APARICIÓN DE LA VIRGEM MARÍA, EN LA CIUDAD DE LISBOA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hoy, Mi Corazón pulsa de amor, el amor recibido de Sus hijos. Por eso Él pulsa intensamente para traer al mundo la Paz.

Es este Corazón humilde que refugia a todas las almas, el que trae, para estos tiempos, el camino, el puente hacia la salvación, en Cristo Redentor.

Este Corazón siempre les trae lo nuevo, porque es un Corazón que vive el Plan de Dios y que invita a los corazones de todo el mundo a unirse a esta propuesta de luz y de hermandad.

Hoy traigo la Luz que sus corazones concibieron en el Mío. Para ustedes, esto les parecerá un misterio, pero en verdad es posible cuando sus voces se unen a la Mía en oración. Así se cumple este misterio que aún puede ser más profundo, cuando la oración es hecha con amor y de corazón.

Con esto les muestro, queridos hijos, cómo en estos tiempos de crisis planetaria, sus almas y espíritus se pueden expandir en la Consciencia de Dios a través de Mi Corazón, que hoy pulsa por el mundo. Y habiendo sentido la respuesta de sus corazones a la súplica de la Madre de Dios, es este Corazón humilde y pacífico el que les abre las puertas hacia realidades sutiles, en donde pueden vivir las consciencias, que sólo buscan estar en Dios todo el tiempo.

Con esto quiero decirles, queridos hijos, que la Madre de Dios hoy les concede la aproximación hacia Universos Mayores, en donde la Vida divina, el Amor supremo y la Unidad fraterna habitan, y son como una fuente inagotable que renueva a las almas y consciencias que allí existen para solo servir a Dios y aspirar cumplir con Su Voluntad.

Hoy a través de Mi Consciencia Maternal, elevo sus almas hacia las estrellas, en donde habitan millones de soles y muchas consciencias, que viven esa confraternidad con el Padre, con el Hijo y el Espíritu Santo.

Ingresen a través de Mi Corazón hacia esa realidad y vean delante de ustedes, en los planos internos, un luminoso camino guiado por los ángeles, que los conduce hacia esas realidades sutiles, en donde están la Unidad y el Amor, como atributos principales de la Creación.

Sigan ese camino, queridos hijos, con sus mentes y corazones. Coloquen la atención en Mi Inmaculado Corazón y vean como Él abre las puertas entre las dimensiones e ingresa a sus espíritus en el Tiempo Real. Sientan cómo todo es Uno; cómo sus almas y consciencias pueden estar unidos a Dios en una perfecta armonía y silencio.

Ahora, teniendo como referencia la Luz de Mi Inmaculado Corazón que ilumina ese camino hacia los mundos sutiles, sigan a su Madre Celeste por esa senda, en compañía de sus ángeles de la guarda.

Sientan en sus pechos una gran estrella de luz, dorada y brillante, de seis puntas. Dentro de esa estrella sientan ahora, su esencia interior, su verdadero origen y existencia, lo que siempre han querido saber de ustedes mismos, en este planeta y dentro de esta humanidad.

Siéntanse limpios y puros, conducidos por la mano de su Madre Celestial, camino hacia la Fuente Primordial. Sientan cómo se elevan sus seres; cómo todo queda liviano, porque existe la vibración de la Paz, lo que siempre han buscado y tanto les ha costado encontrar.

Pero ahora que están a Mi lado, como Mis hijos, Mis orantes y Mis siervos, tómense fuerte de Mi mano maternal. Tómense de Mi manto; colóquense debajo de él, así Yo los abrazaré y los conduciré sin miedo hacia su verdadera consciencia, hacia su verdadera realidad, que habita en lo profundo de cada alma.

Sigan caminando en confianza. Vean al lado de ese camino, las rosas de luz, que se abren y despuntan a los rayos del sol. Vean cómo esas rosas son las oraciones de todos Mis hijos que crean ese puente y ese camino hacia la Fuente Primordial, en donde existe el verdadero origen y la sublime alianza entre las consciencias y Dios.

Sigan a su Madre Celeste y vean en el final de ese camino, un gran portal que se abre en su universo interior. Véanlo como un gran horizonte, como un precioso atardecer que los ilumina y los nutre completamente. Vean cómo los ángeles abren ese portal para que las almas y espíritus ingresen en la morada de los simples, de los humildes, de los que pueden ser puros en Dios.

Crucen con su Madre Celeste ese gran portal para encontrar la vivencia del amor y de la fraternidad. Háganlo, queridos hijos, por todos los que niegan a Dios, por los que están olvidados y los que están perdidos de su camino espiritual y de su origen.

Vean, a través de este portal, una gran escalera de luz al Cielo. Vean, en lo más alto de esa Escalera, en su infinito y en su horizonte, la Consciencia de Dios, nuestro amado Adonai, irradiando Su Luz y Sus códigos a toda la Creación. Elevémonos a través de esa escalera de luz.

Sigamos en confianza adelante, porque sólo los quiero llevar a la Paz, al encuentro con su verdadero ser, con su verdadera existencia, que espera emerger en estos tiempos para gobernar sus vidas y sus esencias.

Siéntanse libres, a través de Mi intercesión, de todas las energías capitales, de todos los estímulos externos, de toda la vida superficial y material. Ahora son sus almas que están a las puertas de la Casa de Dios. No teman subir esa escalera. Den los pasos porque Yo los ayudaré. Soy su Madre Celestial y sólo quiero el bien para Mis hijos, que todos puedan vivir a Dios como Yo lo vivo.

Ya estamos en lo alto de esa escalera, próximos al horizonte de Dios. Veamos delante nuestro, un gran lago de luz, en profunda quietud y silencio. Veamos ese lago de color dorado, que brilla e irradia las leyes creadoras de Dios para todas las esencias que existen más allá de este Universo.

Ahora, miren a su Madre Celestial, frente a ese lago dorado de luz y permanezcan delante de él, así como permanece su Madre Celeste, en una perfecta sintonía y unión.

Vean ahora, emerger de ese lago una gran Esfera de Luz, más brillante que el Sol. Vean cómo esa Esfera de Luz se eleva por encima de ese lago de luz y cómo los ángeles a su alrededor, entonan alabanzas y cánticos de alegría al Todopoderoso:
 

¡Elohim, Elohim, Elah!, ¡Padre, Padre, aquí estoy!
 

Y ahora, ante esa Esfera de Luz y para que Ella se aproxime a sus consciencias, alabaremos al Todopoderoso, junto a Sus ángeles y arcángeles, decretando Su Nombre a través del Kodoish melódico. Nos mantenemos en quietud.

Y vamos a recibir ahora, queridos hijos, en nuestras manos, esa parte de Dios que cada alma necesita en este planeta y en esta humanidad, para poder vivirlo, para poder sentirlo y para poder cumplir con Su divina Voluntad.

Y ahora, queridos hijos, lleven sus manos hacia el corazón. Repitamos:
 

Sagrada unidad de Dios,
unifica nuestras vidas,
unifica nuestro ser,
unificanos en profunda fraternidad.
Amén.

 

Veamos cómo esta gran Esfera de Luz, la Consciencia de Adonai, se recoge dentro de ese lago. Los ángeles se postran con sus cabezas al suelo para reverenciarlo, para adorarlo, para glorificarlo, al igual que su Madre Celeste, que se postra al suelo para agradecerle infinitamente.

Reverenciemos a Dios.

Y ahora queridos hijos, así como hemos llegado hacia ese lugar, así retornaremos, hacia este lugar, en donde Yo Me encuentro con ustedes, para entregarles y donarles la instrucción de la Luz.

Bajemos por esa Escalera; veamos a su derecha y a su izquierda a los ángeles del amor; sintamos su presencia mientras Yo los conduzco, en dirección hacia ese portal, por donde hemos ingresado con el alma, a través del corazón, del espíritu de cada ser.

Veamos ese portal cerca de nosotros, así como la estrella de Luz en sus pechos, más brillante que el sol, en confraternidad y devoción.

Crucemos ese portal y veamos el camino que nos conducirá hacia este lugar, en la perfecta Unidad de Dios. Sintamos a nuestro lado al ángel de la guarda, tomándolos de la mano para conducirlos hasta aquí. Veamos cómo sus almas ingresan de nuevo a sus consciencias materiales. Sientan la vibración del Creador. Ya no pueden ser los mismos, al haberlo recibido en su universo interior.

Hoy les dejo este mensaje, esta experiencia de amor por todos los que no la tienen y que no la pueden vivir en estos tiempos. Sean bienvenidos ahora, al Universo de la confraternidad.

Me he tomado este tiempo hoy, con ustedes, por todas las almas del mundo. Deseo ardientemente que sigan acompañando a su Madre Celeste, en esta Sagrada Misión de Amor y de Liberación de la humanidad.

Con la autoridad celestial del Universo y del Todopoderoso, Yo los bendigo, y consagro también a los nuevos Hijos de María, por todos los hijos que vendrán. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Damos gracias a Dios por haber permitido a su Madre Celestial visitar nuevamente Portugal para derramar Sus Gracias, el Amor y la Cura en este lugar y para todo el planeta.

Cantemos “Maravillas”, porque esto es una maravilla de Dios, en todas las almas, para estos tiempos de transición; esto es obra de la Gracia y de la Misericordia de Dios, a través de los Sagrados Corazones.

Les agradezco infinitamente. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE PORTO ALEGRE, RIO GRANDE DO SUL, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos:

No teman, mientras Yo estoy presente el caos no prevalece en el mundo; porque es la Luz de Dios la que desciende, a través de Mi Corazón, para abrir las puertas del Reino de los Cielos y así todos pueden ingresar a través de Mi Inmaculado Corazón.

Necesito que, en esta hora aguda del planeta, imploren por los atributos de la Madre Universal. Como fue en el principio de Mis Apariciones, invito a todos Mis queridos hijos del mundo entero, a que retomen las 72 cuentas de la contemplación diariamente, hasta que Yo lo indique, queridos hijos. Así, el Espíritu Santo de Dios estará sobre sus vidas, especialmente en sus corazones, no solo guiándolos a ustedes, sino también guiando a otras almas que necesitarán de conversión y de redención.

Cada uno de ustedes, queridos hijos, necesita vivir un Atributo de Dios. Es urgente que en sus vidas se puedan establecer los Dones del Padre, para que los nuevos apóstoles de Cristo, que vendrán de diferentes caminos espirituales, puedan formar un solo rebaño, unidos a su Madre Celeste, por los mil años de paz y antes de que Mi Hijo retorne en Su Gloria.

Estoy con ustedes, queridos hijos, aunque no lo crean, en las pequeñas decisiones del día a día. Estoy llamando a todos Mis queridos hijos, para que no solo sean consecuentes con la oración del corazón, sino que también, hijos Míos, borren de la consciencia de la humanidad y de la sociedad las insignias del mal que se esparcen como noticias y novedades para envenenar a los corazones que deben despertar al Espíritu Santo de Dios.

Yo soy la Madre de todo el Brasil y nadie podrá negarlo. A través de los siglos y de los tiempos, desde el principio de la colonización, en el corazón de la consciencia indígena, Yo vengo acompañando a todos Mis hijos para que puedan alcanzar la redención y la rehabilitación. Aún hay muchos de ellos que siguen cometiendo errores a través de los tiempos; como lo que sucede hasta hoy, en este día, que genera confusión en las mentes y perturbación en los corazones, alejándolos a todos de Dios, del verdadero Propósito que viene del Cielo a través del Sagrado Corazón de Jesús, del Inmaculado Corazón de María y del Castísimo Corazón de San José.

Aferren sus creencias, sus familias y todos sus caminos al Corazón de los Sagrados Corazones. Así, queridos hijos, no temerán por nada. Caminarán firmes hacia Mi Hijo por este sendero de redención y de paz que todos son invitados a vivir.

En ustedes, queridos hijos, está la gran decisión de hacerlo, de hacer algo por el Brasil y por toda la humanidad. Que sus corazones no duerman. Que sus mentes no se distraigan. Invoquen, con sus corazones y voces, el Reino de Dios, a través de la oración del corazón. Únanse como una sola familia espiritual y ya no sean más indiferentes. Abran las puertas de sus corazones para que las instrucciones divinas puedan ingresar y sembrar las nuevas semillas que constituirán la Nueva Humanidad.

Hoy, no solo estoy aquí, queridos hijos, con ustedes; a través del fuego de Mi Corazón, el Espíritu Santo de Dios está presente. Llamas nuevas se reencienden sobre los autoconvocados para generar, en estos tiempos, la redención de la humanidad y de todas las naciones del mundo.

Queridos hijos, sean precursores de Mi Voz. Lleven el llamado a los que duermen. Abran los ojos de todos los que son indiferentes, de las mentes distraídas, de los corazones que están cerrados y que desde hace mucho tiempo no quieren escuchar a Dios.

Yo necesito, queridos hijos, formar en sus vidas un verdadero cenáculo de oración que pueda ser el vórtice principal para estos tiempos finales, en el que Yo Me pueda servir de sus oraciones para presentarlas en honra al Padre Celestial. Porque si la mayoría de la humanidad, queridos hijos, no se colocara a vivir la oración del corazón, hoy no les puedo decir qué sucederá con la humanidad. Las propias acciones del mundo mostrarán todos los acontecimientos.

Los invito sinceramente, hijos amados, a que salgan de ustedes mismos por una vez en la vida, a que abran sus ojos a las necesidades de la humanidad entera, especialmente de todas las naciones que sufren las consecuencias de sus gobernantes o las decisiones de todo su pueblo.

Crean, queridos hijos, que ustedes son un pueblo de Dios llamado a servir en estos tiempos, disponible para responder al llamado de su Madre Celeste. A través de estos acontecimientos se reescribe el Apocalipsis en la humanidad. Los ángeles están atentos a los movimientos de todo el planeta. Abran sus ojos y observen cómo los ángeles realizan las Obras de Dios, en un profundo silencio y adoración por el mundo.

Necesito, queridos hijos, que se definan para dar el último paso; porque sé, verdaderamente, que muchos no serán los que estarán Conmigo en ese momento crucial de la humanidad. Pero vengo a pedir lo imposible para ustedes. El potencial está en sus espíritus desde sus orígenes. Entonces, queridos hijos, acompáñenme en este peregrinar, en esta Campaña por la Paz, que Yo intento construir en todos los corazones de la Tierra y en todas las naciones del mundo. Aún hay mucho por hacer y la humanidad sufrirá porque lo ha escogido conscientemente.

Pero Yo no los quiero llevar al sufrimiento. Yo Soy la Fuente de la Bondad y del Amor para todos. Ustedes no se imaginan, queridos hijos, cuántas noches he pasado sin tener a Mis hijos en Mis brazos.

¿Quién se ofertará en esta hora aguda para eso?

¿Quién consolará el Corazón de la Madre Universal delante de los destrozos de este mundo, de las acciones de todos los seres de la Tierra? 

No provoquen más la Ira de Dios, porque ustedes no la conocen, queridos hijos. Únanse al llamado celestial y sean como los ejércitos de los ángeles que responden a los comandos de la Madre del Mundo. Sean espejos verdaderos de oración. No se dividan. Únanse a través de la oración y por medio del servicio al prójimo. Así al menos, queridos hijos, alegrarán Mi Inmaculado Corazón.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Porque si buscan establecer la paz en el planeta, también la establecerán en sus vidas. 

No es necesario, hijos queridos, que piensen solamente en ustedes, cuando el planeta agoniza y cuando hay tantos hijos Míos que verdaderamente sufren en este mundo.

Si hoy escuchan Mi llamado, Mis palabras y Mi proclamación de paz es porque la paz debe reinar en sus vidas; es porque Yo los congregué, los reuní en Mi Cenáculo de Amor para que, en este día de tanta confusión, de tanto adormecimiento de la consciencia humana, ustedes pudieran despertar y reconocer, hijos Míos, que Mi Presencia está viva entre los hombres, así como la Presencia de Mi Hijo y del Castísimo Corazón de San José.

Yo estoy aquí, hijos Míos. Estoy al lado de cada una de sus almas.

Vengo al mundo todos los días, porque es tanta la necesidad, que no puedo permitir, Mis amados, que aquellas almas y esencias creadas por Dios se pierdan por la ignorancia, por no conocer al Creador, por solo elegir los placeres y las ilusiones de este mundo.

Hijos, todo lo que viven, en esta Tierra, como un soplo pasará, mas aquello que concretan en sus esencias permanecerá para siempre. No se preocupen por el sufrimiento del cuerpo, cuando lo que verdaderamente padece son sus almas, cuando, aquí en este mundo, sus mentes viven la ignorancia y la ilusión permanente.

Los llamo en esta noche a que despierten y que definitivamente respondan a Mi llamado. 

Ya llegó la hora, hijos Míos, de unir todas las religiones, todos los pueblos, todas las naciones, todas las culturas de este mundo, porque en este momento su planeta necesita de paz y, si no unen sus corazones, el enemigo separará no solo a las religiones de este mundo, sino también a sus almas del Corazón de Dios.

Si no hubiera unidad entre los seres, no habrá unidad con el Creador. Si no hubiera unidad entre las religiones, ya no habrá unidad con Dios, no habrá religión verdadera; porque aquellos que no viven el amor, no viven en el Padre; mientras que todos aquellos que viven el amor, viven en Cristo, aunque no sean cristianos y que hayan encontrado otro camino para despertar su consciencia a la vivencia del amor.

Lo que verdaderamente importa, hijos Míos, es que sean verdaderos, fraternos, que se unan al principio del amor y de la paz, porque eso es lo único que la humanidad necesitará en estos tiempos.

¡Ya basta, hijos Míos, de vivir las ilusiones y de buscar un placer que terminará con este mundo, si no despertaran a la vida de oración y de paz!

Hijos Míos, en esta noche quiero que comprendan que mucho mayor que lo que acontece en la materia y que se expande por el mundo, delante de los ojos que pueden ver, es la batalla en el espíritu; porque, como Yo les digo, Mi adversario no descansa, él no duerme ni un solo minuto.

En esta noche, al mismo tiempo que Yo estoy aquí, hay millones de hijos Míos que están distraídos en la búsqueda de un falso poder; mientras que Yo, hijos Míos, les quiero revelar que el Poder de Dios aspira a manifestarse en sus vidas. 

Y es muy simple lo que les pido, porque para vivir la paz, no necesitan hacer grandes cosas, solo necesitan abrir sus corazones, porque Mi Amor por sí solo derribará las barreras de sus mentes y establecerá en sus vidas Mi Reinado de Amor, de Paz y de Esperanza, para que puedan ser, Mis amados, un ejército de luz en este mundo de oscuridad; para que puedan establecer el Reinado de Mi Hijo, y que Él los encuentre prontos cuando llegue la hora de retornar.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Yo Soy la Madre del Espíritu Santo y busco su verdadera espiritualidad; para que eso sea verdadero, todo comienza en el camino de la oración y de la paz, algo que simplemente son invitados a vivir.

Quisiera hablarles en esta noche, queridos hijos, de los Universos Celestiales y de toda Su Creación, pero el mundo necesita conocer la verdad, lo que siente Dios en Su Corazón cuando Sus hijos lo niegan completamente.

Incansablemente, queridos hijos, seguiré dando Mis pasos a su lado para que puedan alcanzar el camino de la redención; y cuando eso suceda, Mi Hijo retornará para rescatar a los que se han perdido en la tribulación.

Yo les agradezco por responder a Mi llamado y a este momento de oración con Mi Corazón. Llevaré estas oraciones como un alivio del Corazón de Dios y de toda la humanidad.

Hoy, no consagraré Hijos de María, porque Dios está en Su profundo silencio. Yo los consagro en espíritu. Esa es la verdadera meta para todo servidor del Plan. 

Sí, los bendeciré, porque lo necesitan para seguir caminando a Mi lado. Ya son Mis hijos, desde antes que se colocaran para serlo. Para Dios, ya todo está cumplido.

Les agradezco por comprenderme. Todo tiene una respuesta mayor que comprenderán con el tiempo.

Les agradezco, les doy Mi Paz y los unjo con la Luz de Mi Espíritu.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración:  Madre Universal (en portugués).

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús: 

Aceite para la unción.

 

Estén preparados cuando el universo les pida cosas.

Con este aceite, Yo bendeciré a los que hoy no podré consagrar con la señal luminosa de la Cruz de Mi Hijo y como testimonio de Mi Amor por todos los hijos de la Tierra.

Se preguntarán porqué Yo hago esto, porque es Cristo que hoy los consagrará a ellos, así Yo abriré el camino para que Él retorne, a través de sus vidas.

Oración:  Padre Nuestro (en portugués).

 

Ahora sí, queridos hijos, lleven la Cruz de Cristo como la señal verdadera de la redención.

Y ahora, les pido que canten por todos Mis hijos del mundo que no están consagrados. 

Los que serán señalados por la Cruz de Mi Hijo aceptarán orar por aquellos que no se consagran a Mi Inmaculado Corazón y Yo oraré por ustedes hasta el fin de los días.

¡Les agradezco y vayan en paz!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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