MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN LA LOCALIDAD DE PRAGELPASS, SCHWYZ, SUIZA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Al fin alguien coloca su mirada en esta, Mi Iglesia y capilla del pueblo.

Al fin alguien viene a visitarme en el Sagrario para que Yo pueda derramar Mis Gracias, las Gracias de un Corazón manso que no consigue hacerlo por no tener un lugar y un espacio en donde derramar Mi Amor.

Pero hoy sí encontré ese lugar en el corazón de los Míos que, a pesar de todo, vienen a Mí y Me visitan.

Yo estoy presente y atento en todos los Sagrarios de la Tierra, allí puedo atender a sus súplicas.

Me da pena, en el Corazón, cuando las almas se olvidan de Mí y Me dejan de lado, porque así nada puedo hacer, nada les puedo entregar mientras las almas estén distraídas en el mundo y no visiten a Jesús Sacramentado.

Los animo a que les recuerden esto a sus hermanos y que, a pesar de que las Iglesias se encuentren vacías, llamen e inviten a sus amigos para que visiten a Jesús Sacramentado y silencioso en el altar.

Así, Yo les daré todos los tesoros que tengo y podré derramar la Fuente de Mi Misericordia en los que más la necesitan y también en quienes la buscan de corazón.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Su Maestro se prepara en estos días para volver a derramar los códigos espirituales de Su Divina y Preciosa Sangre, a fin de establecer en la humanidad la urgente recuperación de los principios de la divinidad, de la lealtad y del bien en las almas.

Por eso, cada alma que se coligue Conmigo* durante los días de Mi Dolorosa Pasión, que en verdad comenzaron el domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección, recibirá de Mi Consciencia los impulsos que le ayudarán a sostener, junto Conmigo, esta próxima y cercana fase crítica de la humanidad.

Para eso, vengo a pedirles a todos los Adoradores que ofrezcan, al menos una vez al día, una adoración a Mi Corazón Eucarístico o una unión interna con Mi Sagrado Corazón durante quince minutos para aquellos que no tengan un lugar donde adorar.

Así, acompañarán a su Pastor en esta sagrada preparación espiritual que intentará poner el fin definitivo a muchas barbaridades que suceden en el planeta.

Prometo, ante Mis compañeros, hacerles sentir el significado interior de Mi Dolorosa Pasión para que, con los mismos sentimientos y percepciones que su Maestro vivió durante la Agonía, puedan servirse de los Méritos alcanzados por su Señor hasta Su Muerte en la Cruz.

Quisiera, especialmente de los consagrados, una unión verdadera con Mi Espíritu, porque Él actuará durante los próximos días para ayudar a las almas.

Solo les pido que intenten sentir Mi Corazón.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

 


*Nuestro Señor nos pide que desde el 22 de marzo hasta el 1.º de abril, Domingo de Pascua, nos unamos a Él durante quince minutos adorando Su Santísimo Cuerpo Eucarístico o contemplando alguna de Sus Sagradas Faces: Cristo Jesús Glorificado, Jesús Misericordioso, Sagrado Corazón de Jesús, para acompañarlo durante la Sagrada Semana.

MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 38.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE BELO HORIZONTE, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Que la Paz esté en sus corazones para siempre. Adoremos a Dios porque es Él que permite la manifestación de esta Gracia.

Pidan perdón a Dios por sus ofensas para que Su Hijo lleno de Misericordia esté en Gloria entre ustedes.

Oración: Padre Nuestro

Mientras extiendo Mis Brazos hacia ustedes, compañeros, Mi Corazón se expande en sus vidas trayéndoles nuevamente la Ley del Amor, para que la recuerden y la vivan en los tiempos que llegarán.

Me agrada ver a sus corazones abiertos para recibirme. Mi Espíritu se aproxima a todas sus consciencias para bendecirlos nuevamente en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Que esta bendición se multiplique en todos aquellos que la necesitan.

Sean Mis Apóstoles del nuevo tiempo y retransmitan Mis impulsos de Luz al mundo.

En sus almas encuentro la caridad y el servicio, la verdadera plenitud en la que Dios se puede expresar a través de cada pequeña acción de Sus hijos.

Vengo aquí para impulsarlos a seguir adelante, porque en estos tiempos, compañeros, la Gracia de Dios será su fortaleza y la victoria se dará en cada uno de ustedes cuando sus corazones Me vivifiquen aún más de lo que ya Me vivifican.

Me han adorado y Me han contemplado en el Santísimo, y Mi Corazón fue reparado por ustedes y por la Gloria de Dios, del Hijo y del Espíritu Santo.

Yo vengo a traerles aquí, compañeros Míos, lo que Me han dado con tanto amor durante este último tiempo. Los adoradores de Mi Corazón misericordioso, a través de la Santa Eucaristía, son imprescindibles en estos tiempos.

Podrán ser depositarios de Mi Luz, cada vez que Me contemplen en el Santísimo Yo podré depositar en sus corazones todas las Gracias, que no pertenecerán a ustedes sino a los que más las necesitan. Así Yo los invito a ser Mis mediadores entre el Cielo y la Tierra como lo han hecho en estos últimos meses.

Un hilo de Luz se establece entre Dios y la humanidad cuando las almas adoran a Mi Corazón. La reparación se vuelve más profunda en el espíritu y en el alma de cada ser, y cada consciencia puede encontrar su camino a través de cada ejercicio de adoración.

Los adoradores son el epicentro de Mi Energía Crística. En esta humanidad aún existen, compañeros, muchas consciencias, muchas almas devotas que adoran a Mi Corazón de Luz.

Y es esa adoración, perpetua y permanente que Me permite estar presente hoy entre ustedes. Yo vengo a dar oficio a vuestra sagrada tarea para que continúen adelante sustentando este Proyecto de Dios que cada uno es llamado a vivir en este tiempo.

Es por eso que hoy, compañeros, les traigo Mi Corazón misericordioso a través del símbolo del Santísimo Sacramento, Luz poderosa de Dios, solar e infinita, que penetra en todas las almas del mundo y, especialmente, en todos aquellos que contemplan el poder del Corazón del Hijo de Dios. En ellos está Mi Reino, y así Mi Reino está en el mundo, a pesar de toda la adversidad.

Que sus corazones hoy se pacifiquen mucho más, porque Mis códigos de Luz del Universo vienen a depositarse en sus consciencias. Crean en esto porque es verdad y lo verán en poco tiempo.

Si sus almas se animaron a contemplarme en el bendito Santísimo, ¿qué más podrían hacer por esta humanidad tan perdida?

Que sus ojos no dejen de mirar a Mi Corazón a pesar de la adversidad que los rodea, de las prueban que lleguen, de los desafíos que puedan vivir en estos últimos tiempos.

Crean que Yo estoy presente en el Santísimo emitiendo impulsos de Luz para las consciencias, que se retransmiten en consecuencia a toda la humanidad.

Hoy no vengo a batallar con el mal, hoy vengo, queridos compañeros, para que entremos en adoración, en unión al Infinito, al Único, que se hace presente a través de Su Hijo Amado. Vengo a establecer en ustedes un Templo de Luz que se construye en cada nueva adoración.

Tal vez no comprenderán el misterio de observar al Santísimo, pero adoren, adoren Mi Corazón Misericordioso, porque Él está muy lleno de Gracias y muchas almas las rechazan por estar mirando otras cosas, mirando las adversidades del mundo, el descontrol, el pecado capital, que desbordan de los corazones que se pierden en la ilusión de la humanidad.

Busquen la unión con Mi Corazón y Yo les daré siempre la paz, y la paz estará en sus hogares, en sus familiares, en cada lugar donde se encuentren. Porque si sus corazones adoran a Mi Corazón en el Santísimo, serán pacificadores en el Nuevo Tiempo, los apóstoles de la última hora que se postulan para ingresar en las filas de Mis ejércitos que ayudarán en la transición de esta humanidad.

Sé que están sintiendo muchos misterios; ámenlos, adórenlos, vívanlos y después comprenderán.

Adoren a Mi Corazón en el Santísimo para que sus códigos viejos puedan cambiar y Yo pueda verter en cada uno de ustedes los Códigos de Dios, del Reino Celestial que quieren estar cerca de cada una de Sus criaturas.

Adoremos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, porque la Santísima Trinidad está presente en este momento a través del Corazón de Su Amado Hijo. Sientan cómo Mi Corazón puede vivir en ustedes.

En el silencio de la oración pidan por lo que más necesitan, pidan por sus semejantes, pidan por todos los que viven la consagración y están en su transición.

Pidan por los que Yo he llamado para servirme, para que Mi Corazón no sufra la incomprensión de Mis Apóstoles.

Pidan para que Yo esté presente en los que los instruyen, porque es de vital importancia para no salir del camino y quedar ciego por su propia luz.

Pidan para que Yo pueda estar más tiempo. Por eso he venido aquí, compañeros y adoradores, porque sé que lo pueden pedir cuando sus almas se abren para reconocer la Voluntad de Dios a través de Su Hijo.

Pidan que el Cielo descienda a la Tierra para que la oscuridad pueda disiparse y que triunfe Mi misericordioso Corazón en todos los que están caídos y están ciegos de espíritu.

Pidan para que Mi Paz esté entre ustedes y en sus hermanos.

La Justicia que llegará al mundo será muy grande y pocos la soportarán.

Mientras se purifican, amigos Míos, adoren a Mi Corazón y Yo los aliviaré en el Santísimo. Porque en el silencio de una buena adoración se encuentra Mi Madre, se encuentra Dios y los santos ángeles del Cielo que adoran perpetuamente a la Santísima Trinidad.

En estos tiempos, amados Míos, imiten a los ángeles del Universo, sean semejantes a ellos y así atraerán al mundo la paz, porque en él la paz ya se está acabando, debido a que el mundo prefiere vivir su propia voluntad y no la Voluntad de Dios.

Si ustedes Me adoran, Yo podré contemplar a los que más Me necesitan, y seremos una sola Fraternidad, una Sagrada Familia que responde, en el fin de los tiempos, al último llamado de Dios.

Pidan por todos lo que sufren las acciones de Mi adversario.

Pidan por aquellos que están en la oscuridad y que obran a través de ella.

Pidan por las almas, para que puedan despertar antes de Mi retorno al mundo.

Este momento, compañeros, es un tiempo de preparación y aún seguirá por un tiempo más, hasta que llegue el último día, el último día del planeta, antes de la Nueva Humanidad, y eso no está lejos.

Quien vive en Mi Corazón sabe que todo sucederá y que lo que el Hijo de Dios dice es Verdad y es Ley.

Hoy he traído los ángeles del Cielo, una parte de los Elohim, para que reciban de sus corazones y almas todas las súplicas.

Adonai está escuchando. En el silencio del corazón se dictan los verdaderos enunciados, la voz del alma se hace presente en unión al Padre Celestial.

Hoy he venido aquí no solo para estar con ustedes, sino con el mundo y para pedir junto con ustedes al Padre del Universo por este proyecto de la humanidad que aún debe cumplirse en la vida de cada ser.

Mientras Yo les hablo, sus corazones se liberan y sus almas pueden sentir el alivio del Reino de Mi Paz. El Verbo divino se hace presente en los espíritus para encender la llama del corazón que alumbrará el fin de los tiempos como un precioso sol que cada uno de ustedes es.

Entonaremos, a pedido del Maestro, “Adonai, Espíritu Santo” por algunas veces haciéndolo en ofrecimiento a los ángeles, a los Elohim.

Recuerden, qué hice por ustedes hace dos mil años, recuerden que me senté en el suelo y no en una mesa, en un suelo de tierra, en la simplicidad de Dios para celebrar con los Míos la última y sagrada cena. Recuerden ese momento y vívanlo como si fuera hoy.

Agradezco el amor de su devoción, pero ingresen con sus consciencias y aún más con sus corazones a ese bendito momento en el que el Hijo de Dios se entregaba por ustedes para salvarlos en este día.

Cuando los ángeles descendieron al pobre suelo de la última cena, María Santísima con Sus discípulas, como también algunos de ustedes, entraron en adoración y dijeron “sí” para vivirme en este tiempo.

Recuerden la hora en que Yo ofrecí a Dios este mismo pan y este mismo vino que hoy ofrecen al Creador. En este pequeño misterio del pan y del vino santificado se encuentra el amor, en algo tan insignificante pero muy grandioso como la comunión con el Hijo de Dios para reparar todas las faltas y todo lo cometido, todas las ofensas y todos los pecados que las almas viven por su ignorancia al ser perseguidas por Mi adversario.

Adoren el momento en que vuestro Maestro y Pastor de todos los rebaños del mundo, y a través de todos los tiempos se viene ofreciendo en la Sagrada Eucaristía para que las almas, finalmente, encuentren a Dios y vivan en Él.

Tomé el pan y dije, compañeros: “Padre, que este sea Mi Cuerpo para salvar a todas las almas y liberarlas del mal en honor al triunfo del amor y de la sagrada unidad de Tu Corazón Altísimo. Comulguen, apóstoles Míos y vívanme”.

Del mismo modo tomé el cáliz y dije: “Padre, que esta sea Mi Sangre, la Sangre preciosa de la renovación y de la paz en todos aquellos que la beban, en reparación por todos los ultrajes a Tu Sacratísimo Corazón”.

Me ofrezco en esta cena para que las almas sean en Mí, en profunda adoración y reverencia, y así Yo pueda ser en ellas en cada punto del planeta para quien invoque Mi Nombre santo.

Y así, compañeros, sin ustedes percibirlo, en el centro de esta ciudad Mi Corazón triunfó y las puertas al mal se cierran para que las almas Me vivan verdaderamente.

Ustedes pidieron que Yo volviera aquí en su tarea de adoración y en cada momento de oración, y aquí estoy, amigos, para que nunca se olviden de Mí.

Canción: “Alabado sea Dios”.

Que esta Maratón, compañeros, sea dedicada para adorarme por todos los que no Me adoran, por todos los que no Me viven, por todos los que Me rechazan después de haber aparecido en sus caminos.

Reparen Mi Corazón y así Yo podré reparar al mundo, especialmente a los no nacidos que necesitan de muchas oraciones. Que en esta Maratón se enciendan sus espíritus y reine la alegría de estar en Dios, de servir a Dios y de sentirlo en lo profundo de sus corazones.

Les dejo el don de Mi Paz para que lo puedan trabajar todos los días y sus almas se transfiguren en el perfecto modelo que Yo espero para cada uno.

¡Les agradezco, adoradores, por responder a Mi convocatoria!

Su Maestro y su Rey,

Jesucristo

 

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN LA SAGRADA CASA DE MARÍA, MADRE PAULISTA, SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, PARA LA 19.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Mi canal purísimo de Misericordia se ha abierto en este lugar para que todas las almas sedientas vengan aquí y beban de Mi sagrada Fuente de Gracias.

Llego a este lugar por medio de Mi Gloria y no de Mi Justicia y aunque muchas almas blasfeman el Nombre de Dios, Mi divina e insondable Misericordia se derrama sobre las almas perdidas de esta ciudad, con la esperanza de que algún día alcancen la redención.

Hoy nuevamente Mi Espíritu sacerdotal y misericordioso los reúne, para que cada uno de Mis orantes se vuelva a confirmar en la consagración a Mi Sagrado Corazón.

En Gracia y Piedad desciendo al mundo junto a las huestes del Arcángel Miguel, para retirar a los espíritus que perturban a las almas de Dios; de esa forma, Mi Poder soberano los libera, los transmuta y les quita las amarras que no les permiten caminar en confianza hacia Mi Corazón Sacratísimo.

Pero a través de la constancia de los adoradores a Mi Cuerpo Eucarístico, ustedes Mis amigos, recibieron la Gracia de Mi santa Presencia interior y espiritual. Así, Yo los congrego una y otra vez en torno a Mi Mesa para que siempre recuerden que los estaré esperando, para que todos los días de vuestras vidas comulguen de Mi Cuerpo y de Mi Sangre.

La humanidad entera enfrenta en este siglo XXI el primer tiempo de la Justicia Divina; pero todos los días a las tres de la tarde, cuando el reloj marca el momento de Mi Muerte en la Cruz, Yo derramo desde la Fuente del universo la salvación y la redención.

Ahora que ustedes ya fueron formados como soldados de la oración; espero en el silencio que caminen entre las tinieblas y que no teman enfrentar al viejo ser, al que le ha llegado la hora de morir para que nazca la Luz del Creador en cada uno de ustedes.

Mientras millones de almas vivientes en los cuatro puntos de la Tierra están enfrentando la transición planetaria, en la Humildad de Dios y en nombre del amor, Yo Me inclino ante los Míos, para que asciendan al Padre Eterno a través de la escalera al Cielo que hoy muestro internamente para todos.

Deseo que amen cada día más porque, en verdad les digo, será el amor del corazón que vencerá todo mal y resucitará a los muertos, así como una vez Yo resucité a muchos en el pasado. Por esta razón y por un propósito infinito, desciendo en Luz a este lugar y a esta ciudad para que a tiempo las almas reconozcan Mi Llamado de vivir la redención, la penitencia y la reconciliación por medio de la Comunión Ecuménica.

Mientras espero que las almas despierten, vengo en este día glorioso a fortalecer los votos que muchos hicieron a Mi Sagrado Corazón, que hoy se muestra al mundo traspasado por la corona de espinas que las almas injustas Me colocan diariamente.

Pero hoy les digo, que la fuerza de vuestro amor es lo que ha permitido que Yo esté entre ustedes y con todos los corazones sufrientes del mundo.

El mundo se apaga sin poder ver la luz y cada acto que Me ofrezcan en los tiempos que llegarán, permitirá que un alma sea rescatada por Mi Amor.

Que esta Maratón represente la confirmación de vuestros espíritus en la misión planetaria, la cual se manifestará a través de la unidad entre vuestros pequeños corazones.

Bajo la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, sean bienaventurados y valientes.

¡Gracias, amigos Míos, por retirar las espinas ingratas de Mi doloroso Corazón!

Cristo Jesús, vuestro Rey

 

Fray Elías del Sagrado Corazón: 

Cristo, para llegar aquí hoy, tuvo que hacer un gran movimiento espiritual, que iba acompañado por el cántico que estábamos haciendo.

Él dijo que hoy venía acompañado por las huestes del Arcángel Miguel, y se manifestó como un Sacerdote. 

Después, Él se mostró como el Sagrado Corazón traspasado por las espinas ingratas del mundo. Y, a través de esa presencia, Él se mostró todo el tiempo y nos dio un ejemplo muy concreto a cada uno de nosotros, de cómo está la realidad planetaria, en este caso, aquí, en San Pablo. Pero cuando mostraba esa situación de las almas de San Pablo, en referencia a la ingratitud, Él fue mostrando también varias cosas que pasaban en el mundo.

En el momento que el Maestro apareció, Él extendió Sus brazos y abrió Sus Manos hacia nosotros, como Sacerdote. Y debajo de Sus pies se dibujó el mundo entero. Él mostraba varios puntitos que revelaban varias situaciones en el planeta.

En ese momento, Cristo comenzó a dar Su Mensaje y Él llamó a cada uno de nosotros a estar en una profunda serenidad, porque será la forma de que podremos enfrentar el fin de los tiempos.

Por primera vez después de tanto tiempo, en los mensajes que son transmitidos por Cristo para cada Maratón, Él se extiende en Su diálogo a través de este Mensaje. En un momento, pensamos que Él no iba a parar de hablar, y por lo que vimos aquí Él escribió varias hojas, porque sabe que es necesario para cada uno de nosotros que podamos entender qué es lo que está sintiendo Su Sagrado Corazón en este momento, en relación a lo que sucede en este mundo, en este siglo XXI.

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Yo Soy el Sagrario y ustedes son las chispas de luz de la Gran Eucaristía; quien Me adora por entero recibirá del Cielo lo proporcional por haberme contemplado.

Llamen a todos al acto supremo de la adoración del Señor, para que las almas construyan dentro de sus seres una relación espiritual inquebrantable y así nada las pueda separar de Mi Corazón.

Ustedes son chispas de Mi Eucaristía; aquellos que visitan el Sagrario reciben los códigos de la redención y del perdón.

Vayan y adoren Mi Cuerpo Resplandeciente con el propósito de que los corazones reciban la ayuda misericordiosa que necesitan.

Ustedes son las chispas de Mi Eucaristía y Yo Soy el Sagrario, donde lo más puro del Creador se guarda para que las esencias regresen a la Fuente de todas las cosas.

Ustedes son las chispas de luz que Yo irradio al mundo para que la necesidad de redención y de perdón se cumpla en todos los que no Me visitan en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía.

Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.

Gracias por contemplar Mi Sagrado Corazón.

Cristo Jesús

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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