Cuando colocas el pensamiento en Dios, puedes atraer Su Voluntad hacia tu vida.
Cuando colocas el corazón en Dios, puedes estar en la Presencia Divina y el Padre, tu Creador, puede vivir en ti.
Cuando colocas tu consciencia en Dios traes Su Reino hacia la Tierra y, a partir de ti, la vida comienza a pasar por una transformación hasta llegar al principio perfecto que el Creador pensó para ella.
Orar por un instante es colocar el pensamiento en Dios.
Orar y servir, haciendo viva la oración a tu alrededor, es colocar el corazón en Dios.
Orar, servir y ser como serías si tuvieras la certeza de que los Ojos del Padre siempre te están observando, es vivir con la consciencia en Dios, buscando agradar a Aquel que te observa, consolar Su Corazón de toda indiferencia y, más que eso, aspirar ardientemente a que todos los seres, donde quiera que estén, puedan participar de la Gracia de vivir en Dios.
Por eso ora, hijo, y ejercita estar con la consciencia en Dios, no para que te sientas perseguido, sino para que te sientas amado, acompañado y protegido y para que ese mismo Amor que recibes te lleve a amar más y mejor.
Vive con la consciencia en Dios para atraer hacia este mundo la Nueva Vida.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo