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Percibe la vida a tu alrededor, los Reinos, los elementos, la presencia de tus hermanos, la luz, el color, los sonidos. Percibe lo que generan en tu corazón los ambientes a tu alrededor, lo que reflejan en tu mente, en tus emociones, en tu corazón.
La vida, hijo, está permeada por la silenciosa presencia del Espíritu de Dios, pero Él se encuentra oculto, escondido como el Rey del Universo se escondía en el Vientre de Su Madre Santísima. El Espíritu de Dios solo se revela a los que son humildes de corazón y se abren para percibir los misterios de la presencia divina entre los hombres, así como Su Hijo se reveló a los simples en el Pesebre de Belén.
Si no consigues sentir la presencia del Espíritu de Dios a tu alrededor, cierra los ojos, respira y silencíate. En el aire que se adentra en tu ser, allí habita el Espíritu de Dios. En la naturaleza, en sus sonidos, en sus colores, allí habita el Espíritu de Dios.
Vive en esta presencia y actúa en cada instante de tu vida bajo los Ojos de tu Padre Celestial. Así verás, hijo, como ya no harás todas aquellas cosas que te hacen caer, una y otra vez, en los mismos errores y tendencias del pasado.
Vive con la mirada del Espíritu de Dios sobre ti. Pero no solo vive con temor de Dios; sabe que Su Presencia viene para ayudarte a reconsagrar tu vida y a perseverar en tu consagración.
Que los Ojos de Fuego de Dios que están sobre ti te conduzcan a la transformación.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hermana Lucía de Jesús: Mientras orábamos, vi a San José en Medio Oriente, vestido como musulmán y con un paño que le envolvía la cabeza. Andaba por el desierto, acompañando a diferentes familias que emigraban y colocaba en Sus brazos a los niños más cansados de caminar. Después, lo vi en otras ciudades grandes, ayudando a las personas en las calles o solo acompañándolas como alguien que simplemente pasaba por ahí. Lo vi también en diferentes aldeas indígenas y cuando apareció, estaba rodeado de niños indígenas, que parecían tener entre tres y ocho años de edad. Mientras San José transmitía el mensaje diario, los niños que lo acompañaban irradiaban, espiritualmente, luz para las diferentes tribus indígenas del mundo.
Queridos compañeros en Cristo, misioneros del amor en esta Tierra con tanta necesidad de auxilio y de paz:
Hoy vengo a su encuentro con alegría, aunque también con mucho pesar en lo profundo de Mi Casto Corazón.
Vengo con alegría porque sabía que, al llegar al mundo, encontraría seres dispuestos a estar Conmigo en dondequiera que sea necesario. Y vengo con pesar porque no puedo ser indiferente a todo lo que sucede en el mundo y también en el universo, como repercusión de los acontecimientos en la Tierra.
Hoy, no solo vengo de Medio Oriente. Vengo de muchos lugares de este vasto planeta, en donde puedo caminar más allá de las fronteras, ya que, para Mí, ellas no existen. Vengo principalmente de la región de Chaco, en Argentina, y también de otras aldeas y tribus de pueblos originarios que la humanidad aún desconoce. Y no estoy solo, pues traje al encuentro de ustedes a los pequeños que, desde los Planos del Espíritu, irradian su pureza a los seres humanos que tienen la misión de seguir resguardando la presencia de la consciencia indígena en el planeta para que la pureza y la simplicidad no desaparezcan del corazón humano.
Muchos piensan que no sería necesario realizar dos misiones al mismo tiempo y elucubran, imaginando la razón por la cual pedimos una misión en Chaco, ya que los misioneros están yendo tan lejos, a Medio Oriente.
Sé que la ignorancia propia de la mente humana común muchas veces no les permite pensar ni sentir cómo piensa y siente el Creador de todas las cosas. Por eso, les explicaré algunas verdades, pidiéndoles que las observen y que aprendan de ellas, para cuando llegue el tiempo de que con su propio discernimiento tomen decisiones importantes, tiempo en el cual Nosotros ya no les podremos dictar todos los pasos, como ahora.
La consciencia indígena, de manera general, tiene la importante misión de resguardar la pureza en la humanidad y también la posibilidad de comprender la naturaleza y, por medio de ella, encontrar a Dios. Los indígenas son guardianes de la unidad, de la vida en comunidad, de forma pacífica y amorosa. A lo largo de los tiempos, muchos fueron perdiendo esos atributos, y las costumbres de la humanidad actual fueron influyendo en las diferentes comunidades indígenas del mundo.
En Argentina, la región de Chaco, así como otros lugares, es un espacio de la consciencia de la nación que, a pesar del abandono y del sufrimiento en que vive, no perdió la esencia de lo que es y sigue siendo guardiana de la pureza, principalmentepara esa nación.
Como América del Sur tiene un papel primordial en el final de los tiempos, si la propia Argentina no cuida el tesoro que tiene en Chaco, podrá perder la posibilidad de vivir la simplicidad, la humildad, la paz y la pureza, atributos que son primordiales para el surgimiento de una Nueva Raza.
Esa misión de consagrar América a Dios es responsabilidad de todos aquellos que responden a esta Obra del Señor, los cuales deben tener consciencia de que cada pueblo cumple un papel primordial en la construcción de la Nueva Tierra.
¿Por qué enviamos los misioneros a Chaco y, al mismo tiempo, a Medio Oriente? Porque, mientras que unos intentarán curar el dolor, el sufrimiento y el rencor de seres que salieron de sus tierras, de sus casas, otros irán al encuentro de una situación semejante, de personas que también fueron apartadas de sus tierras y, sin embargo, no perdieron la esperanza.
Que la pureza de sus hermanos indígenas sea irradiada a Medio Oriente y que, gracias a los diferentes misioneros que conformarán esas dos misiones y a todos los grupos orantes que los apoyarán, pueda darse una conexión de amor y de unidad, para que por medio del servicio, el amor fortalezca a la población de Chaco, y que la pureza de ese pueblo, fortalecida por el amor, llegue a Medio Oriente como esperanza de que un día esos hermanos puedan vivir la fraternidad.
Que, en estas dos misiones, ambos pueblos reaviven la esperanza de estar entre hermanos, en un mundo de cooperación, de fraternidad, de unidad de unos con otros y de todos con Dios. Todo esto se alcanza con la pureza de intención y con el corazón unido perfectamente al Corazón de Dios, de donde provienen todos los principios y arquetipos para la humanidad.
¡Adelante, misioneros de Cristo, de María y de Mi Corazón Castísimo! Estaremos en Omnipresencia con todos, velando por el cumplimiento del Propósito Divino.
Su padre y amigo, misionero de todas las horas,
San José Castísimo
La manifestación del Plan de Dios tiene como vehículo la energía de los rayos celestiales. Esos rayos descienden al mundo por intermedio de la Ley de la Atracción o de la Ley de la Correspondencia y, de esa forma, impregnan las consciencias que tanto interna como externamente se disponen a vivir en síla Voluntad del Dios Supremo. Poco a poco, esa Voluntad va ganando espacio en la vida del planeta y, uno a uno, impregna a los seres que se inspiran en el ejemplo de otros para transformar su vida.
Así como sucede con los individuos, también ocurre con los arquetipos de la vida; tanto en la sociedad como en la vida de las diferentes naciones. Muchos se preguntan de dónde vendrá la manifestación de la Nueva Humanidad y a partir de cuál principio surgirá.
Cuando seres humanos se congregan para unir su disposición de manifestar el Plan de Dios y así atraer los arquetipos creadores de los rayos celestiales hacia la vida, esos rayos no solo descienden en los individuos, sino también por intermedio de ellos impregnan la consciencia grupal y encaminan naturalmente la vida grupal hacia la manifestación de lo que Dios pensó para la sociedad humana.
La vida humana sagrada y orientada siempre hacia la obediencia al Divino comenzará a surgir en pequeños puntos de luz en el mundo. Así como algunos individuos inspiran a otros que den nuevos pasos por medio de su transformación, las pequeñas comunidades que dan ejemplo de una vida fraterna y crística, en un arquetipo de sociedad humana, inspirarán a masas de personas e incluso a naciones para que sigan el mismo ejemplo.
Es así como nace la Nueva Humanidad. La Nueva Humanidad es fruto del esfuerzo de cada uno. Después, tendrá su cuna en la unión de los esfuerzos de dos o más que comiencen a constituir una vida grupal y, así, poco a poco expandan esta vida sagrada por el mundo, consagrándolo al Plan de Dios.
Es por este motivo que les pido que jamás piensen que sus esfuerzos no serán suficientes, porque a veces les parecerá que reman contra la corriente de otros miles de millones de seres humanos que hacen cosas contrarias a la Voluntad Divina. Cristo también era uno solo, pero Su Amor por Dios y por Su Plan cambió el destino de la humanidad. Hoy, ustedes son mucho más que uno; son millones de seguidores de Cristo, que deben comenzar a unirse para cumplir con la meta de cambiar el destino, no solamente de la humanidad, sino también de toda la Creación.
Yo los bendigo y los guiaré siempre.
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más