En un desierto que calla y escucha la voz del sufrimiento del mundo, he venido aquí para encontrarlos a todos, en alma y en esencia, en verdad y en Misericordia. En este día, vine desde muy lejos, desde un lugar del universo para traerles nuevamente la Paz y la confianza de que si Yo estoy aquí todo estará bien.
Ahora Yo invito a todos los que participan de este nuevo encuentro de oración Conmigo a que estén donde Yo estoy, donde el mundo lo necesita, donde las almas tienen su necesidad.
Hoy los invito a vislumbrar el clamor del mundo y la necesidad de la paz, de la paz interior.
Por eso, he venido con Mis ángeles para anunciar este momento. Y estoy aquí en Perú por primera vez en consciencia, espíritu y divinidad, después de que Yo estuve aquí en la Tierra hace ya dos mil años.
No teman vivir su desierto interior cuando sea el momento, no teman atravesarlo y conocerlo, porque en el desierto de la vida está Dios, por más árido que sea. Su Amor se encuentra allí para que ustedes lo puedan encontrar.
Hoy los traje aquí, compañeros, a ustedes y a sus hermanos que están presentes en esta Maratón, para que vuelvan a comprender que Yo estoy presente en los lugares de silencio, en donde las almas se pueden recoger en oración para encontrar a Dios y a Su Plan.
No Me canso de visitar estos lugares, así como lo hice en Tierra Santa, para enseñar a Mis discípulos que en la soledad de cada corazón está el mayor momento de madurez y de crecimiento interior para las almas. El desierto no es solo vacío, sino el momento en que cada alma puede cruzar el umbral, en el cual será colocado cuando su hora esté indicada por Mi Padre.
Yo atravesé los desiertos con Mis discípulos y les enseñé los grandes tesoros del universo. Es como en estos desiertos donde se encuentra el misterio de Dios aún por revelar y en donde las almas no colocan su interés. Es en la belleza de la Creación y en la naturaleza donde está el mensaje verdadero del Padre para todas Sus criaturas. Dichosos de aquellos que lo saben interpretar y que adoran esa hermosura que Dios creó en todo este universo y más allá él.
Hoy vengo aquí con Mi Consciencia universal, pues este lugar así lo merece, es Tierra Sagrada de muchos conocimientos, de ciencia y de disciplina, de hermandad y de luz. Aquí Yo encuentro un reposo, como sus consciencias también lo pueden encontrar en este silencio que impregna sus células y cada partícula de sus átomos, en donde sus vidas pueden vibrar y sus espíritus pueden enaltecerse al encontrar a Dios en todas las cosas.
He abierto los cielos en este lugar para que Mi Sol los alumbrara, así verán como el mundo está en tinieblas pero Mi Misericordia triunfa cuando ella es invocada de corazón y con todas sus almas. Es esa Luz que Yo traigo del universo para que cada ser se vitalice y vuelva a encender su devoción, para que despierte su don, el talento que Yo dejé en cada uno.
Hoy he venido a esta Tierra Sagrada de Perú, a este Desierto Sagrado para darles a conocer el misterio de Dios, que ya no es más misterio, sino evidencia para quien se abra a conocerlo. Solo estando aquí, como en cada desierto de este mundo, es que verán lo que Dios piensa y necesita de esta humanidad, que debe realizar Su Plan por encima de todas las cosas y en la unidad entre todos los seres, que debe manifestarse en este tiempo.
Hoy vengo como el Hijo Solar, como esa Consciencia resplandeciente que vivió aquí con ustedes y entre ustedes, que predicó, que curó y que salvó a quien lo necesitaba, que vivió Su Pasión y que murió en la Cruz sobre un monte tan semejante a este, en el silencio profundo de Dios, en la hora en que brotó la Divina Misericordia para el mundo entero.
Son esos Rayos tan poderosos de Dios que descienden sobre los desiertos para poder manifestar las formas que el Propósito Divino tiene para esta Creación, para esta parte del universo.
Es ese Amor de Dios que Yo les traigo, que es tan infinito y grandioso, que también se encuentra en estos espacios en donde el silencio penetra la consciencia, y el alma de cada ser puede emerger para que descubra su verdadera misión y su tarea en este tiempo final.
Así, compañeros, Yo los invito a todos a dejar y a abandonar los ruidos de este mundo, que oscurecen a los corazones y los distraen de su Propósito. Los invito a estar en sintonía Conmigo y a que no teman encontrar, en la soledad del desierto, la verdad que tanto buscan hace tanto tiempo.
El desierto es una oportunidad de introspección, de meditación y de oración con Dios. Sé que muchos de Mis compañeros, en esta hora tan difícil del planeta, cruzan por alguna parte de su propio desierto interior. Pero Nuestras Manos se extienden hacia ellos para conducirlos a través de esa soledad a la que le temen, la que no les hará mal ni daño, porque es una soledad que les permitirá crecer en madurez y en consciencia.
En esta Maratón, compañeros, los invito a buscar esa unión Conmigo a través del silencio. Silencio que permite revelar el Plan de Dios. Silencio que todo les revela. Silencio que los eleva. Silencio que los despierta a la Vida Mayor, a la consciencia; un silencio que cura, que restaura y redime; un silencio que purifica, que abre las puertas al conocimiento, a la verdad, al descubrimiento de sí y a poder cruzar los umbrales de la consciencia y de las pruebas.
Es ese amado silencio que Yo les ofrezco para que puedan estar unidos a la Creación que tanto está olvidada por esta humanidad, al vivir en sus propios ruidos, en sus murmuraciones y juicios.
Yo los invito a buscar Mi Misericordia en el silencio de estos desiertos del mundo, en donde su oración se puede volver más poderosa; en donde Dios, en los desiertos, tiene Sus oídos bien abiertos para escuchar a Sus hijos.
La aridez no significa abandono ni descuido. El desierto para cada uno de ustedes, compañeros, es una demostración del vacío de Sí que vive Dios, cada vez que Él le habla al mundo a través de Sus Mensajeros.
El desierto es una demostración de donde no existe ninguna ostentación ni deseo. Es el vacío del vacío, es la posibilidad de que sus consciencias penetren en lo profundo de la Consciencia de Dios y así se puedan unir a Ella.
El desierto es una forma de poder dialogar con Dios en el silencio que el propio desierto puede expresar para el mundo. En los desiertos del mundo se originaron los primeros Proyectos de Dios. Desde Abraham hasta Moisés y los profetas bebían del silencio de los desiertos para comprender el misterio de Dios, la infinita Voluntad de Su Consciencia Divina.
En los desiertos los conocimientos están presentes y fueron los que permitieron la guía de todos los pueblos antiguos de la humanidad.
Mis cuarenta días en el desierto significó el antes y el después para Mi consciencia, el aceptar a cada uno de ustedes a través de todos los tiempos y a todos los errores que cometería esta humanidad.
Fue el Amor del Padre que fui a buscar en los cuarenta días del desierto. Es ese Amor que Me fortaleció y que Me permitió dar el paso por ustedes, para que ustedes pudieran estar aquí.
Hoy vengo aquí con todo el silencio de este desierto en Perú para recordarle al mundo que no está escuchando y que está sordo para el plano espiritual. Necesito, compañeros, que ayuden a abrir los oídos de la consciencia a cada uno de sus hermanos y especialmente espero que los que aún Me siguen, y que no están aquí en este desierto hoy Conmigo, Me escuchen de verdad.
Mis más amados discípulos, en el silencio de Mi oración en este desierto de amor, aún espero poder verlos que lleguen desde el horizonte transformados, después de haber cruzado sus desiertos internos. Cuando llegue esa hora para cada uno de ustedes, en la que estarán a las puertas de ese desierto interior, recuerden este momento y la promesa que Yo les he hecho de que si Mi Padre está aquí en consciencia, presente en los desiertos, Su Hijo también está, y Su Santo Espíritu, para ayudar a las almas a cruzar los abismos de la consciencia.
Que esta Maratón abra las puertas de los corazones para que Yo pueda entrar y para que todos sean Mis testimonios de redención y de Misericordia en un tiempo crucial.
Quédate en Mis brazos, porque así Yo te ayudaré.
Quédate en Mis brazos, porque así Yo te consolaré.
Quédate en Mis brazos, para que sientas a todo el Universo.
Quédate en Mis brazos, para que veas la Gracia de Mi Corazón.
Ya no te canses, querido peregrino, sigue buscando lo más alto de la montaña para que veas, en el horizonte, la llegada del Gran Pastor.
Sigue adelante, caminando entre piedras y espinas, en esta senda tus pies se lastimarán para que puedas aprender.
Tal vez caigas al suelo para aprender a levantarte; pero recuerda, Mi querido peregrino, que una Mano de Luz siempre será tendida en tu camino para que puedas levantarte con firmeza y devoción. Por eso, quédate en Mis brazos, así como se quedó Jesús cuando nació.
Quédate en Mis brazos, para que reconozcas que no estás solo en este universo. Sabe que hay muchos hermanos del universo que te aman y desde sus Cielos más sutiles acompañan la trayectoria de tu espíritu.
Sabe que podrás escapar del error, esta escuela es para los que se animan a autoconocerse y transformarse.
Si doce hombres al lado de Jesús se convirtieron en Sus seguidores y apóstoles de la Sagrada Palabra, ¿por qué tú, querido peregrino, dejarás de convertirte en algo tan bello y esperado por Mi Hijo?
Es hora de que, día a día, aprendas a crecer y a amar la transformación.
El universo de esta humanidad está lleno de dádivas pero también está lleno de deudas, algunas impagables. Pero si tu fe te lleva a encontrar el punto más alto de la montaña, nunca dejes de aspirar a redimir completamente tu vida.
Querido y amado peregrino, viniste al mundo para purificar lo más viejo, lo que ya no puede morar en tu sagrada consciencia.
Querido peregrino, llegaste al mundo con un velo en los ojos de la consciencia para que aprendieras a caminar a través de la fe absoluta, sin conocer antes tu pasado en las estrellas y en el cosmos. Ahora y aquí, aprendes a superarte todos los días, sin dejar de participar de los verdaderos milagros que el Cielo ha hecho en tu vida y en la vida de tus hermanos.
Sé que tú, amado peregrino, has caminado y has cruzado muchos desiertos y, tal vez ahora, estás en las puertas de un nuevo desierto interior. Alégrate porque podrás estar vacío de ti mismo y libre de cualquier influencia.
Siéntete digno de recibir cualquier aprendizaje o cualquier prueba para que puedas superarla dentro o fuera de ti.
Quédate en Mis brazos de Madre, Mis ojos posan sobre ti, Mi mirada de Luz acompaña silenciosamente la cruz que estás cargando.
Sé que Dios te ama así como Él te creó en el principio. Recuerda todas las veces que Yo te contemplé y cuánto Amor Divino te expresé.
Querido peregrino, únete a tus hermanos y forma parte del ejército celeste de Luz que ayudará a vencer al adversario en la última hora.
Sonríele a la vida y siéntete en paz, no solo veas tus propios errores, ve más allá de tu alrededor, observa al mundo agonizando día y noche. Mira cuántos pierden la vida y no lo perciben. Mira cuántas almas inocentes son prisioneras del poder humano y de la guerra. Mira, contempla, aprende y reza Conmigo para que esto termine pronto.
Quédate en Mis brazos, pequeño peregrino, al igual que Jesús cuando expiró y al ser bajado de la Cruz quedó un tiempo en Mis brazos.
Querido peregrino, entrégame todo lo que acongoja a tu corazón y a tu vida, destierra el miedo creado por la mente. Instituye en tu espíritu la Divina Presencia del Sagrado Corazón de Jesús.
Aprende a amar lo que parece imposible de amar. Aprende, así como Nosotros, Tus Guías Celestiales, hemos aprendido en este mundo.
Dios tiene piedad de todos Sus hijos, desde el más pecador hasta el más santificado; todos son iguales ante los Ojos del Padre, porque son amados por el único y máximo amor del universo.
Ofrece tu vida todos los días en las Manos del Padre, ofrece al universo lo mejor que puedas hacer por los otros. Allí, en esa completa y abnegada donación, estarás libre de muchos errores y miedos.
Todo el universo espera que algún día des tu gran paso hacia la confianza en Dios, para poder ingresar en consciencia al Paraíso.
Al menos, ama todo lo que vives, y hazlo por aquellos hijos Míos que mueren en los desiertos de este mundo, enterrados vivos o decapitados.
¿Quién Me ayudará a soportar un dolor tan grande?
Solo el Amor te hará humilde, simple y verdadero. Todo lo que hagas en nombre del Amor de Dios, es como si lo hicieras mil veces, tiene un mérito incalculable.
Querido peregrino, las almas sufren porque no hacen las cosas por amor o porque no aman a sus semejantes con amor verdadero. Yo les enseño a todos Mis hijos lo que Mi Hijo Jesús le enseñó al mundo entero: “Ámense los unos a los otros”, así como Mi Hijo los amó desde el principio.
El Amor te volverá sagrado, bendito y puro. El Amor de Dios en el corazón peregrino es invencible. Necesito que Mis hijos amen de verdad y no en apariencia, para que ayuden en la reconstrucción de este mundo.
Camina, querido peregrino y quédate en Mis brazos, hoy la Misericordia infinita de Dios tocó tu corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Les enseña a amar, en la escuela del amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Hijos Míos,
Busquen en Mi Corazón el reposo de sus vidas para que, en él se renueven ante todas las pruebas. Yo soy la Fuente de vitalidad, de vida para el espíritu y de Amor para las almas. A través de Mí, caminarán incansables en dirección a Mi Hijo.
Yo soy Aquella que les da de beber cuando atraviesan el desierto para que puedan cruzar el umbral de la madurez y alcanzar la Consciencia de Dios.
Los misterios de Mi Presencia están encerrados en el universo de la oración. Aquel que ora y se silencia, encuentra en Mí las llaves para conocer lo infinito de Dios.
Por eso, hoy, les digo que busquen descubrir la ciencia de la oración, ciencia que abarca mucho más que las simples palabras pronunciadas con atención.
Hoy, quiero que den un paso más en este camino de consagración a la vida de oración, y esto se alcanza cuando se permiten orar con toda la consciencia, con el corazón, con sentimiento, con la mente, el alma y el espíritu. De esta forma, la concentración abre las puertas para que las palabras se tornen vivas y cada verbo pronunciado sea como una puerta que los llevará a un universo desconocido.
Si hacen como hoy les digo, profundizando en sus oraciones, descubrirán que el simple acto de orar encierra, en sí, grandes misterios de salvación y de evolución para toda la humanidad.
Como Madre del Mundo y Madre Universal, poco a poco, los conduzco a estos universos que están guardados en el silencio de cada oración que les fue entregada.
Muchas veces, se habrán preguntado por qué los Mensajeros de Dios les entregan tantos ejercicios espirituales y tantas oraciones diferentes. Hoy, Yo les digo que el motivo espiritual de este hecho es que cada oración, cuando es pronunciada plenamente, abrirá diferentes puertas en la consciencia para conducirlos a diferentes Universos de Dios. También, cada ejercicio y cada oración conecta sus corazones con diferentes códigos divinos que el Creador aspira a imprimir en sus criaturas.
De esta forma, jamás pierdan la oportunidad de orar con el corazón y con el espíritu. Deben estar más que concentrados en cada palabra; sumérjanse en cada una de ellas y permítanse ser elevados por los ángeles enviados por Dios. En poco tiempo, si practican Mis instrucciones con sinceridad y pureza, descubrirán lo que hoy les digo.
No busquen alcanzar ningún estado de sopor mientras oran, porque lo que hoy les digo se trata de una instrucción profundamente espiritual.
Si oran con amor y se dan el permiso para profundizar en este universo que es orar, el propio Dios, a través de Sus ángeles y Mensajeros, les abrirá la puerta y los conducirá hasta donde corresponda, en cada oración.
Poco a poco, descubrirán que orar es más que orar, y que poco saben sobre este ejercicio divino.
Solo oren, oren siempre.
Les agradezco por responder a Mi llamado y por haber venido a Mi encuentro.
María, Madre Universal y Reina de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más