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En este sexto día de apariciones, y como en los días anteriores se reunió el grupo alrededor del árbol de las apariciones para esperar en oración a la Madre Celestial.
Hoy la oración fue más larga que en los otros días, hasta que en un momento Fray Elías y Madre Shimani se colocan de pie.
Comienza a percibirse una brisa que poco a poco se hace más fuerte y que trae la energía de la Madre Divina.
Fray Elías relata posteriormente que, en ese momento, a través del viento se abrían los portales hacia los Cielos.
Fray Elías: La Madre Divina nos dijo al comienzo:
Sólo oración, es sólo Paz. Sólo oración, es sólo plena Paz.
La Madre Divina hoy nos pide que oremos por los que han caído y por los que por sus propias flaquezas no se pueden levantar en el camino interior.
Al comienzo se abrió un cielo celeste en la parte superior derecha del árbol; allí apareció la Madre con una cruz dorada en cada una de sus manos, cada cruz tenía un círculo dorado en el centro. Había más arriba, a la derecha y a la izquierda de la Madre Divina, tres ángeles, por encima de ellos había una cruz de brazos iguales y sobre la cruz un gran cáliz dorado.
Luego la imagen cambio y la Madre Divina apareció como la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, sosteniendo en Su mano izquierda una campana (como la de las iglesias), que hacía sonar y ese sonido se expandía por todo el universo.
Momentos más tarde cambió la imagen nuevamente y Ella apareció con un gran orandio entre Sus manos que estaban abiertas en señal de oferta a nosotros, los presentes.
En otro momento, a través de rayos de luz que salían desde la palma de Sus manos, irradió de una luz blanca y celeste a todos los presentes. Solo entonces Ella se aproximó con armonía y suavidad, para posarse sobre la copa del naranjo.
Al llegar al árbol la Madre Divina apareció con un pequeño niño en sus brazos. Luego Ella levantó al niño con Sus manos y Él se iluminó, y desde Su cabeza se emanaron tres rayos de luz. El niño abrió Sus brazos en señal de cruz y Ella dijo:
Este es el Redentor del mundo.
Más tarde, apareció al lado de la Madre Divina, la imagen viva de Santa María Bernarda de Lourdes; ella sonreía, nos hizo una reverencia y después desapareció.
Luego, en otro momento, Ella irradió Su luz al árbol y la copa quedó iluminada de luz blanca, enseguida aparecieron muchas rosas rojas sobre la copa, todas abiertas, que parecía que fueran los frutos.
Aparecieron luego muchos Cielos abiertos y en cada palma de Sus manos apareció una estrella de seis puntas, dorada. Ella hizo un movimiento y unió las manos en posición de oración fundiendo las dos estrellas en una sola.
Ahora Ella está levantando Su brazo izquierdo hacia arriba y con Su dedo índice señala hacia los Cielos y nos dice:
Sólo oración es sólo Paz. Sólo oración es plena Paz. Sólo oración es comunión con Dios, es redención.
A los pies de la Madre, están las siete rosas rosadas abiertas, rosas que se manifestaron en la primera aparición en agosto del año 2007. Está con Su rostro resplandeciente, de un tono rosado; está bien nítida, clara y visible. A cada momento que nos mira sonríe.
La Madre Divina dijo que hoy se quedará un tiempo más con nosotros para sentirnos.
Se inicia la transmisión para el día de hoy.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Hoy vengo a anunciarles la construcción del Campanario de la Paz, el cual tocará durante el amanecer y el atardecer anunciando Mi llegada para los peregrinos. Sepan que Yo Soy la Guardiana de la Fe para los que carecen de esta presencia, que es infinita. Yo Soy la Inmaculada Faz de la Misericordia, la Madre del Amor y del Perdón”.
Fray Elías: Ahora está abriendo los brazos hacia abajo y está irradiando luz.
La Madre Divina dice:
Todos serán Mis soldados de la Paz para este campanario, que anunciará, cada tres horas, la llegada de Mi Corazón, desde el amanecer hasta el anochecer.
A Mi hija, hoy consagrada Angellel (aspirante del Monasterio de la Eterna Fe en Aurora), la convoco para que sea la primera guardiana de este campanario y que anuncie Mi llegada para las almas. Sepan que estos no son privilegios, son tareas, pues con cada uno tengo un pasado que aún no conocen, pero si abren sus corazones lo comprenderán.
El Campanario de la Paz representa a Mi Corazón Inmaculado, el cual resonará en los corazones y en los espacios hasta donde se pueda escuchar.
A cada hora, en esta Casa de Oración, se proclamarán diez oraciones que anunciarán el descenso de Mi cura para las almas, para las almas que lleguen aquí y para las almas que no estén aquí, pero que están en Mi Corazón.
Fray Elías: Ahora está señalando con Su mano derecha, el centro de Su Corazón y aparece un corazón rosado que late y que se enciende en luz; en torno a ese corazón hay una energía dorada.
La Madre Divina dice:
Ya conocen este, Mi Inmaculado Corazón, el cual ustedes deben buscar sin descanso, pues quien permanece en la fe y se afirma en Mi luz, estará bajo Mi manto en estos tiempos del mal.
Durante cada oración que se realice en esta casa, serán rescatadas almas, más allá de la comprensión de sus consciencias y de sus creencias de que esto acontecerá. Pues Yo Soy la Madre de la Luz, la que a todos protejo y amparo dentro de Mi Ser.
Hoy los convoco para que al mediodía vengan aquí a orar Conmigo y sientan Mi energía maternal, que por Gracia está descendiendo sobre sus seres y sobre los que están dormidos.
No busquen respuestas en el intelecto para todo lo que está aconteciendo; la respuesta está dentro de cada corazón y dentro de cada consciencia. ¡Confíen en Mí! ¡Confíen en Mí!
Reciban Mi Corazón resplandeciente que está vivo y late para ustedes desde hace tiempo. Yo Soy la Señora de la Contemplación, la Reina de la Paz, la aparecida con el Santo Rosario para todos Mis hijos.
Sepan que Dios tiene predilección por los que oran y por los que confían en Él. No son tiempos de hacer deducciones sobre los instrumentos que les estamos entregando por Voluntad Superior. Confíen en lo que está sucediendo, sientan Paz y caminen hacia la Nada.
Hoy los invito a hacer el ejercicio del vacío interior, para que Mi Luz pueda entrar más, e inviten a todos sus hermanos para que hagan el mismo ejercicio, para que Mi Corazón ingrese dentro de sus corazones.
Hoy estamos de nuevo venciendo al mal, salvando almas, rescatando corazones y encendiendo esencias que están oscuras. No olviden los momentos y las oportunidades de orar Conmigo, por más que sea una sola plegaria; recuerden que Yo estoy aquí sobre ustedes en este momento y al fin de este tiempo. Saben que Mis anuncios terminan y lo repito para que me escuchen: ¡la hora está llegando!
¡Oren Conmigo!
En este momento Fray Elías transmite que la Madre pide que todos oren junto con Ella la “Oración a la Madre de la Divina Misericordia” .
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Mi Espíritu de la Trinidad está descendiendo sobre sus corazones y los del mundo. Mi Paz se debe establecer en cada interior y en todos los corazones que están cerrados. Por eso ahora están orando Conmigo, para que todos puedan confiar en Mí y al fin de este tiempo puedan encontrarme una vez más.
Quiero bendecir hoy a tres consciencias, una que es Mi predilecta (niño residente de Casa Redención), espíritu que no es de este mundo, y a dos consciencias que obrarán junto Conmigo (dos monjas del Monasterio de la Eterna Fe, en Aurora, que harán sus votos como Madres de la Orden), en esta tarea de maternidad para con cada uno de Mis hijos.
También bendigo a dos consciencias más (monjas de otros Monasterios que harán votos de Madres de la Orden) que no están hoy presentes aquí, pero que sus corazones escuchan Mi Voz, y que también se guiarán a través de Mi Maternal presencia para proteger y salvar hijos en Mi nombre.
Muchas madres existen en este mundo y pocos creen en esas voces que Yo guío en el interior. La madre debe ser la concepción del nuevo espíritu de Mi Paz para estos tiempos, debe representar el corazón viviente para cada ser, un corazón donado y abierto. Un corazón nutrido por Mi Luz y que no busca nada para sí; esas son las verdaderas madres, las que están bajo Mis estrellas. Madres conocidas y madres desconocidas, madres silenciosas, madres que escuchan la voz de los hijos aunque no los comprendan.
¿Ahora comprenden por qué Yo Soy predilecta Hija de Dios y Sierva de Su Voluntad?
El amor es la esencia de la madre, la madre es el amor. Y ese amor vive y actúa a través de cada madre; así la madre vive a través de ese amor y no vive sólo en ella, porque es un amor donado, un amor predilecto y sabio, un Amor Superior.
La madre acoge a todos sin distinciones ni preferencias, ella acepta todo lo que llega por más dolor que haya, aunque sus lágrimas caigan más allá del suelo: la madre acepta.
Yo Soy la Madre de la Infinita Esperanza, la Madre del Corazón. Yo quiero ver a esas madres vivas, que recogen en sus brazos lo que está destruido. Que remueven la tierra seca, para volver a cultivar y que colocan las semillas del amor en los corazones, para que den su fruto. Esa es la esencia de Mi Amor y esa es la esencia que quiero que todos vivan y comprendan.
Ahora conocen que el Amor no es de esta Tierra, que el Amor es de otra dimensión, pero ese Amor está allí; Yo lo encontré como María, la Madre de Jesús, como la Hija silenciosa de Ana y como la compañera y amiga de José.
Hoy les confieso un misterio; este es el misterio de la Madre de la Divina Trinidad. De este Amor nace Mi Paz y de esta Paz, que no es Mía, nace Mi Luz, la Luz de Dios. Este misterio que quiero hoy contarles y que les estoy manifestando, habla de Mi Maternidad al lado de la Cruz. Una cruz que comenzó a vivirse desde antes de subir al monte. Recogí la Sangre con sábanas limpias, para que ese Código de Amor que fue derramado, hoy Yo lo pueda verter, como Guardiana del Amor, sobre todos los corazones.
Soy la Sierva de Cristo, Soy la Mensajera de Su Voz, Soy la Madre de la Divina Misericordia, que vuelve hoy a brotar desde Mi Corazón para sus corazones.
¿Así pueden comprender que allí no existe el mal ni el dolor?
Si Yo estoy allí dentro de cada ser, no hay nada que temer; debemos caminar juntos por esta senda de tribulación. Hoy les entrego estas, Mis dádivas, para que sean derramadas sobre todos Mis hijos que llegarán hasta aquí, para volver a nutrir sus corazones vacíos.
¿Comprenden la Gracia que les estoy dando, por plena confianza en Nuestro Señor Cristo?
Una madre sabia, es una madre sin descanso. Es una madre que vigila mientras sus hijos duermen. Una madre que escucha las voces que no quieren escuchar y que abre su ser para aliviar el dolor.
Fray Elías: Ahora la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad está llorando. Y nos dice:
Son tiempos de rescate; este es el último paso para entrar en Mi Corazón, los aguardo y los espero. Escuchen la voz de las aves que cubren los Cielos con su simplicidad. Sean como las aves, vuelen alto a pesar del propio peso. Si se unen a Mí, todo se elevará.
En este momento Fray Elías transmite que la Madre Celestial pide que tres hermanos se aproximen al árbol donde ella se encuentra. Mientras los hermanos nombrados por ella se aproximan al árbol, el resto del grupo apoya con el cántico de Ave María.
Luego Fray Elías transmite que en ese momento, la Madre Divina descendió un poco desde la copa del árbol, abrazó a los tres hermanos y les dijo algo al oído, los bendijo y se volvió a elevar a la copa del árbol.
Fray Elías: Mientras se eleva hasta la copa del árbol, dice: “Irán Conmigo a los Cielos”.
La Madre Divina dice:
Por el Poder Sagrado del Espíritu de la Trinidad, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Gracias a todos por responder a Mi llamado y vuelvan a la vida en Paz.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más