Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN LOS ALPES, FRANCIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL ENCUENTRO DE ORACIÓN DEL DÍA 16

Ave María en francés

Je vous salue, Marie,
pleine de Grâce,
le Seigneur est avec vous.
Vous êtes bénie entre toutes les femmes
et Jésus, le fruit de vos entrailles,
est béni.

Sainte Marie, Mère de Dieu,
priez pour nous, pauvres pécheurs,
maintenant, et à l’heure de notre mort.

Amen.
 (tres veces)


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vengo aquí como la Emperatriz de la Paz, trayendo en Mi Mano el Cetro de Dios para que el mundo viva el Propósito del Padre, para que Mis hijos se unan a ese Propósito Espiritual antes de que sea demasiado tarde.

Por eso hoy, este impulso espiritual de la Fuente Creadora, lo deposito en el corazón de Mis hijos, lo derramo en las almas de Dios, para que la mayor cantidad posible de consciencias despierten en este tiempo de emergencia y pueda responder a la gran necesidad del planeta, a la emergencia de la humanidad.

Por eso, queridos hijos, Yo vengo aquí, a La Salette, una vez más, para recordarles Mi Mensaje, el Mensaje de la Señora de La Salette, un Mensaje que no fue completamente escuchado ni aceptado.

Por eso, les vengo a recordar esto, porque aún resta un poco de tiempo para que todo se pueda revertir y transformar en toda la consciencia humana.

Queridos hijos, Yo los necesito aquí, Conmigo, a Mi lado, al lado de la Madre de Dios, caminando por este mundo, siguiendo los pasos de Cristo, sirviendo a través del apostolado incansable, ante la gran necesidad planetaria.

¡Cómo Me duele lo que sucede en Medio Oriente! ¡Cuánta sangre inocente aún sigue siendo derramada!

¿Cuándo la humanidad se detendrá? ¿Acaso no le temen a la Justicia de Dios?

Muchos tal vez no le temen, porque creen que nada les sucederá. Por eso, Yo vengo aquí como su Abogada, como la Madre Mediadora e Intercesora entre las almas y Dios, porque lo necesitan imperiosamente.

Por eso, les vuelvo a decir que antes de que sea demasiado tarde, queridos hijos, despierten al cambio que Yo les pido. Escuchen la Palabra de Dios a través de Sus Mensajeros; porque si no muchas más almas vivirán el pesar y la angustia de estos tiempos, por no haber escuchado el Llamado de Dios que viene a través del Corazón de su Madre Celeste, del Corazón del Divino Hijo y del Humilde Corazón de San José.

Nuestros Tres Sagrados Corazones, en esta hora tan delicada y grave del planeta, trabajan en unidad con la Santísima Trinidad para que, a través de los santos ángeles, muchas más almas puedan estar protegidas, puedan estar amparadas de los horrores de estos tiempos, de los que todos están participando y viendo.

Mis amados hijos, vuelvo a repetirles que detengan las armas. Vengo a pedirles, imperiosamente, que se detengan y mediten, que ya no se agredan, que ya no se lastimen, que ya no invadan lo que no les pertenece, que eviten en este tiempo la migración de millones de almas, el exilio de muchas familias por terror a la guerra o a la muerte.

Yo vengo como la Emperatriz de la Paz, a lo alto de los Alpes, para que Mis hijos escuchen el profundo eco de la Voz de Dios, para que algo cambie pronto. Eso es lo que más necesito, en este momento, además de sus oraciones y suplicas, que también las escucho atentamente. Porque así se evitan las guerras, a través de la oración se evitan los conflictos, a través de la verdadera oración las almas no se pierden, sin tener retorno.

Por eso, Yo vengo hoy con el Cetro de la Luz de Dios encendido, atrayendo hacia la Tierra, una vez más, Su Divino Propósito, para que todo pueda ser impregnado por esa Luz Superior, para que los corazones vuelvan a encontrar la paz que perdieron. Porque este es el tiempo, queridos hijos, de que todos puedan conocer Mis Gracias, de que todos puedan comulgar de Mi Hijo para sentirse curados, redimidos y renovados.

Por eso, Yo estoy aquí para volver a interceder, para volver a intervenir en la emergencia de estos tiempos. No quisiera ver morir más inocentes. Esto hace doler el Corazón de Dios, esto hace doler el Corazón de su Madre Celeste, esto lastima el Corazón del Divino Hijo.

Contemplen la Misericordia de Dios, el universo de Su Amor está abierto a todos.

Reencuéntrense con ustedes mismos, para poder comprender este Propósito que hoy les traigo.

Reconcíliense, perdónense a ustedes mismos, para que la cura espiritual pueda llegar.

Yo les agradezco que estén aquí, Conmigo, y que hayan hecho todo lo posible para estar aquí, en este momento, acompañando a la Emperatriz de la Paz en esta tarea especial que Su Inmaculado Corazón y Su Divina Vida llevan adelante por el bien de las almas, por la paz de los corazones, para que se detengan las guerras, para que ya no haya más sangre inocente derramada en la superficie de este mundo.

Yo les vuelvo a decir esto, queridos hijos, porque estas cosas no pueden acontecer. El mundo se aleja de la Ley y pierde el sentido de su pureza y de su inocencia. Estoy unida a todos los que oran por esta causa, por la causa del llamado de la Madre de Dios.

Fortalezcan la oración en sus familias. Que sus oraciones se multipliquen y se amplíen, que el clamor y la súplica como una sola voz y un solo corazón lleguen al Corazón del Padre, porque Él quiere estar más cerca de Sus Hijos. ¿Sus Hijos quieren estar más cerca de su Padre?

Yo vengo a abrirles esta puerta hacia el Reino del Amor de Dios, para que todos tengan la Gracia de algún día ser dignos en el Padre, dignos en el Hijo y dignos en el Espíritu Santo; porque es posible, hijos Míos.

Ustedes no pueden olvidarse de que son Hijos de Dios. Todos son Hijos del Padre, más allá del credo, de la religión o de cualquier otra situación. Todos deben recordar esto. Por eso, estoy aquí para hacérselos saber, porque muchos lo están olvidando.

En esa filiación, encontrarán la felicidad que necesitan, la respuesta que tanto buscan, el consuelo que tanto esperan, la paz que tanto aspiran. Porque todo está en el Reino de Dios y, una y otra vez, Su Reino puede descender a la Tierra a través de aquellos que se abren para recibirlo en su interior y así formar parte de la Vida Divina, de su verdadero origen, de su verdadera existencia, de donde todo puede comenzar de nuevo.

Su Madre Celeste, la Emperatriz de la Paz, se recoge en estas montañas para contemplar el horizonte desde lo alto; así como también ustedes lo pueden contemplar, esperando con ardiente devoción la llegada de Cristo desde los Cielos, para que este mundo y esta humanidad se reconstruyan y finalmente vivan la Voluntad de Dios. Porque Cristo, Mi Hijo, traerá Su Gobierno, pero sobre todo traerá Su Amor y Su Luz, para volver a llevar a sus corazones a Su Eterna Paz.

Hijos, sigan orando, sigan respondiendo a Mi llamado. Yo estoy aquí y Soy su Madre, la Madre de la humanidad; y, bajo la Luz y el Amor de Mi Hijo, Yo los bendigo por la valentía de seguir los pasos de Cristo en este tiempo final.

Que el Amor de Dios los bendiga y Su Luz los guíe hasta poder alcanzar los prometidos Mil Años de Paz para toda la esfera terrestre, para toda esta humanidad herida.

Me llevo, en Mis Manos, sus intenciones y oraciones para ofrecérselas a Dios en reparación y por la cura de la humanidad, porque la cura es posible.

¡Les agradezco!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA SALETTE, FRANCIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oh, Mis amados hijos, una vez más he llegado a La Salette, en lo alto de estas sagradas montañas, para revelarle al mundo el Gobierno Espiritual de Dios, hoy representado a través del Cetro que traigo en Mi mano, este Gobierno que Él le está concediendo a la Madre del Mundo para que todos los hijos de Dios, es decir todas Sus criaturas, puedan encontrar finalmente el camino hacia la redención.

Lo que hace mucho tiempo pasó aquí, en La Salette, fue muy importante. Su Madre Celeste vino llorando a revelarles a los pequeños videntes las importantes profecías que, como advertencias, venían a corregir a la humanidad.

Desde aquel tiempo hasta el presente, en este mismo momento en el que la Madre de Dios, la Virgen de La Salette, vuelve a aparecer después de tanto tiempo sobre estas montañas, ¿qué fue lo que realmente sucedió?, ¿la Palabra de la Madre del Mundo fue escuchada o solo fue reconocida?

Este es el tiempo de aprender a percibir y a reconocer lo que la Divinidad les ha entregado a través de los tiempos. Por eso, les traigo el Gobierno Espiritual de Dios a través de Su Cetro, Su Gobierno concedido a la Madre del Mundo para que, en este momento definitivo, la consciencia de la humanidad pueda vivir el cambio que necesita.

Por esa razón, Yo he venido aquí, no solo para volver a decirle al mundo que, sobre estas sagradas montañas, hace mucho tiempo, la Virgen de La Salette, apareciendo a dos pequeños pastores, trajo un Mensaje revelador y apocalíptico que vendría a cumplirse hasta el presente.

Con esto, quiero decirles, Mis hijos, que todo lo que ha sucedido, desde el momento de Mi Aparición en La Salette, se ha cumplido tal cual lo he dicho y, aunque la Iglesia no le ha dado la seriedad necesaria, desde aquel tiempo Mis ojos lloran por todo lo que ha sucedido.

Cuando ahora, entro en el silencio de Mi Corazón es para que, a través de Mi Presencia, ustedes puedan reflexionar sobre cada Mensaje de la Jerarquía, porque aún resta un poco de tiempo para evitar acontecimientos muy duros para la humanidad.

En este lugar de La Salette, aparentemente olvidado en lo alto de los Alpes Franceses, en donde ustedes hoy se encuentran, la Madre de la Divina Profecía vino aquí para que, a través de dos pastores, fuera transmitido el Mensaje del Apocalipsis del fin de los tiempos con la finalidad de que, siendo más conscientes y atentos a Mis Palabras, desde aquel tiempo hasta ahora, muchas almas no fueran sumergidas por el anticristo, sino que fueran la preparación a través de su entrega y consagración para el gran momento del Retorno de Mi Hijo que está cerca.

En aquel tiempo de La Salette, cuando Yo Me aparecí a los dos pastores, a pesar de que Mis Mensajes eran fuertes y contundentes, que invito a repasar y estudiar, no tenían ningún otro motivo ni finalidad que despertar a la consciencia humana, en aquel tiempo una consciencia robusta y cristalizada.

Este Rayo de la gobernancia espiritual, que hoy les traigo, es el mismo que utilicé hace tanto tiempo atrás aquí, en La Salette. Pero este Rayo de gobernancia viene con un movimiento más contundente, con un propósito más determinante para que la consciencia humana salga de la cristalización e ilusión para que no pierda el camino hacia Dios.

Yo quisiera que, algún día, así como los pequeños niños pastores de La Salette, ustedes pudieran ver, con Mis propios ojos, lo que la Dolorosa Madre de La Salette vio en aquel tiempo y todo lo que sucedería hasta los tiempos de hoy.

La profecía que llega del Cielo o del universo, a través de la Palabra de la Jerarquía Divina, no es un castigo ni tampoco es para generar miedo, es para colocar a sus consciencias en el nivel en donde deben estar en este momento, en donde Dios los necesita para que se pueda cumplir Su Plan.

Mientras estoy aquí con ustedes, en este mismo momento, Mi Corazón Maternal vuelve a contemplar y a sentir lo que sintió durante las Apariciones de La Salette. Pero ahora, la gravedad que vive el mundo es más amplia, el sufrimiento que vive la humanidad es más doloroso que en aquel tiempo de las Apariciones de La Salette. 

Ahora que ustedes, en este presente y en este mismo momento, ante la Madre de Dios, son la continuación de esa historia de las Apariciones de La Salette a través de otros videntes, vengo a traerles un Mensaje más amplio y maduro para que sus corazones puedan crecer en la definición y en el amor, en la seriedad y en la responsabilidad que en este momento cada uno de ustedes debe vivir para llevar adelante el Plan del Retorno de Mi Hijo. 

Por eso, hoy deposito estas Palabras en este lugar, así como lo hice hace un tiempo atrás con los pastores de La Salette, para que más consciencias y más corazones despierten al Mensaje de revelación de estos tiempos, para que más acontecimientos sean evitados y las almas encuentren la paz.

Ahora, sepan que en este lugar y en otros lugares en donde he aparecido como Fátima, Lourdes o Garabandal, existe un lugar sagrado debajo de sus pies y dentro de estas montañas, y sus consciencias a través de un espíritu de verdadera oración y sintonía pueden contactar esos espacios sagrados, en donde muchas Jerarquías se encuentran para servir a la humanidad.

Que el silencio y la paz, que pueden encontrar en los Centros Marianos o en los Santuarios de Oración, sean el puente para que sus consciencias superiores ingresen en esos espacios de cura y de redención a fin de que la consciencia humana sea transformada, redimida y trascendida, a fin de que reciban una vez más las Gracias de las Leyes de Dios, que permitirán gestar la Nueva Tierra y despertar a una Nueva Humanidad.

Hoy, de forma especial, no solo estoy aquí en La Salette, sino también estoy presente en omnipresencia en Fátima, Lourdes y Garabandal, como en los Centros Marianos que han sido fundados por Nuestros Sagrados Corazones. 

Porque será la Luz de los Centros Marianos y la participación de las almas en los Centros Marianos que harán emerger hacia la superficie los Tesoros de la Jerarquía; así como ustedes, que hoy están aquí presentes en la Salette, recibieron una parte de estos Tesoros Sagrados, que es algo incalculable y desconocido para sus consciencias. 

Pero, cuando hay un corazón verdaderamente conectado y unido a Dios, no solo puede recibir las Gracias que he depositado en cada lugar donde aparecí, sino también puede recibir los impulsos que vienen de los Centros Internos del planeta.

Agradezcan sinceramente por esta oportunidad de estar aquí en nombre de todos; porque en verdad les digo que muchas almas en el mundo entero, hoy, se están sirviendo de este momento en los planos internos, de la Presencia de la Madre de La Salette, de la Madre de la Divina Profecía, para que más corazones y consciencias despierten a la Verdad, una Verdad que está adormecida por las ilusiones del mundo y que hoy despierta por la presencia de los Centros de Amor.

Quiero que ahora recen por Francia, para que todo lo que ha hecho, desde la conquista de otras naciones y pueblos, pueda ser curado; y los Centros Sagrados proporcionen la cura y la redención que las consciencias necesitan, una redención no solo necesaria en la Tierra, sino también en el universo, en toda la constitución de los seres presentes en la superficie de la Tierra.

Recen juntos con la Madre de Dios:
 

Ave María (en francés, 4 veces).

 

Mi Corazón hoy les entrega la Paz, esa Paz que nos dio Cristo durante Su Resurrección y Reaparecimiento a los apóstoles en el Sagrado Cenáculo, una Paz universal y divina que despertó, en Mis hijos, apóstoles y misioneros, la Sagrada Llama del Espíritu Santo.

Que los Dones del Espíritu Santo los inspiren, todos los días, a encontrar soluciones duraderas, caminos de reconciliación y de amor, de fraternidad y de caridad para que este mundo ya no sea más egoísta, indiferente y frío a las grandes necesidades de las almas.

Que esta Paz los impulse al gran cambio de la consciencia, para que se cumpla el Plan de Dios.

Les agradezco por haber llegado hasta aquí con tanto esfuerzo y esmero. Y agradezco por aquellos que fueron más conscientes en colaborar para que este momento fuera posible, ni se imaginan cuánto les agradezco.   

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.   

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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