APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL PRIMER DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He venido aquí para estar más cerca de los que Yo He escogido. Sus almas Me pertenecen, sus vidas Me pertenecen. Y hoy, quiero abrazarlos con Mi Gloria, así como una vez la humanidad Me abrazó y Me reconoció como el Señor de Israel, durante Mi entrada triunfante en Jerusalén.

Hoy, vengo a devolverles, a muchos de ustedes, lo que una vez hicieron Conmigo a las puertas de Jerusalén. A partir de ese hecho y de ese momento tan especiales, vividos por Mí y por cada una de sus almas, es que Yo vengo a recordarles el sagrado valor de cada una de sus vidas.

Entréguenme aquello que los apremia. Entréguenme aquello que los hace entristecer. Entréguenme todo aquello que les saca la atención de Mi Corazón.

Moviendo Mis vestimentas, expongo ahora Mi Sagrado e Insondable Corazón; Corazón que murió por ustedes y por el mundo y que, en esta hora de Misericordia, viene a bendecirlos a todos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Es así que, en este primer día de la Sagrada Semana, vengo a purificarlos, así como el pequeño Niño Jesús se purificó en el Templo. No le teman a esto, porque no les dolerá.

La purificación es importante para que se puedan liberar de todas las faltas o de alguna omisión que hayan cometido sin darse cuenta. La purificación, en este primer día de la Sagrada Semana, viene a abrirles la puerta de la elevación de la consciencia.

Por eso, estoy aquí, aceptando su ofrecimiento, el ofrecimiento de cada corazón que ha llegado aquí a Mi encuentro, para nutrirse de la Palabra de Dios y para que a través de Mi Palabra se renueven, se liberen de ustedes mismos y puedan volver a encontrar el camino de la paz, que tal vez hayan podido perder a través de algún acontecimiento de la vida.

Lo más importante ahora, compañeros, es que ingresen en el eterno presente, a través de Mi Corazón que se expone y que se abre como un Templo para cada una de sus intenciones en esta Semana Santa.

Pero, sobre todo, Mi Corazón se abre como un Templo a sus almas y consciencias, para que sepan que Yo sé lo que le sucede a cada uno, profundamente. No solo lo puedo ver en este momento, a través de la Mirada Tierna de Dios, a través del Cariño de Dios, sino también lo puedo ver todo el tiempo, porque los acompaño día a día.

Y no Me canso de hacerlo, porque ustedes son parte de Mi rebaño espiritual. El rebaño que ya prepara el Retorno de Cristo al mundo a través de cada corazón que confía en Mí, de cada corazón que vive en Mí, así como Yo puedo vivir en cada corazón, más allá de las angustias o de las pruebas.

Vengo a hacerlos renacer a través de Mi Espíritu, del Espíritu Consolador de Dios que, en este momento, a través de la Palabra de Cristo desciende a la Tierra y sobre todo desciende a este mundo, tan, pero tan necesitado de amor y de redención.

Así, después de esta purificación espiritual que les otorgo, vengo a abrirles la puerta, en este primer día de la Sagrada Semana, al camino de la consagración que cada uno de ustedes podrá vivir.

Pero no importa cómo sea, lo que Me importa es que sea verdadero, que den un paso cada vez, que no se atropellen a ustedes mismos, que no queden ansiosos por querer consagrarse; porque sus almas, hijos Míos, ya se consagraron y se comprometieron Conmigo, al recibir al Señor triunfante en Jerusalén.

¿Cuántos de ustedes extendieron sus mantos, en la sagrada Tierra Santa, para que Yo pasara?

¿Cuántos de ustedes tocaron Mi túnica, así como la mujer del flujo de sangre, para poder curarse y redimirse?

No es la primera vez que Me escuchan; porque deben recordar cuántas veces escucharon Mis Sagradas Instrucciones, no solo en lo alto del Monte de las Bienaventuranzas, cuando cada uno de ustedes y de sus familias aprendieron a orar el Padre Nuestro, sino también Me escucharon en varios lugares, en Mi amada Israel o más allá de ella.

¿Cuántos formaron parte de las primeras comunidades cristianas?

¿Cuántos sacrificaron sus vidas por Mí, a pesar del martirio vivido en aquellos tiempos?

Y hoy, sus almas están ante Mis Ojos, sus almas están delante de Mi Corazón Misericordioso para que Yo pueda estar en el mundo entero, ciego y perverso por las guerras, injusto e indiferente por las venganzas, severo por la violencia.

Yo vengo a reerguir a las almas que confían en Mí, en la sagrada venida del Reino de Dios, porque hoy ustedes y sus hermanos del mundo forman parte de Mi Cuerpo Místico y Espiritual.

Esta es la Nueva Jerusalén que Yo vendré a buscar a la Tierra, y la Luz de Dios se encenderá en ustedes y en sus hermanos, así como esa Luz se encendió en Pentecostés para consagrar a Mis compañeros al apostolado y al sacerdocio, para que todos en la Tierra conocieran Mi Palabra de Vida.

Por eso, que hoy sus almas, conscientemente, se eleven a Mí; así como recientemente Me han cantado uno de los pasajes bíblicos más especiales para Mí, que es la promesa irrefutable que Yo les hice a los Míos: que todos vengan a Mí y alivien sus corazones, así como el Señor, triunfante en Jerusalén, hoy viene a ustedes.

Eleven sus plegarias en el silencio del corazón. Eleven sus intenciones en el silencio de sus almas y únanse, como hermanos y hermanas en Cristo, bajo la unidad espiritual de Mi Espíritu.

Gracias por estar aquí, Mis amados. Sigan buscando el bien. No hagan el mal, porque mucho mal hay en el mundo; así, no les faltará la paz en estos tiempos difíciles.

He aquí la Paz de Dios, que viene a entregarles la Paz de los Cielos, que viene a confortar a sus corazones, así como el Señor confortó a Sus apóstoles en Su más absoluto y anónimo silencio en cada paso de la Cruz, cuando su Maestro fue abandonado y rechazado por todos. Mas, Yo ya lo sabía, así como ya sabía lo que cada una de sus vidas viviría en este tiempo.

Por eso, vengo aquí a animarlos, a fortalecerlos, para que se levanten de sus caídas, para que sus almas se eleven hacia Mí; ya que, entre ustedes y Yo, no existirá el mal porque Mi Amor es invencible, así como fue invencible en la aparente derrota de la Cruz, porque Yo vengo una vez más a renovar todas las cosas.  

Libera tu corazón a través de tus lágrimas, porque el Consolador llegó y todo se renovará, por dentro y por fuera. La esperanza es posible, no pierdas la fe; Yo vengo a darte coraje, el mismo coraje que tuve que tener cuando asumí beber del Cáliz en el Huerto Getsemaní.

No le temas al sacrificio que te pido porque espero que Me puedas superar en el Amor. Recuérdalo, así el universo y la Creación también serán renovados.

Antes de pasar a un momento de consagración, por el que esperé dos años, quiero que Me canten, como una sola voz, así como sus voces cantan y se unen para abrir el Reino de los Cielos, los portales del Reino Celestial.

Yo quiero ungirlos con Mi Espíritu, en este momento. ¿Me lo permiten?


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Por favor, María de los Inocentes, vamos a cantar tu canción, a pedido del Señor.

Abrámonos a este momento con Cristo, para que libere a nuestro ser.

Nos vamos a concentrar en el Sagrado Corazón de Jesús. Ofrezcamos este momento por todas las almas del planeta, por todos los que aún no pueden llegar a Cristo; para que el Espíritu Consolador, así como hoy llega a nosotros, llegue a nuestros hermanos en el mundo entero, confiando en el poder de la Transfiguración de Jesús, que como Rayo Divino hoy se hace presente en nuestra vida, renovando todas las cosas.

Cantemos.


Canción: “Curador de mi alma”.


Hoy, Cristo está abriendo dentro nuestra congregación, la Orden Gracia Misericordia, la rama masculina de los Auxiliadores de la Divina Misericordia.

Ahora, vamos a acompañar, en el silencio de nuestro corazón, esta unión y esta consagración que cada uno de los hermanos vivirá con Cristo, a través del Corazón de Cristo y de la alianza.


Bendice, Señor, a aquellos que se animan a seguirme; y, a través de este humilde y simple símbolo de la alianza de madera, establece entre las almas y Mi Corazón la eterna alianza, para siempre, para que Me representen en la Tierra como pacificadores y por donde vayan sean espejo de Mi Misericordia.

 
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a hacer una oración por la consagración de estos hermanos, para consumar este momento. Oremos el Padre Nuestro en arameo.

Que el Señor los bendiga y los proteja en esta misión y en este servicio a Su Sagrado Corazón.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Pueden ir en paz.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 122.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hijos de Mi Padre, vengo aquí para que, a través de sus sinceras oraciones, Yo pueda meditar sobre los próximos pasos de Mi Plan para todo este mundo.

Por eso, decidí estar aquí para que, junto a Mí y a través de sus oraciones, preparen la importante tarea del Señor en la próxima Sagrada Semana.

Quiero que sepan que aquí será la última Sagrada Semana, en este sagrado lugar que Me abrió las puertas para que el Maestro pudiera pronunciar Sus Palabras.

Por eso, compañeros, todo, absolutamente todo lo que han vivido Conmigo a través de los tiempos es contado en el Reino de los Cielos y especialmente en este importante momento en el que, a las puertas de la Cuaresma, las almas son llamadas fielmente a hacer penitencia, a meditar sobre cada uno de sus actos, a reparar cada una de las heridas que fueron ocasionadas.

Las almas, en esta próxima Cuaresma, son llamadas a rendirse a los Pies del Señor, para que su Maestro y Señor tenga la autoridad de poder interceder por este mundo, que con emergencia tanto lo necesita.

Por eso, a través de esta próxima Maratón de la Divina Misericordia, quisiera que tuvieran bien presente este, Mi Mensaje; porque así, de forma consciente y unidos a Mi Sagrado Corazón, podrán ayudar a su Maestro a volver a traer las bases ardientes del Cielo que refundarán al planeta, que corregirán el Proyecto Humano después del tiempo de la purificación.

Quisiera sentir, en cada uno de ustedes, la espera de la llegada del Señor, a través de todos estos encuentros que tendrán Conmigo; porque les dije una vez que Mi tarea ya está finalizando dentro del Tiempo del Señor.

Por eso, no desaprovechen cada oportunidad y cada momento; porque, en el final de los tiempos, deberán rendir cuentas de todo lo que recibieron, de cada una de las dádivas y de las virtudes que Yo les deposité; porque, aunque esto les parezca un misterio desconocido, sus almas saben cuáles son esas dádivas y virtudes.

Porque esto es lo que Yo vengo a buscar en los últimos apóstoles; para que, cada día que pasa, aprendan a vivir de Mi Voluntad, aprendan a cumplir Mi Voluntad y aprendan a concretar Mi Voluntad.

En esta Cuaresma que se aproxima, preámbulo de la próxima Sagrada Semana, Yo los invito a meditar y a hacerse verdaderamente una pregunta:

¿Cuál es la Voluntad del Señor para mi vida?

Escuchen sus corazones y obtendrán la respuesta. Oren y pidan a los Cielos, porque todo espera en el Reino de los Cielos para descender a sus vidas y a sus consciencias.

¿Cuál sería la Voluntad del Señor en el tiempo de la preparación de Su Retorno al mundo?

Porque espero ese gran momento, en el que el Señor del Universo pondrá fin a la maldad en el mundo, cerrando las puertas al mal y atrayendo hacia Mi Corazón, lugar seguro para cada ser, a cuantos están perdidos y sufriendo en esta humanidad.

En esta Maratón de la Misericordia, quisiera que asuman, a través de su oración sincera, a un alma en el mundo que esté necesitando de ayuda, aunque la desconozcan.

Oren, colocando esa intención durante los días de la Maratón de la Misericordia, para que aquellos que han sido oprimidos y castigados puedan tener la oportunidad y la Gracia de levantar sus cabezas y encontrar en este mundo un espacio seguro y de esperanza.

En verdad, les digo que no bastarían todos los encuentros de oración para enmendar los errores que hoy comete el mundo; pero son los ofrecimientos sinceros de las almas que evitan que las situaciones se agraven en la humanidad y en las naciones. Tengan esto muy presente, compañeros.

Su voz nunca debería cansarse de orar y de suplicar, porque la voz que ora y suplica a Dios es un espejo del Reino de los Cielos en la Tierra. En eso, Yo los invito a convertirse, que puedan ser espejos del Amor de Dios en la Tierra, libres de los pecados capitales, libres de toda división o juicio, abiertos de corazón y de mente para aliviar el sufrimiento de los que verdaderamente sufren en estos tiempos.

Este es el tiempo de la asistencia espiritual a la humanidad, porque mientras todo sucede en el mundo, aún existen proyectos e ideas contrarias al Padre que se ejecutan en esta humanidad y principalmente en las naciones.

Pero, Yo no los llamo a batallar contra el mal; Yo los llamo a ser un espejo de Amor, porque el Amor es el que disuelve el mal y toda injusticia en el mundo, porque el Amor de Dios siempre les dará la ciencia y la sabiduría, aun en los momentos difíciles de sus vidas y de la vida de sus hermanos.

Porque, mientras estoy aquí, contemplando cada una de sus dificultades, que no juzgo ni condeno, el Señor de la Misericordia contempla las grandes necesidades de la humanidad, que son muchas en este tiempo.

¿Quién se propondrá ayudar al Señor, donde sea necesario y como sea necesario, para aplacar el caos en el mundo?

Este es el tiempo de que sean verdaderos guerreros de la Luz; así, Yo Me serviré de sus consciencias y almas, pudiendo renovar todas las cosas.

Quiero que tengan muy presentes estas, Mis Palabras, para que cuando oren en estos próximos días de encuentros, intenten interiorizar y recibir en el corazón los impulsos que les dejo a Mis últimos apóstoles.

He aquí el Señor de la Paz, que llega a un mundo en caos y en sufrimiento, buscando en las almas buenas y consecuentes la respuesta al Gran Llamado del final de los tiempos.

Por eso, recuerden una vez más: ¿cuál es la Voluntad del Señor para mi vida? Pregúntenle a su mundo interior, aún queda un poco de tiempo.

Porque deben saber que, así como está escrito, se cumplirá en el mundo el tiempo de la Justicia y, antes de que llegue ese tiempo que no está muy lejos, quisiera que más almas tuvieran la dicha de la redención.

Vivan estos días Conmigo por todos aquellos que no los pueden vivir ni experimentar.

Vivan estos días Conmigo por todos aquellos que se desesperan y que sufren, que están sumergidos y aprisionados en las guerras, en la persecución y en la muerte.

Vivan estos días Conmigo por todos aquellos que no tienen la Gracia de poder nacer y por todos los niños y jóvenes que están prisioneros del tráfico humano.

¿Comprenden ahora las razones de vivir estos encuentros Conmigo?

Así, los invito a salir de ustedes mismos, para que se puedan dar a los demás, aun a aquellos que desconocen y que claman por una gota de luz en el mundo, por una lluvia de esperanza, por un reino de paz que hoy no tienen.

Que Mis Palabras los hagan sensibles. Que Mi Verbo los ayude a donarse, porque la donación de las almas es muy amplia, es una dimensión infinita y desconocida que todos los que se animan a servir a Cristo pueden vivirla.

El servicio en el mundo es necesario para aplacar los errores que se cometen en la humanidad, para que las puertas de la Gracia no se cierren, para que todas las almas posibles alcancen la redención.

Como su Maestro y Amigo, como su Señor, el Señor de Israel, que conoce profundamente el Proyecto de Su Padre en toda esta humanidad, vengo a pedirles que mediten sobre Mis Palabras, que se sumerjan en Mi océano de Instrucción, para que estén prontos, disponibles, entregados a Mí en los últimos tiempos, los tiempos definitivos.

Que el canal de la Divina e Insondable Misericordia, que las almas podrán abrir a través de sus oraciones en estos días, se irradie e impregne los espacios que están en oscuridad, no solo adentro de las consciencias, sino afuera.

Que la Luz de la Misericordia los renueve, les traiga la paz y la esperanza de buscar un mundo justo y fraterno. Oremos por esto.

Sobre Mi querida y sagrada Colina de las Apariciones, dejé el Santo Grial, el Terafín espiritual que en la institución de la Sagrada Eucaristía volvió a unir el Cielo y la Tierra, las almas y Dios.

Tengan presente este Sagrado Instrumento, Reliquia preciosa del Arca de la Santa Alianza que desde Sudamérica estará irradiando al mundo hasta el último día de la próxima Sagrada Semana, hasta el día de la Gloria del Señor, en el que los Cristos del Nuevo Tiempo podrán beber de ese Cáliz espiritual para vivir el mismo compromiso que vivieron los santos apóstoles, de ser pacificadores en la Tierra.

Les agradezco por hoy estar aquí, y desde ahora los preparo para la próxima Sagrada Semana.

Vivan la Cuaresma abiertos de corazón.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
 

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN NERJA, MÁLAGA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 112.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les hablo a todos al corazón, en esta noche que se recoge, pero que se ilumina por la Presencia del Amor Vivo de Dios.

Los He llamado aquí y han respondido a Mi llamado, y por eso, les agradezco; aunque no comprendan en profundidad lo que esto significa, pero Yo sí sé lo que significa y lo que representará en las próximas etapas del Plan de Rescate de la humanidad, en las próximas tareas que su Maestro y Señor llevará adelante en Israel y, a través de Israel, con todo el Medio Oriente. 

Porque en verdad, Yo les digo, que en esta noche, estando Conmigo y  pudiendo ingresar en Mi Corazón Misericordioso, están volviendo a vivir lo que una vez vivieron Conmigo en el pasado, cuando su Maestro pisó con Sus Pies la superficie de este planeta para predicar, para curar y sanar, para anunciar la Buena Nueva, la que en este tiempo, Yo espero que haga eco más allá de la vida  material del planeta, más allá de toda ignorancia e indiferencia, porque Mi Voz y Mi Palabra hacen eco cuando las almas Me viven y Me sienten, cuando los corazones confían en Mí.

Por eso, en esta noche, Yo estoy aquí con ustedes y con el mundo. Estoy aquí por todos los refugiados y exiliados, por todos los que desaparecieron trágicamente en Turquía y en Siria.

Pero hoy, sí, les aseguro que todas esas almas están siendo contempladas por el Padre Eterno, para que alcancen su camino de liberación; pero también su camino de reconciliación con los Cielos, porque el Padre Eterno escuchó las oraciones de Sus Hijos, de todos aquellos que en este tiempo se disponen a responder a Su Llamado, ante la trágica realidad planetaria.

Una vez más, a través de este océano, que se encuentra ante ustedes, Yo les traigo el reflejo del Gran Espejo del Amor de Dios, del Amor Eterno de la Fuente, de la cual todos ustedes provienen y también todos sus hermanos; la Fuente Suprema e Inmaterial que está siendo olvidada por el mundo, por la indiferencia, por las guerras, por la falta de religiosidad o de toda conexión espiritual.

Por eso, a través de Mi Presencia servicial y de Mi Presencia paternal, Yo vengo a congregar a todas Mis ovejas, a llamarlas por su nombre en los planos internos, porque ya llegó el momento del tiempo final, en el que todos Mis compañeros deberán estar firmes y disponibles, enteros, para sostener Conmigo este momento de gran Armagedón.

Pero no se desesperen ni tampoco se amedrenten, porque si confían en la Misericordia de Mi Corazón, nada les sucederá. Si siguen fielmente Mis preceptos, estarán protegidos de ustedes mismos, y así como lo hice con Mis apóstoles en el Sagrado Cenáculo, en este tiempo Yo les enviaré el Santo Espíritu de Dios para que los guíe y para que los conduzca hacia la concreción y la experiencia de vivir la Divina Voluntad; una Voluntad Suprema que también está siendo olvidada y, en algunos casos, está siendo despreciada por los hombres y mujeres de la Tierra.

Pero cuando Yo retorne, mostraré al mundo entero todo lo que ha dejado de vivir con el Padre Eterno. Porque las señales, que Yo daré, serán concretas y todo lo que se guarda como un tesoro en los planos internos se revelará, para que esas señales rediman al planeta y a la consciencia humana; porque este es el tiempo de que esas señales comiencen a descender al mundo entero, para los que están dormidos y aún no despertaron, para todos los que deben reencontrar el camino de la redención.

Por eso, este es el tiempo de la preparación inmediata. Esta es la hora de darlo todo por el Plan, a fin de que este Plan se concrete en la superficie del planeta, aunque esto comience a suceder en las cosas más pequeñas, o en la transformación y la rehabilitación de sus vidas.

Esto es lo que necesita el Padre Eterno en este tiempo final: que las almas se decidan a ser Su Gran Espejo, que las vidas de Sus Criaturas reflejen Sus Atributos Divinos, ante un mundo que se aleja cada día más de la verdad y pierde el camino hacia el Reino de la Paz, por vivir todo lo que es mezquino e indiferente.    
   
Este es el tiempo de que sus ojos y los ojos de sus hermanos se abran, para que comprendan que, a través de la actual situación planetaria, es necesario un cambio en la consciencia, pero también en la vida material.

Por esa razón, una vez más, Yo estoy aquí, no solo para llevar Conmigo hacia los Cielos a los que han muerto en este Mar Mediterráneo, sino para advertirle al mundo y, sobre todo, a Europa que deberán enmendar todos sus errores y corregir todas sus indiferencias con los que sufren y son sometidos en la esclavitud; porque este planeta, que el Padre Eterno les ha dado, tiene un Propósito Espiritual y Mayor que aún no se ha cumplido.

Por eso, compañeros, es tiempo de enmendar los errores y de vivir el cambio. Es tiempo de que, de una vez y para siempre, entre los pueblos y las razas, entre las naciones y las culturas, se consideren como una única familia espiritual porque, aunque esto parezca lejano para la mayoría, para su Maestro y Señor no lo es.

Por eso, dediquen su vida a una vida de servicio y de oración, no permitan que en este planeta se sigan abriendo puertas inciertas. Que, por medio de sus oraciones y de su acto de entrega y de donación sincera, puedan mantener las puertas de la Misericordia abiertas a la humanidad, porque de lo contrario el mundo se seguirá purificando fuertemente.

Yo solo busco que puedan crecer en sabiduría y entendimiento, porque ya no quiero ver a nadie más sufrir y padecer lo que este mundo hace todos los días, ultrajando las Leyes del universo, apartándose del Amor y de la Verdad, dejando de cumplir la Divina Voluntad.

Por eso, Yo volveré a erguir sobre el éter de este planeta todos los méritos que alcancé a través de Mi Vida Pública, de Mi Dolorosa Pasión, de Mi Muerte y de Mi Resurrección, a través de Mi Presencia en Tierra Santa. Porque no solo el Medio Oriente lo necesita imperiosamente, sino también la humanidad entera lo necesita; ya que, de no hacer esta gran tarea en Israel, la humanidad se encaminaría a un punto sin salida y nadie conseguiría retirarla de ese lugar, ni siquiera los ángeles.

Por eso, deberán seguir orando por esta gran misión a Israel. Los invito a estar Conmigo, de corazón y en esencia, para que puedan acompañar cada paso de su Maestro y Señor durante los días de la Semana Santa.

También les pido que esta Cuaresma preparatoria que están viviendo, la vivan de verdad, con introspección, con profunda reflexión y penitencia, por esta gran indiferencia que vive el mundo y que no consigue ver la Luz de Dios.

Así, terminarán de estar preparados para los tiempos culminantes que llegarán y nada, absolutamente nada, los tomará de sorpresa, porque lo que deban vivir en este tiempo final solo los impulsará a que puedan ser los Nuevos Cristos. Esos Cristos que Mi Padre Eterno espera ver presentes en este planeta, dentro de esta humanidad, convirtiendo a todos a través de la fe y de la oración, del servicio abnegado y simple que borre de una vez y para siempre los estigmas de este planeta, que cierre las heridas aún no cicatrizadas de esta humanidad golpeada por las guerras y por los conflictos, por la desigualdad y también por la locura de lo que ofrecen las modernidades de estos tiempos, llevando a la mayoría a vivir un dios artificial.

Pero no se olviden, compañeros, de que la Sangre que Yo derramé sobre la superficie de esta Tierra tiene un precio, tiene un valor incalculable e inextinguible. Y es a esa Poderosa Sangre a la que deben invocar, aspirar a recibirla espiritualmente para que sus vidas sean sanadas, redimidas y liberadas del error y del pecado y, a través de la poderosa comunión Conmigo, puedan renacer y renovarse.

Por eso, que esta Cuaresma sea una Cuaresma consciente, que los prepare espiritualmente para ingresar en la Semana Santa. Así, Me podrán acompañar, como Yo lo necesito y lo espero, en todo lo que hará su Maestro y Señor en Israel y, a través de Israel, para el mundo entero. Así, sus corazones estarán prontos y en el lugar en donde Yo los quiero tener.

Que en esta noche reciban Mi bendición, así como muchas veces la recibieron Mis apóstoles y en cada lugar que Yo visité, en cada espacio en donde Yo prediqué, en cada corazón en donde hice un milagro en el nombre del Padre Eterno.

Quiero que sus vidas sean un milagro de amor para que este milagro en sus vidas transforme al mundo, muchas más almas alcancen la Gracia de ser merecedoras de ese milagro de amor, así como ustedes lo están viviendo.

Yo los unjo con Mi Luz Espiritual y, en este mes de marzo, los preparo para la Semana Santa. Sepan que marzo será el mes de la gran preparación, como nunca antes sucedió en la historia de la humanidad y en ninguna otra Semana Santa. Así, comprenderán la importancia de todo lo que les estoy diciendo en este momento. Por esa razón, también estoy aquí, para que ese Propósito se cumpla como está escrito y ustedes sean, una vez más, partícipes de la Misericordia de Dios, que tanto necesita la humanidad y el planeta.

Les agradezco, a los que están presentes, por haber trabajado con las almas y las esencias de los refugiados.

En esta próxima Maratón de la Divina Misericordia, deseo que le recen de todo corazón al Sagrado e Insondable Corazón de Jesús por todos los que son descartados y oprimidos, por los desaparecidos en la tierra y en los océanos, por los que no tienen la oportunidad de vivir la esperanza en ellos y en sus familias.

Recen por todo esto y, así, aliviarán Mi Corazón del malvado espíritu de la indiferencia.
Que la Misericordia convierta las miserias.

Que los corazones reciban la paz y que todo pueda ser renovado; así como es renovado en los Cielos, pueda ser renovado en la Tierra; y así como puede ser renovado en la Tierra, todo pueda ser renovado en su mundo interior; porque lo que más deseo en estos tiempos es que sean parte del Reino de los Cielos, así como lo son los ángeles y los bienaventurados.

Me recojo en los corazones que adoran.

Me fortalezco en las almas que oran.

Me renuevo en los corazones que sirven.

Me hago presente en los que comulgan de Mi Cuerpo y de Mi Sangre; y así, establezco la Luz y el Amor de Dios.

Les agradezco por estar Conmigo en esta noche y, a pesar de que sea tarde en este momento, sepan que, en las noches más profundas, era cuando su Maestro y Señor tomaba Sus grandes decisiones, elevando Su Mirada a los Cielos o buscando en el infinito, en el horizonte, la Presencia del Padre Eterno para sentir Su abrazo y Su consuelo; porque Él es Quien nos conforta y nos renueva a través de Su Amor y de Su Verdad.

Les agradezco y una vez más los invito a orar, durante esta Maratón de la Divina Misericordia, por todo lo que les He pedido con la honestidad de Mi Corazón.

Que África, Europa y Medio Oriente sean bendecidos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL OCTAVO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les estoy haciendo contemplar la Luz de Emmanuel, porque la necesitarán en los próximos tiempos. Sin esta Luz poderosa de Emmanuel, no tendrían fuerza de superación ni tampoco fortaleza durante las batallas.

A pesar de la cruz o de lo que ella represente para ustedes, el camino del sacrificio que el universo les ofrece en estos tiempos, a pesar de todas esas circunstancias, siempre tengan presente en su memoria y sobre todo en su corazón que la Luz de Emmanuel no perecerá; y que ustedes, Sus criaturas, Sus hijos, son parte de esa Gran Consciencia de la Fuente Suprema y Cósmica. 

Porque hacia esa Fuente, algún día, deberán retornar con su experiencia vivida, con todo el amor aprendido, con toda la redención experimentada, a fin de que sus consciencias se conviertan en un signo visible en el firmamento, en una victoria alcanzada a través del Amor y de la Luz de su Redentor, el Cristo de todos los tiempos.

Por eso, que su estandarte de la paz no caiga de sus manos. Aférrense firmemente a Mi Paz y todo lo alcanzarán.

Nunca se olviden de tener un corazón pacífico y humilde, un corazón que esté abierto a escuchar y a dialogar, un corazón que no se defienda, un corazón que pierda su autonomía y todo el control que cree tener. Porque teniendo un corazón limpio, aunque imperfecto, todo, absolutamente todo, a través de la Luz de Emmanuel y de Mi Presencia, se puede cristificar.

Llegó el tiempo, después de esta Sagrada Semana y en este último encuentro Conmigo, de trazar los últimos acontecimientos de los cuales formarán parte en los próximos tiempos, experiencias grandiosas y enriquecedoras que podrán vivir si están atentamente abiertos y adheridos a los acontecimientos que se presentarán.

El eje central, en el fin de los tiempos, será este último Don que invocaremos al Espíritu Santo, que será la tónica de este momento: el Don de la Fraternidad, que hoy rige a los demás Dones presentes en la Menorah, porque el corazón de la Fraternidad es el amor al prójimo, la donación al semejante, todo el alivio que puedan generar a través de sus vidas por un fin mayor, por la Paz.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nos ponemos de pie, para que juntos, a pedido de Cristo, encendamos esta última vela de la Menorah, teniendo presente cada uno de los Dones que en esta Sagrada Semana fueron atraídos por el Corazón de nuestro Redentor.

Y que hoy, esta séptima vela que encenderemos, sintetice una experiencia para cada uno de nosotros y un nuevo tiempo que se aproxima hacia la aspiración de cumplir un servicio mayor.

 

“Adonai, que el mundo no se olvide 
de que todos son hermanos
en el Amor Eterno de Tu Corazón
y de que el eje que unirá a todos estos Dones,
en este tiempo, será la Fraternidad,
que impulsará el despertar de los demás Dones
en las consciencias y corazones
que, a través del símbolo de la Menorah en esta jornada Conmigo,
en el fin de esta tarea y de esta Sagrada Semana,
se ofrecerán a vivir conscientemente
con todo el esfuerzo del corazón humano,
con todo el ímpetu del alma y del espíritu,
con la aspiración de aliviar Tu Corazón y de repararlo
de todo lo que ha sucedido en este mundo hasta los tiempos de hoy.

Por eso, te pido, Emmanuel, 
en nombre de Tu Amadísimo Hijo,
que a partir de este día las almas tengan la Gracia
de sustituir las energías capitales por las Energías Divinas,
a fin de que las consciencias reconozcan Tu Presencia en sí mismas
y se alegren por este reencuentro,
bajo el descenso de Tu Reino Celestial. 

Amén”.

 

Aquí, en esta Menorah, también deposito Mis siete últimas aspiraciones, que están unidas a las aspiraciones de Dios Padre por todas Sus criaturas, no solo de este planeta, sino también de todo el universo. Aspiraciones que conocerán y se revelarán cuando tan solo vivan estos Dones que Yo les he ofrecido durante estos siete últimos días.

De la misma forma, hoy sus vidas son iniciadas en un camino definitivo de consagración, en el que sus almas tendrán la oportunidad de tomar el gobierno de sí mismos, para que el espíritu mayor de cada ser, aquel espíritu, aquella consciencia que tiene escrito su nombre en el universo, pueda finalizar esta trayectoria en la escuela del amor y del perdón, del servicio y de la fraternidad para con los semejantes.

Por eso, hoy no son solo siete Dones los que se encienden ante sus ojos. Hoy se encienden en sus corazones las siete aspiraciones de Dios y de Su Divino Hijo, regidas por la Ley Mayor del Amor, de la Unidad y del Bien; permitiendo así, que en este tiempo planetario y a través de esta Menorah, se mantenga abierta la puerta hacia el universo por donde todas las almas tendrán la última chance de retornar a Dios y de reencontrar el camino hacia el Amor y la Luz que perdieron.

Ahora, encenderán sus velas.

Así, como lo prometí a Mis apóstoles y a las santas mujeres, hoy les vuelvo a prometer a ustedes. Reciban la Luz de Mi Espíritu, para que la Luz de Mi Espíritu esté presente en el mundo y en todas las almas que la necesitan.

Sean fuertes a través de Mi Luz, sean humildes a través de Mi Corazón, sean buenos siervos a través de Mis Enseñanzas; porque Mi aspiración es poder reencontrarlos algún día, cara a cara, para que juntos celebremos con la humanidad la gran Cena de la Reconciliación, la nueva Pascua de la Paz.

Ahora, en el silencio de sus corazones, elevarán un pedido al Padre. Los escucho en el silencio.

Ahora, lleven la mano al corazón, orando por esa intención y por todas las intenciones de las almas buenas, diciéndole a Mi Corazón:

Oración: "Cristo de la Luz".

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Los sacerdotes pueden venir aquí, por favor, para la bendición de los aceites, que hoy Nuestro Señor utilizará a través de los sacerdotes, en este último día de la Sagrada Semana, para la Unción de los enfermos y la Unción especial de los que están más enfermos.

 

“Señor, así como viste a Tu Hijo en el sepulcro 
siendo ungido por las manos y los corazones
que lo amaban y que lo aman eternamente,
de la misma forma hoy te pido que bendigas estos aceites,
para que no solo la señal de Tu Poderosa Cruz
se infunda en las consciencias,
sino también para que abras la puerta definitiva
hacia la cura de los corazones,
a fin de que también ellos te glorifiquen eternamente,
hasta que se cumplan los Mil Años de Paz.
Amén”.

 

Ahora, voy a infundir Mi bendición sobre ustedes y el mundo, preparándolos nuevamente para vivir Conmigo la alianza perfecta, a través de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, a través de la Sagrada Celebración Eucarística.

Una vez más, les pido que estén atentos al descenso de las Gracias que se dará a través de la Eucaristía y de la Unción de los enfermos, porque en este día deben celebrar la oportunidad de renacer.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ahora, Nuestro Señor está llamando aquí a algunos hermanos del Coral, para que juntos cantemos con Él el cántico “Aleluya”.

Hermana Faustina de Jesús, hermana María Jerusalén, Patricia y hermana María Verónica.

Primero, Nuestro Señor bendecirá a las hermanas y luego bendecirá a todos nosotros. Enseguida, cantaremos “Aleluya”, agradeciendo a Dios por este encuentro, por esta Sagrada Semana, por todos los impulsos espirituales recibidos y por aquellos impulsos espirituales desconocidos que nuestros seres recibieron en esta jornada.

Vamos a colocarnos de pie.

 

La voz que canta es una oración que se eleva dos veces, porque en el primer impulso de la voz existe el contacto con Dios y en el segundo impulso de la voz existe el descenso de Su Gracia, que colma al alma que canta, y especialmente, bendice y glorifica a las voces que sirven de instrumentos para glorificar al Redentor y al Padre de las Alturas.

Por eso, que esta tarea se perpetúe, que las voces nunca dejen de cantar hasta que la paz se establezca y canten junto al Rey cuando Él retorne.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y ahora, bendigo a todos los presentes y no presentes, a todos los que bebieron de la Fuente de Mis Palabras durante estos ocho días. Bendigo a todos los que hicieron posible esta Sagrada Semana, un tesoro más que se guarda en la memoria de los corazones valientes y disponibles que, a través de los grados de amor y de servicio, se ofrecen como apóstoles de Cristo para preparar Su Retorno.

Yo los bendigo y les agradezco por este Encuentro.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Las hermanas pueden cantar, y después cantaremos todos juntos.

Canción: “Aleluya”.

Y ahora, con esta alabanza al Corazón del Rey, vamos a prepararnos para la Celebración Eucarística, y enseguida para la Unción de los enfermos.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN LA ASOCIACIÓN MARÍA, CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He aquí al Señor del Desierto, Quien pasó por esa experiencia durante cuarenta días, de la misma forma que ustedes pasan por esta experiencia de poder encontrar el sentido de su desierto interior, sin temerle a la aridez espiritual o al vacío.

Por eso, estoy aquí y Soy el Señor del Desierto, Quien, a las puertas de la próxima Sagrada Semana, en la que el Hijo de Dios será glorificado en la entrada de Jerusalén, viene a concluir con ustedes esta primera etapa para que puedan comprender, en estos tiempos, que cada proceso de sus vidas y consciencias tiene un significado para Dios dentro de esta escuela de redención y de perdón.

Por eso, los invito a seguir caminando por ese desierto, porque al final de esa senda encontrarán el portal de la renovación, una experiencia que enriquezca sus consciencias y las haga madurar y crecer interiormente, sabiendo que la vida no termina aquí y que la vida evolutiva continúa adelante a través de sus pasos; de esos pasos firmes que necesito que den en estos tiempos para que, ante el Padre Celestial, juntos garanticemos que este Mi Proyecto, con ustedes y sus hermanos, es posible.

Un Proyecto aún no comprendido ni conocido, un Proyecto que solo es develado a través de los que lo aman, a través de aquellos que lo hacen parte de sí, para que él se cumpla, en este tiempo crucial de la humanidad.

Es así que hoy, vengo a entregarles la síntesis de la experiencia que Yo viví durante cuarenta días en el desierto, en donde al igual que ustedes en este tiempo fui tentado, fui perseguido y fui buscado por el enemigo.

Pero recuerden que con las llaves de la serenidad, de la mansedumbre y del espíritu pacificador, podrán hacer esa síntesis que necesitan para que, en fidelidad, sigan los Mandamientos de Dios, aquellos que Él tiene guardados como promesas en el Reino de los Cielos para cada uno de Sus hijos, de Sus criaturas.

En este tercer impulso preparatorio para la próxima Sagrada Semana, quise demostrarles, a través de estos encuentros especiales en la casa bendecida por Mi Madre, en la casa de la Asociación María, que la Jerarquía Espiritual necesita que comprendan los acontecimientos de estos tiempos y, de esos acontecimientos, las obligaciones y las responsabilidades que cada uno de los Míos tiene delante de Dios; porque sin Mis discípulos del fin de los tiempos, Yo no podré hacer nada, y ustedes saben que la participación de Mis seguidores y compañeros es fundamental.

No es porque no pueda hacer milagros en sus vidas y consciencias, sino porque a través del esfuerzo de los consecuentes y humildes, de los servidores responsables y conscientes, justificaré ante las Leyes Superiores todos los errores de la humanidad. Y, cuando Yo retorne a este mundo, físicamente, completaré ese Plan que ya está sucediendo en este mismo momento y a través de sus consciencias.

Es así que los invito a sentirse parte de Mi Proyecto Redentor para que puedan ser celadores y guardianes de las aspiraciones de Cristo en estos tiempos y, en especial, de aquellas aspiraciones que tiene su Maestro y Señor para los pueblos y naciones adonde Mi Corazón y Mi Amor deben llegar a través de las manos que se donan, a través de los pies que caminan en Mi senda, a través de todos los que decididos dicen sí.

Una vez más, un ciclo se está cumpliendo en esta semana, anterior a la Sagrada Semana, a las puertas de la Presencia del Hijo del Sol. 

Yo necesitaba que ustedes vivieran esta experiencia conscientemente, experiencia que se completará y finalizará en los próximos meses y ciclos, en los que comprenderán y se darán cuenta, por sí mismos, de todo lo que ha pasado aquí en estos últimos tres encuentros extraordinarios Conmigo. Experiencia que no solo es por ustedes, sino también por sus hermanos, por todos los que no pueden estar presentes físicamente en la próxima Sagrada Semana, pero que tendrán la Gracia, a pesar de la distancia, de recibirme en sus corazones y hogares, en sus familias y espacios de oración.

Que este momento sea elevado a los Cielos, en Presencia del Hijo del Padre. Que este tercer impulso preparatorio, que hoy les entrego, simbolice para todos la oportunidad de consagrar aún más la vida y, sobre todo, la consciencia para lo que Dios espera hacer descender como Gracia y como Voluntad sobre Sus hijos, los Cristos del Nuevo Tiempo.

En estas Palabras simbólicas, que hoy les entrego, les dejo muchas llaves. Cuando puedan repasar Mis Palabras de estos tres encuentros preparatorios, en ese momento completarán el sentido de esta experiencia y se darán cuenta de que, por haber tenido la oportunidad de haber pasado por el desierto interior, Conmigo, de un forma tan rápida e intensiva en esta semana, sus corazones estarán prontos para lo que Yo les pediré en los próximos tiempos.

Y, a pesar de que tendrán la sensación de que es un desafío imposible o inalcanzable, tengo absoluta confianza de que lo podrán hacer; porque si hasta ahora y en tan solo una semana atravesaron un desierto espiritual profundo e interno, ¿qué es lo que no podrían hacer por Mí?

Anímense y sean valientes, la paz está con ustedes para que puedan cumplir Mi Voluntad, y esta misma Voluntad se cumpla en sus hermanos de camino. Porque si este momento y estos encuentros no hubieran sucedido, ¿qué sería de aquellos lugares en donde aún hay conflictos y guerras, hambre, esclavitud y tráfico?

Por ellos también estoy aquí, y Me he servido de la casa de la Asociación María para poder interceder por todos ellos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Preparados en el misterio de este desierto, que irán descubriendo dentro de ustedes mismos paso a paso, ahora ingresarán Conmigo en la Pasión planetaria y comprenderán lo que siente el planeta, llevando en sí mismos la cruz del mundo, para que las almas se puedan redimir y consagrar.

Que los méritos de la Pasión de Cristo renueven sus fuerzas internas y fortalezcan la decisión de estar Conmigo para siempre.

Los bendigo y los animo a seguir la senda del apostolado planetario, para que todas las religiones, credos y filosofías se unan en pro del Retorno de Cristo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN LA ASOCIACIÓN MARÍA, CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy, vengo aquí, a este Mi cenáculo predilecto, al gran oratorio de la Madre de Dios.

Hoy, vengo extraordinariamente porque quiero estar cerca de ustedes y con cada una de sus almas, preparándolos para ingresar al desierto que hoy Mi Mano les indica; a este desierto espiritual de la humanidad, que muchos no quieren atravesar porque se olvidan de que Yo estoy en el desierto, cuando tan solo Me buscan y Me llaman.

En este preámbulo de la próxima Sagrada Semana, vendré inesperadamente, durante esta semana, sin avisarles, para que sus corazones estén prontos, tal como estuvieron los apóstoles junto a Mi Madre en el Cenáculo, después de la Resurrección de su Señor.

Yo quisiera poder encontrarlos, Yo quisiera poder sentirlos y contemplarlos, así como a los apóstoles cuando estuvieron junto a Mi Madre Celeste en la Reaparición de Cristo, días antes de Mi Ascensión a los Cielos.

También vengo a aliviar sus corazones y sus espíritus, a quitarles el peso de la cruz que les han colocado en sus espaldas; pero Yo los animo y los invito a seguir cargando esa cruz, no solo por ustedes, sino por la gran necesidad de Amor en esta humanidad y en este planeta.

Vengo con este Mensaje para que todos se preparen internamente para la próxima Sagrada Semana; y Mi Corazón, con gozo y predilección, ha escogido este lugar bendecido por Mi Madre Celeste, para anunciar, una vez más, la Palabra de Dios, para que los corazones, al ingresar a este desierto que Yo los invito a cruzar en esta semana, puedan volver a encontrar a Dios y, delante de Él, estar en silencio, en sintonía y en amor por todo lo que es necesario y urgente reparar en esta humanidad y en este planeta; porque la guerra sigue aconteciendo, las almas siguen sufriendo; el temor, la impunidad y el miedo siguen siendo establecidos en los pueblos y en las naciones.

Yo los preparo en este desierto, así como su Maestro y Señor se preparó durante cuarenta días para aceptar el Cáliz que el Padre le ofreció y que hoy Yo les ofrezco, en Mi Nombre, para que lo beban sin temor alguno; porque Mi Sangre Preciosa viene a purificarlos, viene a bendecirlos y a reconsagrarlos para las próximas etapas del Plan del Redentor.

Que no pese más en ustedes la agonía de no poder alcanzarme ni sentirme. Yo estoy aquí, como el Sagrado Corazón de Jesús, para recordarles que tienen parte Conmigo en este momento, porque Mi aspiración es que sean Mis apóstoles del fin de los tiempos.

Que este desierto, que hoy los invito a cruzar con coraje y valentía, los fortalezca. Que este desierto que los invito a atravesar, con amor y con fe, los haga crecer interiormente para todo lo que llegará; porque ante el Padre Celestial necesito de almas que justifiquen los errores del mundo y los graves pecados que ultrajan el Corazón de Dios en estos tiempos.

Adórenme en el Divino Sacramento del Altar durante estos días. Que su vigilia en la Adoración se amplíe y se fortalezca, para que el Reino de los Cielos descienda a la Tierra no solo durante la próxima Sagrada Semana, sino también en esta semana preparatoria que con gozo y júbilo vengo a compartir con ustedes de forma extraordinaria, y Nuestro Señor, el Padre Celestial, ha decidido que esta casa bendita y consagrada al Corazón de Mi Madre sea el lugar, el cenáculo y el oratorio para que estos encuentros sucedan, estos encuentros inesperados.

Recuerden a sus Ángeles de la Guarda, ellos están sedientos de sus ofertas al Corazón de Dios, de sus ofertas por la humanidad y por el planeta, para que el Amor, la Paz y la Luz no desaparezcan de la superficie de la Tierra.

Yo los entiendo y también los comprendo, son tiempos desconocidos y difíciles, y a veces sienten que no pueden soportarlos. Pero tengan fe, Yo morí por ustedes para que ustedes pudieran tener vida en Mí.

Los bendigo y les agradezco por acogerme en este lugar, por la simplicidad en cada detalle, por la oferta sincera de los corazones que confían en Mí.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, CON MOTIVO DEL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Delante de lo que sucede en el mundo, Dios está en silencio y, una vez más, Él envía a Su Hijo para ayudar a los que más necesitan y, especialmente, a los que atraviesan las guerras, la esclavitud y el tráfico de personas.

Hoy, su Maestro y Señor se encuentra en los planos internos en esos lugares y se sirve de este potente canal de Luz del Centro Mariano de Figueira para poder llevarles a las almas que más necesitan el consuelo y la paz, el amor y la esperanza, que, entre hermanos de una misma humanidad y planeta, son disueltos a través de las guerras y conflictos.

Vean ahora Mi Corazón Espinado, horriblemente ultrajado por los que son impunes y no aceptan vivir la Ley de Dios, por aquellos que someten a sus hermanos de las naciones y de los pueblos. Yo vengo por todos ellos. Vengo por el último y por el más perdido, porque todos son rescatables para Mi Corazón, aunque en las apariencias parezca imposible.

En este tercer impulso que hoy les traigo, no solo los preparo para la próxima Sagrada Semana, sino también los preparo para asumir con responsabilidad el Plan de Dios, para que sepan que ahora lo más importante es que cada una de sus vidas esté confirmada a Mí, porque ya no tengo recursos para justificar los errores del mundo.

Por eso, necesito de almas decididas y definidas. Necesito de almas que se ofrezcan a ser víctimas de Mi Amor y que no solo se dejen traspasar por Mi Amor, sino también por Mi Voluntad, porque será a través de los pequeños grupos de almas que Su Maestro y Señor llevará adelante Su Retorno al mundo.

Por eso, en este momento, Yo necesito que sean valientes, que asuman Conmigo lo que hay que asumir y soportar. No hablo de algo externo, sino de algo profundo, en donde Su Maestro y Señor trabaja por las almas y por las esencias, por todos aquellos que necesitan de una oportunidad.

Esa debería ser su regla: que trabajen para  Mí, que Me sirvan y que se entreguen a Mi Corazón, para que en este momento agudo del planeta en donde todo está permitido, las almas tengan una oportunidad, así como ustedes la tuvieron Conmigo desde el principio que los convoqué a estar a Mi lado.

Para eso, los invito a ofrecer cada una de sus pruebas, cada uno de sus desiertos, hasta cada una de sus incomodidades, por una sola razón: para que Su Maestro y Señor, ante el Padre Eterno, tenga cómo justificar los graves pecados de la humanidad, para que esta situación del fin de los tiempos no se vuelva incontrolable e insostenible, sino que a través de pequeños grupos de almas, de almas que se postulen a ser víctimas de Mi Amor, una vez más, Yo pueda interceder por el mundo de la misma forma que intercedí hace dos mil años atrás.

Tomen como ejemplo lo que pasó hace dos mil años atrás con la humanidad y en el punto en el que la humanidad se encontraba, no solo desde el punto de vista material, sino también espiritual.

Ahora, la humanidad está en una situación más grave y compleja, y el Espinado Corazón de Su Maestro y Señor necesita de almas valientes y dispuestas a soportar la cruz de este mundo, una cruz invisible, imperceptible y silenciosa, que solo se sostiene por amor, para que los que están condenados y perdidos tengan una última oportunidad.

Por eso, les pedí hasta hace poco tiempo que tuvieran el corazón pronto. Esto no es una poesía, es una afirmación de una consciencia que es responsable en Cristo y por Cristo, de una consciencia que tiene la sabiduría y el discernimiento para darse cuenta de que la humanidad se está precipitando rápidamente y que muchas de las situaciones, que hoy suceden en el mundo y en las naciones, son creadas por la propia humanidad, por aquellos que son impunes y que creen tener el poder por encima de Dios.

Sé que muchos se han preguntado en estos tiempos, ante una guerra como la de Ucrania, ante una guerra como la de Yemen, la guerra de Etiopía o la de la ultrajada Siria, ¿dónde está el Poder de Dios para derrotar a esos hombres impíos?

Aquí, Dios no desafía a nadie, Dios no ostenta nada ante nadie, sino no sería Dios. Es un Padre de Amor y de Misericordia, que a través de estos dos atributos Él traza la Justicia para el mundo en la hora cierta y en el momento oportuno.

Por eso, todo lo que hoy sucede en el mundo algún día terminará. Ustedes, como Mis apóstoles y compañeros confirmados, deben seguir orando con fervor y no permitir que su oración se enfríe o hasta se desvanezca; porque, en este momento, la unión de las almas a través del verbo orante es imprescindible para todo lo que sucederá.

Tengan confianza y fe en todo lo que les estoy diciendo, comprendan que no les puedo decir más que esto, porque la Voluntad de Dios solo es conocida por el propio Dios, por Su propio Hijo y por el Espíritu Santo. Pero si ustedes siguen amando lo desconocido, lo que es inmaterial, desde esos niveles de consciencia llegarán los auxilios que ustedes y sus hermanos necesiten, y les aseguro que ustedes sabrán en dónde estar y qué hacer en el momento cierto.

Este es un tiempo de un dolor crecido y agudizado, de un sufrimiento causado a la humanidad y a los pueblos a través de la impunidad y de la corrupción, que el Padre nunca había visto. Es que el propio Padre Eterno se ha dado cuenta hasta dónde pueden llegar Sus hijos cuando están viciados por el poder y la impunidad.

Pero tengan presente que todas esas situaciones o acciones no pueden ir más allá de lo material, que por encima de todas estas cosas está la Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, de todas Sus Jerarquías Angélicas y Arcangélicas que, en este momento de la humanidad, trabajan de forma incansable en los planos internos para proteger las esencias del mundo entero, a todas las esencias posibles.

¿Ahora comprenden la importancia de su oración en estos tiempos?

La verdadera victoria que alcanzó Cristo en la Cruz no se dio de forma externa, sino interna, y esa victoria se construyó a través del silencio, irradiando la Paz y el Amor para los que lo crucificaron y lo condenaron.

Los invito a amar ese misterio, pero no esperen que ese misterio se revele; vivan ese misterio en sus vidas y ustedes por sí mismos lo develarán, porque aprenderán a amar como Yo amé, aprenderán a perdonar como Yo los he perdonado, y así sabrán curar las heridas más profundas en sí mismos y en sus hermanos.

Hoy, les vengo a decir todo esto porque Mi Padre ha visto que hay almas que habiendo recibido todo de su Maestro y Señor no lo han valorado, le han dado la espalda a su Redentor por sus propias resistencias y miedos y, a pesar de estar a Mi lado hace tanto tiempo, Mi Amor no tocó sus corazones.

¿Quién pagará esta deuda?

Todo lo que viene del Universo no se desperdicia. Aprendan a vivir en la economía espiritual que los lleva a administrar, con sabiduría y entendimiento, los impulsos que vienen de la Jerarquía, impulsos preciosos y determinantes que solo intentan elevar sus conciencias cada día más, para que algún día comprendan y sepan sobre la Voluntad de Dios.

Hoy, Me alegro por estar aquí con los Míos y con los consecuentes, con aquellos que a pesar de sus propias imperfecciones intentan, todos los días, seguir Mis huellas, las huellas de Luz del Redentor, animándose a profundizar en los grados de amor y de entrega, animándose a ser los Cristos del Nuevo Tiempo.

Por eso, más allá de todo lo que sucede en el mundo y que es muy doloroso para Mí como para ustedes, siempre vean la Luz, la Luz de Cristo, más allá de las tinieblas. Sigan esa Luz, tengan como propósito la Luz de Mi Corazón; y, a través de esa concentración en la Luz de Cristo, cierren Conmigo las puertas al mal y lleven a las almas más oscurecidas de este mundo a que vuelvan a encontrar el océano de Mi Misericordia, porque solo a través de la Misericordia el mundo se redimirá.

Este Corazón Espinado de Cristo, que hoy les expongo, ahora es un Corazón Luminoso, un Corazón lleno del Amor de Dios por las almas, un Corazón que cura y que sana, un Corazón que redime, que les trae la paz y el consuelo que cada uno necesita.

Así, anímense a seguir cargando con la cruz por el mundo, anímense a ser valientes y a seguir los pasos que Yo les estoy indicando, porque como les dije, hace un tiempo atrás, harán más cosas que las que Yo hice, cosas más grandes que las que hizo su Maestro y Señor. Por eso, también les digo que deben tener sus corazones prontos para hacer cosas más grandes que las que Yo hice; y cuando las estén viviendo una a una, recordarán lo que hoy les dije.

Es así, que Yo los invito a amar la simplicidad para que este mundo pueda recuperar su inocencia. Yo los invito a amar la pureza para que este mundo pueda recuperar el amor. Yo los invito a adorarme, a reconocerme en los Sacramentos y en el corazón de cada hermano, para que este mundo recupere la esperanza que ha sido condicionada y sepultada por los impunes.

Pero cuando Yo retorne, así como retornaré durante la próxima Sagrada Semana, cada una de sus almas, cada uno de sus espíritus, tendrá la oportunidad y la Gracia de vivir la síntesis Conmigo. Una síntesis espiritual que les recuerde todos los impulsos recibidos de Mi Corazón a través de los tiempos.

Eso los preparará para lo que llegará, y así los podré tener donde los necesito, en diferentes lugares del mundo para transmutar Conmigo, para que las almas se liberen de su esclavitud material y espiritual, y así cuando Yo retorne en Gloria, mostrando Mi verdadera Faz, la Faz del Cristo Solar y Cósmico, todas las almas Me puedan reconocer. 

Porque, en esa hora, les prometo que ya no existirá angustia, pena o desesperación, sino existirá una alegría que brotará de los corazones simples y humildes, de los corazones que perseveraron en Mí y a través de Mí; y Yo los reuniré para darles de comer de Mi Glorificado Cuerpo y para darles de beber de Mi Preciosa Sangre, del Cáliz que señalará la gran hora de la redención planetaria, en la que el mal será retirado y el Reino de Dios volverá a descender a través de Mi Madre Celeste y de todas las Huestes de Luz que celebrarán con la Nueva Raza el surgimiento de una Nueva Humanidad.

Para que puedan comprender físicamente este tercer impulso que hoy les traigo, los invito a celebrar Conmigo la Eucaristía. Y hoy, de manera especial, invitaré a este altar a todas las Madres de la Orden que están aquí presentes, para que se ofrezcan por las madres de la guerra, para que esas madres que sufren los conflictos y las persecuciones tengan la fuerza y la esperanza de seguir adelante.

Celebremos en paz.

A los pies de la destrucción de este mundo, nos ofrecemos como víctimas del Amor de Dios para que Mi Sagrado Corazón triunfe en este planeta y en todas las almas que más necesitan, en esta hora, del consuelo y del perdón. Que así sea.

Así como fue en la noche que reuní a Mis apóstoles para revelarles el Misterio de Mi Amor, hoy reúno a todos los apóstoles del fin de los tiempos ante el preámbulo de esta próxima Sagrada Semana; para que, a través de la institución de la Eucaristía y de la celebración del Misterio del Amor de Dios, todas las almas posibles se preparen para ese importante encuentro Conmigo.

Bendice, Señor, este vino que se convertirá en Mi Sangre. 

Bendice, Señor, esta agua que, en unidad perfecta, bendecirá a las almas.

 

Adonai, Tú que eres Santo,
Amoroso, Poderoso e Invencible,
no mires los horrores de este mundo,
sino la fidelidad de las almas,
de aquellos que a pesar de sus pruebas
e incertidumbres siguen firmes Mi Camino,
el Camino que los lleva hacia Mi Paz,
y que esta celebración Eucarística
sirva de comunión con todas las almas
que siempre Me dicen sí. 

Que esto, Padre, consuele Tu Corazón.
 

Delante de los Universos Celestiales, así como fue en la Última Cena, Padre Amado, vuelvo a tomar el pan para ofrecértelo, a fin de que sea transubstanciado en Mi Cuerpo por los ángeles del Cielo; y así, lo vuelvo a partir, para ofrecerlo a Mis compañeros, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres, para el perdón de los pecados”.

 

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.

Amén.

 

De la misma forma, vuelvo a tomar el Cáliz entre Mis Manos para ofrecerlo al Padre Eterno, a fin de que el vino sea transubstanciado en Mi Sangre; y así, lo vuelvo a ofrecer a Mis compañeros, diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la Nueva y Eterna Alianza, que será derramada por su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía hasta que Yo retorne al mundo”.

 

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén.

 

He aquí Mi Cuerpo y Mi Sangre, felices los que se sirven de este Sacramento y lo ofrecen por aquellos que no lo viven, que no lo adoran y que no lo reconocen, a fin de que Mi Divina Misericordia, insondable e inextinguible, llegue a todas las almas posibles.

Ofrezcamos este Sacramento por las madres de la guerra, para que el espíritu sagrado de la maternidad, concebido por la Sagrada Energía Femenina, se reconstruya y se restablezca, a fin de que todos los hijos de Dios se sientan amados y protegidos por sus madres de la Tierra.

Oremos:

Padre Nuestro, en arameo.

Así como Mi Paz está en este lugar, que esta Paz se expanda y se multiplique en toda la Tierra, para que los mundos internos reconozcan al Cristo Vivo. Que la Paz descienda a la Tierra.

Y los invito a fortalecer su fe así como la fortaleció el centurión romano, porque su propia fe curó a su siervo. Los invito a pensar en esto.

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.

Amén.

Con la alegría de este encuentro y de este reencuentro de las almas postulantes a ser víctimas de Mi Amor, les anunciamos a todos los hermanos del planeta, a todos los devotos del Sagrado Corazón de Jesús, la Comunión Espiritual.

Oremos, así como oró el Ángel de la Paz:

Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra, 
 en reparación por los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido;
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María, 
 os pido la conversión de los pobres pecadores. 

Amén.

He cumplido Mi promesa, sus corazones están prontos a través de los tres impulsos recibidos para vivir una síntesis espiritual Conmigo en la próxima Sagrada Semana. Solo les pido una cosa, nunca dejen de ser valientes por Mí, así aprenderán a superarse y a trascenderse todos los días.

Les agradezco por este recibimiento y este amor interior. Hoy, la Sagrada Figueira vuelve a iluminar al mundo.

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Cerramos este trabajo con Cristo, en silencio y recogimiento. Y nos preparamos para recibir mañana, con mucha alegría, a nuestro amado Instructor San José.

Podemos ir en paz.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mi Luz Espiritual vuelve a resplandecer en el mundo a través de la Luz y del Poder de Mis cinco principales Llagas, transfiguradas durante la Resurrección del Señor.

Estas son las Llagas de Luz que hablan de la entrega del Hijo de Dios por la humanidad. A través de estas cinco Llagas, Yo ilumino a los cinco continentes del planeta, en este momento culminante de la humanidad.

Yo vengo a traerles la Luz de la esperanza, la Luz de la renovación, la Luz de la redención, porque aún muchas almas están a tiempo de volverse hacia Mi Corazón para recibir Mi bendición y Mi Misericordia; porque aún espero el despertar de los Nuevos Cristos, aquellos que darán testimonio de Mi Retorno en los cinco continentes del planeta, aquellos que serán capaces a través del amor del corazón de hablar en muchas lenguas, de comprender muchos símbolos, de dar el ejemplo de su propia cristificación.

Todo este escenario, que hoy les presento, es también parte del preámbulo de Mi esperado Retorno, diría que es el gran preámbulo que antecede a la Sagrada Semana, un preámbulo que se completará en el próximo encuentro de la Divina Misericordia del mes de marzo, así como también en un nuevo encuentro Conmigo a través del Sagrado Llamado.

Hoy, les traigo el primer impulso que antecede a la Sagrada Semana. En la próxima Maratón de la Divina Misericordia, tendrán la oportunidad de recibir Mi segundo impulso espiritual. Y, estos impulsos, se completarán en el Sagrado Llamado del mes de marzo.

Entiendan, a través de este símbolo y de este ejemplo, la trilogía espiritual de los impulsos que Mi Consciencia Superior les traerá para que estén preparados y conscientes de su posición en el Plan de Dios, de su servicio en el Plan de Dios para estos tiempos definitivos.   

Porque cuando Yo llegue, en la Sagrada Semana, durante los ocho días, la humanidad tendrá la última oportunidad de recoger no solo los méritos de Mi Pasión, sino también los méritos del Sagrado Corazón de Jesús y la victoria espiritual que Él alcanzó en todos los planos de consciencia, por medio de Su Nacimiento, de Su Vida Pública, de Su Muerte, de Su Resurrección y de Su Ascensión.

Estos impulsos que hoy les traigo, a partir de este día, se asimilarán durante la próxima Sagrada Semana y, espero que, cada uno de Mis compañeros y de Mis servidores, de Mis seguidores y de los devotos a Mi Sagrado Corazón, tengan consciencia de la importancia de prepararse para la próxima Semana Santa, no solo para revivir los Códigos Crísticos de Mi Pasión, sino también para que sus consciencias y sus almas se abran para vivir completamente la Voluntad de Dios. Porque hoy, quiero decirles, compañeros, que cada uno de ustedes tiene parte Conmigo en esta Obra preparatoria de Mi Retorno.

De la misma forma, todas las Jerarquías que Me acompañan en el universo, así como todas las Jerarquías Angélicas, creadoras y regeneradoras de la vida universal, a partir de hoy, en este día viernes 18 de febrero, están recibiendo los mismos impulsos que ustedes; y es importante que nadie quede atrás sin poder recibirlos y acogerlos, porque así como Mi Consciencia Superior hoy envía ese primer impulso para sus consciencias, de la misma forma Mi Consciencia Superior emite los impulsos superiores para el resto de las Jerarquías y Ángeles, porque todos se están preparando, después de esta próxima Sagrada Semana, para el primer preámbulo de Mi Retorno, el primer paso de Mi Llegada al planeta, aún desconocida e imperceptible para la mayoría.

Pero aquel que tenga fe en su corazón y confianza en Mi Corazón, en Mi Presencia, en Mi Existencia y hasta en Mi Vida, podrá sentir, en lo profundo de su ser y de su espíritu, la Llegada del Redentor. Porque no importará dónde se encuentren o dónde estén, porque Yo ya he pensado absolutamente en todo, en cómo Me iré encontrando gradualmente con los Míos; solo sosténganse en la fe y en la absoluta confianza en ese gran momento del Retorno de Cristo.

Pero aún Yo necesito vivir en sus corazones, de una forma completa y no pasajera. De esa forma, sus corazones estarán prontos para lo que llegará. Aún espero que muchos más Me entreguen su corazón para que Yo pueda obrar y, así, pueda preparar a la humanidad para este gran momento de Mi Llegada, de Mi Retorno al mundo.

Desde ahora, preparen su templo interior, ofrezcan incansablemente sus moradas, para que el Dios Vivo, a través de Su Amadísimo Hijo, pueda llegar y encontrar un lugar en donde poder reposar y, en silencio, prepararse para el Retorno, porque no solo verán venir al Hijo de Dios entre las nubes como lo he prometido.

Ahora es el tiempo de que ustedes puedan ver venir al Hijo de Dios dentro de ustedes y deben tener certeza de esto, porque así sus vidas cambiarán y aquello que aún no se transformó se transformará. Y, así, la redención llegará y sus vidas se cristificarán en la confianza absoluta en Mi Sagrado Corazón.

A través de la Luz de Mis Llagas, les traigo estos impulsos espirituales en este día, porque los necesito conscientes, disponibles y enteros para sostener, Conmigo, los próximos encuentros de las almas con Mi Corazón, especialmente para sostener la próxima Sagrada Semana de forma espiritual e interna.

Esto será fundamental para todo lo que deberé llevar adelante. Ustedes serán los que crearán las condiciones necesarias en los mundos internos, en los mundos invisibles, para todo lo que su Maestro y Señor realizará y anunciará.

Sean conscientes de esto, para que no solo piensen en recibir, sino que todos piensen en colaborar y donarse internamente, y ayudar también de manera material para que la Sagrada Semana sea posible, porque ya es el tiempo de que las necesidades de las Obras de los Mensajeros Divinos sean asumidas por todos y no solo por pocas consciencias.

¿Por qué les digo esto, compañeros?

Porque ustedes fueron llamados a donarse a través de este servicio, a ser colaboradores conscientes, teniendo muy presente que las Gracias no solo vienen del Cielo, sino que más Gracias podrán llegar aún del Cielo a todas las almas posibles si los que están más cerca de Mí y forman parte de esta Obra colaboran conscientemente para que eso sea posible. Sé que la mayoría hace los esfuerzos que son posibles en este momento de tribulación. 

También tienen que tener presente que las aspiraciones de la Jerarquía a través de la manifestación de las Comunidades-Luz son muy importantes, porque serán las bases materiales y espirituales para el Retorno de Cristo. Porque, aunque no parezca cierto, ni en Mi Iglesia extendida por toda la Tierra tengo un lugar seguro para retornar. Solo tengo aún pocas moradas internas para poder retornar y obrar.

Pero la Jerarquía Espiritual, en un momento tan importante como el Retorno de Cristo, desconocido para la mayoría de la humanidad y del planeta, aunque no lo parezca, necesita un lugar físico para poder colocar Sus Pies y, así, llamar a la humanidad desde los cuatro puntos de la Tierra, para reunirse para el Juicio Final. Y ese lugar del Juicio Final no es solo interno, sino también externo. 

¿Cómo creen que la Tierra se curará sin que todos tengan consciencia del Juicio Universal? 

Porque como lo he dicho en las instrucciones desde hace dos mil años atrás, Mi Padre Me ha pedido separar la paja del trigo. Pero, crean que haré todo lo posible y un poco más para que la Infinita Misericordia de Mi Corazón justifique los errores de las almas condenadas, para que sean consideradas en la Gloria Celestial y todas las consciencias posibles se rehabiliten.

Hoy, vengo con un Mensaje más concreto, con un Mensaje más cercano a todos, porque es importante que Mis discípulos, compañeros, servidores y misioneros tengan presente en su consciencia que el Retorno de Cristo no es algo lejano, sino que desde ahora todo el universo, en su contraparte espiritual, mental y material, se está preparando para ese momento, para un momento que el universo nunca vivió ni experimentó. Y ustedes no están lejos de esto, no están exentos de este movimiento, porque son parte de la Creación.

Por eso, debemos rezar para que las Aspiraciones de Cristo se cumplan en este planeta y las almas cada día sean más conscientes del compromiso que tienen Conmigo.

Esto era todo lo que hoy les quería decir y compartir.

Y, antes de retirarme, quisiera responder a otras intenciones, así como lo ha hecho Mi Madre en los últimos días, para que todos tengan la Gracia de comprender y la sabiduría de entender cómo dirigir las intenciones correctamente hacia el Universo. Porque por más que una intención sea simple, pura y verdadera, toda intención abarca muchos planos y consciencias. Por eso, es importante que aprendan a pedir correctamente; siendo conscientes, sabrán cómo dirigir sus intenciones al Cielo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Le presentamos a Nuestro Señor la cesta de las intenciones de los hermanos de la Comunidad Flor de Lys.

 

“Que la humanidad pueda expresar su arquetipo, en profunda comunión con Cristo, por la Gloria del Creador”.

Cristo dijo que esa debería ser la tónica para todos, en este tiempo.

 

“Por la Paz y la Cura en el mundo”.

Para que esto suceda, es importante, dice Cristo, comprender el concepto de pacificador; porque comprendiendo el atributo del pacificador, el servidor es consecuente, disponible e íntegro para manifestar las Leyes de la Cura y esto beneficia a la humanidad.

 

“A Ti, que contemplas el esfuerzo de los que persisten por el camino del bien y de la paz, Te pido humildemente que los fortalezcas en la fe y en el amor, para que sus vidas sean la propia oración que alivia el Corazón de Dios”.

Cristo nos dice que esa debería ser la premisa del discípulo.

 

“Que los seres humanos puedan comprender el valor de los Reinos de la Naturaleza en este planeta, crecer junto con ellos y ser puentes para que ellos estén cada vez más cerca de Dios en su evolución”.

Si desde el principio del planeta, la civilización humana hubiera seguido los Mandamientos de Dios y estos Mandamientos hubieran sido correctamente aplicados, en la sociedad y en toda la vida externa, los Reinos de la Naturaleza no serían el centro de la destrucción de parte del ser humano, sino que todos convivirían en armonía y en paz; porque el ser humano, viviendo los Mandamientos, también comprendería a las leyes de la naturaleza y las respetaría. 

Hoy, en el mundo, sucede lo contrario y, cada vez más, la humanidad se aparta de la Ley, ignorando completamente las leyes de la naturaleza. Eso promueve una agitación de los elementos y hasta del clima, sobrecargando la atmósfera psíquica del planeta, abriendo puertas inciertas donde no deberían abrirse y atrayendo hacia el ser humano efectos irreparables.

 

“Que la oscuridad se disuelva en todas las criaturas”.

Cristo dijo que para que la oscuridad se disuelva en todas las criaturas, las criaturas deberían preguntarse todos los días si quieren estar en la oscuridad o en la Luz y la llave es hacerse esta pregunta a sí mismo: 

¿Quiero estar cerca de Dios o estar conmigo mismo? Aquí está la respuesta.

 

“Que pueda aprender a ver a Tus hijos por la ventana de Tus Ojos”.

Y eso, dice Cristo que es posible a través de la resignación. No es una resignación forzada ni tampoco impulsiva, es una resignación que provee los grados de Amor, de aquel o aquella que verdaderamente entiende que todos somos miserables y que precisamos del Amor, del Amor de Dios para poder curarnos. Esa sería la visión correcta de los que conviven en fraternidad.

 

“Coloca en tus brazos a Tu hijo Andrés, dale otra oportunidad”.

Esa oportunidad hoy le es concedida a Andrés, con la premisa de saber que no hay otra, porque el tiempo se está acabando para todos. Esto no es una advertencia, es una realidad. Significa saber valorar las oportunidades para no perderlas, significa saber ser humilde para aprender a escuchar, para aprender a ver y, así, reconocer las señales del Cielo.

 

Les dejo Mi Paz, para que siempre recuerden buscar Mi Paz en estos tiempos de transición.

Yo les agradezco por tener la valentía de escucharme y de acoger Mis impulsos transformadores, para que sus consciencias siempre se eleven.

Hoy, los unjo con la Luz de Mis Llagas y así los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hasta el próximo impulso en el mes de marzo.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Inspiramos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (en latín).
Saludamos al Rey del Universo.

Ardientemente deseaba que llegara este día porque el triunfo y la victoria de Mi Corazón están próximos y nada lo impedirá.

Felices los que confían en Mi Palabra. Dichosos los que la siguen. Bienaventurados los que la cumplen, porque Cielo y Tierra pasarán pero Mi Palabra quedará en la memoria de Mis elegidos.

Este es el tiempo de darlo todo por Mí. Es como dije en el pasado: los quiero fríos o calientes. Lejos de Mí los tibios de corazón porque en los tibios no se construye Mi Obra.

En los tibios Mi Obra no evoluciona. Es en los guerreros que construyo Mi Verdad y es en ellos en los que dejo Mi Mensaje, en quienes Mi Llama se expresa, en los que Mi Amor penetra y transforma todo lo corrupto. Por eso, deseé que este día llegara y que estuvieran exhaustos y cansados para poder representar y vivir lo que Yo viví por ustedes en el momento culminante de Mi Agonía, en la que la soledad abundaba y la fortaleza, a pesar de la oscuridad, estaba en Dios.

Sé que no es fácil vivir lo que Yo les pido, por eso respeto cada uno de sus tiempos. Pero me corresponde, como su Maestro y Señor observarlos y contemplarlos para que aprendan a seguir Mi Camino, para que no pierdan de vista Mi Propósito, que va más allá de lo material y de lo espiritual. Propósito del cual todos ustedes forman parte. Propósito en el que todos fueron congregados para cumplirlo y para vivirlo en estos tiempos por una meta mayor y ampliamente desconocida.

Lo que Yo necesito de ustedes es algo más que material y podría decir, algo más que espiritual. Necesito que profundicen en esta existencia que está dentro de ustedes para que el mundo, día a día, siga aprendiendo a salir de la mediocridad, de la indiferencia, y de todo lo que omite la Verdad de Mi Corazón. Esa omisión que viene de los hombres por estar ciegos en la ilusión y por no haber escuchado, ni siquiera una vez, todo lo que Yo dije en los últimos tiempos.

Aún espero la redención de estos hombres y la colaboración de las almas que más allá de sus posibilidades, de su sacrificio o de su entrega estén dispuestos a sufrir por Mí.

Pero Yo no les traigo el sufrimiento de la Cruz, ni la más pequeña de las células de su cuerpo lo soportaría. Porque lo que Yo viví por ustedes fue muy grande y aún no fue relatado en ningún libro sagrado. Llegará ese tiempo en el que diré toda la verdad.

Deseaba que, en esta noche, los abiertos de corazón fueran preparados para el próximo encuentro Conmigo, que será una Sagrada Semana determinante, en la que muchas definiciones se darán, pasos se concretarán y muchos determinarán lo que harán de sus vidas a partir de esos impulsos de luz que vendrán de Mi Corazón.

Todo lo que hoy les digo, compañeros, es para animarlos a seguir adelante, es para animarlos a arder en el amor por Mí, en un amor que es capaz de hacer cualquier cosa, bajo cualquier circunstancia o situación, en un amor que vive en el silencio la aspiración de encontrarme día a día, y de algún día ver Mi Sagrada Faz.

Si hoy ese amor no los compenetra por lo que viven o por aquello que están aprendiendo o sufriendo, ¿qué están haciendo aquí?

Necesito de una verdad real y sincera, necesito que sus corazones se rasguen por Mí y que sus almas se entreguen por Mí, día a día.

Mi Cruz tuvo un peso incalculable, un valor aún no valorado, una entrega aún no conocida. Que sea Mi Cruz su aliento, su fortaleza y su aspiración. Y cuando sientan el peso de su cruz, sientan que estarán en Mi Verdad, y Mi Espíritu soplará en ustedes y los inspiraré en la Sagrada Palabra, les daré la respuesta y alcanzarán la meta.

No todos están preparados para vivir lo que Yo necesito. Pero si lo pido, compañeros, es porque es posible y solo algo dentro de ustedes lo podría impedir. Pero quien se entrega a Mis Pies se entrega a Dios, a Su Voluntad y a Su Propósito. Y esa entrega no tiene precio, no tiene medida ni tampoco condición porque es una entrega que dona el corazón de cada ser que se aferra a Cristo.

Hoy es un día especial, pero también decisivo porque todas las almas que escuchan Mi llamado, después de estos últimos tiempos, es la primera vez que están ante dos caminos para poder escoger y esa respuesta surgirá desde adentro de ustedes.

Por eso los contemplo. Por eso rezo. Por eso adoro a Mi Padre celestial para que Su profunda e infinita Sabiduría esté en ustedes, en su interior y en sus esencias al momento de decidir, de confirmarse o de definir otro camino.

En este momento, ante su decisión espiritual y universal, Yo no puedo intervenir. Mi Padre y Mi Madre los hizo libres de espíritu, de acción y de palabra.

Como antes de entregarme a la Cruz, de ser martirizado y humillado por los que fueron curados y sanados por Mí antes de que Mi Sangre fuera derramada, y aunque hasta los tiempos de hoy no es reconocida, fue en ese tiempo y en esa hora en los que también los apóstoles vivieron su gran definición para su próxima etapa.

Mis discípulos deben cruzar ese umbral y aprender a atravesarlo, así como Yo lo atravesé por ustedes cuando el Padre me presentó el Cáliz y Yo le dije: “Hágase Tu Voluntad”.

Este es el Cáliz que hoy Yo les estoy ofreciendo. Más allá de sus posibilidades, de sus limitaciones o de sus pruebas.

Este es el Cáliz que testimonió por ustedes el Amor derramado en cada gota de Sangre, como en el Agua preciosa que brotó de Mi Costado.

Este es el Cáliz que testimonió el descenso de la Misericordia, de la piedad, de la compasión y de la redención en la humanidad.

Este es el Cáliz que Yo les ofrezco para que el mundo no se destruya, para que los continentes no sufran, para que las guerras acaben, y para que los enemigos y los anticristos sean derrotados por Mi Luz, la Luz que proviene del Amor de Mi Corazón.

Les advierto y los llamo a la conscientización. Todo lo que Me ofrecen de verdad Yo lo reconozco, por más simple y pequeño que parezca, por más silencioso que sea, aunque sea entre ustedes y Yo y nadie más; todo es reconocido, contemplado y aceptado por Mi Corazón.

Es allí, en esta pequeña oferta, en la que encontrarán fuerza, ímpetu y determinación. Es allí, en lo pequeño y en lo simple, pero verdadero que encontrarán la llave del amor que transformará su ser y toda su consciencia en lo que aún tanto espero, según Mis Proyectos.

Guarden estas Palabras como algo que no se repetirá jamás. El Señor del Universo también tiene su tiempo para decir las cosas porque eso los prepara y los desvía del peligro, de la perdición, del engaño que pueda propagar Mi adversario.

Pero, Yo pisaré su cabeza y colocaré Mi Espada. Transfiguraré su esencia y todas las esencias del mal. Y Mi Reino Celestial descenderá en los cuatro puntos de la Tierra, la gran Estrella Madre llegará y los Maestros descenderán para regenerar y curar a la Tierra, y así surgirá la Nueva Humanidad.

Ofrezcan este momento de decisión a los Altares de Dios. Él está atento a la voz de sus súplicas, así como Él estuvo atento en Fátima por medio del corazón de Mi Madre Celestial. Estamos en un momento semejante a ese, más allá de su materia o de sus cuerpos, de su mente o de su intelecto, más allá del espíritu, del alma o de la esencia.

Ofrezcan a Dios este momento de decisión. Esto permitirá que Mi Obra se expanda en el mundo y siga triunfando Mi Amor por encima de la adversidad en los corazones que se congregan para vivir Mi Hermandad.

Nos ponemos de pie.

"Señor del Universo, Padre-Madre Creador participa de la Comunión con Tus hijos en este sagrado momento de definición en donde Tus Puertas se abren y las almas claman por Tu Amor. Enciende en ellas Tu Confianza, el don de Tu Sabiduría, la infinita Compasión de Tu Corazón, para que todos los Cristos del Nuevo Tiempo despierten y participen de la victoria de Mi Reino en la humanidad. Amén".

Incienso.

Invocaremos ahora al Padre Celestial, a Su Nombre Sagrado Adonai, para que Su Sabiduría descienda al planeta y a todos los que participan de la Comunión con Su Espíritu.

Canción: Adonai.

Inspiramos.

Padre, convierte este elemento en Mi Cuerpo para que las almas se alimenten de la esencia de Tu Espíritu y del Universo, de Tu Verdad.

En aquel tiempo elevé el pan para que el Padre lo bendijera y Él entregándome Su Gracia, Yo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.

Padre, convierte este elemento en Mi Divina Sangre, para que las almas beban de la esencia de la redención por medio del Poder infinito del Amor.

En aquel tiempo también elevé el Cáliz; el Padre lo bendijo y Me entregó Su Misericordia para que fuera derramada en toda la Tierra por medio de Mi Sangre hasta lo más alto de la Cruz.

En aquel tiempo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por todos los hombres para el perdón de los pecados”.

Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Bienaventurados los misericordiosos porque vivirán en la Misericordia de Dios. Amén.

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

Quien viva en Mi Palabra, vive en Mi Amor. Yo les enseñé a amarse, los unos a los otros, más allá de los defectos o de las diferencias. Que este Amor se difunda en el mundo, el Amor Crístico de Mi Corazón, en todos los pacificadores, en todos los misioneros y colaboradores de la Obra de Dios.

Que la Paz de Dios esté en sus corazones y que Él siempre los haga partícipes de Su Paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En fraternidad y amor, agradecimiento y júbilo, se darán el saludo de la paz.

¡Les agradezco!

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 6, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

 

Oración: "Padre Celestial".

Cuando vean a su Maestro mostrar las Llagas de Sus Manos, de Sus Pies y de Su Costado, despertando en ellas la Luz de Dios, es señal que un nuevo misterio está siendo revelado para el mundo.

Cuando vean a Sus ángeles rodeando al Santo Señor, en la contemplación de Su divino Sacrificio por toda la humanidad, es señal que algo importante está por suceder.

Cuando vean detrás de su Señor, en lo más alto del universo, la presencia del Padre Celestial y del Espíritu Santo, es señal que algo importante está por suceder.

Y esto importante es lo que ha traído el misterio de Mi Cruz, hace más de dos mil años, en donde la preciosa Sangre se vertió sobre el mundo y el Agua divina se derramó de la Llaga principal de su Señor.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Los consagrados que están aquí, ¿pueden acercarse, por favor?

El Señor los está llamando para revivir el misterio de Su Cruz, porque es importante que sus corazones comprendan que la victoria de Cristo no fue algo solamente humano, sino también profundamente universal.

 

Y ustedes, que hoy prepararon este sepulcro para Mí, sepan que de él haré resucitar a la humanidad, que se ha perdido del camino de Dios, por las tinieblas.

De este sepulcro nacerán los Nuevos Cristos y así resucitarán las consciencias, para que puedan vivir el llamado de Dios, cumpliendo así Su Divina Voluntad en estos tiempos de crisis.

Quiero ahora, que cada una de las nuevas santas mujeres, que Me auxilian en la Divina Misericordia, encienda una vela para su Señor y así podré dar continuidad a la revelación universal, que hoy les traigo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Sol, Janisa, Aylén y Nadia, subirán aquí y estarán al lado del sepulcro, a pedido de Nuestro Señor.

 

Yo llamo a las ovejas por su nombre, para que puedan alimentarse espiritualmente de las vibraciones más sutiles de su Señor.

En aquel tiempo Me comprometí con las santas mujeres, para revelarles interiormente los misterios de Mi Pasión y las victorias universales de la Cruz.

Dejen entonces que Mi Luz penetre en lo más profundo de las células, para que despierten las células crísticas, que los renovarán y los harán dignos hijos de Dios.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cantemos: "Adoramos" por algunas veces.

Ahora, aquellos que puedan colocarán sus manos en señal de irradiación.

Nuestro Señor, en este momento, está mostrando Sus cinco principales Llagas: las de Sus Manos, las de Sus Pies y la de Su Costado. Y las cinco Llagas brillan más que un sol, mientras los ángeles lo rodean.

Está descendiendo un ángel mayor, quien le entrega a Nuestro Señor un pergamino, que ahora Él, está leyendo.

 

Él dice:

Esta es la revelación sobre Mi Divinidad; desde donde provengo y hacia donde fui, después de Mi Ascensión. Todo esto es posible por la exposición de Mis cinco principales Llagas.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Ahora, los ángeles están orando:

¡Oh!, Señor Jesús,
resucita nuestra vida espiritual,

redime nuestro corazón,
eleva nuestro ser ante Dios.
Amén.

 

Podemos, ahora unir nuestras manos en señal de oración, aquellos que puedan, o de lo contrario colocar la mano izquierda sobre el cardíaco

 

Esta revelación fue escrita por los ángeles del universo, guiados por San Gabriel Arcángel.

Tres días después de Mi Ascensión, cuando Me elevé a la Casa de Mi Padre, a pedido del Único, por intercesión del Arcángel Gabriel, Sus huestes celestiales se reunieron en el universo, para dejar plasmado en este universo material y en todos sus éteres, la revelación sobre Mi Divinidad y Origen, de la cual, hoy contaré solamente una parte, porque la segunda parte será conocida cuando Yo retorne al mundo y Me vean venir entre las nubes, con el poder de la Gloria de Dios y de todos Sus ejércitos angélicos.

Yo provengo de una Fuente desconocida, llamada por los seres materiales “Fuente Primordial”. Nací y surgí como el segundo aspecto de la Santísima Trinidad. Y Mi Espíritu, por Obra y Gracia de Dios, descendió a un sol más radiante que este, que los alumbra todos los días, desde el amanecer hasta el atardecer.

Este sol es el centro de muchos universos, de muchas constelaciones, planetas y estrellas. Allí reposó por primera vez, la Divinidad del Hijo de Dios.

Por las manos de los arcángeles, en una sagrada Fuente solar, más radiante que el oro rubí, Mi Consciencia fue preparada como una sublime Esfera de Luz, que penetraría las dimensiones y los universos, hasta llegar a encarnar en la Tierra y nacer en el sagrado pesebre de Belén.

Pero antes de llegar al mundo, los tenebrosos ya sabían Quién era Yo. Sus planes temblaron y sus reinos fueron derrotados, porque era la Misericordia misma, que en Su Sagrada Divinidad, estaba naciendo y surgiendo en el Corazón del Universo.

Sutiles consciencias presenciaron, así como todas las criaturas celestes, el surgimiento de la Divinidad de Cristo, que por primera vez se materializaba dentro de este universo material, para despertar el Amor superior en todas las consciencias.

Concéntrense. No permitan que el enemigo abunde en las mentes. Quien contempla Mis cinco Llagas mientras escucha Mis Palabras, no se desconcentrará, porque estará en el propósito y en la vibración correcta para recibir lo que tiene que recibir y así, no perder todo lo que hoy traigo, para una humanidad en tinieblas.

Soy sincero con sus corazones, para que puedan crecer en la verdad y no perder las oportunidades que hoy les traigo, con el objetivo y la misión de aliviar su propia cruz, a través de Mi Divinidad Crística, desconocida por el mundo y por toda Mi Iglesia.

Es así como Yo les enseño que Jesús dejó de ser un hombre después de haber vivido la Cruz y de haber resucitado, entregando la expiación al mundo. Su Cuerpo, Mente y Alma se tornaron divinos para dar continuidad al Plan de salvación universal.

Fue esta Esencia que surgió desde ese sagrado Sol, la que atravesó los universos y los planos de consciencia hasta llegar a este planeta, para traer nuevamente la Fuente de Dios, que toda la raza en el tiempo pasado, había perdido.

Para que esta Divinidad estuviera aquí, Dios tuvo que sacrificar Su segunda Persona. Y en una universal humillación, volverse pequeño, humilde y simple, entre los más simples.

¿Ahora comprenden, compañeros, con Quién están conversando y a Quién están escuchando, aunque todos los días parezca lo mismo?

Mi Divinidad viene a cambiar el punto de sus consciencias, para liberarlos del engaño diario y para que así ingresen en la verdadera fuente de sus corazones, en donde Yo aspiro a estar todo el tiempo.

Hoy, es esta Esencia, esta Divinidad Solar, la que se muestra al mundo por segunda vez, después de haber encarnado en Belén, para traer la Luz al mundo y la Redención de la humanidad.

Hoy, no todos pueden ver esta Divinidad, pero sí pueden coligarse con Ella a través de sus esencias, en donde se guardan los verdaderos secretos de la historia de su evolución y de su despertar. Quiero servirme de esas esencias crísticas, que en estos tiempos son atormentadas por su personalidad; son flageladas por sus pensamientos; son crucificadas por sus acciones.

Dejen nacer, ahora y siempre, su verdadera esencia solar. Esto fue lo que Yo vine a encender hace dos mil años atrás, en todos Mis apóstoles y en las santas mujeres, con la ayuda de Mi amada Madre, Quien se comprometió a los pies de la Cruz, a ser guardiana de la fe de todas esas esencias, hasta el fin de los días.

Dejen nacer a su verdadero Ser interior. Él espera ser morada del Corazón de Cristo.

No pierdan tiempo. No se confundan. Ya no juzguen. Sean uno en Mí y Yo, hasta el fin de los tiempos, podré ser Uno en ustedes, en sublime hermandad.

Dios llora en este tiempo, en Su profundo silencio, al ver tantas esencias solares perdidas, que buscan el amor en lo exterior; que satisfacen sus necesidades en la superficialidad de las cosas; que no encuentran sentido ni salida, ni tampoco ninguna cura para sus consciencias.

¿Qué esperan, soldados Míos?

Esta, Mi Divinidad Crística, que estuvo entre ustedes por treinta y tres años, retornó a la Casa de Su Padre para terminar de concretar las Obras de la Santísima Trinidad, después del triunfo de Mi Corazón en la Cruz.

Hoy les traigo esta Comunión con Mi Divinidad, porque llegará un tiempo en que solo podrán estar en comunión perpetua con Mi Divinidad eterna. Ese será el refugio no solo para sus almas, sino también para sus consciencias y sus cuerpos. Ese refugio divino que hoy les ofrezco, es fuente de reparación y de prodigios en las consciencias que se rinden y se despojan de sí, para que habite en ellas el Supremo Rey.

Contemplen Mis cinco Llagas. Sírvanse del Manantial de Mi Corazón, para que todo resucite como era en el principio de esta Creación.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Por la Bendita Llaga
que marcamos en el Costado
de Nuestro Señor Jesús
de donde brotó la Fuente Insondable de Misericordia
para el mundo entero,
Adonai, Padre Eterno,
reconcílianos con Tu Glorioso Reino.
Amén.

Acepten en silencio, los sufrimientos que hoy les imparto y háganlo por Mí, por la salvación de la humanidad y de los Reinos de la Naturaleza.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Las cruces.

 

Hoy, Mi Cruz se reparte en muchas consciencias del planeta, que se animan a aliviar Mi Corazón agonizante, para que así, todo el planeta sea restaurado; para que el planeta sea restaurado en esta hora aguda de la Tierra. La cruz representa la liberación interior de todos los atavismos de los seres humanos, de todos los que aceptan vivir esta entrega, por el surgimiento de una Nueva Humanidad.

Hoy también dejen posando sobre Mi Pecho su cruz espiritual, para que sea aliviada por el Amor de su Señor.

¡Cuántas cruces vive el mundo! ¡Cuántos sufrimientos viven las almas inocentes! ¡Cuántas guerras son generadas! ¡Cuántos conflictos son realizados! ¡Cuánto amor falta en los corazones endurecidos, que no aceptan Mi Divina Misericordia!

¿Por qué les he pedido colocar las cruces sobre este simbólico sepulcro? Porque estas cruces, que también carga su Señor, deben repartirse amorosamente entre Sus discípulos y seguidores.

Hoy, esta es Mi invitación para ustedes: que salgan de sí, para que Yo pueda estar en ustedes, compartiendo las cruces de la humanidad.

¡Cuántas razas y pueblos viven su cruz! ¡Cuántas culturas y tribus son diezmadas! ¡Cuántos niños son explotados! ¡Cuántos pequeños aún son abortados! ¡Cuántos padres están solitarios, sin tener a un niño en sus brazos, mientras muchos son retirados de los vientres de sus madres! ¡Cuántos enfermos agonizan en este Viernes Santo!

Así, Yo digo para Mi hijo Miguel que estoy con él, cargando su cruz hasta que Mi Amor venza.

¡Cuántos moribundos están en las calles de este mundo! ¡Cuántos ancianos son lastimados! ¡Cuánto sufre el Reino Mineral, en su más perpetuo silencio! ¡Cuántas piedras preciosas son retiradas de las montañas que son explotadas! ¡Cuántos vegetales son cortados y nadie lo percibe! ¡Cuántos animales son ultrajados, tanto en la tierra, como en los océanos! ¡Cuántos de ellos son comidos y no existe compasión por el sufrimiento de esos semejantes! ¡Cuántos devas son retirados de las grandes florestas del mundo! ¡Cuánta maldad se ha hecho a la Creación, después de tanto Amor expresado por el Padre! Y ni siquiera después de haber encarnado Su Hijo y de haber muerto en la Cruz, han terminado los males en el mundo.

¿Ahora comprenden por qué tantas esencias solares se pierden?

Llegó el tiempo de la gran fraternidad, de la unidad entre los corazones, entre las culturas y pueblos. Los simples reerguirán a la nueva humanidad, después de tantas catástrofes vividas.

Les doy la esencia de Mi Misericordia, para aliviar estas pesadas cruces del mundo.

Les dejo esta reflexión para que oren por ella y que, aún más, las puertas a Mi Divina Misericordia se abran para la humanidad.

Que así sea.

Mientras Me elevo al Universo, por Mi dolorosa Pasión, ofrezcan a Dios sus voces, invocando a Adonai, Su Espíritu Santo y Su Misericordia.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Canten con toda la fuerza del corazón y del alma, para que la Tierra sea repoblada de nuevos códigos crísticos.

Que así sea.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

¡Gracias Señor por cuánto nos das!

En este encuentro, te honramos Señor.

 

 

Aparición de Cristo Jesús durante el Sagrado Llamado, en el Centro Mariano de Figueira, transmitido al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

He venido entre las nubes del Cielo a traer la buena nueva.

Dichosos de aquellos que se prepararán para estar los siete días Conmigo, reviviendo Mi Pasión, trayendo para sí los nuevos códigos, los que transformarán sus vidas para siempre.

Los códigos que Yo traeré para este ciclo, no son los mismos que Yo les he traído en tiempos anteriores.

Vendré con los códigos que iluminarán sus células; porque serán las células las que primero se prepararán para lo que ha de venir al mundo.

Vengo con la buena nueva de traerles más esperanza, para que sus espíritus se aquieten y perciban las frecuencias del Cosmos, las que Mis Rayos traerán desde el Universo hacia la Tierra durante los siete días.

Hago silencio entre las palabras, para que escuchen con atención lo que les digo.

Mis Palabras no pueden sonar solamente en sus mentes, deben vibrar en sus corazones para que la profecía se cumpla.

Ustedes son parte de esa profecía, de la profecía de Juan sobre el resurgimiento de Cristo, de su venida gloriosa al mundo.

Por ahora compañeros, puedo mostrarme a ustedes en Divinidad, pues Mi Cuerpo aún es Glorificado y Mi Consciencia total también lo es.

Es hasta que ustedes alcancen nuevas vibraciones, que Yo Me mostraré al mundo en Divinidad. Hasta que no alcancen la trascendencia de las energías terrestres, vendré en Divinidad a hablarles, para después mostrarme en gloria a todos.

Así como Yo ascendí a los Cielos, así Yo regresaré, al sonar las siete trompetas de los ángeles, los que anunciarán los siete nuevos ciclos que vivirá esta humanidad en sus cinco continentes.

Serán las nuevas tribus de Israel, las que serán llamadas por el sonar de las trompetas; por eso lo que hoy viven es una preparación, la antesala a un gran acontecimiento.

Por eso, aprovechen, beban de la Fuente que hoy Yo les traigo para que sus corazones, en el momento más crucial de Tierra, no sean indiferentes ante todo lo que sucederá; pero sí, que asuman todos los acontecimientos humanos y de este planeta, que se desarrollarán en estos nuevos siete ciclos.

La Sagrada Semana será una preparación interior para todos. Un portal se reabrirá, así como en cada Sagrada Semana anterior. Pero este portal será diferente a los anteriores. Ustedes tendrán la chance de poder vivificar Mi Espíritu, de sentir nuevas cosas que antes no sentían, de vivir nuevos aprendizajes que nunca antes vivieron, de dar pasos seguros que nunca antes se animaron a dar.

Estas son todas las posibilidades que hoy les traigo, para aquellos que son dichosos y preparan sus corazones para la Sagrada Semana.

Las revelaciones de estos tiempos son parte del despertar de la consciencia. Nada quedará oculto, todos tendrán la posibilidad de saberlo todo, dentro y fuera de los seres, en la humanidad y en el planeta.

Estamos en el tiempo de la antesala de la venida de Cristo.

Yo Soy aquella Consciencia que está resurgiendo en estos tiempos, y que está escrita en los libros proféticos de los sabios.

Toda la humanidad podrá saber que Yo estoy aquí, y aunque Mi Iglesia se movilice, no teman, porque si su Señor no fue aceptado en el templo de Jerusalén, ¿ustedes creen que serán aceptados?

Yo vengo a construir las bases de Mi Iglesia Espiritual en las almas.

Yo vengo a resucitar lo que está muerto en los seres, vengo a encender en los seres lo que se está apagando.

Todas estas son las ofertas que hoy les traigo. No permitan que la chispa de su amor por Mi se apague. A pesar de lo que suceda, sean valientes.

El Reino de Dios se aproxima.

Yo les traigo Mi Corazón sincero, para que tan simplemente lo puedan sentir.

Hoy llamaré a un grupo de mujeres que Me ha servido en otros tiempos, así como tendré la oportunidad durante la Sagrada Semana de llamar a muchas almas más a Mi encuentro, para que reciban los tesoros que Yo les quiero entregar con tanto Amor; tesoros inmateriales e invisibles, que harán las almas jubilosas, porque podrán estar a través de ese tesoro que Yo les entregaré, en la Sagrada Gloria de Dios, y serán consideradas por el Padre, posibles almas misericordiosas.

Es por eso que necesito, compañeros, que despierten definitivamente a esos dones, porque el mundo y la humanidad lo necesitan.

Cada impulso que Yo les traigo es definitivo, es la oportunidad de dar un gran paso, y de animarse a cruzar los abismos, para poder encontrar el Océano de Mi Misericordia.

Aún espero que puedan entrar a ese Océano para que Yo los pueda transformar, y convertirlos en Mis soldados valientes que no tendrán miedo de proclamar Mi Palabra, de anunciar Mi nuevo evangelio por medio de las instrucciones que Yo les he traído en estos tiempos. Solo son palabras de salvación y de amor.

Es esa luz la que Yo necesito que distribuyan en el mundo. Por eso siempre los enviaré en misión, para que el sufrimiento se alivie y sus corazones despierten al servicio incondicional dentro del Plan de Dios.

Mientras les hablo, les dejo muchas llaves, para que puedan penetrar Mi Mensaje, ser parte de Mi Mensaje, y vivirlo en estos tiempos finales, porque así tan simplemente Me ayudarán a realizar la Obra de Mi Redención.

Vengo a enseñarles a través de Mi Amor, a que puedan resucitar a lo imposible, que puedan traer para sus vidas las misericordias que han perdido.

Este es el manantial que Yo les ofrezco.

Por eso estoy enviando de dos en dos a Mis soldados; porque necesito, compañeros, que repartan y compartan la misericordia que han recibido de Mi Corazón para todos los corazones del mundo que naufragan en sus sufrimientos, que no encuentran la salida, ni tampoco la paz.

Ustedes fueron merecedores de Mi Paz, y ¿qué harán con la paz que Yo les he entregado?

Sean portadores de ese legado, por muchas almas en el mundo que no lo tienen.

Cuando estén a punto de abandonar Mi Obra, recuerden estas palabras, recobren fuerzas internas, y sigan adelante, sin mirar atrás, solo observando el horizonte de amor que Yo les traigo y así, las fuerzas del mal serán derrotadas, porque el propio mal se come a sí mismo al no conocer el poder del Amor de Dios.

Ustedes son chispas de ese amor invencible, crean en eso y nunca perecerán.

Contemplen a Mi alrededor el universo interior. Eso es lo que Yo busco de ustedes todo el tiempo, para poder fundar las bases de Mi Obra en el mundo.

Será a través de su universo interior que Mi Obra se realizará en la humanidad.

No vengo a hacerlos materialistas de Mi Plan, sino seres espiritualizados bajo el Amor de Dios y de Su infinita Misericordia.

Nuevamente vengo a abrir las puertas para los que las tienen cerradas.

Vengo a traerles el bálsamo de Mi Amor, porque será la llama que los confortará para los tiempos de oscuridad en toda la Tierra.

La Sagrada Semana es el refugio para Mis soldados, es el maná que vendrá del Cielo para impulsar a las consciencias a llevar adelante el estandarte de la paz que hoy entrego para cada uno.

A través del Sacramento de la Comunión, se establece la unión de las almas con Dios, el Cielo y la Tierra, como una sola consciencia, a través del ejercicio adorador de los ángeles.

Muéstrenme el pan y el vino, para que se conviertan en Mi Cuerpo y en Mi Sangre, divinos códigos de rehabilitación para las consciencias.

Fray Elías: Cantamos “Cristo Tú el amor”, suavemente

Hoy las consagro, a ellas, a Mis hijas, como Mis primeras auxiliadoras de Mis ceremonias sacramentales.

Como siervas de Mi Misericordia, a través de su donación, construyen los altares para Mi Obra en el mundo.

Quiero que sean las primeras siervas de Mi Misericordia, porque ustedes serán las que testimoniarán que durante este tiempo, Yo estuve entre ustedes, para darles a conocer el poder de Mi Amor y de Mi Gracia.

Siervas Mías, sean consoladoras de Mi Pasión. Prepárense para servirme durante la Sagrada Semana, así como las mujeres Santas Me sirvieron en el Sepulcro y hasta los pies de la Cruz.

Sean como María Magdalena, que con sus lágrimas lavó Mis Pies, y Yo la atraje hacia Mi Misericordia.

Sean semejantes a María Magdalena, sean las nuevas Marías, para esta próxima Sagrada Semana.

Quiero que estén alrededor de su Rey, contemplando el amor que Yo tengo por ustedes, por cada pequeño paso que han dado en esta manifestación de la ceremonia de Mi Corazón.

Consagro así estos elementos, que entre sus manos serán señales para una nueva vida.

Hoy ante ustedes, siervas Mías, están siendo testigos del último legado que entrego para la humanidad.

De sus labios deben salir divinas palabras de alabanza y oración; de sus corazones debe irradiarse el amor consolador para su Doloroso Rey, que sufre la indiferencia del mundo en su más silenciosa agonía.

Las consagro como auxiliadoras de Mi Divina Misericordia; como las primeras mujeres, de su Glorioso Rey, que darán ejemplo para todas las demás que serán llamadas internamente por la concreción de la ceremonia divina en cada nuevo altar.

Hoy Dios les trae este mérito, para que sean repartidos muchos méritos más, en las nuevas santas mujeres que Yo llamaré por su nombre.

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Quiero escuchar de sus labios, el cántico “Corazón Sincero”, para que sean semejantes a Mí, en cada nuevo detalle.

Les agradezco por servirme, que la paz sea en ustedes. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En alegría reúno a estos jóvenes en representación de muchos más en el mundo, en donde Mi Llama Cristica se enciende para llamar a los autoconvocados, para que en esta hora crucial los soldados se agrupen y formen las primeras filas, declarando así para toda la humanidad Mi Retorno al mundo.

Quiero que sustenten la antorcha, el Fuego Sublime de Mi Sagrado Corazón.

Quiero que lleven Mi estandarte junto a las legiones de los ángeles y de los arcángeles.

Es así, queridos jóvenes, que Yo los bautizo con Mi Espíritu, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Mi Corazón se glorifica, porque sus vidas glorifican Mi Nombre, el Nombre Santo que le ha dado Dios al Hijo de toda la Creación, y Aquel que proviene de la Fuente sublime, desde donde brotan todas las Gracias y Misericordias para todos los seres de la Tierra, especialmente para Mis discípulos que hoy inician esta caminata hacia la transformación de sus vidas y consciencias, por todos los jóvenes que hieren Mi Sagrado Corazón, que está lleno de Misericordia por todos los jóvenes que deben resucitar sus espíritus por medio de la unión interna con Mi Obra Redentora para estos tiempos.

Es así que hoy decreto y declaro: en la juventud está el nuevo futuro, la aproximación de la Nueva Jerusalén, de la Tierra prometida, de la gran Consciencia espiritual y cósmica, que hará, después de la purificación de la Tierra, surgir a los espíritus que formarán la Nueva Humanidad, que volverán a sembrar la Tierra con los códigos de Mi Sangre y de Mi Agua alcanzados durante la Pasión, la Crucifixión y la Muerte.

Es así que hoy los consagro. Consagro sus vidas a la Gloria de Mi Sagrado Corazón. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Con la señal redentora de la Cruz, se extirpan los errores cometidos, y las puertas se abren para que las consciencias se eleven y encuentren en los caminos internos Mi Presencia Celestial, y escuchen en sus almas el llamado del Redentor, que los llama a formar parte de la gran celebración de esta Cena, la gran y última Cena, que anunciará la venida del Rey del Universo a toda la humanidad.

Los Coros Celestiales ya tocan las trompetas, y los espíritus que han venido de diferentes partes del Cosmos, se congregan en los cinco continentes para despertar en su interior el gran Sol que existe y que alumbra todos los tiempos, por el impulso de Mi Esencia Cristica de la renovación, de la transfiguración y la transubstanciación de todos los códigos, y a partir de hoy en ustedes, queridos jóvenes, se iluminan por Mi Presencia.

Yo los inicio en una nueva etapa colmada por el mayor Amor del Universo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

No retrocedan jamás a lo que Yo les he pedido. Mas abran sus ojos para sentir en este lugar, en lo profundo de sus corazones, Mi Consciencia Divina.

Vengo así a abrir un nuevo ciclo en este Centro de Amor, cerrando las puertas a los ciclos que ya pasaron y preparando en sus consciencias nuevos patrones de vida que serán muy necesarios para la vida planetaria, para toda esta raza que aún duerme.

Hoy dedico este  Sagrado Llamado a toda la juventud del planeta que aún no se ha animado a cruzar el umbral de Mi Sagrado Corazón, para ser renovados por Mi Espíritu e iluminados por Mi Presencia, que es la Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Alégrense y ya no teman. Los mil años de paz se cumplirán, pero será imprescindible que la Tierra y la humanidad se purifiquen completamente. 

Cuando sus  corazones, mentes y cuerpo sufran, sumérjanse en Mi Divina Misericordia, porque aún Mi Manantial está abierto para aquellos que tienen sed de la Luz divina del Padre, del Amor del Hijo y de la Sabiduría del Espíritu Santo.

Hoy los estoy sacramentando a cada uno de los presentes para prepararlos para Mi esperada “Sagrada Semana” que será única,  irrepetible y consciente para todos.

Como en los pueblos del pasado, anuncien al mundo que el Sagrado Señor del Amor está llegando en la esperada Semana Santa, para anunciar de nuevo Su Evangelio. Aquel que transforma las cosas imposibles, y que, de época en época, los libera de la perdición.

Es así que el Señor y Rey del Universo, en Su infinita humildad no vendrá solo a este encuentro. Él prepara el Cosmos, la Tierra y la consciencia humana para ese momento. 

Bienaventurados los que creen, aún sin haber visto. Ya son merecedores de la Nueva Tierra.

Hoy el Reino de Dios se aproxima, para ayudar a la consciencia planetaria y a todos los que se purifican dentro y fuera de sus seres, para que conciban en cada una de sus vidas Mi Llama Cristica, que es la luz que alumbrará sus caminos en los tiempos de tribulación.

Hoy serán ungidos por el Sagrado Hijo, bajo la unidad con el Padre y el Espíritu Santo. 

Aceite para consagrar.

Si hoy los consagro a ustedes, estoy consagrando a la humanidad para que ella pueda participar de la Nueva Tierra, de la nueva Alianza del hombre y Dios, de la consciencia evolucionada con el Infinito, el amor existente en cada uno de ustedes, unido al Padre Celestial.

Hoy cantan los coros y las alabanzas en el Reino de Dios, en el Paraíso; elevan la promesa de que los autoconvocados sean el signo visible para los no redimidos, viviendo en sí su redención.

No pierdan Mis Palabras. Coloquen la atención en lo que les estoy diciendo. La Divinidad economiza todo lo que dice, pues los tiempos son urgentes y las almas deben definirse para poder encontrar la paz, la paz eterna.


Fray Elías del Sagrado Corazón: A pedido de nuestro Señor Jesucristo, vamos a escuchar Pater Noster.


Que el Señor derrame aquí Su Gracia, para que el alma, la mente y el cuerpo sean ungidos por la Santísima Trinidad, que en sagrada triangulación desciende sobre los Centros de Luz para que las almas vivifiquen su despertar y su unión con el Divino Propósito, hasta que la paz se establezca.

¡Alabados sean los altares del Creador! ¡Que las almas se exalten de alegría, que los espíritus se regocijen, porque han escuchado al Redentor, el Hijo de la Creación, el Hijo del Todopoderoso, el Hijo del hombre y de la vida!

¡Que los discípulos se alegren y sus familiares se regocijen, porque han escuchado a los ángeles de Dios, cumpliendo la promesa de la anunciación de sus espíritus a la evolución de la Vida Divina!

Que después de esta vida terrenal sus almas Me encuentren en el Reino de Dios para alabar eternamente al Padre, junto a los ángeles y arcángeles declarando ¡Aleluya! ¡Gloria en las alturas, paz en la Tierra a todos los seres de buena voluntad y aquellos que forman parte de los ejércitos de luz, del Retorno del Cristo!

¡Que así sea! En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y el Espíritu Santo,
Os adoro profundamente y os ofrezco
el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra
y en reparación por los ultrajes, sacrilegios
e indiferencias con que Él es ofendido,
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.

Amén.


13 campanadas.

 

¡Gracias Señor, por cuánto nos das!

¡En este encuentro te honramos Señor!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

SHALOM ARSHOLAM ABBUN MEA
DOMATOSH LAJMA
SHEKINAH MED SHOLAM MAJDA
SURUMAJMA ABUHIAM
SARMUTAK ERJMA TUBIMO
MAJMASH EMMANUEL. AMIN

Padre Santo de la paz
Tu Nombre, que es bendito y puro me salvará.
En Tu Reino de Paz adoraré Tu Arca,
en Tu sublime Luz comprenderé Tus sagrados misterios.
Te alabaré Emmanuel por toda la eternidad.
Amén.

 

Quien vive en Mí, vive en los ángeles, que decretan todo el tiempo poderosas afirmaciones para la vida inmaterial.

Elevados sean los altares sobre sus seres, para que estos participen de la Resurrección del Señor.

Que las Palabras Sagradas sean guardadas en sus corazones y que sus mundos internos resplandezcan por Mi Luz, para que las vertientes del mal sean cerradas hacia los corazones de la Tierra.

Revivirán Conmigo estas Santas Palabras, pero no podrán llevarlas. Si así lo hicieran, estarán fuera de la Ley, porque lo que Yo vengo a reconstruir en este séptimo día de Gloria y Resurrección, es concretar la elevación de sus espíritus y consciencias de todo el planeta, para que vivan el Plan y él se cumpla en todas las criaturas.

Este decreto es una cura para sus corazones. Es una respuesta a su llamado interior y a su oferta durante estos días. Háganlo en reverencia y en unión a Mi Corazón, para que Mi Propósito no se borre de sus células y que nunca olviden, compañeros, que donde Yo los he colocado en esta vida y en esta consciencia grupal, es porque tienen un propósito, del cual una parte nunca comprenderán.

Repitamos en adoración y de rodillas para los que puedan, sin someter los cuerpos al esfuerzo; porque lo que vibra en sus vidas son los corazones y no los movimientos. Así glorificarán a Mi Padre en este día de Gloria ante los doce coros que hoy he traído a Mi Encuentro para ustedes y el mundo.

Este es un decreto que fue transmitido por los ángeles serafines de Universo ultraterrestre, antes de la llegada de Cristo.

Fray Elías del Sagrado Corazón:

A pedido de Cristo vamos a repetir palabra por palabra, primero el decreto y después repetiremos el significado.

 

SHALOM ARSHOLAM ABBUN MEA
DOMATOSH LAJMA
SHEKINAH MEDSHOLAM MAJDA
SURUMAJMA ABUHIAM
SARMUTAK ERJMA TUBIMO
MAJMASH EMMANUEL. AMIN

Padre Santo de la Paz
Tu Nombre que es bendito y puro
me salvará en Tu Reino de Paz.
Adoraré Tu Arca, en Tu sublime Luz
Comprenderé Tus Sagrados Misterios
Te alabaré Emmanuel por toda la eternidad.
Amén
(tres veces)

 

Siete campanadas...

Compañeros, pueden sentarse.

Ahora, compañeros, nunca pierdan lo que Yo he dejado para ustedes a través de este Sagrado Decreto, que los une con el Cielo y la Tierra, con los ángeles y los arcángeles, que adoran la redención del Hijo de Dios para el mundo entero y para toda la humanidad.

Los doce coros celestiales tienen misiones importantes para el mundo y para todas las almas de la Tierra.

Son los mismos que Me han ayudado a concretar el proyecto de redención en el pasado y a través de los tiempos y de todos los íconos que Yo he revelado al mundo a través de los siglos.

El ícono más inmaculado desde el principio de la Tierra es el Arca de la Santa Alianza. Es la síntesis que guarda todos los Misterios de Dios revelados en sus pergaminos internos, donde los Padres Creadores y Sus ángeles ayudantes han escrito la historia de la humanidad, la misma que se guarda como espejo en aquellos recintos sagrados del mundo, donde aún no han salido a la luz en su mayoría, solo algunos y para algunos.

Que el conocimiento sagrado de los patriarcas, de los profetas y de su propio Maestro, con la intercesión de todos los ángeles y de los doce coros, sea sagrado en sus vidas, ennoblezca sus corazones y no sus mentes, porque en verdad les digo, compañeros, que las cosas en la Tierra sucederán pero Mis Palabras permanecerán en aquellos que hayan sido consecuentes Conmigo y con los tesoros del Cielo, que fueron siendo fecundados por la Sagrada Familia desde los principios de sus encarnaciones en la Tierra, como consciencias de luz y al servicio del Plan del Altísimo.

Alegren sus corazones porque tienen que estar limpios de toda mancha, para que estos códigos de la Divinidad ingresen en sus consciencias y en consecuencia, en todo el mundo.

Esa es la tarea de todos los que oran a Mi Corazón y a los Corazones Sagrados de San José y de María. Esa es la tarea de las columnas que acompañan los grupos de oración en sus diferentes regiones del mundo.

Sus espíritus, compañeros, deben ser esos Discos Sagrados que guardan los códigos y las informaciones de la Alteza Mayor, de la Divinidad Suprema y del Infinito.

Será ese Conocimiento Sagrado, el que en reverencia y amor podrá llegar a aquellos que lo necesiten y podrá despertar a todos los que duermen en el sueño de la ilusión y del engaño.

Este Decreto que han repetido ante Mi Nombre Santo, forma parte de la Santa Alianza.

Lo he dado a conocer para ustedes como un voto de confianza y como respuesta a su dedicación. Graben estas vibraciones y palabras en sus corazones, más allá de sus memorias, porque les digo compañeros, que serán sus espíritus los que se elevarán al Reino de Mi Padre y no sus cuerpos y así podrán entrar en la moradas que Yo ya he preparado, después de Mi Ascensión; moradas eternas en el Universo, que siempre les irradiarán la paz.

Pregunto para ustedes, compañeros, en solemnidad y en júbilo: ¿Desean repetir el Decreto ante Mi Padre?

Si sus decisiones y acciones fueran como este "sí", el mundo estaría a salvo.

Glorifiquen a sus ángeles de la Guarda por tanta misericordia que ellos les entregan.

Y ahora recemos en Mi Gloria, para Adonai.

 

 

SHALOM ARSHOLAM ABBUN MEA
DOMATOSH LAJMA
SHEKINAH MED SHOLAM MAJDA
SURUMAJMA ABUHIAM
SARMUTAK ERJMA TUBIMO
MAJMASH EMMANUEL. AMIN
(tres veces)
 

Para que este decreto, compañeros, pueda ser realizado por todos, él deberá ser cantado como una melodía, para que así lo aprendan correctamente en un próximo encuentro. Y esperaré, que esas palabras sagradas del arca de la Santa Alianza estén vivas para la próxima Sagrada Semana.

Compañeros, ¿ustedes desean que Yo vuelva aquí, por una semana más, en el próximo año?

¡Sí!

Fray Elías del Sagrado Corazón:

El Maestro está sonriendo.
 

No solo vendré por ustedes sino también por los que Me necesitan, porque sé que es importante para las almas y el fortalecimiento de la fe en los corazones.

Pero se comprometerán Conmigo, compañeros, a que aquí en el próximo año seamos dos mil, como fue en el Monte de las Bienaventuranzas.

Tendrán un año para trabajar en esa invitación; una invitación que no deberá ser forzada sino trabajada por su oración y su persistencia a Mi Corazón Sagrado.

Así podré decir, para el próximo año, que Mi tarea en gran parte estará cumplida con ustedes y que así pondrán al servicio sus talentos para los tiempos finales; el talento de su oración, de su caridad, de su servicio, de su confianza en Dios y de su hermandad con todos los semejantes, sin diferencias, ni juicios.

Para eso espero, compañeros, que para el próximo año las bases del Auditorio de la Misericordia estén siendo fundadas en el suelo de Aurora.

Me trasladaré en Gloria hacia aquí nuevamente para bendecirlos y llevarlos a todos a Mi Corazón.

Aurora les ofrece esta Gracia de estar aquí presente por un año más.

Cuando pase tan solo un tiempo, este auditorio será pequeño para Mi Obra. Pero Aurora abrirá sus puertas para recibirlos a todos así como esta casa lo ha hecho en honra a Mi Corazón.

Quisiera que vinieran aquí los coordinadores de los grupos de oración, para que lleven una señal para sus hermanos, que ahora les entregaré.

Que en este día de Gloria, todos los elementos sagrados sean bendecidos y santificados por los ángeles del Cielo y los doce coros.

El agua que los bendice y les sacia la sed.

El aceite que los cura y los sana.

La Sangre que los diviniza.

El Cuerpo vivo que se hace cuerpo en ustedes; el Cuerpo de Luz y de Verdad.

Esta es la Sangre que se guarda como Luz en el Arca Sagrada. Dichosos de aquellos que beben de Mi Gloria.

Beban y oren Conmigo, para que el Padre siempre los conforte en la unidad de Su Espíritu con Su Hijo y con el Espíritu Santo.

Beban y sientan Mi Paz, Mi Fuerza invencible que los reúne como rebaño alrededor del Cenáculo de su Señor. Sientan la confianza de lo que reciben y multipliquen estos códigos por donde vayan, en unión a Mi Espíritu y a la Voluntad máxima que se cumple en aquellos que corresponden a Dios y a Su legado.

Abracen esta llama de Mi Sangre, que los enciende y sientan en sus caminos la realización de Mi Voluntad, por aquellos que más necesitan volver a encender sus caminos en Mis caminos.

Beban y retiren dentro de ustedes aquello que los perturba.

Glorifíquense todos los días en la oración con sus hermanos.

Ustedes pueden ser chispas de Mi Luz, cada vez que se encuentren Conmigo en la adoración y en la oración.

Ustedes pueden ser vertientes de Mi Misericordia y así Yo los purifico de todo mal.

Podrán caminar a Mi lado en confianza, perseverando en todos los desafíos que el Señor les presenta, para poder redimensionar sus vidas al propósito del amor y de la verdad.

Sientan en este Misterio, que es infinito, la manifestación de Mi Amor por cada uno de Mis seguidores y de Mis discípulos.

Preciosa Sangre es vertida en los corazones fieles, que beben en unión a todas las almas que necesitan de la paz.

En esta obra que Yo realizo se encuentra un propósito para todos, que descubrirán y entenderán cuando Yo ya no esté aquí, hasta Mi retorno al mundo.

Que sus grupos sean esa luz que el mundo necesita para estos tiempos y que se disipen todas las dificultades, para que siempre renazca el Amor de Mi Corazón entre ustedes, hasta que Yo vuelva a buscarlos en la hora indicada. Hay muchos que dependen de ustedes para dar los pasos hacia Mi Corazón.

Santificado seas Padre, por cuanto Tú das a las almas; por cuantos remedios entregas a los que te escuchan; por cuanta confianza Tú emanas a los que te sienten; por cuanto Tú cultivas en los que te buscan.

Sagrada ceremonia de amor, Yo infundo para todos, con el fin de que se cumplan Mis designios en los que aguardan Mi llegada.

Beban en confianza y renueven sus votos a Mi Corazón, porque nunca Él los abandonará. Mi Luz es más fuerte que todas las tinieblas y Mi Corazón se regocija en los que comprenden Mis proyectos y doy la paz para los que más necesitan.

Con Mi Sangre puedo lavar todo un ser y unificarlo a Mí, para que se cumpla Mi Voluntad en los que Me siguen.

Beban del fruto que Yo les entrego.

Y ahora Yo los dejaré ungidos para su fortaleza, en el Nombre de la Santísima Trinidad y de todos los ángeles custodios que acompañan esta ceremonia, por las almas que se unen a Mí.

Nunca Me olvido de aquellos que Me lo piden.

Padre Nuestro... (en arameo)

Yo los bendigo y los guardo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Y ahora en la elevación que vivo con los ángeles del cielo, su Padre escuchará “Pacificadores” y que ese canto sea realizado como una sola voz por la humanidad.

Los aguardo y los espero para la próxima Sagrada Semana de 2017.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Por la lanza que traspasó el Corazón de Jesús
y derramó Misericordia para el mundo,
perdónanos Señor. 
(x 6)

 

Estoy en silencio, así como lo estuve en el Sepulcro, contemplando al mundo.

Quisiera ver el fruto de la trayectoria de estos días, y Mi Corazón se ennoblece por encontrarlo en los más simples y en los abiertos de corazón, porque aún Mis Llagas están abiertas y se muestran a ustedes en este día: Mis Llagas de Luz y de Misericordia.

Beban de la Fuente correcta que Yo les ofrezco y no beban de lo que ustedes más gustan, sino de lo que Dios ha preparado para ustedes.

Hoy estoy en el silencio de Mi Espíritu, hablándole a sus mundos internos, porque es en donde las verdaderas cosas se construyen.

Por eso, hoy estoy aquí, en el silencio de Mi Sepulcro, preparándome para resucitar, en el día de mañana, en aquellos que supieron ofrecerme lo mejor desde su interior.

Ya no tiraré de las cuerdas de los ingratos para que se salven. Si caen de Mi barca deberán aprender a nadar porque todo les fue dado, y eso es irrefutable. Mis tesoros no pueden caer en manos impuras, ni injustas.

Yo vengo a entregarles algo, compañeros, que servirá para la próxima vida. Pero algunos de ustedes aún no Me entienden, no viven Mi deseo y menos Mi Voluntad.

Creen seguir Mis pasos, pero no lo hacen. Ya no se engañen, abran sus ojos a la Luz que Yo les traigo, la Luz de la Verdad y de la transformación.

Si Yo Me ofrecí por ustedes, quisiera que ustedes se ofrecieran por Mí, verdaderamente y sin mentiras. Porque podrán mentir a sus semejantes, pero a Mi Padre no, y menos a Mi Corazón que se dona a ustedes por completo.

Quisiera en verdad, compañeros, que abandonaran sus abismos mezquinos, en donde solo pierden el tiempo por sus propias ideas. Yo no vengo a activar el poder de su pensamiento ni de su decisión. Yo vengo a despertar Cristos del Nuevo Tiempo en corazones que acepten Mis designios, así como Yo los escribo en sus espíritus.

Ya no podré esperar, compañeros, para que puedan cambiar. No serán sus hermanos que los quitarán del camino, sino sus propias decisiones y sus propios caminos que, a veces, no son los Míos.

Hoy vengo nuevamente a mostrarles la Llaga de Mi Costado, el último y gran sacrificio que Yo viví por ustedes, aun cuando estaba muerto en la Cruz. Si Yo Me dejé martirizar y flagelar por los injustos, ¿será compañeros, que habrán aprendido la lección de Mi Amor por todo el mundo?

No quisiera, compañeros, que después de esta Sagrada Semana vivieran en los mismos caminos de sus voluntades. Todo lo que Yo les he entregado en estos últimos días ha sido una preparación para este momento, más aun para aquellos que se consagraron a Mí e hicieron votos ante Mi Corazón, que a veces no los cumplen.

Pero hoy no vengo a darles Mi Justicia, porque no la soportarían. El mundo siempre busca su propia derrota y el hombre de superficie así lo hace.

Ustedes son igual que los Apóstoles del pasado, los que tuvieron que enfrentar su propio destierro, su propia ignorancia y falta de fe. Pero Dios mora en todos los corazones que lo siguen, pero no en los corazones que son soberbios y creen vivir en Dios. Dios no se restringe a almas injustas. ¿Cómo el Corazón de Dios puede estar en un corazón cerrado, cuando está ciego y no quiere ver lo que el Universo le muestra?

Para ser Mi discípulo no deben existir preferencias ni dudas, sino confianza, obediencia y amor. Si no viven en el amor compañeros, no podrán soportar la purificación, y en eso nadie tendrá la culpa, porque la Ley como es arriba es abajo, y Ella responde, así como ustedes responden, a la vida material.

Quisiera que sus corazones reflexionaran con el Mío, sin olvidarse de lo que Yo les digo, con tanto Amor.

No quiero que observen sus miserias con desprecio, sino que las destierren con amor y voluntad, al menos por Mí. No puedo construir Mi Obra en columnas frágiles y tibias. Les he dado todos los materiales para que su columna sea fuerte y victoriosa.

Les he dado a los Padres Creadores para que los conocieran por Su Faz oculta y profunda.

Les he dado a Mi Madre para que los consolara y los guiara en el camino de la fe y de la obediencia. Cada uno sabrá, compañeros, que es lo que no está haciendo bien aún.

Yo no vengo a desenmascararlos ni hacerlos sentir pecadores.

Yo vengo a mostrarles lo que en verdad es y la urgencia de que sus corazones sean cristalinos y menos falsos. Pero aún, Mi Corazón derrama Sus prodigios sobre los injustos, porque Mi aspiración es muy grande por cada uno de ellos, algo que nunca comprenderían en esta vida.

Yo les traje con amor durante todo este tiempo, el Reino de los Cielos para que sus vidas se levantaran del suelo, así como han caído tantas veces. Pero ya no es hora de juzgar. Les dije una vez que se quitaran la paja del ojo y no del de sus hermanos.

Nadie es perfecto en este tiempo ni en esta vieja humanidad, sino en la próxima que vivirán la resplandescencia de Mi Espíritu para aquellos que hayan dado el "sí" total a Mi llamado y no a su voluntad.

Así, como hoy Yo les enseño, compañeros, les he enseñado a Mis apóstoles la verdadera transparencia de las cosas y de los caminos. No quisiera que salieran de aquí pensando que está todo bien. Verdaderamente, compañeros, es hora de enfrentar lo que se debe enfrentar y no de ser tibios ante esos acontecimientos.

Quisiera hoy, de esta forma, que vivieran esta comunión Conmigo, porque así como los amo también los instruyo para que no se engañen nunca más. Si no aceptan lo que Yo les digo, porque sé que no lo aceptan, no podrán amar Mi Corazón. Pero Mi infinita Misericordia permite revelar estas cosas para que sus corazones maduren en consciencia y en amor.

A los doce Yo les pedí todo, y a ustedes compañeros, y todos los que Me escuchan, también les pido todo ¿Cómo pensarán que se reunirán los 144.000 si aún no aceptan Mi convocatoria? Yo los escogí para este momento y no pueden negarlo.

Pero sus pies son tan libres de caminar, así como sus corazones de sentir, meditar  y reflexionar. No quisiera que hoy se afligieran, sino que sintieran todo con más neutralidad para poder crecer, verdaderamente, sin emociones.

Yo vengo a pedir algo muy exigente de cada uno, sobre todo de los que se han consagrado y que por la Misericordia de Mi Madre hoy están aquí de nuevo, para no olvidar Mi Camino y para no olvidar en el camino que Yo los coloqué en unidad con sus semejantes.

Como una muestra de Mi Amor los volveré a bendecir en el Nombre de la Santísima Trinidad, para que sus consciencias se abran a lo nuevo y al camino que Yo los invito a recorrer todos los días.

Cuántas ofrendas han dejado aquí en Mi Altar para agradarme. Que eso siempre enriquezca sus espíritus en unión a Mi Corazón.

Yo purifico todas las cosas cuando los corazones se abren para recibirme. Yo consagro lo imposible y transformo lo imperfecto. Yo enciendo en los corazones la luz que siempre estuvo a oscuras.

En el nombre del Cielo y de la Tierra, pido a Dios por su salvación y la salvación de la humanidad. Que a través de este ejemplo vivo del Cuerpo y la Sangre de Mi Corazón, las almas encuentren la Paz.

Hoy daré Mi Santo Cuerpo a los que se esfuerzan Conmigo.

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Los hermanos de la TV pudieran venir aquí. Abel y Anita también.

No pierdan la conexión Conmigo, estoy presente.

(Oración del Ángel de la Paz)

(Padre Nuestro en Arameo)

Y por el poder del Amor y de la Verdad, compañeros, Yo los bendigo a ustedes y al mundo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y ahora pueden ir en Paz siguiendo Mis caminos.

Canción: "Em Teu Olhar"

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Contemplen Mi Gloria. Cuando Yo estoy presente todo es perfecto y nada hiere.

Hoy, les ofrezco nuevamente la cruz del mundo para que la carguen Conmigo en esta Sagrada Semana que se aproxima; porque después de tantas Gracias todo ya es diferente y nada puede ser igual.

Hoy, están aquí por Mi Misericordia, que es la Misericordia de Dios; la que los ha reunido a través de Mí y alrededor de Mí, para honrarme.

Hoy, estoy con ustedes y estoy con el mundo, con las necesidades de cada corazón y de cada alma, sin dejar de atender  las peticiones de Mi Padre, para que se haga Su Voluntad.

Hoy, les muestro las llagas de Mis Manos para que las veneren durante toda esta próxima semana, donde daré señales precisas para estos tiempos finales, para que las almas continúen en Mi camino y en ascensión a Mi Sagrado Corazón.

Yo sé que es difícil vivir el caos del mundo, el caos de las almas y de las consciencias que se resisten purificar. Pero no puedo hacer más nada.

Sus corazones y el corazón de sus hermanos debe estar abierto para que Yo pueda obrar y así ayudarlos hasta el final. Porque es la Voluntad de Mi Padre que vivan en Mi Gracia y es el sentimiento de Mi Corazón que se regocijen en Mí todos los días de la vida, para que así conozcan Mi Voluntad, que es invisible ante sus ojos y perceptible para la intuición de los puros.

Yo necesito alcanzar en ustedes la santa humildad, la pacificación, la entrega y la mansedumbre. Pero sé que todo es por grados. Deben alcanzarlo a través del esfuerzo y de la dedicación que viven por Mí Corazón y por la Voluntad de Mi Padre que está en el Universo y que siempre los contempla con mucha compasión. Porque si de Él no brotara la compasión por ustedes y por las almas del mundo, ya no habría humanidad.

La tónica de estos tiempos es la intercesión de los Sagrados Corazones, de María, de San José y de Mi Corazón, de lo contrario nada sería posible, compañeros.

No vengo aquí para traerles decepciones sino la verdad; verdad que deben amar todos los días para poder alcanzarla y para que sus corazones sean cristalinos al igual que el Mío, sin soberbia, sin negación, sin indiferencia.

Deben persistir como Yo persistí por ustedes en la Cruz.

Deben madurar en el amor, como Yo entregué el Amor de Dios por ustedes en cada etapa de la Pasión, así como Mi Madre entregó el Amor por cada uno de Sus hijos que negaban y rechazaban al Rey del Universo.

Necesito que en esta Sagrada Semana, sus corazones vivan en humildad Mi Pasión. Que sientan Mi Pasión como la gran victoria y como la gran promesa para aquellos que aún no han despertado y que se separan de Dios día a día.

Necesito, compañeros, que a través de esta Sagrada Semana vivan Mi Pasión, para que sus almas confirmen que Yo estoy aquí presente todavía acompañándolos, así como también Yo acompaño a aquellos que más necesitan en esta hora aguda del mundo.

Necesito, compañeros, que en esta Sagrada Semana no solo vean Mi sacrificio, sino la victoria del Arcángel Miguel a través de Mi Corazón y de Mi Consciencia, que en el momento más culminante dejó Mi Ser para que Yo Me cristificara, así como en estos tiempos Yo los invito a vivir la cristificación del corazón a través de la entrega y de la oración perpetua.

Si no hubieran almas como ustedes en el mundo, así como hay otras almas que aman Mi Corazón insondable y misericordioso, Yo ya no estaría aquí y eso no sería una negación porque no tendría dónde derramar Mi Gracia y Mi Misericordia sobre aquellos que la claman de verdad por sus hermanos y por toda la humanidad, como por los Reinos menores creados por Dios, vuestro Señor, vuestro Padre Eterno.

Así Yo necesito, compañeros, que en esta Sagrada Semana, multipliquen Mi Misericordia por todos los lugares donde vayan y que ella se multiplique aún más cuando se retiren de aquí, de este Centro sagrado, después de haber recibido Mi impulso espiritual de amor y de compasión.

No necesito que se martiricen con Mi Pasión. Hubieron mujeres santas en el pasado que vivieron eso por Mí a través de los tiempos y sobre todo al lado de Mi Cruz, junto a María, Mi Madre.

Yo los invito, compañeros, en esa Sagrada Semana a ser santas consciencias que veneran Mi Sagrado Corazón a través de la Pasión y de la cruz y de cada paso que Yo di por ustedes desde la última Cena hasta Mi resurrección.

En esos pasos que hoy Yo les encomiendo meditar día a día, encontrarán la fortaleza para estos tiempos, la fuerza interior para superar sus problemas, la disipación de todas las dudas y de la falta de confianza al Corazón del Creador.

Necesito, compañeros, que revivan Mi Pasión por aquellos que no lo hacen y sobre todo por aquellos que nunca lo hicieron y que menos Me conocen en las diferentes partes del mundo, por vivir su propia idolatría.

Eso pesa para Mi Corazón, porque Yo vengo con Mi Gracia para todas las almas, para todos los que a pesar de todo continúan en Mi camino, como es en el día de hoy ante Mi presencia.

Así verán, compañeros, cómo es la Misericordia de Mi Corazón, cómo es el sustento y el apoyo que Yo puedo dar para sus espíritus cuando confían en Mí y lo decretan.

Yo no solo les traigo la revelación de Mi Gracia sino también la presencia de Mi Gloria celestial alcanzada después de Mi ascensión al Universo, a las moradas de Dios.

Necesito que se purifiquen en Mi confianza y que acepten la tarea que Yo, con tanto Amor, les he encomendado para estos tiempos desde el principio de sus nacimientos.

Así como Mi Corazón infinito agradeció el apoyo de Mi Santa Madre durante la Pasión y desde el principio de Mi vida en este mundo por cada uno de ustedes, así espero, compañeros, que  ustedes agradezcan a sus madres por su existencia y presencia en este momento tan especial Conmigo. ¿Qué sería de ustedes sin sus madres?

Aunque sus madres no parezcan lo que ustedes desean, ellas son el modelo perfecto de la transformación para sus corazones y vidas. No podrán seguir caminando en Mi sendero sin antes recordar a sus madres por todo lo que han dado, aunque hayan sido errores, pruebas o conflictos.

Dios, a través de sus madres, quería quebrar sus corazones endurecidos para que sintieran el verdadero amor que nace de la maternidad de todas las santas mujeres que conciben ante la Creación y dan a luz, como Mi Madre dio a luz por cada uno de ustedes.

Necesito que amen la fuerza maternal y que no la rechacen, porque en la fuerza maternal se encuentra la salida a las posibles dificultades del camino.

Entre Mi Pasión para esta Sagrada Semana y el espíritu de la maternidad, encontrarán dos grandes puertas para alcanzar también el perdón y la reconciliación entre sus seres queridos.

No necesito, compañeros, que juzguen sino que amen lo que Dios les entregó a través de sus madres y también de sus madres espirituales que Yo he colocado en el camino, para trabajar el sendero de  perfección y de santidad en ustedes.

Descubran en el misterio de Mi Pasión y de la maternidad el camino para la conversión y para dar los pasos en la simplicidad del espíritu y del alma que se dona al Padre celestial, abriendo su corazón y comprendiendo todas las cosas que llegan a la escuela del aprendizaje.

Les dejo en esta noche, compañeros, el símbolo de las llagas de Mis Manos, de las Manos que se donaron por ustedes, de las Manos que curaron, que sanaron, que multiplicaron los panes y los peces, de las Manos que derramaron gracias y prodigios, que resucitaron a los muertos, de las Manos que hicieron levantar a los paralíticos, que curaron a los ciegos y que redimieron a los corazones endurecidos por su propia voluntad.

Estas son Mis Manos, las Manos de Dios a través de Su Hijo amado, que nuevamente para esta Sagrada Semana se donan a ustedes y al mundo para santificarlo por la efusión del Espíritu.

Que sus manos imiten Mis manos. Que sus seres se donen en confianza y sin resistencia, porque Yo conozco, compañeros, la pasión de cada corazón, la pasión interior, los miedos y las incertidumbres.

Espero que en cada uno ustedes y de sus hermanos, Yo pueda hacer brotar lo que vengo a buscar hace tanto tiempo y después de tantas veces y de tantos intentos.

Ahora, compañeros, que saben todas estas cosas, anímense a dar el paso y a no retroceder, porque Mis pies caminan descalzos frente a los suyos, marcándoles el camino hacia la paz y la transformación.

Un pedido más para los que escuchan Mi voz. Quisiera verlos arreglados y limpios todos los días para recibirme. Así como Yo mandé a bañar a los pozos de Betsaida, de Samaria a los enfermos para que se purificaran, Yo los invito a prepararse todos los días para el encuentro Conmigo a las tres de la tarde, en armonía y orden, interior y exterior. No necesito que se embellezcan por Mí, sino que comprendan y sientan la importancia de la ceremonia en cada detalle, porque eso forma parte a la Ley de la Jerarquía.

Y ahora, compañeros, en esta víspera de preparación que sus  corazones ya pulsen y sientan la Sagrada Semana latiendo en su interior como una llama viva que se moldea y se prepara para recibirme en confianza.

Y la síntesis de toda esta Sagrada Semana que viviremos por una humanidad enferma, separada e indiferente; por aquellos que no pueden vivir esto Conmigo y que aún no lo conocen, les recuerdo el misterio infinito del sacramento de la Comunión, del pan hecho carne de Cristo y de la Sangre preciosa del Maestro como fuentes de salvación y conversión para las almas que comulgan en la fe con la divinidad de Mi Espíritu ante el Padre Universal.

En gloria a Dios por esta gracia concedida para realizar la Sagrada Semana aquí, y en espera de todo el Cielo, que su colaboración sea eficiente para los próximos encuentros en esta orden material de la obra de la Jerarquía.

Espero que Mis Gracias no caigan en vano, sino que sean la multiplicación permanente del servicio y de la donación por esta obra redentora y corredentora junto a Mi Madre y San José.

Espero que sus corazones, compañeros, despierten a la importancia de la colaboración en este proyecto de los Mensajeros Divinos en este plano material. Eso definirá después de esta Sagrada Semana la continuidad de ese proyecto sagrado de conversión y de paz para el mundo.

Que cada uno cumpla con su parte para que así se manifieste la Voluntad de Dios.

Mi último pedido, compañeros: recen por los corazones que se cerraron. Deseo ver en estas cuentas la persistencia de los consagrados. Que cada cuenta que oren represente la oportunidad y la gracia para una nueva alma que debe ser rescatada por la trinidad de los sagrados corazones.

En este sacramento, compañeros, Yo les dejo el modelo para su conversión, para que sean pacificadores, mansos de corazón y humildes de espíritu.

Yo les agradezco, compañeros, por compartir este momento Conmigo en nombre de la Luz y de la Redención.

Y así a los presentes Yo los bendigo preparándolos para vivir este sagrado momento Conmigo, en esta Sagrada Semana que se aproxima, donde los Cielos estarán abiertos durante siete días sobre este lugar para que las almas se eleven en espíritu a través de Mi Corazón a la Casa del Padre Celestial.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón:

Vamos a cantar, a pedido de Cristo, “Pacificadores de Cristo Redentor”.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

Así como escucho sus voces, escucho sus corazones y a pesar de que muchas almas circulan en el tiempo de las tinieblas, Mi Luz misericordiosa viene a vuestro encuentro para salvarlos, pues en el silencio del Corazón siempre los espero.

En cada nueva oración que Me profesan, siempre que Me busquen en vuestro interior, podrán encontrarme, porque allí reside Mi Amor misericordioso, Mi Amor por toda la humanidad y por el planeta. Recuerden que Yo Soy parte de esta humanidad y que, a pesar de que provengo de la Fuente Mayor de Dios, Yo estuve entre ustedes durante mucho tiempo y a lo largo de los siglos retorno, preparando a Mis rebaños para Mi Retorno, el gran encuentro esperado por todos, cuando Dios pronuncie Mi segunda venida.

Por eso, para ese tiempo deberán estar preparados y así, como fue dicho aquí, vuestros corazones serán renovados en la esperanza del Creador, porque es algo que siempre los sustentará y los llevará directamente al manantial de Mi Misericordia.

Sé que en esta noche muchos esperaron este encuentro, y agradezco este reflejo de amor que Me han entregado, pues Mi Corazón bondadoso y misericordioso lo recibió.

Y así, queridos compañeros, los vengo acompañando durante todos estos últimos días, observando vuestras necesidades internas y espirituales, para que al fin se pueda concretar el Plan de Dios en ustedes.

Salgan de este mundo, distánciense de los problemas y de las dudas. Mi Luz siempre prevalecerá por encima de todo. Recuerden siempre Mi sacrificio en la Cruz, eso les dará fuerza para seguir adelante y ningún alma podrá perecer.

Por eso, queridos compañeros, en esta noche de Misericordia y de Piedad Yo los necesito más unidos que nunca, porque a través de esa unidad el enemigo no entrará y las almas alcanzarán la meta que han venido a cumplir en este mundo.

Renuévense a través de Mi Corazón de Luz, sientan Mi mansedumbre y Mi paz que los colma.

Vengo a renovarlos una vez más, vengo a renovar sus votos y su compromiso con el Creador, pues es necesario, queridos compañeros, que a Mis Pies, a Mi derecha y a Mi izquierda existan almas postradas delante del Creador que oferten todo lo que nadie oferta por aquellos que necesitan de luz y padecen el sufrimiento y el martirio.

En esta noche de piedad, de buena nueva para todos, vengo a traerles la esperanza que existe en el Reino de los Cielos.

Por eso, los invito a recordar el Sermón de la Montaña, el momento en el que muchos de ustedes estuvieron Conmigo e hicieron voto interior de acompañarme en el fin de los tiempos.

Vuestras almas caminan a Mi lado hace mucho tiempo, por eso los necesito bien cerca de Mí en esta hora. De esa forma Mis Rayos se derramarán sobre sus seres y no perderán ningún momento. Me encontrarán cerca en esta humanidad, bien cerca de vuestros corazones porque es donde Yo siempre quiero estar.

Queridos compañeros, así como Me han cantado glorificando Mi Corazón de Paz, quiero que extiendan esta Paz hacia el mundo entero, pues Mi Corazón está lleno de Gracia y de Misericordia, Él espera derramar Su Luz y Su Paz sobre todos ustedes y, principalmente, sobre aquellos que más lo necesitan.

En el amor y en la fe los invito a acercarse a Mí para recibir Mi Presencia en vuestro interior, los aguardo.

Los que están arriba no necesitarán descender, recuerden que Yo Soy omnipresente.

Canción: "Cristo, Tú el Amor".

Vuestra oferta fue escuchada. Ahora esperen recibir aquello que han pedido, pues Yo se los enviaré a través de Mis Rayos de Luz y de Paz.

Sigan adelante, caminando a Mi lado, pues Mi Corazón siempre los colmará.

En unión al Padre Celestial, elevemos la oferta de los Sacramentos para que, en esta noche nuevamente, el pan y el vino que han dejado en esta mesa se conviertan en Mi Cuerpo y en Mi Sangre, símbolos de Luz y de Paz para todos.

En Mi Presencia, los Cielos están abiertos. Guarden esta Presencia Divina en vuestros seres, pues los ángeles esperan ayudarlos a concretar la misión que Dios les encomendó. En unión al Padre Celestial, cantemos para la consagración.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

El Señor nos ha pedido que escojamos algunos hermanos presentes para que eleven esta oferta que se convertirá en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Él nos pide que, en este momento, recordemos Su agonía en el Getsemaní.

Canción: "Los Nombres de Dios".

 

Hermanos e hijos de Mi Padre, ahora Mi Corazón recibe vuestras promesas, aquellas que una vez Me pronunciaron cuando estuvieron a Mi lado. Oferten estas promesas por las almas que no le cumplen nada a Mi Corazón, pues el mundo lo necesita y la humanidad entera también lo necesita. Para poder recibir las Gracias de Dios que las almas cumplan con lo que Me piden, con lo que Me prometen, con aquello que profesan de corazón y de alma a Mi Espíritu Sacerdotal.

Ahora eleven en silencio vuestra petición, porque aún estoy presente escuchándolos.

Recemos como Yo se los enseñé.

Padre Nuestro (en arameo).

Yo los bendigo a ustedes y a estos elementos sagrados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Gracias por responder a Mi Sagrado Llamado. Serán bienvenidos todos aquellos que quieran compartir Conmigo la Sagrada Semana, pues derramaré nuevos códigos sobre el mundo, en esta última hora de oportunidad.

Vayan en paz y alegren vuestras vidas.

 

Para finalizar el Encuentro del Sagrado Llamado, Fray Elías del Sagrado Corazón comparte las Palabras que Cristo Jesús Glorificado le transmitió como mensaje mensual.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 1, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY; AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos, amados y predilectos Míos:

Yo estoy aquí presente, crean en eso por un instante.

Yo vengo a reunir a los no elegidos, a aquellos que se han quedado atrás en el camino de la transformación.

Vengo a abrir la puerta de vuestros corazones a través de Mi Corazón, para que los misterios infinitos de Mi Amor puedan revelarse.

Necesito crear nuevos apóstoles sobre la superficie de esta humanidad, que surjan los que anunciarán Mi llegada en poco tiempo de una forma simple, humilde y austera, porque la verdadera Palabra proviene del Verbo Divino de Dios y vuestros corazones pueden ser enriquecidos por la Luz del Espíritu Santo.

Como hace un tiempo atrás, retorno nuevamente para estar siete días consecutivos en vuestras vidas. Mi esperanza es compartir la Instrucción y las parábolas con todos ustedes, como Yo lo hice una vez en el pasado.

Por eso, los reuniré nuevamente alrededor de Mi Mesa sagrada, para que puedan compartir Conmigo el Pan de Vida y la Sangre Redentora.

Nuevas almas se congregan en la consagración a Mi Sagrado Corazón en esta noche. Por eso, Yo reúno nuevamente a los principiantes, a aquellos que deberán aprender a amar y a servir.

En verdad quiero que puedan sentir la cálida Palabra de Vida.

También estaré reunido con todos aquellos que están a Mi lado, compartiendo Conmigo este camino en cada centro de oración y en cada hogar. Así podrán ver, queridos compañeros, cómo Mis Rayos misericordiosos se extienden por todos los lugares de la Tierra.

El Santo Padre Francisco ha iniciado esta Sagrada Semana con una importante pregunta para la humanidad, la cual considero importante para ustedes. Yo he meditado al respecto y la quiero pronunciar para ustedes, no como una observación, sino como una meditación y reflexión para sus consciencias: ¿De qué lado han estado en la época de Jesús? ¿Fueron los apóstoles o fueron los fariseos?

No importa quién Me haya condenado o quién Me haya amado, Yo vengo a demostrarles el poder de Mi infinita Misericordia, porque el Amor de Dios lo puede todo cuando el alma se dispone a vivirlo de corazón y a aprender las nuevas lecciones que el Cielo presenta para todas las almas que están sobre la Tierra.

Hoy Me quiero pronunciar a través del Amor, abrir las moradas de vuestros corazones a través de las nuevas llaves que Yo traigo entre Mis Manos para poder socorrer a los corazones que han caído y curar a las almas que están heridas.

En cada nuevo encuentro Conmigo a través de la oración misericordiosa, en un grupo de almas como en la soledad, Yo estoy ahí presente para ayudarlos.

Mi Silencio es eterno y permanente. Mis Palabras se pronuncian en vuestros corazones a través de los Ángeles de la Guarda, a través de todos los que acompañan este Plan Mayor.

Por eso, en esta semana que se inicia, que vuestros corazones comiencen a calentarse a través de Mi Fuego Divino. Yo querré depositar muchos dones en ustedes para que la tarea se cumpla y la misión se pueda concretar, así como lo tengo previsto desde el principio.

Quiero enviar un saludo de paz a todos aquellos que se unen a Mi Pasión. Códigos preciosos y divinos serán derramados sobre las consciencias que se abran para escuchar Mi Llamado de fin del tiempo.

Yo vengo directamente del Cielo a vuestras vidas para anunciarles algo mejor, algo bueno y bondadoso que nace de Mi Corazón misericordioso. Por eso, no teman abandonar lo que no han hecho bien.

Mi Corazón viene a curar el pasado y también el presente. Ábranse al canal de Mi Cura redentora. En estos días Yo seré un afluente de Luz en vuestros corazones, un agua que lavará sus heridas y un lienzo que cicatrizará vuestras llagas.

Yo Me ofrezco en esta noche para escuchar más oraciones que puedan encender Mi Corazón misericordioso, sentir vuestro amor verdadero por Mí, para que más Luz se pueda derramar sobre el mundo, principalmente en aquellas almas que niegan Mi Presencia desde hace tanto tiempo y por más que Yo haya pasado por sus caminos, y Me haya hecho ver por todos, no han reconocido Mi Presencia sacerdotal a través de los buenos corazones que sirven en la oración y en el servicio; porque a través de esos actos tan simples, Yo también estoy presente en todo.

Los reúno a todos en el cenáculo de Mi Corazón Sacratísimo. Una nueva reunión celestial, un nuevo encuentro Conmigo se está gestando y eso nacerá a través de Mi autoridad divina, a través del poder de Mi invocación a todas las almas. Porque Mi Luz, Mi Amor y Mi Espíritu se difunden por el mundo como un fuego de paz, encendiendo nuevas chispas de luz en los corazones, trayendo para todos la cura y la redención.

Sé que muchos tienen preguntas para hacerme. Ofértenlas, porque Yo las escucharé y a su debido tiempo las responderé.

Tengo un camino perfecto para cada uno de ustedes. Ya llegó la hora de que regresen al Maestro, al Pastor del corazón.

Traigan ahora el agua, el pan y el vino para la consagración, el Cielo aguarda.

Cada Comunión será diferente en estos días. Los invito a encontrar la respuesta en el acto de la Comunión Conmigo. Si abren vuestros corazones y mentes hallarán la respuesta.

Un Don Divino derramaré en cada Comunión; en cada nueva Cena una parte más de vuestros seres se curará.

La Luz del Universo resplandece en este día.

Los invito a inclinarse ante Mí para la consagración. Hoy es el día, es el principio. Hoy es el alfa y el día domingo sería el día del omega. 

 

        Fray Elías del Sagrado Corazón:

        Nuestro Señor está pidiendo más agua, porque dice que es muy poca. Esa agua será esparcida sobre todos los presentes, como una primera bendición en esta Sagrada Semana.

        Vamos a realizar, a pedido de Nuestro Señor, las oraciones del Devocionario a la Divina Misericordia por siete veces:
 

Agua, Sangre, Vida y Redención
que brotaron del bendito Corazón herido de Jesús, 
ten Piedad, Misericordia y Compasión
por todos nosotros.
Amén.

Padre Celestial, 
Suprema Unidad,
Suprema Consciencia,
Supremo Amor,
compadécete de todos nosotros
y de toda la humanidad.
Amén.

 

En esta tarde Mis Pies posan sobre el suelo de Aurora, bien próximo a vuestros corazones y vidas.

Vengo a traer el alivio para los que claman por redención y, especialmente, para los que se han olvidado de Mi Padre. Ofrenden a Dios este momento.

Los Altares del Cielo se abren a través de Mi Sacerdocio pastoral para que todas las ofrendas sean colocadas a los Pies del Creador. Mi Corazón les servirá de puente para que eso suceda.

Yo Soy la expansión de la Luz de Dios para el mundo.

Yo Soy el Amor infinito para todos los seres, el Amor vivo y resplandeciente, el Amor curador y sanador.

Reciban en este momento la bendición de Mi Corazón.

Un Rayo de Mi Corazón se emana sobre estos elementos y sobre toda la humanidad.

Expando desde Mi Universo Celestial toda la Fuente de Mi Divina Misericordia.

Les traigo la Paz y la rehabilitación, el nuevo camino que deben seguir Conmigo, el cual Yo los invito a seguir en confianza y plenitud a través de los poderes y de los dones del Padre, a través de los poderes y de los dones del Hijo, a través de los poderes y de los dones del Espíritu Santo.

Los bendigo y bendigo a todos los corazones que Me escuchan.

Sigan adelante, los espera un Paraíso Mayor. Confíen en Mí.

¡Les agradezco!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Canción: "Misericordia, Creador Supremo".

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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