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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Presencia se replica en aquellos que Me aman.
Mi Voz hace eco en aquellos que escuchan Mi Llamado.
Estoy presente en el desierto como en el Paraíso. Estoy presente en las caídas como en los triunfos, pero Mi Silencio es lo que Me hace invisible a los ojos de los que dicen ser poderosos.
Mi Amor es como una lanza que traspasa el corazón humano, lo transverbera y lo ilumina, haciéndolo todo para Mí. Por eso, hoy estoy aquí.
Soy Quien los pensó, pero también Quien los creó.
Mi Palabra reverbera en aquellos que viven Mi Mensaje y, aun siendo imperfectos, Yo los sostengo a través de Mi Vida; porque Mi Alegría está en aquellos que Me buscan, en todos los que confían en Mí.
A cada uno le doy lo que debe aprender, lo que debe soportar y sostener, pero nunca le daré algo que no pueda sobrellevar.
Aprendan a caminar a través de aquello que alcanzaron de mejor.
No vean el universo vacío, sino lleno de experiencias de amor y de perdón.
Yo Soy la Brisa que sopla en la mañana.
Soy el Sol que nace a través de los que viven en Mi Fe.
Soy el triunfo del Amor en aquellos que se transforman.
En lo pequeño, Yo Soy Grande; y en lo grande, Soy Invisible. Esa es la tónica de Mi Humildad.
Mis Señales indican que siempre estoy aquí, y los Rayos de Mi Consciencia abrazan a los que Me invocan; porque en la aparente pérdida está el triunfo, en la resignación está la lealtad, en la obediencia está la fidelidad, en el servicio está la oportunidad de amar y de que Yo pueda gobernar sus vidas para siempre, más allá de las batallas o de las incertidumbres.
Yo necesito que sean otros, así como Mi Hijo lo Es. Él bebió del Cáliz sin temor al fracaso. Él se entregó para que todos fueran rescatados, hasta los días de hoy.
Su Reinado está en la Corona de Espinas. Su Voluntad está en Mi Cetro Divino. Su Infinito Amor está en todos, a los que Él ama incansablemente.
Y, Mis Hijos, ¿harán lo mismo?
Cada uno tiene parte Conmigo en este universo, el cual He creado con perfección para que reconozcan Mi Amor y la felicidad que Yo tengo de estar con Mis Hijos. Esa es la razón de Mi Creación. Ese es el Propósito por el cual obro y manifiesto, concreto y realizo a través de los tiempos.
Han sido llamados a vivir este tiempo. Por eso, están aquí y no en otro lugar. El Universo Creador guía a los que le obedecen.
Aún hay una Obra maravillosa por realizar, aun en estos tiempos críticos, en los que la impunidad y la indiferencia quieren sustituir al amor y a la unidad; pero no lo permitiré.
Mi Nombre está escrito en todas las dimensiones.
Mi Amor está presente en todos los seres, aun en aquellos que están lejos de Mí; porque el Amor de Mi Hijo hará triunfar la cruz de estos tiempos. Y aquellos que se aferren a la Luz Victoriosa de Cristo, no perecerán.
Hoy, los vuelvo a reunir como hace más de 2 000 años, cuando el pueblo de Israel escuchaba a los profetas y seguía las Escrituras.
Pero ahora, sus almas, para Mi Hijo, son el nuevo Libro en el cual Él espera poder escribir el nuevo triunfo de Su Amor, más allá de todas las dimensiones y consciencias, más allá de todo mal.
Él conoce sus verdaderos nombres. Ante Sus Ojos nada está oculto.
Síganlo hacia donde Él los llama a ir, porque este es el tiempo de Su Retorno.
Después de que Él vuelva, volverá Su Padre Celestial. Será más que el árbol ardiente ante Moisés, más que las aguas que se separaron para que Su sagrado pueblo pudiera ser liberado del cautiverio, más que la propia transubstanciación del Cuerpo y de la Sangre de Cristo.
Vendré con el Poder del Amor de los Cielos, más que todas las alabanzas y cantos de los ángeles, más que la propia Presencia de la Hermandad.
Mi Amor, en esa hora, se multiplicará más que los panes y los peces, más que la cura que vivieron los paralíticos y ciegos, más que la propia resurrección de Lázaro y de los muertos.
Mi Amor reestablecerá las Leyes en la Tierra. Más que a todos los elementos, reuniré a todos los Reinos. Más que en el propio Cenáculo de Pentecostés, la lengua será una sola, el entendimiento dará sabiduría y la Justicia Divina reconstruirá a la Tierra, de norte a sur y de este a oeste.
Y, en ese momento, será cuando se plasmará la Cruz de la Nueva Humanidad. La síntesis se completará espiritualmente, y los últimos velos caerán de sus ojos para que puedan ver Quién Soy Yo.
Mi Amor aún sigue siendo desconocido; pero después del Retorno de Mi Hijo, todo se consumará, como lo fue en la Cruz. La ley del sufrimiento ya no existirá, las almas ya no conocerán sus dolores y sus culpas, sino que se les dará a conocer la felicidad del Reino de los Cielos que los ángeles les mostrarán.
En esa hora, resurgirá el nuevo hombre, la nueva consciencia, porque ya no estará unida a la deuda espiritual, sino a la dádiva de los Cielos.
Construyan con esperanza este gran acontecimiento, no lo busquen; espérenlo, porque llegará.
Una vez más, la hora de Mi Hijo se aproxima. Por eso, es tiempo de orar con misericordia y piedad.
Que ya no exista la guerra ni la división entre los seres.
Que ya nadie más promueva la cultura del descarte y de la indiferencia, ni siquiera con el hermano que está a su lado.
Sean merecedores de las dádivas del Cielo, porque cielo y tierra pasarán, pero Mi Mensaje permanecerá vivo en aquellos que confían en Mí.
Mi Corazón está lleno de Gracias para todos. Mis Brazos están abiertos para aquellos que quieran sentir Mi Consuelo.
En el silencio, los escucho en confesión.
Que no haya temor, sino fe.
Que no haya desconsuelo, sino esperanza.
Que no haya sufrimiento, sino liberación.
Que no haya maldad, sino amor.
Este es Mi Mensaje para los que vivirán los próximos encuentros con Mi Hijo, como una oportunidad única de estar ante el Portal de Mi Misericordia, aquel que se muestra como el Agua y la Sangre de Cristo.
Quien se alegra y los bendice, a ustedes y al mundo, por este encuentro,
Adonai
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando tu corazón está afligido por todo lo que ves y por todo lo que vives, es señal de que estás perdiendo la confianza en Mí.
Pero escucha: nunca te condenaría por tus errores o por tus faltas, solo te mostraría, cuántas veces fuera necesario, que Me estás perdiendo de vista y que, por diferentes situaciones, te alejas de Mi Mano.
Dile al mundo que Soy Misericordioso y que no tengo una vara para medir la Justicia.
Dile a todos que tengo un Corazón de Padre que siente y que vive con pesar lo que Sus Hijos de la Tierra eligen y hacen.
Eternamente, tengo Mis Brazos extendidos hacia el mundo y hoy, muy, pero muy pocos, lo pueden percibir.
Mi Amor sigue siendo un misterio, porque las almas escogen amores ajenos. Pero, en verdad, les digo a todos que Soy simple, que Mi Amor es profundo porque sin Amor no podría Ser su Creador, Aquel que contempla la vida desde el Infinito.
Por eso, dile a todos que los espero, que los comprendo, que sé cuán difícil es la batalla espiritual de estos tiempos. Pero también, dile a Mis Hijos que tengo cientos de ejércitos angélicos para cada uno.
Tengo tanto para darles, que nunca lo podrían medir o comprender. Mi Amor y Mi Providencia no son una cuota, no son una condición. Mi Amor por ustedes es una donación inconmensurable.
Dile a todos que los siento cerca; y aún más, los siento a todos cuando pierden Mi Mirada, una Mirada de Padre que los conoce por dentro, una Mirada que no juzga ni tampoco castiga.
El castigo que está viviendo el planeta es generado por ustedes mismos, Mis Hijos de toda la humanidad.
En Mi Reino están los tesoros y la felicidad que les prometí desde el principio; pero las almas, muchas veces, no Me reconocen a través de todas las señales que les doy.
Hoy, están ante una civilización espiritual y físicamente enferma, esclava de los vicios, de los placeres y de la ambición de querer poseer y extraer los recursos de la Creación.
Yo no les di el planeta para que lo contaminaran, y fueran indiferentes al contaminar y agredir a los propios Reinos que están al servicio del equilibrio espiritual. Ni siquiera la propia agua que beben, de las entrañas de la Tierra, es pura.
Sé que la mente de la mayoría de Mis Hijos está en la sobrevivencia. Pero les aseguro que está la solución, están los recursos del Cielo y del universo para que se puedan regenerar, por dentro y por fuera.
¿Qué esperan?
¿Ustedes piensan que llegará del Cielo?
No, no llegará, Mis Hijos; la solución está dentro de ustedes. Tienen todas las herramientas y los medios para poder hacerlo.
Ustedes aprendieron a conquistarse, aprendieron a destruirse, aprendieron por el asedio de Mi hijo, el ángel enojado, a quitarse la vida.
A través de los tiempos, muchos se preguntaron si el inconveniente o la inflexión de la Creación estuvo en la rebelión del ángel caído, y Yo les respondo: “Sí, lo estuvo”; porque fue allí cuando verdaderamente comenzó el llamado aprendizaje de toda la Creación.
Fue el gran momento y lo sigue siendo hasta los días de hoy, en el que es probada la compasión y la paciencia infinita, más allá de todos los errores cometidos desde ese momento hasta los días de hoy.
Pero, Me podrían preguntar: ¿Padre, hubo una falla en Tu Divino Proyecto?
No, no lo hubo. Lo que hubo fue una temida desobediencia a las Leyes Superiores, y esto ha sido así desde aquellos tiempos.
Cuando tu vida está desorientada, aun en el aparente camino de la espiritualidad, debes detenerte, confesar que ya no puedes más solo. A partir de ese acto sincero, todo se revierte, se encuentra la Luz en el fondo del abismo.
Ahora, cuando una consciencia se equivoca, o tropieza en la misma falla, no es saludable vivir de la culpa porque no se llegará a ningún resultado. Culparse es no reconocerse como Hijo o Hija de Dios.
La cura de esta situación está en la confianza y en la fe, que son impulsos que todo lo transforman y todo lo redimen.
En esa culpa y en ese autocastigo se encuentra el mundo.
Por eso, les pido que hagan el esfuerzo correcto para que muchos más abandonen ese círculo vicioso de la culpa y del victimismo.
Sean inteligentes y abracen la cruz con gratitud. Porque cuando no hay gratitud, la cruz personal se vuelve muy pesada; cuando hay reclamo no hay liberación espiritual.
Salgan de ese estado y ayudarán a que la arraigada indiferencia mundial ya no sea la causa de tantos males y situaciones inciertas.
Este es el esperado fin de los tiempos. No hay otro tiempo en el que puedan vivir. Acéptenlo.
Mi Hijo, el Redentor del mundo, les prometió el Gran Espíritu Consolador. Aquí está, Yo Soy el que Soy.
Soy ese Infinito e Inconmensurable Espíritu que los ama y que los ilumina en la actual noche oscura planetaria.
No se dejen empujar por lo que viven de incierto. Nada prevalecerá por encima de Mi Amor, porque Mi Amor viene a sanarlos, viene a hacerlos retornar a la Casa de su Padre Eterno.
Que hoy sientan disolverse sus pesadas cadenas del pecado, para que el pecado original sea liberado de la humanidad.
Que hoy sientan disolverse sus pesadas amarras, para que el mundo sea finalmente liberado de la dualidad.
Porque Mi Amado Hijo les prometió Su Retorno y, ese Retorno tan esperado, está cerca. Crean en ello.
Estén en vigilia y oración para poder reconocerlo.
Que la Eterna Luz de la Fuente los bendiga, los proteja y los ampare.
Que la cura espiritual sea una realidad, sea el camino para la definitiva reconciliación de toda la humanidad con el Reino de los Cielos.
Hoy, hago un testamento de Mis Palabras.
Los amo, infinitamente, más de lo que lo pueden concebir.
Vuestro Padre Eterno,
Adonai
Hijo:
No tengo límites para estar cerca de ti y tampoco encuentro impedimentos para encontrarte. Soy capaz de estar cerca y en cualquier lugar. Nada Me separa de ti y tú nunca te separas de Mí. Solo cuando te alejas de Mi Amor te sientes en un gran vacío o en una constante soledad.
Vengo de la Fuente Inmaterial para comunicarme contigo y con cada ser interno que cree en Mí y que confía en Mí.
Siempre estoy a tu lado. Conozco tus misterios. Veo tus realidades, las que para la mayoría son desconocidas, pero para Mis Ojos eres igual y semejante a tus hermanos.
Sí, todos los seres humanos, Mis hijos, son hermanos. Todos son parte del mismo Padre y de la misma Madre. Nunca pensé en crearlos diferentes los unos de los otros. Dentro de sí, todos son iguales y eso no cambiará.
Creé el Universo y todo lo que existe en él para que Mis hijos Me hicieran feliz y ellos fueran felices Conmigo porque los amo, los amo tanto, más que a todo lo que existe. No hay mayor amor que el que me pueden dar Mis hijos. Por eso, cada vez que Me reconocen como su Padre Celestial, Mi amor por ustedes crece más y más. No tiene finitud ni dimensión alguna. Es con ese mismo Amor y por ese mismo Amor que Yo los creé a imagen y semejanza de Mi Espíritu para que Mi Espíritu pudiera estar en cada uno de ustedes y ustedes pudieran estar en Mí.
Pero, a lo largo de los tiempos, Mis hijos, ustedes se distanciaron de Mi Amor, del Amor verdadero que les da la vida, del Amor que los nutre y les da el sentido y la razón espiritual, mental y física de estar aquí, en este amado y dolorido planeta que Yo les entregué para que aprendieran a crecer y a ser la consciencia de este planeta. Les di absolutamente todo lo que tengo, todo lo que Soy y todo lo que fui. Nunca les dije “no”. Siempre les di el “sí” para que pudieran crecer en amor y en sabiduría.
Pero, desde el principio Me desobedecieron y a lo largo de los tiempos perdieron el camino hacia Mí, hasta que se alejaron, y se alejaron tanto de Mí que ya no Me podían oír ni sentir dentro de ustedes. Pero, desde siempre Yo los perdoné y les envié Mi amorosa ayuda porque sabía que no tenían consciencia de lo que estaban haciendo.
Por eso, como un buen Padre, que nunca abandona a Sus hijos, decidí darles más ayuda. Entonces, envié a Mis Mensajeros a la Tierra para que Me volvieran a escuchar, a sentir y a reconocer dentro de ustedes. No había ni un segundo en el que dejara de pensar en ustedes, hijos, porque si son parte de Mí, es como si una parte de Mí muriera por la falta de la luz del sol.
Por eso, decidí encarnar en este mundo como el Niño más pobre entre los pobres, en el tiempo más agudo del planeta y en el lugar más humilde de todos, para que ustedes, Mis hijos, pudieran reencontrar Mi Luz y, cada uno, a lo largo de los tiempos volviera a ser Mi Luz en el mundo.
A pesar de la dualidad que deberá ser vencida y del mal que deberá ser expulsado y disuelto por la fuerza del Amor, también les di la mejor y la más humilde Madre entre todas las madres para que, a través de Ella, recordaran su filiación Conmigo.
Hoy el mundo no escucha a Dios porque la atención de los hombres en las modernidades y en las comunicaciones se volvió su dios. Las almas ya no hablan Conmigo. No Me buscan. Tengo tantos hijos, pero solo la minoría Me recuerda. Llamo a la humanidad dormida, porque hoy es el tiempo del despertar.
Soy Aquel que los ama. Soy Aquel que no tiene religión y que es nombrado por más de setenta y dos nombres sagrados.
Ya no sufran más. Ya no castiguen al planeta. Ya no extingan a Mis hijos, los Reinos menores, que con tanto amor les he dado. Reconcíliense los unos con los otros. Vivan el amor y la paz se alcanzará. Ya no tengan odio. Ya no siembren maldad. Sean una única familia. Sean la Nueva Jerusalén. Abandonen los vicios. Escuchen la voz de sus corazones. Escuchen el llamado de sus almas. Tengan fe.
Todo lo que viven lo crearon y lo generaron ustedes, Hijos Míos. Pero tengo tanto Amor para darles, tanta alegría para entregarles, que Mi Corazón está tan lleno y es tan vasto como los océanos.
Aprendan a servir. Aprendan a respetarse y a reconocerse. Vivan los valores y los atributos que les enseñé y sentirán la paz universal. Regresen a Mí, hijos amados; recapaciten, emprendan sus sueños con base en Mi Presencia infinita en sus vidas. Sean generosos, compasivos; sean más amor, más bondad y más servicio, y el mundo no sufrirá más. Escuchen Mis Palabras. Sean el ejemplo de vida que tanto espero.
No los abandonaré y nadie les quitará la unión que pueden tener Conmigo. Les pido que se perdonen, que ya no vivan en el egoísmo. Ayuden a la humanidad a despertar a través de vuestra transformación y de la santidad de sus vidas.
Oren, y todo lo que necesiten lo recibirán. Yo Soy el que Soy.
Les agradezco por dejarme ser parte de ustedes para siempre.
No le teman al fin de los tiempos, porque este es el tiempo final de todo el desvío del mundo. Mi Hijo amado retornará y partirá el pan, Su Divino Cuerpo, frente a ustedes. Y ustedes, Mis hijos, podrán comulgar de Mí y Yo Su Padre, Me sentiré feliz, como un Padre que espera que sus hijos crezcan en el amor y en la generosidad.
Siempre los escucho y los tengo a todos en Mi Corazón.
Soy su única Verdad y Motivo. Soy su Divino Creador.
Su Padre Supremo, Adonai.
Amén
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más