- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Lo que el hombre de superficie hoy no conoce, sí lo conocieron los pueblos del pasado, porque ellos estaban en absoluto contacto con Dios. Conocían la realidad del Universo, de este sistema solar y más allá de él, sin tener herramientas físicas y sin tampoco colocar la mente para poder comprender u observar si eso era verdad o no.
¿Qué era lo que permitía a esos pueblos originarios conocer la verdad? ¿Qué es lo que los hizo perdurar a lo largo de los tiempos, antes de que llegara a América el hombre blanco?
Su cultura era la verdadera religión que vivían, porque esa cultura estaba unida al Amor de Dios y era ese Amor que les permitía a todos los pueblos conocer la Verdad y el Cosmos. De una forma simple, sencilla, ellos intentaron representar lo que vieron y reconocieron.
Pero aún la historia de la humanidad no fue completamente revelada. Por eso, anteriormente a los pueblos originarios, se abrieron en el interior de la Tierra sagrados e internos Recintos que guardaban, como un gran espejo, todo ese conocimiento mayor que fue conocido detalladamente por los pueblos del pasado.
Esa información aún vive y vibra en esos Recintos. Es esa información y ese conocimiento que necesita la humanidad para poder volver a elevarse a la consciencia de Dios y comprender que en este tiempo han escogido al dios de las modernidades y de las tecnologías sustituyendo completamente su contacto interior con el Universo.
Por esa razón, compañeros, y a través de esta Peregrinación por la Paz, su Maestro y Señor llega a Colombia para hacerles revivir esos conocimientos sagrados de los cuales muchos formaron parte en el pasado. Es de esta forma que hoy Mis Manos retiran un velo de sus consciencias, para que su espiritualidad pueda despertar y tomen contacto con su origen y su principio.
A pesar de que muchos de los pueblos que vivieron en el pasado fueran exterminados, no fueran comprendidos ni siquiera valorados, la Jerarquía espiritual sí los reconoció y los valoró, y hoy ellos se encuentran en espíritu y en esencia no solo como cultura, sino también como hermandad dentro de esos Recintos.
Así como las guarda Colombia y todos los Andes, esa expresión de la Verdad Divina y esa profundización del conocimiento universal deben ser las bases de su apoyo para este tiempo, sobretodo, para este tiempo de transición y de tribulación.
Hoy quiero decirles, compañeros, que los pueblos de América son anteriores a Mi llegada a la Tierra. Eso fue lo que no comprendió el hombre blanco, que rechazó esa verdad, que no se sumergió en el conocimiento para poder comprenderlo y sentirlo, así como cada una de las culturas de América lo comprendió y lo sintió.
De esa forma podrán comprender hoy, compañeros, que esos pueblos son más sagrados de lo que Yo soy sagrado porque su evolución, su consciencia y despertar no solo fue medida por su unión con la naturaleza y el respeto que ellos tenían por todo lo creado, sino también, compañeros, ellos alcanzaron ese despertar y esa consciencia a través de los grados de amor que es lo que la humanidad actual necesita retomar y vivir.
Por eso, debe servir y donarse todo el tiempo porque la humanidad entera como cultura y civilización perdió los valores del pasado. Por eso, se encuentra en la situación en la cual se encuentra; por eso, las naciones viven hoy lo que viven, porque se apartaron de la sabiduría y del amor que los pueblos originarios conocieron y vivieron a través de su contacto con la Fuente Primordial.
¿Acaso en esa situación de los pueblos originarios no existe el Amor Crístico?
Claro que existe, compañeros. Por eso, ellos son tan sagrados y más sagrados de lo que Yo fui sagrado para ustedes. Porque el Padre les entregó Sus dádivas, Sus conocimientos y revelaciones así como fue con los patriarcas y los profetas.
La humanidad, a través de los tiempos, solo se localizó en la historia de Medio Oriente. ¿Pero qué fue lo que verdaderamente pasó más allá de Medio Oriente y en todos los continentes, acaso no existieron pueblos más sagrados a los que allí existieron?
Sí, existieron muchos pueblos sagrados, a lo largo y ancho de las Américas, que fueron diezmados por el hombre blanco, por la ambición del poder y de la conquista que segó completamente a sus corazones. Y al final los hizo darse cuenta que se equivocaron, más allá de todo lo que se llevaron de estas tierras sagradas, porque así como la naturaleza es sagrada, el conocimiento de los pueblos originarios es sagrado. En ellos existe un verdadero Evangelio, no como en el cristianismo. Es el Evangelio de la simplicidad, de la hermandad y de la unidad con los Reinos de la Naturaleza y de su verdadero contacto con el Universo mayor.
Por eso, Yo tuve que volver a la Tierra muchas veces, no fue la primera vez como Jesús. La humanidad siempre tuvo que ser corregida y orientada porque siempre se salió del camino de la Luz y del Amor.
Por eso, este Proyecto genético humano es tan importante para el Padre Celestial. Si América retoma sus orígenes, raíces culturales y, especialmente, su unión con el Universo, así como lo vivió en otros tiempos, muchísimas situaciones se evitarán.
No estoy diciendo que crean en Dios, sino que crean en la vida que Dios les dio; que crean en el Universo, en las galaxias, en los soles y en las estrellas que están por encima de ustedes.
Contemplen en una noche el cielo estrellado y pregúntense: ¿quién soy yo? ¿Alguna vez lo hicieron? Nunca dejen de hacerlo y el Padre les entregará Su revelación, así como Él le entregó Sus revelaciones a los pueblos sagrados.
En todo esto, compañeros, está la unidad divina, la Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo que los sagrados pueblos originarios comprendieron y vivieron de otra forma; por eso, fueron fuertemente rechazados y lastimados.
Y en verdad, compañeros, ¿dónde estaba la sabiduría, la verdadera sabiduría en los tiempos pasados?¿en Oriente o en Occidente? Hoy les digo la verdad, que la verdadera sabiduría estaba en el corazón de aquellos que vivían la pureza, la simplicidad, la humildad y la unión con el Padre Celestial.
Pero los pueblos originarios no fueron comprendidos no solo por su forma de vivir o por su cultura, sino también por su cosmogonía. Ellos alcanzaron niveles de la supraconsciencia, por lo que son los representantes de la Hermandad en la superficie de la Tierra y ustedes tienen la oportunidad, compañeros, de ser parte de esa Hermandad.
La vida espiritual no termina en los libros sagrados, sino en la verdadera experiencia de amor y de redención que cada uno puede vivir, como esos pueblos lo vivieron. Porque todo lo que tenían y todo lo que recibieron en aquellos tiempos, era sagrado y bendito para ellos.
La humanidad de estos tiempos perdió completamente la esencia de su cultura. Por eso, en este momento, es una necesidad para la Jerarquía que la humanidad de hoy, que se apartó del Padre y del camino de la Voluntad, pueda retornar a sus orígenes por medio de su servicio de amor a los pueblos originarios, porque sí, en ellos, encontrarán la esencia del amor a la Creación y a la vida. Y ustedes se sentirán parte, porque en la simplicidad estarán en comunión con lo Alto.
No vengo a pedirles lo imposible sino vengo a pedirles, compañeros, el ejercicio más simple de todos los ejercicios: es siempre colocarse en el amor y en la Hermandad de Dios, para que puedan reencontrar todo el tiempo el sentido de estar aquí en este planeta y saber que esta vida material no termina aquí, que la verdadera vida que es interna y espiritual, álmica y profunda, sigue su camino y su trayectoria así como los pueblos lo siguieron, en total confianza y en unión a la Creación.
Yo vengo a hacer revivir en Colombia esos valores para que la vida superficial y mezquina pueda terminar y sientan en sus corazones la necesidad de volver a Dios; porque será importante en este tiempo, así como lo hicieron los pueblos originarios, el buscar siempre el contacto interno con el Universo. Porque los tiempos están difíciles y más difíciles estarán; su única salida será el contacto interno con lo Mayor, con lo infinito, con la Fuente, con lo inmaterial, así como lo vivieron los pueblos originarios.
No permitan que sus raíces originales sean borradas de sus conciencias, vivan con amor y alegría lo que alcanzaron a lo largo de los tiempos, que viene de la vida del espíritu y de la unión con el Universo y así, compañeros, en nombre de toda la humanidad, estarán dentro de la vida universal así como lo está la Jerarquía.
Por eso a través de las palabras, de las enseñanzas y especialmente del amor, vengo a depositar en Colombia y a reintegrar en la consciencia de su pueblo, la oportunidad y especialmente la Gracia, de revivir esos valores culturales y espirituales que los sagrados pueblos de los Andes dejaron plasmado en la consciencia del éter de este lugar.
Esta será la oportunidad única de retomar el camino hacia el infinito y hacia el Universo y de sentirse parte del macrocosmos. Así, sus estrellas internas brillarán y, algún día, esas estrellas se convertirán en soles fugaces que iluminarán el fin de los tiempos, los tiempos de oscuridad y los tiempos de tribulación. Y la verdadera esencia divina en el centro de cada ser emergerá como una única consciencia, profundamente unida al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Y así harán valer Mi Iglesia Celestial, la que viene en auxilio de los hombres y mujeres de la Tierra y también de la Iglesia que está en la superficie de la Tierra, muy ultrajada y dolorida por sus propios integrantes.
Vengo a reencender los valores que los conquistadores y la Iglesia no conoció, que rechazaron, que repudiaron, que no reconocieron en los hombres y mujeres más simples de este planeta, que vivieron a lo largo de los Andes, en un profundo contacto interior con la Creación y con la Hermandad Divina.
Es tiempo de que las puertas a la Verdad se abran y que descubran el verdadero cristianismo que está basado en la esencia de Mi Amor, que está presente como una semilla de luz en el corazón de los que creen para que así se cumpla la Divina Voluntad.
Colombia hoy es encendida por la luz de Guatavita y de sus antepasados. Unidos esencialmente, a ustedes, rezan por ustedes y por su pueblo, en este mismo momento, implorando a Dios por Su Misericordia y Su Gracia y para que la Fuente insondable de Su Sabiduría haga reconocer a los corazones que perdieron el camino por la distracción de la ilusión mundial y que es hora de retomar el camino hacia el origen.
Unidos en amor y en esencia a todas esas consciencias sagradas y benditas que hicieron valer en la superficie de la Tierra los conocimientos de Dios y que muchos, pero muchos de ellos, se convirtieron en ese conocimiento vivo del Padre, hoy aspiro profundamente a que Colombia y todas las naciones hermanas de los Andes puedan reencender en su corazón estos valores divinos e internos que les permitirán estar en hermandad y lejos del caos de estos tiempos, para que se establezca a través de ustedes no solo la Fuente de la paz universal, sino también la Fuente de la armonía, la que curará a los corazones heridos.
Ante este escenario, ante esta coyuntura, celebraremos la Eucaristía y, por medio de ella, la reintegración en sus consciencias y espíritus de esos valores divinos, conocimientos sagrados que los pueblos originarios vivieron en nombre de la humanidad. Amén.
Cuando el hombre de superficie pueda sentir como siente el Reino mineral, como siente el Reino vegetal, como siente el Reino animal y así como siente el Reino dévico y elemental, podrá abrir su corazón a la pureza y comprender que no todo lo que lo rodea es comestible, sino que es sagrado y bendito.
Elevaremos en este momento nuestras ofertas al Universo.
Los invitamos a colocarse de pie para esta consagración de la Eucaristía.
Siéntanse en este momento, no solo dentro de una ceremonia espiritual con Mi misericordioso Corazón, sino también siéntanse partícipes dentro de una ceremonia sagrada como los pueblos originarios lo vivieron para adorar y alabar a Dios.
Este es un momento de renovación de votos, este es un momento de asumir el compromiso y es el momento de ver la verdad que puede despertar en cada corazón que cree en la realidad divina.
Elevaremos al Padre nuestras intenciones, abriremos nuestros corazones a Su Voluntad, así como los pueblos originarios abrieron sus consciencias para el conocimiento universal.
Cada uno, en el silencio de su corazón, realiza en este momento ese ejercicio de perdón y de reconciliación con el pasado para que en este presente seamos renovados por la Compasión de Dios, expresión infinita de Su Misericordia.
Los invitamos a aquellos que puedan a arrodillarse para esta consagración.
Revivimos en este momento, el legado de Amor que Cristo nos dejó a través de la institución de la Eucaristía.
Y como si fuera en aquel tiempo, ingresamos en la Última Cena y ofrecemos nuestros seres, nuestras vidas en honor al Amor de Dios y así nos renovamos, nos reconciliamos y nos unimos a la Fuente del Padre.
Jesús cuando estaba reunido con Sus apóstoles, Él tomó el pan, lo elevó y dio gracias al Padre por el sacrificio y la entrega que viviría. El pan fue bendecido. Enseguida Él lo entregó a Sus apóstoles diciéndoles: "Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados".
Oración: Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces). Amén.
Enseguida Cristo tomó el Cáliz entre Sus manos, lo elevó para que fuera bendecido y reafirmó dentro de Su Ser la entrega y el sacrificio que haría por cada uno de nosotros. Luego de ser bendecido lo entregó a Sus apóstoles diciéndoles: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva alianza que será derramada por Su Redentor para el perdón de las faltas. Hagan esto, siempre en memoria Mía".
Oración: Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces). Amén.
En el Monte de las Bienaventuranzas, reunido con la multitud, nuestro Señor nos enseñó la oración más simple pero más profunda que existe, el Padrenuestro. En unión al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo oraremos esa oración para terminar de consumar la consagración.
Oración: Padrenuestro.
Nos podemos poner de pie.
Yo siempre les doy la Paz para que la vivan y la multipliquen en los corazones que no tienen nada, que viven en la soledad y en la incertidumbre, para que la paz que ustedes puedan propagar los haga renovar a todos sus hermanos, bajo el impulso del amor y de la esperanza.
Ahora sí, llegó para Su Maestro y Señor un momento especial porque ahora sus almas fueron reconsagradas a la Voluntad de Dios y con ese fin y esa causa, extenderé esta consagración, así como lo hice con los elementos, pero hoy consagraré a nuevas servidoras Mías que se comprometerán a ser el auxilio a través de los altares para aquellos que buscan la Paz y la Misericordia de Dios.
Traigan los anillos, los velos y el aceite para ungir.
Señor del Universo, Tú que concedes la oportunidad y la Gracia infinita de que todos te puedan amar, hoy Me ofrezco como Tu instrumento, como Tu amado Hijo e intercesor de las almas para que, por medio de la Misericordia alcanzada en el momento que expiré en la Cruz, las almas reciban la Gracia de siempre poder reconocerte y servirte por la eternidad. Amén.
Cubre a estas hijas Mías con el manto de Mi Madre Celestial para que siempre recuerden Su pureza original y la oportunidad de donarse enteramente, como Mi Madre se dona por cada uno de Sus hijos. Amén.
Así como las santas mujeres ungieron Mi Cuerpo herido y flagelado, hoy unjo con este aceite a las que siempre pertenecieron a Mí y que retornarán a Mí en servicio incondicional. Amén.
Yo reconozco en los más simples la Verdad de Dios.
Hoy tu nombre será Nazarena.
Tu nombre hoy será María del Renacimiento.
Tu nombre será Victoria de la Cruz.
La Sangre de Cristo, el Cuerpo de Cristo (a cada una).
Vamos a despedir a nuestro Maestro llevando el impulso de Su amor en nuestro corazón y en fraternidad nos daremos el saludo de la paz.
Podemos saludarnos.
En adoración estamos ante el Hijo de Dios, que hoy nos presenta y nos muestra Su Corazón Eucarístico más radiante que un sol y que cientos de rayos del Universo.
El centro de Su Pecho, el centro de Su Esencia es el Corazón Eucarístico que nos trae la paz y la renovación, la cura y la reconciliación con Dios.
Reverenciemos.
Y en Sus Manos, Pies y Costado, Sus cinco principales Llagas, no de dolor sino de Luz, de Misericordia; Llagas de Gracia, de resplandor y de iluminación en la vida espiritual.
A Sus Pies, dos relicarios que los ángeles, que lo acompañan, sostienen: el Corazón Inmaculado de María, como terafín espiritual y el Castísimo Corazón de San José como terafín paternal y don de humildad para las almas.
Estos Corazones se unen al centro del Corazón Eucarístico de Jesús, y se establece el Cielo en la Tierra.
Escuchamos ahora siete campanadas, a Su pedido, delante de esta revelación.
Tú eres parte de lo que Yo soy, y nunca pensaría lo contrario, porque Dios nos creó iguales y muy semejantes a Él.
Lo que vives y experimentas es un destierro de tus aspectos humanos; es el morir para volver a nacer, cuantas veces sea necesario.
Por eso, no te preocupes, no te acongojes, no sientas miedo ni tampoco soledad porque lo que vives es perfecto para Dios. Él así lo necesita, aunque a veces no lo comprendas ni lo entiendas.
Por eso, quédate en Mi igualdad porque entrarás en Mi armonía y equilibrio y nunca perderás la fe. Ninguna oscuridad ni ninguna tempestad harán desterrar tu fe y nunca se disolverá, cuando te mantengas firme en Mí.
Yo construyo caminos desconocidos y tus caminos son Mis caminos cuando aceptas vivir Mi Voluntad, por más desconocida que te parezca, por más inalcanzable que te parezca. Mi Voluntad, que es la Voluntad de Mi Padre, siempre te colocará en el camino seguro.
Nunca vendré a pedirte cosas imposibles porque sé que no Me las darás. Vengo a pedirte cosas simples, lo que nace del corazón que nunca se extinguirá, que nada lo disolverá.
Yo vengo a pedirte tu amor humano y tu fidelidad Conmigo, para que te transformes, para que aprendas a redimirte y a sublimar tu consciencia, día a día.
Yo no necesito construir en tu vida castillos para reyes y tampoco ilusiones para tu personalidad. Vengo a construir, a través de Mi Voluntad, lo que es verdadero; y lo verdadero surge de lo simple, lo simple surge de lo humilde y lo humilde es pacífico, no se atormenta, no se siente amedrentado y tampoco confuso.
La vida espiritual es simple y tu contacto con Dios también lo es. Pero dependerá de ti, hijo Mío, que ese contacto lo cultives día a día con una fe grandiosa, con una fe inextinguible, con una fe que nunca te haga dudar de lo que vives.
Pero ten cuidado, porque tu elección podría ponerte en otro camino. Y, ¿cuál es el verdadero camino para ti? ¿Alguna vez te lo has preguntado?
Lo mismo le pregunté a Mis apóstoles: ¿qué es vivir la verdad y cómo estar en ella todo el tiempo?
Si caminas a Mi lado, aunque no Me sientas ni Me percibas, aunque estés en la mayor soledad o atravesando el mayor desierto, ¿creerías y confiarías en Mí?
Yo siempre te daré lo que necesites, en el momento justo, porque todas Mis perlas preciosas y tesoros fueron muy desperdiciados por los hombres a través de los tiempos. Ahora es el tiempo de conquistar y de triunfar por medio de una entrega absoluta que alcanzarás paso a paso, por medio de una fidelidad absoluta que alcanzarás paso a paso.
No vengo a pedirte lo que es imposible para ti, porque te haría perder mucho tiempo. Vengo a pedirte lo que es verdadero, lo que Dios colocó dentro de tu ser y de tu corazón. De eso Yo Me sirvo todo el tiempo para realizar Mi Obra en el planeta y te doy el ejemplo de Mi Corazón Eucarístico, del Corazón Inmaculado de Mi Madre y del Corazón de San José como testimonios verdaderos, como muestra del amor a Dios, de un amor fiel, de un amor constructivo y sublime que solo tenía la intención de poder ser compartido y vivido con todos los semejantes.
Sé que a veces vivirás aprendizajes que no comprenderás ni aceptarás y que tu mundo interno se moverá, tu consciencia se purificará y estarás nuevamente delante de una prueba. Pero las pruebas existen no para hacer sufrir a las almas de Dios, sino para que aprendan a vencer la dualidad. Porque cuando muchos más aprendan a vencer la dualidad, más será vencido el mal y triunfará la luz y el amor en el mundo, porque no estará la raíz de la indiferencia en tu consciencia y aprenderás a obedecer, incondicionalmente, hasta en los más pequeños detalles, siguiendo ciegamente las directrices que vienen del Cielo y de la Jerarquía. Porque tú no conoces el futuro ni tampoco conoces profundamente tu pasado. Solo vives el presente y lo que está a tu alrededor día a día.
Por eso, Yo soy una Fuente en la revelación de muchos misterios de tu consciencia.
No vengo a buscar lo que fortalece a tu ego o a tu personalidad. Vengo a librarte de las cadenas de la ilusión. Y para poder liberarte, de esas cadenas y de esas ilusiones, deberás atravesar lo que Yo atravesé una vez aquí en la Tierra, porque así podrás vivir a Dios y comprender, más allá de las apariencias, todo los misterios.
Esta escuela del planeta que se llama Tierra, en donde están muchas almas, podría ser más provechosa y benéfica para todos. Pero se ha vuelto una escuela de mucho sufrimiento, por las raíces de la indiferencia, de la desobediencia y de la falta de la caridad.
Pero si tú crees en Mí, nunca perderás Mi camino ni tampoco Mis pasos porque, por mucho que te pueda suceder o por mucho que puedas experimentar en momentos difíciles, la llama de tu corazón nunca se apagará porque hoy he podido testimoniar por medio del canto de tu voz y de la alabanza al Padre Eterno que el Amor de Dios existe en el corazón de Sus hijos. Es ese amor que Yo vengo a buscar en los corazones, un amor confiable y un amor fiel. No vengo a buscar un amor perfecto, sino un amor imperfecto. Vengo a buscar su amor más pobre para que pueda ser transformado, para que el amor sea también redimido, en ustedes, y ese amor llegue a todo el mundo de la misma forma en la que Yo les doy Mi Amor.
En Mis Palabras está el Amor de Dios. En Mi Presencia está el Amor de Dios. En Mi respiración está el Amor de Dios. En Mi mirada está el Amor de Dios. En Mi Esencia está el Amor de Dios. Y donde Yo estoy, está el Amor del Padre, y si ustedes están en Mí, Mi Padre estará en ustedes y ustedes estarán en el Amor de Mi Padre.
Eso es lo más urgente que necesito en este tiempo para que, sobre las naciones de la Tierra, los astros del Universo no se precipiten y los elementos de la Naturaleza no muestren su furia y dolor porque los hombres no comprendieron el mensaje de la Creación.
Vengo a intervenir sobre todas esas cosas. Vengo a pedirle al mundo que despierte al amor y que le cierre la puerta a la indiferencia.
Pero, para que eso sea posible, compañeros, deben comenzar a vivirlo en ustedes mismos día a día, en las lecciones de la vida, en sus familias, en sus trabajos porque así se transformará el mundo y la consciencia humana.
Ya no necesito de las resistencias de los hombres, del sufrimiento de los corazones, de la agonía de las almas.
Por medio del Amor de Dios vengo a traerles el Reino del Padre Celestial, porque sé que lo necesitarán para estos tiempos y para todo lo que llegará inesperadamente.
Mientras estoy aquí, trabajo con otros aspectos de su consciencia, con aquellos aspectos que están ocultos y que solo se ven con los ojos del corazón.
Vengo a trasformar la miseria humana en Misericordia. Vengo a elevar sus corazones a Dios para así poder elevar a la humanidad entera, a aquellos que sufren y padecen, a aquellos que están solos y enfermos, olvidados y abandonados en muchos lugares del mundo.
Vengo a ofrecerles el sacrificio en el nombre del Amor, para que el Amor esté presente en la humanidad y en los corazones, para que el Amor de Dios detenga las guerras y los conflictos humanos para que el Amor de Dios quite la sed de muchas consciencias y retire de la oscuridad a muchos corazones.
Por eso vengo a ofrecerte algo que aún no has vivido. Estás ante la oportunidad de cruzar el Portal del Universo para volver a confirmar tu vida en Mí y para que Mi Vida sea en tu vida y en cada momento de tu historia interior.
Como muestra de ese Amor inconmensurable y divino, en este momento, en el que las almas están delante de Dios a través de los Corazones de María, de Cristo y de San José, ofreceré la transubstanciación y consagración de los elementos para que el Corazón ofendido del Hijo, el Primogénito y el Unigénito del Padre Celestial, sea aliviado y consolado por los hombres y mujeres de la Tierra; y hoy no solo pueda estar aquí con ustedes, en Argentina, preparándolos para la próxima etapa de la Peregrinación por la Paz, sino también pueda llegar, en este momento, en omnipresencia y en omnipotencia, a los rincones más lejanos de la Tierra, en donde la pobreza y la miseria material se expresa, en donde la enfermedad tiene más fuerza que la cura; en donde el miedo y el terror de las guerras ha hecho sucumbir a la fe en grandes desiertos.
Vengo a hacer emerger de los corazones la llama de la esencia y de la fe, para que ella reine y se establezca más allá de las naciones y de los continentes, para que esta fe los una al Universo de Dios.
Y por encima de toda adversidad, crueldad o indiferencia, nunca se cansen de sonreírle a Dios, nunca se cansen de amar a Dios y de llevar ese amor a sus hermanos; porque si aman, por más que sean imperfectos, aman con el Amor de Mi Corazón y de Mi Vida; así el mundo se convertirá, el castigo se detendrá, la Justicia Divina no llegará y los astros del Cosmos no se moverán, mostrando su fuerza y poder como nunca antes nadie lo vio, porque habrán respondido conforme al pedido de Mi Corazón y de Mi Consciencia, por medio de este día de reparación al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús.
Por esa razón, vengo a pedirles, en nombre de la Voluntad de Dios, que todas las almas del mundo, todos lo que lo pidan y también aquellos que no lo pidan, reciban el libro de Mis Poemas de la devoción de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús, porque en las horas más definitivas, en las que ustedes se encontrarán delante de Dios y delante de las cosas inimaginables que se verán en el mundo, se recogerán en sus habitaciones, encenderán una vela y en nombre de su Ángel de la Guarda rezarán esos Poemas, para que la Gracia Divina y la Misericordia del Padre sostengan a este planeta y, principalmente, a todos sus mundos internos.
Porque cuando Yo ya no esté con ustedes como estoy hoy, su fortaleza no solo será Mi Corazón, sino también todas las palabras que les he dicho.
En los Poemas está la llave de su transformación.
Agradeceré que eso sea entregado lo antes posible y difundido en el mundo entero, en todas las lenguas posibles, como un medio de reparación de los corazones del mundo al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús.
Ya están dentro de Mi Iglesia Celestial y sus esencias están ante el Padre Celestial, contemplando Sus Altares y Su poderoso Trono de Luz, que fue visto por muchos patriarcas y profetas y por la mismísima Madre de Dios y San José Castísimo, así como por todos aquellos servidores que en Mi nombre, a través de los tiempos, sirvieron a la Obra de Dios en la superficie de la Tierra dando testimonio de Mi Presencia y de Mi Palabra, dando ejemplo de caridad y de bien en el mundo entero.
Bajo esa condición espiritual e interna, eleven sus corazones a Dios.
Nos colocamos de pie.
Y ante todo lo que les he dicho hasta este momento, realizando una confesión interna de Mi Corazón con cada uno de ustedes, reciban cada una de Mis Palabras como una revelación de la Verdad y del sentimiento de Dios para estos tiempos, sabiendo que será muy necesario y urgente trabajar todos los días en la reparación de los errores que comete la humanidad para que las millones de almas, que están en la ilusión del mundo y en la superficialidad de la vida, tengan la gracia, así como ustedes la tuvieron, de poder escuchar a Dios por intermedio de Su amado Hijo, de poder recibir la Presencia de Dios a través de los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José para que muchas más consciencias sean tocadas por la propia Mano del Padre Eterno en lo profundo de sus corazones, así como fueron tocados sus internos.
Por eso les pido que valoren y den mérito a Mis Palabras porque las necesitarán cuando todo se desencadene.
"Así como en Tus Altares, Padre Eterno, el incienso emana la santidad y el servicio de los ángeles del Universo, que este incienso que hoy es ofrecido a las puertas de tu Iglesia Celestial, no solo disipe la oscuridad y la maldad de los corazones sino que traiga la fuerza de la fe, de la renovación y de la esperanza para aquellos que escuchan Tu llamado. Que así sea".
“Con esta misma agua, Padre, Tú Me santificaste y Me bautizaste en el Río Jordán. Creaste el elemento agua para demostrar la belleza de Tu Amor en los océanos y en los mares del mundo, para que Tus hijos se purificaran y se bañaran en la castidad y en la pureza del mismo elemento. De la misma forma en que Yo fui bautizado en el Río Jordán, que hoy esta agua esparza Tu Gracia en el mundo. Amén.”
Hoy lavaré sus manos y consciencias así como lavé las manos, los pies y las cabezas de Mis apóstoles; porque no solo Pedro lavó su cabeza con la ayuda de su Maestro y Señor, sino que los demás apóstoles también fueron lavados y purificados como hoy ustedes lo son. Que este lavado y esta purificación los renueve, y crean para siempre que para Dios nada es imposible.
De estas cuatro bandejas que contienen los elementos para la consagración, hoy solo representaré al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo con tres de ellas, para que se pueda fundir la Alianza de Dios infinita e inextinguible con los corazones.
Nuestro Señor los invita, a aquellos que puedan, a arrodillarse para la consagración.
Este es el vino que representa el esfuerzo de los hombres por trabajar la tierra, sembrarla y cultivarla para que pueda dar frutos a todos los hijos de Dios y para que todos sean saciados espiritualmente.
Esta es el agua que no solo los bautiza, sino que también los purifica. Esta es el agua que brotó de Mi Costado, junto con Mi Sangre, cuando estaba en la Cruz, para esparcir sobre el mundo no solo la Misericordia, sino también la justificación ante todos los errores cometidos.
Señor, hoy vuelvo a tomar el pan delante de Tus hijos. Por el profundo Amor que brota de Tu Corazón recordamos y afirmamos el sacrificio de Tu Amado Hijo, cuando lo elevó y Tu Santo Espíritu lo bendijo. Lo entregué a los apóstoles y la Llama de Tu Amor se encendió en sus corazones y en todos los que se sirven de este glorioso Sacramento y les dije: "Tomen y coman todos de Él porque este es Mi Cuerpo Vivo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.
Y cuando los ángeles tocaron tres campanadas, el pan se convirtió en el Cuerpo de Cristo.
Te alabamos Señor y te bendecimos.
Te alabamos Señor y te bendecimos.
Te alabamos Señor y te bendecimos.
A continuación tomé el Cáliz y Tu Espíritu de Amor lo bendijo, lo entregué a los apóstoles diciéndoles: "Tomen y beban todos de Él porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por su Redentor para el perdón de los pecados. Nunca olviden hacer esto en memoria Mía".
Y al escuchar tres campanadas el vino se convirtió en la Sangre preciosa de Cristo.
Te alabamos Señor y te bendecimos.
Te alabamos Señor y te bendecimos.
Te alabamos Señor y te bendecimos.
Oración: Padre Nuestro.
Y al escuchar siete campanadas fue consumado absolutamente la entrega y el sacrificio de Cristo a través de la institución de la Eucaristía.
El Cuerpo y la Sangre de Cristo, que nos da la Vida Eterna.
Que sean felices, compañeros Míos, los que se sirven de este glorioso y bendito Sacramento, adorado y honrado en los cielos y en la Tierra por todas las consciencias para el cumplimiento del Plan de Dios en la humanidad y en Argentina. Amén.
Para vivir la escuela de Mi Amor, Yo los invito a que se amen los unos a los otros todo el tiempo. Esa regla, que entregué hace mucho tiempo, aún se mantiene viva y necesito que la ejerciten y la practiquen todos los días.
Se pueden colocar de pie.
Y con su mano sobre el corazón se confirmarán a Dios, por medio del Hijo del Padre, para amar todos los días un poco más y mejor, así como Yo los amo, porque el Amor que viene de Mi Corazón es un Amor eterno. Se arriesgarán y se animarán todos los días a amar como Yo los amo y a colocar el amor en primer lugar ante cualquier dificultad o prueba, porque si confían en Mi Amor, en Mi Amor todo lo superarán.
Que este Amor se expanda en el mundo y encienda los soles en la Tierra, para que la Vida divina y universal se haga carne en todos los seres, sea consciente y despierte la misión de cada consciencia, para que triunfe el Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Y en el nombre de ese Amor que siempre los llevará a la paz, que la paz esté en ustedes y en todos los lugares en el nombre del amor.
Para que el amor venza a la indiferencia se darán el saludo de la paz.
Les agradezco.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más