APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL PRIMER DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Lo que hagan con el más pequeño de los Míos es a Mí que Me lo estarán haciendo. Esto es una regla y es una Ley que se cumple en el Cielo y en la Tierra, en toda la vida y en el mundo interior.

Abriendo los Siete Portales del Creador, vengo aquí, con esperanza, para estar con ustedes y sus hermanos; porque la única causa más importante en este momento es que se puedan volver a unir a través de Mi Amor.

Esa unidad se fortalecerá a través del Amor de Cristo, porque es una unidad interna y espiritual que no tiene formas, no tiene proyectos ni planificaciones.

Es esta unidad tan imperiosa la que necesita el mundo y la humanidad, para que el Amor de Mi Corazón y el Amor de Mi Padre Eterno se puedan cumplir en ustedes y así este Amor se pueda manifestar de forma viva en todo lo que fue creado.

Es este Amor de Mi Corazón que una y otra vez los renovará, que no los hará detenerse en un punto para que no puedan avanzar; al contrario, Mi Amor renueva y cura, Mi Amor trasciende y libera todo lo que queda estático y fijo.

Porque el Amor del Creador es inextinguible y concede las Gracias que Sus criaturas necesitan en este tiempo, para poder aprender a atravesar la noche oscura planetaria, principalmente su propia noche oscura interior.

Pero hoy quiero que coloquen su mirada interior y su corazón en estas dimensiones superiores que hoy les traigo, en las que los resplandecientes, los ángeles y los arcángeles recrean estas dimensiones y planos de la consciencia a través de la experiencia del amor que vive cada corazón en este planeta.

Cuando el amor consiga colocarlos más allá de ustedes mismos, los haga superar cualquier situación o condición, tengan muy presente y muy claro que estarán ayudando al Eterno, a Nuestro Creador, a que este universo y esta Creación puedan ser recreadas, a que las puertas al mal puedan ser cerradas a toda la perdición que ellas causan en la humanidad en todos los conflictos que esas puertas inciertas producen y generan.

Por eso, les pido, en esta hora tan crucial de la humanidad, que se decidan de una vez y para siempre a vivir en esta dimensión del Amor que hoy les traigo; porque es un Amor que no tiene fin, es un Amor que no tiene forma, es el Amor resplandeciente de Dios que vivifica y resplandece al alma que lo vive y que en humildad lo adopta en su propio corazón como la Ley Primera para poder redimirse y para poder trascenderse y, sobre todo, para poder perdonar y amar mucho más de lo que uno cree haber amado.

Porque mientras esto no suceda y no se testimonie, las Llagas de Mis Manos, Pies y Costado seguirán sangrando, en un silencio profundo y desconocido que nadie puede imaginar ni pensar.

Quiero que de Mi Corazón pueda emerger la alegría de estar viviendo el Amor Crístico; porque él fue instaurado y establecido en este mundo a través de la Dolorosa Pasión de Cristo para que, en este tiempo y en esta hora del Armagedón planetario, ustedes mismos con sus propias fuerzas internas, con su propia determinación y fe, coloquen en práctica este Amor del Redentor.

Porque lo que parecería ser imperdonable, solo puede ser perdonado y liberado a través del Amor Crístico que puede habitar como un código de Luz en sus células y cuerpos, porque es un Amor inextinguible e irrefutable.

El Amor Crístico siempre los colocará ante un nuevo aprendizaje y una nueva prueba; y sé que, en este tiempo, muchos se sienten en prueba.

Pero, ¿ustedes, compañeros, se sumergirán en la prueba o en el Amor?

¿Dónde está la ciencia ante toda esta experiencia y entendimiento?

En cada encuentro que han tenido Conmigo, durante más de diez años, Yo les he traído un nuevo código de Luz para que lo pudieran vivir y practicar en este momento.

No piensen que el final de los tiempos llegará de aquí a cincuenta años. Ese final de tiempo, ese ciclo de Armagedón es ahora y todos lo están viviendo y viendo en este mundo.

Pero, ¿cuál será su actitud ante este caos planetario?

¿Cuál será su actitud ante su propia noche oscura? ¿El lamento o la superación?

Mis apóstoles, durante Mi agonía en el Huerto Getsemaní, tuvieron que pasar por la misma prueba que hoy están pasando ustedes, solo que este tiempo es muy determinante y definitivo porque no solamente los colocará a ustedes, sino también al mundo, ante la posibilidad de estar o no en el universo de Mi Amor Eterno. Y esto no depende de un milagro o de un fenómeno, solo depende de una verdadera actitud.

Así, no serán arrastrados por lo que sucede, no serán empujados y derribados por la incomprensión de estos tiempos; porque la Llama del Amor de Dios que vive en Cristo y por Cristo, y que puede vivir en sus corazones, es capaz de transmutar y liberar cualquier situación o forma.

Por eso, les pido que hagan el esfuerzo correcto, no se pierdan en lo que es superficial, no se pierdan en lo que es ilusorio.

Esta es la hora tan decisiva y definitiva para sus corazones y sus hermanos, de seguir el camino de la propia cruz que Dios les confió con la madurez que el Cristo Interno necesita vivir en este tiempo, con la posibilidad del aprendizaje que su propio Cristo Interno les puede otorgar. Pero todo dependerá de cada uno de ustedes.

Hay situaciones, compañeros, que no pueden ser comprendidas, aun aquellas que suceden en esta superficie del planeta, porque esta humanidad ha caído muchas veces a lo largo de los tiempos y aún sigue cayendo en su propio abismo; y Nosotros, como Jerarquías de la Luz, venimos en auxilio de todos, para que todo encuentre su camino de paz, de armonía y de amor.

Los quiero unidos más que nunca y aún espero por esto. La unidad, como les dije, nace solamente del amor, de la posibilidad que cada uno tiene de imitarme, así como Yo les he enseñado el camino de la redención y de la paz; porque necesito que los Puntos de Luz, como este, sean un espejo de la Consciencia de Dios, únicamente en el amor que trae sabiduría, entendimiento y verdad, que es capaz de dar una nueva oportunidad, aun al que no la merezca.

Porque si Yo lo hice por ustedes, así como lo hice por Mi pueblo en Israel, ¿ustedes serían capaces de hacerlo por Mí?

¿Dónde está la respuesta a ese misterio del Amor Infinito de Dios?

¿Cómo es que el propio Dios a través de Su Hijo primogénito haya sido capaz de dejarse humillar, flagelar, castigar y morir en una Cruz?

No hay otra causa, es el amor, y no Me cansaré de decirlo hasta que lo vivan.

Porque muchas regiones del mundo, que podrían desaparecer, esperan el auxilio de ese Amor de Dios a través de los últimos apóstoles de Cristo, que no miden con una vara, sino que abren sus brazos para acoger a todos.

Espero que esto se cumpla. Confío y rezo para que Yo pueda seguir teniendo un lugar en donde poder hablar y un lugar a donde poder entrar, así como el Señor entró en el Templo.

Pero el templo que ahora Yo busco, son sus corazones y no sus mentes. Las verdaderas estructuras del Plan de Dios se basan en Su Amor y Unidad. En eso el ángel caído no estuvo de acuerdo y por eso cayó, ¿lo entienden?

Un Plan fue escrito por el Padre para el final de estos tiempos, un Plan basado en Su Amor, Unidad y Luz. Y hoy lo presento para ustedes a Mis Pies.

¿Qué parte ustedes tendrán en ese Plan de Dios que aún desconocen? ¿Qué pieza ustedes serán dentro de ese Plan de Dios?

¿En qué instrumento se convertirán para las Manos del Padre?

Él no se cansará hasta que sean instrumentos de Su Amor, porque el Padre es sabio y mide Sus impulsos y Sus expresiones, pero Él no mide entregar Sus Gracias porque son infinitas, son abundantes cuando el corazón humano desea vivir en el amor. Esa es la única causa.

En este primer día, vengo a otorgarles un acto interno y verdadero de reconsagración a Mi Sagrado Corazón.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Aquellos que puedan, que se arrodillen, para hacer nuestro ofrecimiento a Nuestro Señor, Cristo Jesús, y recibir Su bendición celestial.

 

Padre del Amor y de la Vida 
que has creado todo por una sola causa, 
por la causa infinita y verdadera de Tu Amor, 
impregna con Tus sagradas partículas 
de la Luz Divina y Eterna 
a los corazones que claman por Tu Gracia, 
Tu perdón y reconciliación.

¡Oh, Amado Padre Eterno!, 
abriendo Mis entrañas más profundas a la Misericordia, 
misterio infinito del Amor, 
recibe el ofrecimiento de Tu Amadísimo Hijo, 
escucha la súplica de Mi Corazón
 por todos los corazones que esperan Tu Gracia.

 Bendícelos ahora, Adonai, 
abrázalos con Tu Luz y con Tu Fuego Divino,
sana y cura las heridas más profundas y
 libera a las almas que necesitan de Ti.

¡Oh, Adonai, Padre Amado!, 
que ya no exista más sed de Tu Luz Espiritual.
Unge a Tus hijos e hijas, 
así como ungiste a Tu Amado Hijo en el Sepulcro,
 para que todos tengan la Gracia de la resurrección espiritual.

Adonai, 
enciende Tu Luz y disipa las tinieblas, 
por la gloria y el triunfo de Tu Amor.

Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Preparémonos para ampliar este ofrecimiento a Cristo, a través del santo oficio de la Comunión, para que los ángeles sean testigos de este momento, así como el Padre es testigo con Su Presencia, por intermedio de Su Amor Consolador.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.