Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN LA 120.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Después de cuatro días, llegué al fin de una tarea espiritual con el futuro planeta, de la que todos han participado Conmigo, para que pueda surgir la Nueva Tierra después de que se purifique en esta etapa final.

Por eso, todo lo que Yo les traje en estos días les habrá podido parecer un poco abstracto o simbólico, porque todas las situaciones que surgen de la Fuente Suprema, todas las emanaciones de los Códigos y Propósitos de Dios, no tienen una forma concreta, sino inmaterial, que es impregnada por una corriente de energía cósmica.

Es una aspiración que surge, por única vez de la Fuente, hasta que esa aspiración se concrete en los tres planos de consciencia, espiritual, mental y material, hasta que esa aspiración sea una realidad, así como la Voluntad de Dios lo ha predeterminado.

Por eso, ante Dios y ante ustedes, Yo Soy esa Gran Consciencia intermediaria y Divina que trae desde los planos superiores las aspiraciones de Dios para que se concreten en la materia.

Es algo tan semejante a lo que vivieron los arcángeles en el principio, porque ellos tuvieron que manifestar esta Creación; primero retirando de la Fuente las aspiraciones de Dios en el Universo Espiritual, después meditando en esas aspiraciones a través del Universo Mental y así, diseñando los diferentes Proyectos del Creador para que se concretaran en el Universo Material.

Por eso, los impulsos de Dios son graduales, así como sus seres son graduales. Así como tienen un alma, también tienen un espíritu y, ¿qué habrá más allá del espíritu de cada ser?

Todo parece un misterio, pero no lo es, porque el misterio se devela cuando el alma ama a lo desconocido, sin comprender ni siquiera lo que eso significa.

La consciencia encarnada en este mundo sabe que debe cumplir un Propósito, porque es su esencia la que lo sabe. Por alguna razón, está aquí encarnada en un cuerpo humano, no es solo para vivir algo material o concreto.

La materia es la posibilidad de la concreción de ese Plan espiritual y mental, pero el plano material no es el que determina la evolución de la consciencia porque, así como las esencias surgieron de los Estanques de la Fuente, así las esencias deberán retornar a esos Estanques de la Fuente con una experiencia vivida.

Para eso existen las Leyes Universales que muy pocos conocen, las que tal vez la mayoría ha escuchado con el nombre de Mandamientos. Pero los Mandamientos, que recibió Moisés, fueron las Leyes Básicas de la evolución de esta raza.

Esas Leyes se ampliaron a través de la encarnación del Hijo de Dios en la Tierra; porque el Hijo de Dios unió todas las Leyes de los Mandamientos en una única Ley, que es amar a Dios por encima de todas las cosas, pero también amar al prójimo para que esa evolución se pueda concretar y realizar sin obstáculos.

Sé que la vida material es un desafío para la mayoría en este tiempo. Muchas almas en este tiempo no le encuentran sentido a la vida, porque las almas están en depresión, al no encontrar el camino del Propósito que perdieron. Pero no es afuera que encontrarán la respuesta, es en lo más profundo de cada corazón que se encuentra esa respuesta que tanto buscan.

Sepan que, para cada situación de la vida, para cada aprendizaje o experiencia y también para cada decisión que se debe tomar, la respuesta no está en el exterior, sino en el interior. Por eso, el Hijo de Dios, cuando estaba encarnado en este mundo, siempre encontraba un momento para retirarse con Su Padre para tomar Sus grandes decisiones.

El Universo les provee de todo. La vida material les provee de ilusión y, en muchos casos, de engaño. Pero las almas, para que vivan algo que no conocen, deben tener mucha voluntad, la determinación de alcanzar aquello que es desconocido e impalpable, aquello que no tiene forma ni es concreto.

En este cuarto día de encuentro Conmigo, vengo a terminar Mi Mensaje, Mi serie de impulsos espirituales y cósmicos.

En esta serie especial, que Yo les otorgué en estos cuatro días, deberán descubrir por ustedes mismos las diferentes claves que Yo les dejé en Mis Mensajes; porque es la última vez que se los estoy diciendo, para que Mis apóstoles y Mis seguidores tengan todas las herramientas en el momento de tomar sus decisiones y de trabajar por el Plan.

Porque cuando Yo ya no pueda estar aquí con ustedes, serán ustedes los que deberán dar continuidad al Legado que les impartí con tanto Amor, y serán ustedes los que deberán cuidar de las almas y de los corazones de los peregrinos, y también de sus hermanos de camino, de todos los que conviven día a día con ustedes.

¿Ahora, comprenden que todo esto no es una casualidad, sino un compromiso?

Hay almas que les ha tocado vivir esta Voluntad que Yo les traigo. No hay forma de escaparle a esto, porque adonde vayan, esa Voluntad Mía estará presente; y esto es algo inextinguible porque no es material, es un impulso espiritual que en lo más profundo les recordará el compromiso.

En todo lo que Yo les dije, a través de estos años, está la respuesta y la guía que muchos necesitan para vivir el camino del apostolado y de la entrega, para ser meros instrumentos en las Manos de Dios que permitan hacer descender las Gracias en el mundo y en las almas.

Les dejo, en este lugar, el comienzo de una nueva etapa interna. Aquí, les dejo abierta la Fuente Espiritual de Mi Padre, para que las almas vengan aquí a purificarse y a sanarse. Y ustedes serán celadores de esto para que, en el momento más difícil del planeta, la humanidad sepa que, del gran fondo del abismo, emergerá la Luz de Aurora y volverá a elevar a las estrellas caídas, convirtiendo a esas estrellas en consciencias redimidas que cumplirán con el Proyecto del Padre.

Aquí está la hoja de la última parte de este Libro que fue escrito por Mí en estos últimos años. Pero esta hoja está en blanco, y serán sus vidas y sus almas que escribirán la última parte de esta historia vivida Conmigo; historia que podrá justificar los graves errores que hoy comete el mundo a través de las guerras y de las persecuciones, a través de los exilios y de los inmigrantes, a través del tráfico de niños y de los abusos de poder.

¿Ahora, comprenden la importancia de escribir esta última parte de la historia?

Porque esto no quedará solamente en la memoria de los que Me recuerden, sino que continuará adelante cuando Yo retorne al mundo y cumpla con lo que Yo le dije a Juan, el apóstol.

Vendré a pedirles personalmente los talentos que les entregué una vez. Y el Pastor les preguntará: “¿Qué han hecho con los frutos que les entregué? De esos frutos, ¿cuál será la cosecha que realizaron? Y, ¿qué es lo que le será ofrecido al Padre Celestial cuando el mundo llegue a su fin?”.

En ese fin, en ese día y en esa hora, será cuando la humanidad se redimirá y la Nueva Humanidad comenzará. Y esa Nueva Humanidad no tendrá memoria del sufrimiento ni de todas las agonías que ha vivido este mundo a través de los tiempos, porque la Nueva Humanidad será formada por los Nuevos Cristos, que retomarán el Proyecto que no se cumplió con Adán y Eva.

Y a través de una pausa en el espacio-tiempo, desde Adán y Eva hasta el presente, se borrarán para siempre los horrores de la humanidad, porque los arcángeles habrán purificado ese ciclo para que la Nueva Humanidad no lleve consigo ninguna deuda espiritual; motivo por el que ya no existirá la enfermedad espiritual ni material, porque no será necesario ese aprendizaje para las almas.

Yo quisiera, como Maestro, que muchos, pero muchos más, formaran parte de esa nueva etapa de la humanidad, pero cada vez son más las almas que se alejan de esto, lo que rasga Mi Corazón por dentro.

Pero Yo nunca descansaré, aun cuando retorne al mundo físicamente, porque iré detrás de aquellos que aún no fueron redimidos ni perdonados. Iré al encuentro de los que fueron impunes y de todos los que ocasionaron el mal en este mundo, porque todo el planeta será redimensionado por las Leyes Crísticas y, así, todo comenzará de cero, como está escrito.

En el momento en el que Yo reuniré a las diferentes tribus de Israel, más allá de las naciones o de las lenguas, más allá de los pueblos o aun de las culturas, el Padre Eterno, a través de Su Amadísimo Hijo, reintegrará a la humanidad el Propósito de las doce tribus de Israel y se dará continuidad a la concreción del Proyecto del Padre Eterno, bajo la presencia visible de los ángeles.

¿Ahora, comprenden por qué es importante trabajar para Mí?

No existe otra razón, en este universo, que cumplir la Voluntad de Cristo, así como Cristo cumplió la Voluntad de Dios en el Huerto Getsemaní. Yo los animo a seguir esta, Mi aspiración, comenzando en lo más pequeño del día a día, porque el mundo se apaga sin ver la Luz ni el Amor.

Es necesario que existan almas misericordiosas en este tiempo, almas que sean testigos y celadoras del Amor del Redentor en este tiempo de agonía planetaria, de este Amor que proviene de lo Alto y de lo más sublime del Corazón de Dios.

Vengo una vez más a consagrar a nuevos adoradores, a este grupo de almas tan diferentes entre sí, pero tan unidas por un mismo fin y un mismo Propósito, que es aliviar el Corazón de Jesús a través de la santa adoración para que Mis Gracias y Misericordias puedan llegar cada vez más al mundo y para que más almas en este mundo ya no se condenen ni tampoco se pierdan del camino del Amor.

Preparémonos en este momento para esta consagración que Yo acompañaré con predilección para bendecirlos.

En esta Obra existe una canción que los identifica a todos ustedes y que representa el mensaje del alma que aspira a vivir constantemente en Dios, aspirando todos los días a caminar libre de sí misma para seguir las huellas de Luz del Gran Maestro.

Esta canción, que ahora les pido, acompañará este momento de consagración, para que también el mundo se pueda consagrar algún día, aunque parezca inalcanzable.

Todas las almas, que se consagran, promueven espiritualmente la consagración de la humanidad. Tengan esto siempre muy presente para que aprendan a valorar el espíritu de la consagración.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a cantar "Consagración"