- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Ora por una religiosidad verdadera para que los corazones de los hombres se inclinen hacia la espiritualidad de estar en Dios y de ser parte del Creador, conscientemente.
Clama para que las almas reciban una oportunidad de despertar y de profundizar en su despertar cuando ya se sientan despiertas.
Ruega al Padre para que aquellas almas que se dispusieron a ser Sus representantes en el mundo, independientemente de su credo, sean verdaderas y sinceras en el amor a Dios, porque el amor a Dios las conducirá por el camino correcto hacia la Puerta estrecha del Corazón del Señor.
Confía en que, a pesar de las diferencias, aquel que vive para expresar, multiplicar, vivir y donar el amor de Dios encontrará el camino hacia la unidad con el Padre y es allí donde las religiones se comprenderán unas a otras, es allí donde las filosofías se liberarán de su ignorancia y encontrarán la Verdad.
A lo largo de este tiempo, hijos, la Verdad de Dios y de la vida revelada a los hombres por partes y escondida en plenitud en la esencia del Amor Crístico, les será revelada por completo. Y comprenderán que dentro del amor verdadero no había religión equivocada, pero sí una verdad que no fue enteramente revelada, sino repartida entre los hijos de Dios para que, cuando cada uno siga Sus preceptos y Su camino de Amor, se puedan encontrar unos con otros y todos con la Luz de la Verdad Divina.
Solo oren por la santidad y por la pureza de las religiones.
Oren para que no confundan los caminos de Dios con los caminos de los hombres.
Oren para que los seres se puedan religar con su Creador a través del amor, dondequiera que estén.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Dedica tu vida a través de la oración cada día más sincera, profunda y verdadera.
Dedica tu vida a Dios a través de tus acciones y de tu conducta que, de forma transparente, transmitan paz, fraternidad y amor.
Dedica tu vida a Dios a través del servicio en las pequeñas cosas de tu día a día, pues es ahí que se construye el puente para la vida superior.
Dedica tu vida a Dios a través del conocimiento y de la sabiduría, sabiendo que cuanto más te aproximas a la Verdad, más te aproximas a tu Padre Creador, a tu Origen.
Dedica tu vida a Dios buscando cumplir Su Voluntad, no en grandes misiones, sino en la misión de la vida, en la misión de amar y comprender al prójimo, en la misión de auxiliar y obedecer incansablemente, en la misión de amparar y cuidar a los que lo necesitan, en la misión de dejarse cuidar y amar por los propios hermanos, en la misión de transformar el desamor y la indiferencia humana en el propio corazón.
Dedica así, hijo, tu vida entera a Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
La oración será tu sostén y tu guía en todos los ciclos, internos y planetarios.
Será a través de la oración que vencerás las tentaciones en la agonía.
Será a través de la oración que renovarás tus fuerzas en el cansancio y en la fatiga espiritual y física.
Será en la oración que encontrarás el sentido para seguir adelante.
Será a través de la oración que podrás transmutar y sustentar a este planeta.
Será la oración la que te permitirá cargar la cruz de estos tiempos.
Será la oración la que te hará morir para ti mismo y encontrar el vacío que te une a Dios.
Será la oración la que te dará fuerza para resucitar a una nueva vida.
Será la oración la que te auxiliará para dar los pasos correctos hacia el despertar del Amor, que hará de ti un Cristo del Nuevo Tiempo.
La oración es el vehículo que te llevará a concretar los Planes de Dios.
Por eso, ora y ve cumplirse Mis palabras.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Dar un paso en el amor y representar a Dios en la Tierra significa ingresar en la Consciencia Divina y abandonar los propios planes, voluntades y metas para permitir que el Creador les muestre Sus planes, Su Voluntad y Su meta; no solo para ustedes, hijos, sino también para toda la consciencia humana.
Dar un paso en el amor y representar a Dios en la Tierra significa elevar la propia comprensión de la vida, sus conceptos y patrones, para ingresar en un patrón de vida universal y divino, en el que solo el Amor y la Sabiduría de Dios se tornarán su guía.
Comiencen, entonces, a observar la vida en la Tierra como un todo; y cada corazón como cada ser ganará importancia en sus vidas, porque la Voluntad Divina abarca a todos Sus hijos por igual.
Aprenderán a no competir, sino a auxiliar, aprenderán a renunciar para que otros puedan crecer, aprenderán a silenciarse para encontrar a Dios, aprenderán a vivir el sacrificio para reparar Su Corazón y, por encima de todo, aprenderán a amar para renovar Su Amor.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Escoge superarte y proseguir.
Escoge silenciarte y vencer las tentaciones que tu boca te lleva a vivir, destruyendo con tu verbo de ilusión la verdad que tu alma intenta construir.
Escoge orar con el corazón cuando haya aflicción en tu interior para que sea disuelta por la Presencia de Dios.
Escoge confesarte ante Cristo y construir, entre tu corazón y el corazón del Señor, un camino de humildad sólido y firme en donde tus pies puedan pisar.
Escoge obedecer y esforzarte para construir, en unidad, esta Obra de la cual Dios te llamó a formar parte.
Escoge el sacrificio y la renuncia para que tus hermanos puedan caminar delante de ti hacia el Corazón de Dios y ama resguardar sus pasos, así como una madre acompaña los pasos de sus hijos.
Escoge amar a Dios por sobre todas las cosas y encuentra Su Voluntad tanto en las dificultades como en los triunfos, sabiendo que todo en tu vida sucede para forjar en ti lo que te llevará a cumplir la Voluntad Divina.
Escoge siempre decir "sí" al Creador.
Escoge elevarte ante las superficialidades de este mundo.
Escoge la evolución.
Escoge la paz.
Escoge ser un apóstol de los últimos tiempos, un santo de los últimos días, un Nuevo Cristo renovador del Amor de Dios.
En tu definición, hijo, escoge siempre la forma correcta, porque detrás de ti están muchos otros que esperan inspirarse en tus pasos para proseguir.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuando la Voz del Creador se pronuncia en el mundo, a través de Sus Mensajeros, ella trae en sus enseñanzas Verdades sublimes que se ocultan en la Existencia, en el sentido de la vida, en las raíces de la Creación.
El Padre les habla sobre estas cosas, en este tiempo, porque es hora de que eleven sus consciencias, como seres y como humanidad, para que amparados por la Verdad atraviesen las últimas pruebas y los últimos momentos en los que están inmersos dentro de la ilusión de la Tierra.
Elévense, no para ser indiferentes delante de las atrocidades del mundo, sino para que puedan auxiliar al planeta desde otro punto de sus consciencias, en donde el auxilio que le brindan al mundo proviene de Dios y no de su pobre y humano corazón.
Para que la experiencia de amor en la Tierra sea real, ella debe ser vivida dentro de la Consciencia Divina. Sus corazones, hijos, deben estar en Dios y allí renovarse en el Amor, porque es el Amor del Padre en ustedes que se renueva y no solo el amor humano.
La Sabiduría y el Conocimiento Divino que el Creador hace descender al mundo en este tiempo, permiten que sus consciencias se expandan y comprendan la amplitud del Amor de Dios, que no se limita a los corazones de los hombres, sino que se mueve y se manifiesta en toda la vida, incluso más allá de este mundo, en toda la Creación.
Dejen que sus consciencias se expandan, adentrándose en la Ciencia Divina, para que así puedan ver la vida y todo lo que existe como expresiones del Amor de Dios. Así, hijos, podrán mirarse a sí mismos y a sus hermanos, y sentir la Gracia de Dios.
Y cuando sus ojos derramen lágrimas será por estar compartiendo el dolor del Padre por las almas, será para lavar con ellas el Corazón herido de Dios y, limpiando el Corazón de Dios con el agua que proviene de sus almas y se expresa en sus ojos, estarán generando méritos para la salvación y la redención de los que están perdidos, de los que causan y de los que padecen las injusticias, de los que están ciegos y ciegan a sus hermanos.
Encuentren, así, una nueva forma de ayudar al mundo y, aun en la soledad de sus corazones, que todo en sus vidas sea por amor a la Creación, a la Vida, a Dios.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Los árboles y la vida - Parte III
A pesar de que el potencial de los árboles esté vivo y ellos expresen puramente el amor a Dios a través de su belleza, de su armonía y de su elevación, la tarea de los árboles en este planeta aún no se cumplió.
Como todos los seres, los árboles también llegaron al mundo para vivir un aprendizaje de amor, pero lo que diferencia el aprendizaje de los Reinos de la Naturaleza del aprendizaje de los seres humanos es que los Reinos necesitan de la expresión de amor de los hombres para evolucionar.
Los árboles cumplen su función de mantener la unión entre el Cielo y la Tierra y están siempre inspirando a los corazones a volverse hacia Dios y hacia el propio interior. Pero en la convivencia de los árboles entre sí, en los bosques, en las selvas, ellos muchas veces expresan características propias de la condición retrógrada de este mundo, como la competencia y la lucha por la vida, destruyendo así la vida de otros árboles.
Para que los Reinos expresen el amor absoluto, ellos necesitan recibir ese amor. Los árboles están constantemente intentando auxiliar a los hombres, para que un día ellos perciban que la evolución solo se completa cuando la ayuda es mutua.
Yo, les digo estas cosas, hijos, porque todo lo que Dios manifestó en la vida fue para conducirlos a grados mayores de amor. Y ahora que ya está en su consciencia el Mandamiento mayor de que ustedes deben amar al prójimo como a sí mismos y a Dios por encima de todas las cosas; Yo vengo, hoy, a completar este Mandamiento, porque la consciencia humana ya está preparada para comprender:
Amen al prójimo y a los Reinos de la Naturaleza como a sí mismos y a Dios por encima de todas las cosas.
Así, ustedes comprenderán que el Padre está en todo, en el prójimo como en los Reinos, dentro de ustedes y en todo su alrededor.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Permanece con tu corazón ante la naturaleza y simplemente contempla la Presencia Divina en todo lo que es vida.
Deja que la Sabiduría que fue emanada y transmitida por Dios, comprendida por los pueblos originarios y que se guarda en los elementos de la naturaleza se pueda revelar también a tu corazón. Este es el tiempo para que el corazón humano conozca la Verdad de Dios expresada a través de todas las líneas de conocimiento verdadero, provenientes del Corazón del Padre.
La naturaleza es una fuente de la Verdad, guardiana de la Sabiduría de Dios y de las Leyes Sublimes que rigen la vida y la evolución de los seres.
Permanece en silencio delante de las expresiones de la naturaleza y deja que ellas le hablen a tu corazón y te enseñen una forma de comprender y de vivir los misterios del Universo y los secretos de la vida sobre la Tierra.
La naturaleza vive plenamente la unión con Dios y el amor al Creador; por eso, no solo es capaz expresar belleza, sino que además guarda en sí la Verdad de Dios, Sus Leyes y el registro de la historia de la vida que le revela a los seres el camino de retorno al Corazón del Padre.
Permanece, entonces, delante de la naturaleza, hijo, y permite que ella te enseñe a ser tú también un espejo de la Creación para que aprendas a estar en unión con Dios y a descubrir, en tu interior, la Presencia Divina.
Tu Padre y Amigo.
San José Castísimo
El Amor de Dios, a pesar de existir oculto e intrínseco en el interior de todos los hombres desde su creación, no se desarrolla en sus corazones solo. El Amor de Dios necesita ser cultivado, multiplicado y donado para crecer.
El Amor de Dios, dentro de los seres, necesita ser conocido y buscado para expresarse, necesita ser donado para multiplicarse, necesita ser vivido para que, así, se renueve y se supere dentro de los seres.
El Amor de Dios está en ti, hijo; basta que lo busques y lo encontrarás; basta que se lo pidas al Padre y Él te lo mostrará; basta que comiences un diálogo orante con Dios para que Él te dé a conocer Su presencia en tu interior.
Cuando un ser conoce a Dios, sabe y experimenta la presencia de Su Amor en su propio interior, todo pesar le parece pequeño, todo desierto se torna calmo y se convierte en una oportunidad de crecer y de unirse aún más al Padre. Las pruebas se vuelven pequeñas, no porque dejen de ser difíciles, sino porque el alma que reconoce la grandeza del Amor de Dios también reconoce su propia pequeñez y la pequeñez de todas las cosas.
Por eso, hijo, para superar estos tiempos con el corazón en paz, dispuesto al servicio, a la superación de sí y, por encima de todo, dispuesto al amor, busca en tu interior el Amor de Dios y permite que tu corazón conozca al Padre, así como Él te conoce; permite que tu corazón lo ame, así como Él te ama, y así, en ese divino diálogo de oración, servirás al mundo y atraerás la Paz y el Amor de Dios hacia la Tierra.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cree en el día en el que el Cielo descenderá a la Tierra y los ángeles y los santos habitarán en ella, con la humanidad.
Cree en el día en el que el Cielo descenderá a la Tierra y tu Señor y Rey, en las vestiduras de Su Hijo, volverá a proclamar la Paz, tornando pequeñas todas las dificultades, convirtiendo los miedos sin sentido, transformando los dolores en inexistentes, tornando simple el amor al prójimo y a Dios por encima de todas las cosas.
Cree en el día en el que el Cielo descenderá a la Tierra y la Verdad se manifestará delante de los ojos humanos, revelando los secretos de una existencia superior, revelando a aquellos seres que siempre estuvieron aquí para auxiliar a la humanidad, pero que los hombres nunca los pudieron ver.
Cree en el día en el que el Cielo descenderá a la Tierra y revelará que no solo en las alturas habita la vida superior. Revelará lo sagrado que se guarda en lo profundo del planeta y que se resguarda en la belleza y en la fortaleza de la naturaleza porque aún no llegó el momento de que sea conocido.
Cree en el día en el que el Cielo descenderá a la Tierra y tu Señor y Dios, después de haber derramado Justicia, volverá a emanar Misericordia sobre los corazones, cura sobre las heridas espirituales, restauración para el espíritu de la Tierra y Gracia para establecer los mil años de Paz.
Cree en que todo pasará y que lo que parece el fin es el anuncio de algo nuevo y desconocido por los hombres. Lo que llaman fin es el fin del engaño, el fin del tiempo marcado en los relojes del mundo, el fin de los días y de sus ciclos, para que sea el inicio del Tiempo Eterno, de la Verdad Suprema de Dios.
Cree en que este día llegará y mantén tu fe en lo desconocido porque todas las profecías de tu Padre Creador se van a cumplir y el día de Su Verdad será una realidad en la vida de este mundo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Ama a Dios y a Su Plan, y en él aprenderás a amar todas las cosas.
Busca, por encima de todo, el amor al Padre y el Amor del Padre, y puro será el amor que nacerá de tu propio corazón.
Todas las cosas verdaderamente espirituales te parecen distantes porque, en verdad, tu corazón aún está distante de Dios.
Busca, hijo, el Amor verdadero en Dios y descubrirás Su simplicidad y Su pureza. Descubrirás que la vida devela sus misterios cuando tu corazón ama a Dios, porque el propio Amor dentro de ti permite que tus ojos reconozcan al Padre en todas las cosas.
Aspiras a la sabiduría, al conocimiento y al discernimiento. Aspiras a conocer los misterios celestiales y las verdades universales, pero hoy, Yo te digo que, antes de todas las cosas, debes aspirar al Amor y buscar a Dios; debes buscar el Amor al Padre y Su Presencia, y el propio Dios te revelará Sus Misterios.
Sin Amor no hay sabiduría, no hay verdad y no hay paz. Sin Amor no hay misterio que se revele ni madurez espiritual verdadera que nazca del corazón. Sin Amor no hay cómo superar las pruebas ni cómo superar los desafíos.
Busca, ante todo, el Amor de Dios y en él encontrarás todas las cosas.
Tienes Mis bendiciones para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hijo Mío:
Encuentra en tu corazón la esencia de estos tiempos y tu fortaleza.
Comprende las pruebas del planeta no con pesar, sino con paz. Finalmente se cumple en la Tierra, así como fue profetizado desde el principio.
Que tu fe esté en los Planes de Dios y en nada más. Que Su Victoria sea una certeza profunda en tu corazón, a pesar de las aparentes derrotas que están por venir.
La Victoria Divina no se manifiesta como la victoria humana y, para saber comprender los Planes de Dios y dejarse conducir por Él, es necesario amarlo por sobre todas las cosas.
Recuerda lo que hoy te digo, para que no te lamentes ante la cruz. Así como el Hijo del Hombre conoció todo lo que padecería antes de que esos hechos se manifestasen en Su Vida, del mismo modo Dios te da a conocer las pruebas de este planeta por medio de las palabras de Sus Mensajeros Divinos.
Coloca estas palabras en tu corazón y deja que ellas forjen en ti aquella fortaleza que necesitarás, no solo para soportar los tiempos que vendrán, sino para que puedas hacer de cada prueba el motivo para multiplicar el amor dentro de tu corazón.
De nada vale solo soportar la cruz, porque muchos fueron los que murieron en la cruz a lo largo de la evolución humana. El sentido de tu entrega debe ser siempre el amor. Allí también radica la razón de tu existencia y el misterio de la Creación humana.
Ama, a pesar de todas las cosas, y en todo ve la oportunidad de servir y de entregarte por amor a Dios. No pierdas ni un solo segundo de la escuela de este mundo. Que todo sea para hacer valer la pena la Gracia que el Creador te concedió de estar sobre la Tierra.
Aunque la vida sea para ti un misterio a ser develado, abraza con gratitud las circunstancias de tu vida y todo se cumplirá.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más