Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SÉPTIMO DÍA DE INSTRUCCIÓN, DURANTE LA SEMANA SANTA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y aunque fui colocado en el sepulcro, Mi servicio por la humanidad no había terminado.

Hoy doy continuidad para todos, a lo que verdaderamente sucedió en aquellos tiempos durante la dolorosa Pasión de su Maestro y Señor.

Pero para poder entenderlo espiritualmente, en esta tarde ingresarán Conmigo al Universo de Dios, a otro espacio de la manifestación creadora inmaterial y cósmica en donde también se guardó la memoria de todos los hechos sucedidos durante la dolorosa Pasión de su Señor. Preparémonos para este momento.

Coloquen sus almas al servicio del Plan, para que ellas sean las que participen de este momento y guarden en su memoria todo lo que vivirán y experimentarán, acompañando a los registros universales de su Maestro y Señor.

Para ingresar en ese Universo de Dios, bastará que abran la puerta de ese espacio con su palabra y su canción, esa será la llave que permitirá revelarles todo lo que sucederá después.

Ahora, mientras Yo les muestro el Universo de Dios detrás de Mí y a los ángeles que acompañan este momento, porque son los encargados de revelar los registros universales de su Maestro y Señor, deberán entonar la llave musical que les permitirá ingresar en ese espacio de consciencia.

Vamos a entonar "Adonai, Espíritu Santo" hasta que el Señor lo indique, y que Adonai resuene en nuestro interior y en nuestra consciencia para que nuestras almas ingresen en ese espacio. Podemos comenzar.

Canción: "Adonai, Espíritu Santo".

Una vez más.

Volvamos al instrumental anterior.

Estamos en un espacio que no es material, sino espiritual. Estamos dentro de una parte de la Consciencia de Dios que se expresa como una gran Esfera de Luz celeste, en donde los ángeles escriben en nuestras esencias este momento. El centro de ese lugar es una poderosa Esfera de luz dorada que alterna, en su manifestación, diferentes colores y formas, manifestando la belleza más perfecta de la Creación.

Nuestras almas están en el Universo del espíritu, lugar al que siempre aspiraron a llegar y a participar en él.

Nuestras almas participan de ese lugar con su consciencia más sutil y elevada y son invadidas por muchos impulsos que vienen del centro de esa Fuente, donde en pequeños Cristales de Luz, dentro de una Esfera dorada, se guarda la experiencia de nuestro Redentor en la Tierra, los pasajes más importantes y emblemáticos de Su tarea espiritual y cósmica.

Y en el Universo mental, el Universo ultraterrestre, otra parte del plano de la Consciencia de la Creación, también se guarda una copia fiel de ese espacio y lugar, que son otros aspectos de la tarea que Cristo realizó en la Tierra en aquel tiempo.

Sintamos, en este momento, cómo el centro de nuestra alma se conecta y se une a esa gran Esfera dorada que rige el centro de ese espacio de la Creación.

Y por fuera de esa Esfera azul, que nos envuelve y nos protege, veamos a las diferentes Jerarquías angélicas acompañando a Nuestro Señor en este momento.

Pero veamos a Cristo absolutamente transfigurado. Una transfiguración más profunda y completa que la que vivió en el Monte Tabor. Él nos muestra, en este momento, Su verdadera Faz, la consciencia del Cristo Cósmico, llamado Jesús Glorificado.

Vamos a contemplarlo al lado de esa Esfera dorada de Luz y, mientras tanto, dentro de esa Esfera dorada, no perdamos la atención y la sintonía con esos pequeños Cristales de Luz, de cómo giran de forma tan semejante a nuestro ADN, al movimiento de nuestras moléculas y átomos. Estamos ante el aspecto científico de Dios.

Contemplemos a Cristo. Cómo cada parte de Su Ser está iluminada y glorificada, y ha alcanzado una materia transubstanciada y sublimada por el poder del Amor que Él encarnó, por ese Amor que Él expresó a cada uno de nosotros, desde Su Nacimiento hasta Su Ascensión.

Allí se reúnen, a través de Cristo, todas las etapas de Su vida en la Tierra, no solo las etapas de Su vida material, sino también espiritual. Estamos ante la revelación del Cristo Vivo y Glorificado. Todo Su ser es la propia Eucaristía viva, es la gran Reliquia de Dios que se ilumina ante nuestras almas y consciencias, llevando a nuestros seres a una comunión espiritual y cósmica con las Leyes del Universo inmaterial.

En este momento, debemos creer en lo que estamos viviendo y sintiendo, más allá de la distancia o de la separación. La Consciencia Glorificada de Cristo nos une y nos reúne en este momento para vivir esta experiencia.

Veamos a Nuestro Señor levitando en el Universo, dentro de esa gran Esfera celeste de Luz, y nosotros allí dentro, participando conscientemente con todo nuestro ser y consciencia, abriendo nuestra alma para que todo nuestro ser reciba, a través de Cristo, los misterios de las Leyes inmateriales que allí se encuentran en este momento y que son la Leyes que impulsaron a las Leyes materiales, las llamadas Leyes universales. Estamos bajo otra vibración y condición espiritual, mantengamos nuestra conexión y nuestro corazón abierto para esto.

Dejemos que nuestra alma sea invadida por cada uno de esos impulsos lumínicos, que la Consciencia transubstanciada de Cristo nos ofrece en este momento.

Y así, en un acto de profunda gratitud y reverencia, dentro de ese espacio de la Consciencia de Dios, en donde Su aspecto científico está presente, sintámonos en el absoluto vacío, en el completo despojamiento y en la renuncia necesaria para que sea Él, Cristo, el que actúe a través de nuestras almas y no nosotros.

Dentro de esa Esfera dorada de Luz que Él nos presenta y que enciende a través de la palma de Su Mano derecha, Él nos ofrece vivir la Voluntad de Dios.

Él nos coloca ante la visión y el momento consciente de poder reconocer la Voluntad Divina, que surge de la Fuente como una emanación poderosa de Amor y de Unidad.

Por fuera de esa gran Esfera celeste de Luz, vemos aproximarse a San Miguel Arcángel, también con un aspecto transfigurado como un gran guerrero de luz que cuida a los diferentes Proyectos de la Creación. En Su mano derecha vemos una lanza y en Su mano izquierda vemos una balanza que mantiene su equilibrio, su igualdad y equidad.

Contemplemos todos estos símbolos, pero, sobre todo compenetrémonos con esta realidad que Nuestro Señor hoy nos ofrece con toda Su humildad y Amor.

Él coloca, en el centro de cada una de nuestras almas, esos Cristales de Luz que guardan Su energía crística. Nuestras almas se rinden a Sus Pies, no sintiéndose dignas de este merecimiento, pero sí reconociendo la Gracia suprema que las ha traído hasta allí.

Y ahora, esa gran Esfera celeste de Luz se disuelve en el espacio. Cientos de almas, de diferentes partes del mundo, están allí presentes, rindiéndose a los Pies del Redentor, dentro de esa Consciencia de Dios, en donde las Leyes inmateriales actúan y obran por medio de la Ley del Silencio.

Contemplemos la belleza que Dios nos muestra en ese lugar y en ese espacio que es parte de Su Consciencia Universal.

A través de nuestra cabeza, desde el centro de nuestro coronario, se eleva un sutil hilo de luz que nos conecta con ese Universo, en donde está presente nuestra alma.

El Cristo transfigurado no habla a través de las palabras, sino a través de las acciones que hoy lleva adelante con todos nosotros y con toda la humanidad.

Pero Él nos pide algo:

Sean conscientes de lo que están recibiendo y den valor a lo que se les entrega, porque esta será la única vez hasta que Yo retorne al mundo, cuando muchos reconocerán Mi Presencia, aunque muchos otros la negarán.

Los estoy preparando, a través de esto, para ese tiempo. Por esa razón los he traído aquí en consciencia y espíritu, en alma y en esencia, porque es aquí en donde Dios reside dentro de cada uno de Sus hijos.

Quien se vacía, se redime. Quien se rinde, se redime. Quien se entrega a Mí, se redime. Quien Me da su vida, se redime.

Mientras tanto el Universo, a través de las melodías, revela diferentes impulsos de la Creación, semejantes a grandes nebulosas, estrellas o galaxias, que se dibujan en ese firmamento de la Consciencia de Dios, en presencia de los ángeles y de San Miguel Arcángel. Cristo mantiene aún Su Mano derecha próxima a la Esfera dorada de Luz.

Por momentos, somos encandilados e invadidos por explosiones de Luz dorada que hacen invisibles a nuestras almas. Somos bañados por Su Amor-Sabiduría, ese Amor y esa Sabiduría que encarnaron en el mundo, a través de Jesús, para traer la redención al planeta por un solo propósito, el propósito del Amor.

Mientras Jesús se encontraba en el sepulcro, varios aspectos de Su Ser y de Su Consciencia realizaron esta tarea que Él realiza hoy con nosotros, ayudando a diferentes grupos de almas y redimiendo a los infiernos, dando oportunidad y Gracia a todas las estrellas caídas.

Hoy Él nos entrega, por el poder divino de Su Misericordia, estos impulsos de la Fuente espiritual que guarda los registros de toda Su experiencia en la Tierra y de todos los niveles de Su Ser, que se revelan ante nuestras consciencias para que sepamos y reconozcamos que Dios está en todo.

Con mucha suavidad y armonía, traigamos nuestras consciencias a este espacio material, al lugar en donde ahora nos encontramos, y sintamos como toda esa experiencia se guarda en el centro de nuestro ser, en lo más íntimo de nuestro ser interno.

Aún vemos aquí al Cristo glorificado, al Cristo transubstanciado, con todo Su Ser como una misma y única Eucaristía que se ofrece al mundo para su redención y perdón.

Aún vemos, detrás de Cristo, ese Universo y espacio de Dios palpitando.

El Plan universal está centrado en la redención de la humanidad. Por esa razón, el propio Dios se ofreció al mundo a través de Su Hijo, para que la humanidad de aquel tiempo y la humanidad de hoy comprendieran que están aquí por un Propósito divino y no solo por una vida material. Sus células, átomos y el centro de sus seres deben comprender esto, deben afirmarlo para que sus almas gobiernen y lleven adelante las Aspiraciones de Dios y la Voluntad que Él ha determinado para cada uno de Sus hijos.

En este séptimo día de encuentro, veo a la mayoría de las almas vacías de sí. Deben reconocer esto todo el tiempo. Deben resguardarlo de ustedes mismos. Deben preservarlo del mundo, del caos y de la infidelidad. Deben comprometerse con ustedes mismos por el Plan de Dios, porque Dios está esperando actuar a través de Sus hijos, como Él ha actuado a través de los tiempos y de las diferentes razas.

Pero, para que esa decisión que Dios tiene se pueda manifestar, después de todo lo que la humanidad ha recibido a través de los tiempos, le corresponde a la raza de hoy dar el gran y último paso para que esa Voluntad se pueda realizar y concretar. Mientras eso no suceda, la humanidad seguirá sufriendo.

El Reino de los Cielos estuvo en este planeta. El Reino de los Cielos se refleja a través de la naturaleza de este planeta. Cuanto más agresión reciba, mayor dolor sentirá el ser humano. No habrá lugar ni consciencia que pueda suplir ese dolor ni que pueda calmar ese sufrimiento.

Ustedes son seres que provienen de la Fuente. Por eso los he llevado hacia ese lugar predilecto de Dios. Él los ha colocado a todos dentro de Su Corazón, ¿lo han percibido? Es el Amor que surge y emana de la Fuente, el Amor renovador e incansable que hará de cada ser un nuevo ser, por eso su rendición es importante.

No tengan miedo a los cambios. Ábranse a los cambios que llegarán en el fin de estos tiempos. La alegría celestial es la promesa que Dios tiene para cada uno de Sus hijos, y Él hoy cumple Su promesa llevando a todas las almas que escuchan, al recinto de Su Sagrado Corazón, más allá de los errores, de las deudas o de los traumas que cada ser humano pueda estar viviendo y atravesando.

Dios es el eterno incondicional. Su Maestro es el eterno incondicional. El Espíritu Santo que hoy está entre ustedes, es el eterno incondicional.

Cuando la humanidad aprenda a vivir en el amor y no en la indiferencia, a practicar la igualdad, la tolerancia, el respeto y la fe, todo se transformará. Para que eso suceda, Yo retornaré al mundo en el momento más difícil y culminante de la raza. Los días se aproximan para ese acontecimiento.

Hoy le he pedido al Padre que Me diera la Gracia de llevar a cada uno de ustedes hacia dentro de Su Corazón.

Ahora Cristo, colocando Sus Manos en señal de imposición, transfigura Sus vestiduras y toda Su Consciencia en un sutil color rosa. Él nos muestra Su aspecto espiritual de Amor. Aquél que siendo sometido y ultrajado por los hombres durante Su dolorosa Pasión, Su Amor nunca se rindió.

Estamos ante el Amor invencible de Cristo, el Amor que Él, en este momento, irradia al mundo entero, colocando cerca de Su Pecho a nuestro planeta, a toda la humanidad y a los Reinos de la naturaleza.

Hoy Su Amor espiritual e invencible recoge a las almas grupo de diferentes especies animales  como las ballenas, que son aniquiladas; como el ganado, que es aniquilado; como las especies que pierden su hábitat; y del Reino vegetal, que es explotado, quemado y destruido en la superficie de la Tierra.

Y más aún, el Amor invencible de Cristo penetra en lo profundo de nuestro planeta y recoge el alma grupo del Reino mineral, cuyos minerales sufren y son destruidos y extraídos con violencia y venganza.

Su Amor también llega, hoy especialmente, para los que viven en esclavitud, en África y en el mundo.

Estamos en el momento y en la Gracia, ante el Amor invencible de Cristo, de pedir perdón por los errores cometidos por esta humanidad contra los Reinos de la Naturaleza; de pedir perdón por nosotros y por nuestros hermanos que están ciegos y que solo quieren el provecho y los beneficios de la Naturaleza.

Ante el Amor invencible de Cristo, pidamos perdón por destruir la Creación y por no valorarla.

Nos postramos ante Cristo para pedir perdón y para que Su Amor triunfe en el mundo por los méritos de Su dolorosa Pasión, por el descenso de Su insondable Misericordia.

Nos podemos levantar, respirar profundo y agradecer.

Hoy vamos, a pedido de Cristo, a ofrecer esta comunión por los Reinos de la Naturaleza, pero también por los que tienen sed en el mundo y no tienen agua para beber y para hidratar sus cuerpos. Pidamos la Gracia de que el Reino de las aguas, desde las entrañas más profundas de la Tierra y por medio de la Madre Naturaleza, conceda la Gracia de hacer brotar vertientes en aquellos lugares en donde abunda la sed. Amén.

Señor, Dios del Universo y de la Vida, Fuente inagotable de Amor y de Verdad, manifestación infinita de la providencia, de la abundancia y de la sabiduría universal, te ofrecemos este Sacramento en nombre de Tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, y pedimos la Gracia y la oportunidad de que todo lo que aquí recibimos, más allá de que no lo merecemos, pueda llegar a las almas que aspiran y esperan esta abundancia espiritual que Tú haces descender a la Tierra a través de Tu glorioso Hijo. Amén.

La novena de oración de esta Semana Santa, la Trilogía Espiritual que Yo les he enseñado hace muchos años, ha sido de vital importancia para Mí, porque ha permitido llevar adelante toda esta tarea, sin interrupciones ni obstáculos.

¡Gracias, por aquellos que se esfuerzan de corazón! Mi Paz esté en cada uno de los orantes que sostienen este Plan de Amor.

Por esa razón, en este sábado de Aleluya, para que en el día de mañana sus almas resuciten en espíritu, en gozo y en alegría por tener la Gracia de escuchar la Palabra de Dios, les ofrezco esta Comunión Eucarística cumpliendo Mi promesa de estar con ustedes todos los días, hasta el fin de los tiempos.

Padre, Amor infinito, Consolador y Curador, Te ofrezco este pan para que Tú, bajo el poder de Tu Gloria, lo conviertas en el Cuerpo de Cristo para que hoy, consumando esta tarea espiritual y divina, lo ofrezca a cada uno de Tus hijos y les vuelva a decir: "Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que es entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

De la misma forma, te ofrezco el Cáliz de la Redención a Ti, Padre Amado, para que Tú lo transubstancies en la Sangre de Cristo. Por ese motivo, lo vuelvo a ofrecer a los Tuyos, diciéndoles: "Tomen y beban todos de él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que es derramada por su Señor hasta los tiempos de hoy, para el perdón de todas las faltas. Hagan esto en Mi memoria".

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Y ahora, tomándonos todos de las manos, y quien está solo en su casa coloca sus manos en señal de recepción hacia el cielo para que, junto a Nuestro Señor, repitamos esta poderosa oración que Él nos enseñó:

Padre Nuestro (en español).

Padre Nuestro (en inglés).

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra y eleve al Cielo a todas las estrellas caídas.

Que así sea.

Pueden llevar las manos hacia el corazón, porque donde está la unidad no prevalece ninguna enfermedad.

Que la Paz del Reino de los Cielos esté en ustedes y en todo el mundo.

Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco por haber compartido esta tarde Conmigo. Guarden en la memoria lo que hoy vivieron.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 41.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE MONTERREY, MÉXICO, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Y a pesar de que gran parte del mundo está en su muerte espiritual, Yo perseveraré con ustedes y no descansaré hasta conseguir lo que Mi Padre necesita para esta humanidad y para este Universo.

Y a pesar de que el mundo no escuche, no abriendo los oídos del corazón, Yo perseveraré con ustedes y no descansaré hasta conseguir lo que Mi Padre necesita.

Ayer les di a conocer un misterio que muchos no comprendieron, porque todo lo que se guarda en el Cielo no puede ser vivido por la mente.

Solo el corazón, sus corazones, tienen la capacidad de comprender lo que no es visible para todos; lo que vibra existe en todo el Universo.

La humanidad no puede restringirse a la vida material. En verdad les digo, la vida material es algo secundario.

Ustedes no pueden perder la unión con sus espíritus, porque serán sus espíritus, su mundo interior, los que comprenderán todo lo que existe en la Casa de Mi Padre.

Por eso, ha llegado la hora en que la humanidad, despierta y dormida, conozca la verdad que se guarda en el Universo.

Como un impulso espiritual para la redención de los corazones de todos los que están caídos en sus propios abismos, vengo a retirarlos, a cada uno, de su condición humana a través de los impulsos de Luz que viene a entregarles Mi Corazón.

Mi Corazón es el verdadero tesoro para ustedes, porque en Él se guardan todas las virtudes y dones que Dios constituyó desde el principio de la Creación.

Mucho antes de Adán y Eva, Mi Corazón ya pulsaba en el Universo como una realidad inmaterial, que después vino a encarnar entre ustedes para enseñarles a amar y sacarlos del error.

En Mi humildad les digo: están ante un Corazón poderoso, que no solo Me pertenece, sino a Mi Padre, porque Mi Padre es en Mí, así como Yo Soy en Mi Padre; y cada uno de ustedes puede estar en Dios. Cuando crean que eso es posible, así sucederá.

Esa es la razón por la cual las almas sufren mucho: se alejan del Padre, se alejan de Su Reino, de todos Sus tesoros celestiales que se guardan como una sagrada memoria, en Su Corazón Eterno.

Yo vengo a invitarlos, no solo a comulgar con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, porque sé que es necesario para sus vidas vivir un ritual material, a una profunda comunión con Mi Corazón, como parte de una ceremonia interior para las almas.

Pero hoy Yo los estoy invitando a que se sirvan de Mi sagrada mesa todos los dones que Dios les está entregando por medio de impulsos espirituales que solo los renovarán, los redimirán y los curarán de todo, cuando se animen a dar ese paso, a abrir cada vez más sus consciencias a todo aquello que es desconocido por su vida material y por sus mentes.

Las Leyes que rige el Padre Celestial son Leyes Superiores y Divinas que la humanidad nunca consiguió seguir.

Una vertiente de esas Leyes, entre todas las que existen, son los Diez Mandamientos, las reglas básicas que se entregaron a la humanidad en el principio, a través de vuestro Patriarca, Moisés.

Si esas reglas hubieran sido vividas y no alteradas por la humanidad, la raza estaría en otro punto de su despertar y de su evolución. El sufrimiento no existiría en la humanidad.

De lo que ustedes llaman “deudas”, los corazones estarían libres si cumplieran las Leyes de los Mandamientos.

Pero como eso no ha sucedido, Yo tuve que encarnar en esta humanidad a través de la Sagrada Faz de Jesús de Nazareth, para enseñarles en las cosas simples los grandes misterios del Corazón de Dios, por medio de las parábolas que se guardan como llaves dentro del Evangelio que una vez Yo prediqué.

Aún así, compañeros, la humanidad no ha correspondido a lo que la Voluntad de Dios le ha colocado. Esa es la razón también, compañeros, por la que a través de los tiempos, nuestros Sagrados Corazones, el de Mi Madre María, el de San José, el del propio Cristo, hayan venido al mundo para poder instruirlo y corregirlo, para que puedan seguir el camino que Dios tiene previsto que puedan vivir.

Y aunque eso todavía no ha sucedido, Mi Sagrado Corazón les trae todas estas revelaciones.

Como fue la de Monte Shasta, así revelé en el Monte de las Bienaventuranzas todos los prodigios y las Gracias que las almas, en aquel tiempo, podían vivir.

Aún todas esas reglas están vigentes, aunque la mayoría de las almas del mundo estén separadas de esa realidad espiritual y solo los espera redimirse y consagrarse a Mi Corazón.

Si ahora, en este tiempo y por medio de este encuentro, tienen miedo a todo lo que Yo les digo, a las Revelaciones de la Consciencia de Dios, directamente de Su Fuente y en todo lo que Él ha creado, como en Monte Shasta, ¿cómo podrán, compañeros, esperarme cuando retorne con Mi verdadera Faz, aquella que Yo mostré en el Monte Tabor, en la Transfiguración?

¿Estarían listos para conocer Mi Ser Superior?

No quiero que se espanten, pues Mi Poder no es conocido por el mundo. Solo el diez por ciento fue el que descendió cuando Yo estaba en la Cruz y expiré.

Los templos se rompieron, las estructuras más rígidas se cayeron, los muertos resucitaron y hablaron y pronunciaron Mi Nombre.

Todos temieron en aquella hora por lo que le habían hecho al Hijo, al Primogénito, y a pesar de que todo eso sucedió y que reverberó en la memoria de muy pocos a través de los tiempos, aún tengo que venir aquí porque los amo y espero el bien para todos.

Pero es hora de que salgan del letargo para despertar a la nueva consciencia que trae Mi Faz de Gloria para los corazones más perdidos en el mundo, para aquellos que destruyen la Creación y los Reinos de la Naturaleza, solo buscando la conquista y el poder de sí.

Ha llegado la hora, compañeros, de preparar el mundo interno de la humanidad para poner fin a muchas cosas y para desenmascarar lo que aún muchos no ven con sus propios ojos.

El poder de la experiencia divina está descendiendo desde el Universo a este mundo, y cada vez que se aproxima, mayor será la purificación de los corazones para que estén libres de sí, limpios de todo y aptos para recibir al Redentor en Su segunda Venida.

Solo deseo que no sean indiferentes, como lo es el resto de la humanidad, que solo mira para sí misma y no para el semejante, para el que sufre, para el pequeño animal que está desprotegido, para el árbol que está lastimado, amarrado por las cadenas del hombre.

¿Ahora entienden que Mi Padre Me ha permitido estar en todo?

No solo estoy en la humanidad, sino en la esencia de los Reinos de la Naturaleza, que son la primera manifestación de la Creación del Padre Celestial.

Si esto se está volviendo corrupto por las manos de los hombres de superficie, ¿cómo la vida espiritual de la humanidad no se corromperá a sí misma por lo que vive y por lo que siente, por lo que hace y practica en contra de las Leyes de Dios?

Perdonen, compañeros, pero vengo a decirles la verdad para que abandonen el sueño mundial que muchas consciencias viven, sin siquiera percibirlo.

Les traigo Mis Gracias, las Gracias de Mi Gloria, para que puedan despertar cada día más y ver que el mundo está sufriendo las consecuencias de sus propios errores; es algo que el Padre no quiere ver más en esta humanidad, en este planeta y en todo el Universo.

Vengo a reactivar en ustedes el espíritu de la capacidad de amar, porque es el Amor que los liberará. Y así sus súplicas serán escuchadas y en el momento cierto, recibirán lo que tanto necesitan.

Sean corazones pacientes en la verdad y en el amor, así ayudarán a las almas que desesperan en el infierno de su propio error.

Les doy la potestad de amar cada vez más, sin límites, sin restricciones y sin fronteras, porque es el Amor, como ustedes lo han visto a través de Mi Pasión, el que todo revertirá.

Esta es una humanidad que ha alcanzado pocos grados de amor, a diferencia de otros Universos, en donde el amor crece, día a día.

Por eso están siendo ayudados por Consciencias que no conocen y que tal vez nunca conocerán. Consciencias al servicio del Amor, así como los santos ángeles y los santos arcángeles, que vienen a su encuentro cada vez que su Maestro desciende a la Tierra; y aunque no los puedan ver, ellos están aquí para colmar los corazones heridos y así, abrir las puertas a la Redención.

Mi esperanza en este día sagrado era decirles muchas cosas más, expandir el Sagrado Conocimiento que Yo les traje desde Monte Shasta, así como de otros lugares benditos en la Tierra, en donde se guardan las llaves para la Nueva Humanidad.

Tan solo cuando las almas se unan en una profunda oración accederán al legado celestial que está guardado en esos lugares para todos los corazones de la Tierra, como el Monte Sinaí, el Monte Tabor, el Desierto de Shamballa, las sagradas montañas de los Andes; lugares que están abiertos para que las almas puedan contemplar todo lo que Dios creó para cada una de Sus criaturas.

¿Ahora comprenden la diferencia compañeros, de poder contemplar y no destruir?

¿Cómo tendrán un mundo nuevo si lo están lastimando?

¿Cómo nacerá una nueva consciencia?

¿Cómo las Leyes de la cura descenderán a la humanidad, si la humanidad está enferma por no vivir la Ley del Creador?

¿Cómo se establecerán los puentes de la hermandad y de la fraternidad si los que oran son tan pocos?

Estoy invitando a los que nunca se animaron a penetrar el misterio de Mi Divina Misericordia, para que así como he hecho con cada uno de ustedes, pueda convertir sus corazones en fuentes de vida y de renovación.

Y ahora Me preparo para algo muy importante, en donde ustedes son partícipes y podrán serlo aún más, si colaboran Conmigo para que esta misión a los Estados Unidos se cumpla, independientemente de quién esté presente allí, en esa nación, o todo lo que haya hecho, a través de los tiempos, a otras naciones del mundo.

Nuevamente, bajo el espíritu de la Fe del Padre , los invito a colocarse por encima de todas esas cosas. Así, estarán dando un paso seguro hacia Mi Corazón, y no hacia otro, en donde todo está vacío.

Hoy, finaliza una etapa en México.

Los Sagrados Corazones en Centroamérica y en México consiguieron abrir las puertas para una sagrada oportunidad que se verá en un futuro cercano.

Las semillas que formarán la Nueva Tierra se siembran de a poco, para que sus frutos nazcan fuertes y den más semillas, para las nuevas almas que encontrarán este camino hacia Mi Corazón.

Que sus corazones busquen todo el tiempo ser sinceros, para que la proclamación guardada en esta canción sea escuchada por todos los que tienen que abrir sus oídos al llamado del Creador.

El corazón sincero es el que vive en Cristo.

El corazón sincero es el que busca a Cristo y a pesar de todo, aspira estar en Él.

El corazón sincero gesta en sí los tesoros de Dios, que formarán parte de la Nueva Humanidad.

El corazón sincero no es indiferente, sino atento, vigilante y solícito ante el llamado que enfrente en su camino. Vive así, como corazón sincero, en un servicio mayor.

El corazón sincero se abre para escuchar las correcciones de la vida, y sin prejuicios, acepta en humildad lo que Dios le envía.

El corazón sincero ama más allá de él y penetra las dimensiones en donde el Gran Amor de Dios se guarda y desde donde parte la Vida Eterna.

El corazón sincero atiende a las necesidades del mundo y no pierde ni un segundo para poder donarse por amor al Creador y a Su Hijo Primogénito.

Un corazón sincero es libre de sí y de todo lo que ha creído de sí mismo, porque su propia sinceridad lo lleva a liberarse de todas las amarras.

Un corazón sincero imita al Señor y sigue Sus caminos hasta poder encontrar su misión en estos tiempos.

El corazón sincero suplica a su Creador teniendo fe de que alcanzará lo mejor para todo este mundo.

Un corazón sincero abre las puertas al Reino de Dios con la expresión de su amor interior por todo lo que fue creado, y así, está en comunión eterna con todo el Universo y con su absoluto Rey, el Redentor.

El corazón sincero transmuta en silencio y no se incomoda por todo lo que vive, porque si en él está la humildad y la capacidad de amar, estará viviendo la Voluntad Divina.

El corazón sincero está disponible a su Maestro del Amor para poder cumplir todo lo que Él pide, confiando profundamente en que eso es verdad.

El corazón sincero muere para sí mismo para poder hacer nacer a las almas al Amor de Dios.

El corazón sincero es un apóstol del nuevo tiempo, es el discípulo de la sagrada renuncia y de la aceptación de todo lo que es divino y sublime en el Reino de su Padre.

El corazón sincero sirve para que se cumpla el Plan de Dios en esta humanidad y en todo el Universo. Así concretará la parte que le cabe y estará en el camino de la Luz siendo permeado por Mis Rayos, por la Luz de Mi Divina Misericordia, hasta que se cumpla Mi esperado Retorno.

El corazón sincero canta para proclamar la venida del Amor a través del Hijo de Dios.

El corazón sincero cree en el Retorno de Cristo y espera que cada minuto pase para que su Maestro llegue a su encuentro.

Sean corazones sinceros y se transformarán en algo que nunca han conocido.

Conocerán la libertad interior y estarán, a pesar de todo, en el Universo del Amor de Dios.

Con estas palabras, bendigo a los que se sacramentarán en nombre de muchos que serán tocados, como en esta nación, por Mi Luz redentora (*)

Cuando todos son sacramentados, puertas inciertas se cierran y nuevas puertas a la luz se abren, con el fin de que los corazones reencuentren su filiación y su profunda comunión con el Padre Celestial.

Después de esta consagración, compañeros, en donde sus almas y estos elementos fueron nuevamente bendecidos, con el fin de que siempre busquen vivir en la Ley, Mi Corazón ya está listo, así como lo estuve en la plaza de la flagelación, para ingresar a los Estados Unidos.

Les agradezco.

Hoy quiero que canten una canción que resuene en el pueblo de Dios, que busca vivir en la esperanza y en la comunión con el Redentor. Como ustedes una vez me dijeron: “Eso que soy, eso te doy”

No importa cómo sea, sino, que sea verdadero. Porque si lo que Me dan es verdadero, Yo siempre les agradeceré porque serán corazones sinceros que darán lo mejor de sí, a pesar de lo que suceda.

Me elevo a la Casa de Mi Padre llevando sus súplicas y las oraciones de todos Mis hijos en estos dos días.

Así, alzando Mi Mano hacia lo Alto, pidiendo la Gracia de Dios, colocando Mi Mano izquierda sobre Mi Corazón, Yo los bendigo bajo el Poder y la autoridad de la Santa Cruz, que redimió a las almas, exorcizó a los demonios, liberó a los corazones, e instituyó la unión del Cielo y de la Tierra a través de los servidores que viven en la buena voluntad, en la esperanza y en la fe, abriendo las puertas para esta próxima misión a los Estados Unidos.

Yo los bendigo y los absuelvo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. (x3)

No olviden que si están en paz, allí Yo estoy.

Les agradezco.

(*) El coral entona “Corazón Sincero”.

APARICI0N DE CRISTO JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Hoy no vengo del desierto, pero sí de un lugar del Universo, para contemplar a Mis guerreros, a aquellos que dicen vivir en Mi Divina Misericordia.

Finalmente llegué aquí y a esta parte del planeta, para extirpar del seno de esta Humanidad y de algunas almas lo que hace corroer la vida espiritual. 

Ante la potestad del infierno, sus corazones no deben temer. Si Mi Gobierno está presente y vivo en sus corazones, el Plan de Mi Padre triunfará.

Podrá temblar la tierra, abrirse los abismos, emerger las bestias, pero los ángeles del Señor, aquellos que sirven a todas las almas, vendrán a su auxilio para desterrar todo lo que genera la impureza en la humanidad. Traerán del Universo y de los Universos Celestiales, los Dones y las Gracias de Dios para que las almas se conviertan y participen de este Plan definitivo que comienza a pulsar en Mis nuevos apóstoles.

Cuando Yo estoy presente, compañeros, no hay mal que se pueda resistir.

Recuerden que Yo sufrí por ustedes, padecí por ustedes, entregué Mi Vida por ustedes, derramé Mi Sangre por ustedes, para generar a través de los tiempos la Liberación.

A través de los Méritos de Mi Divina Misericordia crean que es posible trascender los abismos de la Tierra, y a través de Mi Presencia Sagrada, por medio de Mi Insondable Corazón de Luz; cerrar las puertas al mal para que las almas resuciten espiritualmente, se liberen de sus ataduras, de las cadenas de la involución, para que pueda emerger la verdadera alma, aquella esencia divina creada por Dios que vino a cumplir una parte del gran Propósito Universal.

Hoy vine aquí con Mi gran Consciencia de Luz.

Después de mucho tiempo, aproximo todo Mi Ser hacia ustedes, para que sus cuerpos no tiemblen, pero sí, sus corazones se puedan calentar en Mi Divino Espíritu.

Todos los ángeles que forman parte Mis legiones de Luz, se congregan cuando estoy presente para transmitirles el mensaje de salvación y redención.

Cuando el Rey del Universo está presente, las puertas al Reino de Dios están abiertas y todas las Jerarquías Celestes se reúnen como una única Hermandad, para impulsar a los autoconvocados a vivir el fin de los tiempos con un espíritu de valentía y de coraje, con el espíritu del verdadero guerrero que no batalla con la espada para lastimar, sino trabaja con su corazón para irradiar Mi Amor al mundo. 

El Amor de Dios que puede vivir en ustedes todo el tiempo los hará invencibles, soportarán las corrientes contrarias que vendrán hacia Mis apóstoles para prepararlos para el gran momento final, donde el gran ángel caído vivirá su juicio ante la Presencia del Hijo de Dios, del Supremo Padre, del Espíritu Santo, del Arcángel Gabriel y de la Santísima Madre del Mundo.

Cada vez que el tiempo pasa, que el final de los tiempos se aproxima y la hora del juicio se acerca, los demonios más impuros se estremecen, al ver resplandecer la Luz de Cristo en todos los hijos de Dios que se definen a dar los pasos en Mi Santo Nombre glorioso, para derrotar las corrientes del mal y hacer concretar el Plan de Dios en la superficie del planeta.

En cada mes, cuando Yo me aproximo a ustedes, sus corazones deben estar más conscientes, sus mentes deben estar unidas a la Mía, para que nada, ni nadie, los pueda separar de Mí.

Yo les ofrezco Mi Corazón poderoso que es el emblema de la verdadera espada de Luz que flamea en el Universo para instituir en toda la Creación, el Amor y la Unidad que nunca separará a las criaturas de Dios, a pesar de cualquier corriente contraria que venga a lastimarlos o a incomodarlos. Sepan, queridos compañeros, que las puertas del Armagedón ya están abiertas. 

Trabajen todos los  días, no solo para elevar sus consciencias sino también para redimir cada aspecto de sus seres y ayudar a sus semejantes para que abandonen las cadenas del mal, se rediman, se trasciendan, alcancen el amor y hagan triunfar Mi Corazón en cada ser de este mundo.

Sean Mis apóstoles del fin de los tiempos, sean ese único espíritu que trabaja por el Plan de Dios en nombre del Hijo Primogénito y de la Santísima Madre Celestial.

No se cansen de trabajar por esta Obra de Dios que desciende sobre la Aurora, y sobre cada corazón humano para que sea participe del venidero Reino de Dios, después de la transición de la tierra.

Crucen el umbral de esta transición sin miedo, a pesar de que los embates sean fuertes, y las batallas cansadoras.

Crean, queridos compañeros, que Mi Corazón Misericordioso y Luminoso los encandilará, será el farol para el mundo, será la llama encendida que alumbrará los caminos de cada uno de ustedes durante los tiempos de la gran tiniebla. 

Y a pesar de que en la superficie del planeta las fuerzas del mal tengan posesión de muchos corazones, Yo tengo muchos, muchas criaturas, que son servidoras Mías, incansables, que están a Mi lado, siguiendo Mis Pasos en nombre del sacrificio y de la humildad, en nombre de la reparación por todos los ultrajes cometidos.

En todos ellos está Mi Templanza, esta Mi Fuego, está Mi Luz, está Mi incansable Amor que puede irradiarse al mundo a través de los espíritus que dicen " sí" a la Voz del Gran Maestro.

Mientras les hablo, compañeros, Mi Voz exorciza todas las cosas, cierra todas las puertas inciertas, y trae el Reino de Dios a la superficie de un planeta enfermo, para que los corazones se puedan coligar todos los días con el Propósito de Dios, que está escrito en sus almas desde el principio de la creación hasta el fin de los tiempos.

Ustedes, junto a Mi, forman parte de una nueva historia que se escribe en el Corazón del Padre, una historia redentora, una historia de paz y de amor que vuelve a conocerse por cada uno de Mis apóstoles.

No intenten modificar los tiempos; todo pasará, mas Mis Palabras permanecerán.

Cuando Yo ya no esté aquí, entregándoles el impulso de Mi Corazón, deberán vivir en sus vidas todos los impulsos que Yo he derramado, a través de los últimos tiempos, en cada maratón de oración, en cada encuentro mensual Conmigo.

El alma que ha sido provechosa de todas las Gracias derramadas desde Mi purísimo Corazón, desde Mi manso Espíritu, estará al resguardo durante el tiempo final y tendrá el escudo, la espada y el casco para prepararse para la batalla.

Así Yo formo a los ejércitos, ejércitos de la humildad, libres de la soberbia, de toda arrogancia; espíritus en libertad que saben encontrar la paz cuando el caos está presente en el mundo. 

No se olviden, compañeros, de las Leyes Universales, las cuales encomiendo que estudien para que nada los sorprenda ante de tiempo, y así sepan preparar a sus semejantes, cuando todo se desate en el mundo.

El gran y último nudo de la consciencia resistente de la humanidad será desatado por vuestro Rey. Y cuando eso suceda, todo se desarrollará, así como fue escrito, por Mi amado apóstol Juan.

Vivan el Apocalipsis en consciencia, develen los misterios a través de las señales que vienen por medio de los Mensajeros Divinos.

Vean a su alrededor cada movimiento del planeta y no sean indiferentes, porque si son indiferentes, estarán aislados de la Verdad y no tendrán conocimiento para poder discernir en las cosas.

Vivan la Sabiduría que es derramada por medio de los instructores que Mi Padre les ha encomendado. Sepan reconocer  en humildad, el Amor qué existe en ellos.

Y sepárense de las apariencias, vivan una sola hermandad, porque esa hermandad, compañeros, construirá el verdadero castillo que soportará toda la batalla. 

Mas si están firmes en el Amor y en la Unidad, no habrá nada que lo derrote, que lo tire abajo, porque sus corazones estarán en la Luz, en la Unidad, en la Misericordia de Dios, códigos que el mal no conoce en estos tiempos y que nunca ha conocido.

Vivan la dualidad, no como un conflicto, sean inteligentes y sepan soportar las corrientes que vienen del Universo.

Nuestras manos están extendidas, no solo para retirarlos del desierto, sino para apartarlos del abismo que se abre sobre la superficie de este mundo, tragándose a muchas almas inocentes.

Sean misericordiosos. En los pequeños detalles de la vida imiten Nuestros Corazones, que ya son sagrados para ustedes, y que vienen a su encuentro para traerles la Luz de Dios, la Esperanza.

Ahora vean, compañeros, con sus consciencias de luz.

Sientan, con sus corazones, como todo se ha pacificado. Porque donde está el Amor de Dios, no existe nada opuesto, solo existe la Verdad, que compenetra los corazones para que vivifiquen, en espíritu, la Presencia del Padre Sublime.

Sientan cómo los ángeles ayudan a restaurar todas las cosas trayendo la Gracia de Dios para los corazones que se abren a recibirla profundamente en sus esencias.

Por último, les pido, carguen con su cruz, no como un castigo, ni tampoco como un martirio. Carguen su cruz por todas las almas del mundo, por los horrores que viven los Reinos de la Naturaleza y nadie, ni siquiera la mayoría, se acuerda de ellos.

Amen como nunca han amado, y sus corazones se redimirán.

Confíen. Porque si aman, Dios estará presente en sus vidas.

Mis Palabras traen el poder de lo nuevo, la renovación, porque Yo renuevo todas las cosas.

Vengo a anunciar para todos que los necesito para llevar Mi Obra adelante. Y mientras se purifican, Yo los ayudaré a poder ver la  meta en su universo interior.

Hoy celebro una cena reparadora con todos. Derramo Mi Gracia sobre el mundo para traer la Paz.

Me han preparado un pan especial, el cual Yo gusto mucho, porque es el pan que simbolizó hace dos mil años la presencia de Mi Cuerpo, en materia divina, para todas las almas del mundo.  Siempre que hagan un pan así, sepan que recordarán  la presencia del Hijo en la Última Cena y su transfiguración en Luz y  en Amor.

Ofreceremos estos dones por todas las almas caídas, por los que han abandonado Mi camino, en estos últimos tiempos, porque volveré a encontrarlos y les diré: “¿Qué has hecho con los talentos que te di?”

Las perlas preciosas que Yo entrego no pueden desecharse. Por eso Yo los transformo rápidamente y los ingreso al circuito de la purificación para que no pierdan los tesoros que Yo he depositado, en confianza, en ustedes.

Por eso, los que hoy están  alrededor de esta Obra, no son los mismos que estuvieron ayer, les enseño a trabajar en la humildad, pero no en la indiferencia de estar descansados, sin hacer nada por el Plan.

Yo los invito a reconocer una vida anónima, un vacío profundo, para que emerja el silencio  que siempre les revelará lo sagrado.

No existen primeros, ni segundos, para Mí. Todos están en las filas del ejército del Redentor.

Los invito a aprovechar las oportunidades que les doy en las últimas filas, pues en ellos está la mayor responsabilidad de animar a los que llegan para que trasciendan sus vidas y cumplan con el Propósito que Dios pensó. 

Celebremos esta Cena por los apóstoles que están llegando a Mi mesa y por los que llegarán para demostrarles a los que son mas viejos en este apostolado del amor, que la humildad siempre los mantendrá unidos a Dios.

Y harán como Yo hice con Mis apóstoles: lavarán los pies de los que son más jóvenes, para que ellos tengan la mayor oportunidad de amar.

Sean humildes como Yo les enseñé, no quieran nada para sí, sino todo para los otros. Esa es un alma que vive en la felicidad celestial.

Fray Elías del Sagrado Corazón:

A pedido de Cristo vamos a cantar "Guerreros de la Misericordia".

Misericordia, Océano de Piedad...

Queridos compañeros, les dejo Mi Cuerpo y Mi Sangre como testimonio de Mi Fe por ustedes, para que el Propósito de Dios se cumpla en cada corazón que es congregado por Mi Espíritu para vivir la Sagrada Palabra y el divino ejemplo de la cristificación.

Les agradezco por soportar Conmigo las corrientes poderosas que vienen a liberar a la humanidad.

Sepan que Mi Corazón se ofrece como refugio para cada alma que aspire a estar en él.

Nos veremos, compañeros,  en la próxima Maratón de la Misericordia, en donde iré a visitar a Mis más queridos apóstoles, aquellos que apoyan incondicionalmente Mi Obra.

Vean en ese sentido, que los planes que Yo tengo para todos son fuente de Gracias para las almas, una oportunidad que no se puede perder.

Sean conscientes de eso y apoyen Mis santas decisiones, porque así no se engañarán.

Los bendigo, en el nombre de la Luz de Dios, bajo el poder del Padre,del Hijo y del Espíritu Santo. 

Sean paz para este planeta y nunca se cansen de serlo.

Mientras me elevo, que canten mis guerreros de la Misericordia, pues la fuerza del guerrero está en el Amor.

Guerreros de la Misericordia...

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos vamos a agradecer a Cristo la oportunidad de que Él descristalice nuestras consciencias en representación de todas las consciencias del Planeta que viven esa ilusión de estos tiempos, que no conocen el Amor de Dios y que no están despiertos a su verdadera tarea. 

Vamos agradecer porque Cristo, como un Gobernante mayor, venga a traernos esas corrientes para que las podamos conocer y distinguir y no tenerles miedo, sino abrir nuestro corazón y nuestro espíritu para poder acompañar esta Obra del fin de los tiempos a la cual todos estamos siendo convocados, como lo dijo hoy.

Hoy, Él vino con todo su Gobierno Celestial, por decirlo de alguna forma.

Cuando apareció, tenía un báculo en su mano izquierda, que lo hizo golpear en el suelo y una expansión de Luz solar abrazó, en cuestión de segundos, a todo el planeta, lo que se llevó, liberó, expulsó, muchas maldades.

Él mostró ese acto, ese ejercicio, no para que nosotros conozcamos Su Poder, porque mientras hacía ese ejercicio,  al mismo tiempo revelaba Su Corazón manso y humilde.

Sentimos que Cristo vino a enseñarnos a vivir la determinación, a poner fin a una etapa y comenzar un nuevo ciclo, acompañados por Su Presencia.

Así somos invitados, como Él nos dijo hoy,  a seguir sus santas decisiones.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

SEA VOLUNTARIO

Contacto