Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN MONTE SHASTA, CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SEGUNDO DÍA DE LA 125.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He aquí un Corazón que fue traspasado, pero un Corazón que aún es desconocido.

¿Quién sería capaz de penetrar este misterio para poder conocerlo?

¿Quién se lanzaría al vacío sin saber dónde podría caer?

Porque en el gran abismo de Mi Misericordia no existe perdición; existe abundancia, realización y méritos. Por eso, les muestro Mi Corazón para que lo vivan.

Vengo a buscar esto de las almas buenas, pero también vengo a buscar esto de las almas imperfectas; porque no tendría un motivo de realizar una obra en este planeta, si no fuera por las almas.

¿Ahora, comprenden el sentido de Mi venida al mundo en este tiempo?

Yo les tengo que hacer muchas preguntas para que se replanteen sus caminos, porque un buen Maestro y un buen Amigo daría Su Vida por Sus compañeros. Y esta Vida que Yo doy por ustedes es abundante e infinita, no terminó con la Muerte en la Cruz.

¿Alguna vez se preguntaron qué fue lo que Yo di más allá de esto, aun después de Mi Ascensión a los Cielos?

¿Qué puerta tan misteriosa existe, que aún nadie la ha abierto para saber qué hay al otro lado de ella? ¿Qué es eso tan desconocido que aún ustedes no saben?

Pero, si el pueblo de Israel lo conoció en profundidad y en espíritu, ¿por qué ustedes no lo pueden conocer?

Yo vengo a retirarlos de la dimensión superficial, en la que muchos se encuentran en este tiempo. Vengo para elevarlos hacia la dimensión de Mi Amor, sobre todo de Mi Amor Cósmico y Divino, para que puedan comprender y especialmente sentir las Esferas Celestiales que descienden y los abrazan.

¿Se han preguntado cómo hago Yo para llegar aquí, sabiendo que el tiempo de la Jerarquía es precioso?

Pero, Yo no vengo aquí solamente por ustedes y su despertar, vengo por una causa mayor y desconocida, una causa que espera darse a conocer a través de los corazones consecuentes y disponibles; porque los proyectos de la Jerarquía no se pueden desperdiciar o perder, ni siquiera Su Palabra puede ser desperdiciada, ya que en la Palabra de la Jerarquía Espiritual y Divina existe un decreto, un propósito, pero también una realización.

Por eso, deben tener presente, cada vez que Me escuchan o también cada vez que Me reciben, que en cada una de Mis Palabras y en las Palabras de las Jerarquías existe un Propósito Mayor para ustedes y sus hermanos del mundo. Así, lo hizo también la Divina Madre a lo largo de los tiempos y por intermedio de Sus Apariciones y Mensajes en el mundo entero.

La Jerarquía necesita de la condición humana para poder acercarse, pero no de la condición mezquina o rebelde, necesita de la predisposición del corazón humano para poder llevar adelante la Misión Espiritual en el mundo.

Es así como la Jerarquía Espiritual puede entregar Sus proyectos y Sus aspiraciones a las criaturas, criaturas preciosamente escogidas por el propio Padre Eterno, como en esta ocasión, aquí en los Estados Unidos.

Por eso, Yo les vuelvo a preguntar: ¿será que están comprendiendo para qué están aquí y por qué sus almas los han traído hasta aquí, para estar ante el Señor del Universo y de la Paz?

¿Qué es lo que tienen que ver con todo esto que hoy está sucediendo?

Cristo no necesita de disculpas porque conoce el error y la miseria humana. Cristo necesita de corazones verdaderos, aunque imperfectos, corazones que sean capaces de dar más y más, hasta sentir en su propio ser la esencia del Proyecto de Dios.

Para este mes de mayo y para este próximo 8 de mayo que se aproxima, el Señor trae hoy entre Sus Manos muchas semillas de Luz, preciosos tesoros incalculables para cada una de las almas del mundo que escuche Mi Mensaje; semillas que esperan germinar en los próximos meses, a través de las decisiones sensatas y equilibradas de las almas, decisiones permeadas por el Discernimiento y la Sabiduría de Dios.

¿Dónde caerán las semillas del Señor? ¿Dónde está la tierra fértil del corazón humano?

Hay algo que aquí debe suceder, espero que lo comprendan y que lo entiendan.

Los ciclos existen en la humanidad para que puedan aprender a dar sus propios pasos.

Es tiempo de los Nuevos Cristos, el mundo ya no puede esperar porque agoniza. Este es el tiempo del surgimiento de los Cristos Internos, de los que puedan suceder al Señor del Universo para que preparen esta Tierra para Su Retorno, para el reaparecimiento de Cristo en la humanidad.

Yo vengo con este Mensaje del Cielo, para que se acuerden del Cielo y ya no se pierdan en lo superficial, sino que se abandonen en el profundo abismo de Mi Amor Misericordioso.

Muchos de ustedes, en este mes de mayo, deberán hacer una síntesis y de esa síntesis obtener una respuesta interior para sus vidas.

Las señales ya fueron dadas, el Mensaje ya fue revelado, el impulso y la corriente cósmica de Mi Amor ya fue entregado. Ya está todo dicho. Ahora, a ustedes les corresponde darle una respuesta al Universo para que puedan darle una respuesta a la Ley.

Por esa razón, estaré orando en los próximos tiempos. Hay mucho por realizar y espero que los corazones sensatos Me acompañen, corazones que ya no esperen solamente recibir, sino también donarse.

Mediten y piensen en lo que les digo. Yo estoy aquí para ayudarlos, para que crezcan en el Amor Mayor y en la Verdad; para que, cada día que pasa y en cada tiempo que se aproxima, ya no se justifiquen, para que ya no se engañen; para que así, asuman los Planes del Señor Redentor.

Mientras tanto, seguiré trabajando junto con los ángeles, que están aquí Conmigo en esta tarea especial en los Estados Unidos; intentando ayudar y auxiliar a los que están perdidos en los vicios, en la indiferencia, en la maldad y aun los que están perdidos en la muerte, en la muerte espiritual.

Yo vengo como un Sol, invisible e inmaterial, para hacer renacer a los corazones que acepten ver Mi Luz en el horizonte, en el universo más profundo de los seres.

Dios espera que todos Sus Hijos puedan ser dignos ante Él.

Para que esto sea una realidad y no sea algo tan lejano o aun imposible, tendremos que atravesar muchos desafíos y, algunos de ellos, desafíos peligrosos; porque la senda es muy larga hasta poder llegar a la meta que Dios espera.

Pero la fortaleza, en los corazones que creen en Cristo y viven en Cristo, puede ser una fortaleza inquebrantable, y diría inamovible, fortaleza sostenida en la fe y en la confianza en Dios.

Así, los preparo para la nueva siembra.

¿Qué le ofrecerán al Plan?

Esperaré pacientemente, pero no se olviden de que estamos en un tiempo de emergencia, la respuesta debe ser ahora; pero no una respuesta superficial, debe ser una respuesta madura, de un ser que comprende qué significa convertirse en un Cristo.

Eso es todo. Atraviesen estos tiempos en Mi Paz.

Les agradezco, una vez más, por estar Conmigo de verdad.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das.

En este encuentro, Te honramos, Señor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Encuentros con el Castísimo Corazón de San José

¡Que toda la Tierra, el Universo y el Reino Celestial escuchen el clamor de sus corazones!

Hijos:

Son esos momentos de simplicidad, cuando viven la unión con Dios, los que equilibran los males de este mundo y permiten que el Creador siga derramando Su Misericordia.

Solo estén atentos a Mis palabras.

Quisiera hacerles sentir la alegría del Corazón del Padre cuando Sus criaturas oran con sinceridad, para que no solo traten de sentir el dolor del mundo, el dolor de Dios, sino también, la alegría de Su Sacratísimo Corazón.

El Creador, que todo entrega a la consciencia humana, espera muy poco de sus corazones. Solo busca que sean sinceros, simples; que sean fraternos los unos con los otros; que vivan en el espíritu del amor y de la unidad. Que no lo busquen solamente en lo más alto de los Cielos, sino que lo busquen también dentro de cada uno de ustedes; que lo busquen en sus hermanos; que lo busquen en los Reinos de la Naturaleza, en los bosques, en las aguas, en las montañas, en los animales, en los elementos; que lo busquen en la vida invisible de cada Reino. Que lo encuentren entre los ángeles; que lo encuentren entre las pequeñas criaturas que manifiestan Su belleza, que manifiestan Su Voluntad, creando en armonía por medio de los Reinos de la Naturaleza.

Me refiero a un Reino que ustedes no conocen, que pocos han visto, porque ellos se donan sin necesidad de reconocimiento. Ellos crean en la belleza de las flores, sin que ustedes los vean. Ellos crean en los colores de un arco iris. Ellos crean en el silencio, en el aliento del viento. Estos son los devas, los elementales, los pequeños ángeles, que no solamente cuidan las almas de los seres humanos, sino que también cuidan el alma de cada Reino, de cada especie y que además padecen por las atrocidades de este mundo. Sin embargo, ellos nunca se cansan de vivir la donación: aunque ustedes derriben los árboles que ellos con tanta dedicación elevan, ellos los hacen renacer.

Aunque contaminen las aguas, ellos las hacen rebrotar. Les digo estas cosas porque así debería ser el corazón humano.

Ustedes deben aprender a donar en lo invisible, a ofrecer lo mejor al Creador, sin que nadie lo sepa, sin necesidad de reconocimiento. Deben aprender a crear con la perfección de una flor, deben aprender a ser puros como el agua y, a pesar de las influencias de este mundo, renovarse en su pureza todos los días, como una fuente inagotable.

Quisiera que aprendieran de la fortaleza de los minerales, de las rocas, de las montañas, que a pesar de recibir tantas heridas, no dejan de sustentar a la Tierra.

A pesar de las tribulaciones que vendrán, no dejen de sostener el Plan de Dios. A pesar de las influencias del mundo, no desvíen sus caminos. A pesar de la propia imperfección o de la imperfección del prójimo, no dejen de vivir la unidad con sus hermanos; no dejen de vivir la unidad con Dios, consigo mismos. Que sus mentes, sus emociones, sus espíritus y sus almas, estén unidos en un solo propósito: vivir la transformación en Cristo.

Sé que, para muchos, esa transformación parece imposible y tan distante, porque ustedes solo piensan en el sacrificio de Cristo. Solo piensan que la Cristificación se basa en el martirio, en el sufrimiento y en el dolor; sin embargo, hijos, la Cristificación se basa en el amor, en la entrega, en el olvido de sí, en la unidad con el prójimo, en el perdón de los pecados, en la reconciliación, en la posibilidad de que el corazón humano tiene para dejar de lado los errores y las fallas de sus hermanos para contemplar sus esencias, para contemplar la Perfección de Dios que habita en cada uno de ellos.

Contemplen la vida de Cristo desde el principio y no solo en su final. Contemplen Su Humildad en el pesebre de Belén.

Contemplen Su Fe, predicando, cuando pequeño, entre los “grandes doctores de la ley”. Contemplen Su Silencio, creciendo escondido hasta que estuviera listo para vivir públicamente Su Misión. Contemplen la certeza de Su Unidad con Dios, cuando sobre los montes anunciaba que era el Mesías.

¿Quién subirá a los montes y se proclamará hijo de Dios, una semilla de la Nueva Humanidad? ¿Quién tendrá el coraje de ser pequeño delante de las grandes potencias de este mundo y de permanecer en la Voluntad del Padre, con la esperanza de tornar sagrada Su casa, que no es solo el templo de Jerusalén, sino todo este planeta, todo el universo?

Para muchos, la humanidad está perdida. ¿Será que algún día, hijos, ustedes se encontrarán en el templo de este mundo viviendo la Voluntad del Padre?

Si vivieran la unidad con los Reinos de la Naturaleza sus vidas serían mucho más simples; sus mentes no tendrían tantos cuestionamientos; sus emociones no serían tan inestables, llevándolos, un día, a querer entregar todo, y otro, a dejarse vencer por el miedo.

Si se unieran a los Reinos de la Naturaleza encontrarían dentro de ustedes la pureza que en ellos habita e, invisibles como los devas, construirían el Reino de Dios y volverían a tornar sagrado este nuestro mundo.

Muchas veces les pedí que contemplaran el dolor del planeta, que contemplaran la Cruz de Cristo, Su martirio, Su Pasión, para que se fortalecieran en espíritu y comprendieran que la necesidad de este mundo es mayor que la de sus pequeñas vidas.

Y, hoy, les mostraré la grandeza de la Creación por medio de los Reinos de la Naturaleza, porque, así como el dolor del planeta es ignorado por muchos, la misión de los Reinos de la Naturaleza en este mundo también es bastante desconocida.

Cristo, hijos, acabó con el sacrificio de los animales, sacrificándose Él mismo. Y de esa forma le dio una señal al mundo de que ustedes ya no deben martirizar a sus hermanos menores, sino que deben ser siempre un ejemplo delante de ellos, ejemplo de almas que se ofrecen para vivir el amor y elevarlos en su evolución.

El dolor de las almas está muy cerca de ustedes; muchos pueden comprender este dolor. Sin embargo, el dolor de los Reinos aún es un misterio para la mayoría de los corazones humanos, y es un dolor, hijos, que muchas veces es mayor que el dolor humano. Muchas veces el martirio de los Reinos de la Naturaleza causa tanto pesar en el Corazón del Creador cuanto la pérdida de las almas.

Sé que muchos piensan que ya no pueden hacer nada más para que estos Reinos no sean martirizados en este mundo, porque eso está fuera de su control. Si quieren ayudar en la evolución de los Reinos de la Naturaleza, contemplen su ejemplo y demuéstrenles que su existencia en esta Tierra no es en vano.

Demuestren que son capaces de aprender de la donación de los árboles y multiplicar esa donación, atrayendo hacia sus esencias un amor que es desconocido en el universo, un amor que solo vivió y se manifestó en el Corazón del único Cristo que vivió en este mundo, un amor que aún espera poder ser vivido por muchas almas, por muchos espíritus; un amor que todavía espera ser la expresión de una raza, porque el Rey del Universo no es solo un Cristo, Él debe seguir Su evolución, debe seguir Su Unidad con el Padre a través de las dimensiones; Él debe convertirse en más que Rey.

Para que esto sea posible deben surgir Nuevos Cristos, nuevas consciencias que vivan ese amor que Él manifestó en la Tierra. Y que lo vivan ahora, cuando la ilusión de este planeta es tan grande, cuando la perdición de las almas es inmensa.

Que lo vivan ahora, cuando las energías capitales afloran del interior de los seres y el orgullo es tanto, el egoísmo y la vanidad son tan fuertes, que deben ser vencidos por la potencia de un amor mayor.

Es para que vivan ese amor que los Mensajeros Divinos descienden al mundo, cruzan las dimensiones de la Tierra y llegan tan cerca de sus corazones. Es para que vivan ese amor que les revelo estas cosas, que intento todos los días abrir sus consciencias y sus corazones a la realidad superior, para que entiendan que la vida de Cristo no terminó en Su experiencia como Jesús y que la vida de cada uno de ustedes tampoco termina en las experiencias que hoy viven sobre la Tierra.

Sientan en sus corazones Mis palabras, porque poco a poco les haré comprender y vivir lo que les digo.

Ahora les pediré que eleven este símbolo de la Alianza con Cristo; que eleven esta Gracia que se imprime en la materia, para que comprendan que hasta sus células deben transformarse. Y como Sacerdote, junto a los ángeles y en unión perfecta con el Hijo de Dios, consagraré estos elementos.

Hoy les pediré que vengan hasta aquí los niños.

Colocaré en sus manos las mayores dádivas del universo: el Cuerpo y la Sangre de Cristo; como símbolo de que deben ser puros y simples de corazón para repartir el pan que fue elevado a los Cielos.

Vamos a hacer una oración por los niños de todo el mundo, ofreciéndola a aquellos que jamás encontraron el Corazón de Cristo. Vamos a hacerla frase por frase:

Oración por los Niños del Mundo

Castísimo Corazón de San José,
que tuviste en Tus brazos al Niño Jesús,
acoge hoy en Tus manos
a todos los niños del mundo.
Coloca cerca de Tu Corazón
los corazones de los más pequeños
para que recobren su pureza y sus fuerzas
para que vivan los tiempos que llegarán y,
como semillas de la Nueva Humanidad,
perseveren siempre en el cumplimiento del Plan de Dios.
Amén.

Yo los bendigo y les doy la misión de ser no solo rescatistas de cuerpos, sino que sean también rescatistas de almas; que rescaten la pureza y la simplicidad del corazón humano. Que jamás pierdan el don de ser como los niños.

Elevo, por sus oraciones, a las almas de los que sufren porque perdieron la pureza cuando estuvieron en vida.

Canten y pidan paz para este planeta.

Les agradezco.

Que estas semillas colocadas hoy en Mi altar simbolicen las semillas de una nueva vida, de un nuevo ciclo de unión con los Reinos de la Naturaleza.

Que esta carpintería que hoy colocaron en Mi altar sea el símbolo de su aspiración permanente a transformarse, a ser moldeados para que nazca un nuevo ser.

Que así como Yo trabajaba todos los días de una forma tan simple y en esa simplicidad encontraba a Dios, que también ustedes, todos los días, puedan encontrar al Padre en las cosas más simples.

Les agradezco una vez más, porque les agradeceré siempre.

Les dejo Mi bendición paternal.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sigan cantando.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

De la Consciencia Suprema del Creador nace el Rayo de la Voluntad. Este Rayo es un principio de creación utilizad por Dios para manifestar Sus más amplias obras en el mundo, en el universo y en el interior de todas las criaturas.

El Rayo de la Voluntad une las voluntades de las criaturas a la Suprema Voluntad de Dios. Él permite que los seres trasciendan la fuerza y actúen basándose en el Poder que, por una razón de Creación Divina, existe latente en todas las esencias manifestadas por el Padre.

El Rayo de la Voluntad de Dios es el que abre la puerta para los demás Rayos que unen la vida manifestada en la materia a la vida universal, como, por ejemplo, el Rayo de la Trascendencia, el Rayo de la Liberación y el Rayo de la Transmutación.

El Rayo de la Voluntad es el que permite que las criaturas traspasen las capas de la ilusión y encuentren lo verdadero.

¿Por qué les digo esto? Porque, en tiempos de inercia espiritual de la humanidad, para que no permanezcan estancados en la evolución e, incluso para que no retrocedan, necesitan conocer  el Rayo de la Voluntad, que en nada se asemeja a la voluntad propia.

El Rayo de la Voluntad es la posibilidad de vivir en el corazóna Voluntad de Dios y, así, ser conforme a lo que Él espera de Sus criaturas.

Recorrer el camino espiritual es como subir una gran escaleraen espiral y, en cada vuelta que dan en esa subida, encuentran un obstáculo impuesto por la propia consciencia.

La escalera es la representación del ser en evolución. Él mismo tiene dentro de sí la posibilidad de elevarse. Todos los escalones que necesita subir se encuentran en su propia constitución como criatura de Dios. Él solo necesita descubrir eso para salir de la ilusión y abrirse a su verdadero potencial interior.

Los seres de la Tierra se apegaron al modo de vivir humano y, en la confusión de todas las energías que conducen la tercera dimensión del planeta, se aferraron más al placer que al aprendizaje único del Amor Crístico, que solo en este mundo pueden vivir.

Cuando la consciencia despierta al verdadero propósito de su existencia, debe vencer todos los aspectos adquiridos durante la vida en la Tierra, aspectos que son parte de su composición humana, pero que no se adhirieron al propósito de la consciencia. Entonces, constantemente, ustedes entran en redes de conflicto consigo mismos, porque quieren y no quieren vivir la vida espiritual.       

A medida que el espíritu se fortalece y que el alma confirma sus aspiraciones, van adquiriendo influencia sobre la materia y, poco a poco, comienzan a atraer de los Cielos los principiosdivinos, como el Rayo de la Voluntad, para convertir, transmutar o trascender esos aspectos. 

Los medios para alcanzar el Rayo de la Voluntad son los atributos materiales que lo anteceden: esfuerzo y persistenciaTrabajando esos dos atributos, en lo que se refiere al control de los pensamientos, de los sentimientos y de las acciones encontrarán casi sin percibirlo el Rayo de la Voluntad.

No les digo que no piensen, no sientan ni actúen de determinadas formas, porque eso sería conducirlos a la frustración y a la desesperanza. Les pido que se esfuercen por cortar el flujo de los pensamientos y de las fantasías que los conducen al abismo, además de los sentimientos que los llevan a la perdición y a la separatividad, y de las acciones que no construyen la reverencia dentro de sus células ni de su consciencia materialen su totalidad.

Levantándose después de cada caída y manteniéndose en el espíritu de la fe, encontrarán la Voluntad de Dios y en ella se fundirán, para que así puedan vivir la propia transformación en Cristo.

Paz y persistencia, y Voluntad Divina, para disipar el miedo, la desesperanza, el falso poder y la voluntad propia de la consciencia humana.

Su amado padre, compañero, amigo e instructor,

San José Castísimo

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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