APARICIÓN ANUAL DE LA VIRGEN MARÍA EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

A pesar de Mi despedida, como de la despedida de Mi Amado Hijo, seguiré acompañando los pasos de los que se decidieron a vivir en fidelidad a Dios.

Estamos en un momento semejante al de los apóstoles en el pasado, cuando después de la Ascensión de Nuestro Señor, Él envió al Espíritu Santo, el Gran Consolador, para que, como flameantes lenguas de fuego sobre las cabezas de los apóstoles y de Nuestra Señora, el Espíritu Santo guiara, a partir de ese momento, la Obra Crística de la evangelización y del apostolado.

Quiero decirles, a cada uno de Mis hijos, que después de estos diecisiete años de encuentros, están en ese momento semejante en el que, a partir de cada uno, tomen una decisión interior: si aceptan para el resto de sus vidas este camino que Mi Hijo les ofreció y en el que su Santísima Madre cuidó amorosa y maternalmente a cada una de sus almas hasta el presente, como flores preciosas en los Jardines de Dios.

Por eso estoy aquí, queridos hijos, no solo para celebrar este momento con ustedes, como Madre amorosa, humilde y servicial, sino también estoy aquí en este día, enviada por el propio Dios y a pedido de Nuestro Amadísimo Señor Jesucristo, para apoyarlos en este momento de transición; porque llegó ese momento tan esperado por Cristo desde el principio. Desde el año 2007 hasta el presente todo fue una experiencia preparatoria, en la que hubo aprendizajes, aciertos y errores.

Pero Yo deseo en este día, queridos hijos, amados Míos, que Mi dulce Voz pueda reverberar en sus mundos internos a partir de este día; que, a partir de este momento y por los tiempos que vendrán, puedan seguir estudiando el Nuevo Evangelio de Cristo, que Él dictó desde el año 2013 hasta el presente; así como también cada una de sus vidas no solo se pueda seguir sumergiendo en el poder de la oración del corazón, sino también en las Divinas Instrucciones que Mi Hijo dejó en las parábolas y en la experiencia infinita y profunda de los Sacramentos.

Es así, queridos hijos, que este 8 de agosto, así como lo anunció Mi Hijo en los últimos días, coloca a cada uno de ustedes ante el cierre de un ciclo, pero ahora de un ciclo realmente definitivo, en el que ciertas situaciones ya no se repetirán jamás, no solo en ustedes, sino también en el mundo entero.

Pero también este 8 de agosto, tan definitivo y especial, los coloca delante del camino del futuro, de aquel Proyecto que aún Dios tiene pensado poder realizar a través de las almas, a través de cada corazón que siempre le dijo sí.

Yo vengo a apoyar, como bondadosa Madre, este momento en cada uno de Mis hijos, y también vengo a agradecerle a cada hijo Mío personalmente que se haya animado a responder a Mi llamado hasta los tiempos de hoy, que se haya abierto a escuchar Mi convocatoria espiritual desde el primer momento en que cada uno de ustedes tomó contacto con Mi Divina y Soberana Palabra.

Ahora, ya no es tiempo de más Mensajes. Es tiempo, queridos y amados hijos, de que ustedes sean Mi Mensaje vivo en la Tierra, con todos los atributos, con todos los tesoros espirituales, con todas las Gracias que les fueron concedidas, desde el primer momento, desde el primer día en que cada uno de ustedes tuvo la oportunidad de estar ante Mí en una Aparición.

Quiero que sepan, Mis amados, como también quiero que sepa cada uno de Mis hijos en el mundo, que este momento que hoy les recuerdo de su primer contacto Conmigo no se borrará de sus almas nunca más.

Allí se encuentra el impulso que ustedes necesitaban en sus vidas. Allí se encuentra el puente espiritual que Yo coloqué, a pedido de Mi Amado Hijo, en cada uno de sus caminos para salir de la vida irreal, para ingresar en la vida real del espíritu.

Quiero que tengan esto muy presente en este momento y en este día, 8 de agosto; porque, a partir de ese momento y hasta el presente, comprenderán la Obra de Redención y de Misericordia que Mi Hijo construyó en cada uno de los que llamó por su nombre espiritual.

Hoy, Mis ángeles, que acompañan a su Señora, escriben en sus Libros este momento final, en el que, a través de sus más sensatas y verdaderas decisiones, como lo dijo Mi Hijo, Cristo, comenzarán a escribir esta nueva historia en este nuevo ciclo.

Y, sobre sus espaldas y sobre todo en sus corazones, ya no deberá pesar la agonía por la culpa de lo que no hicieron bien o del paso que aún no se animaron a dar.

Mi Hijo, en este mes de agosto, vino a liberarlos para que definitivamente sean Sus nuevos apóstoles, los Cristos de los últimos tiempos, como está escrito en el Corazón de Dios.

Pero ahora, Mis amados hijos, este camino le exigirá una mayor responsabilidad y honestidad a cada uno. Por eso, Mi Hijo vino a sacar de sus rostros las máscaras que han creado, para que el verdadero ser y la verdadera alma, que habita en cada uno, pueda surgir y emerger.

Permitan definitivamente que el espíritu, en cada uno de ustedes, los gobierne; porque cada uno de sus espíritus, que fue creado a imagen y semejanza de Dios, ya sabe desde el principio qué es lo que vino a hacer aquí, a la Tierra; qué es lo que vino a aprender por amor y por redención; qué es lo que vino a cumplir, conforme la Voluntad de Dios lo determinó.

Ahora, después de diecisiete años, ya los puedo contemplar y observar como adultos en el camino espiritual; los puedo contemplar como personas y sobre todo como almas, que ya no se esconderán en la culpa o en el victimismo, que ya no retrocederán ante el Llamado de Dios, que ya no se esconderán de la necesidad que se colocará en sus caminos, sino que la cumplirán con valentía y con determinación bajo el impulso que el Divino Propósito les proporciona.

Porque les recuerdo que Mi Hijo está preparando Su Retorno a la Tierra y esto no demorará mucho. Todos pueden ver con sus propios ojos el cruel escenario de la superficie, los conflictos, las guerras y la impunidad que se agravan.

Pero este momento ya estaba escrito; y ahora es necesario que, a través de la valentía de cada corazón orante, a través de cada corazón valiente, se pueda enfrentar el final de estos tiempos que está llegando.

Por eso, Mis amados hijos, es imperioso que ustedes vivan la fidelidad y la verdad, porque así sus propios pies no se confundirán de camino y no se desviarán por experiencias innecesarias, sino que en sus mentes y sobre todo en sus corazones, con la fuerza del espíritu en cada ser, deberán visualizar el Divino Propósito frente a sus ojos, la llama flameante del Amor de Dios que fue creada en la Fuente, que es eterna e inextinguible y que impulsa en todo este universo la renovación a través de los ciclos.

¿Ustedes, hijos Míos, ingresarán en este nuevo ciclo que Cristo les está presentando?

No necesito que Me respondan en este momento. Necesito que primero escuchen Mi Palabra y que después la vivan, para poder responderle a Mi Hijo con madurez y discernimiento.

Mis amados, el mundo se está ahogando en sus propias emociones y esto genera confusión y conflicto.

A medida que la Ley de la Armonía se aproxima a la Tierra para corregir a la humanidad por todas las Leyes que abandonó y de las cuales se desvió, es inevitable, Mis amados hijos, que, en este 8 de agosto y a partir de esta fecha especial y espiritual, los acontecimientos se precipiten en el planeta.

Pero no tomen esto como una advertencia o como algo extraordinario, las corrientes del universo existen para poder alinear a las almas con esa trayectoria que Dios creó desde el origen de cada ser.

¿Ahora, comprenden la importancia de esa decisión en este nuevo ciclo?

Muchos impulsos ya fueron recibidos, sus almas acogieron estos impulsos a lo largo de los tiempos. Ahora es momento de que esta Divina Instrucción y este Sagrado Conocimiento Espiritual se hagan carne de su propia carne, se hagan verbo de su propio verbo, se concreten en la vida material y en todos los planos.

Por eso, aún queda un poco de tiempo, como les dijo Mi Hijo, para que puedan enmendar sus vidas y corregirse. Porque grandes serán los acontecimientos que llegarán al mundo y deberán estar fortalecidos en la fe cuando Nosotros ya no estemos aquí; porque oramos y contemplamos ese gran día, en el que por ustedes mismos asumirán el Plan de Dios.

Quiero agradecerles a todos los que se han consagrado a Mi Corazón, a los que vivirán esta consagración día a día y a los que renovarán esta consagración a Mi Inmaculado Corazón a lo largo de los próximos tiempos.

En este día, en el que el Infinito se une a la Tierra, en el que la Fuente Divina se contacta y se acerca a la humanidad para que todos Mis hijos puedan retornar a su pureza original; desde el Sagrado Reino de Lys y desde el corazón insondable de Aurora, en donde su Madre una vez se presentó para llamar al mundo al cambio de la consciencia y al despertar flameante de los corazones, vengo a renovar su acto de consagración a Mi Materno e Inmaculado Corazón, bajo la bendición espiritual y especial que Mi Hijo le concedió a cada uno de ustedes en este día.

Que esta consagración los plenifique, los renueve y los impulse a seguir caminando en la reconstrucción de esta humanidad, y en el retorno de la fe y de la esperanza en los corazones, para que todos, algún día, en algún plano de sus consciencias, se sientan curados y sanados por la Gracia de Dios.

Les agradezco por estos diecisiete años de tantos momentos compartidos, de tantas súplicas escuchadas, de tanta devoción otorgada por cada uno de Mis hijos; porque todo lo que irradian para Mí, no queda en Mi Corazón, sino que Yo lo devuelvo en Gracias y oportunidades a las almas, porque es a Nuestro Creador que le debemos gratitud y gloria por todo lo recibido.

Los bendigo, en nombre de Nuestro Señor Jesucristo y de Nuestro Altísimo Creador, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

La Sagrada Figueira, en este mes de agosto, comienza a mostrar sus primeros brotes del advenimiento de su nuevo ciclo, de su ciclo original y primordial.


Sagrada Figueira,
acoge a todos tus hijos como Madre Espiritual,
a todos los que fueron llamados
a estar debajo de tu copa de Luz,
para ser nutridos por las raíces de tu Instrucción.

Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das.

Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das.

Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das.

Vamos, a pedido de Nuestra Señora, a cerrar este trabajo, a través de una canción que Ella nos pidió. Vamos a cantar "Mirarte a Ti" y, a través de esta canción, cada uno de nosotros, en este momento, hará su síntesis interna ante el Corazón Inmaculado de María, agradeciendo profundamente por todo lo que fue recibido y confiado.

Desde el Reino de Lys, en Fátima, agradecemos a cada uno de los hermanos que a lo largo de estos diecisiete años ha sostenido esta Obra fielmente; y los invitamos, en nombre de Nuestra Madre, a ingresar confiados en este nuevo ciclo que Cristo, por Amor, nos presenta.

Gracias.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE SAN JOSÉ DE RIO PRETO, SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hoy abro Mis brazos en forma de cruz para que vean la grandeza de Mi Inmaculado Corazón, que es infinito y sublime ante los ojos humanos, que no tiene límites y que abarca muchos Universos más allá de este planeta y de esta humanidad.

Este es el poder sublime de Mi Inmaculado Corazón que Yo ofrezco todos los días a Mis queridos hijos del mundo, porque quien vive en Mi Corazón siempre encontrará la paz y la misión que ha venido a cumplir ante Dios.

Hoy vengo a São José do Rio Preto para poder entregarles Mi Corazón Inmaculado como el emblema y el trofeo para el fin de los tiempos, delante de esta transición planetaria que cada día se agudiza más, no solo en la consciencia humana, sino también en los Reinos de la Naturaleza.

La  Madre Tierra está en el momento de su gran parto y la humanidad se movilizará.

Ella sentirá profundamente el nacimiento de la nueva humanidad, después de que todo se purifique.

Hoy abro las puertas del Reino de Dios para que sus corazones se eleven y sean depositados por Mí misma en el Altar Sagrado del Padre Creador como el mayor ofrecimiento para la redención de sus vidas, la conversión de sus corazones y por el momento de paz que hoy vienen a vivir Conmigo y en Mí.

Hoy estoy con todas las naciones del mundo. No solo con ustedes, queridos hijos, sino también con Mi amada Portugal, abriendo el Reino de la devoción de Mi Corazón para que las almas se animen a vivir la oración de estos tiempos, para que la paz se establezca en toda la humanidad.

Así como Yo estoy con ustedes, queridos hijos, estoy con cada hijo de este planeta que en esta hora culminante, se une a Mi Corazón, a Mi Luz, a Mi Verdad, a la Cura que Yo traigo para todos.

No hay dolor humano que Yo no pueda cicatrizar cuando sus corazones se entregan a Mi Corazón. 

Yo los voy transformando de a poco, en aquel modelo perfecto que Mi Hijo espera ver al servicio del Padre, de todo el Universo y especialmente de esta humanidad.

Hoy, en el silencio de Mi Espíritu, observo a todos Mis hijos del mundo, a todos los peregrinos que visitaron Mis santuarios para honrarme y glorificarme como la Madre de sus vidas, como la Patrona de cada nación, como la Gobernanta de las consciencias de este mundo, como la Estrella Guía de la Paz.


Hoy he venido también a consagrarlos al Espíritu de Dios con la esperanza, queridos hijos, que reencuentren la paz y la reconciliación con el Padre Eterno, por todas las almas del mundo que se apartan del Padre y cierran su corazón al estar viviendo el dolor y el sufrimiento.

Yo Soy la Inmaculada Madre que alivia el sufrimiento espiritual de la humanidad. Por eso, queridos hijos, si se unen a Mí en oración, Yo siempre podré entregarles Mis Gracias y guiar sus caminos, para que Mi adversario no pueda acercarse a la humanidad.

Ustedes saben, Mis pequeños, que estamos en un tiempo de grandes batallas, el triunfo de la Luz es determinante y la participación de sus vidas es importante para que esta Obra de Mi Paz se pueda construir y reconstruir en el mundo, a través de todos los servidores que siguen a su Madre Celeste en este último llamado para la humanidad.

Hoy repito para ustedes un mensaje que Yo ya he dado, porque deben escucharlo con el Corazón. Él debe ser la semilla del nuevo tiempo para que pueda florecer y dar sus frutos en honra al Creador, quien es muy olvidado por la consciencia de la humanidad.

En este día 13 de octubre, queridos hijos, quiero llevarlos a los jardines de Mi Reino de Lys Fátima; que puedan ver nuevamente la puerta que se abre ante sus consciencias y así, puedan ingresar en simplicidad y amor  para que nuevamente despierte la pureza original, la pureza que sustentará al planeta y a muchas almas de este mundo que niegan a Cristo y que niegan a Dios todo el tiempo.

Es a través de su pureza que alcanzarán la perseverancia, el triunfo espiritual para sus vidas, la concreción de la misión personal para cada ser. 

Es el Reino de Lys Fátima que les abre sus puertas para que sus corazones puedan vivificar Mi Espíritu Inmaculado y en esta comunión perfecta, todos estemos en el Padre Celestial, que en esta hora y en este momento, a través de Su sierva fiel escucha la voz de sus corazones, las súplicas que han elevado al Reino de Dios, por este proyecto de la humanidad, por este Plan de Dios que Él ofrece al mundo para la redención de las consciencias y la conversión de los corazones.

Como he hecho en otros tiempos, queridos hijos, así como lo hice en Fátima, vengo a pedirles la oración por la paz y por el fin de la guerra humana, para que triunfe Mi Inmaculado Corazón no solamente en sus vidas, sino en todas las naciones del mundo, especialmente en aquellas naciones que aún no Me aceptan.

Yo Soy esa gran Consciencia que encarnó en la humanidad como la Madre de Jesús para demostrarles a todos que Dios, en Su Humildad y en Su infinito Amor, se manifestó en Mí a través del Espíritu Santo.

Hoy les vuelvo a derramar, queridos hijos, los siete Dones del Espíritu Santo.

Pero a pesar de que no los comprendan, siéntanlos en el corazón para que ellos puedan despertar y ofrecer al mundo una sagrada y última oportunidad de volver a mirar a Dios y de nunca olvidarse de Su Universo, de Su profundo Reino de Amor y de Su Cósmica Consciencia.

Yo Soy la Reina de todos los ángeles, que hoy trae a Sus coros para que canten junto a ustedes el Himno de Mi Paz, por medio de la oración del corazón y de la fe de sus consciencias.

Quiero de este lugar, un santuario de muchas oraciones.

Quiero de esta ciudad una columna de Luz para el mundo, constituida a través de sus corazones, de sus oraciones y del servicio a los Reinos y a la humanidad.

Los invito así, queridos hijos, a orar por sus semejantes, por todos aquellos que desconocen y que en este día no tienen la Gracia de poder recibirme como ustedes.

Quiero que se consagren a San José Castísimo.

Quiero de esta ciudad, que sea consagrada al Castísimo Corazón de San José para que el Padre del Amor, Mi santo esposo, los pueda guiar por el camino de la simplicidad, del bien y de la caridad, por todos los que sufren el fin de los tiempos.

Los uno a Mi Universo de Amor y les entrego todo lo que tengo y un poco más, para que se animen a estar Conmigo, incondicionalmente.

Mientras estoy con ustedes, estoy con todos Mis hijos, en cada parte de este planeta, que necesitan del alivio para su gran sufrimiento.

Yo Soy la Inmaculada Madre que les trae la Paz, la alegría de vivir en Dios y de retornar a Su Reino en consciencia de oración, de servicio y de hermandad, por todos los que no lo viven.

Y hoy quiero que vengan aquí los que consagraré, para que pueda bendecirlos en nombre de la humanidad.

Mientras estoy aquí contemplen Mi Corazón Inmaculado, que se ofrece como testimonio de amor para el mundo, como reparación de todas las vidas de la Tierra, principalmente de los que no viven la paz y están desesperadas en su sufrimiento y dolor.

Yo Soy la Inmaculada Madre que alivia el sufrimiento profundo de las consciencias.

Soy la Fuente de todas las Gracias.

Soy la reparación interior del corazón humano.

Hoy les he pedido que estén a los pies de Mi altar por todos aquellos que no están, que no adoran a Dios, que no aman a Dios y que tampoco lo esperan, así como dice la oración del santo ángel.

Juntos diremos esta oración, queridos hijos, uniéndonos al Santuario de Fátima, en Portugal y abriendo la fuente de amor de nuestro corazón para que esa fuente sea derramada sobre el mundo y las almas alcancen la salvación.

Así como los tres pequeños pastores, recen, sean como niños, sientan la pureza de sus corazones retornando en este momento. Perdonen, pidan perdón. Reconcíliense. Olviden el pasado y vivan el eterno presente, que es la eterna Gracia de Dios que a través de la Santa Madre del Padre retorna a ustedes, para colmarlos bajo el Espíritu de la Luz y del Amor de Dios.

Mi Dios, yo creo en Ti... (x3)

Vamos a hacer el instrumental de los Hijos de María.


Mis amados hijos, Yo Soy igual a esta Luz que brilla en los abismos de la Tierra para rescatar a las estrellas caídas. Yo las busco, una a una, por los caminos de la perdición, de la oscuridad, por los caminos de la falta de amor.

Yo desciendo como Luz al mundo trayendo el Corazón de Mi Santo Hijo, para que Él se vivifique en las consciencias de la Tierra.

Es esta Luz de Mi Inmaculado Corazón que todos los días, a través de sus oraciones y súplicas, desciende a la humanidad para concretar su salvación y redención.

Que todas las naciones del mundo, que todos los Hijos de María que hoy se consagran, confíen en esta perpetua Luz, en este fiel testimonio de amor que se enciende como una llama en sus corazones, porque al final de todo, queridos hijos, Mi Inmaculado Corazón triunfará.

Canten con amor este Himno para que el Espíritu Santo también los bendiga.

Hoy Me retiro de esta ciudad con inmensa alegría, viendo brotar en Mis hijos las semillas de luz, las células de Dios en las consciencias humanas.

Mi Luz sea en este manto celeste para que cure sus cuerpos, sus espíritus y consciencias.

Mi Luz sea en este manto celeste para que para que nazcan los pacificadores del Rey Universal.

Que así sea.

Siempre recuerden Mi Inmaculado Corazón. Es el abrigo para su sufrimiento. Él es el refugio para sus vidas.

Les agradezco por responder y concretar Mi llamado, y por ayudarme a llegar a Centroamérica.

Sean una hermandad, un solo corazón, una sola consciencia de luz en todas las naciones del mundo.

Los amo y los bendigo.

Por la autoridad que Dios Me ha dado, disuelvo sus pecados y renuevo su fe en la esperanza mayor de Dios.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Mientras Mis oídos escuchan la melodía de sus corazones, Yo vengo a hablarles a lo profundo de sus esencias, que son lo que más vale para Dios.

Hoy, vengo a encontrarlos en la quietud del espíritu, en la perseverancia de seguir adelante para poder reencontrarse con Mi Hijo en estos tiempos finales.

Hoy, vengo desde el Cielo con mucha alegría y maternidad. Estamos a las puertas de un gran encuentro en agosto, en el que la humanidad entera realizará su síntesis para comenzar a vivir un nuevo ciclo en el Señor.

Hijos amados, todo lo que viven, en estos tiempos, es parte de una gran purificación interior; no se desesperen, hijos Míos. Yo Soy su mano, la mano que los guía por el camino de la redención y de la rehabilitación. Por eso, rezo por ustedes todos los días de sus días, para que alcancen finalmente la redención del corazón y del espíritu.

Su trayectoria en esta Tierra tiene un motivo. Esa gran experiencia de amor que deben vivir, le debe servir a Dios en el futuro y a todo el universo, quién se servirá de esta experiencia de redención en los tiempos que llegarán dentro de esta galaxia.

Queridos hijos, como una gran Estrella del universo, hoy Me aproximo a ustedes y aspiro todos los días a encender sus estrellas internas. Porque el verdadero camino de la redención se encuentra a través de la iluminación de sus corazones, que es el fruto que la oración les da a través de la vida de servicio y de caridad.

Pero hoy, no estoy aquí sola con ustedes. Vengo con todo el universo, para que todos los días vivan ese gran reencuentro con su verdadero espíritu superior, en el que se haya la verdadera respuesta, dentro de toda su existencia.

Dios los creó para que pudieran aprender y crecer en el amor. Yo vengo a enseñarles ese camino tan simple pero verdadero; por eso, como su Madre Santísima, soy perseverante y paciente. Ya hace ocho años que vengo caminando a su lado, queridos hijos, levantándolos del suelo, liberándolos de las persecuciones y perturbaciones, para que su verdadero espíritu en Cristo cumpla la misión que ha venido a realizar en este mundo.

Mas si ustedes viven esa misión personal que Dios les concedió, los 144 000 apóstoles de Cristo, los santos de los últimos días, aquellos que están escritos en la Biblia, aparecerán en este ciclo para cumplir su verdadera misión ante el Plan, el Propósito de Dios que debe cumplirse por encima de todas las cosas.

A través de sus vidas, hijos amados, se puede escribir el nuevo Proyecto de Dios y en Su Corazón bendito se escriben las primeras señales de su redención. Mas, deben ser pacientes, mansos y humildes para que el Espíritu Santo habite en ustedes y Sus poderosos Dones universales puedan transformar sus vidas completamente, hasta que se puedan disipar las mínimas partículas del mal.

Ustedes saben, hijos Míos, que el mundo está en su decadencia espiritual. Pero aún, Yo encuentro almas fervorosas, en los cuatro puntos del planeta, que son Mis verdaderos espejos planetarios que pueden irradiar Mi Propósito maternal a través de los atributos que le Yo concedí a sus vidas.

Mi aspiración maternal, hijos Míos, es que, en el fin de sus días, cuando hayan cruzado el umbral de los aprendizajes, ustedes hayan podido vivir los atributos que Yo les entregué en el año 2007. Atributos tan simples, pero verdaderos, que los harán semejantes a Dios y a sus hermanos de todo el universo.

Por eso, este Proyecto aún no ha terminado. Y a pesar de la gran deuda que tiene la humanidad, de los ultrajes que son realizados a los Reinos de la Naturaleza; la Madre del Universo, la Pachamama, es paciente con sus hijos, con todos los discípulos de Cristo que deben despertar en este último tiempo para reencontrar el camino que han perdido entre las ilusiones de esta humanidad.

Yo Soy su Madre Tierra; también, Yo Soy su Madre del Cielo, Soy el gran Espíritu de la Naturaleza que circula por esta humanidad trayendo la brisa del Espíritu Santo, los frutos para todas las almas que se deciden a ser semillas de Mi gran Árbol de la Sabiduría y de la Creación.

Por eso, a través de estos años, he venido trabajando con cada uno de ustedes. He venido realizando en sus vidas pequeños milagros de amor, aquellos que Me ha permitido realizar Mi Hijo en la vida de todos los espíritus de la Tierra.

Hoy, Yo les pido, hijos Míos, que no miren más a sus errores. Vean los resultados de su conversión. Mediten, reflexionen y tomen consciencia de todo lo que se ha trasformado en sus vidas; y eso ha sido posible, hijos Míos, por la poderosa acción de Mi Gracia maternal.

Hoy, abro Mis brazos y extiendo Mis manos hacia el mundo. Espero tenerlos a todos cerca de Mi Corazón para que sientan Mi palpitar, el Corazón Inmaculado de María que sigue latiendo por esta humanidad, rogando por este Proyecto de Dios para que, al menos, se cumpla en un próximo Cristo. Así, Yo podré retirarme de esta humanidad. Podré seguir caminando entre las estrellas, instruyendo a otros seres en todo este universo. Porque habré visto, hijos Míos, que Mis Planes de Paz se cumplieron en sus vidas y los Nuevos Cristos nacieron del espíritu de la humildad.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Es por eso que, en esta noche, traigo en Mi Manto todas las estrellas del Cosmos, para que cada uno de ustedes recuerde lo que vino a hacer a este mundo, porque sus almas saben que la trayectoria evolutiva no tiene principio ni fin en esta Tierra.

La Creación de Dios, hijos Míos, es infinita. Y, en este final de los tiempos, vengo a demostrarle a la humanidad que estuvo ciega por mucho tiempo; pero que llegó la hora de abrir los ojos, los ojos del espíritu y del corazón, y contemplar en el infinito el Origen de sus esencias, de sus espíritus. Origen que los observa cada día, que aguarda con amor que puedan recordar esa existencia, para que ya no vivan solo de las cosas materiales.

Que toda su atención, Mis queridos, no esté solo dirigida hacia la vida sobre la Tierra, porque la Realidad pulsa en el centro de este Cosmos.

El Corazón de Mi Hijo, que estuvo sobre este mundo, hoy reina en el Infinito, invitándolos a seguir Sus pasos. Cristo, Mis amados, vino a este mundo para ser su ejemplo, para dejar marcadas las huellas en las que deberán colocar sus pies. 

Pero, para eso, necesitan creer en lo que les digo, porque Mis Palabras no son pronunciadas solo para tocar sus corazones. Ellas deben ingresar en sus consciencias y hacerlos reflexionar, buscar la Verdad que guardo en cada una de ellas que vengo a derramar sobre la humanidad para disipar la ilusión de los corazones humanos.

Así como Soy la Madre de Jesús, Soy la Madre de todas las criaturas de este mundo. Por eso, vengo a instruirlos, a conducir sus almas hacia la Voluntad de Dios; porque el Creador, Mis queridos, jamás desistió de Su Creación. Todos los días, envía a uno de Sus Mensajeros al mundo, en la eterna esperanza de que al menos algunos pocos puedan cumplir Su Santo Plan.

Vengo al mundo porque sé que es posible que, aquellos que escuchen Mi llamado se transformen definitivamente y sobre todo en estos tiempos, en los que grande es la oscuridad, pero también infinita es la Luz, suprema es la Presencia de Dios en el mundo, en Su Sierva, en Su Hijo, Estos que vienen a su encuentro para guiarlos al infinito.

A partir de este 8 de agosto, hijos Míos, los conduciré a un nuevo despertar. No habrá dudas que puedan nublar a los corazones de los que Me escuchan, porque Mi Voz será clara, revelará la Verdad que muchos no quisieron ver; porque está llegando el tiempo de que caigan los velos de la consciencia humana y de que cada ser de este mundo, preparado o no para descubrir los misterios divinos, deberá encontrar la Verdad.

Vengo a su encuentro para que por lo menos una parte de la humanidad tenga el corazón pronto para vivir esta gran transición del planeta, transición que no se aproxima solo para hacerlos sufrir. Aquel que sabe el verdadero motivo de esta transición glorifica a Dios todos los días; porque, en cada minuto que pasa en el tiempo de este mundo, sabe que es un minuto menos que le faltará para encontrar al Creador.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hijos, Aurora se viste con sus mejores trajes para esperar a los autoconvocados en esta sagrada reunión que viviremos en los días de agosto, en los que recordarán que la Madre de Dios y todos Sus Mensajeros tocaron este suelo para hacerlo bendito y sagrado para que, cada uno de ustedes, como corazones en redención, ingresaran por las puertas de la cura interior.

Yo Soy la Gran Estrella, Yo Soy su Madre del mundo y vengo a encender nuevos luceros, a través de los Hijos de María que, con tanto Amor materno, vengo a bendecir. Así, Mis ejércitos se van formando en los diferentes puntos del planeta, para que sean antorchas vivas del fuego de Cristo, del fuego transformador y liberador, por medio del poder de la oración.

Que se acerquen aquí estos hijos que hoy consagraré y los invito a todos a estar aquí en agosto, en la Presencia de Cristo, su Señor, desde el día 4 de agosto, a partir del que vivirán, hijos Míos, la última chance de la redención planetaria, antes que se abran las puertas de la transición.

Vengo a traerles la consciencia de lo que verdaderamente es cada uno de ustedes. No son materia, ustedes son espíritus de la Fuente de Dios, de la Fuente del Amor y de la Unidad.

Cantemos, pues los Hijos de María se presentan ante los altares de la Virgen Santísima.

Yo les agradezco.

Queridos hijos, por la bendición que Me concede el universo y como Madre del Espíritu Santo de Dios, en la Presencia Trina del Hijo y del Padre Eterno, Yo los bendigo y los consagro, bajo la absolución universal de todas las faltas cometidas al Sagrado Corazón de Jesús.

Espero que se renueven y que respiren el aire del universo, pues la cura tocó la puerta de sus corazones.

Les agradezco en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

 

Canción: “Himno de los Hijos de María”.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

Bien, por lo que pudimos escuchar de Nuestra Señora, tanto en el Mensaje que Ella entregó hoy a la mañana como en lo que nos dijo ahora, durante la Aparición; Ella ha comenzado a cumplir una promesa que nos hizo hace algún tiempo, que Ella iba a revelar las verdades del universo y que teníamos que estar con nuestros corazones abiertos; porque era importante, en este tiempo, que nuestra humanidad supiera cómo es que realmente se manifiestan los Universos Celestiales y cuál es la relación que nuestro mundo y nuestra humanidad tiene en verdad con ese universo.

Ella nos dijo que nos iba a entregar ese Legado universal y ha comenzado hoy, con mucho amor, a intentar colocarnos dentro de ese universo.

Estará en nuestras manos y en nuestro corazón, escuchar esa instrucción de Nuestra Señora y, a través de esa sabiduría que viene de la Divinidad, comprender verdaderamente quiénes somos, de dónde venimos, qué es lo que tenemos que hacer, cuál es nuestra misión como seres y como humanidad y cómo es que lo tenemos que llevar adelante. 

Así, acompañaremos a Nuestra Señora en estas nuevas instrucciones y nuevas revelaciones que nos llevarán, como Ella nos dijo hoy, al infinito.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Queremos agradecer a todos por habernos acompañado.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

Y como dijo Nuestra Señora hoy, todas nuestras consciencias se prepararán para agosto, cuando tendremos más revelaciones y como dijo Nuestra Señora, la humanidad hará su síntesis y comenzará, plenamente y con consciencia, la tan ansiada transición. Así que, a prepararse.

Muchas gracias a todos y ¡gracias, Madre, por cuánto nos das!

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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