré como Madre Instructora, la que formará vuestros corazones, para que así ellos, a pesar de todo lo que pueda acontecer, puedan estar mayor tiempo en Mi Paz.

Por eso, hijos Míos, el motivo de Mi llegada con anticipación tiene un fin celestial; por esto es importante que vuestros corazones se unan a Mi Propósito Divino de Paz. Sepan que el mundo en este último tiempo está acelerado y una parte de la humanidad, una gran cantidad de hijos Míos, no se detiene para ingresar en la oración. Cada vez que Yo desciendo del Cielo Mi Corazón hace que un alma nueva descubra el amor, para que ella pueda retornar al camino que había perdido.

Queridos hijos, Dios me envía para escoger a los hijos que, a través de esta tarea, anunciarán todos los mensajes que Yo les vengo dictando desde hace ya tanto tiempo. Por eso ustedes deben escuchar Mis palabras y llevarlas ante todo hacia vuestros corazones, para que la semilla de la conversión pueda formarlos como preciosas y redimidas almas que están unidas al Corazón de Mi Hijo.

Deben amar lo que Dios manifiesta como Voluntad, y eso dependerá de todos Mis hijos, los que vivan Mis mensajes todos los días y así se unan a Mí a través de la respuesta a Mis pedidos. Lo que viene desde el Cielo está lleno de esencia y espíritu divino y eso se convierte en palabras para que pueda ser escuchado por todos.

Cuando Yo les digo: “Quiero, queridos hijos...”, es Dios que les está revelando Su Magnífica Voluntad, por eso deben meditar si en verdad vuestros corazones escuchan Mis palabras. Sí así fuera, vuestras vidas ya habrán iniciado el camino de la redención.

Queridos hijos, amen mucho durante todo este día, pero amen mucho más desde vuestras esencias, más que desde vuestros pensamientos; permanezcan en el Corazón de Dios, para que Mi Hijo los acompañe en este tiempo definitivo.

La humanidad ya está viviendo el tiempo de su propia elección, el tiempo de saber qué camino recorrer.

Por eso oro por todos ustedes.

¡Les agradezco por escuchar con el corazón todos Mis llamados!

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad