Martes, 19 de septiembre de 2023

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy, vengo con el Niño Jesús en Mis Brazos y, con Sus pequeñas Manos, Él irradia al mundo la pureza que proviene de Su Sagrado Corazón.

Hoy, el Niño Jesús contempla la Tierra para que, a través de Su Mirada de pureza, la humanidad pueda reencontrar la posibilidad de recibir Paz y Misericordia.

Cuando el Niño Jesús contempla el mundo y lo profundo de cada alma, Él va más allá de sus transgresiones y penetra con Su Mirada la esencia divina.

El Niño Jesús no es un recuerdo, sino un Aspecto Divino de la Consciencia del Hijo de Dios, un Aspecto de pureza e inocencia que le permite al Creador entregarle a la humanidad Gracias no merecidas.

Es a través de los Ojos del Niño Dios que el Creador contempla el mundo para que Su Corazón no sea herido por las transgresiones humanas, sino que Su pureza pueda ir más allá de la oscuridad y penetrar las células corruptas para encontrar, en el interior de los seres, el principio del Pensamiento Divino, esta genética perfecta y espiritual que se oculta en el interior de los seres.

A través del Niño Jesús, el Creador experimenta la fragilidad humana, y es con este Pequeño Corazón y a través de este Pequeño Corazón que Dios intercede por las causas imposibles; por aquellas situaciones, hijos, que ni aun la Divina Misericordia es capaz de tocar; porque, aunque lo desconozcan, existen transgresiones en este mundo como en el universo que van en contra de todas las Leyes, porque transgreden el Amor de Dios.

Pero el Creador es incansable en Su Amor y en Su Misericordia. Por eso, a través del Niño Jesús, Él experimenta la fragilidad humana y con un Pequeño Corazón y una Mirada de pureza penetra los abismos del mundo y los abismos en el interior de los seres para concederles una nueva oportunidad.

El mismo Propósito que se manifestó a través de Cristo en Belén, se sigue renovando a través del Niño Jesús, de tiempo en tiempo, porque una parte de la Consciencia de su Señor permaneció con este Aspecto pequeño y frágil, puro y verdadero, para que también la humanidad tuviera la oportunidad de encontrar su niño interior y no perdiera la pureza que le fue entregada desde el principio.

Cuando vengo al mundo con el Niño Jesús en Mis Brazos, no es para demostrar la grandeza de Mi Casto Corazón; al contrario, hijos, es para que comprendan el misterio de la humildad celestial de este Dios, Creador de todas las cosas, que se coloca en los brazos de una Consciencia simple, depositando Su confianza en un Corazón que Él mismo creó.

Los misterios celestiales son infinitos y para penetrarlos, necesitan ir más allá de la condición humana.

El Niño Jesús en Mis Brazos intercede por todos los niños del mundo. Sus Pequeñas Manos tocan los corazones de los niños, de los más ultrajados, de los que fueron sometidos a los mayores sufrimientos, para que esos corazones no pierdan la posibilidad de amar y de desenvolver el Amor de Dios.

El Niño Jesús en Mis Brazos intercede por cada consciencia humana. Hoy, Sus Pequeñas Manos tocan los corazones de todos los seres. Sientan Su toque y cómo Él despierta dentro de ustedes la pureza, sientan cómo Él despierta dentro de ustedes los misterios celestiales que se ocultan en sus consciencias.

Ir más allá de la condición humana para despertar ese misterio siempre será un gran desafío. Si embargo, con la Gracia del Niño Dios, serán capaces de ir más allá.

Por eso, les pido que manifiesten esta imagen que hoy Yo les muestro, en la que Mi Casto Corazón y el Pequeño Corazón de Jesús están delante de sus ojos con mantos blancos, túnicas blancas, unos cordones dorados y un bordado también dorado en Nuestros mantos, donde se manifiestan los lirios, el símbolo de la Gracia que Dios Me concedió de expresar la pureza de Su Hijo.

Con esta imagen, intercederé por los niños, junto con Cristo, para que las pequeñas almas que llegan al mundo conozcan la pureza y la Misericordia, y puedan ser protegidas de todas las transgresiones del fin de los tiempos.

Uno de los mayores planes del enemigo, hijos, es transgredir la pureza de los niños, para que las almas que llegan a la Tierra en estos tiempos y que deberán reconstruir el planeta, expresando nuevos arquetipos, expresando la pureza que Dios depositó en su interior, no puedan manifestar ese Plan y ni siquiera lo conozcan. Este es el plan del enemigo.

Por eso, él estimula en las almas la irreverencia, la falta de respeto, la sensación de independencia, la falsa libertad. Por eso, él hace crecer, dentro de la condición humana, la necesidad de autoafirmación y cada vez más aleja a los corazones de su verdadero Propósito.

Cada vez más, las almas desconocen lo que es el verdadero sentido de la humildad, de la pureza, de la compasión, del respeto mutuo; no solo como valores de la ética y de la moral humanas, sino el respeto, hijos, como una puerta para la reverencia, que les permite despertar, unos en otros, a la Presencia Divina. Este es el verdadero sentido de ser respetuoso con los demás, para que las almas salgan de la superficialidad y reencuentren el Propósito Divino.

¿Perciben cuán distraídos están los corazones?

¿Perciben la importancia de la oración en las familias?

Porque la oración, hijos, les permitirá descubrir este y muchos otros misterios; la oración les permitirá transmutar y transformar el karma familiar en misión familiar.

Esta es la verdadera tarea de un grupo de consciencias, las que deciden caminar juntas. Que, a través de la oración, del respeto, de la reverencia, de la posibilidad de saber escuchar, de comprender las limitaciones del prójimo, puedan así crecer en unidad y, poco a poco, a través de esta unidad, ir transmutando el karma familiar en misión familiar.

Sé que muchos se preguntan por qué, con tantas cosas que suceden en el mundo y con tantos misterios a ser revelados, vengo a la Tierra a hablar sobre la familia. Pregúntenle eso primero a sus propios corazones.

No vengo al mundo solo por las familias, sino también por las almas, por todas y por cada alma de esta Tierra.

Cada ser representa una Voluntad Perfecta de Dios y, a través de la vida grupal, sea en comunidad o sea en familia, la humanidad aprenda a transformar la condición humana y a ayudarse mutuamente a despertar el amor, siempre que haga de esta vida una vida evolutiva y cuando la oración sea el centro de esa experiencia, cuando el diálogo con Dios le permita comprender el diálogo de unos con otros, cuando el amor a Dios le permita despertar en los corazones el verdadero amor de unos por otros.

Y es de esta forma, hijos, comenzando con los pequeños grupos de consciencias, que lo podrán expandir a la consciencia humana para transformar aquello que hoy les parece imposible.

Por eso, si hoy son incapaces de reverenciar a la familia o a la vida sagrada en comunidad, les pido, hijos, que reflexionen sobre su evolución y la forma como son capaces de verse a sí mismos y a los demás, para que no dejen que la arrogancia humana los separe de la simplicidad divina; porque es en esa simplicidad que descubrirán los misterios celestiales, no en la complejidad de la mente, sino en la pureza del corazón.

Por eso, vengo con el Niño Jesús en Mis Brazos, por todos los que se olvidaron de la pureza, para que la recuerden y que ella despierte en su interior.

Que vengan aquí aquellos que aspiran a consagrarse como Hijos y Amigos de San José

Contemplen, en sus corazones, la Presencia de Mi Casto Corazón y del Pequeño Niño Dios. Permitan que Su pureza despierte lo más puro que hay en sus almas.

Que esta agua los lave y los purifique, los haga despertar y los consagre; para que reflejen, a través de sus vidas, la Pureza de Dios.

Que este incienso los purifique y los libere de todo lo que les impide encontrar y vivir la Voluntad Divina, para que sus pies ya no estén en dos caminos y sus almas no teman ingresar por la puerta estrecha, a través de la que encontrarán al Señor y Redentor de toda vida.


Hermana Lucía de Jesús:

A pedido de San José, vamos a realizar los Sacramentos en dos hermanos, en Luiz y en Yarima. Por favor, coloquen dos sillas aquí.

Aún estamos en Presencia de San José y del Niño Jesús.

Vamos a realizar todos los Sacramentos.

 
Con esta bendición que les concederé, intercederé por las almas más necesitadas.

A través de los Sacramentos, encontrarán la liberación y la redención. Y con sus almas limpias, hijos, solo sirvan a los que más necesitan, solo oren de corazón y vivan los dones que el Pequeño Niño Dios les trae hoy.

Que la pureza de Jesús despierte y habite dentro de todos ustedes. Que Su infinita Gracia los bendiga. Que Sus Pequeñas Manos los toquen para que reencuentren la paz.        
 
Tienen Mi bendición para esto.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Seguiré acompañando este momento para que las almas sean sacramentadas y reencuentren a Dios.

Les agradezco.


Hermana Lucía de Jesús:

Mientras nos preparamos, vamos a cantar: "Padre de las Almas".