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En el cansancio, los fortaleceré.
En la desesperación, los ampararé.
En la oscuridad, siempre seré la Luz.
En la entrega sincera, Yo Me alegraré.
En el silencio, Yo Me haré sentir.
En el amor, Me verán manifestado.
Bajo los puros de corazón, estará el suelo sagrado de Mi Reino.
Sobre los misericordiosos, estará la bóveda de Mi Iglesia Celestial.
De los perseverantes, haré brotar infinitos impulsos.
De los incansables, nacerá Mi Fuego de superación y de trascendencia.
Mi Mano siempre estará sobre los justos.
Mi Soplo del Espíritu conducirá la barca de sus almas, y siempre les mostraré la salida ante el aparente mar tormentoso.
De los entregados, haré surgir la Fuente Inagotable de Mi Amor.
Mi Paz estará abrazando a los simples.
Mi Luz guiará, como las estrellas, el camino de los consagrados.
Mi Sacerdocio estará protegiendo, a pesar de las batallas, a los que, sinceramente, le dijeron sí a Mi Hijo.
Nunca Me detendré, a pesar de lo que suceda en Mi Creación, porque Mi Amor es inagotable, Mi Misericordia desea ser la puerta para la redención de todos Mis Hijos.
Una y otra vez, Me renuevo en los que están adorándome a través de Mi Hijo en el altar, porque así Yo mostraré Mi Victoria en los que caminan a Mi lado.
Hijo, hoy puedes descansar en paz; porque si Me buscas, Me encontrarás; porque si Me llamas, allí siempre estaré; porque si confías en Mí, nada deberás temer.
Yo te hice libre para que crecieras en Mí. Te hice puro para que fueras un testimonio de Mi Presencia.
Descansa en Mis Brazos.
Sigue dando pasos en el amor maduro.
Mi Hijo es tu única escuela.
Tu Madre Celestial te abrazará con Su Manto.
Eres sacramentado cada vez que Me escuchas.
Eres sanado cada vez que estás en comunión Conmigo.
Así, eres fuerte para aprender a ser humilde.
Adelante, estoy aquí contigo.
Soy el que Soy.
Soy Adonai.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Me alegra reencontrarme con Mis fieles y amados hijos, en este Sagrado Cielo azul, en donde muchas experiencias fueron vividas por ustedes, Mis hijos. Noches oscuras fueron atravesadas, momentos de alegría fueron vividos y compartidos y, hoy, están aquí Conmigo, en fidelidad y en amor.
Quisiera que sepan que los tiempos que llegarán no serán buenos, pero si las almas se arrepienten de corazón y se entregan con fe al Inmaculado Corazón, todo se podría evitar.
Ahora, que sus pies están cansados de esta trayectoria y de este camino, renuévense.
Yo estoy aquí y Soy su Madre, la Madre que nunca los abandonará, la Madre que siempre los recibirá y les entregará la Paz que tanto necesita el mundo entero.
Alégrense, porque estoy aquí para concederles una vez más Mis Gracias, para otorgarles el Perdón de Dios y la renovación de sus vidas en este ciclo definitivo, en el que el esfuerzo será la gran llave maestra entre todas las llaves; la llave que abrirá la puerta para el descenso de la Misericordia de Dios.
Por eso, hijos Míos, que sus mentes se expandan, que sus corazones se abran mucho más de lo que están abiertos, para que las consciencias que se han autoconvocado puedan llegar aquí, como está previsto en la Aspiración del Padre Eterno.
Todo lo que aprendieron, a través de los tiempos, ha sido para este momento, hijos Míos, para esta hora definitiva, en la que deben aprender a caminar en el sacrificio por amor a Dios y por amor a Mi Hijo; porque Él nunca les entregará una cruz tan pesada que no la puedan llevar por sí mismos.
Él les entregará la cruz de la liberación y de la redención, así como la cargó de forma valiente hace mucho tiempo, por cada uno de ustedes. Por eso, sigan participando en esa fidelidad a Dios y a Mi Corazón Inmaculado.
Agradezco desde siempre, el canal ofrecido en este lugar, para la Vigilia y la Adoración.
Hijos Míos, es hora de reconstruir las bases espirituales de esta humanidad, a través de ese importante ejercicio de Adoración al Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, porque mientras eso no sucede ustedes saben que las almas se pierden y se pierden; y Mi deseo es llevar a todos hacia Dios, no solo a los que ustedes desconocen, sino también a sus familias, a sus seres queridos, a todos los que están próximos a sus vidas.
Todos necesitan conocer la Misericordia de Dios. Y ese Misterio se reveló y fue entregado en la Cruz a través de la Sangre derramada de Mi Hijo, en cada gota que Él derramó por el mundo.
Hoy, para esta renovación, Mis Gracias les traen los Códigos de la Sangre de Cristo para que, después de lo vivido en estos últimos años, sus consciencias se puedan sentir curadas y renovadas, puedan asumir con madurez y entusiasmo la cruz que Mi Hijo les entrega, por amor a la humanidad y al planeta.
Y desde ahora, hijos Míos, su Madre Celeste ya sabe, todo los que ustedes harán para poder recibirme el próximo 13 de octubre, porque ustedes ya aprendieron a servir y a donarse.
Quiero que, a los pies de Mi Altar que elevarán en ofrenda a Mi Inmaculado Corazón, no solo estén las flores que siempre Me colocan a los pies, sino que sus vidas, en estos próximos días y en los tiempos que vendrán, sean esas bellas flores de la conversión, del perdón, del amor y de la redención, que Yo podré recoger con Mis propias Manos para entregárselas a Dios y confirmar que el Plan de Mi Hijo en este mundo es posible.
Hoy, abrazo con Mi Manto a todos los que lo necesitan. Hoy, coloco sobre Mi Pecho a todos los que necesitan sentir el latir de Mi Corazón, para que recuerden que la Madre Consoladora y Corredentora está siempre aquí presente, en Espíritu y en Divinidad.
Alégrense, porque el fin del cautiverio llegará no solo para ustedes, sino también para el mundo entero; porque cuando Mi Hijo retorne, Él todo lo renovará y lo transformará por los méritos alcanzados en Su Pasión, Muerte y Resurrección.
Que este día, sus almas resuciten en espíritu bajo el Amor de Dios, bajo la Presencia de la Madre del Espíritu Santo y ofrézcanle a Dios lo mejor que puedan darle, por más pequeño que parezca que sea verdadero y sincero; porque es en lo pequeño y no en lo grande, en donde Dios obra, a través de las almas y de los corazones abiertos a Su Amor Consolador.
Y así, como he hecho en estos últimos días, en estas últimas semanas, en esta especial Peregrinación de reencuentro con Mis queridos hijos, volveré a ofrecerles el Sacramento de la Unción, para que la señal de la Cruz de Emmanuel los santifique, los proteja, los sane y los acompañe en esta nueva etapa de renovación y de refundación de las bases del Propósito de este Núcleo y de este punto de Luz Espiritual en esta parte del planeta.
Hijos, no le tengan miedo a la cruz, Yo estoy aquí y Soy su Madre, la Madre de toda la humanidad y del planeta. Recuerden que aquí Yo encuentro la fuerza interior en los que adoran, oran, vigilan y sirven a Dios.
No solo Mi Hijo busca un lugar donde reposar y repararse, su Madre Celeste también busca ese lugar en los corazones que sirven a la Obra de Dios en este planeta.
Coloquen a Mis Pies sus intenciones en el silencio del corazón, que Yo se las llevaré a Dios.
Oren y no dejen de hacerlo, por su protección y por la protección de sus familias. Únanse a Dios a través de la oración.
Hagamos la oferta a Dios, desde lo más profundo de Mi Corazón, en este momento.
Padre Celestial,
que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti.
Guíanos, por el Camino del Amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.
Yo les agradezco por haber respondido a Mi llamado, de forma tan inmediata, porque cuando eso sucede, hijos Míos, la humanidad deja de sufrir.
Y ahora, vayamos a los pies del Altar de Cristo, ustedes como Sus compañeros y apóstoles, y ofrezcamos no solo el pan y el vino para que se conviertan en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, sino también ofrezcan sus corazones, para que esta renovación llegue a sus vidas y a sus familias, a través de la bendición del Espíritu Santo.
Estén en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Sé que a veces están cansados de seguir adelante, pero Yo les pido que no se detengan porque aún el gran momento de la humanidad no llegó y es ahora cuando ustedes, por amor y servicio a Mi amado Hijo, deberán realizar el mayor esfuerzo, el esfuerzo que hasta ahora no hicieron.
Este es el tiempo de lo impredecible. Por eso, hijos amados, que el soplo del Espíritu Santo los ilumine y les brinde la resistencia y la fortaleza que necesitan para poder atravesar su prueba crística de amor.
Así como mi Hijo quedó absolutamente solo y abandonado en Su humanidad en la Cruz, ahora, queridos hijos, su humanidad quedará sola para aprender a confiar en lo que el Padre Celestial necesita que confíen.
Les hago despertar un espíritu de valentía, pero también los impulso a despertar la gratitud.
Este es el momento esperado de que vivan lo que escucharon de Nosotros durante tantos años, con tanta dedicación y ofrenda, de parte de los Sagrados Corazones, de Jesús, de María y de San José.
No habrá otro camino o forma de atravesar este momento crucial del planeta, solo deben ser el testimonio de una conversión y de una redención interior alcanzada.
¿Qué esperan?
Este es el tiempo de los últimos apóstoles de Mi Hijo, es el tiempo de cerrar un ciclo de sufrimientos para comenzar un ciclo de esperanza renovada, la que será concretada con esfuerzo, amor y mucha dedicación.
El fin de este calvario planetario dependerá de su entrega y de su unión con Dios.
El Universo Celestial tiene todo para poder ayudarlos, deben mirar hacia el cielo y pedir, no con obsesión, sino con austeridad y fraternidad humana.
Rezo día y noche por ustedes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Si tu corazón está cansado interiormente, si tu mente está cansada de resistir, si tus cuerpos están cansados de sustentarse a sí mismos y a este mundo, hijo, llegó el momento de rendirte a Dios.
Si tu espíritu es tentado, si tu alma está en agonía, si la soledad se aproxima y, aun rodeado de amigos, es su silencio el que habla más alto en tu interior, hijo, es porque llegó el momento de rendirte a Dios.
La Pasión planetaria comienza con la tentación.
Antes de entregar todo por amor, tu Señor ya cargaba espiritualmente el peso del mundo y, venciendo a las tentaciones internas con la revelación de Su Fe inquebrantable, venció, entonces, a Sus resistencias más humanas al sudar Sangre y, en ella, al miedo de toda la humanidad de vivir la entrega y el sacrificio por un amor sin recompensas.
Una vez más te digo, hijo Mío, medita en la Cruz de tu Señor y crea un vínculo profundo con Él.
Porque cuando el Verbo Divino se silencie, cuando las estrellas se oculten en el cielo y hasta aun tu universo interior esté oscuro, como una noche sin luna, solo el poder de la memoria de la Pasión de Cristo es lo que inspirará a tu alma. Es tu unión profunda con Él y la meta de imitar Sus pasos lo que te permitirá seguir adelante.
Es tan poco lo que padeces, hijo Mío, pesar engrandecido por las tentaciones del mundo, los asedios de estos tiempos. Pero te digo que mucho mayor es el Amor y el Poder de Dios dentro de ti.
Arriésgate a descubrirlo; entrégate para vivirlo.
No permanezcas en el cansancio o en la agonía, sino bebe del Cáliz divino que parece ofrecerte dolor, pero que, en verdad, te ofrece el Amor infinito.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Que los que están cansados y agobiados vengan a Mí.
Que los que se purifican y aprenden a redimirse vengan a Mí.
Que los que sufren y padecen las consecuencias de estos tiempos vengan a Mí, porque Yo puedo renovar todas las cosas, puedo dar entendimiento a todas las situaciones y experiencias.
Que los que más necesitan paz vengan a Mí, y Yo los llevaré hacia Mi Corazón para que sientan ánimo y fortaleza de saber que toda prueba o situación tiene un fin y un motivo para cada ser.
Vengan a Mí todos los que necesiten tener un sentido en la vida y una explicación de todo lo ocurrido, porque Yo los haré comprender con el corazón todo lo que necesiten comprender.
En este tiempo, vengan a Mí y podrán reconocer su dignidad ante el Padre Celestial y así sabrán que siempre fueron Sus hijos y que siempre lo serán, que no perderán la paternidad espiritual que pueden vivir con el Único.
Vengan a Mí y todo pasará, porque quien viene hacia Mí aprende a amar de verdad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Oración del alma despojada
Si mi sufrimiento, Señor, aunque parezca pequeño,
sirve de alivio del sufrimiento de mis hermanos,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si mi vacío, sequedad, agonía y abandono de Ti
sirvieran de auxilio, de aliento y de alegría para mis hermanos,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si mi cansancio, desierto y aridez,
sirvieran para llenar el vacío, la aridez y el desierto de mis hermanos,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si mis noches de asedio, de batallas o de soledad,
sirvieran para dar fortaleza, ánimo y fe a mis hermanos,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si la falta que a veces siento de Ti, la ausencia de consuelo
y el aumento de trabajo agradaran a Tu Corazón herido,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si mi desesperación, mis tormentos y mis noches oscuras
ayudaran a salvar a las almas perdidas, abandonadas y no amadas,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si no recibo amor y solo desprecio,
si no me siento comprendido y solo juzgado,
si en este momento no encuentro sentido de estar a Tu lado,
amado Cristo, que se haga Tu Voluntad, Señor.
Dame fuerza interior para no temer nada.
Dame valentía todos los días para aprender
a salir de mí mismo, cada día más.
Dame amor para aprender a amar y a aceptar al semejante,
porque si hasta ahora no siento nada,
si en esta noche de frío o en este día nublado
no consigo ver el Sol de Tu Corazón
y si esto sirve para que mis hermanos del mundo
consigan ver la Luz, el Amor y la Misericordia de Dios,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Solo espero agradarte en los pequeños detalles.
Solo quiero, Señor, ser un instrumento en Tus piadosas Manos,
para que en cualquier lugar de la Tierra
al que Tú me envíes Te puedan reconocer,
para que puedan sentir amor y esperanza,
para que así el sufrimiento, el dolor y el abandono
de los corazones desesperanzados sean aliviados
en honra a Tu Victoria Celestial.
Amén.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
No quiero que algún día sientan frustración, incomodidad o desesperación por estar cansados, porque Yo llegué a la cruz más exhausto y destruido que todos ustedes; por eso tienen la oportunidad, en este día, de padecer por Mí.
Sé que para sus núcleos internos a veces es demasiada exigencia, pero ya es tiempo de que vean que nada, absolutamente nada les falta y que Mi propio Padre, a través de Su Madre Celeste, cuida hasta esos detalles.
Recuerden a todos aquellos hermanos suyos que nada tienen, que nada reciben y que se encuentran en peores condiciones de vida espiritual y material.
Yo llamé a cada uno de ustedes para que Me dieran algo de su interior, y muchos aún no Me lo dieron.
No busco su desarrollo material ni intelectual. Lo que siempre busco es que sus corazones ofrecidos plenamente por la humanidad estén conmigo también en este momento en el que tal vez sus células desean o aspiran a otras cosas.
Yo les prometí Mi Reino por medio de sacrificios soportables para ustedes. Ahora es el tiempo de ofrecerse completamente en las manos de su Redentor para que milagros e intervenciones más grandes se puedan dar.
Les prometí decirles la verdad, reconozco los demás esfuerzos, pero hoy necesito que individualmente se coloquen ante Mí y Me pregunten ¿Señor que más debo hacer?
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor Cristo Jesús
Sé que a veces te cansas y te duermes delante de Mí, pero no te preocupes porque Mis Apóstoles también se durmieron durante la noche culminante de Mi Agonía.
Ahora tu cansancio es comprensible, puede venir de sostener por mucho tiempo el cumplimiento del Plan, de vivir la purificación permanente, de luchar y de batallar contra Mi enemigo; hechos que la mayoría de la humanidad no conoce y que ignora porque está dormida espiritualmente.
Pero vengo para animarte, para que, a pesar de cómo te encuentres, sigas trabajando para Mí por amor, a fin de que se cumpla el Propósito y todas las Voluntades que Mi Padre desea concretar en la humanidad.
Este es el tiempo de los grandes cambios, de los desafíos, de los desiertos y de las pruebas.
Sigue Mi Camino a pesar de todo el cansancio. Te aseguro que la victoria de Mi Reino está dentro de ti.
En Mis Brazos reposarás y restaurarás tu consciencia.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Ve y busca el Corazón de Dios más allá de las miserias humanas.
Los errores son una forma de reconocer la propia imperfección y de buscar por encima de las superficialidades aquello que es real, que es verdadero.
Dios, hijo, te ofrece aprender a través del conocimiento de Su Gracia, despertando en tu corazón una profunda fe en Tu Padre y Señor, el que desde el principio de Su Creación hasta hoy encuentra formas de demostrarle Su Amor a Sus hijos.
Pero también es posible conocer a Dios por el cansancio, por los errores constantes, por las miserias que desbordan de la condición humana sin una aparente solución.
Allí el corazón busca una esperanza, algo que sea más real que su condición miserable, algo que disuelva, con su verdad, la ilusión y el engaño del laberinto de las vanidades.
Allí es cuando el corazón se detiene y piensa: Dios.
Allí es cuando la consciencia, que sabe del sentido oculto de la vida, encuentra un espacio entre las distracciones de la personalidad para que descienda sobre el ser una gota de la Gracia, y esa gota comienza a transformar todo lo que toca.
Una gota de Dios sacia la sed de las almas y les devuelve la vida, pero un río de la Presencia Divina las torna Sus instrumentos, fuentes vivas en un mundo que tiene sed de Verdad y que muere por no ver la fuente delante de sus ojos.
Aquel que tuvo sed y fue saciado ya no puede ver la sed delante de sus ojos y no hacer nada, porque conoce el vacío y la ilusión, y eso lo desespera.
Pero sabe, hijo, que todo tiene su tiempo y el libre albedrío le dio al hombre la elección de conocer a Dios a través del amor o de clamar por Él en lo más profundo de sus propias miserias.
Sabe, sin embargo, que la Mirada de tu Padre está siempre atenta sobre Sus hijos, no se detiene y no se distrae. Basta con un simple movimiento para que Él responda con un río de Gracias para los que merecían la Justicia, porque el Creador del mundo es el Dios de la Misericordia y Su Corazón se renueva y se alegra con el despertar de cada corazón humano.
Elige tú, hoy, rendirte para conocer el Amor de Dios y aferrarte a él por el poder de Su Gracia o seguir descendiendo a lo profundo de los abismos y clamarle a Dios consumido por tus miserias.
El Padre nunca escogerá por ti. Él solo esperará que tu mirada encuentre la Suya, que tus manos busquen las Suyas, que tu corazón trascienda el tiempo, el cansancio, la distracción, la vanidad y la ignorancia y que, en una oración sincera, retorne al Padre.
Ve en dirección a Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Si tus pies te duelen por estar cansados, solo repite: “Alabado seas Señor”.
Si tus manos pesan por tanto trabajar, del amanecer hasta el anochecer, solo repite: “Alabado seas Señor”.
Si tus ojos están cansados y solo quieren cerrarse para dormir, solo repite: “Alabado seas Señor”.
Si eres el primero que madrugas y el último que te acuestas cuando cada hermano ya está descansando y confirmes que todo está en su lugar, sin reclamos, repite: “Alabado seas Señor”.
Si estás enfermo o si estás en agonía, si puedes sonreír o solo llorar, solo repite: “Alabado seas Señor”.
Si te dan la tarea más esforzada o si solo puedes estar en oración por tu imposibilidad de trabajar, solo repite: “Alabado seas Señor”.
Si quieres superarte pero no lo consigues, si te quieres trascender todos los días pero siempre tropiezas con la misma piedra, sin justificarte, repite: “Alabado seas Señor”.
Si estás cansado porque el día se hizo largo y ya no quieres ni escuchar una palabra más, sin odio, repite: “Alabado seas Señor”.
Porque todo lo que Dios nos coloca en el camino es solo para que aprendamos a amar más y más, y así alabar a Dios.
Nada está fuera de su lugar. Al contrario, cada prueba o desafío es para que nos resignemos diciendo: “Alabado seas Señor”.
Porque en el Cielo los servidores serán premiados por sus esfuerzos a fin de que, en cada momento como en cada paso, se manifieste la Voluntad de Dios.
Que el Señor sea siempre alabado para que Su eterna confianza esté en ustedes y así todo se renueve.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
La lluvia de hoy está formada por las lágrimas de los grandes ángeles de las naciones del mundo; un llanto que se derrama sobre los rostros de los ángeles, al ver ellos la gravedad de la realidad planetaria y, sobre todo, la falta de respuesta y de consciencia después de que la humanidad fue avisada, varias veces, que debería seguir el camino del arrepentimiento y de la penitencia.
El llanto del ángel que gobierna el Uruguay es muy sentido y es grande ya que ese propio pueblo se autocondenó y favoreció que sus representantes llevaran a su propia nación a la condenación espiritual.
Por eso, en estos días, una parte de la Consciencia de los Mensajeros Divinos estará aquí, apoyando al Centro Aurora para que pueda seguir sosteniéndose a sí mismo, a la espera de una respuesta interior de parte de los que viven en esta nación.
Las lágrimas que salen de los ojos de los ángeles no son por los errores cometidos, sino por la ausencia de Misericordia que en este tiempo habrá para este pueblo, ya que la Fuente se estará recogiendo para dar lugar al descenso de la Justicia Divina, la que corregirá y colocará todo en donde debe estar.
Esa es una Justicia desconocida para todo ser humano; esa es la razón por la cual los ángeles del Cielo, los que gobiernan las naciones, están llorando. Y ellos lloran aún más por los que antes eran conscientes de toda la realidad y que, por su propios pareceres y decisiones, le dieron la espalda al Maestro, olvidándose de los principios esenciales de la vida espiritual y evolutiva.
Hoy es un día en que los orantes, más que nunca, deberán orar para atraer hacia la Tierra el Espíritu Consolador de Dios por los que ya no tienen retorno y ni siquiera una oportunidad.
Quisiera que pudieran comprender en lo profundo de sus corazones qué significa no recibir nunca más ni una oportunidad.
Por eso les pido por Mis hijos más próximos, los que antes estaban a Mi lado y que ahora Me cambiaron porque se cansaron de Mí.
Que Dios tenga piedad por las naciones del mundo y por los ingratos.
¡Les agradezco por acompañarme de corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Cuando Dios anuncia Sus designios y revela Su Voluntad, pídele la Gracia de saber responder a Su Llamado.
Hijo, colócate siempre delante de los Planes de Dios con humildad. ¿Quién eres tú para analizar la Voluntad Divina y evaluar si esa Voluntad se corresponde o no a tu vida?
Estos son tiempos de definiciones y tú ya lo sabes. Por eso, coloca tu cabeza en el suelo, así como el ansia de todo saber, de todo comprender y de todo controlar, y ábrete al misterio de estos tiempos que te lanza a lo desconocido, no solo exteriormente, sino también internamente.
No te aferres a lo que ya sabes de ti. No te quedes solamente consolidando lo que eres y la memoria de todo lo que ya hiciste por el Plan de Dios y por el planeta. Hoy todo debe ser nuevo y mañana todo deberá renovarse.
Ingresa con tu corazón en el ritmo de los nuevos ciclos y deja que Tu Padre y Creador haga emerger de ti aquel potencial que hoy te es oculto. Lánzate a lo nuevo, lánzate al servicio, lánzate a la superación y no temas el cansancio; no temas la fatiga, no temas el resultado de la obra que el Padre realiza en ti, porque solo Él, que te creó, sabe la verdadera razón de tu existencia y puede conducirte a ella.
Pregúntale al Padre porqué y para qué Él te creó y deja que Su respuesta resuene dentro de tu corazón. No temas saber Su Voluntad y caminar hacia ella. No temas deshacerte de tus planes y abrazar algo superior.
Recuerda, hijo, que después de manifestar Su Grandeza y el ápice de Su Gracia, el Hijo del Hombre vivió el rechazo y la incomprensión humana; padeció todas las resistencias de la condición retrógrada de la humanidad y les reveló la llave para la trascendencia de todas las cosas: el Perdón; el Amor y la Misericordia. Y para llegar allí cruzó la puerta de la humillación, de la superación y de la fe en Dios y no en sí mismo. Rindió Su Voluntad al Padre y, aun sabiendo que Su Corazón era partícipe de todos los Poderes y Dones de Dios, escogió la Voluntad de Su Padre y permaneció en la nada.
Tú, hijo, tienes el potencial para alcanzar muchas metas. Como criatura de Dios puedes hacer muchas cosas, pero Yo te digo: no hay nada más apreciado por el Padre, en este momento, que cumplas Su Voluntad, rindiendo la tuya; que vivas Su Misterio, rindiéndote a lo que te es conocido; que venzas tu miedo humano y que seas, para tus hermanos y para el mundo, un testimonio de la fe y del amor que nacen en ti.
Vive con alegría los Planes de Dios. Adhiere tu corazón a Su Voluntad e inspira a otros con tu ejemplo de fe. Porque hoy Dios te llama, ya no para que busques la espiritualidad para ti, sino para seas un puente de espiritualidad para el mundo.
Yo te bendigo y te invito a seguir los pasos y el ejemplo de Aquel que te guía.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuanto más cansados y exhaustos están Mis discípulos por trabajar permanentemente para Mí, es señal de que con esa ofrenda Yo puedo salvar muchas vidas y rescatar miles de almas de las perdiciones diarias.
Cada esfuerzo y sacrificio ofrecido al Señor, por más pequeño que parezca, es reconocido por el Universo, porque el valor no está en lo grande o en lo pequeño, sino en lo verdadero y en cómo se ofrece con amor cada servicio a Dios.
Por eso, los animo a amar el sacrificio y a hacerlo parte de la consciencia apostólica de cada ser, porque eso equilibra grandes situaciones que están desequilibradas en el planeta.
Anímense a seguir por este camino porque nunca les faltará el descanso, el reposo y la recuperación.
Cada acción de amor ofrecida al Cielo tiene valores incalculables para la humanidad.
De esa forma, sus espíritus pacificadores estarán presentes en cada paso y nuevamente al mundo se le concederá un tiempo mayor de misericordia y de paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Queridos hijos:
Cuando los veo dormir ante Mi presencia, solo recuerdo el momento de ustedes en el vientre materno.
Que ese sueño que viven pueda restaurar la consciencia, y que siempre recuerden que guardan en sí un valioso niño interno que aún aprende a crecer en el amor y en la caridad.
Por eso, cuando los veo dormir ante Mi presencia, Me recuerdan también al Niño Jesús entregado a Mis brazos, después de haberlo amamantado con la savia del Espíritu Santo.
Quédense en Mis brazos y entréguenme su cansancio para que Yo los pueda curar y nutrir con la misma esencia con la cual Mi Amado Niño se nutrió.
Déjenme bañarlos con el agua santa, y en Mis brazos los haré dormir para que sientan paz y consolación.
Todo se recuperará, porque los colocaré en la divina cuna de Mi Amado Hijo, para que las Leyes de cura puedan actuar en cada uno de ustedes.
Sonrían a la Madre de todos los hijos del Padre, porque llegó la hora de renovarse.
Les agradezco por estar en Mis brazos.
Los protege maternalmente,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:
Nunca se olviden de venir a Mis maternos brazos, pues Mi propósito como Madre es hacerlos dormir cerca de Mi Corazón y reposar, reposar en Mi manto de Luz, para que Yo durante la noche y en vigilia, ore a su lado hasta el amanecer.
Queridos hijos, no se olviden de estar en Mis brazos, pues como su Madre protectora, aguardo que me entreguen sus dolores, fatigas, cansancios y desolaciones. Yo conozco bien sus vidas, por eso confíen y caminen a Mi lado para encontrarnos con Jesús.
Queridos Míos, nunca se olviden de estar en Mis brazos, pues como Madre del Amor quiero tenerlos cerca, para que digan todo lo que sienten y saben. Es hora de que descansen en el espíritu de Mi Corazón, pues así Yo los haré caminar firmes hasta el final.
Quiero que estén en Mis brazos, porque Yo espero besar sus rostros y envolverlos en Mi Luz celestial. Así descansarán y no perderán tiempo con nada, porque Mi Corazón quiere sostenerlos, animarlos a seguir por el camino del bien y de la paz.
Mis queridos, estén hoy en Mis brazos para que mañana Yo pueda mostrarles el sendero del gran sacrificio de amor.
Queridos, ahora que ya están en Mis brazos, en esta noche contemplo su esfuerzo. Por eso, quédense cerca de Mí, porque así nada les pasará.
Estoy con ustedes en la alegría y en la tristeza, en la certeza y en el error.
Yo los amo a todos ustedes con predilección.
Hoy les agradezco por haber respondido a Mi Hijo. Yo les agradezco y el Cielo les agradece.
Descansen en Mis brazos. Es hora de dormir en los brazos de su Madre Celestial. ¡Vamos, Mis queridos! ¡Adelante y con fe!
María, Vuestra Madre y Reina de la Paz del Corazón
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más