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Relato del Mensaje
Hermana Lucía de Jesús:
Hoy, fuimos a recibir a San José en la Casa Nuestra Señora de los Pobres y, durante la oración y el cántico que estábamos haciendo para recibirlo, percibimos una energía muy linda, un canal que se fue abriendo en toda el área de la pared de la casa y del altar en donde está el cuadro de María, el de Cristo y el de San José.
Era un portal que se iba abriendo hacia el Reino Celestial, un espacio donde había muchos coros de ángeles, ¡muchos! En todos los niveles de las dimensiones que iban apareciendo, cada una de las puertas, una dentro de otra, tenía diferentes niveles de coros de ángeles que creaban un camino hacia la Consciencia Divina.
En el final de ese camino, había una Fuente de energía pura, que comenzaba a descender sobre nosotros como si fuera un río, un manantial , un agua cristalina, pero era de energía.
Ella venía descendiendo de ese portal, de esa Fuente pura, cruzando todas las dimensiones, y cuando llegaba al lugar donde estábamos recibiendo el Mensaje, esa agua primero tocaba nuestra propia consciencia, trabajaba con nosotros, nos limpiaba, nos purificaba y nos traía esa energía de Gracia y de paz. Después, traspasaba nuestros seres y llegaba a todos los espacios planetarios, sobre todo a la ciudad de Carmo de Cachoeira y a Brasil. Era algo que venía y no tenía fin, fluía sin fin.
Después de un tiempo, San José apareció en el fondo de ese portal. Él venía caminando por esa Fuente de agua cristalina y cuando llegó hasta donde estábamos, esa Fuente se fue transformando en otro espacio y la Casa de Nuestra Señora de los Pobres fue tomando otro aspecto, como una casa mucho más simple, con paredes de piedra. Adentro había algunos muebles, algunos de madera, otros de piedra, y San José decía que esa era la Casa de la Sagrada Familia de Nazaret.
En esta casa, había diferentes portales hacia el Universo, hacia el Infinito, portales que se coligaban con la Consciencia Divina, con la Vida Universal y sus misterios, y muchos ángeles y arcángeles cruzaban esta casa.
San José decía que la Casa Nuestra Señora de los Pobres tiene un vínculo de una coordenada espiritual con esa Casa de Nazaret, que aún existe en los mundos internos, en los niveles internos y espirituales de consciencia.
Entonces, mientras Él iba hablando, contando las experiencias de la Sagrada Familia, esas experiencias iban apareciendo allí a través de imágenes, y esos códigos de las experiencias que la Sagrada Familia vivió, tocaban nuestras consciencias, nuestros seres.
Después de esto, Él comenzó a transmitir el siguiente Mensaje:
Como un manantial desconocido para los corazones humanos, la Gracia fluye abundantemente cuando las almas oran en los lugares consagrados por el Inmaculado Corazón de María.
Aquí, hijos, en este Punto de Luz, donde los Sagrados Corazones encuentran reposo, existe una coordenada espiritual sagrada que une este lugar con la Sagrada Casa de Nazaret, donde el Niño Jesús, la Virgen María y Mi Casto Corazón aprendieron sobre el amor, la caridad y los misterios celestiales.
En esta Santa Casa, Nuestros Corazones se expandieron y Nuestras Consciencias vivieron una ampliación hasta entonces nunca experimentada por la consciencia humana. En Nazaret, vivimos los primeros pasos de la trascendencia y de la iniciación de la unión con el Divino, la escuela de la intercesión, el misterio de la humildad, el poder del silencio y la Gracia de la caridad.
Por eso, aquí, en este lugar sagrado, estas mismas dádivas están disponibles para los corazones que oran, adoran y contemplan los misterios de la vida de Cristo y de Su Sagrada Familia.
En este lugar, los ángeles del Arcángel Gabriel aguardan con fervor las oraciones misericordiosas e intercesoras de las almas suplicantes, para que así puedan llevarlas como méritos a los Pies de Dios, en nombre de los que más las necesitan.
El planeta, hijos, necesita equilibrio y oración, necesita de almas despiertas que le den prioridad a esta sagrada misión, oculta y silenciosa, de interceder por el mundo y por sus Reinos. Por eso, les pido y con amor les digo que vivifiquen sus oraciones con el esfuerzo sincero del corazón y no dejen que las Gracias abundantes del Corazón de Dios permanezcan en los Cielos, sino que sean vertidas sobre la Tierra a través de las compuertas celestiales que se abren al sonido de los corazones sinceros que elevan sus plegarias a los Cielos.
Generen méritos para el equilibrio del planeta y de este lugar sagrado. Como ondas de Luz, sus oraciones intercederán por esta ciudad, por este país, por este continente y por este planeta, siempre y cuando sean constantes y perseverantes en su camino espiritual.
Cuando asuman con amor y responsabilidad el compromiso de sustentarse en su camino espiritual, percibirán, hijos, que recibirán todas las respuestas que buscan, la cura por la que claman, el equilibrio en sus purificaciones, la trascendencia de sus miserias y la ascensión de la consciencia.
Este es un camino largo que debe ser recorrido con la llave de la constancia y, cuando menos lo esperen, sus consciencias alcanzarán la unión pura y simple con Dios, aun en tiempos de tribulación.
Sean perseverantes y constantes, y todo les será dado a conocer.
Tienen Mi bendición para esto.
Su padre y amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos consagrados como Hijos de María:
La paz, el amor y el bien de Mi Amadísimo Hijo, Jesús, esté en ustedes y los guíe para el cumplimiento de la Santa Voluntad de Dios.
En estos días previos, en los que sus corazones deberán prepararse, una vez más, para poder profesar sus votos de consagración a los planes de paz de su Madre Celeste, hoy quisiera renovar la importante misión con las Vírgenes Peregrinas, para que en este tiempo las Gracias de la Madre de Dios, tan necesitadas por las almas del mundo, puedan llegar a los que claman.
Por eso, queridos hijos, a través de su Casa Nuestra Señora de los Pobres, prepararán un nuevo ciclo del recorrido de las Vírgenes Peregrinas. Y cuando haya lugares en los que las situaciones sociales o de conflictos impidan Su peregrinación, llevarán la imagen peregrina a otra nación que, en nombre de esa nación hermana que no puede cumplir con esta misión de la imagen peregrina, pueda asumir a fin de que las Gracias se derramen.
Deberá haber más de un guardián de cada Virgen Peregrina. Las imágenes peregrinas deberán seguir una nueva hoja de ruta.
Queridos hijos, no puede haber imágenes peregrinas sin peregrinar. Por eso, esta será una misión y un compromiso de todos los Hijos de María consagrados, porque en un tiempo de caos es cuando más las almas necesitan de la cercanía de la Madre de Dios.
Por eso, tomen consigo las Vírgenes Peregrinas y salgan a las calles, a los barrios, a los asilos, a los hospitales y a cualquier lugar, porque les aseguro que siempre encontrarán un alma sedienta del Amor de Dios.
Será el compromiso de los cientos de Hijos de María ya consagrados que en misión lleven la Presencia de María a todos los lugares posibles. Yo estaré atenta a la respuesta de Mis Hijos consagrados.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice en esta nueva misión,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de La Paz
A los grupos "Rosarios de Luz"
Queridas familias de Dios, amados Míos:
En este mes de mayo, los llamo para recibir a Mi Corazón Inmaculado en el seno de sus familias y hogares. El Corazón Inmaculado de María espera estar en el núcleo de sus familias y en sus altares, para que Mis hijos vivan semanalmente la consagración al Inmaculado Corazón de María.
A través de la Casa de Nuestra Señora de los Pobres recibirán la santa imagen del Corazón Inmaculado de María para que la puedan venerar y para que puedan rezar el Santo Rosario a fin de que, a través de ustedes, las demás familias del mundo alcancen la consagración al Corazón de su Madre Celeste.
Espero con alegría poder ingresar en cada una de las familias de los Rosarios de Luz para que, a través del portal de los Hijos de María, sean compartidas las fotos de las familias con el Corazón Inmaculado de la Madre Celeste.
Durante el mes de mayo, como Madre, quiero llevar a todos a Mi Corazón a fin de que se sientan amados y comprendidos, aliviados y amparados por la Madre Divina.
Queridos hijos, les entrego el Acto de Consagración al Inmaculado Corazón de María, para ser recitado luego de haber finalizado el Santo Rosario.
Acto de Consagración al Inmaculado Corazón de María, con motivo del mes mariano
Inmaculado Corazón de María,
fuerza, luz, protección y esperanza,
en Ti nos renovamos, a Ti nos consagramos
para que seamos testigos, ahora y siempre,
del triunfo de Tu Inmaculado Corazón
en toda la humanidad.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
En estos tiempos difíciles no olviden el uso diario del Escapulario de la Paz y de la Sagrada Medalla de Cristo Glorificado, porque ambos símbolos están impregnados de códigos divinos de la Creación, los que ayudan en la conversión de las almas y en el despertar interior de los corazones.
El Escapulario de la Paz, así como la Sagrada Medalla de Cristo Glorificado, también ayudan a cumplir las promesas divinas que el propio Universo Celestial proclama por medio de Nuestros Sagrados Corazones.
Para que Sus Gracias de Perdón y de Misericordia continúen amorosamente obrando en las almas, en las naciones y hasta en todo el planeta, hoy, en este día extraordinario, su Madre Celeste viene para recordarles la importancia de la colaboración y de la contribución mensual para la concreción de los objetos sagrados, los cuales en este tiempo deberán estar disponibles para los más simples y necesitados hijos que no tienen medios materiales para adquirirlos.
Es la misión de todos los Hijos de María, así como de los grupos consagrados a los Mensajeros Divinos, colaborar en la concreción mensual de los objetos sagrados; en este caso del Escapulario de la Paz, el Orandio de 72 cuentas y la Medalla de Cristo Glorificado.
Para eso y por primera vez, su Madre Celeste solicita a la secretaría de los Hijos de María y de la Casa Nuestra Señora de los Pobres, la elaboración de un simple folleto y de un bono colaborador para ser enviado, mensualmente, a los hogares de Mis más de dos mil hijos consagrados como Hijos de María, para que junto a la Madre de Dios lleven adelante la concreción periódica de los objetos sagrados, especialmente de la Sagrada Medalla de Cristo.
Con ese bono que recibirán mensualmente y después de un momento de oración, ustedes sentirán en lo que podrán contribuir, sabiendo que esos objetos, en el próximo ciclo, no solo deberán estar con cada uno de ustedes para llevarlos como una divina protección, sino que los objetos sagrados del Escapulario de la Paz y de la Medalla de Cristo Glorificado también deberán estar al alcance de otras culturas, naciones y pueblos, como es el caso de Medio Oriente y del Lejano Oriente.
Será una forma de expandir el espíritu de la Campaña por la Paz en el mundo, como también de expresar un espíritu de verdadera fraternidad y de solidaridad por parte de todos los Hijos de María que ya son consagrados.
En verdad, los objetos sagrados que los Sagrados Corazones han ido manifestando a lo largo de los tiempos y de los siglos, son símbolos espirituales de redención y de cura, así como dádivas que interceden por la conversión de los pecadores y por el despertar de las almas del mundo.
En el próximo ciclo será acuñada la Medalla de San José Castísimo; será una copia fiel de la actual faz presentada de San José.
Mi querido y Casto Compañero revelará las promesas de esa sagrada medalla, ya que la misma ayudará en el despertar del espíritu del servicio y en la protección de todas las almas y vidas misioneras.
Quisiera, hijos Míos, que comprendieran el valor y el significado que en sí tienen los objetos sagrados, porque ellos acortan el proceso de la purificación de la consciencia y atraen nuevos códigos de luz y de amor para los que despertaron y para los que irán despertando en los próximos tiempos.
Por primera vez, Su Madre enviará a los ángeles por medio del bono colaborador para que los devotos e Hijos de María, en diversas partes del mundo, ayuden en la concreción de los pedidos de amor de los Sagrados Corazones.
Recuerden, hijos, que, en esencia, cada objeto sagrado lleva consigo un misterio de Dios, un tesoro a ser revelado y conocido.
Desde ahora estaré agradecida para que recuerden todos los días este pedido y todos los meses que reciban el bono colaborador, a fin de que sean precursores en la manifestación del Plan de Dios.
¡Les agradezco por comprenderme!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy esa mujer de Nazaret que, hace mucho tiempo atrás, fui llamada por San Gabriel Arcángel para ser portadora de la Luz de Dios por intermedio de la venida de Cristo.
Hoy, soy esa simple mujer de Nazaret, llamada María, la Madre de Todos los Pueblos, la que anuncia en este tiempo al mundo la segunda venida de Cristo.
Soy esa mujer que todos conocen, que es constante y paciente, que camina al lado de cada hijo que se abre para reconocer que puedo estar en su corazón todo el tiempo.
Soy esa mujer que hace un tiempo atrás, aquí, en esta ciudad de Carmo, se anunciaba en lo alto de la colina del Redentor, y les decía a todos que un gran cambio se avecinaba para la humanidad.
Soy la Madre de Dios y Madre del Altísimo, soy la Madre de la Figueira, y soy la Señora del Carmelo.
Vengo para pedirles que oren y que se animen a hacerlo, así como, en los tiempos pasados, ustedes oraban para que los negros se liberaran de la esclavitud.
Vengo como Madre para reabrir las puertas del Cielo sobre esta sufrida ciudad.
Vengo para decirles que Yo estoy aquí, muy cerca de ustedes. Que estoy presente en lo alto de una colina, en una estancia cercana a su pueblo, y deseo que con su humildad Me visiten y oren Conmigo para que Yo los pueda ayudar todos los días.
Hoy les enseño en humildad, hijos Míos, el camino de la verdad y de la paz.
Hoy he venido hasta la puerta de sus casas para golpear en las puertas de sus corazones y para pedirles que Me acepten, así como Me aceptan y Me viven en la santa iglesia.
Pero en este tiempo he decidido, a pedido de Dios y de Mi Amado Hijo, venir fuera de Mi iglesia, para que Me pudieran encontrar presente en las puertas de sus casas, en las calles de esta ciudad, en los barrios de este pueblo, en lo alto de la sagrada colina y en cada corazón que se abra para sentirme en lo más íntimo de su ser.
Soy la Señora del Carmelo, Madre de los pobres y guía de los misioneros.
Vengo para pedirles, hijos amados, que con sus corazones abiertos, se arrepientan y que pidan humildemente perdón por todo lo que viven, por todo lo que sufren, por todo lo que sucede en esta ciudad.
Es así, que la Madre de Jesús, del Salvador, se acerca a Su querido pueblo y a toda Su familia para que algunos valores se recuperen en su vida diaria y en sus consciencias.
He venido para tenderles Mi humilde mano, para que la tomen fuerte, y así, los guíe hacia el camino de la paz y del amor.
Vengo para pedirles que peregrinen en fe y devoción hacia Mi Centro Mariano para que, estando en él, comulguen de Cristo espiritualmente, y todas sus heridas se disuelvan por el bálsamo del amor que Yo les ofrezco.
Después de tanto tiempo, la Madre del Salvador, la Señora de los Pobres, retorna a su ciudad para guiarlos y conducirlos por el camino del bien y de la caridad, por el camino sagrado de la oración del corazón.
Quisiera, hijos, que tuvieran presente en sus corazones esta casa que Yo he consagrado, para que cada hijo Mío ingrese por el gran portal de la redención de la humanidad.
En simples palabras, los invito a que, diariamente, visiten la Casa de los Hijos de María, de la Señora de los Pobres, para que se sientan motivados a reencontrar en sus familias cálidos momentos de oración y de paz, tan necesarios en estos tiempos de caos.
Vengo para retirar a esta ciudad de un lugar incierto de la consciencia.
Vengo para cerrar, junto a Mis Ángeles, todas las puertas inciertas que se hayan abierto por diferentes motivos.
Por eso, Yo he escogido este punto de la ciudad para que, en una calle simple como esta, Me puedan encontrar, sí o sí.
Es por esto, hijos, que retorno a la ciudad de Carmo da Cachoeira, para que despierten de la inercia y hagan de sus corazones, en esta próxima Pascua, corazones en pacificación, mansedumbre y consuelo.
Vengo para entregarles la cura que tanto necesitan, y así, todos Mis hijos se sentirán un poco más amados y amparados por Mí.
Quiero, en cada barrio de esta ciudad, un grupo de oración ecuménico, capaz de atraer hacia su pueblo las Leyes Divinas.
Estoy feliz de poder retornar y de que, día a día, pueda acompañarlos.
Por eso, dejo esta Casa de la Señora de los Pobres para que, cada alma y cada corazón, encuentren el refugio que tanto necesitan.
Ofrezcan a Dios toda su gratitud y que, en este día, se reabra la puerta hacia la Gracia y la Misericordia de Dios.
Les agradezco por haberme recibido humildemente.
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón transmite las Palabras de la Virgen María:
Vengo aquí a traer la paz que necesita esta ciudad y este pueblo.
Vengo con todos Mis ángeles a este encuentro, para que ellos también los puedan bendecir, porque son enviados del Padre para cerrar las puertas inciertas y abrir los corazones al amor.
Es por eso que he escogido venir aquí, queridos hijos, para estar más cerca de ustedes y traerles una buena nueva, el momento que se aproxima, tan esperado por toda la humanidad: la segunda venida de Cristo. Por eso, ustedes deben tener sus corazones prontos, no solo en la confesión, sino también en la comunión con Mi Hijo. Esas serán las llaves que prepararán sus corazones para lo que vendrá.
Me aproximo a ustedes, queridos hijos, para poder sanar sus corazones, para traerles nuevamente la alegría de saber que la Sierva fiel, la Madre del Altísimo, la Señora de los Pobres, estará aquí entre ustedes todos los meses, hasta que se cumpla Mi misión de tornar esta ciudad un punto de Luz y de oración para el mundo.
Por eso, he fundado esta casa con todo Mi Amor maternal, para que aquí se preparen y se gesten las bases del servicio y de la oración, de la fraternidad y del amor entre los seres, y así se lleve adelante esta obra, que no solo abraza al mundo entero, sino que también volverá aquí como punto final, como punto culminante de Mi obra en estos tiempos, pedida por Mi Hijo a través de Mi Inmaculado Corazón y de la unión de todos sus corazones con el Mío.
Hoy vengo aquí con los Santos Arcángeles para que su vida espiritual pueda revivir, para que sus caminos estén purificados. Y al final, en el horizonte, vuelvan a ver la Luz de Mi Hijo, Su Corazón Glorificado que se aproxima a esta región de Brasil para que, durante la Sagrada Semana, Él los bendiga y los sacramente a todos con la señal luminosa de Su Santa Cruz.
Queridos hijos, necesito en este tiempo de sus corazones simples. Así, con esa simplicidad que hoy sus corazones Me han donado por medio de su filiación Conmigo y de su presencia en este lugar, permitirán a Mi Inmaculado Corazón que Yo pueda seguir viniendo a esta casa para visitarlos todos los meses y nuevamente traerles Mis Gracias celestiales que serán la fuente de su reparación y conversión. Así encontrarán la reconciliación con Dios, en una profunda comunión interna de cada una de sus almas con Mi Alma y el Alma de Mi Hijo, y así con todo el Reino Celestial.
Yo les traigo, queridos hijos, siete llaves importantes que los ayudarán a llevar adelante esta misión que hoy les encomiendo, de poder tornar esta ciudad un punto de Luz para el mundo. Cada uno de ustedes, queridos hijos, será un referente para los peregrinos que vendrán del mundo entero. En sus ojos y en sus labios deben reflejarse Mi sonrisa celestial y en sus corazones, libres del sufrimiento y del dolor, debe estar la paz; porque Mi aspiración es curar a cada uno de ustedes para que puedan ingresar en el universo de Mi Amor maternal, en donde solo encontrarán alegría, esperanza y regocijo de poder estar en Cristo, Nuestro Señor.
Para que todo eso sea posible y los milagros se realicen en sus vidas, en un tiempo de gran desigualdad, Yo los invito a orar Conmigo todos los días. Quiero que esta ciudad se torne un gran Rosario de Luz para todo el mundo, y que cada cuenta de este Rosario de Luz, que será construido por ustedes, represente a un grupo de oración, un núcleo orante, en donde las bases de la Sagrada Familia se podrán expresar en sus corazones y vidas por medio de los Dones del Espíritu Santo.
Quiero volver a erguir a Nuestra Señora del Carmelo. Que esta ciudad sea bendecida por ese santo nombre. Que Nuestra Señora de los Pobres esté en el corazón de cada uno de Mis hijos y en cada lugar donde exista una necesidad.
Por eso, Yo les entregué, queridos hijos, en esta ciudad, la sagrada Casa de San José, en donde viven Mis misioneros de la paz; en donde podrán aprender a construir una verdadera vida fraterna, una vida grupal basada en la fraternidad y en el amor entre los seres, encontrando en cada lugar el servicio y una posibilidad de vivir la oración del corazón.
Es de esa forma, queridos hijos, que Yo los invito a ser una gran familia espiritual. Invito a sus familias a que sean renovadas por medio del servicio, de la oración y de la comunión.
Les traigo desde el Cielo todos estos dones para que la Iglesia Celestial que, en ustedes, habita en lo profundo de sus almas, pueda volver a ser erguida; y Mi Hijo, cuando retorne durante la Sagrada Semana, encuentre un refugio, un lugar de alivio y de oración, en donde Él pueda entrar en sus corazones y vidas.
Como Señora de los Pobres, Yo los invito a reconstruir esta ciudad a través de ejemplos y actos simples. Si su oración es poderosa y la viven diariamente, les aseguro, queridos hijos, con la autoridad que Me ha dado Cristo, que muchas cosas terminarán y la esperanza será recuperada en muchas consciencias.
Para que eso suceda, a todos ustedes, queridos hijos, en la humildad y en la simplicidad de sus corazones, los invito a dar el paso, a que acompañen a su Madre Celeste en esta misión y en este propósito que hoy vengo a presentarles a cada uno de ustedes.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Así como hoy consagro esta casa, espero consagrar cada una de sus casas, para que esta ciudad, hijos Míos, sea semejante a Mi Reino y aquellos que lleguen aquí, de los cuatro puntos de este mundo, buscando la paz y la reconciliación con Dios, puedan encontrar, en cada uno de ustedes, este camino que lleva a Mi Inmaculado Corazón.
Por eso, hoy les pediré que, mes a mes, anuncien Mi Presencia en este lugar; que lleven a sus familias, sobre todo a los más jóvenes, a Mi Centro Mariano para que Yo pueda curarlos poco a poco, para que reencuentren un sentido en sus vidas, porque los más jóvenes, hijos Míos, se están perdiendo por las ilusiones e influencias de este mundo y el deseo del Creador es que Sus hijos lo encuentren, que puedan expresar en este tiempo la unidad y la semejanza con Él, así como lo expresó Mi Hijo Jesús.
Quiero, hijos Míos, que fortalezcan su fe, que fortalezcan la unidad Conmigo; porque Yo solo los llevo hacia Jesús para que lo encuentren cuando Él retorne al mundo, para que lo reconozcan entre los hombres, para que lo reconozcan caminando por las calles, convirtiendo a los corazones y recordándoles el compromiso de ustedes con Dios.
En esta noche, hijos Míos, establezco la paz en sus vidas y les pido que Me abran las puertas de sus corazones para que, con Mis ángeles, Yo pueda liberarlos, curarlos y colocarlos en un camino de paz y de crecimiento espiritual.
No vengo aquí para fundar una nueva religión ni una nueva iglesia. Vengo para fortalecer la fe que ya existe en sus corazones.
Sé que muchos Me aman y son devotos de Mi Divino Espíritu. Ahora, hijos Míos, deben dar testimonio de Mi Presencia en sus vidas, porque Yo estoy aquí para decir que escuché sus oraciones. Yo soy la respuesta a sus plegarias, todas aquellas súplicas que enviaron a Dios para que esta ciudad fuera diferente, para que sus hijos pudieran encontrar la paz. Yo estoy aquí, hijos, como un manantial único de paz. Solo les pido que abran sus casas y sus corazones, que tomen con sus manos sus rosarios y oren Conmigo para que, por la potestad que Dios Me concedió, Yo pueda transformar sus vidas.
Confíen en el poder de la oración cuando unen sus corazones al Mío. Confíen en que, junto a Mí, el destino de esta ciudad puede ser diferente y ella podrá ser reconocida en el mundo entero como una fuente de paz para los que tienen sed, como una fuente de vida para los que mueren en espíritu.
Vengo a convertir este suelo para que se torne sagrado y anuncie al mundo Mi Presencia Maternal; para que dé el ejemplo a la humanidad de corazones que verdaderamente preparan el Retorno de Cristo, porque Él vendrá y no será solo en espíritu. Todos los ojos lo verán, todas las rodillas se curvarán ante Él porque no podrán, hijos, resistirse a Su Amor y a Su Poder.
Aquellos que son Sus compañeros, lo seguirán y establecerán con Él el Reino de Su Padre. La Nueva Jerusalén, que los pueblos antiguos tanto esperaban, será visible para los ojos humanos, porque la Voluntad de Dios se establecerá y Sus promesas se tornarán vida.
Confíen en lo que les digo, hijos Míos, porque el mundo temblará y los corazones se arrepentirán de no haber despertado a tiempo.
Hoy los llamo por el nombre para que estén ante Mi Presencia. Hoy los consagro y les ofrezco Mi Paz para que conviertan sus vidas y sean llamados verdaderamente Hijos de María.
El Reino de Dios se aproxima a sus vidas. El Creador les ofrece Su Amor y solo es necesario, hijos Míos, que le digan sí al Dios Supremo.
Fray Elías del Sagrado Corazón transmite las Palabras de la Virgen María:
Vengo a sacarlos del infierno para que ingresen a Mi Paraíso. Por eso, hoy estoy aquí, entre ustedes, muy feliz. No podrían imaginar, queridos hijos, cuán grande es Mi felicidad al estar consagrando a nuevos Hijos de María y en consecuencia, a cada uno de ustedes, que son permeados por los rayos de Mi Amor y de Mi Gracia.
Quisiera que, en el próximo mes, fueran el doble de los presentes. Abran las puertas de esta ciudad para que los ángeles puedan reinar y las almas, que han muerto espiritualmente, puedan resucitar, ante la venida gloriosa de Cristo.
Ahora, quiero que se aproximen los que se consagrarán como Hijos de María, a este escenario, para que Yo los pueda bendecir. Vengan a Mí, queridos hijos, estén cerca de Mi Corazón Inmaculado, no deben temer. Yo les traigo la paz y la felicidad celestial que tanto necesitan sus vidas, para poder cumplir el Propósito de Dios que, en este tiempo, se está llevando adelante a través de esta Obra.
Quisiera que todos los sacerdotes abrieran sus corazones a Mi llamado. Yo soy la Madre del ecumenismo y conduzco a todos Mis hijos hacia Cristo. Todos son merecedores de la Misericordia de Dios. Todos son merecedores de la Gracia de Dios. Todos son dignos hijos de Dios y merecedores de la salvación que Mi Corazón Inmaculado le concede a todas las almas.
Hoy no solo bendeciré a los Hijos de María, estos sesenta nuevos hijos que formarán los primeros grupos de oración en los diferentes puntos de esta ciudad. Serán los que sembrarán para que nuevas almas puedan surgir, por medio de este impulso de orar el Santo Rosario por la paz todos los días, con el fin de que esta ciudad se consagre a Mi Inmaculado Corazón.
También vengo a consagrar sus objetos sagrados, como todas estas flores que han colocado en Mi altar, en el sagrado altar de la Señora de los Pobres. Ustedes llevarán una flor como recuerdo de Mi Presencia en sus vidas. También bendeciré sus rosarios, bajo la autoridad que Dios Me concedió.
Ahora, que los nuevos hijos, que se consagran ante esta casa de la Señora de los Pobres, coloquen su mano izquierda sobre el corazón y sustentando la luz de su vela, confirmen la Presencia Divina en este lugar; la Presencia del Padre, la Presencia del Hijo y la Presencia del Espíritu Santo.
Hoy desato un gran nudo para que se puedan liberar y así reencontrar la paz, porque si la paz está en ustedes, la paz estará en esta ciudad, los corazones se convertirán, los enfermos se curarán y todos se sentirán más amados porque Yo estaré aquí presente. Cada vez que crucen la puerta de esta casa, sepan que la Señora de los Pobres siempre los observa y los acompaña con Su Amor.
Vengo a cicatrizar sus corazones, retirando las espinas de la vida. Vengo a sanar sus almas, para que se enciendan a través de Mi Espíritu Divino. Vengo a reencender, en sus vidas, la llama poderosa de la oración del corazón.
Hoy vengo a entregarles Mi Amor y toda Mi Gracia para que sean benditos, sean dignos merecedores de la Misericordia de Dios por todos aquellos que no la viven y que se apartan del Reino de Dios, alejándose del Amor y de la Verdad que vive en el universo.
Yo los consagro. Yo los bendigo. Yo los abrazo como buena Madre, como Madre de todos y Madre de la Nueva Humanidad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Canten María de Nazaret y eleven sus rosarios para que Yo los pueda bendecir.
El Señor bendiga estos objetos sagrados que simbolizan la apertura de las puertas del Cielo en lo más íntimo de cada una de las almas. Que estas cuentas de oración sean permeadas por Mi Gracia y por Mi Luz. Que las almas se aferren a este instrumento celestial, para que siempre encuentren el amor y el camino que los llevará hacia Mi Hijo, hasta Su Sagrado Corazón.
Bendigo estos rosarios, para que sea bendecida esta ciudad, bajo la autoridad que el universo Me concedió, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Lleven sus rosarios sobre el corazón para que el Cielo ingrese en sus vidas.
Les agradezco.
Los esperaré el próximo mes y estoy feliz por poder reencontrarlos en el espíritu de la fe y de la unidad.
Que así sea.
Mis queridos y amados hijos:
Hoy, con una túnica y un manto blanco hasta los pies, llevando un cinturón azul y el santo rosario entre Mis manos, Me presento a ustedes como la Señora de los Pobres.
Esta es Mi Faz de humildad y de entrega por los más pobres entre los pobres.
Hoy quisiera, hijos, que en este día de renovación de votos con el Plan Evolutivo de Dios, ustedes fuesen como su Madre de los Pobres para que en este ciclo, al igual que Yo, encuentren la necesidad de ayuda en cada lugar.
Soy la Señora de los pobres de espíritu, de los pobres de alma, de los pobres de fe, de los pobres de corazón.
Soy la Señora de los pobres que están desamparados, de los pobres que son huérfanos, de los pobres que han perdido la maternidad.
Soy la Señora de los pobres que están solos, de los pobres que no se sienten amados, de los pobres que han perdido toda esperanza.
Soy la Señora de los pobres que no oran, de los pobres pecadores, de los pobres ignorantes, de los pobres de espíritu que han perdido el amor a Dios.
Soy la Señora de los pobres marginados, de los pobres esclavizados, de los pobres niños que son vendidos y explotados.
Soy la Señora de los pobres que enloquecieron, de los pobres de sabiduría, de los pobres que viven y duermen en las calles de este mundo.
Soy la Señora de los pobres que se pierden, de los pobres inocentes, de las pobres mujeres que se venden en las calles.
Soy la Señora de las pobres mujeres que son esclavas de la vida, de las pobres consciencias indígenas que han perdido su cultura y su tierra en estos tiempos.
Soy la Señora de los pobres corazones que viven la injusticia, de los pobres ancianos que son rechazados y que no se sienten amados.
Soy la Señora de los pobres jóvenes que han sido conquistados por la tentación y el engaño.
Soy la Señora de las pobres esencias que no cumplen su misión en esta Tierra.
Quisiera, hijos, que ustedes Me imitaran, y que la Casa de la Señora de los Pobres, concebida en el seno de los Hijos de María, atendiera espiritualmente en estos tiempos, a través de la oración del corazón, a todas estas necesidades omitidas por la indiferencia de la humanidad.
Yo soy la Señora de los Pobres y quiero, hijos, que adopten esta Faz de su Madre para que la trabajen día a día; porque, a través de la Señora de los Pobres, Yo les traigo, a ustedes y al mundo, la esencia de la Compasión de Dios.
La Señora de los Pobres será el terafín de los Hijos de María, será el instrumento de trabajo por el cual sus oraciones diarias obtendrán mayores resultados para toda la vida planetaria.
Hoy estoy aquí entre ustedes, renovando los votos de consagración a Mi Inmaculado Corazón con cada uno de Mis Hijos, para que, en este año, también sus vidas concedan la Gracia de que la Señora de los Pobres llegue nuevamente a Europa en los meses de mayo y junio, para que, con la ayuda de todos, se pueda evitar un gran movimiento social entre las naciones así, como hasta ahora, gracias a la ayuda de todos Mis hijos, eso fue evitado en los Estados Unidos.
Hoy la Señora de los Pobres, Patrona de los Hijos de María, los bendice y les agradece por estar renovando, durante un año más, los votos diarios de oración, de servicio y de abnegación.
Los amo y siempre los amaré hasta el fin de los días.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más