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Hoy, sus corazones serán perdonados y sus vidas serán renovadas, porque el Todopoderoso está llegando después de Su Hijo, para liberar al mundo de las tinieblas y la perdición.
Él viene a congregar a los espíritus que lo han amado y lo han honrado, que le han dado alabanzas a Su Nombre y a toda Su Creación.
Hoy estoy ante sus miserias más profundas, pero vengo a buscar su más grande amor, aquel amor que hoy Me entregaron y Me donaron, incondicionalmente, para que Yo pudiera estar aquí, entre los Míos y darles a comulgar de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, de Mi Espíritu y de Mi Divinidad.
Hoy, el Padre llega con Su Reino, Sus ángeles y arcángeles, con Sus coros celestiales, a bendecir la primera Cruz Azul. Y el soplo del Espíritu llegará a las almas y encenderá los corazones de un desconocido gozo que nunca vivieron.
Así como los Dones de Dios descendieron en el Cenáculo sobre los apóstoles y María, hoy los siete Dones del Espíritu Santo se congregan aquí para descender en sus corazones y esencias.
Entonces, compañeros, es un gran momento de renovación y de júbilo, en donde el pasado deberá borrarse de su consciencias y mentes, porque ahora sí podré caminar con los que están firmes, con los que han aprendido a salir de la tibieza y del desamor .
Ahora sí, podré caminar con los que han de ser justos, con los que aprenden a llevar adelante Mi Obra, con los que han dicho sí, a Mi Sagrado Corazón. En ellos no recostaré la cruz de las amarguras y del sufrimiento, sino la Cruz de Emmanuel, que es la Cruz de la victoria y de la elevación de la consciencia humana hacia el Reino de Dios.
Así, sus espíritus se elevarán y deberán creer, compañeros Míos, que sus penas se disolverán completamente, siempre y cuando den el permiso para ello.
Por eso, con esta dulzura que ahora brota de Mi Corazón, hoy no vengo a ver a los pecadores sino a los que se redimen y a los que caminan en el sendero de la transformación interior todos los días.
No crean, compañeros, que ganarán el Cielo mientras estén en la Tierra.
Han venido aquí, como la humanidad, para aprender a amar y perdonar, para aprender a vivir la compasión y la justicia en cada detalle.
Cuando eso se alcance, toda la humanidad estará libre de la adversidad y del pecado, y las puertas de los infiernos se cerrarán tantas veces como las ha cerrado Dios a través de Su Hijo y de Su Sierva Fiel, así como de San José.
Beban de este momento como un único momento que no se repetirá nunca más. Unir el Cielo y la Tierra, el Universo y la humanidad es algo grandioso que no sucede todos lo días.
El Padre no desciende al mundo desde que Yo ascendí a los Cielos. Imaginen, compañeros, cuánto tiempo ha pasado para que llegara este momento en donde los méritos de Mi Pasión y de Mi Cruz estarán grabados en el resplandor de la Cruz Azul.
Por eso, hoy he detenido a la tinieblas y a Mi adversario. Aquí está presente ante sus ojos la manifestación de la Voluntad de Dios y de Su divino Propósito. Y ustedes, en este momento, compañeros, están siendo llevados a ingresar en el espíritu de Emmanuel, en donde se encuentra la paz, la armonía, la cura y el perdón de todas sus faltas.
A esto se acrecienta la Luz de Aurora y su divino Rayo de Liberación, que hoy trabaja silencioso sin mover tantas leyes ni energías, sino en el interior de las consciencias y de los corazones que se abren para poder encontrarla.
Vean entonces, compañeros, como en este momento, el tiempo de la ilusión se detiene en una parte de este planeta e ingresa el Real Tiempo de Dios, para hacerles sentir en Su silencio, la unidad con todo el Cosmos y con toda la Vida universal.
Para eso los Resplandecientes, los Elohim, son los que abren las puertas entre los planos, para que el Padre descienda aquí con Su Espíritu.
El viento viene a limpiar el mal pensamiento de los ingratos, para que no los afecte, sino que prevalezca el Soplo del Espíritu de Dios sobre sus consciencias, en este momento.
En recogimiento y oración, vayamos al encuentro del Padre y de la bendición de la Cruz Azul.
Síganme.
Escucha Señor la voz de Tu pueblo. Escucha la voz de toda esta raza, que hoy se postra a Tus Pies para alabarte y glorificarte.
Escucha Emmanuel la voz de Tus hijos y llega a este mundo con todo Tu Poder y Esplendor, para que las tinieblas más impenetrables sean disipadas, para que los corazones se liberen de las cadenas de la perdición y de la ilusión y se establezcan los Cristos del Nuevo Tiempo; aquellos que vendrán de diferentes partes del mundo y se colocarán a los pies de Tu Cruz para esperar la llegada de Tu Hijo.
Escuchemos la Voz del Padre, que hoy no solo esta en los Cielos, sino también está aquí sobre Aurora, como el Sabio Creador de todo lo que existe, como el Padre de la Misericordia y de la Bondad, que en Su aspecto divino de Emmanuel llega a Sus hijos, para bendecirlos con Su Luz redentora y cósmica.
Mientras los Cielos se abren ante Ti Amado Señor, desciende con Tus Rayos el poder de la Creación y de toda la manifestación divina, para que se cumpla sobre este planeta Tu divino Pensamiento y las almas encuentren, finalmente, el camino del amor y de la reconciliación.
La Voz del Padre Eterno:
Amados hijos, escuchen a Su Padre.
Yo Soy el principio y Soy el fin.
Yo Soy el que Soy y vengo del Universo espiritual para congregarlos en Mi Amor y en Mi Justicia.
Los siete Ángeles Regentes que fueron convocados, que ahora desciendan y que se encienda la Cruz .
Hoy, el Padre del Amor bendice este símbolo, que unirá a los pueblos y a las naciones; que traerá la esperanza a los no redimidos y que dará la redención a todo el mal, para que triunfe el Amor de la Fuente; para que reine la Verdad y la Justicia.
Amados hijos, Yo los amo y los espero con Mis Brazos abiertos para que Mi Amado Hijo los lleve hacia Mí y puedan estar sentados a los pies de Mi Trono junto a los ángeles, para que cantemos Gloria y Aleluya.
Mientras sus ángeles de la guarda se postran al suelo, las penas más profundas son perdonadas y por medio de esta Cruz Azul se cumple un Propósito más de Dios sobre la superficie de este planeta.
La Voz de Cristo:
Hijos y compañeros Míos, para que la Luz de Emmanuel se haga visible entre las consciencias, entonemos Su Nombre sagrado, para que los ángeles derramen los códigos y los méritos alcanzados durante Mi Pasión y así se abran las puertas a las oportunidades y a las Gracias para todas las almas que buscan la unidad con el Padre y la Creación.
Hoy cantaré junto a ustedes el Nombre santo de Emmanuel.
Todos entonan Emmanuel.
Sientan sus corazones liberados del pasado, de las amarras y de las perversiones de la vida.
Sientan sus corazones llenos de la Luz de Emmanuel y comulguen del Padre, que hoy está aquí con Su Consciencia divina para traer la Paz a este mundo y también la Fuente de Su Compasión.
Y ahora, llamemos a los Nombres de Dios, para que los Ángeles Regentes, que fueron designados por el Universo, llenen esta Cruz con los códigos de la Divinidad de Su Amado Hijo.
Todos entonan los Nombres santos de Dios: Adonai, Emmanuel, Abba, Elí Elí, Yahvé, Shekinah, Elohim, El Shaddai, Iod He Vaud He.
Que esta renovación traiga para las consciencias la ampliación de sus caminos, en la consagración y en la fe, el ingreso por las puertas de la Misericordia al Reino de Emmanuel para que siempre aprendan a vivir y a cumplir Su Voluntad por más pequeña que sea.
Yo los bendigo, bajo la Luz Poderosa de Emmanuel abriendo en este Centro Sagrado el descenso de Su divino Espíritu para que las almas lo encuentren en su interior.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora Yo Me dirigiré a los que Me pertenecen desde el principio. Reciban con alegría Mi Gracia.
Laven vuestro pasado con el Agua de Vida que Yo les ofrezco y renuévense. En este día iré hacia los más simples pues el Señor así Me lo ha pedido.
Yo Soy el Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús, dichosos de aquellos que Me reciben en su interior.
Que vuestros seres descansen en Mis Brazos, ya llegó el tiempo. Vengan a Mí y todo lo comprenderán. Síganme en confianza.
A través de Mi Corazón Yo les traigo el Espíritu Santo y a través del Espíritu Santo se derrama Mi Gracia.
Dios se aproxima, nuevamente, a vuestras vidas para recordarles el compromiso que cada uno de ustedes tiene con Él.
Mientras el tiempo pasa rápidamente, Mis pasos son lentos en este mundo. De a poco, vengo llamando a las almas para que los corazones se congreguen a través de Mi Espíritu y no olviden que Yo estoy presente en el corazón y en la vida de cada ser.
Cuando no Me sientan cerca, llámenme todos los días. Yo estoy presente en vuestras esencias. A lo largo de los tiempos he sembrado una semilla especial, aquella que les servirá en el futuro para ser servidores plenos de Dios.
Por eso, Yo les traigo Mi Misericordia, algo que aún deben conocer en profundidad. Por eso, el Padre Me envía a visitarlos. Mientras esto pueda suceder, Mis compañeros, significará que el Plan se está cumpliendo. Pero cuando Yo ya no esté entre ustedes, y solamente esté en el corazón de cada ser, deberán recordar cada una de Mis Palabras.
Lean Mis Mensajes, así podrán entender y cumplir Mi gran pedido celestial. Deseo que solamente alcancen la conversión del corazón por todos aquellos que no se convierten a Dios.
Cuando Yo retorne, Mis compañeros, cada uno de ustedes presenciará una señal en el cielo. Pero si alguno de ustedes no se encuentra en ese momento, sepa bien que Me encontrará en Mi Reino, que es la morada de Dios Altísimo.
Yo les traigo en este tiempo una oportunidad irrepetible. Por eso aprovechen, Mis compañeros, beban de la Fuente que Yo les estoy entregando, así vuestras vidas serán saciadas. Porque solo encontrarán sobre este mundo la Luz misericordiosa de Mi Corazón.
Todo lo que los rodea, todo el tiempo, no es algo divino. Mi Corazón quiere divinizar vuestras vidas. Por eso, Yo necesito transformarlos todo el tiempo. Recuerden que cuando Yo les pido algunas cosas es porque todo tiene una finalidad mayor.
A través de este día tan especial, en el que ustedes nuevamente son congregados en Mi Amor, Yo los bendigo, Yo los curo, los libero, los exorcizo y los transfiguro de la forma en que Mi Corazón prevé, así como Mi Padre Me lo ha pedido, para que esa Divinidad descienda en ustedes, algo que aún desconocen de verdad.
Sigan fusionándose a la unión con Mi Corazón, así conseguirán dar los pasos que Dios espera. El mundo no les hará perder el tiempo y se redimirán. Escuchen Mis Palabras de Luz.
Mientras Yo transmito Mis Palabras, recen a Mi Corazón.
Preparen vuestras almas para recibir a Mi Cuerpo y Mi Sangre y piensen, en este momento, en el Sacramento que Yo les he ofertado durante la Última Cena.
A través del Mensaje que les he dado, ustedes entenderán cuál es Mi petición para este tiempo y cuál es la finalidad importante de que Yo esté aquí, entre ustedes, desde hace tanto tiempo.
Por eso, preparen vuestros corazones, después de haber rezado, para recibir Mi Cuerpo y Mi Sangre.
Laven en Mi Fuente de Amor vuestras manos. Liberen vuestras manchas y faltas, pues Mi Espíritu omnipresente hoy los ha renovado.
Reciban en gratitud Mi bendición.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
El Señor entregará una fuente para cada uno de los peregrinos, con la petición de que oferten a Dios este Sacramento, así serán consagrados el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Cristo en este momento está indicando las personas.
Jesús nos pide que sustentemos las bandejas para la Consagración mientras Él está presente.
Hermanos, elevemos esta oferta a Dios en nombre de todos los que han sido ingratos a Mi Corazón misericordioso, por todas las almas que flagelan Mi Esencia de Luz, para que Mi Corazón Santificado sea reparado y todas las almas reciban nuevamente la Fuente de Mi Misericordia.
Canción: Padre Nuestro (en arameo).
Escuchamos ahora siete campanadas, a pedido de Nuestro Señor.
Que vibren vuestros corazones en Mi Energía y vuestros espíritus se renueven al recibir Mi Cuerpo y Mi Sangre.
Bienaventurados aquellos que comulguen con fe, porque siempre se renovarán por la acción de Mi Espíritu.
Mientras Mi Espíritu se eleva, cantemos hermanos, así vuestros corazones saldrán de este lugar, una vez más, renovados.
Agradezco, apóstoles, por cuánto Me dan.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Gracias Jesús, por cuánto nos das!
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Hermanos, antes de compartir este mensaje especial de Cristo, vamos a explicar un poquito qué fue lo que sucedió, a pedido del Maestro.
Cuando Él apareció como el Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús, Él estaba estampando en nuestra consciencia esa imagen. Era una tarea que Él estaba haciendo con cada uno de nosotros, para que en el futuro pudiéramos reconocerlo y sentirlo cuando Él retorne.
Y después de un tiempo, Él pidió que lo siguiéramos, así como ustedes escucharon, y fuimos explícitamente al lugar que Él nos indicó.
Él volvió a aparecer y allí comenzó a dar el mensaje que todos escuchamos. Él transmitió este mensaje que vamos a compartir con todos y al final nos pidió que los peregrinos consagraran, que elevaran al Cielo el Cuerpo y la Sangre de Cristo, en oferta, en nombre de la humanidad.
Cuando eso sucedió a través del canto del Padre Nuestro en arameo, Él trabajó con toda la consciencia del planeta, y todos nosotros que tenemos uniones, digamos así, ligaciones con otras personas del mundo, permitimos, de esta forma, que esas personas fueran ayudadas por la Misericordia de Cristo.
Pero dentro de esta Consagración, hoy aconteció un hecho muy importante. Los Reinos de la Naturaleza fueron ayudados en el momento de la Consagración. En ese momento, Cristo mostraba como todos los animales, vegetales y minerales, en cualquier parte del mundo o en cualquier continente, eran tocados por la energía crística. Y cuando el Sagrado y Glorificado Corazón hacía esa expansión mediante la Consagración, muchas situaciones en esos Reinos eran aliviadas, principalmente en el Reino Animal que Él mostraba cómo sufría mucho.
Luego se leyó el Mensaje extraordinario recibido (5 de enero de 2015), en el que Cristo Jesús transmitió ese pedido especial.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Esa es la petición de Nuestro Señor, así es que nos colocaremos manos a la obra. Él invitó a todos los hermanos a que nos uniéramos en una gran campaña para manifestar este Auditorio de la Misericordia. Así como el Señor lo pidió, en breve, ustedes recibirán las orientaciones necesarias para concretarlo.
Pero lo más importante, a través de este pedido, es que Él dejó en cada uno de nosotros, en esta Aparición, una intención espiritual. Por eso, Él lo llamó humilde Auditorio de la Divina Misericordia, porque quiere que sea o que se asemeje a Su casa de Nazaret.
Quería también compartir con los hermanos que Él transmitió la idea del proyecto así como la Jerarquía Divina ha diseñado cada espacio que aquí fue construido.
Entendemos que, a través de ese símbolo, hay un mensaje que la Jerarquía Divina nos deja, para que nosotros podamos percibir qué es lo que en verdad Dios quiere de nosotros.
Y lo que en verdad en esta noche alegró más nuestro corazón fue que Él prometió que volvería durante el transcurso de la tribulación.
Así es que, queridos hermanos, presentes y coligados ¡manos a la obra!
Vamos a despedirnos cantando y agradeciendo por este Llamado de Cristo Jesús.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más