MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Con todos los coros del Cielo, su Madre Celeste llega a su encuentro para colmarlos, espiritualmente, de impulsos de luz y de amor, a fin de que cada canción que será ofrecida sea un elemento de cura y de redención para la humanidad.

Desde el Cielo, he venido llena del gozo del Espíritu Santo para derramarlo sobre todos Mis hijos, para que en ellos despierte el mismo gozo y la misma alegría que Yo tengo por estar sirviendo al Plan del Creador.

Queridos hijos, que hoy sus voces resuenen con la melodía del amor, con la melodía de la cura, con la alegría de estar comprendiendo en sus vidas el verdadero significado de sus existencias dentro de este Universo Creador.

Que hoy, no solo la música cure a los corazones, sino también que las almas se abran para poder reconocer dentro de sí la ardiente aspiración de vivir el Plan de Dios como la principal misión de amor para sus vidas.

Que sus voces hoy se eleven en gloria junto a las voces de los ángeles del Universo para que, en esta sagrada ofrenda, la humanidad reciba nuevamente, a través del impulso de la música, la expiación divina que necesita para poder curar su corazón y su vida.

Queridos hijos, hoy y en este ciclo, reúno a almas preciosas, almas cantoras que Me ayudarán a que el Principio de la Cura, de la Reparación y del Perdón se establezcan en la raza humana.

Necesito, hijos, que sigan caminando a Mi lado con el fuerte impulso de estar, día a día, más cerca del Creador; porque su Padre, que está en los Cielos, siempre los colmará, les traerá la fuerza interior para tener firmeza y determinación para poder dar los pasos hacia el perdón y la redención.

Hijos amados, hoy, con ojos de bondad y con una sonrisa de luz, contemplo a los que se aproximan por primera vez para formar parte de esta sagrada tarea de ayudar a elevar el estado de consciencia de la sufrida humanidad.

Hoy, de forma especial, bendigo a las almas que dan los primeros pasos en la consagración de sus vidas al Plan de Nuestro Señor Jesucristo.

Que en esta noche no solo brille la Aurora, sino que también brillen los soles internos de los que despiertan.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz