MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijos:

Cuando llegue el tiempo, el Conocimiento, la Verdad y la Luz del Universo de Dios se revelarán por sí solos, y no habrá dogma, doctrina o institución que pueda ocultar lo que emergerá dentro de los seres como en lo más alto de los cielos. 

El cosmos pulsará en el interior de las criaturas y, de ese mismo infinito, en el cielo surgirán las señales de un nuevo tiempo, de una nueva vida que revela y manifiesta el Reino de Dios, Reino incomprendido y desconocido por los hombres. 

Cuando llegue el tiempo, el silencio de los que persistieron será su mayor herramienta para permitir la revelación de la verdad, porque la verdad no surgirá de las palabras de los seres humanos, sino de sus ejemplos vivos, de las señales del cielo y de la propia Voz de Dios que, después de haber estado en silencio, hará resonar Su Verbo con el poder de mil trompetas sobre el mundo.

Por eso, no quieran convencer, no quieran hacer por sí mismos, no quieran transformar el mundo con palabras, pero sí con el ejemplo, con el testimonio que habla por sí solo. Y, cuando el hombre se silencie, reverberará la Voz de Dios.

Que Su Reino, siempre vivo en los que permitieron Su expresión, sea quien revele al mundo el camino.  

Que estas sean entonces sus aspiraciones constantes: con el ejemplo anunciar, con el verbo orar y proclamar la Gracia de Dios, con la vida expresar Su Reino, con el corazón renovar Su Amor.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Así como lo anuncian las señales en el Cielo, que son claras y bellas para los ojos que saben verlas, así llega Dios a la Tierra y manifiesta dentro y fuera de los hombres Su Esplendor y Su Gracia.

Tan simple como contemplar un arcoíris que surge en una tarde fría en el Cielo de la Tierra y que alegra a los corazones, así también las almas deberían contemplar en su interior la Presencia de Dios.

El Universo Celestial, bello y sublime, es tan simple como las cosas que alegran verdaderamente a las almas y a los corazones humanos; pero para alcanzarlo es necesario buscarlo con el mismo amor y con la misma voluntad que buscan las señales que se manifiestan en el Cielo.

Dentro de ustedes se guarda un misterio que se oculta por detrás de lo que piensan que son. Este misterio es el Universo Sublime de Dios, cuya puerta no se encuentra en las alturas, entre las nubes, sino en el propio corazón.

Dios se hace tan accesible al espíritu de los hombres como la belleza de un arcoíris lo es para sus ojos. Pero así como buscan el arcoíris y lo encuentran, así también sus espíritus deben buscar aquello que los nutre, los alegra y los torna plenos, que es Dios dentro de sí mismos.

Para encontrar a Dios en el propio corazón, pueden dejar que Él se refleje como un espejo en su interior. Cuando contemplen un Cielo pleno de belleza, cuando contemplen una expresión pura de la Naturaleza, no solo permanezcan en lo que ven, sino más bien abran los espejos de sus corazones y dejen que eso que es bello les revele la belleza y la pureza de sus espíritus, eso que verdaderamente son.

Todo lo que fue creado por Dios es bello y es perfecto, y esa misma expresión divina que encuentran delante de sus ojos pueden encontrarla dentro de sí mismos, cuando se abran para encontrar la Verdad en su mundo interior.

Que todo los eleve.

Que todo los lleve a Dios.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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