APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE SAN JOSÉ, DE LA VIRGEN MARÍA Y DE CRISTO JESÚS, EN EL CENTRO MARIANO SANTUARIO DE LA CREACIÓN, BALNEÁRIO CAMBORIÚ, SANTA CATARINA, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oremos:

Quien está en Dios nada teme.
Quien está en Dios no retrocede.
Quien está en Dios vive del Amor de Dios.
Esta es la fuerza de hoy.
En Dios, en Dios, en Dios.
Amén.
(tres veces)

A través del Sagrado Corazón de Mi Hijo, hoy les traemos, a este Centro Mariano y su fundación, uno de los Aspectos de Dios, dentro de Sus 72 Nombres Sagrados. 

El Aspecto de Dios que protegerá a este Centro Mariano y su tarea espiritual será el Nombre El Gibbor; para que la fortaleza, la fe, la compasión y el amor impulse, a través de este Centro Mariano, la elevación de todas las almas hacia el Reino de Dios; para que no solo el ser humano, sino también los Reinos de la Naturaleza sean recibidos aquí en espíritu, para que sean curados y redimidos.

Sé que están delante de un Aspecto de Dios desconocido, pero si sus almas se unen a Nuestros Tres Sagrados Corazones, comprenderán ese Aspecto de Dios por medio de la Ciencia y de la Sabiduría que les proporciona.

Porque la aspiración del Padre Eterno es que este Centro Mariano, como un punto de Luz en el planeta, refleje los Atributos de la Fuente Suprema, aquellos Atributos internos que la humanidad necesitará para poder regenerarse y curarse para que, finalmente, se cumpla el surgimiento de la Nueva Humanidad.

Hoy, Nuestros Tres Sagrados Corazones, como receptáculos de los Atributos de Dios, están aquí con todos ustedes, están aquí por la nación de Brasil y por todas las Américas; para que los pueblos de este continente sean conducidos hacia el Propósito de Dios y, por medio de los Ángeles de las Naciones de América Latina, todas las poblaciones y culturas de esta región del planeta puedan aproximarse a cumplir el Proyecto de Dios; aquel Proyecto que infelizmente está siendo oprimido y silenciado.

Pero, en este momento, Yo los vuelvo a invitar a estar en la oración. Yo los invito a silenciarse. Yo los invito a tener sabiduría y discernimiento, porque lo que sucederá en esta parte del planeta, podría afectar al resto del mundo.

Por eso, a través de Nuestra Presencia, a través de la Presencia de los Tres Sagrados Corazones, no solo venimos aquí para dar comienzo al ciclo de este Centro Mariano en su tarea espiritual y en su tarea interna, sino que también estamos aquí, hijos amados, para detener lo que se pretende que suceda sobre la superficie de este continente.

Su fidelidad a Nosotros ha sido muy significativa y la respuesta en la consagración de nuevos Hijos de María. Esto representa para Dios, así como Él nos dijo en este momento, que es posible establecer, en la superficie del planeta, el Proyecto que Él siempre quiso realizar en esta humanidad.

Hijos Míos, no se preocupen si no alcanzan los Misterios del Padre, primero amen los Misterios de Dios para después poder comprenderlos; sigan en fidelidad y obediencia lo que les dicta la Jerarquía Espiritual.

Yo estoy aquí y Soy su Madre, su Madre Universal, su Madre Celestial, la Madre de todo el Brasil, la Madre de toda Sudamérica, y tengo Mis Brazos extendidos hacia ustedes. Una vez más, les ofrezco Mis Manos para que se puedan tomar fuerte y seguir adelante. Porque como humanidad, en la superficie de la Tierra, han demostrado después de estos dos años que es posible seguir adelante cuando tan solo las almas aman de verdad.

Ahora, hijos Míos, les quiere decir algo San José. Escúchenlo.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de San José:

Así como el Cielo se abre hoy delante de sus corazones, él también se puede abrir en el interior de cada uno de ustedes.

Hoy, delante de los Sagrados Corazones, permitan que sus almas aprendan del misterio de la fe para que, mucho más allá de lo que suceda delante de sus ojos, la verdad que pulsa en sus corazones, invisible para la mayoría de los seres humanos, pueda sustentar sus vidas y así, hijos Míos, la Promesa de Dios siempre sea una realidad para cada uno de ustedes.

A través de la fe, encontrarán este Reino que hoy se manifiesta delante de ustedes. Contemplen esta realidad en su interior, y así sabrán que cielo y tierra podrán pasar, pero el Amor Divino permanecerá vivo en la esencia de todo aquel que cree. Aunque sus ojos no vean, sus corazones son capaces de sentir y, a través de ellos, penetrar el misterio.

Muchas cosas sucederán en el mundo y les traerán desesperanza a los hombres, harán que sus corazones sientan el dolor y el sufrimiento que una vez Mi Hijo sintió tanto en Su Agonía como en la Cruz. Pero, así como lo hizo el Corazón de Cristo, hoy los llamo a transmutar este dolor a través de un Amor Mayor, a través de la fe en aquello que pulsa en su interior y les revela lo que verdaderamente son y a través de la madurez del corazón, la madurez espiritual, que ya llegó el tiempo de que puedan experimentar.

Sean responsables, hijos, de sus elecciones, de sus acciones, de cada paso que dan, desde el primer pensamiento que tienen, al iniciar el día, hasta los sentimientos que emiten, las miradas, las acciones.

Rueguen a Dios para que sus acciones sean puras, para que sus vidas sean puras, porque ya llegó el tiempo de que una nueva vida despunte en la humanidad, y ustedes se comprometieron desde el principio a que, a través de los pasos de su redención, pudieran vivir esta nueva vida.

Y esa vida, hijos, es como la vida de Cristo en el Calvario. Alrededor de ustedes habrá caos, confusión, dolor; pero en su interior el Amor de Dios se renueva, nace un amor desconocido, incluso para el Corazón del Padre. Y es a través de ese amor que una nueva genética y un nuevo hombre comienzan a nacer, un Amor que sus células pueden vivir, que se expande desde su esencia hacia toda la consciencia.

Y, a pesar de que hoy eso les parezca imposible, solo les pido que tengan fe y que este Don Divino que hoy desciende del Cielo sobre sus vidas, encuentre un lugar en sus corazones para transformar sus vidas en algo que jamás pensaron.

No tengan miedo, pero sean firmes. El mundo los arrastrará por caminos que no son correctos. La batalla se vivirá dentro y fuera de ustedes; pero, a través de la oración, encontrarán refugio y, en los lugares sagrados, donde la Consciencia Divina habita, allí reencontrarán la paz.        

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, hoy Mi Manto es el Manto de Brasil. El Manto que representa la vida de todo este pueblo y de toda la naturaleza, de una vida que infelizmente ha sido transgredida y violada.

No permitan, hijos Míos, que el Brasil sea un lugar más del enemigo. La fuerza de su oración y de su fe puede transformarlo todo. 

Si consiguieron atravesar el calvario de los dos últimos años, es señal, hijos Míos, que es posible seguir adelante, aunque duela.

Por eso, ahora, el Rey del Universo, el Hijo del Sol, en nombre de los Tres Sagrados Corazones, de Jesús, de María y de San José bendecirá y consagrará este Centro Mariano; y así, consagrará a todos los Hijos de María que hoy se postularon ante Mi Materno e Inmaculado Corazón para ser fieles y firmes en el servicio de la oración perpetua. 

Los invito a colocarse de pie.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:

Así como esa llama que tienen encendida delante de sus corazones, llama que representa la Luz, el Amor y la Sabiduría de Dios para todo este planeta, para toda la humanidad; que esta llama se replique y se multiplique no solo en los seres humanos, sino también en los Reinos de la Naturaleza, que en estos tiempos de emergencia necesitan ser comprendidos, acogidos y amados, protegidos y cuidados, como parte vital de la Creación.

Si esta comunión con los Reinos de la Naturaleza se diera a través de su servicio orante, por medio del Centro Mariano Santuario de la Creación, les aseguró que no solo Brasil, sino también otras regiones del mundo estarán más protegidas, aunque el planeta demuestre en este tiempo su caos en la superficie. 

En sus manos está la decisión, en sus manos está el poder de la oración, el poder de permitir que el Cielo descienda a la Tierra, como en este momento. 

Que no solo el Hijo del Padre, sino también la Santísima Madre y el Casto Corazón de San José, en esta Unidad Trina, concedan al Brasil y al mundo la expiación que necesitan para sobrellevar este actual Apocalipsis.

No permitan que los Sellos del Libro del Apocalipsis se abran. Acojan las profecías, pero no las provoquen. 

Sean consecuentes en todo lo que hacen y viven. No se olviden de los Mandamientos, de una vida de servicio, de una vida de amor en la familia, entre todos sus seres queridos. No permitan que la célula de la familia se siga dividiendo.

Recuerden que ustedes y sus familias son parte del Proyecto esperado de Dios, el Sagrado Proyecto del pueblo de Israel.

Recuerden que esta parte del planeta es la promesa de la cuna de la Nueva Humanidad, en donde todo el planeta y la humanidad, a través de este lugar como de los Reinos de la Naturaleza, podrán regenerarse y curarse.

En los Reinos de la Naturaleza está la cura que necesitan, en los Reinos de la Naturaleza está la paz que ustedes buscan en este tiempo.

No permitan que sus vidas se vuelvan superficiales e indiferentes, abracen con el corazón abierto a toda la Creación y les aseguro que no perderán la paz. 

Delante de la Fuente Suprema, delante de los Ángeles y de los Arcángeles, Padres Creadores, que concibieron esta belleza del planeta Tierra, delante de los servidores del Cosmos y de la Tierra, delante de todos los consecuentes en la oración y el servicio por el otro, delante de la Aspiración de Dios, de Su Proyecto; que la Fuente Suprema a través del Corazón de Cristo, del Corazón Inmaculado de María y del Castísimo Corazón de San José, a través del Poder Supremo de El Gibbor, bendiga y consagre a este Centro Mariano, para que sea un verdadero Santuario de la Creación, que conceda a las almas y a los Reinos la cura y la redención que necesitan, para que todos estén en comunión con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo, en nombre del Amor y de la Sabiduría.

Yo los bendigo y los consagro como Centro Mariano Santuario de la Creación y como Hijos de la Madre Divina, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y, para comprender la importancia de este encuentro, les ofreceré Mi Cuerpo y Mi Sangre, a través de la Celebración Eucarística.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, también consagraré, a través de la autoridad de Mi Hijo, a una pequeña e inocente alma, que llegó al mundo de un lugar especial del universo. A través del Sacramento del Bautismo, esa alma recibirá no solo la renovación, sino también el recuerdo de su compromiso con Dios para el próximo tiempo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de San José:

A través de Mi Casto Corazón y la autoridad que Me ha dado Cristo, como Siervo del Redentor, como Vigilante y Protector de las almas, a través del Castísimo Corazón de San José, la Gracia que les ofrecerá hoy Mi Corazón será la Unción para que la Señal Luminosa de la Cruz de Emmanuel siempre los guíe y los proteja.

Ya que, en este tiempo, será necesario discernir antes de actuar, meditar antes de obrar, para que sean consecuentes con la Ley.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:

De esta forma, Nuestros Tres Sagrados Corazones se alegran y bendicen este encuentro, dando inicio a este ciclo de la Peregrinación por la Paz, para que las almas recuperen la esperanza que perdieron, recuperen la alegría que les fue robada y sientan el júbilo de ser Hijos de Dios. Nunca lo olviden, a través de Mi Corazón Misericordioso llegarán a Dios.

Cantemos el Himno de la Consagración de los Hijos de María; pero, todos cantemos, los que están aquí y los que están en sus casas, renovando los votos internos de la consagración para este ciclo de servicio junto a la Jerarquía Divina. 

Los Tres Sagrados Corazones agradecen por haber respondido al llamado. 

Como Cristo Redentor, que la Paz sea en ustedes y en sus hermanos. 

Que así sea. 

Amén.

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Por la potestad que Dios Me concedió como intercesor de este mundo y de algunos otros, hoy abro las puertas de este Reino para que las almas que sufren puedan recibir una Gracia tan grande, como la que ustedes recibieron en los últimos días.

Por el despertar de sus corazones y por el sí que enviaron a Dios, respondiendo al Llamado de Cristo, generaron méritos para que muchos otros, que desconocen, puedan recibir la Misericordia que emana de los Espejos de este Reino hacia todo el planeta.

Hoy, más que para hablarles, vengo a orar con ustedes por este mundo, por los niños que deben crecer y poblar la Nueva Tierra, vengo a orar por los Reinos que tanto sufren por la indiferencia humana.

Vengo a orar por los ángeles de las naciones que intentan, día y noche, sustentar el planeta y atraer hacia cada nación aquel Principio Divino que ella debe manifestar.

En este día, vengo a profundizar en el despertar de sus consciencias para que puedan, definitivamente, tornarse servidores del Plan de Dios. Que el amor a este Plan pueda ser mayor que el amor a sus propias vidas, porque de esa forma podrán ser un triunfo de Dios en el mundo.  

Hoy vengo a mostrarles a sus corazones una realidad que aún desconocen.

Yo les pediré que cierren los ojos para que Yo les pueda mostrar aquello que Yo veo como intercesor de este mundo.  

Recorran Conmigo el planeta con los ojos del corazón. Contemplen Mi Presencia, Mi túnica marrón, Mi manto rojizo representando la Sangre de Cristo que aún se derrama sobre las almas inocentes.

En Mi mano derecha, hoy llevo un cayado, representando que, además de intercesor como Mi Hijo, hoy vengo a conducir sus almas a un nuevo propósito.

Mis pies descalzos simbolizan Mi resignación ante Dios, simbolizan Mi voluntad unida a la Voluntad del Padre, y que seguiré Sus caminos por toda la eternidad.

Contemplen, detrás de Mí, un gran portal a través del cual Yo los conduzco al planeta. Quiero que conozcan el Oriente para compartir las Llagas de Dios y repararlas.

Arrodíllense Conmigo en el suelo de esta tierra que un día fue sagrada y que debe volver a ser sagrada, porque así como su Señor y Rey caminará por Occidente, también caminará por Oriente. Y aquellos que lo negaron y que no lo aceptaron desde el principio se curvarán delante de Él,  se golpearan sus pechos y se arrepentirán, pero será tarde.

Hoy vengo a compartir con ustedes una de las mayores Llagas de Dios, que es la indiferencia humana por el Sacrificio de Su Hijo.

Cuando Jesús era pequeño, Él Me enseñó a orar el Padre Nuestro, una oración que traía del Cielo, que había aprendido con Su Padre para que todas las almas puedan unirse a Él. Les pediré que oren Conmigo esta sagrada oración para interceder por las almas que hoy deben ingresar en Mi Reino, que es el Reino de Dios, que es su casa y también la Mía.

Contemplen en el cielo de Oriente una gran puerta de luz que irradia una luz dorada y brillante. A través de ese portal, la Voz del Creador resuena para todos Sus hijos. 

En nombre de la humanidad, respondan a Su Llamado y, como un clamor, hablen con Dios:

 

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

 

Ahora, con el corazón aún más unido al Corazón del Padre, oren por los niños, aquellos que sufren injustamente.

Por la Gracia que Dios Me concedió de tener al Niño Jesús en Mis brazos, hoy le ofrezco al Padre todos los niños del mundo y, junto con ustedes, ruego a Dios:

 

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

 

Por la Gracia que Dios Me concedió de tener a la Santa Virgen María como esposa y compañera, como una Luz en Mi Camino que Me llevó a comprender la Presencia de Dios en Mi Corazón, hoy ofrezco esta oración a todas las mujeres que sufren injustamente, para que no pierdan su pureza por los ultrajes de este mundo. Junto a ustedes, Yo ruego a Dios:

 

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

 

Por la Gracia que Dios me concedió de ser un hombre simple, servidor y humilde; de cumplir Sus Designios y de hoy estar a Su lado; le ofrezco al Padre todos los hombres que están ciegos en esta Tierra, que no lo comprenden, que no buscan a Dios, que no encontraron lo Sagrado dentro de sus corazones. Roguemos al Padre: 


Oración: Padre Nuestro (en portugués).

 

Por la Gracia que Dios Me concedió de comprender la presencia de los Reinos en la Tierra, de amarlos y de reverenciarlos para que ellos cumplan con su misión; hoy ruego a Dios por todos los animales, minerales, vegetales, por todos los devas, por todos los elementos que en los desiertos del mundo contemplan las atrocidades causadas por el hombre; que en las florestas, en los ríos, en las montañas, en las ciudades, en las casas y en todos los lugares sufren las atrocidades causadas por la ignorancia del corazón humano.

Padre, hoy te ruego por todos los Reinos para que, a través de esta oración, la humanidad comprenda que es Tu propio Corazón y el Corazón de la Santa Virgen María los que son ultrajados cuando los Reinos sufren y padecen en este mundo. Junto a Tus hijos, Te ruego: 

 

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

 

Con esta oración, digamos al Señor, Nuestro Dios, que deseamos iniciar un nuevo ciclo, para que ahora, hijos, ya no piensen tanto en sí mismos, sino que contemplen las necesidades del planeta, del Plan de Dios para que él se manifieste, para que esta Tierra sea sagrada.

Cuando piensen en ustedes y crean que sufren mucho, recuerden este portal que abrí en sus corazones para que contemplen la mayor Llaga del Corazón del Creador, y no sean ustedes también indiferentes al Sacrificio de Cristo.

Ahora retornen Conmigo hasta aquí, pero nunca se olviden de los niños que sufren, de las mujeres, de los hombres, de los Reinos que necesitan de sus oraciones.

Cristo les entregó una gran Gracia y no fue solo por ustedes, fue para que respondieran a Su Llamado, abandonando las mezquindades de sus vidas para contemplar la Voluntad Superior y reconocer finalmente que llegó la hora de cumplir el Plan de Dios, porque si la humanidad no despierta, la vida en el planeta podría extinguirse.

No permitan hijos, que una Llaga más se abra en el Corazón de Dios. Sean dignos de todo lo que recibieron y multipliquen estas bendiciones para todo el planeta, y para todo el universo que aguarda que respondan al Llamado de Dios y que lo vivan.

Hoy vine para orar con ustedes porque Mi Corazón ya no puede contemplar el mundo sin sentir el pesar de las almas que sufren.

Después de conocer la grandeza del Padre, de Su Reino y de todos los Reinos semejantes al Suyo que se esconden en el interior de la Tierra, no puedo contemplar el sufrimiento humano sin sentir en Mi Corazón el pesar de las almas. 

No puedo contemplar las atrocidades que viven los Reinos sin sentir en Mi Corazón el gran pesar que la ignorancia humana Me causa por no comprender la verdadera misión de la naturaleza en el planeta.

Por eso hoy vine a orar con ustedes y solamente a ofrecer al Padre los méritos generados por nuestros corazones unidos en Su Nombre, para que Sus compañeros puedan llegar un día a Asia, respondiendo a Su Plan, haciendo triunfar Su Corazón.

El pan consagrado por Cristo ya ingresó en sus esencias como una semilla de luz que está comenzando a fecundar, germinar y crecer, para tornarse el árbol de una nueva vida. Que cada Comunión que el Creador les ofrece, a través de Sus Mensajeros, nutra esta semilla, la fortalezca y la haga más poderosa que cualquier aspecto humano, para que puedan despertar la Esencia Divina en sus pequeños corazones.

Una vez más, oren Conmigo, ahora en arameo como Mi Hijo nos enseñó, para abrir las puertas del Cielo, y para que todas las almas, todos los Reinos y el propio espíritu de esta Tierra comulguen del Cuerpo y de la Sangre de Cristo.

 

Oración: Padre Nuestro (en arameo).

 

Que vengan hasta aquí los niños, que comulguen por todos los niños de este mundo y que, sobre todo, dentro de ellos se fecunde la nueva vida, que puedan ser dignos de vivir en la Nueva Jerusalén, el Reino de Dios manifestado en la Tierra. Canten mientras ellos llegan hasta aquí:

 

¡Oh!, San José,
clamamos a Ti por la salvación
de todas las almas del mundo.
Misericordia, Misericordia,
¡Oh! San José, Misericordia.

(Se repite cuatro veces)

 

Hoy dejaré Mi bendición sobre todos los niños y sobre todas las familias. Que cada padre y cada madre reciban de Mi Casto Corazón la inspiración para educar y criar a sus hijos. Les pido que sean fuertes para no dejar ingresar en sus casas las influencias de este mundo, que separan a las familias y las hacen infelices.

Hoy dejo en ustedes una semilla de la nueva vida para que, donde quiera que vayan, puedan sembrarla en muchos otros corazones que hoy no están aquí.

Por la Gracia que Dios Me concedió de vivir en la Familia más Sagrada que estuvo sobre este mundo, hoy Yo los bendigo y les agradezco por estar aquí y por dejar que en sus hijos florezca un niño nuevo. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sigan en Paz y superen con Paz los desafíos de esta vida.

Les agradezco.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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