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Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oremos:
Quien está en Dios nada teme.
Quien está en Dios no retrocede.
Quien está en Dios vive del Amor de Dios.
Esta es la fuerza de hoy.
En Dios, en Dios, en Dios.
Amén.
(tres veces)
A través del Sagrado Corazón de Mi Hijo, hoy les traemos, a este Centro Mariano y su fundación, uno de los Aspectos de Dios, dentro de Sus 72 Nombres Sagrados.
El Aspecto de Dios que protegerá a este Centro Mariano y su tarea espiritual será el Nombre El Gibbor; para que la fortaleza, la fe, la compasión y el amor impulse, a través de este Centro Mariano, la elevación de todas las almas hacia el Reino de Dios; para que no solo el ser humano, sino también los Reinos de la Naturaleza sean recibidos aquí en espíritu, para que sean curados y redimidos.
Sé que están delante de un Aspecto de Dios desconocido, pero si sus almas se unen a Nuestros Tres Sagrados Corazones, comprenderán ese Aspecto de Dios por medio de la Ciencia y de la Sabiduría que les proporciona.
Porque la aspiración del Padre Eterno es que este Centro Mariano, como un punto de Luz en el planeta, refleje los Atributos de la Fuente Suprema, aquellos Atributos internos que la humanidad necesitará para poder regenerarse y curarse para que, finalmente, se cumpla el surgimiento de la Nueva Humanidad.
Hoy, Nuestros Tres Sagrados Corazones, como receptáculos de los Atributos de Dios, están aquí con todos ustedes, están aquí por la nación de Brasil y por todas las Américas; para que los pueblos de este continente sean conducidos hacia el Propósito de Dios y, por medio de los Ángeles de las Naciones de América Latina, todas las poblaciones y culturas de esta región del planeta puedan aproximarse a cumplir el Proyecto de Dios; aquel Proyecto que infelizmente está siendo oprimido y silenciado.
Pero, en este momento, Yo los vuelvo a invitar a estar en la oración. Yo los invito a silenciarse. Yo los invito a tener sabiduría y discernimiento, porque lo que sucederá en esta parte del planeta, podría afectar al resto del mundo.
Por eso, a través de Nuestra Presencia, a través de la Presencia de los Tres Sagrados Corazones, no solo venimos aquí para dar comienzo al ciclo de este Centro Mariano en su tarea espiritual y en su tarea interna, sino que también estamos aquí, hijos amados, para detener lo que se pretende que suceda sobre la superficie de este continente.
Su fidelidad a Nosotros ha sido muy significativa y la respuesta en la consagración de nuevos Hijos de María. Esto representa para Dios, así como Él nos dijo en este momento, que es posible establecer, en la superficie del planeta, el Proyecto que Él siempre quiso realizar en esta humanidad.
Hijos Míos, no se preocupen si no alcanzan los Misterios del Padre, primero amen los Misterios de Dios para después poder comprenderlos; sigan en fidelidad y obediencia lo que les dicta la Jerarquía Espiritual.
Yo estoy aquí y Soy su Madre, su Madre Universal, su Madre Celestial, la Madre de todo el Brasil, la Madre de toda Sudamérica, y tengo Mis Brazos extendidos hacia ustedes. Una vez más, les ofrezco Mis Manos para que se puedan tomar fuerte y seguir adelante. Porque como humanidad, en la superficie de la Tierra, han demostrado después de estos dos años que es posible seguir adelante cuando tan solo las almas aman de verdad.
Ahora, hijos Míos, les quiere decir algo San José. Escúchenlo.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de San José:
Así como el Cielo se abre hoy delante de sus corazones, él también se puede abrir en el interior de cada uno de ustedes.
Hoy, delante de los Sagrados Corazones, permitan que sus almas aprendan del misterio de la fe para que, mucho más allá de lo que suceda delante de sus ojos, la verdad que pulsa en sus corazones, invisible para la mayoría de los seres humanos, pueda sustentar sus vidas y así, hijos Míos, la Promesa de Dios siempre sea una realidad para cada uno de ustedes.
A través de la fe, encontrarán este Reino que hoy se manifiesta delante de ustedes. Contemplen esta realidad en su interior, y así sabrán que cielo y tierra podrán pasar, pero el Amor Divino permanecerá vivo en la esencia de todo aquel que cree. Aunque sus ojos no vean, sus corazones son capaces de sentir y, a través de ellos, penetrar el misterio.
Muchas cosas sucederán en el mundo y les traerán desesperanza a los hombres, harán que sus corazones sientan el dolor y el sufrimiento que una vez Mi Hijo sintió tanto en Su Agonía como en la Cruz. Pero, así como lo hizo el Corazón de Cristo, hoy los llamo a transmutar este dolor a través de un Amor Mayor, a través de la fe en aquello que pulsa en su interior y les revela lo que verdaderamente son y a través de la madurez del corazón, la madurez espiritual, que ya llegó el tiempo de que puedan experimentar.
Sean responsables, hijos, de sus elecciones, de sus acciones, de cada paso que dan, desde el primer pensamiento que tienen, al iniciar el día, hasta los sentimientos que emiten, las miradas, las acciones.
Rueguen a Dios para que sus acciones sean puras, para que sus vidas sean puras, porque ya llegó el tiempo de que una nueva vida despunte en la humanidad, y ustedes se comprometieron desde el principio a que, a través de los pasos de su redención, pudieran vivir esta nueva vida.
Y esa vida, hijos, es como la vida de Cristo en el Calvario. Alrededor de ustedes habrá caos, confusión, dolor; pero en su interior el Amor de Dios se renueva, nace un amor desconocido, incluso para el Corazón del Padre. Y es a través de ese amor que una nueva genética y un nuevo hombre comienzan a nacer, un Amor que sus células pueden vivir, que se expande desde su esencia hacia toda la consciencia.
Y, a pesar de que hoy eso les parezca imposible, solo les pido que tengan fe y que este Don Divino que hoy desciende del Cielo sobre sus vidas, encuentre un lugar en sus corazones para transformar sus vidas en algo que jamás pensaron.
No tengan miedo, pero sean firmes. El mundo los arrastrará por caminos que no son correctos. La batalla se vivirá dentro y fuera de ustedes; pero, a través de la oración, encontrarán refugio y, en los lugares sagrados, donde la Consciencia Divina habita, allí reencontrarán la paz.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, hoy Mi Manto es el Manto de Brasil. El Manto que representa la vida de todo este pueblo y de toda la naturaleza, de una vida que infelizmente ha sido transgredida y violada.
No permitan, hijos Míos, que el Brasil sea un lugar más del enemigo. La fuerza de su oración y de su fe puede transformarlo todo.
Si consiguieron atravesar el calvario de los dos últimos años, es señal, hijos Míos, que es posible seguir adelante, aunque duela.
Por eso, ahora, el Rey del Universo, el Hijo del Sol, en nombre de los Tres Sagrados Corazones, de Jesús, de María y de San José bendecirá y consagrará este Centro Mariano; y así, consagrará a todos los Hijos de María que hoy se postularon ante Mi Materno e Inmaculado Corazón para ser fieles y firmes en el servicio de la oración perpetua.
Los invito a colocarse de pie.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:
Así como esa llama que tienen encendida delante de sus corazones, llama que representa la Luz, el Amor y la Sabiduría de Dios para todo este planeta, para toda la humanidad; que esta llama se replique y se multiplique no solo en los seres humanos, sino también en los Reinos de la Naturaleza, que en estos tiempos de emergencia necesitan ser comprendidos, acogidos y amados, protegidos y cuidados, como parte vital de la Creación.
Si esta comunión con los Reinos de la Naturaleza se diera a través de su servicio orante, por medio del Centro Mariano Santuario de la Creación, les aseguró que no solo Brasil, sino también otras regiones del mundo estarán más protegidas, aunque el planeta demuestre en este tiempo su caos en la superficie.
En sus manos está la decisión, en sus manos está el poder de la oración, el poder de permitir que el Cielo descienda a la Tierra, como en este momento.
Que no solo el Hijo del Padre, sino también la Santísima Madre y el Casto Corazón de San José, en esta Unidad Trina, concedan al Brasil y al mundo la expiación que necesitan para sobrellevar este actual Apocalipsis.
No permitan que los Sellos del Libro del Apocalipsis se abran. Acojan las profecías, pero no las provoquen.
Sean consecuentes en todo lo que hacen y viven. No se olviden de los Mandamientos, de una vida de servicio, de una vida de amor en la familia, entre todos sus seres queridos. No permitan que la célula de la familia se siga dividiendo.
Recuerden que ustedes y sus familias son parte del Proyecto esperado de Dios, el Sagrado Proyecto del pueblo de Israel.
Recuerden que esta parte del planeta es la promesa de la cuna de la Nueva Humanidad, en donde todo el planeta y la humanidad, a través de este lugar como de los Reinos de la Naturaleza, podrán regenerarse y curarse.
En los Reinos de la Naturaleza está la cura que necesitan, en los Reinos de la Naturaleza está la paz que ustedes buscan en este tiempo.
No permitan que sus vidas se vuelvan superficiales e indiferentes, abracen con el corazón abierto a toda la Creación y les aseguro que no perderán la paz.
Delante de la Fuente Suprema, delante de los Ángeles y de los Arcángeles, Padres Creadores, que concibieron esta belleza del planeta Tierra, delante de los servidores del Cosmos y de la Tierra, delante de todos los consecuentes en la oración y el servicio por el otro, delante de la Aspiración de Dios, de Su Proyecto; que la Fuente Suprema a través del Corazón de Cristo, del Corazón Inmaculado de María y del Castísimo Corazón de San José, a través del Poder Supremo de El Gibbor, bendiga y consagre a este Centro Mariano, para que sea un verdadero Santuario de la Creación, que conceda a las almas y a los Reinos la cura y la redención que necesitan, para que todos estén en comunión con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo, en nombre del Amor y de la Sabiduría.
Yo los bendigo y los consagro como Centro Mariano Santuario de la Creación y como Hijos de la Madre Divina, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y, para comprender la importancia de este encuentro, les ofreceré Mi Cuerpo y Mi Sangre, a través de la Celebración Eucarística.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, también consagraré, a través de la autoridad de Mi Hijo, a una pequeña e inocente alma, que llegó al mundo de un lugar especial del universo. A través del Sacramento del Bautismo, esa alma recibirá no solo la renovación, sino también el recuerdo de su compromiso con Dios para el próximo tiempo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de San José:
A través de Mi Casto Corazón y la autoridad que Me ha dado Cristo, como Siervo del Redentor, como Vigilante y Protector de las almas, a través del Castísimo Corazón de San José, la Gracia que les ofrecerá hoy Mi Corazón será la Unción para que la Señal Luminosa de la Cruz de Emmanuel siempre los guíe y los proteja.
Ya que, en este tiempo, será necesario discernir antes de actuar, meditar antes de obrar, para que sean consecuentes con la Ley.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:
De esta forma, Nuestros Tres Sagrados Corazones se alegran y bendicen este encuentro, dando inicio a este ciclo de la Peregrinación por la Paz, para que las almas recuperen la esperanza que perdieron, recuperen la alegría que les fue robada y sientan el júbilo de ser Hijos de Dios. Nunca lo olviden, a través de Mi Corazón Misericordioso llegarán a Dios.
Cantemos el Himno de la Consagración de los Hijos de María; pero, todos cantemos, los que están aquí y los que están en sus casas, renovando los votos internos de la consagración para este ciclo de servicio junto a la Jerarquía Divina.
Los Tres Sagrados Corazones agradecen por haber respondido al llamado.
Como Cristo Redentor, que la Paz sea en ustedes y en sus hermanos.
Que así sea.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Deja que la Misericordia de Dios colme tu corazón y tu vida, para que puedas ser un testigo de la redención a través de Mi Amor.
Deja que la Misericordia de Dios sea parte de tu vida, para que algún día aprendas a comprender Mi Voluntad.
Pero hoy, Yo te pregunto:
¿Cuál es el misterio de la Misericordia?
¿En qué estás pensando cuando invocas Mi Misericordia?
¿La Misericordia de Dios es solo un acto de piedad, de compasión o de perdón?
La Misericordia de Dios no es solo eso. Debes abrirte a descubrir este misterio que no solo surgió de la Cruz, de la entrega total del Hijo del Padre, sino que fue la Misericordia de Dios lo que permitió, a través de Su Amor, la Creación y la existencia de la vida.
Ahora, con este ejemplo, ¿puedes comprender un poco más sobre la Misericordia?
Es importante que, en este tiempo crucial de la humanidad en el que todo se precipita rápidamente, tú comprendas qué significa la Misericordia Divina, porque ella no es solo un acto de compasión, de amor inconmensurable o de piedad inextinguible; la Misericordia es una manifestación del Cosmos, sostenida por la Fuente Creadora.
Para que los Ángeles del Padre pudieran crear las dimensiones y planos, tuvieron que ser colmados por la Misericordia de Dios para que pudieran sentir, a través del amor, la importancia de manifestar la Voluntad del Padre, así como Él la sintió en Su Corazón en el principio, así como Él la pensó en el origen para todas Sus Criaturas.
Esto es un poco de la Misericordia de Dios, la que Yo vine a establecer aquí, en Polonia y, a través de Polonia, en el mundo entero. Pero aún Mi Misericordia sigue siendo un misterio para muchos. Por esa razón, hoy estoy aquí nuevamente, así como lo estuve hace mucho tiempo atrás para revelar Mi Faz Misericordiosa.
No es solo a través del misterio de Mi Amor que ustedes se pueden aproximar a Mi Misericordia, estar debajo de Mis Rayos, de la Luz de la Sangre y del Agua; sino también sus consciencias y esencias, por intermedio de Mi Divina Misericordia, no solo se pueden aproximar a la expiación que necesitan, después de tantos errores y experiencias vividas; sino que, a través del poder de Mi Insondable Misericordia, sus consciencias se pueden expandir en Mi Amor. Porque será siempre a través de Mi Amor que comprenderán lo que es ser piadoso y misericordioso y, así, sus actos y sus entregas ya no estarán vacías, sino serán completadas por el fuego de Mi Misericordia.
Esta tabla de expiación que les traigo a todos, aún sigue brotando de lo profundo de Mi Corazón, no solo de Mi Corazón de carne, sino también de Mi Corazón espiritual y cósmico que ha ampliado Su tarea de Misericordia a toda la Creación y a todo el universo.
A través de Mi Insondable y Divina Misericordia no solo pueden recordar los tres hechos más importantes de Mi Vida en la Tierra, que fueron la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús, sino que a través de esos tres hechos, pueden penetrar en las entrañas de Mi Misericordia, y no solo su vida de superficie se convertirá y se redimirá, sino que también sus espíritus se convertirán y se redimirán hasta que puedan volver a alcanzar el origen que perdieron como humanidad, como planeta y como Proyecto del Padre.
A través de Mi Insondable Misericordia, Yo vengo no solo a fortalecer la manifestación de este potente canal que abrí una vez en Polonia, sino que también vengo a ofrecerles por última vez la puerta de Mi Divina Misericordia para que la anuncien al mundo, no solo como Mis apóstoles y servidores, sino también como los testigos de la Misericordia de Dios, del milagro que Dios pudo hacer en sus vidas hasta los días de hoy.
Ahora comprenden por qué le pregunto a cada uno de ustedes: ¿Sabes cuál es el misterio de Mi Misericordia?
No es solo la purificación y la expiación de las faltas, de los errores o de los pecados, es concederle al mundo y a la humanidad, a todas las almas y corazones, la oportunidad de reintegrarse al Proyecto del Padre a través del potente canal de la Misericordia de Dios, que los colocará en el lugar que perdieron al cometer sus errores.
De esa forma, estarán delante de la Presencia Divina y se abrirán sus caminos para que cumplan la Voluntad de Dios. Una Voluntad Suprema que está siendo olvidada y sustituida por la voluntad propia de los hombres y mujeres de la Tierra, aun en aquellos que viven la espiritualidad.
En Mi Misericordia está la puerta para su resignación. En Mi Misericordia está la puerta para su humillación. En Mi Misericordia está la puerta para su humildad y consagración total de la consciencia a Dios.
Yo vengo a despertar en ustedes ese principio cósmico, porque Mi Corazón de carne y Mi Corazón espiritual necesitan tener consciencias depositarias de Mi Misericordia que sean capaces de olvidarse de sí mismas, para entregarse a cumplir y a servir en todas las necesidades, desde las más pequeñas hasta las más grandes.
Si eso no sucediera con muchas más almas que sean canales de Mi Misericordia, a través de los actos de la Misericordia Divina que pueden vivir en su día a día; hoy, con pesar en Mi Corazón, vengo a decirles una vez más la verdad que deben escuchar y la verdad que deben recibir en su interior para aprender a vivir Mi Palabra: si no existen más almas que sean partícipes de Mi Misericordia y si la Misericordia Divina no dejara de ser una teoría en la mente y una frialdad en el servicio, puedo decirles que el mundo se sumergirá en una profunda guerra, peor que la que existe en Ucrania.
Por eso, Mi Divina Misericordia ha traído a cada uno de ustedes, en los planos internos y espirituales, hacia el vórtice mayor de Mi canal de Misericordia, instituido preciosamente aquí en Polonia por Mi propia Consciencia Divina, para que las almas recuerden la importancia de vivir en la Misericordia y no en breves momentos de Misericordia.
Ya tienen la capacidad de darse cuenta, por sí mismos, cuándo no son misericordiosos, cuándo no son piadosos, cuándo sus obras están vacías de amor y de luz.
Recapaciten y, delante de este misterio de la Misericordia que hoy les traigo, renueven sus votos Conmigo, porque pocos son los rebaños que hoy tengo disponibles para que sean verdaderos partícipes de Mi Insondable Misericordia.
La Misericordia no es una teología, tampoco es un concepto mental; la Misericordia de Mi Corazón, abierta en lo alto de la Cruz del Calvario, es una acción concreta y sostenible.
Hoy, los invito, en el fin de estos tiempos, a que la Divina Misericordia sea permanente y constante en ustedes, para que sus actos de amor y de misericordia no oscilen ni se enfríen tanto, como alejando la mirada de la luz del sol.
Entren en el calor de Mi Corazón Misericordioso y sus vidas estarán en el lugar donde deben estar y cumplirán la tarea que vinieron a cumplir, sin demorar tanto los pasos que deben dar hacia Mí.
Hoy, lo que pasa en Europa del Este no es solo una tragedia, una falta de consciencia, una gran ausencia de Misericordia; sino también lo que pasa en Europa del Este es un mal universal que, a través de Mi Gobierno Espiritual, Yo vengo a ponerle fin, especialmente por las almas inocentes no solo de Ucrania, sino también de otros lugares del mundo que son afectados e interferidos por las guerras y los conflictos.
No podemos permitir, compañeros, que se fortalezcan en el mundo los pilares del mal; debemos trabajar arduamente, con toda la fuerza del corazón y de la vida, teniendo presente que ya no tenemos tiempo y que son necesarios más canales de Misericordia, expresados a través de las almas en la superficie de la Tierra.
Yo vengo con este Mensaje porque hay corazones que se alejan de Mi Misericordia y se dejan abrazar por sus problemas o hasta por sus propias pruebas; porque se alejan de Mi Misericordia y creen más en la culpa y en la justicia en vez de creer en la expiación que les trae Mi Divina Misericordia.
Ya existen suficientes víctimas en el mundo que verdaderamente necesitan de manos misericordiosas, de miradas misericordiosas, de corazones misericordiosos, de servidores misericordiosos. El mundo ya no necesita, el universo no necesita más víctimas en esta humanidad, sobre todo aquellas que creen ser víctimas de algo y no lo son, que dan disculpas por todo lo que hacen y que no cambian absolutamente en nada.
Allí, Mi canal de Misericordia no se puede expresar, porque las Gracias que tengo que derramar son tantas y las Gracias que les he entregado fueron tantas, que ahora puedo ver con Mis propios Ojos y escuchar con Mi propio Corazón cómo se habitúan a Mis Palabras, y eso no puede suceder porque Mi tarea no es mecánica y tampoco es una tarea estática.
El dinamismo de Mi Misericordia es muy amplio y Mi Corriente Universal y Divina solo los puede impulsar a la ascensión. Cuando estén estancados, den el paso para salir del propio pozo y entrar en la Corriente Crística de Mi Corazón; porque los tiempos son urgentes, las necesidades son urgentes y el planeta corre el riesgo de perderse en la ignorancia, en la ilusión, en la guerra y en el conflicto.
Hoy, puedo decir todo esto porque tengo a todos dentro de Mi canal de Misericordia. Si estuviéramos fuera de ese canal no sería posible decirlo, porque a través del canal de Mi Misericordia Yo los llevo a la madurez de la consciencia y de la vida, a ser capaces de vaciarse todos los días un poco más; para que el compromiso que tienen Conmigo sea real y no ilusorio, sea un compromiso capaz de asumir con responsabilidad lo que a cada uno le pertenece; para no demorar a la Jerarquía hacia donde la Jerarquía quiere llegar en estos tiempos, hacia los espacios en donde necesita ingresar y penetrar con su consciencia, necesita de consciencias maduras y no mediocres, de corazones calientes y encendidos por el fuego de Mi Amor, de Mi Gobierno Espiritual, y no de corazones tibios o fríos que no consiguen dar ni un solo paso.
Hoy, les puedo hablar así porque ya es hora de crecer interiormente. Hay mucho por hacer y hay pocos que lo puedan hacer. Si ustedes crecen y maduran para que Yo Me sirva de sus instrumentos, más consciencias llegarán y se aproximarán, y serán testigos de cuánta ayuda podrán recibir para cumplir con Mi Voluntad.
Vengo a cerrar muchas puertas inciertas y a reerguir a las almas hacia el universo de Mi Misericordia.
Por eso, desde ahora les agradezco la valentía de vivir Mis Palabras y la decisión de asumir este momento a través de la oración misericordiosa; sabiendo que estamos corriendo detrás del tiempo, de un tiempo en la humanidad que se precipita, día a día, por el avance de la ignorancia en el mundo que deja a la mayoría de Mis hijos en la ilusión.
Que puedan volver a despertar a través de este impulso para que puedan seguir Mis Pasos.
Agradezco que todos internamente hayan llegado hasta aquí para ser parte de este Comando de su Maestro y Señor, por Polonia y por el mundo entero.
Les agradezco por caminar en la fe.
¡Adelante, guerreros de la Misericordia!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy Mi Presencia desciende de estas altas montañas trayendo para ustedes la renovación, el principio de la reparación y de la cura.
Desciendo desde el Universo con toda la Majestad de Mi Padre y hago iluminar con Mi Presencia los espacios más oscuros.
Y así vuelve a triunfar el Proyecto de Dios y nadie, nadie quedará para atrás, porque vendré en la noche de luna a buscar a Mis ovejas más perdidas.
Vendré en la noche de mayor desconsuelo, de mayor desasosiego, en la noche de la perdición.
Vendré en la noche, aun cuando el mundo no mire a Dios. Vendré a llamar a todos y con Mis Pies tocaré este suelo creado por el Altísimo a Su imagen y semejanza.
Reuniré a los que se han autoconvocado y a los que no se convocaron también. No perderé de vista a nadie.
Llamaré por su nombre a los hijos de Dios y reuniré nuevamente a los Adanes y las Evas para recibir en su esencia, el código crístico de Mi expiación.
Haré repoblar la Tierra y cumpliré las promesas una a una. Se escuchará en lo alto de las montañas la Palabra de Dios y los antiguos pueblos del desierto volverán a caminar hacia lo alto del monte y verán venir al Hijo de Dios en Misericordia y resplandor, más brillante que el Sol, más luminoso que todas las estrellas.
Será el Dios vivo que retorna al mundo, para verter en las almas Su Infinita Gracia y por orden del Todopoderoso, por intercesión del Divino y Sagrado Hijo los abismos se cerrarán y ya no se escuchará, nunca más, el llanto de esta Tierra. Las almas llorarán de alegría y no de sufrimiento, porque traeré por medio de Mi Sagrado Corazón, la potentísima Compasión, que hará transformar las cosas más imposibles.
Verán al Hijo de Dios con el Cetro del Padre indicando que en Oriente como en Occidente, en los cuatro puntos de la Tierra se congreguen los Santos Arcángeles del Creador.
Los Libros Sagrados serán abiertos y todos conocerán los nuevos mandamientos
¡Ay de aquellos que no los hayan cumplido! ¡Ay de aquellos que no se hayan arrepentido de corazón, ni siquiera hayan rezado para implorar por Mi Santo Nombre! Porque Yo Soy Jesús, el Cristo, El que está sentado a la derecha de Dios, Quien gobierna estos universos y otros, para hacer de esta Creación los nuevos seres de amor y de misericordia que repoblarán este planeta.
Y finalmente por el sacrificio de Mi Pasión y de Mi Cruz, la Tierra será feliz. No existirá dolor, enfermedad, culpa o pecado, porque aquel que ha caído a los pies del Creador será vencido y la poderosa Espada de Emmanuel será colocada sobre este planeta.
Y cuando todo esté en una gran confusión, queridos hijos de Mi Padre, será la señal que la estrella más poderosa de este Universo se aproximará a la Tierra y todos sentirán en su interior la hora definitiva.
Serán llamados los hijos del bien y también aquellos que no han hecho el bien. Nada quedará oculto. ¡Créanlo! Mi promesa se cumplirá. Ya no existirán injusticias, robos, ultrajes, sacrificios humanos. Ya no correrá la sangre, porque Mi Sangre corrió sobre este suelo para salvarlos a cada uno de ustedes.
¡Ay de aquellos que le dan la espalda a Dios y que generan las guerras, los conflictos y la enfermedad que no existe!
Deberán postrarse ante el Creador y en esa hora sus corazones deberán ser misericordiosos más de lo que hoy son, para perdonarlos en Mi Nombre y para que así, triunfe Mi Corazón.
De sus pechos nacerán los nuevos mandalas de luz y la verdadera esencia de las criaturas será manifestada. Ya no existirá ignorancia en la Tierra, desconocimiento o indiferencia, porque aquellos que no han amado a Dios ni a sus hermanos, en verdad les digo compañeros, que ya no estarán aquí, pero el Padre es misericordioso y justo, y tiene un lugar preparado para cada alma.
En esa hora, en lo alto del Monte y ante la presencia del Primogénito, deberán dejar sus espadas y todas sus armas, porque Mi Corazón que es misericordioso y bondadoso, justo y compasivo, detendrá todas las armas nucleares y destructivas de este planeta.
Y a pesar de que el mundo se ahogue en este tiempo en su propia ilusión, les prometo que los Nuevos Cristos nacerán y no serán pocos, porque Yo los llamaré por su nombre como Dios llamó a Moisés, a Abraham y a los antiguos Patriarcas.
El Libro Sagrado, la Biblia, al fin será reescrito. Ustedes en este presente contarán la historia, la nueva historia de Amor para la Nueva Humanidad.
Y así, los santos arcángeles y sus legiones de todo el Universo, estarán con sus libros sagrados abiertos y en sus hojas en blanco escribirán las nuevas señales que traerá el Redentor para esta humanidad.
Aún habrá cautiverio. Aún la humanidad ha decidido aprender por el sufrimiento, pero Yo los invito, amados Míos, a buscar siempre la vida a través de la Ley.
Que sus corazones sean transparentes para estar junto a Mí. Que puedan surgir sus verdaderos rostros de amor y que ya no existan más las máscaras que esconden al verdadero ser, en su profundo dolor y agonía.
He venido aquí a Argentina, porque la he escogido, como a otras naciones de este Cono Sur, para Mi Retorno. Y ya no serán sólo palabras, sino verán al Hijo de Dios venir como un gran Sol en lo más alto de las montañas.
Todos, absolutamente todos, sentirán Su Presencia y ya no habrá separaciones, nunca más, entre el Cielo y la Tierra, porque los bienaventurados llegarán reflejando a través de sus corazones la experiencia y Mi Proyecto Redentor.
Y las naciones ya no estarán separadas, porque todos hablarán la lengua del Amor. Así todos se comprenderán, como los Míos en el pasado Me han comprendido.
No dejaré que las estrellas que Yo he escogido para que puedan brillar, se apaguen. Tengan confianza en lo que les digo. Sientan amor en todo lo que les pronuncio, porque a pesar de sus desiertos, de sus sufrimientos, Yo los conozco uno a uno, y llegará el gran día en donde se liberarán. Las amarras se romperán, porque Yo cortaré con Mi Espada lo que causa el dolor en este mundo.
Que sus corazones se alegren, compañeros, en los cuatro puntos de la Tierra, porque se acerca Mi hora. Ahora no la hora de Mi Muerte, sino la hora de Mi Retorno. Pero primero estaré presente, pues es lo que más deseo: estar presente en sus corazones, para que toda la humanidad, todas las razas, todos los pueblos, reconozcan al humilde Salvador.
Que no se pierdan sus esperanzas, que no se acaben sus alegrías, porque todo lo que Mi Padre les entrega en este momento es parte de su purificación. No desistan, no naufraguen, no sientan que se hundirán, porque Yo estoy aquí para estar con el mundo, que se pierde y es infiel.
Yo estoy aquí por todos, por los justos, por los injustos, por los que creen que estoy aquí y por los que no creen.
Les pido a los que no Me escuchan que no se olviden de Dios, porque Él está lleno de Misericordia y espera entregarla a sus corazones.
Les pido que recuerden Mi Presencia en la Santa Eucaristía, para que los Sagrarios que habitan en cada alma no se derrumben.
Soporten el Fuego Cósmico de la Redención. La Tierra y su humanidad están atravesando su tiempo más crucial y definitivo.
Gracias a ustedes y a sus pequeños sacrificios, hoy Yo puedo estar aquí en Argentina, porque este pueblo Me pertenece. Este antiguo pueblo que una vez Me encontró, Me pertenece.
Yo espero de esta nación la igualdad, la justicia y sobre todo, la solidaridad, porque aquí hay muchas almas que sufren y que están en tierras lejanas, esperando el bálsamo de Mi Amor para que se alimenten en espíritu y en vida.
No dejen de servirme. Y a pesar de sus errores y de sus caídas constantes, no dejen de buscarme. Yo vengo aquí por su universo interior, por la riqueza más grandiosa que el Padre ha dejado en cada corazón humano.
No dejen que Mi enemigo los confunda y tampoco los engañe, porque si ustedes están en Mí en cada momento, en cada segundo, como en cada respiración, Yo estaré en ustedes, porque Mi Padre está en Mí y así ustedes estarán en Mi Padre. Él lo espera hasta el fin de los días, hasta el fin de los tiempos.
He dejado muchas Gracias en este lugar, sobre todo en lo alto de estas montañas, para que el mundo entero reconozca que aquí, en las montañas de Argentina, como en las montañas de Chile, podrá encontrar en el silencio, en la oración, en la contemplación, esta maravillosa experiencia de Amor que Dios les ha entregado, por medio de Su Creación.
Que se levanten los corazones que se sienten caídos, que se cierren las puertas al mal, que todos los autoconvocados sustenten por Cristo hasta el final el estandarte de la Paz, porque llegará la hora y el momento de que el mundo reconocerá y se sorprenderá al ver al humilde Hijo de Dios llegar al planeta.
Que se cumpla el advenimiento de los Nuevos Cristos. Que despierten las almas que se separaron de Dios, porque el Señor Dios, el Todopoderoso, ha enviado al Verbo Divino para que sea escuchado en este momento en todo el planeta.
Así siéntanse confortados y siéntanse consolados en la eterna plenitud de Mi Corazón, porque los esperaré en algún plano en lo alto de estas montañas, para que toda la humanidad comparta la nueva comunión redentora con su Maestro y Señor, el Cristo.
Elevo a Mi Dios, al Todopoderoso, Emmanuel, Padre y Madre de esta Creación:
Escucha de nuevo la Voz de Tu Amadísimo Hijo, que se entregó por Amor a la Pasión y a la Muerte, para hacer florecer en las almas Tus códigos de Vida.
Emmanuel, desciende Tu Fuente sobre esta parte del mundo. No mires los errores de Tus hijos, sino la presencia de Tus Dones en todas las almas, para que se cumpla, Padre, Tu Plan en esta humanidad. Amén.
Vengo a bendecirlos con el Amor que los transfigura, que los eleva, que los concientiza. Por medio de la Comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre vengo a darles la absolución, para que mediten y reflexiones en los nuevos pasos que deberán dar sus vidas para con Mi Proyecto.
Que los que han sido injustos con sus hermanos, que se arrepientan.
Que los que han ofendido con su pensamiento, que hagan penitencia.
Que los que no se animan a vivir el Amor a través del dolor, que lo vivan, porque Yo les he enseñado a amarse los unos a los otros, para que triunfe en este mundo Mi Sagrado Corazón.
Te pido Padre en esta noche, que bendigas este pueblo, que está a las puertas de una equivocada decisión, pero sé que es justo en Ti, Padre, que todos aprendan algún día a vivir el bien y la igualdad.
Pero llegará la hora que no será necesario más nada entre las almas y los pueblos, porque vendré trayendo, por medio del Cetro de Dios, el Gobierno Celestial y finalmente las Leyes en este planeta serán justas y estarán unidas al Creador.
Que se eleven sus corazones ante Mi Iglesia Celestial. Que los Ángeles que hoy congregan esta ceremonia a los pies de estas sagradas montañas, reciban de sus corazones el más simple y puro ofertorio, para que muchas más vidas sobre la Tierra sean rescatadas, así como las vuestras fueron rescatadas.
Padre Santo, Altísimo Señor de todo lo creado, de todo lo visible y de todo lo invisible, vuelvo a repetir ante Tu Sagrada Presencia en los corazones simples, la gran fórmula de la transustanciación, para que estos elementos se conviertan en redención y en nueva vida en las almas.
Les dije hace un tiempo a Mis apóstoles y a todos ustedes reunidos como almas en el Sagrado Cenáculo y su Redentor, que tomé el pan, di gracias al Padre para que Él lo bendijera y les dije: Tomen y coman todos de Él, porque éste es Mi Cuerpo, es Mi Esencia, es Mi Espíritu, que será entregado por ustedes y por todos los hombres.
Después de comulgar con Mi Cuerpo, que iba a ser entregado, tomé el Cáliz, el Sagrado Cáliz de Redención, lo elevé y di gracias a Dios para que el Padre lo bendijera y les dije mirando a sus ojos: Tomen y beban todos de Él, porque ésta es Mi Sangre, Sangre Preciosa de la Nueva Alianza entre las almas y Dios, que será derramada por los hombres en la Pasión, en la Cruz y en la Muerte de su Maestro, para el perdón de los pecados.
Hagan esto en Mi memoria, para que Yo siempre esté presente en ustedes hasta Mi retorno.
Elevo al Cielo, Padre, este Sagrado Sacrificio para que las almas se fundan en Ti y Tú Padre, que todo lo puedes, que todo lo realizas, que todo lo manifiestas, estés en Tus hijos por la eternidad.
Ahora tráiganme aquí los nuevos corazones para Mis nuevas hijas Auxiliadoras de la Misericordia. Deseo en esta noche dar una Gracia especial a esas almas, que por diferentes caminos, han confiado en su Redentor y en el poder de su amor invencible, que a pesar de todo, ha vivido en ellas en estos tiempos y delante de estos últimos acontecimientos.
Ofrezcan su sufrimiento a Dios, aunque sean desconocidos por ustedes, hijas Mías, para que su Maestro pueda sentirse agradado al ver el ofrecimiento de sus corazones, al ver el esfuerzo de sus almas por estar cerca, bien cerca de su Señor.
Vengo a bendecirlas, hijas Mías, con la Fuente de Mi Espíritu, con la bondad de Mi Alma y con todo el Amor de Mi Corazón, para que sepan que a pesar de lo que suceda, nunca, nunca estarán solas, porque Mi Presencia es Infinita, Mi Espíritu es Omnipresente y Mi Divinidad es omnipotente.
Les vengo a ofrecer la misma Gracia que ofrecí a las antiguas mujeres de Jerusalén, que lloraron la Pasión de su Señor, que estuvieron a los pies de la Cruz contemplando en lo desconocido el gran sacrificio de su Hijo. Que estuvieron junto a María, Mi Madre, viviendo el silencio, la injusticia y el dolor, por un mayor Amor que llegó a este mundo después de Mi muerte.
Vengo así a darles lo que soy, para que ustedes Me den lo que son en este tiempo. Amén.
Bendigo estos dorados corazones, para que representen en este plano material la Presencia de Mi Espíritu en las almas que caminan por la senda de la consagración.
Que vengan aquí ahora Mis hijas.
Acompañaré esta pequeña ceremonia de su consagración como Auxiliadoras de la Divina Misericordia de Mi Corazón para estos tiempos, en donde es necesario el perdón y la redención en todo el planeta.
Que el Señor las bendiga en esta nueva tarea.
A través de este aceite hijas Mías, Yo les devuelvo lo que una vez Me entregaron en el Sepulcro: el amor de sus corazones.
Y ahora recibirán la alianza con Mi Corazón.
Ahora recibirán la Comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre.
Y ahora Me iré al Cielo, lugar de donde provengo y al centro de este Universo.
Me voy en regocijo al ver a sus almas en comunión Conmigo, en medio de la Palabra Divina y de esta ceremonia de Amor, que intenta fortalecer sus almas y sus vidas para los tiempos que llegarán.
Quiero escuchar una canción que ha tocado Mi Corazón muchas veces. La canción de Mi hijo Natanael, que trae como mensaje la redención de las almas y la unión de ellas con Mi Corazón.
Quisiera que esta canción, con su fuerza e ímpetu, llegara a todo el mundo en este momento, como una irradiación de amor, de cura y de liberación para aliviar el sufrimiento, para que reine la Compasión. Amén.
Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Gracias Argentina por haberme recibido.
Recuerden que nunca Me olvido de ustedes. ¡Nunca!
Entra en Mi Corazón y encontrarás tu casa, tu origen y tu principio, tu camino y tu verdad.
Entra en Mi Corazón y encontrarás lo nuevo, lo que más buscas, lo que más necesita tu alma y tu espíritu, para que en este ciclo agudo vivas el Plan de Dios.
Entra en Mi Corazón y vacíate de todo, hasta el punto de saber quién eres y todo lo que deberás perder para que Yo pueda obrar en ti.
Entra en Mi Corazón y cálmate. Ya he visto tus lágrimas y tus llantos, pues vengo con Mi Misericordia para curar lo impenetrable.
Entra en Mi Corazón y silénciate. Busca dentro de Mí el gran refugio de Dios, la morada que muchos no buscan, por sus preferencias, por sus deseos, por la vida externa.
Entra en Mi Corazón y sáciame. Tengo sed de tu amor y de tu verdad, para que finalmente te fundas en Mí.
Entra en Mi Corazón y no te preocupes. Allí se guarda un tesoro pensado por el Padre para ti; el principio de tu esencia, en el momento en que fuiste creado en el Vientre de tu Madre.
Vengo con Mi Misericordia para borrar el pasado, no solo en sus consciencias, sino también en España y más allá de ella.
Entra en Mi Corazón y comulga Conmigo. Ya conozco tus defectos, tus pruebas, tus miserias y tus dificultades. Sonrío a cada una de ellas, porque tú piensas que no las puedes superar.
Entra en Mi Corazón y ríndete, porque así Yo te enseñaré a encontrar el sentido a la vida, al camino espiritual, a la meta de tu alma y de tu espíritu.
Entra en Mi Corazón y te refugiarás en Dios, porque allí, en Mi Corazón, nada más importa que solo tú te unas a Dios, el Creador, porque lo estarás haciendo por aquellos que no lo hacen, por los que no lo viven y también por los que no lo buscan.
Entra en Mi Corazón y encontrarás la salida, la liberación de tu infierno, la rendición de tus amarras, la elevación de tu espíritu y la redención de todo tu ser.
Solo entra en Mi Corazón y déjame actuar por un momento, porque así no conocerás tu vida, de aquí en adelante.
Cuantas veces tú entres en Mi Corazón, Yo podré estar en ti, gobernaré tu consciencia, tus sentimientos, tus pensamientos y todos tus sentidos. Y percibirás en cada momento todo lo que no está bien para Mí, y unido a Mí, transformarás cada aspecto de tu ser, al punto de no poder reconocerte en poco tiempo.
Si tan solo entras en Mi Corazón, conocerás tus virtudes; también conocerás tus miserias, para que las puedas trascender una a una.
Si consigo que muchos más entren en Mi Corazón, todo el planeta no estará perdido. Encontraré instrumentos y servidores totalmente entregados a Mí, para que Yo pueda actuar a través de sus vidas y hacer de cada etapa un nuevo camino y una nueva oportunidad, que aún no has vivido en esta vida.
Entra en Mi Corazón, porque allí se encuentra la Puerta hacia Dios.
En el corazón existe el amor vivo, en la mente solo existen ideas huecas. Si entras en Mi Corazón, Yo podré darte sabiduría y plenitud.
Mi Corazón fue traspasado por la lanza de la humanidad, por el pecado, por la impunidad, por el falso poder, y Mi Corazón derramó agua y sangre, virtudes de misericordia y de divinidad para todas las almas.
Cuando las almas no entran en Mi Corazón, Yo no puedo hacer nada, tan solo contemplarlas, orar por ellas para que encuentren el camino hacia el templo de Mi Corazón.
Hoy los rebaños están dispersos. Pocos quieren saber quiénes son en verdad y qué han venido a cumplir en nombre de Mi Padre.
Si entran en Mi Corazón, todo este conocimiento será revelado y serán libres de la ignorancia, de la ilusión y de todo lo que no es real. Percibirán la vida diferente, encontrarán sentido a sus caminos y podrán vivir el Don del Temor a Dios, porque podrán sentir cuando se estarán alejando de Él y cuando deberán retornar pronto a Su Corazón Divino.
Si ustedes entran en Mi Corazón y se vacían completamente, Yo podré llegar a más corazones que están perturbados, que están enfermos y que se sienten perdidos con una gran falta de amor y con ausencia de misericordia.
Hoy vengo a entregar, como ha dicho Mi Santa Madre, las últimas llaves de la salvación de la humanidad, porque aún los portales a Mi Divina Misericordia están abiertos. Y será en esa Fuente que sus pecados serán disueltos, que sus faltas serán perdonadas y que todo error que hayan cometido, en contra del amor y de la unidad, pueda ser liberado. Y alcanzarán la expiación que necesitan para poder dar nuevos pasos en esta obra, que estoy decretando para el fin de los tiempos.
Podrán entrar más fácilmente en Mi Corazón si son humildes, si sus almas se resignan a la Voluntad que Yo les traigo y que hasta ahora nunca han vivido.
Con todo este mensaje, hoy quiero decirles que nuevamente hoy ha terminado un ciclo. Hoy deben cerrarse las puertas a la dificultad planetaria, a todo lo que es deuda a nivel espiritual, dentro y fuera de los seres.
Es así que hoy instauro un nuevo ciclo más exigente, más arriesgado, por la victoria de Mi Sagrado Corazón en los caídos de la humanidad, en las estrellas perdidas, en los soles que se han apagado, en los espíritus que no han llegado al Corazón del Creador.
Las almas que hoy están aquí, ante Mi Presencia Celestial, son todas preciosas para Mí.
Deseo que busquen sus virtudes, porque en verdad las necesitarán para los tiempos que llegarán. Serán muy necesarias y urgentes para sus hermanos de camino y para todos los seres que los rodean en esta vida que hoy viven.
La virtud de la fortaleza, la virtud de la fe, la virtud de la unidad, la virtud de la sabiduría, la virtud del discernimiento, la virtud de la ciencia y principalmente la virtud del amor, que une a todas las restantes a través de Mi Corazón Misericordioso.
Ejercítenlas con esfuerzo y determinación, porque si entran en Mi Corazón, las podrán conocer una a una y estarán cerca de sus vidas en los momentos en donde deberán tomar grandes decisiones, que podrían cambiar el rumbo de sus vidas para siempre.
Con estas virtudes, almas de Mi Corazón, los invito a no tomar decisiones precipitadas, a que pregunten a su mundo interior qué es lo que verdaderamente deben hacer para poder seguir el camino que Mi Mano está indicando en esta recta final, en esta última parte de la transición, en los últimos cinco años.
En la hora más crucial del mundo deberán recordar estas palabras y cuántas veces Yo los invité a ingresar dentro de Mi Corazón de Luz. Porque si no lo hacen ahora, en el próximo tiempo se arrepentirán, por ustedes, por sus familias y sus conocidos. Lleven a todos hacia Mi Corazón.
No quiero tener más espinas en Mi Espíritu. Los horrores del mundo me angustian, la sangre que cae sobre el planeta también. El sacrificio a los Reinos y a la Creación, todo eso acongoja Mi Corazón.
Si ustedes ingresan en Mi Corazón, a pesar de lo que suceda, Yo me sentiré pleno de estar más cerca de ustedes y de sus hermanos. Porque si están en Mi Corazón, se darán cuenta cuán lejos están de Mí, muchas veces.
No vengo aquí a reclamarles nada, vengo a restablecer la alianza de sus almas con Mi Alma, la unión de sus corazones con Mi Corazón.
No pierdan el sentido de lo que les estoy diciendo.
Entren en Mi Corazón y estarán en el camino correcto. No perderán la escuela que vengo a presentarles, para que en esta época ustedes la puedan vivir.
Si muchos más entran en Mi Corazón, el mundo no deberá sufrir tanto.
La humanidad hoy provoca la ira de Dios; desde las cosas más insignificantes hasta las situaciones más graves, como es la guerra, los refugiados, la sangre que corre en el mundo y el sacrificio de los animales.
Mientras el mundo no cambie esas actitudes, haga penitencia y se arrepienta de corazón, faltará mucho la paz, y Yo estaré solo en los consecuentes, hasta que se cumpla lo que Yo deseo.
Los tiempos han cambiado mucho y las almas no quieren verlo. Muchos piensan que todo sigue igual: en la sociedad, las naciones y hasta en las religiones.
Cuando Yo retorne, así que Mi Padre Me lo pida, deberé romper muchas estructuras, desde la vida humana hasta en las religiones.
Dios se encuentra en lo que es simple y no poderoso.
Podrán haberme hecho muchas iglesias, pero Yo estoy en una sola y es en el corazón de Mis compañeros.
Cuiden de esa Iglesia verdadera. Que sus sentimientos sean cada vez más fraternos, que sus actitudes sean cada vez más pacíficas, porque así Yo podré contar con ustedes en cualquier momento o en cualquier lugar, no importa lo que sea o todo lo que cueste.
La Obra de Dios, a través de los Sagrados Corazones, es la más difícil de materializar en esta superficie. Por eso venimos al encuentro, en este último tiempo, de aquello que está en llamas, que arde en el fuego de la fricción y lo que es impuro y es injusto.
De esa forma, vengo a entregar el último tesoro que me resta, el más preciado por Mi Padre: es Mi Corazón que ha padecido por ustedes, que sufrió por ustedes, que fue traspasado por ustedes y que resucitó para demostrar al mundo la vida eterna.
El arrepentimiento nace de una verdadera honestidad, de una transparencia que no tiene límites en esta vida material.
Vengo a entregar estas palabras para aquellos que amorosamente, las quieran recibir, meditarlas y reflexionar sobre cada decreto que hoy les he entregado.
Ahora, con sus corazones más mansos y sus consciencias más abiertas, celebremos en este día la Comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre; un acto de reparación, de penitencia y de entrega a Mi Corazón Misericordioso.
En estos simples elementos se encuentra la renovación de la vida, lo que nutre al espíritu y hace mostrar en ustedes la esencia de Mi Divinidad.
Hoy vengo a renovar la Iglesia en toda la Tierra y a todos los que se unen a ella bajo Mi Universo Celestial.
Que ahora desciendan los ángeles y purifiquen los elementos, que se convertirán en Mi Cuerpo y en Mi Sangre, para todos los seres de buena voluntad.
Encuentren en este Sacramento lo que es simple, humilde y puro a los ojos del Creador.
Como en Jerusalén y Emaús, antes y después de haber resucitado, me reuní con los apóstoles y después con los pastores, para que sintieran y vieran Mi verdadero Ser, que era el Dios vivo en cada partícula de Mi Consciencia y en todo el ser terrenal y humano que viviría la Pasión por ustedes, con el fin de redimir a la humanidad y liberar el mal del planeta.
Después de dos mil años, Mi enemigo se ha afianzado en el mundo, pero su cetro será quebrado por el golpe de la espada de San Miguel.
Todo lo que él retiene en su mano, a través de los siglos y de los tiempos será derrotado por la fuerza del amor de la Fuente, cuando Yo retorne al mundo y cuando vuelva a buscar a todos los que Me pertenecen, a través de los siglos y de los tiempos.
Verán entonces a aquellos que resucitarán de la nada. Todos se asombrarán por lo que verán a su alrededor. En esa hora nada estará oculto, todo será evidente para todos y ya no existirá lo blanco y lo oscuro, sino que cuando Yo retorne existirá lo eterno, Dios.
En aquel tiempo, tomé el pan y le di gracias al Padre por este sacrificio. Él lo bendijo y decreté a Mis apóstoles: "Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados".
Del mismo modo tomé el cáliz entre Mis Manos, di gracias a Dios por ese sacrificio, Él lo bendijo con la luz de sus ángeles y lo entregué a Mis apóstoles decretando: "Tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre de la Alianza nueva y eterna, Sangre que será derramada por todos los hombres para el perdón de los pecados. Nunca olviden hacer esto en Mi Memoria".
Este es el Sacramento de la Renovación. Dichosos son los llamados a vivirlo. Bienaventurados son los que lo reciben para vivir su redención y conversión, hasta que se cumpla Mi Retorno al mundo. Amén
Lleven entonces Mis Palabras al corazón y que el Padre, a través de Su Hijo y del Espíritu Santo siempre los bendiga, para que encuentren en sus caminos Mi Camino de Luz, que hoy les indico, invitándolos a retornar a Mi Corazón, y así podremos ser uno para siempre.
España vivifique Mi Misterio. Los corazones heridos a Mi Iglesia se abran y que sientan en su interior la verdad que les traigo, porque lo que está vivo es lo que hay dentro de los seres y se llama amor del corazón. Que ese amor brote en los que no lo tienen y que muchos más se animen a encontrarlo, sanando a las heridas de la incomprensión.
La fe, la unidad y la hermandad los ilumine. En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por hoy estar Conmigo y a todos lo que lo han estado a través de este medio de comunicación.
Hoy emito una irradiación para todos Mis amigos.
Crean que es posible que el Reino de Dios se aproxime hacia una humanidad enferma que tanto necesita de amor, de perdón y de reconciliación.
Que hoy canten sus corazones sinceros y que se unan a esta Obra que debe abrazar a toda la humanidad, a todas las lenguas, a todos los pueblos y a todas las creencias que buscan vivir el amor y la solidaridad. Que así sea. Amén.
Canción: "Corazón Sincero"
Sagrado Corazón de Jesús
Fuente de todos los prodigios
Derrama Tu Misericordia
Sobre los conflictos del mundo
Amén.
(tres veces)
Como el Soplo del Espíritu de Dios, vengo a este lugar para bendecirlo y bendecirlos a todos, en el nombre de la Verdad y del Amor de Dios que se derrama en este momento sobre ustedes y sobre sus hermanos.
Esperé mucho tiempo para poder encontrarnos aquí, nuevamente, en la Alianza con Mi Divino Espíritu; esperé volverlos a encontrar en la Paz que traigo del Universo para cada uno de sus corazones en esta perfecta Comunión Conmigo, con Mi Cuerpo y con Mi Sangre.
Vengo a Europa para erguirla ante los tronos de Dios, por la aceptación profunda que emiten sus corazones de que el Plan se cumpla en esta parte de la humanidad; para esto, las puertas del Universo se abren para poder recibirlos en el Corazón de Dios, Padre Celestial.
Las legiones de los ángeles han llegado aquí, con mucha levedad para poder encontrarlos en la oración que proclama Mi Divina Misericordia.
Abran sus corazones, sientan sus almas, y queden en Mí. Esto es ahora lo que necesitan para poder proseguir, sobre todo Mis apóstoles, a los que Yo he llamado con tanto amor.
Sigan Mis Pasos, sigan Mis Caminos y nunca perderán la paz, porque si sus corazones confían en Mí, estarán confiando en Dios, porque Dios ES a través de Mi Corazón, y Yo Soy a través de ustedes, en la esencia profunda del espíritu y de la hermandad.
Hoy no vengo a ver las conductas malas del mundo, los horrores, las malas acciones y la indignación. Hoy vengo a ver de sus corazones la llama del Espíritu de Dios que encarnó en ustedes, desde sus nacimientos en esta humanidad y a través de los tiempos, una llama que nunca puede apagar Mi adversario porque si el corazón ora y persiste, triunfará.
Hoy están nuevamente ante Mi Misión Celestial, que es la Iglesia a la que muchos esperan ingresar pero que no la conocen.
Hoy están ante Mi Patriarcado, Mi Legado y todo Mi Universo; que es el Universo de Mi Padre, que se congrega en lo invisible de Su Espíritu.
Hoy vengo a traer para ustedes esa presencia que siempre deben aspirar encontrar en estos tiempos de caos y de persecución en el mundo.
Alimenten la llama de sus espíritus y por más que vean la oscuridad a su alrededor, les digo, en verdad, que no perderán la paz.
Pero hoy los invito a ser verdaderos Conmigo, en cada paso de la vida, en cada ejemplo, y en cada pequeña acción. No necesito sus corazones perfectos, sino honestos y simples, abiertos a recibir Mi Instrucción, a través de Mi Santa Palabra, o a través de cada hermano que se encuentre en sus caminos, porque Yo me hago presente de forma inesperada en la vida de ustedes y de todos sus hermanos, compañeros Míos.
La oportunidad que Yo les traigo, es la oportunidad que necesita el planeta y toda la humanidad, como también los Reinos de la Naturaleza que tanto sufren la consecuencia del hombre de superficie.
En cada aspecto de la vida, Mi Corazón y Mi Luz está presente, cuando el alma invoca Mi Presencia universal. Junto a Mis ángeles constituyo entre sus corazones, en esta hora, la presencia de Mi Iglesia Celestial y abro los altares del Cielo para que puedan comulgar, de lo único y verdadero que es el Amor de Dios.
Es el amor de Dios que nunca los decepcionará, que nunca los engañará, como muchos los engañan y se engañan a sí mismos todo el tiempo porque tienen sus corazones endurecidos a Mi Presencia y Energía; pero Mi Misericordia permite traerles el perdón y la expiación que tanto necesitan en esta vida y en este tiempo final.
Si están ante Mi Iglesia Celestial, están ante el Único, el Adonai. Emmanuel, Abba, el Elohim, están ante el Universo, ante toda la Hermandad que se congrega para recibirlos en la Fraternidad del Espíritu y de la Unidad.
Vean en este momento, corazones Míos, cómo emergen desde ustedes las estrellas de la luz, los soles internos, que deben resplandecer en esta hora, para alumbrar a la humanidad que está en las tinieblas; y muchos no creen estar en ellas, pero lo están.
Si piensan estar Conmigo, compañeros, háganlo, y no pierdan tiempo. Busquen la esencia de Mi Corazón que los llevará a la paz y les permitirá realizar el camino que han venido a cumplir en nombre de Mi Padre y de Su Plan.
Los corazones no se animan a amar Mi Corazón profundamente, por temor a lo que Yo les pueda pedir. Pero desde el principio, compañeros, Yo sé lo que cada uno de ustedes Me puede dar y no les pediré aquello que no Me puedan dar, eso sería una gran pérdida de energía para estos tiempos finales.
Necesito que Mi Obra se realice en sus corazones, de la mejor forma posible. Pero en verdad les digo, compañeros, que algunos de ustedes tienen un compromiso marcado Conmigo y que es definitivo y eso no lo pueden omitir, con su propia indiferencia.
Sientan que Mis Palabras forman sus espíritus y moradas internas.
Sientan como sus almas se elevan a Mi Iglesia Celestial, para ingresar al templo y vivificar la unión Conmigo, a través de la Eucaristía.
Adoren Mi Corazón, como los ángeles lo hacen, y confirmen que en esta humanidad es posible alcanzar la Redención y la Paz.
Quisiera que otros soldados Míos estuvieran aquí para escucharme, pero sé que por sus propios medios, espirituales e internos, no lo pueden hacer; pero les pido que no se justifiquen. Mi Sangre y Mi Agua se derramó para justificar sus vidas, sus errores, sus pruebas, omisiones e indiferencias, como todos los ultrajes hasta los tiempos de hoy.
Ahora es momento de no hacerlo más y de abrir los ojos y de mirar hacia el infinito, hacia el Universo, para verme llegar entre las nubes con toda la Gloria del Padre Celestial.
Necesito que estén preparados por los que aún no se han preparado.
Necesito que despierten a Mi Vida Crística por los que aún no despertaron a Mi Vida Crística.
Necesito que sean testigos, incluso en las imperfecciones, porque si sus corazones son verdaderos y sus mentes son puras, siempre estarán en Mi Corazón.
No vengo a pedirles lo imposible porque sé que la humanidad ahora no lo puede dar.
Necesito que sus vidas se transformen, así como Yo transformo el barro con Mis Manos y moldeo un nuevo odre para la Gloria de Dios; odre que recibe los Códigos de Mi Gracia y de Mi Misericordia que provienen del Padre Universal.
Entonces, compañeros, reciban en esta hora Mi Gracia, y Mi Misericordia, por aquellos que no la quieren recibir y que se omiten para no querer conocerme.
Hay tanto amor en Mi Corazón que muchos no creen que Yo pueda transformar sus vidas completamente.
Mi Corazón explota de tanto amor para entregar al mundo y a todas las almas, aún a las que omiten Mi Presencia. Es este el Amor que Yo viví por ustedes, que Yo trabajé por ustedes, que Yo entregué para salvarlos, una vez cuando estuve en la Cruz.
Cada Llaga de Mi Cuerpo, cada señal marcada en Mi Santo Cuerpo Glorificado, fue para testimoniar la Salvación, el Perdón y el Amor por cada uno de ustedes.
No quiero que en Mi Corazón se multipliquen las espinas de la ingratitud de los apóstoles Míos que no han comprendido lo que les he pedido en esta hora.
Sean parte de Mis Rayos, de los Rayos de Mi Corazón Glorificado, Sagrado y Bendito. Sean esos Rayos que se transforman de la noche a la mañana, que viajan como el viento; que viajan como el viento por todos los lugares del mundo, para llevar la Paz y la Misericordia de Dios.
Sean ese sol que nace todos los días en el horizonte y ya no vivan más a oscuras. Confíen plenamente en ustedes, en que pueden dar los pasos, al menos por Mí, por Mi Santa Madre y por Mi Padre Celestial.
Vivan todo el tiempo en Nuestra Santísima Trinidad y serán premiados con los Dones de Mi Espíritu: tendrán fuerzas para caminar, aliento para seguir adelante y esperanza por donde ver en cada parte de la Tierra.
Y a pesar de que el mundo está a oscuras y los corazones están cerrados,Yo vengo a dar, en esta tarde, el Testimonio de Mi Amor en ustedes y por cada uno de sus hermanos en este mundo.
Reciban la Unión con Mi Sagrado Corazón y vivan Mi Camino como la puerta de salida a su liberación y perdón.
Agradezco que hayan preparado este Altar para Mí, así como preparan sus vidas, en este tiempo y en este ciclo, para recibirme en la plenitud de Mi Espíritu, de Mi Gracia.
No teman por lo que no han conseguido.
No quiero que sufran más, porque Mi Corazón ya sufre por los que son indiferentes, por los que caen, por los que hacen el mal, por los que niegan Mi Amor todo el tiempo.
Necesito de sus corazones un templo de alegría, de regocijo, de verdadero amor y de paz, para que sus pecados se limpien, y las manchas en sus almas se puedan borrar por la Fuente y el Océano de Mi Divina Misericordia.
Así, compañeros, amigos, discípulos y siervos alegrarán Mi Corazón por los horrores que vive el mundo de los que caminan todo el tiempo al abismo.
Si sus corazones no aman, ¿cómo amarán al prójimo? Si no Me aman a Mí, ¿cómo amarán a sus semejantes? Porque si Yo estoy en sus semejantes, escondido en el tabernáculo del corazón, ¿por qué son indiferentes y no Me ven?
Yo estoy en el que está desposeído, triste, perdido, ciego y sordo. Yo golpeo la puerta de esos corazones para que puedan despertar a su verdad y a su misión.
Cada cosa tiene su tiempo, porque está marcado por el Universo de Dios.
Ofrezcan en esta tarde, esta Comunión por toda Europa, por los que están perdidos, por los que están ciegos, por los que están solos, por los que están enfermos, por los que sufren en la ignorancia de sus vidas y de sus caminos, por no encontrar, por los que no encuentran a Mi Sagrado Corazón que hoy está aquí, entre ustedes, para que lo vivan y lo sientan en esta Comunión perfecta, con espíritu de paz y de fraternidad.
Yo los constituyo a todos como una nueva familia, así como fue la familia de Nazaret, junto a María y San José. No está lejos de ustedes formar esa sagrada familia espiritual que debe reinar entre las almas y los corazones que siguen a los Mensajeros Divinos.
En esta hora, compañeros, la Divinidad trabaja en todos los continentes de la Tierra para sembrar Su Luz en el mundo.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Vamos a cantar "Estoy contigo, Señor", a pedido de Jesús, para bendecir los elementos que Él hoy consagrará, para todos nosotros.
A través de los tiempos, compañeros, elevo a las almas hacia el Reino de Dios, cuando cada una de ellas comulga, el mayor testimonio de amor en la presencia de Mi Cuerpo Vivo y Mi Preciosa Sangre, en Honor al Padre Celestial y a Su Divino Plan que emana del Universo para todas las criaturas de la Tierra.
En Mi Iglesia Celestial, les vuelvo a enseñar lo que una vez prediqué para todos ustedes: sentados a Mi mesa de Luz y de Amor, los invité en aquel tiempo, a agradecer a Dios por todo, por cuanto Él nos da en el Misterio Infinito de Su Amor. Y para eso, compañeros, en el nombre de la Paz, Yo elevé el pan, di gracias al Padre por el Sacrificio; lo bendije, lo repartí a ustedes y les dije que "siempre comieran de él porque él es el Cuerpo Vivo de Cristo, vuestro Señor".
Una vez terminada la Comunión con el pan, di gracias a Dios por el Cáliz que las almas recibirían en sus esencias, para ser depositarias de Mi Espíritu de Misericordia y Redención. Elevando el Cáliz hacia lo alto, di gracias al Padre, lo pasé a ustedes y les dije una vez: “tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre que será derramada por ustedes y por todos los hombres para el perdón de todas las faltas”.
Y hoy, en Mi Presencia, compañeros, ante Mi Iglesia Celestial, reafirmo la Presencia y el Poder del Amor de Dios. Amén.
Gracias Señor, gracias Señor por tantas bendiciones que siempre nos das, que siempre nos das
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Hermanos, queremos que todos los que están aquí presentes y a través de la transmisión en vivo para el planeta, por MMTV, nuestros hermanos del monasterio de la Orden, de las comunidades, de los grupos de oración, que están unidos a nosotros, queremos compartir, realmente, cómo fue esta Aparición con Cristo, que en realidad, tal vez, no diga muchas cosas, pero lo que Él hizo hoy con nosotros, así como en los días de la Maratón anterior, en Buenos Aires, en Argentina.
Él nos introdujo en ese misterio que la humanidad todavía no conoce muy bien, que es la Iglesia Celestial de Cristo, y el propio Cristo nos dijo que es algo que intentó instituir para que pudiéramos aprender desde que el tiempo que estuvo aquí, con nosotros, hace dos mil y tantos años atrás.
Hoy, Él realmente vino muy espléndido, maravilloso en su Amor y en Su Misericordia.
Él nos fue introduciendo poco a poco , en ese espacio de la consciencia que llama la Iglesia Celestial, en donde los ángeles y los bienaventurados, de forma verídica, verdadera, celebran continuamente esa adoración, al Cuerpo y a la Sangre de Cristo; y Él nos llevó hacia ese lugar, poco a poco.
A través de Sus Palabras, de Su Mensaje, nos fue introduciendo a todos nosotros, los que estamos aquí y a los que están en sus hogares acompañándonos, quienes también fueron siendo llevados, a través de sus almas hacia ese espacio de la consciencia.
Fue algo bien intenso, muy difícil de poder soportar, porque a pesar de que es una Energía Divina, Celestial, el voltaje vibratorio energético de la Presencia de Cristo, de ese estado de consciencia, de la Iglesia Celestial. es bien alto para nuestras células, para nuestros cuerpos para nuestros átomos; pero como Él sabe que nosotros somos seres terrestres, somos seres humanos, Él cuenta con nuestras almas.
De alguna forma, Él se sirvió de nuestras almas, de nuestra apertura del corazón para quien tuvo el corazón abierto, para ingresar hacia ese estado de consciencia y vivimos, como quien dice, varias iniciaciones, varias purificaciones; pasamos por varios procesos durante toda la Aparición y no solo nosotros fuimos beneficiados espiritualmente, sino también aquí, esta región del continente europeo, que tanto lo necesita.
Y cuando el Maestro repetía que ofreciéramos la Comunión por todo lo que Él dijo, los enfermos, los que son ignorantes, que están ciegos, están sordos, etc., Él fue detrás de cada uno de ellos porque el canal de oración que nosotros abrimos durante la coronilla lo utilizó para esa tarea; de alguna forma encontró los corazones abiertos y consiguió realizar esa tarea.
Entonces entre tan pocos que somos, Él hizo que cosas grandiosas, como una vez lo prometió, que íbamos a hacer cosas más grandes a las que Él hizo, aunque en ese momento Él las comandaba, las llevaba adelante, esa tarea, esa misión, que vino a cumplir aquí, en Barcelona, la hizo a través de nuestro corazón.
Lo que vino a realizar, lo pudo cumplir y eso se expandió para todo el planeta , para toda la consciencia planetaria con la ayuda, gracias a Dios, de los ángeles que estaban bien cerca de nosotros; ángeles muy alados estaban bien cerca de nosotros, y eso también me llamó mucho la atención, el acercamiento de los ángeles, con una sutileza, una bondad, una misericordia inexplicable.
Queríamos dejar este relato con ustedes para que podamos proseguir unidos en esa tarea que los Mensajeros Divinos vienen realizando no solo en América, sino ahora aquí, en Europa, de una forma bien amplia.
¡Gracias Señor por cuanto nos das!
En Mi Gloria hoy está el mundo sufriente y mezquino, porque a través de Mi Poder, todo se hace posible cuando los corazones se congregan a través de Mi Luz para adorarme.
Ciento cuarenta y cinco ángeles están hoy aquí Conmigo, en representación de todas las huestes de Luz del Padre Celestial y de los Padres Creadores, para dar comienzo a esta ceremonia sagrada durante siete días consecutivos.
Caminen a Mi lado, viviendo Mi Pasión, cada paso y cada hecho, cada momento y cada historia que fue escrita por Mí en este planeta y en su registro sagrado, en los libros del Cielo y de todo el Universo[1].
Este es el Libro de la Sabiduría de Dios, de las claves sagradas del Padre, que decretan desde el principio del Génesis el surgimiento de la Nueva Humanidad. Recuerden: Yo Soy el Alfa y el Omega, el que dio el primer impulso al mundo, y también soy el que dará el último, cuando retorne en Gloria a Su casa.
En este Libro está escrito la idea principal de Dios, lo que los corazones deben conocer para cumplir la Voluntad del Padre. Aquí está escrita su historia y Mi historia, Mi historia con ustedes en Tierra Santa.
Recuerden, compañeros, quiénes fueron en ese momento; no para vanagloriarse, sino para despertar al compromiso que olvidaron y que hoy vengo a renovar para todos en este lugar, porque en Aurora ya fue renovado. Y ahora ustedes tienen esta gracia de complacer Mi Corazón y de vivificarme a través de este encuentro sagrado durante siete días.
En este Libro está escrito lo que ustedes deben hacer, lo que Mi Padre espera de ustedes.
En este Libro está registrado el momento de su paso, así como está registrado en Mi Corazón Misericordioso, que se abre como una Fuente de Luz para todas las almas que aspiran verdaderamente curar su pasado y renovar sus espíritus en Mi Nombre Santo.
Y cada uno de los ángeles presentes, de los ciento cuarenta y cinco ángeles, guardan la voluntad en sus corazones para cada uno de ustedes, que es la Voluntad de Adonai, del Eterno, del Infinito.
Y este primer paso deben darlo los consagrados, porque como consecuencia, las almas se animarán a dar el paso en confianza a Mi Corazón y a Mis designios celestiales.
Quiero que honren al Dios Todopoderoso, que es el Rey verdadero de todas las cosas desde el principio.
Yo Soy parte de su Dios y de Su Magnificencia.
Yo Soy parte Su Omnipresencia y de Su Omnipotencia.
Honren junto a los ángeles la Presencia del Padre Eterno y de Su Gracia infinita manifestada a través de Su Hijo Amado.
Que canten los coros del Cielo y también canten los coros de la Tierra a través de los corazones abiertos a escuchar este llamado.
¡Aleluya, aleluya! Su hora de dar el paso está próxima.
Así como lo hizo Su Hijo Amado, lo deberán hacer ustedes en esta hora aguda del planeta, cada uno en su grado de amor y de evolución.
Abramos las puertas de los Cielos en este encuentro sagrado a través de Mi Corazón Glorificado.
Que se encienda el incienso y que se escuchen la voces, porque bendeciremos este altar para que él sea digno de recibir las Gracias del Hijo Primogénito, de su amado Pastor y Señor.
Cantaremos a pedido de Cristo, en Su Presencia, el Kodoish melódico, para honrar junto a los ángeles del Cielo al Padre Celestial.
Kodoish, Kodoish, Kodoish...
Ahora, compañeros, que sus corazones están limpios y sus almas están bendecidas por Mi Espíritu, ingresarán Conmigo por el Gran Portal de la Paz, para que Dios en Su Gloria, pueda derramar Sus Gracias sobre Sus hijos y todas las criaturas de este Universo, que también se congregan para este momento en alabanza y adoración y en acción de gracias por todo lo recibido; en donde Mi Misericordia pudo aplacar la Justicia para que ustedes pudieran estar aquí, en nombre de toda la humanidad y recibir también de Mi Corazón todo el Amor del Universo; amor que recibe el Universo también de ustedes en cada oración pronunciada, en cada Comunión realizada, en cada servicio entregado para aliviar el sufrimiento del mundo.
Hoy haremos una acción de Gracias especial y escogeré a catorce consciencias, a catorce almas entre todas las presentes, para que en acción de Gracias realicen una penitencia para el Maestro del Amor, por todo lo que lo ofenden y lo han ofendido y para que una vez más triunfe Su Misericordia en el mundo entero.
Esta acción de Gracias y esta penitencia significará, hijos Míos, siervos de Mi Padre, que los catorce a los que Yo escogeré, en nombre de todos, serán ungidos en su pie izquierdo, que representa la resignación ante el Padre Universal y ante Su Ley, para que en nombre de ustedes, de sus familias y de la humanidad entera, Yo pueda impartir en esta tarde una expiación que liberará a los corazones amarrados por las fuerzas del mal y perdidos por las tinieblas de Mi adversario.
Porque hoy establezco aquí Mi Luz, presente hasta el fin de los tiempos, para quien la pueda reconocer más allá de las apariencias y de las formas.
Aquel que pueda ver Mi Luz hasta el fin de los días será dichoso y bendito y Yo lo coronaré con Mi Gloria, para que esté sentado a Mis Pies en el Paraíso, junto a los ángeles y arcángeles, alabando al Creador por toda la eternidad.
Invoquen internamente la presencia de sus ángeles, porque ellos esperan por su respuesta y convocatoria, para que las obras del Señor sean realizadas por sus principios ultraterrestres, cumpliendo así la Voluntad de Adonai en las criaturas que se abren para reconocer esa Sagrada Presencia Divina.
Oración al Ángel de la Guarda...
No Me iré hasta que haya nombrado a las catorce consciencias que un sacerdote bendecirá para la liberación del mundo y para la paz en toda la Tierra.
Mientras los ángeles adoran la Presencia del Hijo de Dios, tráiganme aquí la Santa Custodia, para que ella simbolice el principio y el fin de un ciclo en el planeta para esta Sagrada Semana de amor y redención para los corazones del mundo.
El Santísimo representa para ustedes, compañeros, la sagrada expiación que irradia Mi Glorificado Corazón cada vez que lo miran con devoción y humildad, buscando la Caridad de Mi Espíritu, el Amor de Mi Alma, que está presente en la Eucaristía expuesta en el Santísimo Sacramento del altar.
No tengan expectativas por ser escogidos.
Busquen renunciar por Mí, al menos por una vez.
Sean misericordiosos de corazón y dejen que los que más necesitan reciban la Gracia, la misma que hoy derramo sobre todos ustedes.
Todos son importantes para Mí, todos pueden ser perlas preciosas en el Reino de Mi Corazón.
No se alejen de Mi Gloria.
Mientras espero el Santísimo contemplen Mi Corazón, que es poderosamente invisible para todos.
Contemplen en adoración a Mi Espíritu, que los abraza para renovarlos y que los absuelve para perdonarlos por toda acción errada, para que así conozcan Mi Amor soberano.
Dios se expresa a través de este santo Misterio para que las almas reconozcan Su Voluntad y la presencia de Su Amor.
Padre Nuestro en arameo...
[1] Jesús está mostrando un libro abierto.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más