- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Les prometí, así como escribió el Apóstol Mateo, que estaría con ustedes todos los días hasta el fin de los tiempos. Ahora, y en este momento, esa promesa se cumple.
Estoy aquí, con ustedes, todos los días de la vida y lo estaré hasta el fin de los tiempos. Por eso, vean y crean lo que está sucediendo.
Muchos esperan que Yo aparezca dentro de la Iglesia, pero en verdad, no Me comprendieron.
Yo voy al encuentro de la Iglesia espiritual que existe dentro de cada ser; esa es la Iglesia que Yo busco de las almas buenas que Me veneran y que Me escuchan a través de estos mensajes diarios.
Sigan, entonces, haciendo realidad todos los días la promesa de su Maestro y Señor, para que Yo pueda seguir estando con ustedes hasta el fin de los tiempos y, así, más corazones tengan la dicha de conocerme y de participar de la comunión Conmigo.
Sean testigos de este importante acontecimiento de estar participando del reaparecimiento de Cristo.
Que este sagrado encuentro reverbere en los tiempos que vendrán para que no solo las almas, sino también el planeta, sean merecedores de Mis Misericordias.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segundo Mensaje
Y hoy vengo mostrando Mis Llagas para el mundo, para cada una de las almas, como un ofrecimiento por las llagas que hoy tiene la Argentina, como nación espiritual y material.
Hoy vengo a ofrecer Mi Sangre como ese testimonio perfecto de amor por ustedes y por cada nación de este planeta, especialmente por las naciones que más sufren, que son sometidas y colonizadas por proyectos que no provienen de Dios, sino de los hombres.
Pero eso ya acabará. Nada durará por mucho tiempo.
He venido aquí, a la Argentina, para que todo eso comience a cambiar desde ahora.
He escogido a esta nación para que eso comience a suceder, así como Mi Padre lo ha pedido.
Por eso ofrezco Mis Llagas, no como un símbolo de sufrimiento, sino de victoria, derramando de cada una de ellas la Luz de Mi Espíritu por los que quieren ser bañados por Mi Gracia.
Vengo aquí para testimoniar que el Reino de Dios es posible, dentro y fuera de los seres y en la superficie del planeta, que a pesar del caos del fin de los tiempos y de la purificación inmediata, el Señor los invita a prevalecer en la paz, los invita a construir dentro de ustedes un camino que aún es desconocido.
Ese camino que Yo les ofrezco es hacia el Universo, en donde se encuentra la Hermandad y en donde se vive un propósito, de por vida, hasta poder cumplirlo.
Por eso, deben buscar dentro de ustedes, compañeros, la esencia de lo que en verdad son y de lo que han venido a cumplir en estos tiempos finales en donde se definirá el próximo Reino de Dios en la humanidad y en el planeta, en donde muchas cosas más sucederán, las cuales deberán vivir para aprender y experimentar los grados del amor y del perdón para alcanzar, al fin, la redención tan esperada.
Por eso, Yo los invito a ser consecuentes Conmigo, así como lo han sido en todos estos últimos días, en donde en cada detalle, en cada labor y servicio he visto su amor y su esfuerzo por Mí, a fin de que se cumpla la Obra de la Divina Misericordia en la humanidad y, especialmente, en la Argentina.
Como ayer les dije, aquí se encuentran almas muy valiosas que vinieron en este tiempo para experimentar el gran cambio de la consciencia, por medio de experiencias fuertes y de vivencias profundas que los intentan llevar a la comprensión de la reconciliación y de la fe, de la unidad y de la fraternidad en este amado pueblo.
Aquí está el preámbulo de una nueva raza, así como lo está en el Brasil y en otras partes de Sudamérica.
Todo lo que sucede en estos tiempos en la superficie de la Tierra forma parte del objetivo de Mi adversario, que es poder desequilibrar y desestabilizar a las humanidades, a los pueblos y a las naciones. Pero no ingresen en ese ámbito ni tampoco en esa energía de discordia y de disociación.
Aliméntense, día a día, a través del verbo de la oración y podrán alcanzar las esferas sublimes, y las esferas sublimes, como estrellas-guía, les indicarán el nuevo camino, el nuevo rumbo que deberán recorrer a través de sus vidas y experiencias.
No teman enfrentar el fin de los tiempos ni tampoco las purificaciones.
No teman ofrecerse para sufrir por Mí, porque lo que Yo les daré es lo que en verdad necesitan, más allá de lo que merecerían.
Confíen en Mi Corazón, porque allí se encuentra el Templo Sagrado para sus espíritus, para que sus almas vivan la comunión Conmigo, de tiempo en tiempo.
Por eso, hoy vuelvo nuevamente desde Andrómeda para emitir Mi proclamación de paz, para hacer de esa paz una realidad que muchos quisieran vivir y no lo consiguen. Pero si ustedes, compañeros, se deciden a ser Mis instrumentos y no los instrumentos del mundo, Yo podré seguir obrando a través de sus vidas y de sus consciencias.
Así, a pesar de lo que suceda o de lo que se presente en estos tiempos, construiré en ustedes una fortaleza inquebrantable que tendrá su base en la vida espiritual, dada por la fortaleza de la fe y de la confianza en el Único, Nuestro Padre Celestial.
Mi Padre Me envía, no solo para llamarlos al entendimiento y a la comprensión, sino también a la corrección necesaria que es vital para estos tiempos críticos; corrección que intentará llevarlos siempre por el camino del Propósito y de la Verdad para que no pierdan de objetivo lo que Dios necesita construir en la humanidad y en todos los pueblos.
A través de Mis Llagas Yo ilumino sus vidas.
A través de Mi Consciencia Yo ennoblezco sus espíritus. Porque son espíritus antiguos, originarios de otras estrellas y de otros universos; espíritus que se han congregado para cumplir un propósito en el nombre del Hijo de Dios. Un propósito que aún no se ha cumplido y que no ha terminado, que está en el auge de su transición y de su definición.
Por eso, todo lo que hagan para el bien de Dios construirá lo nuevo y lo eterno, lo que será invencible y no se podrá derrotar.
Sobre ustedes está la Mano de la Gracia. Una Gracia que los auxilia, una Gracia que los colma, una Gracia que los lleva a vivir la paz en tiempos sin paz.
Sean constructores de la Nueva Humanidad. Postúlense como pilares que serán las bases para la nueva raza por medio de atributos, de ejemplos y de un servicio incondicional por la humanidad y el planeta, así como por todos sus Reinos.
Eleven su pensamiento hacia lo Alto y unan su pensamiento al Pensamiento del Padre-Madre Creador Emmanuel y allí no existirán interferencias ni perturbaciones, su atención estará fijada en el Propósito y en todo lo que ha de suceder en los próximos tiempos.
Argentina deberá alcanzar su transparencia, deberá manifestar su igualdad. Para eso todo se purificará.
No teman saber que todo se purificará. No teman encontrar el porqué de esa purificación y de ese momento. Sepan que todo ya está previsto y que su tierra ha sido llamada a vivir un nuevo estado de consciencia que nacerá primero de los hombres que vivan en el Señor, que cumplan Sus Designios y Su Voluntad Divina.
De ustedes podrá nacer el nuevo ser y el viejo ser quedará atrás, porque habrán aceptado vivir los Principios de Dios, que no solo constituirán en ustedes nuevas consciencias, sino que formarán a los nuevos pueblos, a la nueva raza, a la Nueva Tierra.
Desde el corazón del Universo emito Mi Voz, para que Mi Voz sea escuchada por todos.
Dejo para ustedes el Amor que tengo por su patria y por su nación, sabiendo que Dios les ha dado lo mejor que Él tiene para que, desde los orígenes, su pueblo aprendiera a expresar su virtud interior y espiritual.
Es esa virtud lo que Yo vengo a buscar del pueblo argentino y esa virtud no podrá ser disuelta de la esencia de todos los que viven aquí.
Por eso todo está en batalla y en definición, así como lo está en el Brasil.
En los principios de la Tierra esta región fue preservada de muchas interferencias.
Aquí era el Edén de Dios, en su exuberancia y esplendor, en su belleza y hermosura a través de todos los Reinos de la Naturaleza. El hombre lo destruyó y lo sigue destruyendo.
Para que todo se pueda revertir y cambiar, para que el Edén pueda volver a florecer y a expresarse, de Argentina deberá nacer ese estado de consciencia, de restauración y de cura que no solo su pueblo necesita, sino también gran parte del mundo.
La Hermandad Celestial está apostando sus herramientas por una región que ha sido llamada a expresar una Voluntad importante de Dios.
Aunque Mi Mensaje sea simbólico Mis Palabras son claras, porque Yo hablo para sus corazones y no para sus mentes. Yo hablo para lo que hay más allá de su ser físico, aquello que es interno, que escucha y que sabe todo lo que Yo le digo.
Es allí en donde se sembrará la nueva consciencia.
Es allí en donde se sembrará la semilla de la nueva consciencia.
Es allí en donde brotará lo que Dios tanto espera, para que los hombres finalmente conozcan su libertad y dejen atrás su constante cautiverio.
Sean semejantes al Pueblo de Israel. Pero no deberán pasar cuarenta años para que encuentren la Tierra Prometida y su verdadera libertad, ya son más conscientes sobre el fin de los tiempos.
Solo sigan Mis pasos y entren en Mi Corazón, en la fe todo se cumplirá. Porque entre pocos se hará lo más grande, entre pocos se llevará al planeta hacia un nuevo estado y ustedes están invitados a participar de esto.
Desde Andrómeda Yo los convoco y los llamo para unirse, en amor, a la gran Confraternidad.
Agradezco todo lo que Me han ofrecido, porque eso multiplica la Gracia, no solo para sus seres, sino también para su país.
Que el Reino de Dios esté en sus corazones y en sus espíritus.
Que el Señor del Universo les muestre Su Sagrada Faz y que contemplen el esplendor de Su Existencia para que se sientan bendecidos por Su Divino Espíritu, por Su Corriente poderosa de Misericordia y de Paz.
Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cánticos de Figueira - “En el altar”
En este cántico se revela la importancia que tiene, para el fin de los tiempos, la construcción de un templo interior capaz de ser colmado de Leyes universales y cósmicas, capaz de proteger y de guardar la esencia más pura de Dios en Sus hijos, los cocreadores.
Por esta razón el cántico clama por la Jerarquía Espiritual, siguiendo en humildad y en obediencia los principios sagrados de la Hermandad.
Es por ese motivo que toda la base de una verdadera y sagrada vida espiritual se encuentra en la vivencia de atributos que serán las reglas básicas para la construcción y la fortaleza de la vida del espíritu; principios y leyes que nos apartan de la ignorancia y de la somnolencia espiritual de estos tiempos críticos.
El cántico se titula “En el altar” porque después de la construcción diaria, de algunos modos y conductas evolutivas de vida, el templo sagrado de cada ser, representado por cada cuerpo consagrado, le ofrece al Señor todo su ser para ser purificado y bendecido por la energía divina de la Gracia.
En este sentido, el ser viviente y terrestre comienza a perder el poder que los deseos y las costumbres tienen sobre la vida humana.
Abandonando esos hábitos mundanos, la consciencia alza vuelo hacia el Infinito en búsqueda de su origen y de su realidad superior, deja atrás la inercia y destierra cualquier vestigio de indiferencia.
Así es como el alma, que construye su templo interior para el Señor, se entrega en absoluto servicio incondicional, sabiendo que nada de lo que existe le pertenece, que ningún reconocimiento ofrecido engrandecerá su espíritu.
El alma, ardientemente, busca la unión con el Divino Espíritu y abandona la corriente pervertida de la ilusión para poder ingresar en la gran Consciencia Universal, en donde habita la Jerarquía Espiritual.
Es así, que la primera premisa en pro de la elevación de ese templo es la vigilancia y la oración, llaves fundamentales para mantener protegida la gran fortaleza del espíritu. Así, nada ni nadie tomará el alma del discípulo de improviso, al contrario, la consciencia estará atenta a las nuevas indicaciones de su espíritu.
Este cántico enseña a construir, verdaderamente, una vida basada en la abnegación y en el servicio por los demás.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Cánticos de Figueira – “Hermanos de otrora”
Este cántico implora por la aproximación de la vida universal a la humanidad a través del conocimiento sagrado revelado por los Hermanos de otrora.
En esta invocación, la consciencia humana que apela por ayuda espiritualmente es elevada, en los planos internos, hacia las Moradas Celestiales, en donde sus núcleos más profundos son trabajados para vivir el estado de la transformación.
En ese camino, la humanidad que despierta cuenta con el apoyo incondicional de los Hermanos de otrora para vivir su proceso de perdón y de redención.
Una de las llaves que brinda este cántico es el amado atributo del silencio, el que abre las puertas para dejar a la vista del mundo interno todos los misterios universales, realidades sublimes que pueden permear la consciencia de muchos más atributos internos.
Ese silencio, en el que la consciencia se puede sumergir, permite encontrar el estado profundo del templo del corazón, desde allí surge la gratitud eterna que permite concebir la Misericordia, el amor y el perdón.
En el templo del corazón es donde se manifiesta esa sagrada llama que los venerables Hermanos de otrora contemplan, como Jardineros de los espacios cósmicos, a fin de que despierte el Nuevo Hombre.
Este cántico también nos prepara para el encuentro interno con realidades superiores, en donde encontramos la razón de nuestra existencia. Eso hará surgir y nacer el nuevo ser que es llamado a asumir su compromiso ante el Plan Divino del Amor.
Los Hermanos de otrora están al servicio de la humanidad y del planeta para entregarnos la palabra llave que éramos antes de partir de viaje hacia la vida universal.
Después de esa trayectoria, el Universo nos permite regresar a la esencia de lo que éramos y eso es concedido por la sagrada Fuente de la Instrucción, la que nos retira de la ignorancia y nos abre las puertas a la elevación de la consciencia.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Tercera Serie de Poemas
Octavo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Alíviame, Señor, de mis penas.
Por favor, Maestro,
que Tu divino Amor renazca en mí.
Hazme humilde y simple cada día
para que no pierda la fortaleza
de siempre sostenerme en Ti.
Permíteme, Señor,
amar más profundamente.
Que el divino Amor que Tú nos enseñas
me ayude a abandonar la indiferencia.
Que mi corazón y mi vida, querido Jesús,
sean verídicas representaciones
de la Obra de Tu Redención.
Que en la adoración
pueda sentirte y reencontrarte.
Que en cada paso
que debo dar hacia Ti, Señor,
yo tenga el suficiente coraje para poder hacerlo
y que viva la suficiente humildad
para poder llevarlo adelante.
Señor mío, Rey Celestial,
visita el templo de mi alma,
conságralo a Tu Divino Espíritu,
para que todo mi ser sea instrumento
de Tu grandiosa Obra.
Descalza mis pies del pasado,
del rencor y de los resentimientos.
Lávame, Señor,
con el Agua inmaterial
de Tu Fuente y así me renovaré
porque Tú me habrás concedido
Tu Gracia y Tu Misericordia.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice con la Señal de la Cruz,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Cuando un lugar se consagra a Mi Sagrado Corazón, y en ese espacio las almas participan de la consagración, una puerta de paz se abre para el mundo entero y, así, muchos de los que han caído en la desesperación reciben una Gracia Mayor de absolución.
En este camino de consagración, el Padre se inclina ante los Suyos para irradiarles el Amor, la gratitud y el porvenir. De esta manera, la humanidad, día a día, es liberada y transmutada gracias a las puertas que ella abre ante el Universo Celestial.
La ayuda mayor de los ángeles se concreta en estos tiempos por medio del poder misericordioso de la oración. De esta manera, las almas reciben del Reino el impulso que necesitan para seguir caminando, y nada perturbará el caminar de los corazones en el esfuerzo por dar los pasos hacia Dios.
En esta era de Divina Misericordia, los seres orantes y los no orantes deberán consagrarse todos los días al manantial infinito de Mi Corazón Misericordioso. Así podrán construir dentro de cada esencia un templo indestructible y sólido ante las grandes batallas de la tribulación.
Yo necesito que los corazones puedan representarme como soles que irradian el Poder Infinito de Mi Misericordia. Por eso, hoy quiero dejar para los Míos una puerta abierta que cada uno cruzará a su debido tiempo.
Solo les digo que ya no hay mucho tiempo para decidirse, el reloj marca un nuevo ciclo de cambios y de renuncias para los que siempre Me dijeron sí; por ellos Yo podré cumplir con Mis Preciosos Designios de redención y de paz.
Los aguardo en la puerta de Mi Divina Misericordia.
Bajo el Amor de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por buscar la unión perfecta con Mi Invencible Corazón.
En unión con Mis rebaños,
Cristo Jesús de la Misericordia
En el desierto de la vida solo existen cumbres para cruzar y sierras por donde caminar; allá, en el horizonte de sus corazones, se encuentra Mi venerable Templo, pleno de amor, de unidad y de fe, un espacio inquebrantable que soporta los vientos contrarios y los temblores ajenos.
Nada es mayor que Mi Amor Sacerdotal, y si él está en ustedes, nada podrá derrumbarles el templo del corazón; por eso permanezcan atentos, porque están a tiempo de regresar a la morada de los apóstoles y de los siervos de Dios.
Si ustedes no rezaran la Coronilla a Mi Divina Misericordia, el templo ya se hubiera derrumbado hace mucho tiempo. Que la convicción de ustedes, de querer estar Conmigo, sea el impulso permanente para construir la nueva morada para Mi Regreso.
Sean portadores de la llama de Mi Esperanza Perpetua y crean en el poder de la Confianza Suprema que Yo deposito desde lo Alto en sus vidas. Sigan adelante, aguardando el tiempo venidero de la paz del corazón y de la consciencia. Juntos construiremos, a través de la oración misericordiosa, el nuevo sendero para los corazones que caen día a día, que Me niegan totalmente y pierden el sagrado templo del corazón por grandes derrumbes.
Recuerden que las buenas obras se cumplen cuando los obreros construyen hacia lo Alto y lo Divino, así nada que no sea los Designios del Padre podrá interferir en la finalidad de Mi Proyecto.
Ingresen en la corriente máxima de Mi Corazón Misericordioso. Que nada los sofoque por completo, sino que sus consciencias siempre se alegren por estar sirviendo al Rey de reyes.
En el Cielo se habla de la dedicación de los que responden a Mi Llamado, mientras que en la Tierra los corazones orantes se elevan al Templo de Mi Corazón.
Bajo la Misericordia de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por abrirme la puerta del templo interior.
Cristo Jesús, el Sumo Sacerdote y Guardián del Templo del Corazón
Después de la Hora de la Divina Misericordia, Mi Caudal de Piedad y de Reparación es inagotable; Mi Luz se expande al Infinito para alcanzar los corazones que más la necesitan. Por eso, si en otra hora y momento invocan el poder de Mi Divina Misericordia, serán llevados de regreso al origen de Mi Fuente de Compasión Primordial.
No cansen sus seres con situaciones innecesarias. Coloquen su atención en el Cristo interior de cada alma para que siempre puedan ver la Luz que Mi Corazón irradia, a través de cada pequeño servidor.
Les pido que sean perseverantes porque las asechanzas serán mayores; pero quien haya sostenido el fuego de la devoción en el templo interior, ningún viento contrario ni tormenta del mal lo derribará porque estará apoyado en las bases del amor, de la verdad y de la fidelidad a Mí.
Sigan el camino del sacrificio que Yo les indico. Cuando estén cansados, descansen; cuando estén alegres, rían de verdad y cuando hayan encontrado obstáculos en sus propios seres, agradezcan al Padre por poder ver con sabiduría lo que aún deberá morir de ustedes mismos.
Yo los sostengo. Yo los guiaré hasta el final si tan solo se entregan a Mí.
Bajo el Amor Infinito de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por permanecer en Mi Corazón de Luz.
Cristo Jesús
Yo vengo del Cielo Eterno y Omnipresente para apaciguar sus corazones; Yo vengo con la esperanza de su pronta redención y entrega absoluta a Mi Corazón Misericordioso.
Aquel que en verdad está Conmigo recibirá del Padre todos los tesoros y dádivas que se guardan en el Cielo.
También en las horas difíciles, Yo estoy con los Míos para que puedan madurar en los aprendizajes de la vida.
A las tres de la tarde, Mi Consciencia irradia todos los Rayos que Yo adquirí por medio de la obra de Mi Infinita Misericordia. Estos Rayos, que provienen del Sagrado Universo de Dios, son los Rayos Inmateriales que restaurarán a la humanidad que está en ruinas.
Mediante Mis soldados de la misericordia, espero reconstruir los millones de templos y de moradas internas de aquellos que viven sobre este mundo actual y cuyas almas los abandonaron.
Necesito siempre de las cálidas y devotas oraciones de ustedes, necesito de que se unan a Mí a pesar de las circunstancias y de los sufrimientos porque en verdad les digo: no existe mayor milagro de amor que el Amor de Dios por todas Sus pequeñas criaturas.
Por eso, vayan y sigan firmes por el camino prometido, camino que deberán recorrer ardientemente entre las duras piedras y las espinas del rosal; porque del otro lado de la esfera de la Tierra, en el portal de Mi Corazón Compasivo, se encuentra su amado Dios de la Verdad, de la Unidad y del Amor.
Les pido que no bajen los brazos, elévenlos hacia lo Alto para que sus espíritus puedan alcanzar el camino que han perdido. Allá, en lo Alto, existe la Supraconsciencia del Infinito, la Fuente que siempre los proveerá y les quitará la sed que tanto padecen sus seres.
El Padre escucha y contempla sus necesidades. Sean valientes, aún queda un trecho para la finalización de Mi Camino y para Mi Regreso victorioso al mundo.
Nunca olviden que los amo y que, en el silencio, Yo protejo a Mis ovejas de cualquier asecho.
Estoy con los que se esfuerzan por cumplir con el Plan de Mi Padre. Yo estoy con los trabajadores del Plan Mayor, todos los días de la vida.
Bajo la Misericordia de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por permitir cumplir Mis Designios de amor y de redención.
Cristo Jesús, vuestro Salvador
Yo Soy la Sangre Renovadora que ingresa en el corazón de todos los seres para darles la Vida Eterna. Yo Soy el Agua que purifica pacíficamente cada interior y, así, enciendo los Códigos de Luz que liberarán a los Míos del pecado.
Por eso la Eucaristía es el símbolo y la alianza fiel que Yo les dejé para que se unan a Mí. Aquel que deja de comulgar Conmigo en la Eucaristía es como si estuviera dejándome de lado. No existe nada más importante que la unión Conmigo.
Mi Obra no podrá construirse en vidas que se parecen a extensiones de arenas movedizas. Mis bases deberán estar fundadas en el pilar de la oración, en el pilar de la Comunión, en el pilar de la Confesión y en el pilar del servicio. Así se erigirá un templo ordenado y alineado con Mis Leyes Crísticas.
Mientras el odre guarde sus reliquias del ayer con recelo, Mi vino nuevo estará esperando en el Cielo para verterse solo en los odres redimidos.
Es tiempo de decidir en qué lugar querrán estar; el establo y el granero ya están abiertos, porque el Agricultor del Cielo estará llegando para separar la paja vieja del trigo bueno y maduro.
La decisión estará en sus manos, y la oración los ayudará a dar el gran salto hacia Mi Sagrado Corazón.
Bajo el Bien del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir Mis Palabras con amor.
Cristo Jesús
Aquel que Me dona y Me entrega todas sus fuerzas dispuesto a darse cada día más para servir a Mi Señor, ese será llamado Discípulo y Bienaventurado, porque en él podré construir una morada interior firme.
Después Yo le enseñaré poco a poco a amar la entrega y, cuando esa entrega madure en su consciencia, le daré de beber del sacrificio y le daré de beber de Mi Cáliz, el mismo que Yo bebí en honra a Dios y a todos Mis compañeros en el pasado.
Así podré formar a los nuevos apóstoles del Nuevo Tiempo, los que darán ejemplo de Mi Palabra de Vida mediante el amor y la caridad; no sean falsos ni mentirosos, imiten Mi Camino crístico desde la devoción a Mi Corazón Sagrado. En ellos depositaré el poder de Mi Gloria para que preparen Mi Camino silencioso de retorno al mundo.
Ahora necesito que todos los que proclaman Mi Nombre se perdonen por los errores del ayer y que no se juzguen más; el Nuevo Reino de Mi Padre descenderá a través de Mí como uno solo, como una unidad entre las almas y Dios.
Por eso cuídense de los lobos que intentarán esquilar la lana de Mis ovejas, cuídense de todos aquellos que usarán Mi precioso Nombre en vano. Que nadie se enfrente a nadie, que emane el espíritu de pacificación; Yo confirmaré verdaderamente silos talentos que he dejado a Mis discípulos han brotado en el corazón de los que trabajan Conmigo.
La nueva Iglesia celestial está descendiendo para renovar a los que han dejado de creer en Mi Presencia por la mezquina acción de los hombres. La Iglesia que Yo fundé es la Iglesia del corazón, del templo interior, de la Verdad Absoluta que Dios irradia a través de Su Hijo Primogénito.
Muchos han perdido la conexión Conmigo, por eso Me sirvo en estos tiempos de simples servidores, no de los que se vanaglorian, sino de los redimidos por Mi Amor.
Que cada uno cumpla con su parte y que permita que se vea cómo Mi Consciencia está presente en todos los hijos de Mi Padre, porque Yo Soy Hermano de todos.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Queridos Míos:
Recuerden que todos los días pueden venir hacia Mí y dejar que sus seres reposen en Mis Brazos de salvación.
Hoy los invito, como ha dicho Mi Madre, a la constancia, a lo que vendrá y a vivir en la santa esperanza del corazón. Con sus buenas obras de paz y de amor, también ustedes, Mis compañeros, transmitirán Mis Buenas Nuevas a todos.
Con este fin estoy formando a los guerreros de la Divina Misericordia para que, tanto en la oración como en la humildad que deberán alcanzar todos los días, puedan ser muestra y ejemplo vivo de Mi Mensaje Redentor hecho carne en ustedes.
Hoy ya puedo llegar a lo profundo de sus corazones, pero aún Mi Alma tiene sed de aquellos que ni siquiera miran a lo más alto del Cielo, al Universo.
Mis queridos, acepten vivir las lecciones del amor y del perdón, porque a través de estas dos lecciones aprenderán a amar y a redimir el corazón. Los espero en oración, como también los espera Mi Madre del Universo, en todos los momentos del día. Solo permitan que Mi Amor se pueda irradiar en sus rostros, en sus ejemplos y en sus acciones cotidianas de la vida. Quiero y puedo estar presente por más tiempo en su templo interior, solo cuando se dispongan a decirme: “Ven Maestro, eres absolutamente en mí y yo en Ti”, así Me abrirán la puerta de sus casas, de sus familias y de sus seres más queridos.
Si Yo redimo sus vidas con la Fuente de Vida, en consecuencia, también serán redimidos sus hermanos más próximos. Antes de que todo suceda, quiero mostrarles el amor de Mi Misericordia y la fe de Mi Espíritu Divinizado por el Supremo Padre.
Quiero tenerlos cerca, por eso los espero en el silencio, en la contemplación de la Creación y de la Vida. Como Soy parte de Dios, Yo estoy en todas partes. Cuando se unan a Mí, los ayudaré, porque Mi Amor por ustedes aún es desconocido para muchos.
Confíen en Mi Espíritu porque al final de todo los resucitaré de la muerte y los llevaré a la Tierra Prometida: a la Tierra y al Paraíso bendecidos por Dios Creador.
Bajo el Espíritu Santo de Dios, sean siempre misericordiosos.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús, vuestro Pastor
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más