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María, en este momento, aparece vestida de blanco, descalza, con la Luna a Sus pies y la Corona de Doce Estrellas.
En el centro de Su pecho aparece el símbolo de una gran Eucaristía, que tiene las letras JHS. En presencia de Nuestra Señora los espacios se estabilizan. Su energía de paz establece armonía y une este espacio y este lugar con la Fuente de Dios, por medio del trabajo de oración que fue realizado.
Nuestra Señora nos pidió transmitir primero Sus palabras para que la podamos acompañar en lo que Ella está haciendo en este momento.
Nos vamos a unir y a sintonizar con la presencia de María como la Madre de la Sagrada Eucaristía.
Queridos hijos:
Desde el Cielo, Yo les traigo la protección interior porque si están Conmigo, están con Dios y con Su Plan de Amor, el que a pesar de ser impredecible para los hombres, es un Plan que se realizará primero en los niveles de los mundos internos para después manifestarse en la superficie por medio de las almas y de los corazones que se redimirán en Cristo.
Yo les traigo esa seguridad interior porque sé que la necesitan para poder seguir confiando en Dios y en Su Presencia.
Es así que hoy les traigo el Sagrado Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo porque, como Sierva y Discípula del Señor, soy la primera que debe adorarlo y honrarlo, no solo por Su tarea y Su misión realizada en la Tierra, sino por Su gran Obra de Misericordia y de Gracia en el Universo y en la humanidad.
Yo les traigo, en este momento, un espacio del Reino de Lys en donde esa seguridad interior se expresa y se manifiesta por medio de los ángeles que allí están presentes y que trabajan con todas las almas peregrinas que llegan al Santuario de Fátima para reconocer, una y otra vez, a la Madre de Dios, a la vencedora y triunfadora sobre las tinieblas.
Este es el tiempo, hijos Míos, de aprender a vivir los momentos más difíciles de la humanidad porque así ayudarán a otros hijos Míos a hacerlo. Ayudarán y enseñarán a atravesar el fin de los tiempos sabiendo que, a pesar de que se presenten los tres días de oscuridad, sabrán cómo continuar porque quien está ante el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, está ante Dios y Su Presencia Celestial, Su Trono, Su Poder, Su Majestad.
Es así que, en el silencio de Mi Corazón, Yo les traigo la verdad de saber escuchar a Dios por medio de los Mensajeros Divinos, de poder confiar más allá de los acontecimientos o de los cambios. Yo les traigo la oportunidad de vivir el sacrificio por Mi Hijo, verdaderamente, y sin ilusiones ni imaginaciones.
Sé que es un paso muy grande para todos los servidores de Cristo, pero Dios necesita expresarse en estos momentos tan difíciles de la humanidad para que la consciencia humana aprenda a cambiar y a trascenderse, aprenda a buscar la reconciliación con Dios y nunca más alejarse de Él, de la Fuente de Su Amor y de Su Gracia.
Ante la Presencia del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo en Mi Corazón, Yo les traigo también la Sabiduría de Dios, sabiendo que en estos tiempos difíciles, grandes decisiones deberán ser tomadas para que la Obra de Mi Hijo se cumpla a pesar de las consciencias o de los cambios.
Sepan, hijos Míos, que nunca atravesaron un tiempo tan diferente de este, un tiempo tan impredecible, porque este es un tiempo en el que deben aprender a estar en Cristo y en el Amor de Mi Hijo para que, en esa unión perfecta con Él, se fortalezcan y sigan adelante cumpliendo con Su Plan y con Sus pedidos.
A través del Reino de Lys, Yo les traigo la Paz, la Paz del Ángel de Portugal, porque este fiel Mensajero de Dios en esta peregrinación está trabajando mucho para ayudar a los ángeles de las demás naciones de Europa que necesitan liberación y auxilio al igual que todos Mis hijos de este histórico y herido continente.
La Luz del Reino de Lys emerge como grandes esferas de consciencia en las que Jerarquías y ángeles de Luz se manifiestan en los planos internos, en los que ocurren grandes interferencias, para socorrer, auxiliar y aliviar a las almas, para reencender en los corazones la devoción y el amor a Dios, para traer la paz al mundo en los lugares donde ya no existe por ignorancia o por error.
Pero el triunfo de Mi Inmaculado Corazón se dará en situaciones límites, en momentos límites, en tiempos culminantes y decisivos.
Por eso, hijos Míos, Yo apelo a que puedan reconocer esos momentos, para que puedan estar atentos y vigilantes así como lo está su Madre Celeste ante la adversidad y ante la batalla espiritual de estos tiempos.
La Mano de Dios nunca se separará de ustedes si permiten que esté sobre ustedes todo el tiempo. Dios desea profundamente el amor y el bien a la humanidad, pero muchos no lo aceptan.
Para poder ver a Cristo en Su Segundo Retorno, cambios importantes deberán suceder en la humanidad y en el planeta, cambios que deberán comenzar en la consciencia para que se reflejen en las acciones, en los ejemplos y en los actos; sabiendo que un grupo como ustedes, al servicio de Mi Hijo, debe sostener lo que es imposible para una consciencia tridimensional y humana.
Pero la fuerza de Mi Inmaculado y Materno Corazón los impulsará a llevar adelante la antorcha de la paz que iluminará al mundo y, en consecuencia, traerá la Presencia de Cristo a la humanidad y a los corazones perdidos.
Sepan que no deberán sobrevivir en estos tiempos como muchos están sobreviviendo, de forma espiritual y material. Dios les da todo para que ustedes lo puedan dar todo. Dios no les reclama. Dios los espera y los escucha, los acoge en Su Corazón Eterno e Infinito. Dios les trae la Paz por medio de Sus Siervos celestiales.
Dios establece Su Misericordia en aquellos que escuchan Su llamado y no retroceden, porque este es el tiempo de conceder una gran cura para el planeta y para la humanidad. Es el tiempo de sostener lo que es insostenible y de amar lo que es imposible de amar, de comprender lo que es imposible de comprender. Es tiempo de considerar los valores que les ha dado la Jerarquía en cada momento y en cada etapa, porque así tendrán siempre una dirección, un camino, una luz en el horizonte en los tiempos de oscuridad.
Yo les traigo, por medio del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, la Fortaleza de Dios. Aquella misma Fortaleza que Mi Hijo necesitó en el momento culminante del Huerto Getsemaní cuando, en una profunda soledad y oscuridad, no dudó de Dios ni siquiera en un momento. Porque, a pesar de haber sido un hombre simple y humilde mantuvo Su fe en lo Alto, en la Voluntad más allá de comprenderla o de vivirla.
Por eso, Él es el Cristo y ustedes también lo pueden ser. Mi Hijo, en este tiempo, no solo dice palabras para alegrarlos o alentarlos. El Nuevo Cristo es aquel que imita a Mi Hijo en el ejemplo y en la vida interior aunque caiga y se levante muchas veces. Mi Hijo los impulsa a ser los Nuevos Cristos porque serán los apóstoles que defenderán y proclamarán Su Segundo Retorno a la humanidad en los cuatro puntos de la Tierra.
Hermanos, que hoy ustedes desconocen, proclamarán la venida del Redentor y se cumplirá la profecía que está escrita en la Biblia: “La Mujer vestida de Sol llegará de nuevo a la Tierra con la Luna a Sus pies y la Corona de Luz en Su cabeza, anunciando el advenimiento del Redentor, del Salvador, del Maestro entre los maestros, de aquel que triunfó en el Amor y en la Verdad”.
Sean uno en Cristo en cada momento, en cada circunstancia, bajo cualquier situación o experiencia. Así, Él estará entre ustedes y ustedes estarán en Él. Así, Él cumplirá Sus Prodigios y manifestará Sus Gracias a los que las necesitan hace mucho tiempo.
Yo les ofrezco el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo como una puerta para su redención y su entrega a Dios. Mi Gracia Maternal será su fortaleza y su consuelo en los momentos difíciles.
Tengan fe en lo que les digo y oren por las causas de Dios, para que se cumpla Su Voluntad y en la Tierra se realice Su Plan de Amor.
Les agradezco por escucharme.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Es a través del amor de Mis hijos que la Santa Madre de Dios y Madre vuestra puede trabajar con la humanidad y el planeta, a través de las preciosas herramientas que existen en todo el vasto Cosmos, herramientas que generaron los Principios de la Creación y que permitieron generar la vida en el origen de los orígenes.
Son esas mismas herramientas de luz del Universo inmaterial y espiritual, que en este tiempo actúan en el Universo y en este planeta, con el fin de no solo elevar la consciencia humana sino también de redimirla, para poder llevarla por el camino del bien y de la luz.
Están ante el Misterio de los Orígenes, de lo primero que Dios pensó antes de la creación de los universos. Están antes de su existencia, de su creación. Están ante el Misterio de que surgieran como esencias.
Hoy, están ante una de las verdades de Dios, y Mis ángeles acompañan este sagrado movimiento, que como una espiral de luz desciende sus principios de la Fuente para la consciencia humana, que en estos tiempos definitivos se abre para revelar los misterios y así poder conocerlos, a fin de tornar su consciencia sagrada y unida en perfecta alianza con Dios.
En la Fuente Inmaterial existen muchas manifestaciones de vida. No solo en el Universo llamamos Vida a lo que vive y vibra sino también a todo lo que es movido por la energía inmaterial, como un poderoso caudal y energía que retroalimenta los espacios y todos los planos de consciencia para que las almas y todos los seres del Universo estén en contacto con Dios.
En esta parte del Universo local, donde su planeta conforma un sistema de vida, solo existe el uno por ciento de ese sistema de comunicación.
Así podrán comprender, hijos Míos, cuán vasto es la Creación de Dios en este Universo. Porque como ustedes ya saben y aprendieron por medio de la instrucción recibida, el Universo no solo termina en lo físico sino también es mental, espiritual y supraespiritual, algo que aún la consciencia humana no alcanzó, por la condición de su densidad molecular y celular, por el caos de estos tiempos.
Pero el Padre pensó en algo diferente para esta humanidad y este planeta, incluso antes del retorno de Su Amado Hijo, de que Sus más sagrados tesoros de la Creación , los conocimientos más antiguos de este Universo material y espiritual estén al alcance de todos los seres humanos, para que finalmente puedan representar el Plan de Dios en la Tierra y los velos de la vida cósmica, puedan caer de sus rostros, para que se pueda mostrar la verdad que los trajo aquí y el Propósito que los concibió para este momento.
Por eso a través de Mi Corazón Inmaculado no solo profeso palabras simples para las almas, a fin de que todos Me puedan comprender. Pero es momento, hijos Míos, que sus consciencias den un paso más hacia el Universo, para que sus vibraciones se puedan elevar más, dada la necesidad planetaria y el caos del fin de los tiempos.
Así como fue el pueblo de Israel, esta generación del fin de los tiempos, esta humanidad de transición de un viejo tiempo hacia un nuevo tiempo, debe ser merecedora de los tesoros celestiales, para que se convierta en la celadora de las reliquias de Dios y de todos Sus conocimientos emitidos desde antes de la creación.
Ahora, hijos Míos, el Misterio ya dejó de ser un misterio. Es hora de que puedan ascender por medio del despertar y del conocimiento sagrado escrito en lo eterno, en las esferas sublimes de la Creación, donde palpita y vibra el Divino Propósito para toda la Creación y para toda la vida.
Están hoy ante una de las Voluntades de Dios y sé que sus corazones no pueden abrazar todo esto, menos sus mentes, por la limitación que ellas tienen. Pero sus espíritus, que conocen la Vida universal y cósmica, que sienten en el centro de su pecho la Vida Mayor y la confraternidad que los ha traído aquí para aprender de la redención y del perdón, sus espíritus sí están abiertos, porque son sus espíritus que les harán comprender los Misterios de Dios y así se familiarizarán, de una manera evolutiva, con el Conocimiento divino de la Fuente Suprema.
Aún existen muchas llaves que debemos entregar para que se abran nuevas puertas. Dependerá de la recepción de los corazones al conocimiento divino que eso sucederá. Eso generará más oportunidades. La ciencia divina estará cerca de sus vidas.
Ustedes aprenderán a interrelacionarse con los Universos y con otros sistemas de la Creación que están más allá de este Universo local.
Es hora de comprender, hijos Míos, que no estamos solos. Dejó de ser una teoría de pocos hombres sabios o científicos.
La realidad divina y universal quiere descender para que sus almas encuentren el compromiso que los trajo aquí y puedan volverse instrumentos de Dios para que Él pueda obrar en el fin de estos tiempos, activando plenamente el plan de rescate en esta humanidad.
Nada de lo que les digo es extraño. Solo que algunos corazones en esta hora y en este tiempo, pueden comprender todo este sistema universal, ya que la mayoría está despertando a algo que olvidó hace mucho tiempo y que viene de las estrellas, de todos los soles, de todos los astros que circundan el Universo, generando la Vida universal y el descenso de la Vida sublime en todos los sistemas de este Universo y de otros.
Vasta es la Creación de Dios y muchos conocimientos se pueden aproximar a las almas que quieran volver a religarse con la Vida universal para que la ignorancia se disipe e ingrese en la consciencia la tónica de la Verdad, la que los hará responsables y corresponderán al Plan Divino del Padre.
Por eso, ya es hora de dar pasos en la evolución espiritual. Es hora de que ya no se queden solamente con lo que sucedió en el planeta o con lo que cuenta la historia de los libros que fueron escritos. Muchas más verdades existen en el Universo que no son conocidas hasta los días de hoy.
Solo por decisión del Padre Eterno esa realidad puede ser parte de sus vidas, estar dentro de sus consciencias y formarlos en el Conocimiento Sagrado de Dios. Aquel mismo conocimiento, que una vez descendió sobre los patriarcas y los profetas, fue lo que permitió preservar la originalidad de la raza -más allá de sus errores y de los hechos cometidos- y también lo que permitió preparar el nacimiento de Jesús.
El ser humano de la Tierra tiene muchas posibilidades en el sistema de vida. Solo que los planes de Mi adversario llegaron a toda la consciencia humana para que no conociera sus potenciales y virtudes, así como la posibilidad de poder comunicarse con Dios de una forma fluida y permanente, como en ningún otro lugar del Universo.
Por eso, el ser humano es algo impredecible. Puede estar en el bien o puede estar en el mal.
Pero es hora, hijos Míos, que a través del Conocimiento Sagrado que viene del Universo de Dios aprendan en el fin de estos tiempos a vencer la dualidad, para que sus almas crezcan en el amor y en la verdad, en el servicio y en la humildad, por los que son más ignorantes y necios, por todos los que no quieran ver la Verdad del Universo que está escrita desde los tiempos antiguos en los Espejos de la Creación. Informaciones divinas y cósmicas que se refractan de tiempo en tiempo para otros sistemas de vida.
Más allá de la Tierra la distancia material de los planetas es algo alternativo para la consciencia del hombre.
Existen muchos puntos en el Universo que les permiten llegar en cuestión de segundos o de minutos. Es que aún la humanidad está en un tiempo alternativo.
Será el conocimiento del Universo que les permitirá acceder a la verdad del real tiempo o del tiempo presente, y les permitirá comprender todo lo que existe dentro del Universo de Dios y que es algo mucho más sagrado de lo que ha sido sagrado en este planeta.
Todos vienen de Fuentes diferentes, de orígenes lejanos, de historias imborrables, de una experiencia vivida que quedó marcada en la consciencia, que aún no es consciente de esa realidad.
Pero esos velos también caerán algún día y podrán reconocer sus actos y errores. Y podrán enmendarlos en el Amor de Cristo, especialmente por la fuerza de su fe en el sagrado Plan del Creador.
Los ángeles de su Guarda guardan la historia de su existencia y conocen profundamente su realidad interior y espiritual; lo que eran, lo que ahora son y lo que algún día serán trascendiendo la dualidad, la muerte y la ilusión.
Pero para poder vivir eso como muchos otros seres lo vivieran en algún tiempo, es necesario de humildad, de resignación, de obediencia y de mucha voluntad, para concretar el propósito que los trajo aquí, más allá de lo que piensan, de lo que sienten o de lo que viven.
La verdadera esencia que los trajo aquí no está dentro de la vida material. La vida material y sus vehículos son instrumentos para vivir esa experiencia, para aprender algo que dejaron de aprender o que nunca aprendieron por diferentes circunstancias o motivos.
La vida material puede espejar la vida espiritual, pero nunca será igual a la vida suprema. Dios creó cada plano de consciencia pensando en cada detalle y en el sentido de cada movimiento, de cada acción y de cada propósito.
Ustedes, como humanidad y como planeta, como existencia dentro de un sistema universal, dentro de una infinita creación de un vasto universo, están sumergidos dentro de ese Propósito, que debe diseñarse y realizarse en estos tiempos próximos, a fin de que se cumpla una Voluntad desconocida, tan semejante a la Voluntad que una vez tuvo Dios de traer Su Hijo a la Tierra.
Con esta comparación espiritual, hijos Míos, están ante de una gran responsabilidad divina y delante del Portal, de una gran oportunidad de realizar en la Tierra la Voluntad Mayor.
Por eso, hijos Míos, cada vez que pasa el tiempo, los meses y los años, cada vez que se consagran nuevos Hijos de María, mayores responsabilidades ellos asumen ante la Creación, sabiendo que no solo es llevar sobre su cuerpo el manto de la Virgen María, es algo mucho mayor, que surge de la Fuente y que les da la gracia de vivir la consagración.
Pueden aproximarse al escenario los que hoy se consagrarán.
Harán los votos delante de la Madre de Dios de aprender a sumergirse en la Vida Divina, para que su consciencia sea divinizada y así cumplan algún día la Voluntad Mayor que los trajo aquí.
He dicho en esta noche mucho más de lo esperado, porque Dios observa y contempla el movimiento de sus internos para poder medir hasta donde sea posible profundizar en las revelaciones de Su Sagrado Conocimiento.
Que hoy, a los que se consagrarán y a los que ya se consagraron, las esferas sublimes los impregnen y los colmen para que, esencialmente como almas y espíritus, se unan a la Fuente Mayor, por medio del amor y de la unidad que los trajo a la Tierra para cumplir un Sagrado Propósito.
Sigan rezando todos los días para que la Madre de Dios y Madre vuestra pueda seguir pronunciando y revelando los Misterios de Dios y así cada día más, la ignorancia humana sea disuelta de todos los hombres.
Hoy, a través de los Espejos del Universo, por medio de Mi Corazón Maternal, como Emperatriz del Universo y de la Tierra, como la Dama Mayor del Universo y Madre del mundo, les irradio Mis atributos para que ellos, como pequeñas semillas de luz, se siembren en sus corazones y esencias, a fin de que cuando Cristo retorne por segunda vez a la Tierra, pueda encontrar en ustedes los talentos y las virtudes que Él necesitará para poder rehacer y reconfigurar a la humanidad.
Escuchando el Himno de su consagración elevo hacia lo Alto sus aspiraciones y el Padre recibe en Su Corazón sus súplicas, para que sus almas sean contempladas por Su Misericordia en este momento de consagración y de unión con la poderosa Luz del Universo Celestial.
Por eso, hijos, en esta noche, ante el Conocimiento de Dios que fue revelado, reciban Mi más cálido y dulce amor de Madre, para que sientan en su corazón el calor prometedor de Mi Amor y el porvenir de la esperanza. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nos ponemos todos de pie, a pedido de María. Y vamos junto a Ella a agradecer la inmensidad de Su Amor y de Su Gracia, porque sabemos que no somos merecedores de tantos conocimientos. Y a través de estos conocimientos, por medio de María Santísima, cada uno de nosotros puede descubrir cada día más, el infinito Amor de Dios por cada uno de Sus hijos.
A pedido de la Madre Divina, vamos a rezar por esta consagración y por los que hoy se reconsagrán, renovando los votos con el compromiso de vivir el Plan de Dios en la Tierra y de materializarlo en estos tiempos, a fin de que se cumpla la salvación de la humanidad.
Vamos a rezar el Padre Nuestro en portugués, junto a Nuestra Señora.
Pai Nosso...
Con el poder que proviene de la Fuente de Dios, en nombre de la Santísima Trinidad, Yo los bendigo y los consagro en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Pueden cantar el Himno de su consagración.
Les agradezco por responder a Mi llamado y por estar abiertos a escuchar las revelaciones del Señor.
Amén.
Siete son los sellos que se abrirán y los pergaminos que se mostrarán; el tiempo está indicando ese momento, queridos hijos.
Y para testimoniar este acontecimiento que va más allá de toda consciencia humana, de toda comprensión o intelectualidad, hoy he traído a Mi pequeño Hijo en brazos, porque Él es quien encomendó, en nombre del Padre Celestial, la revelación de esos misterios que intentarán volver a corregir la consciencia humana y que le traerán a todos la oportunidad de recibir nuevos principios y formas de vida que, a través de los tiempos, han estado muy lejos de la humanidad y del planeta.
La Divina Consciencia Superior se aproxima a la Tierra para hacer su revelación y no solo Mi Corazón Inmaculado, sino también los corazones de todas las Jerarquías de la luz están testimoniando este momento tan importante para la humanidad.
Hoy no podré revelarles con detalles lo que eso significa, pero acojan con amor cada una de Mis palabras, porque, así como hoy se los dije, Mis palabras son la actuación de la Gracia de Dios en toda la consciencia humana y en todo el planeta.
Esta revelación superior y divina que está escrita en lo más profundo del Corazón de Dios, les traerá a todos los seres de la superficie el despertar y la consciencia de haberse alejado demasiado del Plan de Dios, así como de haber trasgredido las Leyes universales y todas las leyes naturales de la Tierra.
Pero, por medio de la Misericordia y de la Gracia, el Padre Celestial ha encomendado a Sus arcángeles y a Sus ángeles esta intervención divina en la humanidad, para que, al menos, una colonia en toda esta raza pueda prevalecer en el fin de estos tiempos, cumpliendo y viviendo de forma simple los mismos atributos de vida que vivió la Sagrada Familia.
Este es el motivo de haber pedido la novena por las sagradas familias de este planeta, que deberá volver a recuperar los valores que perdió al haberse sumergido dentro del caos de estos tiempos y de la ilusión mundial.
Digo “sagradas familias”, porque en la Esencia de Dios todos son sagrados hijos de Dios. Sus esencias no perdieron la filiación con el Padre Celestial, es solo que sus cuerpos más inferiores se distrajeron del Propósito.
Por esa razón, las Revelaciones de Dios que llegarán en estos tiempos, traerán para la consciencia humana la elevación de su espíritu, de su condición humana y la transformación de los aspectos humanos que han condicionado la evolución de la raza y la posibilidad del despertar de nuevos cristos.
Hoy el Creador decidió, dentro de Su vasto Universo Espiritual, Mental y Material, la revelación de Sus Misterios, expandiendo aún más los términos que se encuentran en la Biblia, las simbologías y los mensajes; expandiendo aún más los términos del Apocalipsis y profundizando aún más las visiones que tuvo Juan el Apóstol, para que todas esas informaciones que vienen de la Jerarquía Espiritual ya no sean misterios, sino verdades, revelaciones claras y precisas sobre cómo saber actuar y cómo conducir a esta humanidad en el fin de los tiempos.
Con Mi brazo sostengo al Niño Jesús que hoy está presente aquí, con ustedes.
Con Mi otra mano sostengo los pergaminos de la Revelación de Dios para que comience a aproximarse a sus consciencias la información divina de lo que Dios ha visto y ha participado a través de los tiempos, desde antes, durante y después de la Creación.
Sé que este acontecimiento removerá muchas estructuras, porque el impulso que vendrá de la Fuente será fuertísimo y dará la oportunidad para que cada criatura sobre la superficie de la Tierra pueda reevaluar su vida y su consciencia, a fin de que defina su vida espiritual y su camino para estar dentro del Paraíso de Dios o para condenarse.
Antes del tiempo de la segunda venida de Cristo, estas revelaciones traerán un impulso para cada ser humano.
Será por un estado de gracia y de Misericordia que las almas tendrán la oportunidad de sumergirse en su despertar y de abrirse al conocimiento sagrado que vibra y que palpita en el Universo Mayor, como pequeñas esferas de luz que viajan entre el tiempo y el espacio, desde el Universo Espiritual hacia el Universo Material, con la intención de que los espíritus de todos los seres humanos despierten a la gran Consciencia Divina y al conocimiento mayor que siempre ha estado vivo en el Universo.
Solo que ahora, hijos Míos, después de treinta años de caminata, llegó la hora de que sus consciencias se definan, se definan de verdad, interiormente, para que permitan que las puertas al conocimiento universal se abran sobre la humanidad y no exista ninguna resistencia u obstáculo para la Jerarquía.
Porque si aún estamos aquí es por un motivo universal, es un propósito que sus consciencias aún no pueden alcanzar. Es un motivo infinito que fue pensado y meditado desde antes de su existencia para que esta revelación divina, que proviene de la Fuente Inmaterial de Dios, llegara en este tiempo y delante de este acontecimiento planetario.
En los tiempos pasados esta revelación no hubiera sido posible, no hubiera sido eficaz ni eficiente, porque la consciencia humana no estaba preparada.
Y aunque todavía la consciencia humana es muy inmadura e infantil, los tiempos que llegarán, que preparan el advenimiento de Cristo a la Tierra por segunda vez, elevarán la consciencia de aquellos que se abran de corazón y de alma para recibir la revelación divina, tan semejante como el afluente de un río, que sacia la sed de los seres y que nutre toda la consciencia humana para que pueda vivir, respirar y así continuar con su evolución. De esa misma forma es que llegará la información del Universo.
Eso los hará madurar conscientemente y colocará sus consciencias en el Propósito universal, delante del gran desajuste planetario de estos tiempos; de las guerras, de los conflictos, de la división en las familias, de la ilusión a través de las modernidades, de la ceguera espiritual que genera muchos movimientos espirituales, creyendo que el ser humano es invencible.
Solo el amor los hará invencibles, hijos Míos, pero deben vivir esa escuela, deben animarse a entrar en ese conocimiento universal.
Los primeros pasos para vivir en esa escuela de amor y de sabiduría están registrados en la experiencia de Cristo en la Tierra y en todas las enseñanzas que Él le entregó a la humanidad.
No existe otro Maestro para la humanidad actual que no sea el Cristo.
Él lo anunció y lo advirtió: “Muchos vendrán en Mi Nombre y serán reconocidos. Muchos creerán en sus palabras, pero después se lamentarán por haber confiado plenamente en algo que no venía del amor y que no era verdadero”.
Con esto, hijos Míos, delante del Hijo de Dios que está hoy en Mis brazos, en la Presencia de la Santísima Trinidad, sus caminos deberán definirse por un solo camino para que den lugar y una oportunidad para la revelación divina.
Quiero que puedan ser conscientes, hijos Míos, de verdad. La escuela de Mis hijos pequeños ya terminó. Es hora de prepararse y de enfrentar el fin de los tiempos, porque la batalla entre el amor y la indiferencia no terminó.
Deben conquistar el amor viviendo el amor y siendo el amor en cada momento. Renunciando, sacrificándose y amando. Silenciosamente entregando cada experiencia de vida por los demás, sin angustias y sin desesperaciones.
Porque si en verdad vivieran una verdadera crisis espiritual o estuvieran en riesgo de perderse, no estarían aquí, hijos Míos, como muchos, muchos no lo están y muchos dejaron de estarlo, por haberse cegado por la ignorancia.
Solo en el Padre está la Verdad para sus vidas. El hombre solo debe aprender a ser verdadero en los pequeños detalles para que después pueda serlo en lo grande, asumiendo grandes responsabilidades delante de la Jerarquía Espiritual, conduciendo y guiando a los rebaños de Cristo, a todas las razas de la Tierra que necesitarán de este impulso espiritual que desciende sobre este Centro Mariano para poder reubicar sus vidas y encontrarle un sentido al camino espiritual.
Por eso, los que hoy consagraré como Hijos de María tendrán un gran compromiso Conmigo. Será un compromiso personal y grupal entre sus corazones y el Mío, por lo que deberán rezar, todos los días, para que estas Revelaciones que Dios ha decidido entregarle a la humanidad, que superan toda la existencia de la Iglesia de Cristo en la Tierra y todos los Libros Sagrados, puedan descender correctamente y de forma protegida por la Jerarquía Celeste.
Pero será necesario, hijos Míos, como en otros tiempos y en otras Apariciones, que existan intermediarios para que estas revelaciones que ampliarán la consciencia humana puedan llegar.
Disculpen que sea tan rápida, el Tiempo de Dios aquí, en la Tierra, es limitado, porque debemos atender muchos acontecimientos más que se agravan en la raza de este planeta, en diferentes regiones de la humanidad, que necesitan ser atendidos y auxiliados por las Jerarquías.
Así podrán entender, hijos Míos, que cada Aparición de María, de Cristo o de San José no es algo más, sobre todo en estos tiempos definitivos, en donde la transición y su mayor auge los sorprenderá a todos de la noche a la mañana.
Por eso deberán estar preparados por medio de este conocimiento para que la inercia mundial no los paralice y los retire del camino de la luz.
Espero que comprendan lo que les digo. Estoy siendo franca con cada uno de ustedes, porque ya no hay tiempo.
Pueden venir aquí los que hoy se consagrarán. Y tocando la melodía de su consagración, sus almas se están preparando para esta bendición que impartirá Mi Corazón Inmaculado.
Porque será necesario, hijos Míos, que asuman con responsabilidad y madurez este compromiso de la consagración, ya que Mi Corazón ha quedado muy ofendido por los que han abandonado su consagración, no solo a Mi Corazón Inmaculado, a Mi Maternidad y a Mi gran Amor, sino también la consagración a Dios, que no puede ser derrotada ni interferida por ninguno de sus aspectos humanos, ni siquiera por su propia voluntad.
La consagración que Yo le entrego a cada Hijo de María es intransferible e irrefutable. Depende de cada hijo Mío que esa consagración sea parte de sí, de una forma verdadera, sincera y honesta, porque así evitarán, hijos Míos, ingresar en el caos de la humanidad y en los grandes conflictos espirituales que muchas almas hoy viven en el mundo por creer que no necesitan de Dios, ni siquiera de arrodillarse para suplicarle.
Solo les pido que en este día de consagración muchos Hijos de María más se vuelvan a reconsagrar interiormente, renovando este voto con la Madre de Dios, para que este voto interno y divino se renueve con el Padre Celestial.
Las Gracias que Yo derramo no pueden desperdiciarse.
Quiero decirles esto, hijos Míos, con todo el Amor de Mi Corazón por cada uno de ustedes.
Grandes partes del mundo, pueblos enteros, razas diferentes y culturas tan semejantes a las de ustedes están sufriendo por la falta de Dios y por aquellos que los gobiernan, sometiéndolos y castigándolos de una forma injusta.
Ustedes, hijos Míos, que tienen la Gracia y la oportunidad de estar ante Mi Inmaculado Corazón y el Sagrado Corazón de Mi Hijo en esta noche, deben intentar equilibrar los desencuentros y los desajustes que vive la otra parte de la humanidad por haberse apartado del amor, y porque los más inocentes son los más sometidos y los más castigados por la mano del hombre.
Yo necesito que Me representen sobre la superficie de la Tierra como esas estrellas de luz que una vez cayeron del Universo, pero que hoy se vuelven a elevar por la oferta sincera y por la súplica amorosa de su Madre Celeste ante el Padre Celestial.
Como una esfera de luz, hoy Yo les entrego a sus almas este compromiso de orar por las próximas Revelaciones de Dios, a fin de que se cumpla Su Divina y Sagrada Voluntad.
He aquí la Esclava del Señor.
He aquí los siervos de Cristo.
Señor, que se cumpla en nosotros Tu Palabra
para que nazca y para que surja la Nueva Humanidad.
Amén.
Reciban, entonces, la energía de Mi Gracia y sean bañados por la Luz de Mi Espíritu, de Mi Espíritu incondicional y servicial que está unido en Alma, en Divinidad y en Esencia al Padre Celestial, así como al Castísimo Corazón de San José y al Sagrado Corazón de Jesús.
Yo los bendigo para que en esta próxima Natividad del Señor las familias se reconsagren a la vivencia de los Atributos de Dios en estos tiempos críticos para que pueda vencer el amor, para que triunfe la luz y sea derrotado todo mal por la divina intercesión de San Miguel Arcángel. Amén.
Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y les agradezco, hijos Míos, por abrirse para escucharme, porque lo único que deseo es su bien y su bienestar.
Les agradezco y escucho el canto de sus voces.
Vengo del Cielo para cumplir una promesa del Padre Creador, una promesa que pertenece a Mis hijos de la Tierra y que en este último tiempo deberá cumplir y concretar.
Vengo con la promesa, hijos Míos, de que descubran en su interior lo que Dios colocó desde sus orígenes, antes del principio se esta Creación para este Universo Material.
Eso que existe dentro de ustedes es muy valioso para Dios y ha venido con ustedes en esta vida, encarnó en ustedes, para que pudiera cumplir su propósito y su manifestación.
Hoy les hablo de aquello que está en lo interno de lo más interno y que deberá algún día retornar a Dios, con toda la experiencia vivida del Amor, del Perdón y de la Reconciliación.
Hijos Míos, en este tiempo la humanidad no pone atención a esto. La vida está muy exteriorizada y las almas están muy hipnotizadas por todo lo que les ofrece el mundo.
Pero existe algo en lo profundo de sus seres, que es eterno, invencible e intransferible.
Es eso que necesito, hijos Míos, que en este tiempo ustedes puedan buscar. Porque descubriendo dentro de ustedes lo que Dios dejó, la humanidad podrá reconstruirse espiritual y físicamente.
Los Reinos de la Naturaleza ya no padecerán las consecuencias del ser humano, todos podrán vivir en armonía y en paz, así como Dios lo desea.
Pero como ustedes están dentro de un tiempo de transición que nunca vivieron en ningún otro tiempo, buscando eso que existe y que Dios colocó dentro de ustedes, podrán atravesar estos tiempos con mayor madurez y adultez; podrán percibir la clara realidad de estos tiempos, y así, estarán unidos a la Jerarquía.
Hijos Míos, reencuentren en ustedes la esencia interior, aquella esfera de Luz que los Padres Creadores diseñaron para sus consciencias, que surgió de una Fuente, que nació de un gran estanque de luz para poder peregrinar por el Universo y por la Tierra, para aprender amar, crecer y vivir.
Hijos Míos, muchas de esas esencias en el mundo están contaminadas; pero Yo vengo con la Luz de Mis Espejos para poder purificarlas y sublimarlas y Me sirvo de los grandes océanos de esta región para poder espejar sobre ellos los atributos de Dios, aquellos que a cada uno de ustedes algún día los tornará libres y podrán estar en comunión con la Creación y con la Vida.
Por medio de la oración, del servicio, de la entrega y de la donación de sí y una vida de interiorización y de meditación interior, con todo lo que existe en este vasto Universo, ustedes podrán regenerar sus vidas, hijos Míos, y las corrientes poderosas del Universo vendrán en su auxilio para seguir impulsando sus consciencias al gran cambio, el gran cambio que la humanidad deberá vivir en estos tiempos definitivos.
Por eso su preparación básica es el camino de la oración y no otro.
Ustedes deben aprender a comunicarse con Dios interiormente a través del verbo orante.
Y a través de la oración que ustedes hoy Me han ofrecido amorosamente, hijos Míos, es permitido que Yo les pueda decir todas esas cosas, porque como Madre de ustedes y Madre de la Humanidad, deseo el bien para cada uno de Mis hijos.
Tengo la intención amorosa y espiritual de retirarlos de la ilusión. Por eso, hijos Míos, anímense a sumergirse dentro de ustedes, para que puedan sentir y percibir cómo está su esencia interior.
Los ángeles de la guarda esperan por poder ayudarlos y servirlos incondicionalmente. Eso ayudará ampliamente al ángel de esta nación, al Ángel del Brasil, que espera que cada uno de ustedes se una a Él, para poder aprender a atravesar estos tiempos difíciles en un mayor grado de neutralidad, amor y sintonía.
Por medio del descubrimiento de sus orígenes, hijos Míos, sus espíritus posarán sobre sus cuerpos y crearán esa perfecta unidad con el Padre Celestial.
Y no solo serán merecedores de las Gracias del Universo, sino de las Gracias del Conocimiento sideral, que está guardado en cada una de las estrellas de este Universo, despertando la consciencia de sus seres.
Estableciendo la unidad con sus esencias purísimas, podrán ser merecedores de mayor misericordia y perdón. Podrán percibir, hijos Míos, que muchos hábitos en sus vidas ya no son necesarios.
El alimento de la oración y la fuerza interior del servicio por los demás, es lo que hará transformar el mundo y traerá el amor a todos los corazones.
Con este ejercicio simple, que Yo les entrego, de aprender a buscar su esencia interior, también ayudarán a sus almas a encontrar el camino de la cura. Ellas suplican al Universo por ayuda, una y otra vez.
Aprendan, hijos Míos, a corregir sus caminos y a seguir el camino crístico que les ofrece Mi Hijo, Nuestro Señor, y estarán dentro de la senda de la Jerarquía y seguirán recibiendo sus impulsos espirituales, que los llevarán a comprender la vida tal cual es y a estar en contacto interior con todas las esferas sublimes del Universo.
Necesito, hijos Míos, que en este tiempo sus esencias sean curadas, porque siendo curadas serán purificadas, podrán recibir los atributos de Dios, que son urgentes y necesarios para estos tiempos difíciles.
Los atributos los transformarán, elevarán la consciencia y podrán estar delante de la realidad planetaria con otros ojos, encontrando en cada lugar y en cada rincón una necesidad para ser suplida.
Necesito, hijos Míos, que sigan desarrollando dentro de ustedes el camino del amor, para que en sus vidas se fortalezca el camino de la fe, pilares importantes para estos tiempos críticos, en donde se verán cosas increíbles e inconcebibles por parte de la acción de los seres humanos y de las naciones.
Pero Yo no los invito estar en el conflicto, ni en la desesperación. Los invito, hijos Míos, a estar en la divina armonía de Dios. Por eso deben descubrir dentro de ustedes el valor de sus esencias, para que pueda volver a resplandecer el sentido de su existencia y el motivo superior que los trajo a esta vida y a este mundo.
Tomando conocimiento de todas esas cosas, hijos Míos, podrán vivir la Voluntad de Dios.
Mis Manos y Mi Corazón están llenas de Gracias para ser derramadas sobre el mundo y espero que sus esencias se puedan purificar y sublimar para ser merecedores de esa Gracia Divina, y tendrán todos los sentidos internos abiertos. Sus sentidos externos se aquietarán y se calmarán para poder percibir la realidad divina y el verdadero sentido que trae el Universo para estos tiempos y para la humanidad.
Deseo que siempre puedan hacer el bien en cada lugar y en todo momento, porque así, hijos Míos, permitirán que otras almas se curen y el sentido de muchas almas más cambiará sus vidas, y la vida de sus hermanos volverá a tener un sentido y un propósito para este tiempo.
Yo no les pido, hijos Míos, nada imposible. Pido lo que en verdad puedan alcanzar en este ciclo, pero es urgente que la humanidad tenga consciencia de lo que está haciendo, que todos los seres se puedan unir en el amor y en la verdad para que Dios no derrame Su Justicia sino su Infinita Misericordia, porque el Padre Celestial les ha dado todo y sigue dando todo a Sus hijos.
Necesitan responder a eso que reciben; por eso Yo les vengo a advertir en el nombre del amor para que sus caminos estén en el camino de Cristo, siempre velando por la Verdad, por la realidad superior y la consciencia que cada uno de ustedes debe descubrir en este tiempo.
No sientan temor por lo que hay más allá de este Universo material, porque hacia el Infinito, algún día sus consciencias deberán volar para poder fundirse con el Padre, con Su Fuente máxima de Gracia y de Amor, y así podrán vivir una síntesis de todo lo vivido y experimentado en este planeta.
Pero en este tiempo es necesario, hijos Míos, que sus dones puedan despertar, para que sus talentos estén al servicio de Dios.
Mediante el camino de la oración perseverante y constante. Irán transformando sus vidas, poco a poco y podrán algún día, mediante la Gracia de Dios, espejar hacia el mundo lo que verdaderamente son, desde donde surgieron para vivir esta experiencia de Redención y de Perdón.
Les invito, hijos Míos, a ingresar en la Escuela de la Verdad, ya que muchos de Mis hijos, los que antes estaban Conmigo, decidieron salir de esta Escuela. Pero como Madre paciente, amorosa y perseverante espero por todos Mis hijos, para que cada uno de ellos pueda ingresar en esa Escuela de la Verdad y así recibir el conocimiento que necesita para ennoblecer sus espíritus y cumplir la Misión que Dios les ha pedido en este planeta.
Eso es, principalmente, para la juventud, a la cual tengo mucho en cuenta para estos tiempos críticos. Porque la juventud trae ese puente hacia la renovación que permitirá traer la cura del Universo para todas las consciencias.
Yo le extiendo Mi Mano a toda la juventud del planeta para que se anime a conocerme y a sentirme, a descubrir quién es en verdad la Madre de Dios, la Madre que siempre los acompaña y los guía desde antes que ustedes tuvieran consciencia sobre su existencia.
Por eso en esta noche, hijos Míos, espejo el Gran Amor de Mi Corazón para todos los que necesitan de ayuda, de intercesión y de Gracia para estos tiempos.
Desde ahora agradezco a todos los que han acompañado esta peregrinación, sabiendo que no es solo una peregrinación material sino especialmente espiritual, que abraza a muchas consciencias, naciones y situaciones planetarias que se van desactivando, reconstruyendo y transformando para que todas esas situaciones estén todas dentro del Propósito de Dios y no del propósito de los hombres.
Depende de la humanidad la oportunidad de recibir una gran intervención divina. La respuesta de parte de los seres humanos será muy necesaria, para que esa ayuda universal pueda llegar a la Tierra y todo, absolutamente todo, se mantenga en el equilibrio.
Reciban cada una de Mis palabras como si fueran las últimas, porque sé como Madre que las necesitarán, para poder seguir caminando en esa trayectoria de la Tierra, rumbo al sagrado encuentro con el Redentor.
Por esa razón, también vengo aquí por los que hoy se consagrarán, por los que ya se consagraron una vez a Mi Inmaculado Corazón.
Este será el momento, hijos Míos, especialmente para los Hijos de María de todo el Brasil, de poder responder y corresponder al llamado de Dios en todo lo que es presentado y manifestado como Voluntad Divina. Eso evitará muchos acontecimientos en su país y las puertas de la Divina Misericordia se mantendrán abiertas sobre un pueblo y una nación, que fielmente es devota a la Madre de Dios.
Que se aproximen los que hoy se consagrarán como Hijos de María.
Preparándonos mediante el cántico de la consagración, haremos la renovación de nuestros votos a la Madre de Dios, asumiendo nuestro compromiso interior y espiritual con la Obra de los Mensajeros Divinos y el Padre Celestial.
Almas queridas de Dios, seres congregados en el nombre del Amor ante el Altar Sagrado de la Madre de Dios: Que sus almas hoy reciban esta bendición maternal que Yo les traigo.
Que sus corazones sientan el impulso de la paz, del amor y del bien, que hoy emite Mi Corazón Inmaculado, para que su compromiso ante Dios sea verdadero y persistente, para que aprendan a proteger sus vidas mediante el camino de la oración, del servicio por los demás y por los Reinos de la Naturaleza, para que en sus familias y hogares pueda despertar el principio de la Sagrada Familia, mediante actos de bondad, de caridad, de amor y de bien para con sus semejantes.
Hoy, su compromiso Conmigo será por todas las familias del Brasil y del mundo, para que en sus familias exista el oratorio dedicado a Mi Materno e Inmaculado Corazón, donde Mi Presencia pueda estar allí entre ustedes y en todos los hogares del mundo, especialmente en las familias que están divididas y separadas por el desamor.
El Brasil, como pueblo devoto a la Madre de Dios, tiene la posibilidad de realizar muchas obras. Por eso no Me canso de volver aquí una y otra vez, para poder bendecir a Mi pueblo querido, que siempre suplica a Dios por Su Amor y por Su Gracia, por Su Misericordia y por Su Compasión.
Hijos, Yo los amo y solo deseo que hagan el bien, para que el Bien de Dios esté en sus corazones y en el corazón de todos sus hermanos, a fin de que la maldad sea disuelta, los infiernos sean cerrados, para que las almas se liberen y reencuentren el camino hacia Dios.
Oremos. Y hoy oraré con ustedes, hijos Míos. al Padre Celestial. para que esta ofrenda que nace de sus corazones, sea recibida en Su Reino y Él les devuelva Su bálsamo de Paz, de Cura, de Amor y de Perdón, para que sus vidas a partir de ahora sean otras. Crean que eso es posible.
¡Recemos!
Padre Celestial ... ( x 3 veces)
Brasil siempre será el Edén, donde Dios colocará Sus Ojos para contemplar la transformación de Sus hijos y el cuidado de todos los Reinos, a fin de que siempre esté presente la paz, el amor y la unidad entre los seres.
Yo los bendigo y los consagro a todos como Mis hijos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que una lluvia de Amor y una Gracia espiritual descienda en este momento, no solo para bendecir al Brasil sino también a todos los Reinos, a todos los continentes y los océanos que están unidos a la Creación de Dios en perfecta unidad.
Hoy Me alegro por haberlos tenido aquí, porque hayan traído su ofrenda para Mi Corazón.
Hagan lo que les pido, oren todos los días y todo se transformará y se curará. Es algo muy simple, así algún día serán como Yo, bellos en el Amor y agradecidos en la Confianza.
¡Yo les agradezco!
Sigan adelante en el Camino del Corazón.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Como respuesta del Universo Celestial, hoy llevo entre Mis Manos una Rosa de Luz. Es el tributo del Amor de Mis hijos por la Madre de Dios, de todos los orantes de Argentina que han respondido a Mi llamado de amor delante de estos tiempos críticos.
Esta Rosa de Luz que hoy llevo entre Mis Manos es el testimonio esencial de cada corazón orante; es la respuesta amorosa de Mis hijos de Argentina por la Madre de Dios.
Con toda la dulzura de Mi Corazón y de Mi Alma, llevaré hacia el Reino de Dios este ofrecimiento de las almas.
Podré interceder, no solo por todos los seres del planeta, por los Reinos de la Naturaleza, por los más marginados y pecadores; también podré intervenir por las almas del purgatorio y del infierno que gritan por luz y por paz.
Todo esto es posible, queridos hijos, cuando su respuesta es verdadera, cuando de sus corazones nace la dulzura por Mi Corazón Maternal.
Así el Cielo se comunica con la Tierra, los Espejos del Universo se comunican con los espejos de los corazones, y se establece a través de esta ciencia espiritual la divina energía de la Paz, la que viene a auxiliar del Universo a todos los seres, especialmente a las naciones más necesitadas de Luz y de Redención.
Los invito, queridos hijos de Argentina, a seguir trabajando a través del esfuerzo y del servicio para que en cada corazón humano se pueda constituir el Nuevo Reino de Dios, el que vendrá con la segunda venida de Mi Hijo.
Hoy vengo desde las montañas de los Andes cruzando el lago Nahuel Huapi, porque también soy la Madre de la Divina Naturaleza, y quiero que Mis hijos aprendan, en estos tiempos, la importancia de poder cuidar y proteger la Creación de Dios, todo lo que Él manifestó por Sus criaturas desde el principio, pensando en cada detalle, para que las almas de la Tierra se sintieran acogidas y plenas, y que en cada lugar que observaran o que contemplaran pudieran sentir la Presencia de Dios.
Valorizar a los Reinos de la Naturaleza será un significado importante de la humanidad, y la respuesta de esta protección a los Reinos Menores de parte de esta raza actual, permitirá la continuidad de una nueva raza, con una nueva consciencia y una nueva energía, que partirá con el interés en lo sagrado y en lo reverente, en la preservación y en el cuidado de todo lo manifestado por la Creación de Dios.
Ustedes aquí, queridos hijos, como en toda la Argentina, tienen grandes tesoros espirituales guardados en estas bellezas naturales, que son parte de los Dones de Dios. Por más que no los vean ni los sientan, ellos están allí presentes desde hace mucho tiempo.
Abran su consciencia al interés del Universo y la Vida Mayor descenderá sobre sus vidas, para que reconozcan en estos tiempos que no solo son seres materiales, sino espirituales, que han venido a la Tierra a cumplir con una misión y un propósito, no solo como seres individuales, sino también como nación.
Cada respuesta de Mis hijos a la Madre de Dios, es una nueva oportunidad de intercesión por las almas y por el planeta.
A partir de ahora, queridos hijos, vivan esa nueva cultura interior de preservación de los Reinos de la Naturaleza y sagrados valores de Luz y de Amor despertarán en sus corazones; sentirán la imperiosa necesidad de cuidar a la Creación, para la llegada de las nuevas generaciones.
Por eso hoy vengo de las montañas de los Andes, cruzando el gran Espejo del lago Nahuel Huapi, irradiando desde aquí para toda la Argentina, los Atributos de Dios.
Este fue el lugar escogido por el Padre para que la Madre Celeste en esta nueva etapa de la peregrinación descendiera desde el Universo hacia este sagrado lugar, a fin de volver a establecer en la Argentina los valores necesarios que la protegerán espiritualmente y que permitirán el surgimiento de una nueva consciencia basada en el bien y en la fraternidad, en el amor y en la hermandad entre los seres, hasta en los Reinos Menores de la Naturaleza.
Deseo, queridos hijos, que sientan a Dios en cada espacio aquí presente, que puedan descubrir los prodigios de Su Corazón Eterno, amorosamente manifestado través de los Reinos de la Naturaleza, porque en los Reinos de la Naturaleza, queridos hijos, está la cura de la Humanidad.
Llevaré esta Rosa entre Mis Manos hacia el Reino de Dios, como el ofrecimiento de cada uno de sus corazones para esta nueva etapa que deberá comenzar en Argentina, primero en el plano espiritual, para después suceder en el plano material.
Mi Hijo ya les dio el primer impulso para que esto sucediera. Las bases ya están construidas en sus consciencias. Ahora es hora de erguir el templo interior en cada corazón humano, para que pueda volver a florecer en la Argentina la alegría de vivir a Dios y de sentir Su Reino Celestial en la Tierra.
Entonces, queridos hijos, hoy les traigo lo más sagrado que hay en el Universo de Dios y que también está dentro de ustedes, que es esa Esencia Divina que les hará comprender los Misterios de Dios tan solamente por la oración del corazón.
Así abrirán las puertas para que se develen los secretos que se encuentran en lugares sagrados como este y que vienen a acudir a la humanidad tan necesitada de luz y de amor, de una manera silenciosa e imperceptible.
Los coloco, queridos hijos, ante la Llama sagrada del Amor de Dios, delante del Fuego ardiente de Su Corazón, que impulsó la Creación de los mundos y de las estrellas y de toda la Vida Universal.
Los coloco delante de este Sagrado Fuego Divino para que puedan reconocer su filiación espiritual con el Padre Celestial y descubran dentro de ustedes sus orígenes, lo que les hará renacer y encontrar sentido a sus vidas.
Por eso he venido aquí, queridos hijos, no solo para llevar al Cielo la Rosa de Amor que ustedes Me han donado, sino también para entregarles la Llama de Amor de Dios, aquella Llama que vivifica el espíritu y la consciencia, que trae entendimiento y sabiduría, plenitud y confianza en la Voluntad de Dios,
A partir de ahora, hijos míos, siéntanse diferentes, siéntanse otras personas, almas renovadas por el Amor del Padre, que reencuentran el camino que habían perdido hacia su trayectoria espiritual.
Delante de los Sagrados Reinos invisibles de la Creación, guardados en los paisajes naturales de la Tierra, vengo a testimoniar ante de Mis hijos de Argentina el Amor de Dios por medio de Su Sagrada Llama Divina, para que las almas reencuentren el sentido del propósito y de la vida, sin necesidad de alterar la evolución ni de modificar las Leyes Universales, las cuales forman parte de su planeta y de su humanidad.
Respetando la Ley de la Jerarquía, serán dignos de la Gracia de Dios como consciencias y como pueblo, y podrán abrazar el llamado de Dios como lo han hecho en este momento, por más que no lo comprendan o no lo entiendan, sintiendo la veracidad del Amor de Dios en sus corazones, que viene a guiar al mundo hacia el camino del gran despertar.
Que se cumpla en Argentina el advenimiento del Propósito de Dios; que las almas sean partícipes de ese advenimiento y que refugiadas en el Amor de Dios sean partícipes de la venida de Cristo, siendo merecedores de Su Divina e Insondable Misericordia, para constituir en la Tierra los nuevos cristos.
Hoy, ante Mi Presencia Celestial, se consagran almas tan especiales como tantas otras que han escuchado Mí llamado para seguir viviéndolo y cumplíéndolo en el fin de estos tiempos.
Quiero que vengan aquí los que hoy se consagrarán como Hijos de María, porque en pocas palabras, hijos Míos, Yo les he dicho todo lo que Dios necesitaba que escucharan, para el crecimiento espiritual de sus mundos internos y el despertar de sus consciencias a la Vida Divina.
Pueden arrodillarse.
Este “sí” significa una respuesta importante para el Universo. Esa respuesta la acoge Mi Inmaculado Corazón, no solamente de ustedes, sino de todas las almas que forman parte de Argentina y que algún día recibirán el despertar de la consciencia, para darse cuenta que la vida no termina aquí, sino que ella es eterna.
A través de esta consagración ingresen a las nuevas Leyes del Universo, para que sus vidas sean regidas por nuevos principios y siempre sus espíritus sean encomendados a la magnifica Obra del Espíritu Santo de Dios, para que se cumplan en ustedes sus divinos dones y encuentren el camino de servicio, a fin de concretar en la Tierra la segunda venida del Redentor.
Colocando sus manos en señal de recepción, queridos hijos, reciban esta consagración espiritual por todas las almas del mundo, vivificando a partir de ahora el compromiso sagrado con la oración, para que sus almas sean curadas de todo lo que hayan vivido en el pasado, para que sus consciencias sean abrazadas por el Fuego del Amor de Dios y así se cumplan, en ustedes, las Promesas de Cristo.
Escuchando el Himno de su Consagración, elevando la llama de su corazón al Cielo, reciban esta bendición directamente de Mi Corazón Inmaculado, por ustedes y por la Argentina, por el amor predilecto que le tengo a este pueblo y porque de aquí haya surgido un gran misionero de Dios, el Papa Francisco, embajador de Cristo en la Tierra; un pacificador que aprende a vivir la Palabra de Cristo y hacer sobrevivir su Iglesia en estos tiempos críticos, a fin de que triunfe la Iglesia Celestial de Cristo en la humanidad.
Que no existan diferencias, que no existan barreras, que no exista desunión. Que en la esencia de cada alma todas las consciencias se unan bajo un mismo propósito, sabiendo que siempre deberá prevalecer el Amor de Dios para que triunfe, por todos los siglos, Su divino Reino. Amén.
Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por haber respondido a Mi llamado.
Una nueva luz llegará a la humanidad y ella deberá nacer a través de todos los Hijos de María.
Aunque algunos ya no estén Conmigo, el compromiso con la Madre de Dios es imborrable en el Universo.
Pero Yo volveré a reunir al rebaño de Cristo para que descubran que detrás de todo ese Misterio de Dios existe algo esencial y primordial que es el Amor, que triunfa sobre todo mal.
Los escucho.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que en el silencio del corazón sean escuchadas las Palabras de la Madre de Dios, la Madre del Cielo que se pronuncia a Sus hijos para llevarlos por el camino del bien y de la paz.
Pero mientras gran parte de la humanidad se sumerge en las ilusiones del mundo, Yo vengo a llamar a los que Me escuchan, a los que han sido valientes a Mi lado, a los que incondicionalmente siguen Mis pasos.
Vengo a hablarles con la Voz de Mi Corazón y de Mi Alma. Vengo a pronunciar Mi Mensaje al mundo, a pedido del Padre Celestial.
Deben ser valientes y seguir adelante. Deben seguir gestando en sus espíritus la segunda venida de Cristo, porque Él aún espera poder vivirla junto a ustedes y a la humanidad.
Pero mientras sus esfuerzos sean pobres, estén carentes de entusiasmo y de dedicación, pobres serán los resultados para ese gran momento planetario. Dependerá de ustedes, hijos Míos, que todo se pueda realizar.
No hay nada más que el Cielo pueda hacer; solo esperar la respuesta de las criaturas de Dios, solo escuchar silenciosamente las oraciones de los que se comprometieron con Cristo para estos tiempos.
En verdad les digo, queridos hijos, aún no es suficiente lo que se hace. Debe reinar en ustedes la consciencia de la igualdad, porque esto protegerá la Obra del propio enemigo, porque esto los equilibrará a todos ustedes bajo el impulso poderoso de la fraternidad y del bien.
Dedico este mensaje a los que quieran escuchar de verdad; a los que se animen a traspasar los umbrales de la indiferencia y de la ignorancia humana; a los que se arriesguen a trascender los tiempos, viviendo la transformación en su propio interior y haciendo viva, una a una, Nuestras Palabras.
Hijos, el Universo necesita de ustedes una mayor integración y no solo de momentos buenos o pasajeros.
Es necesario que el Plan de Dios se encarne en sus células y lo hagan parte de sí, porque así podrán representar a Cristo en la Tierra y ser Sus verdaderos seguidores, ser Su verdadera Iglesia, ser Su verdadero testimonio.
Él espera que todo lo que hizo hace más de dos mil años atrás no haya sido en vano. Y por más que la humanidad aún no conozca todos los misterios de Cristo, algún día tendrá consciencia de lo que significó la verdadera entrega del Señor, en todos los planos de consciencia, en la esencia del plano espiritual.
Yo necesito, queridos hijos, sacarlos de la mediocridad, de lo que es tibio e inseguro. Por eso debo hablarles con una celestial transparencia y una claridad inmediata, libre de confusiones o de pareceres.
Necesito que entiendan y comprendan lo que les digo en este momento. La continuidad de la Obra está en sus manos, porque ustedes fueron llamados para vivirla y ustedes mismos la asumieron, sin pensar en lo que sería o en lo que significaría. De ahí viene su responsabilidad y su compromiso, de ahí viene el valor de lo que eso significa para este tiempo tan crucial en la humanidad.
No estoy queriendo decir que serán los libertadores de estos tiempos, porque el Único es Cristo, Nuestro Señor y Rey del Universo.
Ustedes deben ser chispas multiplicadas de ese Plan de Dios, que de tiempo en tiempo viene a la humanidad para impulsarla a los cambios, a la redención de sus deudas y al perdón de sus pecados.
Por eso, las Gracias que trae Mi Corazón son inextinguibles. La Misericordia que trae Mi Hijo es intransferible, no hay nada que lo pueda cambiar. Dependerá de ustedes dar ese paso a la entrega total, como a cada uno le corresponde en este ciclo, porque Dios no espera de todos la santidad, pero sí la consagración, la vivencia absoluta del compromiso con Mi Amado Hijo y con Su Plan de Rescate.
Cada cosa que puedan dar al Plan será bien recibida pero no lo que les sobra, sino lo que surja del corazón, espontáneamente, y sea verdadero.
El Retorno de Cristo será una tarea laboriosa y de ustedes debe nacer la realización de ese Plan, para que se pueda manifestar en la superficie de la Tierra.
De esta forma, nada les faltará; porque la humanidad, en verdad, le debe mucho al Universo, como también a los Reinos de la Naturaleza, que aún siguen sufriendo las consecuencias de estos tiempos.
Fue dicho que después de la última Sagrada Semana con el Señor, el ciclo cambiaría. He aquí este ciclo que ya llegó, que sus ojos internos necesitan ver y sus corazones necesitan sentir, sin temor de saber lo que eso representa para la Creación.
Por eso deben trabajar el despojamiento interior inmediato, no queriendo nada para sí, sino todo para los demás, compartiendo lo que se tiene y experimentando el amor que los demás viven en su interior.
Así, la gran corriente de la Luz será transformada; la gran corriente de la Luz será renovada y sus pies caminarán libres del pasado y de los errores, porque estarán al servicio de Cristo, en plenitud y gozo.
Y a pesar de lo que suceda en este mundo, no desistirán, sino que cada prueba la tomarán como una confirmación de su confianza en Cristo, porque tampoco temerán a lo que ustedes consideran que podrían perder.
Todo lo que les fue dado, algún día debe retornar al Padre y ese día está cerca, esa retribución está próxima, porque ahora son conscientes y no están dentro de la ignorancia mundial.
El Plan de Dios es una consciencia definitiva que muy pocos se animan a atravesar con determinación. Pero ahora llegó el momento para todos, de que puedan cruzar ese portal hacia la vivencia total del Plan, haciéndolo parte de sus vidas y de su día a día y no dejándolo como algo secundario o momentáneo.
El Plan se cumplirá con la colaboración de todos y no me cansaré de repetirlo, queridos hijos, porque es necesario que sus otras células despierten y que puedan reconocer la Verdad que surge de Dios, a través de Mi Inmaculado Corazón.
En nombre de Mi Amado Hijo, vengo a reforzar Sus pedidos y Sus súplicas.
El planeta aún deberá sostenerse, aunque parezca que se irá a hundir y que luego perderá todo. Pero es la fuerza del amor consolador y del compromiso de los hombres, que hará que el planeta se pueda sostener por sí mismo con esta humanidad indiferente, que solo busca a Dios cuando lo necesita y que no cruza la puerta del arrepentimiento.
Los quiero, hijos, en la libertad del corazón y en la expresión del alma.
El tiempo final se aproxima y es hora de asumir sus compromisos, para que Cristo pueda obrar en ustedes, sin límites y sin obstáculos, para que Él pueda cumplir la promesa de Su retorno a la humanidad y finalmente todo vuelva a comenzar, como lo fue pensado en el principio, en el origen de esta raza. Y en esa entrega absoluta participarán de la Comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y así se renovarán.
Que Mis Palabras los despierten, que Mis impulsos los lleven a caminar hacia ese objetivo de ser precursores, de verdad, de la segunda venida de Cristo; llevándolo adelante en el tiempo que nos resta, para que la mayoría de la humanidad se salve y reconozca su filiación con Dios, y así, el mal acabe en los corazones y en el mundo y pueda reinar la paz, la hermandad y el bien, que son parte del Proyecto de esta raza y de los Nuevos Cristos.
Yo les agradezco por escucharme, abiertos de corazón, viviendo Mi Mensaje y llevándolo a la práctica. Ejercitándolo todos los días, a través del esfuerzo y de la dedicación, sin dejar que Mis Palabras se disipen en sus consciencias, sino que al contrario, ellas sean fuego y luz en sus espíritus.
Les doy la Paz en nombre de Mi Hijo y respondiendo a Su pedido.
Aún hay mucho por hacer y esperamos por sus respuestas, como en otros tiempos lo han hecho, siempre dando un poco más de sí, sin temor a perder nada, sino a ser parte del Universo del Amor.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengo aquí por un pueblo que Me ama, que Me escucha, que Me invoca y que Me suplica.
Vengo aquí por esta tierra para poder curarla, para que de ella pueda resurgir una Nueva Humanidad.
Vengo aquí por el amor de los corazones que se expresan a Dios con simplicidad y humildad. Eso es lo que me hace venir aquí, queridos hijos, que haya escogido llegar aquí dentro de esta obra de peregrinación y de este propósito que Dios Me ha colocado como parte de Sus sagrados designios.
Hoy vengo aquí, queridos hijos, para colocar entre Mis Brazos a cada uno de ustedes; para que sientan la dulzura de Mi Amor, el fuego de Mi Corazón y la Luz de Mi Espíritu que viene a curar a las almas del pasado, a cicatrizar los errores, a disolver las penas y todos los sufrimientos que hayan podido vivir algún día.
Hoy escucho la voz de sus oraciones en pleno gozo, en eterno júbilo, porque hoy están abriendo la puerta a su Madre Celeste para que Ella no solo esté aquí, entre ustedes, sino también con todo el país y con todos los Andes, que tanto necesitan de la ayuda de Dios.
Quisiera que después de este día, queridos hijos, sus vidas ingresaran en el camino del apostolado y de la oración, y que este primer impulso que sus almas recibirán en su consagración, sea el motivo para dar nuevos pasos en la concreción del Plan de Dios sobre la Tierra, para que sus almas sean algún día, los soles de la Nueva Humanidad.
Hoy comienza un nuevo camino en sus vidas, queridos hijos. Sus caminos son enderezados para que en algún momento se encuentren con el Señor Jesucristo, porque Él es el precursor de todas las cosas. Él es el gran Mensajero de Dios que envía a Su sierva y discípula para entregarles la Palabra de Vida por medio de Su manantial de Misericordia y de Amor.
Quisiera que supieran, queridos hijos, que hoy sus pasos son iluminados en el amor y en la verdad, para que muchas, muchas almas más, que en estos tiempos desesperan y viven en la oscuridad, puedan encontrar la luz, la luz de sus corazones.
Yo vengo a animarlos, queridos hijos, a ser caritativos; a vivir la vida de servicio por el semejante, para que su nación y su pueblo puedan recibir una gran expiación universal, y sobre todo, la restauración de la consciencia de esta nación. Para que los nuevos códigos divinos ingresen en sus esencias, en sus corazones y en sus vidas; y todo, todo, se pueda recrear tan solo dando sus pasos en el camino del amor, de la oración y del servicio.
Los invito, queridos hijos, a ser parte de la Obra de Dios; no solo viviendo todos los días la comunión con Cristo por medio de la Sagrada Eucaristía, no solo a través de la confesión, de la oración o del ayuno, sino también a través de su entrega ardiente, de la misma forma como hoy se entregaron a Mi Inmaculado Corazón.
Quisiera que todos estos impulsos espirituales que hoy les traigo desde el cielo, permanecieran vivos en sus vidas por mucho tiempo más, porque en verdad, queridos hijos, los necesitarán para llevar adelante el Plan de Retorno de Cristo a la Tierra.
Hoy vengo a traerles, queridos hijos, las nuevas Voluntades de Dios; es decir, los nuevos designios que brotan de Su Corazón Misericordioso para cada uno de Sus hijos, los que hoy, especialmente, Él derrama con tanto Amor y tanta Misericordia por medio de Mi Inmaculado Corazón, como una puerta hacia la Redención.
Sé que el mundo y sus vidas necesitan cura. Conozco profundamente todas las necesidades de Mis hijos y especialmente las de Mis hijos del Perú; pero si cumplen Mis pedidos y siguen obedientemente Mis pasos por el camino del amor y del servicio, les aseguro, queridos hijos, que no solo sus vidas se transformarán y sus cuerpos se curarán, sino que también miles de almas más, que en esta nación aún esperan despertar, recibirán la misma Gracia que hoy reciben sus corazones y se sentirán motivadas, a pesar del fin de los tiempos, a decir ‘sí’ al Plan de Dios.
Ustedes son un pueblo sagrado, y podría decir, bendito en su origen. Les vuelvo a recordar, queridos hijos, la importancia de recuperar los valores para la vida de esta humanidad, para que los Sagrados Dones de Dios permeen sus consciencias, más allá de sus vidas, a todos sus hermanos que también necesitan del Sagrado Espíritu de Dios para encontrar el Camino de la Luz.
Hoy también quería agradecerles, queridos hijos, porque su pueblo, a pesar de sus necesidades y pruebas, ha acogido a los que emigran a este país buscando una oportunidad y una nueva esperanza, y sobre todo la paz, que también debe instalarse en este pueblo y en esta nación. Si en verdad siguen orando de corazón todos los días, Yo podré cumplir con la promesa que he hecho a Dios, de despertar aquí a nuevos soles que iluminen esta humanidad y estos tiempos de tribulación.
Si se unen en grupos de oración será más fluido, queridos hijos; se concretará el Plan de Dios, no solo en esta nación sino también en las Américas, en donde gran parte de esta raza también espera por su despertar.
En este tiempo vengo peregrinando por las Américas para despertar la raza a los designios de Dios, a la Sagrada Voluntad que está escrita en el Corazón del Padre y que debe hacerse realidad en sus corazones.
Si oran junto a Mí en este tiempo, queridos hijos, permitirán que Yo pueda retornar al Perú por segunda vez. Cumpliré Mis promesas cuando vea sus corazones encendidos por el fuego de la oración y del servicio, de la caridad y del bien, para que en esta Tierra Sagrada se vuelvan a gestar los principios de una Nueva Humanidad; una Nueva Humanidad que comenzará dentro de ustedes para que finalmente, emerja en esta superficie.
Hoy vengo como el Sagrado Sol del Universo para encender sus esencias, para que recuerden su origen y su principio, para que recuerden el comienzo de su existencia y los primeros pasos de su evolución. Eso los hará fuertes. Porque la oración los hará fuertes, para poder llevar adelante Mis Pedidos, y poder consagrar finalmente a este pueblo y a esta nación a Mi Inmaculado Corazón. Así,Yo podré contar con sus manos y sus brazos para llevar adelante la Obra de Redención en esta parte de la humanidad.
Alégrense, queridos hijos, porque están reencontrando el camino hacia Dios. Su perseverancia y su fe han permitido este acontecimiento y hoy se vuelve a escribir una nueva historia para el Perú, que comienza a surgir en el universo interior de cada ser.
Y ahora, Mis Palabras son Soplo del Espíritu, Llama que enciende la llama en sus corazones para que vivifiquen el Plan de Dios y lo lleven adelante, en estos tiempos críticos, en donde es urgente la Paz, la fraternidad y la hermandad entre las consciencias.
Hoy, quisiera hacer una consagración especial ante todos sus Sagrados Soles; aquel Sol interior que siempre debe brillar, que debe tener la fuerza interior para superar obstáculos, pruebas y tinieblas; que debe estar en lo más alto del Universo para hacer brillar el Propósito de Dios mediante la conversión y la redención de sus vidas.
Que hoy se acerquen aquí los que se consagrarán, para que su Madre Celeste los pueda bendecir por medio del Fuego Divino del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Agua para bendecir.
“Señor del Universo: Bendice este elemento que has creado como emanación purísima de Tu Sagrado Corazón, a fin de que bendiga a las almas con el Soplo y con el Fuego de Tu Espíritu, con la vivencia verdadera del Amor en el corazón de los hombres de este planeta.
Que Tu Luz descienda, como Códigos de Luz, como estrellas radiantes que hacen vivificar en las almas el Divino Propósito. Amén”.
Mientras escuchan el himno de su consagración, que sus corazones se eleven a lo alto para ser bendecidos, acogidos y recibidos en los Brazos del Padre Creador.
Que sus soles internos se enciendan. Que la llama viva de la devoción despierte y que la cura de sus espíritus se establezca como portal para una Nueva Humanidad.
Que esta consagración represente el nuevo tiempo, la nueva unidad, la eterna alianza entre sus almas y Dios, en la que nada estará separado.
Queridos hijos, en esta noche sagrada, en este día bendito en el que Dios se une a sus corazones y el Hijo Divino se une a sus esencias, su Madre Celestial y Universal les entrega la faz que une a todos los pueblos, a todas las religiones y a todas las culturas. Que hoy su pueblo y su país sea protegido y bendecido por el Sagrado Manto de la Señora de Guadalupe, a fin de que se cumpla el Propósito de Dios para esta nación. Amén.
Hoy les entrego esta imagen, para que como peregrina de su pueblo, muchas más consciencias puedan vivir esta unión interna con Dios por medio de Nuestra Señora de Guadalupe, Madre de los pueblos originarios y de todas las culturas de esta tierra.
Que esta imagen visite a los que más la necesitan y que siempre esté presente en sus momentos de oración, como nuevo grupo de oración.
Hoy les dejo aquí el testimonio de Mi Luz, de Mi Amor y de Mi Gracia para cada uno de ustedes. Por este fin, Consagro a Perú a Mi Inmaculado Corazón. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Escucho a las voces que se elevan a Dios para establecer esta Divina Consagración al Inmaculado Corazón de María.
Agradezco a Perú, a su pueblo y a su cultura por haber respondido a Mi Llamado.
Los amo, y les agradezco.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más