Sábado, 5 de marzo de 2016

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 32 ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Adonai, Adonai, Adonai.

Tsebayoth, Tsebayoth, Tsebayoth.

Sus corazones están mejor que en el día de ayer. Parece que han aprendido lo que Yo les pedí, pero aún falta más en Gloria a Mi Padre.

Dichosos de aquellos que piden por Mi Misericordia, porque en la última hora de sus vidas Me verán así como Yo veo a Dios todo el tiempo en el Universo.

Por este día su cruz está más leve porque Yo intercedí ante la Justicia universal. Tengo autoridad para salvarlos y para amarlos todo el tiempo. Si viven en Mi Corazón todo se cumplirá, y no será necesario que sufran para crecer y evolucionar, así como lo hace el Universo de ciclo en ciclo.

Hoy, veo en sus corazones la señal de Mi Presencia y espero que ella no se borre, por la propia voluntad de ustedes, pues necesito que entiendan que deben vivir otras cosas, no lo que ustedes piensan o lo que ustedes saben de esta realidad material.

Hoy, vengo a darles una amnistía extraordinaria para estos tiempos finales,  donde la mayoría no está a salvo por el arte de su propia voluntad. Por eso necesito que amen Mi Voluntad aunque no la comprendan o no la sepan. Si aman Mi Corazón, amarán Mi Voluntad y la conocerán para los tiempos más cruciales de la Tierra y así sabrán donde estar, en el lugar donde Yo los necesite, en el momento más esperado por todos y donde Mi Padre lo establezca.

Si les pido que estén donde deben estar, no deben rechazarlo. Hay un Propósito detrás de todo que todavía ustedes desconocen por ser seres inmaduros que aprenden a vivir el amor y el perdón.

Pero hoy, quisiera verlos dentro de Mi Corazón, así  como Yo Me aproximo a ustedes para contemplarlos y venerarlos en espíritu así como Mi Padre los venera en la inmensidad de Su Misericordia.

En verdad necesito saber si, realmente, están dispuestos a hacer lo que Yo les pida en algún momento de sus vidas. ¿Serían capaces de renunciar a lo que siempre han querido o por lo que tanto han trabajado? Sé que no es fácil para todos, porque todo tiene un tiempo, así como la semilla que germina en la tierra y da sus primeros brotes para después ser un árbol y dar los frutos de vida, los cuales hoy y en este tiempo Yo vengo a buscar.

Son los talentos lo que Yo les pido, no sus destrezas. Tal vez podrían hacerlo mejor para Mí, pero no Me glorificarían ni glorificarían a Mi Padre cuando a lo que hacen le falta el amor y la verdad. La verdad está fundida en la unidad del Cielo y de la Tierra, del Cosmos y del Planeta.

Necesito que vivan Mis peticiones, porque si algún día Yo les planteo una nueva petición, ¿qué harán con ella? ¿Deberé esperar dos mil años? Los tiempos no son los mismos  de ayer. Compañeros, hijos de Mi Padre, siervos de Adonai, ustedes saben que eso es verdad.

No busquen solucionar sus problemas alejándose de sus hermanos, porque en el silencio Yo podría estar allí, observándolos y no Me estarían viendo ni contemplando en el corazón. Su propia purificación, compañeros, debe ser unida a todos, pues la humanidad es única, es una única creación que debe redimirse en totalidad.

Hoy estoy de rodillas ante ustedes y así les demuestro que pido a Dios por ustedes todos los días.

No quisiera que sus caminos quedaran ciegos y Me perdieran de vista, porque eso puede suceder, compañeros. El mundo creó su propio pecado y siempre le ha costado salir de él por vanagloria y orgullo.

Pero Yo vengo a darles un lugar en Mi Corazón que ustedes no esperaban, una oportunidad de recapacitar y de comenzar de nuevo, así como Yo lo necesito y lo pienso para cada uno de ustedes.

Mientras Yo les hablo, Mis Gracias se muestran al mundo y se hacen visibles a los corazones receptivos a Mi Llamado, porque aún  hay mucho que debe morir dentro de ustedes para que después hagan lo que Yo necesito: que es que se amen los unos a los otros como Yo los amo en Mi Gloria y en Mi Divinidad.

No sean duros con sus semejantes, porque así lo serán Conmigo, sin percibirlo. Si Yo les confié esta misión es para que la vivan a pesar de las consecuencias, porque nunca nada les faltará. Vean cuánto les falta a las almas del mundo, que no quieren escuchar a Dios y que se realizan a sí mismas con sus proyectos, que no son los Proyectos de la Divinidad.

Yo no necesito eso de ustedes. Necesito que sean Mis apóstoles de la oración y del amor, de la unidad y de la hermandad. Eso es lo que Yo vengo a pedirles a todos, porque es lo que le falta a la humanidad. Una humanidad que ya es soberbia y que no se postra ante Dios como lo hicieron los pueblos del desierto para escuchar la palabra sagrada, que es la palabra que hoy deposito en sus corazones.

Si en verdad pusieran atención a todo lo que Yo les digo, ya serían otros, y en el mundo no habrían problemas de ningún tipo. Pero hay almas que gustan perderse en otras cosas o en sus propias preferencias y se olvidan de Mi Corazón, que está todo el tiempo observándolos, que está todo el tiempo receptivo para recibir el amor, de ustedes, la fidelidad, y la pureza de ustedes.

No pierdan la inocencia que alcanzaron en esta vida y busquen ser humildes antes de que todo suceda. Esta es la última barca que está pasando, porque después, cuando vuelva en gloria llegará la Justicia, y eso ya se está cumpliendo.

No busquen lo mejor para ustedes, no busquen escapar de sus conflictos, no busquen escapar de sus  hermanos, que los aman así como ustedes tal vez no consiguen amar en esta hora definitiva.

Pero, si adoptan Mi Corazón, aprenderán a sentir y a tener fe. Mi Corazón transborda de amor y tiene sed de las almas que no lo buscan, tiene sed de las almas que se consagraron a Mí para esta tarea. El amor de esas almas no es suficiente, no colma Mi Corazón.

No necesito que se fanaticen sino que Me amen en silencio y que donen su amor a todos los hermanos que en esta hora necesitarán del apoyo de ustedes para seguir adelante.

En verdad les digo, compañeros, no quisiera verlos lejos de Mí ni de aquellos que Yo les coloqué en el camino para que aprendieran a amar y a servir así como Yo los sirvo a todos ustedes desde hace tanto tiempo.

¿Acaso Mi Presencia aquí en este día no es por Misericordia, por Piedad, por Compasión? Aún espero que caminen en Mi Confianza porque en Mi Confianza trascenderán sus dificultades y ayudarán a trascender las dificultades de sus hermanos, que no sabrán cómo salir de los obstáculos que les impone la propia resistencia interior y muchas veces Mi adversario.

No se cansen de escucharme porque no estaré por mucho tiempo más. La balanza ya está llena y está a punto de quebrarse.

Mi Corazón se opone a la Justicia para que las almas puedan cruzar el portal que las llevará a la reconciliación con Dios y con todo Su Proyecto universal.

Mi Corazón busca la salvación de todos los seres de la Tierra. Por eso, en la plenitud de Mi Fe, busco el mejor camino para todas las almas, para que Me puedan seguir y encontrar de alguna forma.

Si Yo dedico este tiempo para las almas, también lo dedico a ustedes, porque Mi atención está en todos. Todos son importantes para Mí en esta hora de transición.

Glorifiquemos a Dios por la Victoria de Mi Corazón y alabémoslo. 

Cantemos los Nombres Sagrados del Padre, para que aún más, las puertas se abran.

En este segundo día de encuentro Conmigo, deseo que comulguen de corazón, haciéndolo por todas las criaturas de la Tierra, que también necesitan de la Misericordia de Dios.

Abracen su cruz y no la rechacen. En Mi Camino siempre encontrarán la salida, en Mi Corazón siempre hallarán la paz para estos tiempos.

Bendigo estos elementos que representan la unión  perfecta de las almas con Mi Corazón Misericordioso, y que en esta tarde de Gloria, que sus corazones eleven al Cielo las intenciones más profundas de sus seres, para que sean contempladas por Mi Señor en la Omnipotencia de Su Espíritu y de Su Divinidad, y para que los Sagrados Corazones oren por ellos, hasta el fin de los días.

Coloquen en Mi Corazón una petición, y díganmela en el silencio de su seres, porque así Yo la escucharé y rezaré por ella. 

Yo bendigo a todos los que escuchen, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Agradezco por haberme esperado en esta tarde, porque una vez más Mi Corazón triunfó ante Mi adversario.

Bienaventurados los mansos de corazón, porque heredarán Mis Dones, por la presencia de su fe y de su confianza en el Rey.

Y a pedido de Cristo, vamos a escuchar: "Tú eres el Rey".