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Hoy retorno del Reino de Dios y traigo el Reino de Dios para ustedes, pero traigo sobre Mi Pecho las flores cultivadas en los jardines internos. Esta es la muestra que hoy traigo para todos de que Mi tarea se ha cumplido, a pesar de las adversidades.
Hoy no solo vuelvo a consagrar a Ecuador a Mi Sagrado Corazón, sino también a las Américas, a fin de traer al mundo la última Gracia Mayor, la que los ayudará a atravesar los tiempos tan definitivos y difíciles que enfrenta el mundo.
Pero hoy no vengo a hablarles del dolor y del sufrimiento, sino que vengo a hablarles de las promesas, que por más pequeñas que parezcan, se están cumpliendo. Por eso contemplo con amor todo lo que Me dan y todo lo que Me entregan. Contemplo con infinito gozo todo lo que donan a Mi Corazón. Con esas pequeñas cosas Yo haré la Gran Obra en el fin de estos tiempos.
No solo tendré el gozo de estar aquí, como en este día, estar también en otras naciones del mundo que también esperan por Mi llegada por intermedio de Mi Divinidad. Esto hace florecer las promesas de Dios en el mundo y sobretodo en los corazones que Me escuchan.
Hoy llevo sobre Mi Pecho todas las flores que he cultivado en los mundos internos, flores tan frescas y vivas, tan aromáticas y sutiles, que son el resultado y la muestra de la conversión de los corazones. Con este presente de las almas, hoy Yo Me iré de nuevo al cielo para dejar estas flores a los Pies del Creador y dar testimonio de que es posible cumplir lo que parecería imposible.
Estas son las flores de la confianza de las almas en Mi Corazón, de la justificación de sus errores ante Mi Presencia Misericordiosa. Y así, nada malo yace en los corazones, porque la semilla del arrepentimiento está brotando poco a poco en las almas y esto Me trae un gozo tan grande ante todo lo que veo en el mundo y que es horroroso.
Me complazco en las almas simples, en los corazones sinceros, en los espíritus humildes. Todos estos dones y estas virtudes, Yo las vuelvo a reintegrar a la Fuente de Mi Padre Creador, en donde una vez más se confirma que es posible la redención de la humanidad, a fin de que se establezca en este planeta el Reino de Dios.
Alegren sus corazones compañeros, porque hoy Mi Corazón está lleno del Amor de Dios y de Mi Corazón rebrota la Fuente de la Gracia y de la Renovación.
Desde el primer momento en que son sacramentados, hasta el último momento de la Comunión Conmigo, cada paso es muy especial para Mí. Cada acto de devoción, de entrega y de fe, son tesoros inextinguibles en Mi Reino. Y todo esto, Yo lo muestro a los Ángeles de Dios, que son tan semejantes a los hombres, pero de universos mayores. Ellos pueden testimoniar con su propia mirada, lo que realiza la Obra de Mi Misericordia en estos tiempos.
¡Cuántas almas son liberadas del error y del engaño! ¡Cuántas guerras se detienen con la oración sincera de los corazones! ¡Cuántas vidas continúan adelante para que no sean eliminadas ni abortadas! ¡Cuántos niños son llevados a los brazos de Mi Creador para ser consolados, para ser reparados y ser colocados en la Fuente del Amor! ¡Cuántas enfermedades futuras son disipadas para que no acontezcan en los seres humanos! ¡Cuánta luz es derramada en los que antes no la tenían y ni siquiera la veían!
Todo forma parte de la fuente de la confianza de las almas en Mi Corazón y esta Gracia no solo llega a ustedes, sino también al mundo que lo necesita. Esto hace cumplir las promesas en la Obra de Mi Divina Misericordia. Por eso hoy estoy en un pleno gozo, colmado por las rosas de la confianza de Mis compañeros y de Mis servidores. Soy colmado por el aroma del amor de los corazones simples que se entregan en los Brazos del Señor, para decir ‘sí’ y seguir adelante.
¡Cuanto más se enciende Mi Espíritu al escuchar la voz de las naciones del mundo pidiendo por la Paz! Ustedes ni se imaginan lo que sucede en cada nuevo encuentro entre los corazones que oran pidiendo la Misericordia al Señor.
¡Cuántos obstáculos son retirados del camino de Mis hijos y de Mis siervos! ¡Cómo la fe vuelve a brotar en los corazones que antes estaban vacíos y llenos del error!
Su Maestro y Señor se está preparando para un nuevo ciclo, junto a Sus compañeros. Y llamo a todos los que Me escuchan para que Me acompañen en la próxima Sagrada Semana, en donde no solo revivirán los Códigos de Mi Pasión, sino que acompañarán por primera vez a su Maestro a dar un gran paso que definirá el próximo tiempo para la humanidad y para el planeta.
Por eso vengo fuera de la iglesia, porque de lo contrario Me lo impedirían hacer. Es necesario meditar en los acontecimientos con tiempo, pero ahora, ya no hay tiempo. Mientras cada segundo y cada minuto pasa en su reloj, muchas más cosas suceden en el mundo. Como en África, por ejemplo, en donde a cada segundo un niño muere de sed.
¿Quién tendría el coraje y la valentía de ver eso junto al Maestro y solo callar y orar, pidiendo perdón por la indiferencia planetaria?
No iré a golpear a las puertas de los gobiernos, sino que iré a llamar a la puerta de los corazones que ni siquiera imaginan que están preparados para servirme en este último ciclo y en ellos realizaré Mi Obra, porque cuando se unen a la oración Conmigo, todo es posible, todo se realiza, todo se concreta, todo se manifiesta.
Del cielo Yo les traigo Universos Mayores para que los contemplen, porque ellos les servirán de auxilio para estos tiempos, para que no les falte la confianza ni la guía, para que Me sirvan sin distinciones, para que se entreguen a Mí de inmediato porque en Mi silencio Yo espero por Mis soldados, para darles Mi Voluntad.
Que las almas no pierdan la Gracia de estos tiempos, la alegría de estar renaciendo en el Señor, porque el Todopoderoso se hace visible entre las criaturas que solo Lo miran con amor y anhelo.
¡Cuántas heridas son cerradas en estos encuentros! Cada vez que se colocan ante Mi Presencia Yo puedo hacer más de lo esperado y no tengo límites para expandir Mi Misericordia en los más miserables del mundo, porque Mi deseo ardiente es que la mayoría no muera en pecado mortal, sino que esté limpio y puro para entrar al Reino de Dios.
Hoy vengo con un mensaje reflexivo para los que siempre Me han escuchado y que desde hace tantos encuentros Me acompañan sosteniendo entre sus manos la antorcha de la fe y de la persistencia a pesar de los obstáculos para seguir adelante junto al Maestro del Amor.
Hoy no quiero ver lágrimas de sufrimiento, sino lágrimas de alegría y de júbilo, al estar dando el paso junto al Señor, en la consagración interior y en el servicio por el planeta.
Al fin puedo ver con Mis Ojos a los que Me imitan, a los que viven Mi enseñanza así como Yo la pronuncié y la revelé en el Evangelio.
Parte de las escrituras del Libro Sagrado se cumplen en este día, porque la Sacrificada Mujer del Universo, Madre Mía y Madre vuestra, la Virgen María, cumplió Su promesa ante los Pies del Creador, llevando a Sus hijos al Universo de la oración y de la cura, para que ingresasen en una nueva etapa.
El Apocalipsis se cumple al pie de la letra: "Y verán venir del cielo a la Mujer vestida de Sol, coronada de Estrellas, con la luna a Sus Pies, anunciando el advenimiento del retorno de Cristo en los corazones del mundo y la serpiente del mal es pisada por Su bendito Pie y Ella disipa el dolor y la culpa de los hombres. Y la luna roja se eleva en el firmamento para anunciar la venida del Hijo del Hombre, el que está retornando como Fuente de Agua Viva”.
Llegó la hora de que todos ingresen a la Iglesia Celestial, la verdadera Iglesia que he fundado en los corazones y no en las columnas.
Eso fue lo que Yo les dije a Mis apóstoles y a todos Mis seguidores: "Busquen el Reino de Dios dentro de ustedes porque él está próximo. No sean opulentos, no se vicien con la vida material”. Pero muchos prefirieron llevar Mi Iglesia con poder y con un prestigio que Yo no quiero. Por eso retorno por segunda vez, para volverles a decir que la Iglesia Celestial, el Reino de Dios, está dentro de ustedes y no está fuera.
Pero hoy Me elevo al Cielo con el triunfo de los creyentes, de los que creen sin haber visto y sin haber comprobado absolutamente nada.
Bienaventurados son los que escuchan de Corazón, porque en el próximo tiempo y en el próximo mundo serán reconocidos como Mis siervos, Mis siervos de los últimos tiempos.
Que se rindan los que hoy no se rindieron y que reconozcan sus pecados los que hoy no se confesaron, para que sean merecedores de Mi Gracia renovadora, que viene a convertir lo que es imposible para este tiempo.
Cantan los Ángeles en el Cielo, cantan los coros en la Tierra, porque el Unigénito lleva sobre Su Corazón las flores de la confianza de Sus hijos al Reino de Dios, como el triunfo y la victoria de Su Proyecto.
Pero vendrán tiempos turbulentos y que estas, Mis Palabras, sean consuelo durante las horas difíciles. No prometo hacerlos felices; no prometo hacerlos felices en este mundo, sino en el próximo, en donde todo estará pronto para estar dentro del Reino de Dios y en sus memorias tendrán este pasaje y este momento. Hoy sus células guardan en su interior este legado, que es el último que Yo derramo antes de la última y gran batalla con el ángel caído.
San Gabriel Arcángel lo juzgará y Yo le entregaré la redención por medio de Mi Corazón Glorificado.
La dualidad terminará en la próxima Tierra, será la Tierra Prometida de la Unidad. Pero todo lo que Yo les digo estará por suceder. Mientras tanto no dejen de preparar sus corazones para el próximo tiempo. Las últimas llaves de la instrucción están siendo entregadas para la redención de los corazones y del mundo.
Llegará una hora, compañeros, que Yo ya no estaré más entre ustedes, porque como humanidad pasarán por la misma prueba que Yo pasé en el huerto Getsemaní, para confirmarme ante el Cáliz del Señor. Pero por esa hora no tengan miedo. Yo estaré en Espíritu Presente, cuando Me llamen.
Mi Sangre vertida en la Cruz, en la Pasión y en todo el Camino del Calvario, tiene un poder y un valor incalculable y será por la preciosísima Sangre de vuestro Señor, que quien confíe hasta el final tendrá la fuerza interior para vencer.
Mis Palabras hoy han bendecido todos estos sacramentos, porque son Palabras que vienen de Mi Corazón y de Mi Vida. Recuerden que Soy eterno y en la Eternidad todo es vivo y luminoso.
Que los que hoy se bautizan o los que hoy serán ungidos recuerden estas palabras, porque les servirán de auxilio para los próximos momentos y que todos sean sacramentados por el Sagrado Espíritu de su Señor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Este es Mi Cuerpo y esta es Mi Sangre que ha sido entregada por su Maestro y Señor y por todos los mártires para el perdón de los pecados. Recuerden comulgar Conmigo y hacer memoria del triunfo celestial de su Señor en esta Tierra.
Todas las intenciones que colocan dentro de la cesta, son contempladas por Mi Corazón. Recen Conmigo para que sean escuchadas por el Creador.
Yo bendeciré con este Agua que brota de Mi Costado y de Mi Corazón, como Fuente Espiritual de Gracia y de Renovación, a los pioneros que he llamado para manifestar la Obra en Ecuador, Perú y Colombia, a fin de expandir la victoria de los Sagrados Corazones.
Llamo aquí a los hermanos de la Red Luz de Ecuador y de Colombia, para que el Señor los bendiga en esta nueva etapa y en esta nueva misión.
Bautízalos Señor con el Fuego de Tu Espíritu, para que en sus consciencias siempre exista la unidad, la hermandad y el propósito, el que se cumplirá según Tu Voluntad. Amén.
Que el Señor los bendiga y los proteja para esta nueva misión a fin de establecer Su Reino en la Tierra.
Recibirán de su Señor una Sagrada Medalla, a fin de que Yo los acompañe paso a paso.
Vamos a rezar junto a Cristo. Padre Nuestro...
Que los ángeles de la Guarda los acompañen, que acompañen a todas las almas de los peregrinos, a fin de que la guía y la sabiduría espiritual siempre esté presente en cada nuevo paso.
Hoy Me retiraré al Universo, llevando las flores de la confianza de las almas al Reino de Dios, para colocar ante Sus Tronos los triunfos del Redentor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En Mi Gobierno Celestial no existe dualidad, sino esperanza. Es esa la esperanza que Yo traigo para el mundo, para que las vidas sobre la Tierra se unifiquen y encuentren el sentido de su propósito.
En Mi Gobierno Celestial hay un plan y un designio mayor que Yo envío a anunciar a los Ángeles del Universo para todos los internos que despiertan y así, escuchan Mi llamado.
Hoy he venido con Mi Gobierno Celestial porque es el que vendrá a la Tierra cuando Yo retorne, para volver a instituir los principios de Dios que se perdieron; para hacer evolucionar a esta civilización que está perdida y que se ha olvidado del Amor de Dios por diferentes circunstancias.
Pero Mi Gobierno Celestial se sirve de aquellos que Me corresponden todos los días. Mi Gobierno Celestial se manifiesta en aquellos que viven en Mi Corazón y que Me llaman, haciendo aún más sagrado Mi Nombre en este mundo y en el Universo.
Alabado sea el Nombre del Señor porque todo será transformado. Toda célula y toda vida será tocada por el Rayo de Mi Gobierno Celestial, aquel Gobierno que el Padre Me entregó para dirigir, entre los mundos y los universos, entre las estrellas y los soles; el Gobierno que viene a conducir a las esencias por el camino del bien y de la paz.
En este Gobierno Celestial viven los santos y los bienaventurados, los consecuentes y los servidores de Mi Plan Redentor. Aunque estén sobre la Tierra, pueden estar dentro de Mi Gobierno Celestial. Así, Yo los conduzco paso a paso y les muestro el camino a la redención.
La esencia de Mi Gobierno Celestial es el Amor, el Amor que promueve todo; el Amor que gesta todo; el Amor que eleva a la consciencia y la pacifica al estar junto a Mí.
En Mi Gobierno no existe desigualdad ni tampoco injusticia, como se vive en este mundo. Y aunque todas esas contrariedades se estén viviendo en esta humanidad, Mi Gobierno Celestial no deja de actuar, porque Mi Gobierno es en los mundos internos, en los mundos sublimes, en las esencias. Allí comienza todo. Desde allí se realiza todo. Y el Nombre del Señor es reconocido por las almas del mundo, cuando se ofrecen a Dios en entrega y renuncia.
Para entrar en Mi Gobierno Celestial hay que superar la dualidad, la ambigüedad, lo que es opuesto o indiferente. Es esa condición humana la que compromete al ser humano de superficie y que lo condena día a día, sin darse cuenta.
Pero dichosos son los que oran en Mi Corazón y los que creen en Mi Palabra, que viene de los cielos, porque en Mi Gobierno Celestial siempre estarán, cuando aprendan a cumplir Mi Voluntad.
En Mi Gobierno Celestial existe la alegría de servir, la plenitud del espíritu, el gozo del alma, la expansión de la consciencia en la realización del servicio y en la entrega mayor a Dios, en cada nueva etapa.
¡Cuánto quisiera que muchos estuvieran dentro de Mi Gobierno Celestial, para poder prepararlos para los tiempos que llegarán! Y aunque repita de mil formas lo que sucederá en el futuro, debo decirlo cuantas veces sea posible, porque la distracción en el ser humano es la tónica de estos tiempos.
Deben colocar su atención en Mi Corazón Misericordioso. Deben colocar su atención en el servicio, por los demás, y así alcanzarán la libertad de este cautiverio de la Tierra y de estos tiempos.
Yo vengo a dar al mundo todo lo que tengo, a pesar de su indiferencia o de su rechazo. Me sirvo de las almas que se unen a Mí para poder realizar Mis proyectos, que son los proyectos de Dios, que son los proyectos para estos tiempos, diferente a los tiempos pasados. Son preciosos proyectos en la realización de la Voluntad Divina y de la concreción del Propósito Divino en la humanidad.
Solo una vez mostré al mundo Mi Gobierno Celestial, cuando prediqué por Tierra Santa, cuando curé a los enfermos, cuando hice caminar a los paralíticos. Y aún no fue suficiente.
Pero Mi Iglesia intentó llevar adelante Mi Gobierno Celestial, a pesar de sus caídas y de sus errores. Aún Mi Gobierno Celestial llega al mundo para bendecirlos, para traerles la paz, imprescindible para estos tiempos.
Deben estar en paz para poder ingresar en Mi Gobierno Celestial. Esa es la llave que abre todas las puertas. Ese es el camino que los conducirá hacia Mi Gobierno Celestial y, en síntesis, hacia Mi Corazón.
Deseo que el mundo no pierda la Gracia de conocer este misterio, que viene desde el Universo Divino para impulsar a las almas a los grandes cambios, a la transformación de la vida, a la redención de la consciencia.
Con Mi Gobierno Celestial separaré la paja del trigo, lo bueno de lo malo, lo puro de lo impuro, lo cristalino de lo turbio. Ese momento llegará. Por eso digan al mundo, por más que no escuche, que se arrepienta y haga penitencia ante Nuestro Señor, el Creador, para que la gracia extraordinaria de la fe y de la misericordia descienda en los corazones que aún no se han convertido.
Pero cuando Yo vuelva con Mi Gobierno Celestial, Mi Voz será escuchada en el mundo entero. No habrá religión ni pueblo que no pueda escuchar, porque Mi Voz será tan clara como un trueno, Mi Palabra será tan fuerte como el viento. Mi Presencia, que es la Presencia del Dios vivo, será más brillante que el Sol.
Y verán venir desde el horizonte al Hijo de Dios, sobre todo aquellos que han estado en comunión reparadora durante los últimos tiempos, tendrán esa gracia. Y sus sentidos internos se abrirán y surgirá la sabiduría que les dará el entendimiento y la comprensión de todo lo que sucederá.
Mi Gobierno Celestial es un universo más amplio que este, más infinito que el Cosmos, más grande que toda la Creación; porque Dios así lo ha querido para Su Hijo, después de Su Ascensión.
Y Él dijo en aquel tiempo, en Mi Ascensión:
Ven aquí Hijo Mío, que has muerto por los hombres y por el mundo; que has derramado Tu Sangre y Tu Agua para perdonar los pecados y los grandes ultrajes de la humanidad.
Hoy Te ofrezco, querido Hijo Primogénito, todo Mi Reino, para que Tú gobiernes en Mi Nombre como el Gran Soberano, como el Dios vivo presente en Tu Corazón, lleno de misericordia y de piedad.
Te ofrezco Mi Reino, amado Hijo, para que lo hagas conocer al Universo y al mundo. Para que todos sepan, querido Hijo, que el Padre se ha hecho pequeño ante Sus criaturas, en Cuerpo y Sangre, en Alma y en Divinidad.
Te ofrezco Mi Reino para que lo hagas vivo en Tus discípulos y servidores, en Tus compañeros y amigos.
Haz conocer al mundo, amado Hijo y Redentor, el Universo de Mi Amor vivo, la Fuente Primordial inextinguible que es eterna e infinita.
Hoy, Mi Gobierno Celestial es tuyo; porque Tú, Hijo Mío, que has resucitado por amor a los hombres, eres en Mí y nunca más nada nos separará. Porque Tú estarás, amado Hijo, entre Mis hijos y Yo, para que siempre exista el puente que los una a Mí, para que sepan el camino de retorno a Mi Corazón de Padre y Creador.
Que el Reino Celestial, amado Hijo, se cumpla en los más pequeños y simples, en los humildes y en los puros de corazón, a fin de que reverbere a través de los tiempos y de las eras, hasta que finalmente se cumpla Mi Proyecto Original.
Esas fueron las palabras de Nuestro Padre a Su Hijo amado, después de Su Ascensión.
Ahora que están ante este misterio develado, busquen el Reino de Dios porque lo necesitarán para estos tiempos y no lo encontrarán en ningún otro lugar sino en su interior; porque Él está vivo, pero para la mayoría está oculto por su indiferencia.
El Reino de Dios es algo tan hermoso y bello, que el alma que ingresa en Él brota en Amor y en Misericordia, en Fuego Divino y en ascensión.
No pierdan el Reino de Dios. Construyan el Reino de Dios en ustedes siendo buenas personas y siendo ejemplo de paz. Así, el Reino de Dios estará en ustedes y él se cumplirá en sus espíritus, antes de la muerte.
Vengo a traer al mundo lo que nadie conoce: el Gobierno del Reino de Dios, para que se cumpla en la mayoría posible, para que esté vivo en los que escuchan Mi llamado.
Hoy será el Todopoderoso Quien bendecirá todos estos elementos, para bendición de Sus hijos.
Deposita aquí Señor, Tu Luz, para que se expanda en el mundo.
Bendice Padre, este agua, para los que hoy lavarán sus pies, para que sus caminos se abran y sus espíritus se purifiquen y sean testigos de Mi Retorno.
Santísimo Creador, hoy ofrezco de nuevo Mi Cuerpo y Mi Sangre, para la reparación de las almas y el perdón de los pecados.
Todos rezan un Padre Nuestro.
Me elevaré al Cielo escuchando Mi historia, para que Mi historia de amor reverbere en sus corazones, por medio de una canción que todo lo dicta y que todo lo dice.
Yo Soy ese Hombre llamado Jesús que vino al mundo para redimir a la humanidad.
Los bendigo en este encuentro bajo la autoridad del Gobierno Celestial de Dios y de todos Sus Ángeles, Arcángeles y Santos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (x3).
Les agradezco.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más