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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Contempla, a través de tu corazón, Mis Sagradas Reliquias. Sumérgete en el Misterio Divino de Dios que hoy te revelo, sírvete de este momento como si fuera el último.
He aquí el Cáliz de la Redención, que guarda en sí mismo los códigos originales de la raza humana.
Este es el Sagrado Instrumento que se ofreció, entre las Manos del Señor, para reintegrarle a la humanidad el único y verdadero código genético, aquel código que debería cumplirse y manifestarse a través de la raza.
Por eso, tuve que entregar Mi Sangre y Mi Cuerpo en las condiciones más inimaginables, para que esta civilización de la superficie de la Tierra recuperara su código original, aquel código que Dios creó en la Fuente a través de los Padres Creadores por medio de la ciencia divina y cósmica, código que a través de los tiempos se ha degenerado por diferentes experiencias y errores.
Así como fue en el Jueves Santo, en el que el Señor, a través de Su Sangre y de Su Cuerpo, recuperaría el código original de esta humanidad; hoy, a través de la Sagrada Reliquia, el Santo Grial, el Señor se prepara para recuperar este código que se volvió a degenerar en los últimos tiempos.
Pero esta vez, lo recuperaré a través de Mis últimos apóstoles y discípulos, de todos aquellos que ofrezcan su propia consciencia para ser parte del restablecimiento del código genético de la humanidad en la Nueva Tierra. Sé que hoy no comprenderán este misterio, porque no abarca la parte intelectual y humana, pero cada uno de sus espíritus puede ser un receptáculo que reciba este Principio Creador.
Porque este código genético de la humanidad se recuperará a través de los últimos servidores, de todos los que estén dispuestos en el final de los tiempos a ir más allá de sí mismos, trascendiendo sus aspectos humanos y confiando plenamente en el espíritu de Mi Gracia, que les concede este importante momento a todos.
Recuerden que, como civilización en la superficie de la Tierra y desde el principio de este Proyecto de Dios, a través de esta humanidad, cada uno de ustedes guarda en su genética ese código que, a través de los tiempos y de las experiencias y, sobre todo, a través de la escuela de los grados de amor y de la redención, este código que se guarda en su propio ADN, en lo más profundo de las moléculas de sus consciencias, deberá convertirse en un Código Crístico por medio de la Gracia del Amor que Yo les doy.
Es así que, en Mi Retorno a la Tierra, este será Mi primer y gran movimiento planetario; porque no podrá surgir una Nueva Humanidad sin que todas las consciencias posibles, en los cuatro puntos de la Tierra, recuperen en sí mismos, a través de su ADN, ese Código Crístico.
Pero quiero recordarles, para que no piensen que esto es imposible o inalcanzable, que llegar a ese Código Crístico de Amor y de Redención lo podrán hacer por intermedio de sus almas y más aún de sus seres superiores, en los que reside la llama sublime del Espíritu que les proporciona los dones, las Gracias y las virtudes a las almas.
Sus almas deben ser el puente para que esto suceda, para que al igual que muchos santos y yoguis de Oriente, sus vidas también se santifiquen en el Señor, así como la vida de cada uno de los santos y yoguis de Oriente se santificó en la Creación.
Para que la humanidad despierte a este sagrado conocimiento de la Creación, proporcionado grandiosamente por el Arca de la Santa Alianza y en especial por el Santo Grial, es que Yo hice milagros eucarísticos en varias partes del mundo, para que crean.
He estigmatizado a algunas consciencias para que la humanidad crea que, así como Yo estoy presente en el Sacramento del Altar, en cada nueva celebración eucarística o en cada adoración al Santísimo, Mi Código Crístico Redentor también puede estar presente físicamente en ustedes; porque quien recibe ese Código Crístico Redentor trasciende gradualmente su consciencia y su materia, se desprende de lo mundano y hasta de lo cotidiano, se aparta lentamente de las energías que no permiten la evolución.
Crean entonces, compañeros, que a través de cada nueva Comunión que reciben, o a través de cada celebración de la que participan, están ante las puertas del Código Crístico del Señor que los transustancia si ustedes lo permiten, así como el pan y el vino se transustancian en el Altar.
Por eso, les dije que en el mundo realicé y permití milagros eucarísticos, para que nadie tuviera dudas de que Yo estoy presente y escondido en el misterio del Altar y, más aún, puedo estar presente y vivo eternamente en las almas que abren su corazón para recibirme en gloria.
Quisiera que estuvieran atentos al momento de la celebración eucarística, para que estén conscientes de lo que sucede espiritual y físicamente durante el momento de la transustanciación, como también en el momento de recibir la Santa Eucaristía.
El propio milagro de Amor, a través de la celebración eucarística, no solo les permite aproximarse a ese Código Crístico de Amor, de Redención y de Luz, o sumergirlos en Mi Insondable Misericordia, sino que sus almas también están ante la oportunidad de una amnistía espiritual.
Aunque Yo sé que pueden volver a caer muchas veces, quisiera que pudieran trabajar espiritualmente en esto para los tiempos que llegarán; porque no tendrán un lugar o un espacio, sino solamente en el Corazón del Señor que está abierto como un gran manantial inagotable, expectante, para que las almas reciban las Gracias de los Cielos.
Por eso, hoy les concedo a ustedes y al mundo la oportunidad de volver a estar ante el Santo Grial, aquel Sagrado Instrumento que fue testigo de la revelación del Amor de Cristo por las almas del mundo entero, que se sigue perpetuando a través de cada nueva Eucaristía.
Si ustedes abrieran aún más sus consciencias a este misterio, el misterio ya no sería misterio, sino revelación; y la ciencia sagrada del Espíritu Santo les daría más entendimiento y sabiduría para las situaciones de la vida, mismo para las causas imposibles.
Así como hoy ustedes reciben este Sacramento Espiritual, a través del Santo Cáliz, en el centro del gobierno de sus almas, así también hoy sus ángeles de la guarda son testigos, ante las Leyes de la Creación, y registran este momento único e irrepetible, que lo podrán llevar en sus almas para siempre, hasta que se cumpla la vida eterna.
Esto fue lo mismo que les ofrecí a Mis apóstoles, aunque ellos en ese momento no estuvieran prontos.
Pero Yo vengo a buscar aquello que reside en cada mundo interior. Vengo en búsqueda de ese Código Crístico que está en ustedes, para que esté al servicio de la Creación en el tiempo preparatorio del Retorno de Cristo.
Sumérjanse en esta realidad, compañeros, así como sus ángeles de la guarda se postran ante la Presencia del Santo Grial. Porque en este Cáliz, que hoy llevo entre Mis Manos, no solo está el testimonio de Mi Preciosa Sangre, el testimonio de Mi Amor por cada uno de ustedes, sino que aspiro y anhelo, profundamente, que algún día sus experiencias de amor y de redención también estén dentro de este Santo Cáliz, para que cuando Yo retorne al mundo en Gloria, pueda ofrecerlo a Dios, junto con ustedes, como reparación de todos los errores y agravios cometidos en el mundo, especialmente a los niños e inocentes.
Pídanle al Ángel de la Reparación, presente en cada nueva celebración eucarística, que los ayude espiritualmente a vivir este misterio para que sea una realidad en ustedes, de una vez y para siempre.
Después de vivir esta Comunión Divina Conmigo, ahora están prontos para vivir la Comunión Espiritual por medio de la celebración eucarística que ahora realizarán.
Quisiera, en este momento, que pudieran estar en quietud para meditar sobre todo este impulso que les traje hasta el momento en que vivirán la transustanciación de los elementos, del pan y del vino en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, y especialmente el momento en el que recibirán la Santa Eucaristía, recordando la intención de todo lo que les dije hasta ahora.
Les agradezco por estar aquí y sigan preparándose para la próxima Sagrada Semana.
Que Mis Palabras residan en ustedes, para que Mis Palabras no solo pasen por ustedes, sino que Mis Palabras concreten la Obra de la redención en ustedes.
Los bendigo en el nombre de la Paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos, a pedido de Cristo, a prepararnos para la Comunión Espiritual, dando continuidad a este impulso que hemos recibido.
Y para que esto sea una realidad en nosotros, como Él nos pidió, mientras nos preparamos, vamos a cantar: “Adonai, Espíritu Santo”; para que el Santo Espíritu nos ayude en este momento, nos prepare internamente, así como colmó a nuestra Santa Madre y a los apóstoles en Pentecostés.
Confiemos este momento al Santo Espíritu de Dios.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Rayo Blanco justifica a las almas. Mi Rayo Rojo purifica a las almas.
Pero, ¿quién será capaz de colocarse debajo de esta inmensa Gracia?
A través de los tiempos, revelé la devoción a Mi Sagrado Corazón y renové esta devoción a través de Jesús Misericordioso porque sabía que para el mundo no era suficiente una única revelación y, aún más, Me entregué por ustedes en cada momento, revelando en estos últimos tiempos la Faz Glorificada de Mi Corazón.
Sé que la mente humana no puede abarcar el Gran Misterio de Dios, pero el corazón que ama el Misterio desconocido, algún día lo conocerá, porque su fe y devoción en el Gran Misterio es verdadero.
Después de las tres importantes revelaciones que le entregué al mundo, a través de Mi Sagrado Corazón, a través del Cristo Misericordioso y a través del Jesús Glorificado, vengo a poner fin a Mis revelaciones porque se acerca el gran momento de Mi Retorno.
Se acerca el momento en el que la humanidad vivirá su inflexión espiritual, cuando se cumplirá la Palabra de Dios a través de la Palabra del Primogénito, cuando la paja será separada del trigo.
En verdad, les digo que nunca quisiera que ese momento llegara, pero así es la Ley del Amor y de la Sabiduría; porque no solo el mundo vivirá una corrección y todo quedará en evidencia, todos sabrán todo, sino que también el universo vivirá su corrección y su alineamiento. Pero no quiero que esto lo tomen como un castigo.
El mundo ha demostrado lo contrario a través de los tiempos, ha salido de la Ley muchísimas veces y la ha ofendido.
La Ley viene a protegerlos de ustedes mismos y también a protegerlos de Mi enemigo, el gran adversario de todos. Pero el amor de los consecuentes y de los misericordiosos, de los pequeños grupos de almas y de consciencias en el mundo entero, es lo que ha permitido hasta este momento que su Señor y Maestro se aproxime a ustedes para entregarles la Palabra de Vida y las bendiciones del Cielo.
Con esto, quiero decirles que hasta agosto Me tendrán con ustedes, por medio de este ejercicio de la Maratón de la Divina Misericordia.
Compañeros, Mi tarea se recoge en este momento, y los tres importantes y últimos ciclos se presentan, en los que todo se verá y en los que ustedes podrán reconocer la verdad y la mentira en todo lo que vive esta humanidad en la superficie.
Pero no se desanimen, la Ley que rige a los Cielos y a la Tierra Me seguirá permitiendo venir los terceros viernes de cada mes, porque aún deberé cumplir Mis operaciones universales en la humanidad hasta que el reloj marque la hora de recogerme totalmente.
Con esto, quiero decirles, Mis queridos compañeros, que después de tantos años de impulsos, de bendiciones y de Gracias, ha llegado la hora de que sus vidas sean Mi propio Evangelio y que lo hagan por todos aquellos que no consiguieron seguirme; para que la Gracia de su esfuerzo, de su renuncia y de su consagración, les conceda a los que han quedado atrás una última oportunidad de trabajar en este vasto Plan del Padre Eterno para que cada alma y cada corazón de este mundo encuentre su lugar, y pueda servir a Dios, así como Él lo necesita en este ciclo.
Por eso, deben seguir rezando a Mi Sagrado Corazón, antes de que la puerta de la Misericordia se cierre y la puerta de la Justicia Divina se abra. Con esto, quiero decirles, Mis compañeros, que en esa hora los siete sellos estarán abiertos y el Armagedón pasará a ser el Apocalipsis.
Las cosas más inconcebibles en el mundo serán vistas por todos y, en esa hora, el Arcángel Miguel y el Arcángel Rafael, como Resplandecientes de la Justicia de Dios, evaluarán este Proyecto Genético humano y una muestra de este Proyecto será retirada para repoblar la Nueva Tierra para que, junto a los profetas, patriarcas y seguidores Míos, se reconstruya este planeta y esta humanidad.
Y así, en esta reconstrucción espiritual e interna, se cierren las puertas al mal y se abra la gran puerta de la esperanza y del tiempo venidero para todos.
El Señor también reza por esto.
Ha llegado el tiempo de que caminen solos, pero de que caminen Conmigo y de que caminen, a través de Mí, en todo lo que debemos hacer aún en este mundo, en las obras de Amor y de Misericordia que deberán concretarse para que este mundo y esta humanidad sean reparados.
Eso es todo lo que hoy quería decirles, porque no pueden perder Mis Palabras; deben comprender la inmensidad de Mi Mensaje, porque deben sentir el eco de Mi Voz.
El Señor de la Misericordia los abraza y los contempla. No pierdan ni un momento de beber de esta Fuente de Gracias, y háganlo por aquellos que se olvidaron de Mi Amor. Les agradeceré por ese gesto espiritual.
Que la Misericordia se cumpla hasta en la última partícula de la consciencia. Para que esto sea posible, una vez más, les vengo a entregar el Sacramento de la Eucaristía, para que revivan el sacrificio del Señor por medio de la entrega de Su Cuerpo y de Su Sangre, Tesoros Espirituales para la redención de las almas y del mundo, Reliquias de la Eternidad.
Vayan en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que Mis Palabras sean vida en ustedes.
Que los impulsos de estos últimos años sean una realidad en sus consciencias.
No vivan Mi Mensaje superficialmente.
Aprendan a sentir sed de Mí, así como Yo siento sed de ustedes.
Les agradezco.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Los Secretos de Mi Vida aún deben ser revelados, porque nadie los conoce en profundidad. Que sean un secreto no es que sean un misterio, son una revelación que llegará a su debido momento y, ante esta situación planetaria, ese momento se aproxima.
Por esa razón, hoy también estoy aquí, no solo para continuar con Mi tarea espiritual por Ucrania, sino también para que todos ustedes se preparen en los planos internos para el momento de la revelación.
Mi Madre Celestial y Mi Padre Celestial conocen en profundidad esos Secretos, porque cuando Mi Madre estuvo en la Tierra, preparando la llegada del Mesías, el Cristo Redentor, el Arcángel Gabriel le reveló esos Secretos, que recién vendrían a presentarse al mundo en el fin de los tiempos.
Estos Secretos no solo repercutirán en la Iglesia y en todas las religiones, los Secretos también repercutirán en las consciencias despiertas y dormidas, especialmente en aquellas que no creen en Dios y que nunca se han unido al Padre Eterno.
Estos Secretos de Mi Vida vienen a elevar la consciencia del mundo entero, a retirarla de la indiferencia y de la impunidad, a retirarla del poder que cree tener y del control que cree tener. Porque los Secretos de Mi Vida son los secretos de Mi Vida Universal, desde el origen de Mi Consciencia, a través de los Aspectos de Dios, pasando por este planeta y esta humanidad, hasta ascender a los Cielos, al Universo, y formar parte del Gobierno Espiritual de toda la Fuente Única.
Los Ángeles y los Arcángeles son los grandes guardianes y celadores de los Secretos de Mi Vida. Por esa razón, el adversario no descansa ni un momento en desviar a las almas de la revelación de esos Secretos.
Porque cuando las almas tomen consciencia de esa revelación, dejarán de estar en la ilusión y despertarán, tomarán consciencia de cuánto tiempo perdieron en la vida del mundo; y muchos se arrepentirán y tendrán un tiempo de expiación, un tiempo de Gracia, para vivir completamente la misión que vinieron a cumplir.
A partir de ese momento, las almas formarán parte de Mi Comando y los corazones no solo serán Mis apóstoles, sino serán parte de Mis ejércitos del universo, así como tengo tantos ejércitos en el universo. Estos ejércitos prepararán Mi Retorno al mundo, para poder restablecer Mi Gobierno Espiritual en las naciones y en los pueblos.
Después de tantos errores y sufrimientos en este mundo, que serán disueltos por la Presencia de la Luz de Dios, a través de la Presencia del Sacratísimo Corazón de Su Hijo, Yo con Mi propia Mano, volveré a escribir esta historia de la humanidad, desde el momento de la Muerte de su Señor en el Calvario, en la dolorosa Cruz de la humanidad. A partir de ese momento hasta el presente, se volverá a escribir la historia de la humanidad.
Porque en Mi Retorno, en el momento de la revelación de Mis Secretos, conocerán no solo lo que conocieron algunos de los apóstoles en el Monte Tabor o algunos al participar durante la multiplicación de los panes y de los peces, o aun de los milagros en el Mar de Galilea, vivirán momentos semejantes a estos hechos y, poco a poco, se aproximarán a Mi Gobierno Espiritual para que aprendan a conocerlo y a vivirlo, así como Yo lo vivo.
El propósito principal de ese motivo es que todos vivan en la Ley, vivan en la Ley con alegría y con júbilo y no como una regla o una imposición como muchos creen. Porque en la Ley está la Paz, y en la Paz se encuentra la Felicidad de Dios. En la Ley siempre encontrarán el camino hacia el Propósito, y en el Propósito cumplirán con su misión.
Estos Secretos no solo renovarán la religiosidad del mundo y la espiritualidad de todas las consciencias, también modificarán los dogmas y las creencias de aquellos que tuvieron mayor resistencia a la Verdad, la verán delante de sus propios ojos, porque no será algo que se pueda ocultar, porque así cumpliré con Mi promesa de que verán venir al Hijo del Hombre y todos lo reconocerán y lo sentirán; y aquellos que hayan negado al Hijo de Dios también lo sentirán y lo reconocerán.
Pero recuerden que no vendré como un Juez; sino que, en el fin de los tiempos, vendré como el Gran Abogado del Padre para interceder por todas las almas y las consciencias que se perdieron del camino de la Luz y de la Misericordia, que fueron arrastradas hacia los abismos y hacia la vida de los infiernos del planeta. Pero cuando Yo retorne, esas puertas se cerrarán definitivamente.
Por eso, este es el tiempo más difícil de todos, y también es el tiempo más exigente de todos, ya que, inevitablemente, se genera una presión espiritual entre lo que es superior e inferior, y las fuerzas negativas que están presentes en la superficie de la Tierra se agitan cuando tan solo las almas alcanzan la Luz de la Verdad.
Por esa razón, Yo estoy aquí, gestando ese momento, preparando ese momento en todos los mundos internos, porque cuando llegue ese momento de la revelación de Mis Secretos, conocerán mucho más que Mi Transfiguración o la propia Transubstanciación de Mi Ser; conocerán a Cristo, su Maestro y Señor, en la Manifestación Creadora del Padre, aquella Verdad que surgió de la Fuente a través del Amor y de la Sabiduría, y que les ha traído, hace mucho tiempo atrás, la Ley de la Redención, cuando el Hijo del Hombre derramó Su propia Sangre por ustedes y padeció por ustedes.
Pero el momento de Mi Retorno será diferente a aquellos tiempos, porque ahora nadie podrá matar al Hijo del Hombre.
Cuando la Jerarquía se aproxima al planeta y, sobre todo, a la humanidad y a algunas regiones del planeta, tiene la condición de preparar estos espacios de los mundos internos para ese momento de revelación, porque no está escrito en la Biblia ni en ningún otro libro sagrado.
Mis Secretos están vivos en el Arca de la Santa Alianza, y esa Santa Arca descenderá nuevamente al mundo, y se revelará y se mostrará en aquellos lugares sagrados que conocemos y reverenciamos como Recintos Sagrados.
Porque ciertos puntos del planeta, en donde hay coyunturas especiales, cósmicas y divinas, son espacios que ya están preparados desde hace mucho tiempo para este momento. Es así que las sagradas reliquias de la Hermandad emergerán para que todos las puedan reconocer y ver.
Esas son las señales que dará el Cielo, las señales que ha anunciado a través de las Apariciones de la Madre de Dios, señales visibles e inextinguibles que despertarán a las consciencias y que llevarán a cada uno de ustedes y a cada uno de sus hermanos del mundo entero a colocarse en el lugar donde deben estar para preparar junto a su Maestro y Señor ese momento.
En verdad, les digo que todo lo que hoy les revelo no es una teoría ni tampoco es algo abstracto o inalcanzable, es algo concreto que llegará y se mostrará al mundo entero.
Y aquellos, que no hayan cumplido la Ley o que hayan rechazado a Dios, el Creador, tendrán una última chance y oportunidad de enmendar sus vidas y actitudes para ser colmados por la Misericordia Divina, y así, podrán formar parte de la Nueva Humanidad.
Por esa razón, su Maestro y Señor está sobre Ucrania porque, a través de Ucrania, su Maestro y Señor está sobre Rusia, así como sobre otras naciones del mundo que necesitan urgentemente la intervención divina y cósmica, no solo de los ángeles, sino también de todas las Jerarquías. Al poder estar sobre Ucrania, puedo estar sobre Rusia, sobre un pueblo condicionado desde hace mucho tiempo por un espíritu de hostilidad y de rivalidad contra otros pueblos y naciones del mundo.
Pero no piensen cómo esto se resolverá, sino piensen qué es lo que ustedes harán para que se resuelva; cuál es la verdadera actitud de cada uno de ustedes, a nivel espiritual e interno, para que una solución llegue y sea una solución concreta y no pasajera.
Para eso, sus corazones deben estar unidos al Corazón de la Jerarquía y unirse a Nuestras grandes operaciones, a Nuestras grandes intervenciones por el planeta y por la humanidad, especialmente por aquellos lugares del mundo que son espacios de inflexión y de hostilidad permanente, y que atraen a muchas fuerzas del mal que someten y condenan a muchas almas, y que no permiten en absoluto que el planeta ingrese en la cuarta dimensión.
Por eso, la presión de estos tiempos es muy grande, y la mayor presión es interna; una presión que repercute en todas las criaturas vivientes del Reino Mineral, Vegetal, Animal, Humano y Dévico.
Todos están bajo esa presión de estos tiempos finales, porque las corrientes que descienden a través del Sol Central son muy poderosas, pero son muy imperceptibles para aquellos que viven en la ilusión del mundo. Pero esas corrientes no dejarán de descender, no dejarán de cumplir el Propósito Divino que les fue encomendado.
El gran filtro de esas corrientes es la Consciencia de Cristo, en donde las almas pueden aprender a soportarlas, a vivirlas y a aceptarlas como parte del fin de los tiempos, para que este proyecto humano no se pierda, para que el planeta como consciencia no desaparezca de este universo y no pierda la calidad de Confederado. Por eso, debemos trabajar mucho como les he dicho en estos últimos días.
La colaboración y el aporte de cada uno son fundamentales, porque crearán la condición necesaria para que más soles en la Tierra puedan despertar y formar parte de este Firmamento Confederado que reúne a Jerarquías y Consciencias Evolutivas de este y de otros universos, de esta y de otras galaxias que están unidos en hermandad por la redención y la paz de la humanidad.
¿Ahora, comprenden su participación en este Universo Local y la importancia de que la humanidad pueda aprender a vivir en las Leyes para poder estar unida a toda la Hermandad de este universo?
Para eso, en este tiempo final, la tarea de los Recintos Sagrados será muy amplia, Recintos que prepararán también Mi Retorno al mundo y que físicamente mostrarán aquello que nunca nadie vio; porque el impacto del despertar deberá ser muy amplio para cambiar completamente la frecuencia involutiva de la humanidad, y así ingresar en la frecuencia de la paz y de la armonía universal.
Debemos rezar por todo esto, pero rezar verdaderamente, con el compromiso de hacerlo todos los días, para que su Maestro y Señor tenga las puertas abiertas de todos los corazones que deberán salir del estado de ilusión y de involución para ingresar en el estado de paz y de hermandad.
Por eso, hoy les traigo Mi Sacerdocio Espiritual, para que todos los sacerdotes correspondan a este momento y sean verdaderos espejos de la Vida Divina que ayudan a religar a las consciencias con el universo y con la Fuente Suprema.
Yo los necesito a todos en este nivel de despertar, para que comprendan todas las situaciones de este mundo, fuera de la superficialidad de las cosas y dentro de la universalidad de todos Mis Comandos. De esa forma, podrán captar la esencia del Propósito y se unirán a Mí en servicio para concretar el Plan.
Que Europa del Este, y en especial Ucrania, pueda seguir siendo ayudada por las oraciones de todos. Recuerden que aquí aún está pendiente una misión humanitaria y la expresión de un monasterio de esta Orden para dar continuidad a esta tarea.
Lo mismo debe suceder en Garabandal y en otros puntos del hemisferio norte que ya les hemos indicado.
Por eso, es hora de que todas las estrellas que brillan a través de las almas en la superficie de la Tierra trabajen por esta manifestación, porque es responsabilidad de ustedes que el Cielo descienda a la Tierra y todas las herramientas del Padre estén disponibles en este tiempo final, no esperen que lo que hay que materializar acontezca solo. Su ayuda es importante. Por eso, es una responsabilidad concreta y permanente.
Colóquense disponibles para esa manifestación, para que el hemisferio norte no se precipite; porque para Dios sería inaceptable, ya que en el hemisferio norte existen muchas sagradas herramientas en los Sagrados Recintos del Padre.
Encamínense en esa tarea y llévenla adelante, así como está previsto. Estaré con ustedes para impulsarlos.
No se olviden de lo que les estoy diciendo, es hora de seguir trabajando por el Plan, dando un paso más firme y decidido, para que las deudas de sus consciencias y las de sus familias sean disueltas. Está todo esperando por ustedes, es hora de trabajar.
Bendigo a Polonia y le agradezco por su acogimiento; y así, bendigo al mundo entero, a todos los que tienen el coraje de escuchar y de asumir Mis Palabras y de no dejarlas perder como si fuera un Mensaje más. Porque en verdad les digo que Mi tarea no es estática, Mi misión es dinámica, es un propósito constante que solo los hará crecer para que Me superen.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengo a revelarles la historia verdadera de su civilización, no para engrandecer sus personas, sino para hacerlos crecer interiormente en lo que Dios necesita construir en este tiempo final de la humanidad.
Por esa razón y motivo, digo todas esas informaciones y presento todas esas revelaciones porque en los próximos tiempos, de los apóstoles, Yo haré profetas e instructores de la Palabra de la Jerarquía; de los colaboradores, Yo haré grandes servidores incondicionales y entregados a dar sus vidas ante cualquier necesidad; de los que despiertan, Yo haré consciencias maduras, disponibles, impulsadas a vivir el servicio y la absoluta donación de sí; de todos y de cada uno, Yo haré algo.
Porque el tiempo se aproxima, y el tiempo muestra la necesidad que existe en la humanidad y, sobre todo, en este planeta.
Les cuento la verdadera historia de las civilizaciones del pasado, de los momentos más emblemáticos e importantes de la humanidad, cuando en tiempos remotos, el Plan se fue cumpliendo, más allá de los errores o de las experiencias.
Les digo todo esto para dar continuidad a lo que Dios necesita que se concrete y se manifieste en el próximo tiempo, para que el proyecto de la familia espiritual y universal de la humanidad siga adelante, así como lo vivió hasta cierto punto y momento el sagrado pueblo de Israel, que también participó, no solo de las Gracias del Padre directamente, sino también del despertar de sus virtudes, talentos y dones, que Dios trajo a través de los profetas y de los patriarcas.
Todo para Dios tiene un sentido profundo, íntimo y también desconocido, así como lo tiene también para ustedes. Por eso, deben confiar ampliamente en lo que estoy haciendo, diciendo y construyendo; colocando su consciencia en el gran vacío de Dios, para que, de esa forma, sean llenados por Su Sabiduría, Amor y Presencia, así como los pueblos del pasado fueron colmados por los Atributos Sagrados de Dios.
Comprendan, compañeros, la historia y el momento en el cual están participando y cómo, hasta en los más pequeños detalles, Dios puede escribir un nuevo tiempo en la humanidad, en las consciencias y, especialmente, en las esencias que participan de la llamada de Dios.
El Hijo del Padre, antes de que retorne nuevamente al mundo, tiene esa misión y tarea; y ustedes son partícipes, así como sus hermanos de camino también son partícipes.
Cada uno cumple una parte importante dentro de este Plan y es llamado, día a día, a profundizar en ese compromiso y entrega, así como lo hicieron los apóstoles en el pasado que, de vivir una vida simple y austera, se entregaron para vivir una vida mayor y desconocida, entregando sus familias, bienes y posesiones en las Manos del Padre para que se pudiera construir, en vida, la experiencia del Evangelio, de la Palabra de Dios, de Su Voluntad.
Es de esa forma que doy continuidad a esa Aspiración del Padre para estos momentos críticos, en los que la humanidad deberá reconocer primero el desvío que está viviendo en estos tiempos y la ilusión que abraza a millones de almas en el mundo.
Vengo a traer, como hace más de 2.000 años atrás, la Buena Nueva, pero una Buena Nueva impulsada por el Rayo inmaterial de la Liberación y de la Trascendencia para que, de esa forma, los Atributos del Padre puedan ingresar en las consciencias que más los necesitan y, así, se animen a dar los pasos hacia Dios.
El pueblo que vivió en el Círculo Polar Ártico y que participó de la experiencia espontánea de su contacto con el Universo y con Dios, experimentó también, en consciencia y en la vida grupal, los Atributos del Padre.
La evolución de esa civilización comenzó a suceder naturalmente al cabo de los meses, hasta que, sin percibirlo, comenzaron a ingresar en la séptima dimensión de consciencia. Ellos comenzaron a participar de todo lo que había en esa séptima dimensión, más allá de que todavía vivieran en el plano material. Su estado de pureza y de sintonía les permitió vivir esas experiencias.
El crecimiento espiritual es un principio de la Divina Sabiduría que puede colmar a los espíritus y a las almas del mundo para que sean guiados por el propio Padre Eterno según los designios de Su Fuente y de Su Bondad.
De esa forma, traigo el impulso de esta civilización de Norteamérica que vivió en esas lejanas tierras y en el más arduo frío de los tiempos remotos, en los que conoció espontáneamente todo lo que existía en el Universo y así comprendió, hasta en el plano material, la Voluntad de Dios dentro de Su Proyecto de las diferentes civilizaciones de la Tierra.
Cada pueblo, cada cultura que pasó por este planeta, aportó algo importante para el proyecto de la humanidad y, sobre todo, para su continuidad en el presente. Si eso no hubiera sido posible, la humanidad de estos tiempos no existiría.
Comprendan con esto, compañeros, la importancia de construir, en estos tiempos, ese Proyecto de Dios que aún deberá concretarse y cumplirse por la experiencia interior y la transformación de todos.
De esa forma, Yo les traigo los impulsos que están guardados y registrados en los Libros Sagrados de Dios, y que también hablan de esta parte del Universo local y, especialmente, de este planeta y de su proyecto humano, acompañado y guiado por los grandes arcángeles, dentro de la diversidad de vida existente en todo el Universo material, mental y espiritual.
Con esta consciencia, tienen que percibirse como algo muy pequeño e inofensivo dentro de la gran Creación que los rodea y que vibra en todos los espacios como una suave y dulce melodía proveniente de la Fuente del Amor y de la Unidad, porque Dios aún coloca Sus Ojos sobre esta raza, sobre esta humanidad y planeta.
Es el tiempo del Plan de Rescate y de que ese Plan se pueda desarrollar y llevar adelante a través de la redención de las consciencias y de los pasos que las consciencias puedan dar en este tiempo para que, como en el pasado, como fue con el pueblo sagrado de Israel, también ustedes puedan testimoniar ese cambio profundo de la consciencia y esa madurez tan imprescindible para este ciclo, a fin de prepararse y de preparar a sus hermanos para el tiempo final que ya está próximo.
Y cuando digo próximo, es que está muy próximo en este tiempo material en el que viven y habitan.
La Jerarquía trae los tesoros de la humanidad para que les sean revelados, pero también, entre sus manos trae los Libros Sagrados del Universo, para revelar todo lo que él guarda desde antes del origen de sus esencias, de su existencia y de su creación.
Comprendan con esto, compañeros, cómo la historia es aún más amplia y profunda, y que el conocimiento no se mide con la mente ni tampoco con la intuición, sino con la apertura del corazón de cada uno de Mis apóstoles y amigos que, en confianza, beben de la Fuente del conocimiento sin vanagloriarse ni honrarse a sí mismos, porque todo esto tiene un fin mayor que ustedes desconocen ampliamente.
Por eso, la confianza los hará estar en el vacío y, sobre todo, en el agradecimiento de poder recibir estos impulsos espirituales y estas Gracias que vienen para que muchos puedan recordar lo que hicieron en otros tiempos y lo que vivieron en otros tiempos y, así, se animen a dar continuidad a lo que el Padre Eterno necesita.
Pero todo esto, no será solo material, sino profundamente espiritual e interno. Es allí, en lo interno, en donde debe resonar la Palabra de la Jerarquía para que después se construya en lo externo lo que Dios quiere materializar como aspiración y voluntad. Ese es el camino para comprender el sagrado conocimiento y para que sus seres puedan crecer y expresar lo que Dios necesita por medio de la presencia de sus Cristos Internos.
En este día, les traigo estas palabras para que sus consciencias se puedan ampliar, para que sus corazones puedan seguir madurando en el amor y en la entrega; en la donación y en la convicción necesaria de servir, en estos tiempos al Padre Creador, como compensación de los errores cometidos en este ciclo por millones de almas en el mundo, lo que trae y lo que hace descender velozmente la Ley de la Divina Justicia.
Así entenderán y comprenderán que todo esto y todo este propósito que hoy les traigo, tiene una finalidad más amplia e infinita y que abarca, no solo a las almas, sino también a otros Universos y espacios de la Creación que se preparan, antes de que Yo retorne al mundo, para dar también su gran y último paso.
Vean entonces en los cielos la construcción espiritual e inmaterial que lleva adelante su Maestro y Señor con la Palabra de Dios, con el Mensaje de lo Alto, con el anuncio de la Buena Nueva para estos tiempos.
Sean un espejo y una representación semejante a la civilización de Norteamérica, a ese pueblo que vivió esa experiencia tan espontánea y profunda con la Creación, que lo llevó a estar en niveles superiores de consciencia y ya no fue necesario que estuvieran en este plano físico para seguir aprendiendo a evolucionar y a crecer interiormente.
Es posible alcanzar la vivencia de otras Leyes, aún desconocidas por el hombre de superficie; pero eso es posible a través del corazón, de un corazón manso, de un corazón pacificador, de un corazón confiable, de un corazón que cree por encima de sí, en todo lo que no sabe y en lo que nunca ha conocido.
Recojan estas palabras como Mis últimas Palabras, como Mis últimos impulsos, como las últimas revelaciones, porque ya es tiempo de llevar adelante lo que Dios necesita a través de la vida grupal y de la vida comunitaria, para que se materialice y se concrete la Voluntad del Padre, con el fin de realizar y de manifestar la Familia Universal. Y así, la mayoría de los seres y de las consciencias podrán ingresar en la Nueva Humanidad.
Hoy, el Padre Me acompaña no solo a través de la Palabra y del Verbo, sino a través de Su Presencia, Omnipotente y Omnisciente.
Adonai está aquí, con Sus hijos, con Sus herederos del Conocimiento Universal y Planetario, para que en reconocimiento, valor y honra a Su Consciencia Infinita y Cósmica, a Su Fuente Inmaterial, Espiritual y Divina, a Su Universo de Amor y de Sabiduría, todos Sus hijos lleguen a Él, así como llegó esa civilización de Norteamérica, porque ingresó dentro de la Consciencia de Dios y cumplió una parte de Su Aspiración Infinita para este Universo Material, y eso se reflejó en el Universo Mental y Espiritual. Y así, todos aprendieron de esa experiencia, de esa vida que una vez se dio en la superficie de la Tierra.
Regocíjense por lo que proviene de la Sabiduría y beban de las Palabras de la Jerarquía para que puedan crecer en la donación absoluta de sí. Eso los hará dignos hijos de Dios.
Sigan orando para que su Maestro y Señor pueda cumplir con el Propósito que el Padre le ha entregado para este tiempo, y para que Sus apóstoles puedan soportar las corrientes poderosas que vienen en auxilio de la actual humanidad, antes de que todo suceda, antes de que todo se desencadene.
Todos tienen la oportunidad de subir a esta última barca que está pasando para recoger a los autoconvocados y así, vivir en la nueva arca, en el Arca de la Santa Alianza.
"Padre, Tú que sabes de la importancia de Tu Propósito y de Tu Aspiración Universal, permíteme que alimente a Tus hijos de Tu Sabiduría y de Tus Palabras, para que fortalecidos por la fuerza de Tu Espíritu y de Tu Gracia tengan el impulso y el coraje de dar el gran paso hacia la realización y la concreción de Tu Plan.
Que estos principios, que provienen de la Fuente y que son parte de la historia de las diferentes humanidades de la Tierra, puedan colmar a los corazones de lo que es nuevo y renovador, a fin de que se cumpla Tu Voluntad, así como se cumplió en los que pasaron y vivieron en este Planeta.
Que la Luz del Conocimiento los haga entregarse cada día más a Ti y en esa confianza, cumplir ardientemente con lo que Tú deseas, así como Tu Hijo cumplió con lo que Tú necesitabas y aspirabas, hasta morir en la Cruz por un gran Misterio, que después Tú Me revelaste y Me hiciste partícipe, como parte de Ti.
Que cada ser, alma y espíritu pueda ser parte de Ti, como Yo soy parte de Ti y Tu eres en Mí, en comunión perpetua y eterna. Amén".
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la palabra sea viva y construya Tu templo.
Que se expanda en nosotros Tu Misterio
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta Unidad.
Amén.
¡Gracias Padre, por cuánto nos das!
¡Gracias Señor, por cuánto nos das!
En este encuentro te honramos Señor.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Es en el silencio de Dios en donde se guardan los más grandes y preciosos tesoros de la Creación. Testigos de todos esos tesoros son los árboles, en su diversidad y manifestación, en su expresión y belleza.
Los árboles son los templos que traen hacia la Tierra los Principios de Dios. Ellos captan desde el Universo las energías mayores que la humanidad necesita para elevar su consciencia y curarse.
Hoy están en un lugar al que Yo tanto he esperado llegar desde hace muchos años, uno de los lugares del mundo más importante para Dios.
Aquí no solo están los testigos de la Creación del Padre desde hace millones de años, sino más aún, aquí están presentes los guardianes del Legado original de la humanidad, los que a través de la Sagrada Montaña Blanca, son los que celan y protegen ese sagrado conocimiento que viene de la Hermandad.
El norte de California es el receptáculo interior del Legado original de la humanidad, algo que hoy las mentes no saben y que escuchan por primera vez.
Los grandes vigilantes del Reino Vegetal están aquí presentes cumpliendo una tarea desde hace millones de años, desde antes que existiera el hombre en la superficie como consciencia y como ser.
Los he traído aquí a todos, en los planos internos, para que puedan recordar y participar del Origen de sus orígenes como humanidad de superficie, como consciencias que deben evolucionar y alcanzar los grados de amor a través de Mí, así como a través de los Reinos de la Naturaleza.
Estos grandes árboles son testigos de los errores de las diferentes civilizaciones de la humanidad, de los acontecimientos que sucedieron y que marcaron también a la Creación, no solo dentro de este planeta, sino fuera de él, en el Universo, en la existencia.
Ellos sienten todo lo que ha hecho el hombre de superficie, todo lo que la humanidad ha generado desde el primer momento en el que existió en la superficie de la Tierra hasta los días de hoy.
Ese sufrimiento lo transmutan los grandes árboles del norte de California, así como también otra parte de los Reinos, y aún la humanidad no tiene consciencia de que eso sucede.
Los árboles del norte de California son un gran misterio para el hombre de superficie. Es hora de que la humanidad descubra el valor que ellos tienen y la espiritualidad que portan como alma-grupo del Reino Vegetal.
Ellos son también los grandes guardianes y vigilantes de los Retiros interiores del planeta. Ellos están presentes a lo largo de los Andes, cada especie y cada árbol, cumpliendo una función principal y primordial para Dios.
Ellos son los templos que guardan los mil portales, a los que la humanidad necesita acceder a través del verdadero y único tiempo que los rodea en el Universo y en el Sistema Solar.
A través de los grandes árboles encontrarán el acceso hacia la realidad superior y podrán vivenciar todo lo que guarda esa realidad superior, y que viene al encuentro de los que buscan la Paz y el Amor del Universo.
Los árboles experimentaron el sufrimiento que vivió el planeta y todo lo que la humanidad le ha generado. Aun así, ellos están presentes aquí sosteniendo lo que la humanidad de hoy no puede sostener, donando lo que la humanidad de hoy no consigue donar y entregar al Padre Eterno.
Su silencio e inmovilidad los hace grandes y fuertes para sostener también el eje de la Tierra y el corazón de este planeta.
Pero ahora es el momento de que todo esto salga a la luz, de que nadie más sea ignorante, de que nada más sea imperceptible ni oculto.
Ellos necesitan el amor de los hombres de la Tierra para poder seguir cumpliendo su tarea espiritual e interna.
Ellos también fueron testigos de lo que le sucedió a su Maestro y Señor, desde antes de que su Maestro y Señor existiera en esta humanidad a través de la encarnación en el humilde pesebre de Belén.
Los grandes Arcángeles de Dios fueron los que ayudaron y aportaron Sus conocimientos para la creación y la manifestación de esta expresión y belleza de Dios, por medio de los devas y de los ángeles menores. Porque los árboles palpitan y vibran en una importantísima melodía que el hombre de hoy desconoce.
Es solo aproximarse a ellos para reconocerlos y sentirlos, y saber que los grandes árboles que se guardan en el norte de California son los antiguos ancestros que no quisieron salir del planeta para ayudarlo en su proceso de evolución y de cura.
Los grandes ancestros de los pueblos indígenas de Norteamérica están aquí. Su sabiduría, su humildad y su amor los ha hecho expresar esta grandiosa manifestación de la Creación del Reino Vegetal, que supera los límites de la consciencia humana, no solo mental sino también visual.
Los grandes árboles tienen mucho para dar a los hombres de la Tierra. Ellos solo necesitan ser reconocidos para que sus esencias se puedan abrir y mostrar, así como hoy se muestran a ustedes en una profunda e incondicional simplicidad.
Fue tan grandiosa su oferta y entrega que se donaron, por medio del madero de la Cruz, para poder ayudar a la humanidad a través de la entrega del Hijo de Dios. Por eso son los grandes testigos del ayer y son los que traen para la humanidad el sagrado conocimiento de la Creación.
Los árboles son una vida no comprendida aún y ellos tienen, en su constitución, lo que el ser humano necesita para poder evolucionar y despertar cada día más.
En estos sagrados espacios del universo vegetal se recoge también la sagrada Jerarquía para poder pensar y meditar sobre los próximos pasos de esta humanidad y de este planeta, así como de todo el Universo.
En los lugares más simples es en donde se encuentra Dios y es en donde Él se muestra en Sus diferentes manifestaciones.
Quiero que sepan que los grandes árboles del planeta seguirán siendo los testigos, pero en este ciclo serán los testigos del tiempo final.
Los hombres los han dañado, ultrajado y herido, y la sangre de su savia tiene un precio para todo el género humano. La falta de conexión con lo Alto y el Universo es la razón de tantos desequilibrios psicológicos y siquiátricos.
Ellos también vivieron su pasión, tan semejante a la de su Maestro y Señor. Por eso la reconciliación y el perdón de los hombres es imprescindible para estos tiempos, para que se corte esa cadena de daño y de destrucción del Reino Vegetal.
Alégrense porque son conscientes de todo este conocimiento y, sobre todo, de lo que ellos han querido hablar desde hace millones de años y nadie los ha escuchado. Hoy es la primera vez que eso sucede, porque su Maestro y Señor se ofreció para que todo esto se diera conforme a la Voluntad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Cuando el hombre de superficie comprenda porqué existe cada Reino, la humanidad evolucionará y ya no se perderá en los sufrimientos ni en las pruebas.
Por eso, estos grandes árboles están en el norte de este planeta. Ellos son los grandes captadores del principio y de la energía divina para la humanidad. Y eso lo siguen cumpliendo y realizando desde hace millones de años. Es un eterno servicio de amor por las almas y por todos los planos de consciencia.
Ahora digan al mundo que es el momento de reconstruir el planeta y de curar a los Reinos de la Naturaleza, de plantar árboles y de regenerar la vida, el suelo y sobre todo a las consciencias que nunca estuvieron atentas a la Creación y que están para servirla, para hacerla crecer y despertar.
Los Retiros interiores ofrecen estas llaves para todos los seres humanos, independientemente de su condición espiritual, mental o material; porque los grandes árboles de Norteamérica están presentes y existen para que los hombres y mujeres de la Tierra nunca se olviden de regresar al Origen de su esencia que es el amor, la armonía y el equilibrio interno y espiritual.
A pesar de que el mundo esté convulsionado, en el silencio del Templo de los Árboles, de los mil portales, se abren los planos de la Divinidad Única para que todos puedan recibir y acoger la donación que ellos entregan en su silencio y firmeza, para que la cura regenere a las consciencias y para que las consciencias encuentren el camino para entrar en comunión con la Creación.
En el silencio escuchen al alma-grupo de los árboles, de los grandes testigos y guardianes de Norteamérica y del mundo.
Que la humanidad reaccione y ya no se autodestruya ni tampoco destruya a sus hermanos menores, en este caso al Reino Vegetal ni a sus elementales, devas y ángeles que, en su quietud y silencio, celan y protegen su evolución como raza y como consciencias.
Sean tocados por esta poderosa luz que viene de los grandes árboles de Norteamérica y que, desde el coronario hasta el sur del planeta, todo sea trasmutado, transubstanciado y elevado bajo el amor incondicional de la Creación y de sus grandes regentes del Universo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
La Luz de la poderosa Montaña Blanca congregará y reunirá a todos los Maestros del ayer, a todos los que participaron del Cónclave de la Jerarquía a través de los tiempos.
Sus Presencias serán visibles, pero la mayoría no podrá llegar a Ellos, porque estarán bajo cierta misión y tarea, bajo cierto propósito y pedido del Creador.
Y así se abrirán los cofres de los Retiros interiores de la Tierra, y no solo se verá la luz de cada uno de ellos, sino también las reliquias más sagradas que la humanidad aún no conoce desde que comenzó este planeta como creación y como proyecto genético. De ellos vendrá una luz más fuerte y poderosa, porque la gran señal de la Luz Blanca de la Montaña traerá consigo muchas revelaciones y los misterios se develarán.
Todo quedará a la vista de todos, pero nadie podrá infringir esos tesoros y reliquias, porque una poderosa e invisible energía los protegerá.
Así, los Maestros llegarán desde lugares muy lejanos del planeta. Algunos bajarán desde los Himalayas, otros vendrán desde los Andes, como también algunos vendrán desde aquí, y el silencio mostrará la verdad.
El Corazón de Dios se conmoverá en ese momento, porque los Maestros del ayer, los Maestros de la Luz, los instructores del planeta y de la humanidad prepararán el Retorno de Cristo, y serán la gran compensación y sostén interno para Mi Iglesia.
Todo aquello que está escrito en el Universo, a través de las estrellas, se mostrará. Y lo que está escrito en el Universo descenderá a el planeta, como algo muy semejante a los cometas, a las estrellas fugaces que iluminan en la noche el firmamento.
Aquellos que aspiraron durante tanto tiempo a ascender hacia las montañas para encontrar su mundo interior, lo encontrarán después de haber luchado por muchos siglos contra ellos mismos, para transmutar sus deseos, sus tentaciones, su dualidad, su imperfección.
En esa hora, el Sagrado Cáliz, el Santo Grial, emergerá, así como una vez estuvo aquí, en esta Sagrada Montaña Blanca.
De nuevo la mesa de la redención será preparada.
Las tribus también llegarán, así como llegó Israel después de haberse liberado de la esclavitud de Egipto. Pero el pueblo de Israel, el antiguo pueblo, ya no demorará 40 años para encontrarme, para encontrar a la Segunda Persona de Dios, al Hijo, sino que ya sabrá el camino porque los Maestros serán sus propias estrellas que indicarán en el firmamento, como lo fue en Belén, la llegada del Mesías, del Salvador y Redentor.
Ya no habrá consciencia en la superficie de la Tierra, nación, poder humano o persona que pueda ocultar lo que sucederá, porque todo este movimiento y acontecimiento será a través del impulso mayor del Cósmico Amorque los ha creado a imagen y semejanza del Padre, para poder cumplir en este plano material y espiritual con sus designios y voluntades.
El invierno pasará, la noche oscura terminará, porque la luz poderosa de los Retiros interiores traerá lo nuevo, lo que nadie ha podido ver desde que comenzó este planeta y este proyecto genético.
Y al fin, antes de que llegue el Hijo de Dios, la Confraternidad se reunirá. Desde sus esencias brillará la gran estrella de sus orígenes.
Los rostros de los justos ya no llorarán por lamentaciones ni culpas, sino que se alegrarán. El llanto será de alegría, de júbilo y de gozo porque el Santo Grial estará allí, resplandeciente, en lo alto de la Montaña Blanca.
La síntesis y el legado de todo el amor vivido por Cristo, su Maestro y Señor, abrirá el gran portal entre el Cielo y la Tierra para el descenso glorioso y victorioso del Hijo de Dios.
La gran Luz de la Montaña Blanca abrirá la puerta hacia el nuevo tiempo. Pero después, muchas señales más se mostrarán, aunque el planeta y su humanidad estén conmovidos, agitados o perturbados.
Aquellos que fueron designados para cumplir una tarea y una misión en estos tiempos serán llamados conscientemente, y el Padre Eterno ya no deberá esperar hasta que sus hijos despierten y tomen consciencia de la verdad.
Así como hoy les hablo desde lo alto de la Montaña Blanca, así también será ese acontecimiento, pero más contundente y revelador.
Los Maestros de las montañas que descenderán desde los Himalayas, desde los Andes y que emergerán desde los Retiros interiores del planeta traerán consigo todo su legado y aprendizaje y, sobre todo, la experiencia del Amor Crístico vivido como grandes consciencias universales y cósmicas.
Nadie podrá decir que eso no será verdad, porque Dios así lo necesita y lo determina para la construcción y el advenimiento de la nueva raza, la que ya no deberá infringir ni ultrajar las leyes, los principios o los atributos que son parte de una Voluntad Mayor y de un designio que viene al mundo y a sus consciencias para elevarlas hacia el Propósito Mayor.
Mientras tanto y cuando todo eso suceda, la Mujer vestida de Sol también llegará después de Su Hijo, y los que no creyeron en Ella la verán en gloria, así como ascendió a los Cielos, rodeada de ángeles y de estrellas.
Sus grandes Universos se mostrarán, Sus Faces se revelarán, y al final Ella mostrará el último camino por donde retornar al Padre, para estar en comunión con Su Espíritu y con Su Consciencia por toda la eternidad.
El sufrimiento ya no será la causa de tantos males y angustias, de tantas desolaciones y pruebas, porque en esa hora Mi enemigo estará vencido y su cabeza estará a Mis pies.
Yo mismo y el Arcángel Gabriel lo redimiremos, así como a todos sus ejércitos caídos que sentenciaron a través de los tiempos a todas las civilizaciones y pueblos del planeta y del Universo. Y así, la Creación se recreará y todo volverá a tener sentido para Dios.
Muchísimas, pero muchísimas almas reconocerán sus errores. Pero la Luz de la Misericordia Divina llegará como la última tabla de salvación en el momento del gran Juicio universal.
En esa hora todo estará definido. Por eso los preparo con estos anuncios y palabras, porque no las pueden olvidar. Ya no habrá otro momento en el que pueda repetirlas y anunciarlas, así como lo hago hoy, en este día.
Porque cuando todo suceda, ustedes, como parte de la prolongación de Mi Voluntad y de Mi Obra en el planeta, comprenderán el sentido de todo lo que han hecho, de todo lo que vivieron y experimentaron, de todo lo que les he pedido que cumplan al pie de la letra.
Así todo comenzará de nuevo y las almas se regocijarán, ya no perderán el camino ni el sentido de sus existencias; porque cuando retorne el Rey a través de la Luz poderosa de la Montaña Blanca, en ese momento todo se realizará y las nuevas escrituras se cumplirán.
La Biblia será renovada y restaurada del ultraje que le han hecho los hombres, porque una nueva historia se escribirá, no solo en el Corazón del Padre, sino en el corazón de Sus hijos.
Los ciclos se cerrarán cuando los Retiros interiores se muestren y todo, absolutamente todo, sin que falte mucho tiempo, comenzará de cero.
Prepárense para ese momento, sean conscientes de lo que les digo.
Difundan al mundo Mis Palabras, porque siendo las últimas son las más reveladoras. Hay una parte de las señales que deberán comprender por ustedes mismos, en sintonía y en amor Conmigo.
Así seguirán creciendo en el amor y en la verdad, en la justicia y en el servicio por todos los que no lo hacen y, algún día, en un próximo tiempo y en un próximo mundo lo deberán hacer.
Dios creó a Sus hijos para que se sirvan los unos a los otros, para que se amen los unos a los otros, para que crezcan juntos y en unidad.
Sigan rezando para que su Maestro pueda seguir hablando y anunciando la Palabra, que no es propia, sino que es la Palabra de Dios, la que viene de Su Fuente y sobre todo, de Su Amor.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Los invitamos a todos a colocarse de pie, en reverencia a nuestro Señor. En el momento en que Él aparezca, se arrodillan los que puedan, los que no puedan se sientan.
Podemos cantar.
Es así que Yo quiero ver al mundo, en reverencia y amor, reconociendo dentro de sí al Cristo interno, Aquel que nunca ha muerto, Aquel que siempre vive a través de los tiempos y de los hechos.
Yo no estoy muerto, estoy vivo en ustedes cada vez que Me lo permitan, más aún lo podré estar hasta que tengan consciencia y sabiduría de su compromiso con el Padre Celestial.
Todo lo que sucedió durante la Pasión de su Señor ya fue dicho hasta cierto grado, pero la humanidad aún desconoce los verdaderos Misterios de Dios que están guardados en el Arca de la Santa Alianza y que celan las memorias de su Maestro y Señor desde Su nacimiento hasta Su ascensión.
Pero hoy el mundo debe conocer lo que verdaderamente sucedió más allá de los hechos y por qué el propio Dios encarnó como un hombre y como una consciencia humana para darse a Sus hijos, completamente, en Misericordia y Amor.
Deben traspasar ese Misterio a través de la sintonía de sus corazones, en ese gran registro Universal de la Pasión de su Maestro y Señor.
El Señor pide tres velas para poder bendecirlas.
Y para que por medio de la luz de ellas, compañeros, este plano material, este Universo creado por el propio Dios a través de Sus ángeles, sea testigo de las revelaciones del Arca de la Santa Alianza sobre los misterios de la Pasión de su Maestro y Señor.
Los invito en este momento a que se preparen interiormente y que no sólo escuchen las palabras o que sus corazones se conmuevan.
Es necesario, compañeros, en este tiempo crucial de la humanidad, en el que millones de almas y naciones están en juego, que exista una consciencia de responsabilidad, de madurez y de adhesión a la Voluntad Divina.
Estas tres velas representarán a la Santísima Trinidad, que por medio de Su presencia inmaterial y de Su impulso divino, traerá a la Tierra la revelación de Dios.
La luz protege el Sagrado Conocimiento, enciende las esencias en la Sabiduría de Dios.
Dios necesitó entregarse al mundo, descender de Su Fuente Suprema para salvar a Sus hijos. No había otro camino. La humanidad estaba a punto de perecer y de destruirse a sí misma. La oscuridad de la consciencia humana y de todos los infiernos hubiera podido tomar el planeta, completamente, si no hubiera sucedido una intervención divina.
Por eso, la Madre de Dios fue escogida entre todas las mujeres. Y, en ese tiempo y en ese momento, Ella tuvo conocimiento de la Verdad, más allá de la encarnación del Hijo de Dios como la manifestación de la Segunda Persona de Dios, que es el Dios mismo.
Fue el Arcángel Gabriel, que antes de descender a la Tierra para encontrarse con María, pidió al Padre Celestial poder rescatar el Proyecto Genético Humano de todos los errores que las generaciones, anteriores a Mí, habían cometido por perversión y por haberse salido de la Ley.
Manténganse concentrados, porque si no, no podré continuar. Su corazón debe estar en lo que está sucediendo y no en otro lugar, porque si están aquí es porque Me buscan y porque Me llaman, es porque Me necesitan.
Lo que hoy se registra aquí no sucederá más, porque el fin de los tiempos ya está aconteciendo y el mundo deberá hacerse cargo de lo que no correspondió y por haberse salido de la Ley.
Pero, si sus corazones buscan Mi camino, a pesar de lo que ocurra, nada les sucederá porque estarán dentro de Mí, de Mi Cuerpo Místico, al vivir plenamente la Comunión Eucarística.
Fue así que el Arcángel Gabriel descendió a la Tierra, en un momento de gran tribulación y oscuridad.
Mientras las puertas de los infiernos estaban abiertas, por otro lado la Consciencia Divina, la Fuente Única, el Dios Vivo, se hizo presente a través del Arcángel Gabriel ante la divina persona de María, para expresarle y revelarle Su Voluntad.
En este momento nuestro Señor está presentando y mostrando la Anunciación de Gabriel a María y lo que sucedió en ese hecho.
Si Su "sí" no hubiera sido firme, hoy no estarían aquí, ni tampoco el mundo existiría.
Pero, aunque Dios sabía que la humanidad se salvaría por la redención del Hijo y por todo lo que Él ofreció a la humanidad, el sí de María como ser humano fue el antes y el después de la salvación del mundo y de todas las generaciones que la sucederían, desde el pueblo de Israel hasta los pueblos de hoy.
En los Pergaminos del Arca de la Santa Alianza está escrita esta historia, así como muchos otros hechos que aún ayudan espiritualmente al mundo en su redención, trayendo para las almas la renovación y la vida para poder asumir con responsabilidad el compromiso y así hacer cumplir el Plan de Dios en la Tierra.
El Ángel Gabriel sopló en María el Espíritu Santo y encarnó en Ella el Hijo de Dios.
En ese momento, algo importante sucedió, no solo María tuvo una revelación espiritual de lo que representaría el nacimiento de Cristo, es decir del propio Dios como hombre y como consciencia, sino que también fue para la humanidad un hecho importante que abrió las puertas a la redención de los hombres y al exorcismo de los infiernos.
Para que el Hijo de Dios pudiera nacer, un proyecto divino y espiritual fue pensado por el Padre, antes de que Él descendiera a la Tierra a través de la presencia de Su Amado Hijo.
La aceptación de María a la Voluntad de Dios fue el comienzo y el surgimiento de una nueva humanidad y, así, el Universo Espiritual comenzó a actuar en la Tierra, y en los planos internos todo estaba sucediendo conforme a la Voluntad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Es así, que se abrió un gran portal en la humanidad, el que todos fueron llamados para atravesarlo, inclusive aquellos que serían los enemigos de Jesús. Porque más allá del aspecto humano o del ego humano, Dios buscaba de los hombres a través de Su Hijo, la filiación con Él y el sentido de la unión interna con Su Espíritu.
Pero, en el escenario de la Pasión de Jesús, cada uno cumplió con su papel y su prueba, cada uno estuvo en el lugar que merecía estar y tuvo la oportunidad de poder aprender en el amor y de manifestar la verdad.
Ustedes ya conocen el dolor interminable de Jesús porque fue bien relatado. Ustedes aún no conocen, compañeros, lo que sucedió en los planos superiores, en donde el universo angélico actúa y obra, durante los hechos de la Pasión del Señor en los cuales las señales que allí quedaron grabadas y registradas en la consciencia del planeta, son las que hoy intervienen por la redención de la humanidad y la consagración de los hombres a la Voluntad de Dios.
Son esas señales, de los acontecimientos ocultos de su Señor, que hoy ayudan al mundo para que él se pueda redimir y convertir, así como fue previsto por el Padre.
Por eso, Mi Iglesia debe conocer estos Misterios y no negarlos, porque no quiero que Me nieguen más como Me negaron los que estuvieron Conmigo hace tanto tiempo, y hoy están, nuevamente aquí, recibiendo su última oportunidad por obra e intervención de la Gracia Divina.
Pero recordando, verdaderamente, lo que aconteció en la Pasión de su Señor, podrán recuperar lo que perdieron espiritualmente por las diferentes experiencias de la vida y por lo que aún hay que corregir en sus consciencias.
Este tiempo, que hoy Me tomo con ustedes, fue el mismo tiempo que Dios utilizó para llevar adelante la victoria de la Pasión de su Señor en la humanidad, en los planos superiores de consciencia, en donde verdaderamente todo sucedía y se manifestaba.
Por eso mi Santa Madre Me acompañó hasta el final y continuó, hasta sus últimos días en la Tierra, llevando Mi Palabra y Mi Amor al mundo por medio de la fundación de las primeras órdenes religiosas, los antepasados de los templarios, la primera congregación crística en la Tierra, que construyó el puente entre el Legado de Cristo y toda la humanidad.
Los hechos de Mi Pasión no sólo fueron hechos físicos, vistos y reescritos por varios apóstoles y por todos los que participaron en aquel tiempo de esos acontecimientos. Los propios ángeles de Dios registraron los hechos espirituales y cósmicos de la Pasión de su Señor, porque detrás de ese escenario terrestre en la Pasión de Cristo, los universos se movilizaron y grandes consciencias lumínicas se desplazaron a la Tierra para cooperar y trabajar en la redención de la humanidad y en la expulsión de Luzbel de la esfera del planeta.
Porque cuando Yo expiré en la Cruz, él fue vencido setenta y siete veces, y los infiernos se cerraron, muertos resucitaron y cantaron glorias en las calles de Jerusalén, enfermos se sanaron, almas despertaron y tomaron consciencia de porqué estar en la Tierra y de lo que vinieron a cumplir como esencias.
El Universo de Dios descendió a la humanidad, pero Él en Su Comando Mayor permitió que Sus más grandes enemigos y el ángel caído aprendieran de la victoria de la Pasión de Jesús para que esos hechos no se volvieran a repetir nunca más. Porque la fe de los creyentes de Cristo, a través de los tiempos, sería tan grande y poderosa que permitiría el reaparecimiento de su Señor en el fin de los tiempos, es decir en este tiempo actual y en este momento.
Ahora comprenden, compañeros, que forman parte de un acontecimiento pasado y de una historia que debe concluir en sus vidas con el triunfo del amor y de la verdad dentro de cada uno de sus seres, y que no deben perder una vez más la oportunidad porque ya no habrá otra, en este tiempo ni en el próximo.
Los universos se movilizaron hacia la Tierra y las fuerzas superiores entraron en este planeta con todo el poder de la Luz de Dios, para retirar del cautiverio a cuantos allí estaban hace mucho tiempo, desde Abraham hasta el presente.
Es así, que hoy ustedes están aquí, porque de alguna forma fueron retirados de ese cautiverio, de la cadena interminable de los errores, que proviene del Universo y continúa en la Tierra.
A través de los tiempos recibieron una Gracia mayor para poder, hoy, estar aquí ante Mí y muchos más esperan por esa Gracia, por esa oportunidad de estar delante de su Señor para aprender a cumplir Su Voluntad y no perder el tiempo de la Gracia Divina que esta terminando, antes que suceda el Gran Juicio Universal.
Yo los traje aquí como almas y no como personas para contarles la verdad, verdad tan semejante a la que les conté a los apóstoles en aquel tiempo.
Pero ustedes ya tienen una experiencia, un origen y un pasado, que aún está siendo redimido y transmutado por su responsabilidad para con la fe y la vida espiritual con Cristo.
No hay tiempo que perder, no hay tiempo que esperar. El conocimiento espiritual que está en los universos, aún espera para descender en el planeta y mientras ustedes mantengan su adhesión Conmigo, el Conocimiento divino llegará tan semejante a una lluvia que cae del cielo de una forma continua y permanente.
Así sus espíritus se ennoblecerán, sus almas serán exaltadas porque darán reconocimiento a la Pasión y a la muerte de su Señor, y no harán lo mismo que muchos hacen, de no dar valor a lo que Yo hice por ustedes en aquel tiempo.
Cada vez que recuerdan Mis hechos están ante una oportunidad de dar un nuevo paso en los grados de amor y de consciencia. Están asumiendo con responsabilidad el camino, apartándose de las apariencias y desilusiones del mundo, y de todos los caminos confusos y espirituales que ofrece la humanidad en este tiempo, solamente para alejarlas de Dios, a cada una de las almas que Yo convoco.
Ustedes decidieron ser Mi nuevo rebaño, para unirse a Mi viejo rebaño de la Iglesia extendida por toda la Tierra y para que, en esa fusión de amor y de hermandad, pueda prepararse la Tierra y la consciencia humana para Mi reaparecimiento físico en la humanidad, en el esperado Segundo Retorno de su Señor.
Guarden estos conocimientos como los últimos. Revivan, de tiempo en tiempo, la Sagrada Semana, para que sus vidas se tornen sagradas al tomar contacto con la aparición de su Maestro y Señor y especialmente con Su Verbo, que es el Verbo del Padre, que se pronuncia al mundo por última vez en este tiempo crucial y definitivo de la humanidad, en el que grandes decisiones deberán ser tomadas y esas decisiones de sus vidas los colocarán cerca o lejos de Mí.
Por eso, es necesaria la oración para que la tentación no prevalezca y los Códigos Divinos que Yo les entrego en cada aparición puedan producir méritos en sus consciencias y despertar nuevos frutos en sus espíritus, para que más talentos estén disponibles para su Maestro y Señor. Que Yo pueda ser la razón de su existir.
Y así, Mi Madre María dando el "sí", salvó al mundo y concedió que, por medio de Su humildad y pobreza, Su Hijo y Su Señor estuviera aquí en este día para compartir con Sus hijos los triunfos y los méritos de Dios a través de la persona de Cristo, en Divinidad y en Espíritu.
En este día, en el que el cuerpo del Señor es flagelado por el mundo, por la indiferencia de los hombres, por la desigualdad de las naciones, por el hambre de los más pobres y la falta de cura en los enfermos es que este Cuerpo dolorido es ungido por las oraciones de los que lo aman, aquellos que veneran y reconocen la Persona de Jesús como el Redentor.
Hoy vengo a anunciarles la Pasión del planeta y las agonías de la humanidad, que aún nadie ha conseguido curarlas ni aliviarlas, por ser muchas.
Por eso en su ofrenda de servicio a la humanidad y a los Reinos de la Naturaleza, por su entrega en la oración y en la vivencia de la Eucaristía, por su compromiso responsable y su adhesión a los Planes de Dios es que aliviarán el Cuerpo dolorido de su Señor y las llagas espirituales de la humanidad se cerrarán siendo ungidas por el Espíritu Santo, que todo lo renueva y todo lo cura.
En nombre de las Llagas de su Maestro y Señor y de todos Sus padecimientos, vengo a ofrecerles, compañeros, la unción y la cura espiritual de sus errores y de sus llagas internas y profundas, que solo Yo conozco de cada una de sus vidas.
Colocamos las manos en señal de recepción y nos ponemos de pie.
Nos abrimos al milagro de las Llagas de Cristo y al poder de la Luz que ellas contienen y ofrecemos nuestro amor para cicatrizar las Llagas de Jesús, para que nuestras propias llagas sean curadas de todo mal y de todo dolor.
Me colocaré sobre ustedes para ayudarlos.
Quien pueda que se arrodille y sienta en sus seres la presencia de Jesús y el poder de cada una de Sus Llagas.
Escuchamos Su Palabra y acompañamos en el silencio de nuestro corazón esta intervención divina y este momento de Gracia que nuestro Maestro y Señor concede al mundo entero por los méritos de Su Pasión y por el triunfo de Su Amor Invencible.
El Señor está esparciendo Su Luz sobre todos. Esa Luz ingresa por nuestra cabeza y llega hacia nuestro corazón, a lo más interno de nuestro espíritu, en lo más profundo de nuestra alma.
Jesús concede la cura por medio de Sus Luminosas Llagas y camina sobre ustedes irradiando Su Luz, haciéndolo también por el mundo, por los que más sufren, por los que mueren, por los que padecen las guerras, por los que son refugiados, por los que están enfermos mentalmente, por los que están presos.
Él esparce Su Luz espiritual y por medio de esa Luz, en este día de Su Pasión, Él concede la Paz y el equilibrio en todos los planos y establece así, en este viernes Santo, la comunión espiritual entre las almas y Dios, así como María Santísima vivió la comunión con el Padre, mientras gestaba a Su Hijo durante nueve meses.
Ahora Jesús encomendó a cuatro grandes ángeles que se coloquen en los cuatro puntos de la Tierra, para Él poder orar por la humanidad. Acompañaremos en nuestro silencio Su oración, sabiendo que en esta hora y en este momento estamos siendo ayudados por Su Luz Espiritual y por los méritos de Su Pasión.
Dejemos entonces que nuestro ser esté vacío, entregado y donado en comunión con Su Divinidad.
"Adonai, Fuente de la Verdad y de la Justicia, Origen de los orígenes, Océano infinito de Amor, Universo inextinguible, representación de todo lo creado, Divina Gracia manifestada, Soplo del Espíritu Universal, Poderoso Señor, Fuente de Renovación y de Amor.
Así como Tú Me concediste llegar al mundo y encarnar entre los hombres, hoy te pido Emmanuel, que surja de Tu Fuente la absolución divina para transmutar los errores de los hombres, sublimar con Tu Luz a los corazones y expurgar el mal de la Tierra para que nuevamente sea Tu Amor el que triunfe y que pueda surgir en todos Tus hijos, en todos los que afirman su fe y su confianza en Ti.
No mires los errores del mundo, la perversión de estos tiempos. Que Tu Corazón, Abba, ya no sienta más indignación y tampoco ira, sino que Tu Corazón se alegre por la alegría de Tus hijos. Que Tu Corazón se encienda en gratitud por la gratitud de Tus hijos, porque así triunfará Tu Amor y se hará justicia. Consuela a los oprimidos, así como Me consolaste a Mí en cada paso de la Pasión. Que Tu Gracia se expanda, que Tus poderes desciendan y que se cumpla hasta el fin de nuestros días Tu Voluntad, Amén".
Llevamos nuestras manos sobre el corazón. Nos podemos sentar y agradecer.
Vivan Mi Pasión como un triunfo y represéntenme en la Tierra como Mis nuevos apóstoles, aquellos que llevarán Mi Amor a la humanidad y se entregarán a los pedidos de Dios de una manera incondicional y permanente, a fin de que se cumpla Su Voluntad.
Extendiendo Mis brazos y Mis manos sobre el mundo y sobre ustedes, Yo les concedo la Paz para que nunca la pierdan de vista, para que siempre la recuerden, porque en la Paz se redimirán y en su redención alcanzarán la confianza del Padre así como el Padre confió en Su Hijo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Repitamos ahora ante de la presencia de Jesús la oración que Él nos enseñó:
Padre Nuestro (en portugués).
Y en unidad al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, vamos a agradecer a pedido de Cristo a nuestro Padre Celestial, este día de solemnidad y de recogimiento en el Corazón de Jesús, pronunciando Sus Nombres Sagrados. Vamos a cantar los Nombres de Dios como un sólo pueblo y una sola consciencia para que el Universo descienda a la Tierra.
Gracias Señor por cuanto nos das.
En este encuentro te honramos Señor.
Y unidos a la Pasión de Nuestro Señor vamos a mantenernos en ese recogimiento, en esa unión profunda con Cristo, renovando el sacramento de la fe y vamos a agradecer a todos los que nos acompañaron a través de este medio, y después de esta transmisión, que finalizaremos ahora, en todos los Centros Marianos reviviremos la Pasión de Cristo por medio del Vía Crucis. Y seguiremos recibiendo en nuestro interior, los impulsos de Luz que Cristo dejó en el planeta.
En reverencia y en amor, agradecemos y cerramos este encuentro:
¡Gracias Padre por cuanto nos das!
Y bajo la bendición del Sagrado Corazón de Jesús, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El Sol de Dios vendrá después de la gran tormenta planetaria y todos los secretos ya estarán desvelados.
El gran cofre de la redención será abierto y los Patriarcas del ayer convocarán a todas las tribus de la Tierra para que se congreguen en el Nombre del Señor.
El Todopoderoso se mostrará al mundo como nunca antes se mostró.
Ningún ojo quedará ciego por verlo, por más fuerte que sea Su luminosidad.
Él traerá a la Tierra todo Su resplandor, todo Su Poder y toda Su Gloria; y los Nuevos Cristos, que hoy se forman en Mi camino de donación y de amor, participarán de ese gran acontecimiento.
El ángel caído ya estará redimido y todas las fuerzas perversas de la Tierra serán expulsadas, porque por el poder de la oración de todos Mis seguidores y por la persistencia y la fe a pesar de los embates del enemigo, Mi Sagrado Corazón tendrá Su victoria y Su lugar en todos los Míos.
Una espada de luz atravesará el planeta y los Siete Sellos del Apocalipsis se mostrarán.
Aquellos que no hayan seguido a Dios golpearán su pecho por haber despertado tan tarde.
Este es el tiempo de Mi gran Misericordia para el mundo.
Este es el tiempo de que todos se puedan salvar y redimir antes de que todo suceda.
La hora se aproxima cada día más y no hay reloj que lo pueda soportar, es algo inminente, sin precedentes, es algo inesperado.
Mientras tanto y mientras hay tiempo, beban de los frutos de Mi Sangre, coman de Mi Cuerpo por los méritos que Él alcanzó, y nadie perecerá.
Yo vengo al mundo para despertarlo por última vez, porque la ceguera de la humanidad es muy grande y la indiferencia tapa los oídos de las criaturas de Dios.
Pero confío plenamente en los que hoy persisten, porque así Mi Reino Celestial desciende a la Tierra y por intermedio de él desciende Mi Padre, para darle Su Gracia y Su Bendición a todo el mundo.
Sé que quisieran escuchar palabras hermosas. Mi Amor y Mi Consciencia también se reflejan en esto. Este es el tiempo de la conscientización de la humanidad, es el tiempo de asumir responsabilidades verdaderas para que todos los corazones dejen de ser tibios, porque Yo los llamo a cargar con la cruz del mundo así como Yo cargué con sus pecados, aunque no tengan consciencia.
Mi Gracia permite, compañeros, que puedan alcanzar la verdad en este tiempo para que poco a poco abandonen las vestiduras de la ilusión, del hipnotismo mundial y de la indiferencia humana, que son las raíces profundas que crean las guerras y los conflictos entre las naciones.
Pero el sufrimiento terminará, no solo aquel sufrimiento que existe dentro de ustedes, sino en todo el mundo.
Necesito preparar, a través de ustedes, Mi llegada a la humanidad. Y este ya es el momento en que las revelaciones demuestran que el mundo no está comprendiendo el Mensaje de Dios.
Necesito que sigan construyendo en ustedes el refugio que Yo buscaré en el fin de estos tiempos, porque aún deberán seguir elevando sus consciencias para aproximarse cada día más al Propósito de Dios y a Su verdad.
Tengo tanto para dar al mundo y tan pocos lo reciben, pero si hoy ustedes están aquí, así como los hermanos que Me escuchan detrás de este medio, es porque aceptan lo que Yo les quiero entregar, para aliviar su padecimiento y sus sufrimientos, para hacerlos partícipes de la comunión con Dios y para que algún día sean Sus dignos hijos en la superficie de este planeta.
No teman a las revelaciones que les traigo. No son simbólicas, son reales y palpables.
Nadie podrá esconderse de las revelaciones de Dios, porque si es el propio Dios el que Me envía al mundo y en el comienzo de esta Sagrada Semana, es para que sigan creciendo en el amor y en la fidelidad a Mí.
Aún espero que muchos den la vida por Mí como Yo la di por ustedes.
Por eso es necesario que el mundo reviva una y otra vez los hechos de Mi Pasión, no para aterrorizarse por lo que Yo viví y padecí, que fue lo más profundo de todo lo relatado, sino para que algún día sean semejantes a Mí en el ejemplo y en la palabra, en la donación y en la entrega.
Su definición para Conmigo permitirá que Mi Obra se concrete completamente en la humanidad o no se concrete.
El mundo está sufriendo así como también sufren muchos pueblos, razas y culturas.
Quisiera poder abrazar aún más al planeta, porque él está ahogándose por tanto dolor.
Por eso en nombre del Amor, de la Luz y de la Paz, Yo vengo a liberarlo con el poder de todas las herramientas de Mi Padre, con los principios que existen en todo el Universo y con las grandes Potestades Superiores de este gran espacio sideral.
Por eso necesito que sientan Mis Palabras en el corazón, que puedan revivirlas y adoptarlas como parte de sí para cuando Yo ya no esté entre ustedes, porque este es el tiempo en que se cumple la última profecía que Yo mismo prediqué hace dos mil años.
Prometí estar con ustedes hasta el fin de los tiempos y aquí estoy, con humildad y en servicio, con resignación y con entrega como muchos de sus corazones, postrados ante Dios y Su Majestad, ante Su Trono y Sus Jerarquías Celestiales, ante Sus ángeles, arcángeles, santos y bienaventurados, todos ellos hoy participando de la apertura del Gran Portal hacia la Redención y hacia la Paz.
Pero ya veo hoy los frutos de este Misterio de Amor que hay en ustedes y que trabaja silenciosamente cada vez que le dicen si a su Señor, a Su convocatoria y llamado, a pesar de lo que sea.
Dios hoy siente un gozo profundo por Sus hijos, por todo lo que le han ofrecido para que hoy Su Primogénito estuviera aquí.
Sé que no saben lo que eso significa y representa para el Universo y sobre todo para su humanidad, pero así como Yo estuve con los Míos hace tanto tiempo atrás, hoy estoy con ustedes en la comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, para que se cumpla Su Voluntad.
Hoy les vuelvo a decir y a pedir: "Ámense los unos a los otros así como Yo los amé y los amo", porque no vengo a buscar sus miserias sino su fidelidad, su perseverancia y su fe en el Plan de Mi Padre, que está en los Cielos.
Hoy vengo con una buena nueva. El mundo dejará de sufrir, de padecer y de perderse, porque en el horizonte verán venir al Hijo de Dios con todo el poder del Cielo y del Universo, revelando los misterios de la Creación y de Sus Jerarquías, abriendo los ojos de los que están ciegos de espíritu.
Y en esa hora, Yo los encontraré en un lugar que ustedes ni imaginan, pero los encontraré. Los llamaré por su nombre verdadero y profundo, y los congregaré como un solo pueblo y una sola raza sin diferencias, sin reconocimientos y sin protagonismos.
Porque Aquel que vendrá después de Mi será más poderoso, es Aquel que los creó, que los gestó y les dio la vida, para que en la vida vivieran Su Amor y lo reconocieran así como el Hijo y Su Santa Madre lo reconocen.
Yo Soy el principio y el fin.
ABBUN DAVIN ABBA, AKSHOLAM EMMANUEL, ELI BAJDA, OLAM, IKSI.
Es Él que los llama para que vivan en Él y para que Su misterio, guardado en lo profundo de Su Corazón Eterno, sea revelado al mundo y la humanidad de este tiempo recupere el proyecto que perdió algún día.
Las trompetas sonarán y los ángeles llamarán a los pueblos, a las razas y a las culturas. Y las religiones del mundo, finalmente, reconocerán al Cristo en sus semejantes.
Y una unión desconocida, inquebrantable e intransferible se vivirá en el corazón de los hijos de Dios.
Y ya no existirán religiones sino un solo pueblo, una sola humanidad bajo un solo poder y un solo gobierno ante la autoridad del Amor Vivo de Dios.
La Tierra y su superficie serán reconstruidas. Las raíces del mal se disolverán porque los redimidos proclamarán el Nombre Santo de Dios, así como lo hizo el pueblo de Israel.
Y ya no existirá conflicto ni enfrentamiento, duda o incertidumbre, porque la fe de los orantes y de los que perseveran en este camino triunfará, y el mal será vencido en su esencia para siempre.
No habrá dualidad, no existirán dos caminos, ya no existirá la elección porque el pueblo de Dios, que son todas la razas y todos los pueblos, vivirán en el Dios vivo, en Aquel que siempre quiso desde el principio que fueran partícipes de Su felicidad celestial y de Su gloria.
Tengan fe en lo que les digo y ya no importa, compañeros, quien participe o no de eso. Lo importante, en este tiempo, es que creen la condición para que eso suceda, para que los más pequeños de hoy lo vivan en el cercano futuro.
Y las madres de esta Tierra ya no llorarán por sus hijos. Las familias ya no se refugiarán en otra nación. El hambre y la injusticia no serán más el mal del mundo.
Porque Aquel que viene en el horizonte traerá la Paz y todo cambiará porque es Voluntad de Dios. Y el mundo vivirá en hermandad. Amén.
Celebremos el comienzo de esta Semana como el principio de la victoria de Cristo en el corazón de los hombres y de los que tienen fe en Su Presencia inmaterial.
Abriendo las puertas de Mi Iglesia Celestial, hoy los reúno en torno a Mi mesa para que vuelvan a ser partícipes de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, de los Dones de Dios que se donaron al mundo a través de Su Hijo, para poder salvarlo y redimirlo.
Pero que esta Cena de hoy que celebraremos, sea la Cena triunfante de las almas bondadosas y piadosas en el Señor, que llevarán en su corazón el triunfo del Amor de Cristo y la llama de la Fe para iluminar las tinieblas de estos tiempos.
En el Nombre del Altísimo postrémonos así como hoy Yo me postro ante el Padre, a Sus Pies.
Que las secuelas de sus sufrimientos sean curadas y que esta Gracia espiritual que hoy les entrego, sea compartida como el gran testimonio de la unidad entre los seres y entre los pueblos.
Hoy rezo especialmente por Venezuela. El fin está llegando y verán la Luz en lo alto de su monte sagrado, la Luz que destruirá al mal para siempre, porque América es la Nueva Tierra prometida.
Y todos los pueblos y naciones, en el Nombre del Señor, son llamados para que América y África sean la cuna de la Nueva Humanidad.
Que así sea.
Podemos ponernos de pie y seguimos en esta construcción hacia lo divino, lo inmaculado y lo puro.
Que suenen los campanarios del Universo. Que suenen las campanas de esta comunidad y de este monasterio, porque el Todopoderoso, en esta Santa Semana, se vuelve a entregar a través del misterio del Amor y de la Eucaristía a cada uno de Sus hijos.
Que hoy sean lavados por el Espíritu Santo, sean purificados por Su Llama de Amor para que, libres de toda falta y de toda deuda, sus templos internos se enciendan en la comunión con el Amor de Dios.
Agradecemos y celebramos, en lo profundo del corazón, porque el Dios de la Misericordia y no el Dios de la Justicia escuchó la voz de los orantes. Y por los méritos de Mi Pasión hoy las almas del mundo y las esencias de Dios son rescatadas por la fe que los orantes dieron a Mi Corazón.
Celebremos, porque muchas almas del infierno hoy entran al Cielo por obra de los misericordiosos.
Que florezcan los altares de la Creación. Que se enciendan las velas de la Adoración, porque Aquel que los ama los escuchó y Su Reino Celestial tocó la Tierra y curó profundas heridas.
Padre Universal,
Eterno Dios de la vida y de todo lo creado,
escucha ahora la voz de Tu Hijo,
que, a las puertas de la Nueva Jerusalén,
implora por Tu Gracia y Tu Luz
para que el mundo sea bañado por
la potencia de Tu Espíritu, de Tu Alma y Divinidad,
y para que todos celebren
el júbilo de hoy estar en Ti.
Amén.
Así como Tú bendices al Cielo,
hoy bendices a la Tierra,
por el poder insondable
de Tu Misericordia y de Tu Piedad.
Borra de los corazones el sufrimiento,
reenciende en las almas la llama de Tu Fe
para que en el fin de sus vidas,
en la última espiración de sus cuerpos,
vean abrirse el portal que los llevará
hacia Tu Reino Celestial.
Amén.
Santo eres, Señor del Universo,
por todo lo que creaste y manifestaste.
Santo eres, Señor, por la vida
que generaste y despertaste.
Santo eres, Señor, por haber creado
a las mujeres para que fueran madres
de Tus hijos hasta el fin de sus días.
Santo eres, Señor, por los hombres
que trabajan Tu tierra y la cultivan
para alimentarse de Tus Sagrados Dones,
de los Dones de la Naturaleza.
Santo eres, Señor, por haberme enviado
al mundo como un simple y humilde hombre
para demostrar el infinito Universo
de Tu Humildad y de Tu Paz.
Amén.
Y se acerca el momento en que el Hijo del Hombre se transubstanciará a través de la forma del pan y del vino, en Su Cuerpo y en Su Sangre.
Que sus corazones revivan este momento del sacrificio y de la entrega de Su Maestro y Señor por la humanidad.
Los que podamos nos arrodillamos y los que no puedan se quedan de pie.
Señor, recuerdo la oportunidad que Me diste, de poder vivir este gran sacrificio por la humanidad, y en nombre de los hechos vividos en la Última Cena, hoy les recuerdo: "Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Santo Cuerpo que fue entregado por los hombres para la remisión de los pecados".
Repitamos: Te adoramos, Señor, y te bendecimos.
Del mismo modo que en el pasado hoy les vuelvo a decir: "Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que es derramada por el Cordero de Dios para el perdón de los pecados, hagan esto en Mi memoria".
Te adoramos, Señor, y te bendecimos.
Y en unión con la Santísima Trinidad, nos tomamos de las manos para repetir el gran decreto de la unión de las almas con el Universo de Dios.
Padre Nuestro (en portugués).
Y así es consumado el misterio del Amor de Dios en la Eucaristía y en la Sangre de Cristo.
Así se revela al mundo, de una forma simple y humilde, sagrada y bendita, la Voluntad de Dios y el cumplimiento de Su Proyecto de Amor en la Tierra.
Veneremos y adoremos a Aquel que nos dio la vida y la oportunidad de amar, de perdonar y de reconciliarnos.
Que por los méritos de Su Amado Hijo, el Señor los absuelva y les conceda el Sacramento de la Reconciliación, a fin de que sientan Su Eterna Paz.
Yo los bendigo en este primer día, a las puertas del tiempo de la revelación y de la consciencia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Nos ponemos de pie.
Y en el nombre del Amor y de la Unidad en toda la humanidad se darán el saludo de la Paz.
Les agradezco.
Y como fue dicho, vengo descendiendo desde lo alto de los Himalayas para dar continuidad a la revelación del Plan de Dios, aquel que está escrito en Sus libros sagrados, guardados como copia en el Arca de la Santa Alianza y dentro de Su Fuente inmaterial, de Su gran afluente espiritual y de Su Pensamiento Divino.
Hoy, el Maestro entre los maestros, viene hacia ustedes para dar finalidad a este año, a este ciclo que ya se está cerrando en la humanidad. Ciclo que ingresará en un nuevo ciclo, en una nueva historia y en un nuevo movimiento guiado e inspirado por la Jerarquía.
En las montañas de los Himalayas se guardan muchos tesoros, los cuales, los puros de corazón los conocieron y así como todos los allegados que tuvieron una íntima relación con la montaña, con el fin de elevar su consciencia.
Aún el impulso de la consciencia de la humanidad, de su pronta elevación, debe continuar. Pero dependerá de este fin de ciclo para que eso pueda suceder. Mientras tanto, compañeros, ustedes atraviesan una transición muy desconocida por la mayoría, a través de la purificación y de la definición. Pero aún la Jerarquía espiritual no solo tiene para entregarles más revelaciones, sino también llaves que conducirán sus vidas durante esta etapa muy dura de la purificación, llaves que les permitirán atravesar los tiempos, las dimensiones y los planos para siempre poder encontrar a la Jerarquía que trabaja en una sola línea y en un mismo propósito.
Para que ese descenso de la información se pueda realizar, dependerá de que, en este lapso de tiempo en donde la Jerarquía espiritual estará recogida públicamente, haya en cada uno de ustedes una verdadera reflexión, más allá de lo que hayan podido comprender y sentir, más allá del símbolo o de la forma, aun más, más allá del propósito y del sentido infinito que nos une a ustedes y a nosotros en esta misión del fin de los tiempos por el rescate de los atributos de la humanidad y la redención de las almas perdidas y ultrajadas por mi adversario.
Para que la Jerarquía pueda seguir actuando en el planeta y en la consciencia humana, para que la Jerarquía pueda seguir trabajando en las diferentes regiones del planeta a través de todas las naciones que aún le falta recorrer y visitar, dependerá de la reflexión de Mis compañeros y de Mis allegados. Porque, ahora, la respuesta deberá venir de ustedes y no de Dios.
Es hora de asumir el Propósito con transparencia y humildad para que el Plan se pueda seguir diseñando y realizando. Para que comprendan la Inconmensurable Obra de la Misericordia de Dios, es que hoy les traigo parte de ese Plan Divino y Cósmico que Mi Santa Madre comenzó a escribir y a relatar por medio de Sus impulsos espirituales y mensajes.
Pero esta revelación no termina aquí, dependerá de esa reflexión. Lo vuelvo a decir y lo vuelvo a repetir, porque es importante que lo comprendan y que lo acepten, porque aún hay mucho por hacer.
Hay almas que aún están sumergidas en el infierno y la mayoría no lo percibe, por lo superfluo de estos tiempos y del hipnotismo de las modernidades que ciega a los corazones y los aleja de la vida del espíritu. Mientras tanto, cada uno de ustedes, según su escuela y su aprendizaje, según el grado de amor y según su madurez, tiene una responsabilidad para con el Plan de Dios.
No hay ningún otro lugar en el planeta que haya sido escogido para esto y señalado por el propio Dios de las Alturas, el Todopoderoso.
Su fe en lo inmaterial y no en el fenómeno es lo que permite la continuidad de esta obra, porque la humanidad ya fue demasiado merecedora de milagros. Ahora el milagro, cada uno de ustedes lo debe construir dentro de ustedes, para que triunfe Mi Proyecto, para que se concrete Mi Victoria en todos los redimidos.
Quiero escuchar ahora el instrumental de “Así habló el Maestro”.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En nombre de la honra de Dios, de Su Misericordia, de la Fuente de Su Gracia y del Universo infinito de Su compasión, Su Hijo primogénito, Jesucristo, tiene la autoridad de abrir Su libro Sagrado para que Sus Sagradas Escrituras Doradas sean fuente de renovación en las almas, despertar de las consciencias y continuidad del propósito en los corazones.
Abraham fue el padre que recibió las síntesis de las primeras humanidades. En aquel tiempo, el Gran Patriarca de Dios que congregaba a los pueblos que serían el preámbulo del Advenimiento de Cristo, guardaron los Tesoros Sagrados del Arca en lo que más tarde fue el Templo de Salomón.
En aquel tiempo, muchos impulsos fueron recibidos por la Divinidad. El Arcángel Gabriel y Rafael descendieron a la Tierra para entregar los símbolos de la revelación en las propias manos de Abraham, y para que estos símbolos, estos impulsos sagrados fueran fuente de renovación y de evolución en esa civilización tan antigua.
Fue tan sagrado lo que sucedió en aquel tiempo a través de Abraham y de su pueblo que, hasta los días de hoy, la propia consciencia humana, sin saberlo ni comprenderlo, guarda dentro de sí, en sus núcleos más profundos e íntimos, el legado que Abraham alcanzó como Padre y Patriarca de la humanidad.
Él fue transmutado por el Arcángel Rafael, para que en la Tierra se pudiera vivir, dentro de los pueblos sagrados que él comandaba, las primeras leyes de cura y de regeneración que permitirían desatrancar el proceso de evolución que ese pueblo guardaba de sus descendientes Adán y Eva.
Para que eso fuera posible, Abraham tuvo que formar una gran familia para que fuera heredera de los conocimientos que él recibió del propio Arcángel Rafael, con la intención y el motivo espiritual, que la historia del Proyecto de Dios que el propio Padre revelaba a los hombres más simples y humildes, pudiera tener continuidad a través de los tiempos y de las generaciones.
Abraham fue un Patriarca que sufrió y vivió la impotencia de ver, en aquel tiempo, el desvío de algunos de sus hijos, que se mantuvo a través de las generaciones y hasta los tiempos de hoy entre Israel y Palestina.
Pero ese ciclo interminable terminará en la consciencia humana. En la genética de la humanidad está guardada esa experiencia de amor que Abraham vivió en profunda unión y comunión con el Arcángel Rafael. Su legado llegó hasta las manos de Moisés a través de los mandamientos y de las Leyes que ese siguiente Patriarca conoció de las Jerarquías espirituales y universales, en el sagrado Monte Sinaí.
Ahora estas llaves, que abrieron las puertas de la consciencia de Abraham, retornarán a la Tierra por el impulso del Hijo Primogénito que proviene de esos Sagrados Padres, de ese Sagrado Pueblo que estaba en la búsqueda de la Tierra Prometida. Pero la verdadera promesa de Dios se encuentra dentro de ustedes, en la realización de la Vida Divina sobre la superficie de la Tierra, en el alcance de los diferentes grados de amor y en la donación constante de sus espíritus para la materialización del Plan en toda la consciencia humana.
Y aunque estemos en un tiempo de grandes desvíos, en donde el caos y el mal batallan para ganar un lugar, hoy los despierto a todos los seres humanos de la Tierra, más allá de sus creencias o de su fe, para esos principios y esas llaves que también se guardan en el Arca de la Santa Alianza como en el corazón humano que tiene absoluta fe y confianza en el Plan de Dios.
Por eso, compañeros, así como Abraham se sirvió de los Principios de Dios y de todas las dádivas celestiales, sean dignos en el Señor y también sírvanse de esos principios y de esas llaves, plenamente identificados y representados en los atributos de la Madre Universal.
Si cada uno de estos atributos de cumpliera y se viviera al pie de la letra, una nueva humanidad nacerá y ya dejará de ser una promesa. Mismo un advenimiento será una realidad que será construida dentro de cada uno de ustedes, viviendo el camino de la transformación y la trascendencia, de la donación y de la entrega por los millones de almas que están encarnadas en este planeta y no lo hacen.
La unidad entre los pueblos y las religiones, profecía escrita en la Sagrada Biblia sucederá cuando dentro de cada ser humano despierte el Cristo interno, para dar continuidad a la Obra de Dios y a su Divino Proyecto en este planeta como en otros.
Sean como Abraham, sean como Moisés o como Mi propio primo, Juan el Bautista, que fueron difusores y precursores de la vida crística por medio de un modo de vida de simplicidad, de verdad y de entrega inconmensurable a Dios.
No les pido que sean patriarcas o profetas ni tampoco grandes servidores Míos. Yo necesito a los más miserables, a los más imperfectos, a los más condenados y a los más perdidos para rehacer la Creación y establecer, finalmente, cuando Yo retorne al mundo físicamente, una nueva colonia de Cristos que sabrán vivir el amor, la hermandad, la fraternidad y la unidad con el Único.
Dios entregó a Abraham un tesoro que no tuvo continuidad en el planeta y en la humanidad. Dios le dio conocimiento a Abraham de la venida del Mesías, de la llegada de la Madre de Dios como una simple mujer que fue escogida para ser el receptáculo del propio Dios. Le dio a conocer la llegada de San José, de un simple carpintero que llevaría adelante la misión más importante de todos los tiempos, desde el principio de la Creación hasta el fin de los tiempos.
Entonces, compañeros, ustedes, ¿ante quiénes están? ¿Reconocen nuestras faces? ¿Sienten nuestros corazones? ¿Palpitan en nuestro amor y son movidos por nuestro espíritu para llevar adelante, en el fin de esta trayectoria, el gran Plan de Rescate?, que deberá tener continuidad por la sincera adhesión de todos que comprenden, más allá de las formas y de la mente, la importancia de que en este tiempo se materialice el Plan de Dios.
Abraham conoció a los Sagrados Corazones en los planos internos y enseñó a todos sus hijos y a su pueblo que era imprescindible y fundamental vivir en el amor, más allá de las dificultades y de todas las pruebas, más allá de toda oscuridad y tiniebla.
Ahora que todos ustedes ya saben que son hijos de Abraham y de su descendencia, y de las antiguas tribus de Israel, expandidas por los cuatro puntos de la Tierra, tendrán en sus manos y principalmente en sus corazones la oportunidad de concretar el Plan de Dios. Y que a través del Amor-Sabiduría y del principio de la Sagrada Hermandad que trasciende todas las diferencias, todas las dificultades y todos los malos entendidos, podrán unir a las culturas y a los pueblos en la esencia del amor y de la verdad. Porque cuando eso suceda, será la señal de la raza humana de que Yo tendré el permiso y la autoridad universal de retornar al mundo por segunda vez, para que toda la raza humana: los perfectos y los imperfectos, los caídos y los resucitados conozcan al Hijo de Dios como Él es, desde el principio al fin, para que se cumpla así la Ley de la Divina Voluntad.
Como el Amor de Dios llegó a Abraham, Mi Amor siempre llegó a sus corazones.
Quiero generar en su interior una verdad pura que sea capaz de iluminar el fin de los tiempos, de trascender las fronteras y de unirse al prójimo más allá de su religión o de su credo, de su ateísmo o de su fe.
Que las columnas de Cristo, que prepararán el retorno del Hijo de Dios, puedan implantarse en la superficie de la Tierra. Que las vivas columnas de Dios representadas por los seguidores de Cristo que no viven ninguna manipulación, que no profesan ninguna mentira, que son verdaderos, transparentes y cristalinos como el agua, y que, más allá de sus impurezas y de sus errores universales y planetarios, estarán anunciando en sí el retorno del Señor, el “sí” del retorno del Señor, para este tiempo definitivo y por medio de esta obra.
Cuando se cumplan Mis palabras en ustedes, especialmente en estos dos próximos meses, es que Yo esperaré, ardientemente, poder retornar para seguir compartiendo con cada uno de los Míos la fortaleza que necesitará, la confianza imprescindible que precisará para poder abarcar la Obra de Dios, más allá del Brasil y de Sudamérica. Para abrir su consciencia y su corazón para acoger y recibir a los que buscarán la luz de Cristo, la luz de María y de San José en este lugar bendecido por Dios y señalado por Su Sagrada Mano, antes de que ustedes encarnaran en la Tierra.
Por eso, el compromiso de todos es muy grande; no solo en la Obra de Dios, sino en el mantenimiento de las Islas de Salvación. Espero que todos comprendan lo que estoy diciendo, porque cada uno sabe lo que debe escuchar para que se torne un ser responsable, maduro ante la Voluntad Divina y ante la necesidad de seguir haciendo florecer las Islas de Salvación, y eso también va más allá de lo material.
Las dádivas de Dios no pueden ser sacadas de aquí. Este fue el lugar escogido por el Padre, así como los demás Centros Marianos para que, en la semejanza de la simplicidad de la Casa de Nazaret, fueran verdaderos receptáculos y templos en donde el Dios Viviente esté presente en los momentos de mayor tribulación, en donde la luz será escasa y la oscuridad será muy grande por cegar a los corazones con sus propios espejismos.
Por eso, hoy les entrego, del Libro de Dios, la revelación de la vida de Abraham y del legado que él recibió como persona, como alma y como espíritu. Ese legado no puede terminar en Israel, una historia que se sabe de lo que allí se vivió. Ese legado debe continuar, vibrante y luminoso, en el corazón de las personas que profesan su fe a Dios y su confianza para que se lleve adelante Su Sagrada Voluntad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Cerrando el Libro de Dios, abro el libro de sus historias internas para que Mis Palabras se escriban en él y ya no sean promesas, sino realidades. Realidades que serán de verdad y que se podrán manifestar por la consecuencia y la adhesión de los Míos.
La decisión está en sus manos y, sobre todo, en sus corazones. Celebraremos esta noche la Eucaristía de la Reflexión y de la Sabiduría para que el discernimiento en estos dos próximos meses, esté en todos los seres humanos. Para que la oración diaria, la comunión diaria y la confesión diaria con Mi Corazón Misericordioso sean atributos que impulsen el despertar de la consciencia y el discernimiento promovido por el Espíritu Santo para que se cumpla la Voluntad de Dios. ¡Qué así sea!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nos ponemos de pie a pedido del Señor.
Y a Su pedido, vamos a celebrar esta cena junto a Él, bendiciendo los elementos del Altar, ofrecido por los corazones nobles, los corazones humildes que abrazan el llamado de Dios a través de los tiempos.
Cada uno de ustedes en este momento, compañeros Míos, tendrá la oportunidad ante Mi Iglesia Celestial de realizar su oferta y su entrega, en el silencio más íntimo del corazón y del alma. Porque en ese lugar, en ese sagrado recinto interior de cada ser, Dios escucha la voz de sus súplicas.
Pueden comenzar a rezar interiormente.
No lo hagan solamente por ustedes, sino por el mundo entero. Abracen el planeta así como Yo lo abrazo. Amen a la humanidad imperfecta, inmadura y errada, así como Yo la amo, desde que nací hasta que enseñé, pasando por la cruz y por la Pasión, la Muerte y la Resurrección, más allá de la Ascensión y del retorno de Mi Corazón y de Mi Sagrada Presencia en la humanidad, sigo amando a esta raza y abrazando a este planeta, más allá de su condición y de sus aprendizajes.
Que esta oferta se amplíe, que no se restrinja a sus pequeñeces. Que sea una oferta capaz de ir más allá de las fronteras, de las naciones y de los pueblos. Que llegue, esa oferta, al Corazón de Dios, por los que verdaderamente sufren y no tienen nada, ni siquiera la dádiva de escucharme aquí, así como Me escuchan ustedes hace bastante tiempo.
Si esa oferta fuera de esa forma, Me dejarán tranquilo y Yo pacificaré sus corazones, porque cuando Yo ya no esté más con ustedes en el próximo ciclo, será la señal que habrán comprendido y entendido que todo lo que viven y hacen, deben hacerlo por amor por la humanidad y por este planeta para que mantenga su eje en equilibrio, más allá de la purificación y la transición que la Tierra vivirá duramente.
Cielo y Tierra podrán pasar, pero Mis Palabras serán vivientes en ustedes. Serán Perlas de luz en los tiempos de mayor tribulación; y no tendrán dudas. Su fe no se enflaquecerá, no se debilitará. Será una fe fuerte y madura que se arriesgará a dar la vida por Mí.
Que el legado de Tu Sagrada Arca descienda a la Tierra para cumplimiento de Tu Divina Voluntad.
Bautízalos, Señor, con la Luz de Tu Espíritu, para que la lluvia de Tus Gracias penetre en lo profundo de las almas y cure a los corazones doloridos.
Hoy Mi Inconmensurable Amor se mostrará a todos, en un simple acto de consagración, para que sean testigos de que hoy y que aún estoy con ustedes hasta el fin de los tiempos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Lucy, de Venezuela, puede venir aquí para consagrarse como Auxiliadora. El Señor necesita de un velo y de un aceite para ungir.
En este momento, cada una de sus almas tendrá la oportunidad, delante del Padre Celestial, de volver a vivir esa reconsagración interior a Mi Sagrado Corazón. Recuerden que eso es importante para Mi Consciencia, así como también es importante para Mí de que sigan orando con fervor la reconsagración de Brasil a Mi Sagrado Corazón. Esta tierra no puede ser sumergida ni invadida, debe ser el Edén que Dios escogió desde el principio de Su Creación para generar aquí la familia universal.
Hija Mía, Dios te bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Te unjo con Mi Luz, para que Mi Luz esté en todos los que te rodean. Amén.
Mientras estoy aquí, los códigos de la Sagrada Arca descienden sobre ustedes y el mundo.
En aquel tiempo, por ustedes, Yo tomé el pan y reunido con Mis apóstoles, que representaban a muchos más, Yo les dije: “Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado y ultrajado por los hombres. Que sufrirá y morirá por todos para el perdón de los pecados. Hagan esto en Mi memoria hasta el fin de los tiempos”.
En aquel tiempo tomé el Santo Cáliz del Señor y elevándolo a Dios, el Todopoderoso lo bendijo. Lo entregué a Mis apóstoles, diciendo: “Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será eterna en todos los que Me sigan y Me vivan, a través de los tiempos, hasta que Yo retorne a la humanidad por segunda vez”.
“Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo, dichosos los que son llamados a servirse del Señor.”
Bienaventurados serán los que hoy comulguen de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, porque tendrán la Gracia y el impulso de poder representarme interiormente para los próximos tiempos.
Hija de Israel y de Abraham, hija predilecta de María Santísima, Hija y Esposa Mía recibe el Sacramento del Altar, la donación perpetua de Mi Corazón por las almas que deben vivir Mi Amor a través de los tiempos.
El Cuerpo de Cristo...
Recibe del Cáliz, la poderosa y preciosa Sangre de Cristo, el manantial infinito de la Gracia y el Universo de la Cura, para que todas las dolencias espirituales sean disipadas y se establezca el Amor y la Voluntad de Dios en tu vida.
La Sangre de Cristo...
Ahora es momento de celebración, de júbilo y de alegría, porque los redimidos se están congregando. Los hijos de Adán y Eva se están uniendo. Los hijos de Abraham están recibiendo su legado y dando el paso para vivir los Mandamientos que una vez recibió Moisés; a fin de que la Tierra, en este tiempo, a pesar de su decadencia y de su enfermedad, a pesar de los conflictos en las naciones y en los pueblos, de la muerte y del hambre, prevalezca el amor, el que nunca será ocultado ni vencido por los que pronuncian la Victoria de Cristo en la humanidad, la Victoria de Cristo dentro de sí.
Por esa razón, bienaventurados sean los misericordiosos, porque siempre recibirán Misericordia y donarán Misericordia por donde vayan y pasen.
En unión a las Sagradas Revelaciones de Dios y la Suprema Fuente Divina, principio de Amor y de Unidad, en nombre de los Arcángeles y de los Ángeles del Universo y de toda la Jerarquía Espiritual, en nombre de la Hermandad y de la Fraternidad, Yo los bendigo y bendigo al mundo para los Cristos internos que despertarán en esta Navidad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por tener ánimo de escucharme y por abrirse a las correcciones de Dios.
Un corazón se transforma siguiendo un solo camino y estando en una sola barca, que es la barca que Yo les ofrezco, la que los llevará hacia el puerto de Mi Corazón para vivir el Amor eterno, el Amor inapagable, el Amor intransferible, el Amor invencible.
En nombre de la Luz de Dios, para que la Luz esté en la Tierra y en los nuevos cristos, fraternalmente, se darán el saludo de la Paz.
¡Les agradezco!
Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Así como fue en el Huerto de los Olivos, hoy le hablo al Corazón de Dios para que escuche la Voz de Su Hijo ante la gran necesidad planetaria, para que escuche la voz de Sus siervos ante el clamor y la súplica de sus oraciones, para que Él se sirva de todos los sacrificios y de todas las renuncias, a fin de llevar adelante Su Sagrado Plan.
Hoy llevo sus consciencias hacia el Universo, hacia la gran cúspide sideral, para que los grandes arcángeles los contemplen, para que el Universo Mental las perciba, para que el Universo Espiritual las acoja, para que toda la Creación los ayude en este momento final en donde las últimas operaciones de la Jerarquía están en juego para definir a la Nueva Humanidad.
Por eso, abran sus corazones para ese sentimiento de unión con Dios, cueste lo que cueste, suceda lo que suceda.
Que sus corazones no muden de sentimiento ni tampoco mude su amor por Dios, porque lo que está escrito se está cumpliendo, dentro y fuera de los seres.
Las grandes revelaciones están llegando para anunciar a la humanidad que es tiempo de cambiar su consciencia y de salir de ese método de autodestruirse y de lastimarse de tiempo en tiempo.
Por segunda vez vendré al mundo, caminando como un peregrino en el Universo, atravesando portales y estados de consciencia para finalmente llegar aquí, a la Tierra, a anunciar la última palabra de la salvación y de la redención de la humanidad; para llevar adelante el juicio de los caídos, de los que cayeron en el Universo como en la Tierra, como también para llevar al Cielo a los que glorificaron Mi Nombre y lo hicieron parte de sí, no solo en su vida espiritual, sino también en sus obras de caridad y de bien.
Cada día que pasa ese tiempo se está acercando, por eso la importancia de que sus espíritus estén coligados con la gran bóveda sideral en donde todas las Jerarquías se reúnen para contemplar, con el mayor grado de amor, a la humanidad que ha perdido su inocencia, su transparencia, su fidelidad y su compromiso con la Creación.
Este pequeño planeta, que es un punto en el gran espacio sideral, es muy amado y considerado por otros Universos, por otras humanidades, por otras consciencias que son anteriores a todas sus consciencias, desde antes del principio de la primera humanidad.
Entonces, comprendan, compañeros, que no vienen caminando solos en esta humanidad ni a través de los tiempos ni tampoco a través de las generaciones; que todos son observados y acompañados por algo que viene del Infinito y de lo Mayor, como una gran corriente de luz y de amor que se ofrece, de ciclo en ciclo y de era en era, para que la humanidad despierte a la razón y al motivo de su verdadero propósito.
Como otras humanidades, ustedes, compañeros, están escribiendo una nueva historia, y esa historia que hoy están escribiendo tendrá sus frutos cuando ya tenga correspondencia con el Universo, con la Voluntad.
Por eso los desafíos de estos tiempos serán exigidos y muy esforzados.
Deberá nacer de ustedes un amor incondicional y mayor, capaz de trascender los límites, las barreras y los obstáculos de la consciencia material y arcaica.
Esta humanidad actual ha llegado al momento más culminante después de los últimos tiempos, después de los últimos millones de años que han pasado desde el surgimiento del primer Proyecto por medio de Adán y Eva.
Ahora, en estos tiempos cruciales, reciban los impulsos desde la bóveda sideral del Universo para que ustedes, y la próxima generación que vendrá después de ustedes, no siga gestando en su consciencia espiritual el pecado original y los errores que siempre los hace sucumbir en los infiernos de esta Tierra.
Abro las puertas a la Consciencia Universal para que todos puedan entrar y encontrar esa coligación tan importante con sus verdaderos espíritus, aquellos que firmando un compromiso con el Universo, vinieron a la Tierra para concretar una parte de la gran e infinita Voluntad.
Los que hoy viven la Voluntad de Dios que se sientan partícipes de la alegría del Universo, a pesar de vivir momentos cruciales y definitivos.
Los que hoy no la cumplen les llegará la última oportunidad de arrepentimiento y de reflexión, a fin de que no pierdan el afluente de la Gracia que proviene del Corazón del Padre.
Por eso, todas las Jerarquías del Universo y los grandes arcángeles del Universo Mental se han reunido para evaluar este último tiempo, que es parte de la gran revelación del Apocalipsis, en donde señales muy desconocidas y revelaciones muy profundas llegarán a las consciencias con el fin de elevarlas de estado y de vibración para que puedan percibir la realidad.
Es momento de traer hacia la Tierra ese legado que una vez vivieron en el Universo. Es momento de ofrecerlo al Padre para que esté disponible dentro de Su Plan de Amor y de Redención.
De esa forma aprenderán a transmutar sus propios aspectos y condiciones para que, forjando la luz de sus espíritus, estén en comunión con lo Alto y dentro de la gran corriente de la Divinidad.
Sus soles brillarán de forma incandescente.
Sus ojos se abrirán para ver las señales que aparecerán en el horizonte y que el propio Universo proyectará a la Tierra para advertir a la humanidad los últimos mensajes del gran despertar.
Ya no importará los que crean o los que no crean, los que estén presentes o los que estén lejos.
La Creación piensa en una gran definición, revelando Sus Misterios y abriendo las puertas a través de sus llaves, tan espirituales e internas que elevarán la consciencia.
Por tanto, recuperen su filiación con el Universo y digan “sí” a la Voz que escuchan de Dios por medio de Su Hijo, y ayudarán a construir lo nuevo que deberá llegar algún día y que tal vez no lo verán físicamente, porque no estarán presentes.
Pero ustedes y sus consciencias, principalmente, pueden ser ese puente para que consciencias más miserables e ingratas tengan la oportunidad de redefinir sus vidas, de reencontrar el camino y de llegar, especialmente, a Mi Corazón, en donde Yo tengo tesoros para todos, en donde Yo expreso ideas y principios para las consciencias que Me siguen y Me sirven.
No permitan que sus estrellas dejen de encenderse.
Aférrense a la Unidad Divina y todo sucederá como está previsto.
Pero desde el Universo llegará la señal, así como llega en este momento para todos, en donde la atención en las Palabras de la Jerarquía será imprescindible para su caminar y su guía.
Abran, entonces, aún más el corazón para que el fuego de la Jerarquía pueda ingresar y transubstanciar sus condiciones, volviéndolas divinas, sublimes y elevadas al servicio de Dios.
Así sus espíritus internos estarán más cerca y sentirán en su interior ese fuego que los moverá y los motivará a llevar adelante el Plan, a pesar de lo que suceda o de lo que se presente en sus caminos.
Revivan entonces esa filiación con lo Alto y recuérdenlo todos los días, porque ya no habrá una próxima vez.
Las oportunidades se están acabando, las gracias del Universo se están reduciendo, la Misericordia recoge Su Fuente para que llegue la Justicia.
Lamentablemente es hora de escoger y de no estar en dos caminos al mismo tiempo.
No quiero que Mis discípulos sean como las monedas. Quiero su honestidad y su confirmación ante la presencia de Mi Corazón, porque Yo nunca los dejaré solos, cuando confían en Mí.
Quisiera que esto lo escucharan más almas y más consciencias en el mundo, en más lenguas y en más idiomas, pero vengo primero a decírselo a ustedes, porque son los que están más cerca de Mí, caminando a Mi lado después de tantas experiencias y pruebas.
Una vez más, el Universo se presenta en Su Consciencia Espiritual para acogerlos y recibirlos, para mirar hacia dentro de ustedes lo que existe de verdad y lo que surgió de las Fuentes del Universo.
Reciban entonces este mensaje de paz y de consciencia de los hermanos de otrora.
Sientan el pulsar de otros Universos que irradian su amor y su paz a la humanidad y a su planeta herido.
El cambio de unos pocos hará el gran cambio en toda la humanidad, siempre lo ha sido así, la historia se vuelve a repetir con diferentes experiencias, pero con las mismas consciencias de otros tiempos.
La Llama del Propósito Divino hoy los bendice y los conduce hacia su destino, el que fue pensado por Adonai.
Reciban, entonces, Mi bendición de todas las grandes Consciencias del Universo, para que se eleven las estrellas caídas, para que despierten las células dormidas, para que atraviesen el portal hacia la Nueva Humanidad, en Cristo y por Cristo.
El tiempo que llegará será muy duro. El sufrimiento que ha escogido la humanidad será muy grande, pero el Universo estará atento a la voz que pida y que suplique por ayuda, porque será escuchado con sinceridad.
Atraviesen los tiempos con valentía y sigan escribiendo ese cambio tan prometedor, que deberá comenzar primero en sus vidas, para después comenzar en el mundo.
Hoy los elevo a todos en Mi Oración.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Si no comprendes las Obras del Señor, únete a ellas, porque algún día las comprenderás. Yo solo necesito que amen lo que les pido y que lo hagan siempre bien, para que el Padre que está en el Universo sea honrado y glorificado y las almas puedan ser partícipes de Su Gracia por medio de los que responden a Su llamado.
No intentes comprender lo que sucede en este tiempo porque no lo conseguirás. Aférrate a la dulzura de Mi Corazón, porque así todo lo comprenderás a su debido tiempo.
Las señales que Yo traigo para la humanidad son para generar el gran cambio de la consciencia y en algunos casos será doloroso y difícil, pero toda mudanza tiene un porqué y un sentido.
Yo necesito, compañeros, que se sumerjan en la Comunión Conmigo para que siempre puedan tener disponibles Mis Dones, que serán estrellas guías en sus caminos y sobre todo, en su mundo interior.
Hoy vengo a buscar descanso en los que no se cansan de estar en Mí.
Hoy vengo a buscar refugio en los corazones fieles a Mi Presencia, en los que se unen a Mí todos los días bajo el espíritu incondicional y bajo la protección del amor.
Hoy, Yo vengo desde el Cielo para darles algo. A través de Mí traigo las profecías del Cielo, las que hoy muestro a algunos para que puedan comprender lo que vendrá.
Después de que Yo haya salido de aquí, después de haberlos bendecido, esto llegará y se manifestará; por eso, busquen vivir en Mí y únanse a través de Mí con todo el Universo.
Allá arriba está lo que en verdad necesitan. Allá arriba está lo que ustedes vivirán después, pero para que lo que está arriba pueda descender, deben estar conectados con la Fuente y las soluciones llegarán.
No hay prueba en esta vida que no tenga respuesta; por eso, Yo les traigo esa respuesta y por medio de la profecía, les traigo la revelación.
He pedido llegar a este humilde lugar para poder decirles esto, porque aquí, nadie contrario a Mí, los encontrará.
En el refugio de las Comunidades Yo protejo a Mis ovejas. Cuando Mis ovejas están dispersas y no escuchan el llamado del Pastor, no las puedo proteger y tengo que llegar a ellas de alguna forma, por medio de alguna señal o de algún mensaje para que vuelvan a Mi Camino, para que retornen a la Morada del Padre Celestial.
Los rebaños en este tiempo están presentes en esta Tierra, no solo para aprender a pastar nuevos atributos, sino para vivir una transición y una purificación; algo que nadie ha vivido en ningún otro tiempo. Por eso las almas temen a la presión de estos tiempos. Pero Yo les vengo a quitar esa presión que podrán estar viviendo en este tiempo.
Si estoy aquí, es porque Mi Padre lo quiere. Si estoy aquí, compañeros, es porque vengo a ofrecerles Mi Corazón, como ese Manantial inagotable que los renovará, y los purificará y los aliviará.
Por medio de la Palabra del Hijo de Dios les traigo la profecía, algo que no puede comprenderse con la mente; solo se puede sentir con el corazón, aunque sea un misterio.
Algo grandioso podrá ser vivido aquí en Europa, pero dependerá de esa adhesión incondicional con el gran Mensajero de Dios.
Si están aquí es porque les corresponde estar aquí y no en otro lugar. Los que hoy no están aquí es porque les corresponde estar en otro lugar, es decir, en otra escuela y en otro aprendizaje.
Todo lo que viven tiene un sentido y un camino. Yo les vengo a revelar por medio de Mi Palabra, el sentido de ese Camino, aunque sea un camino doloroso o un camino alegre.
Yo los invito, compañeros, a encontrar sentido a todo lo que viven en la vida, porque así no se amedrentarán; encontrarán respuesta a todo lo que necesitan y comprenderán el porqué de lo que sucede.
Siento que no están comprendiendo lo que les estoy diciendo, sus mundos internos sí comprenden; sus almas sí escuchan.
Sus corazones pueden sentir o no Mis Palabras, pero si Yo estoy aquí es porque les estoy indicando donde deben estar, que es aquí, en esta parte de la Obra que Yo llevo adelante con ustedes por una Voluntad aún desconocida por todos.
En esa serenidad que hoy les traigo, les pido que se abran al entendimiento de Mis Palabras, porque ya no hay tiempo.
Lo que deberá construirse para el próximo ciclo es importante. Aún hay muchas almas en Europa que esperan por su servicio. Que salgan de sus hogares, de sus modos de vida, al encuentro de cada una de ellas, así como Yo en estos dos últimos meses, junto a Mi Madre y San José, hemos ido al encuentro de esas almas. Y aquí tienen un ejemplo vivo de esto.
Es hora de movilizarse por el Plan, porque en el propio movimiento y en el propio flujo, en el propio sentido de la energía y de la corriente universal, se transformarán sin percibirlo y ayudarán a construir lo nuevo en lo que ya está viejo y arcaico.
El Plan de Dios no es hermético, el Plan de Dios no es sólido, él vive un dinamismo constante, porque la Fuente Superior lo alimenta para que se pueda realizar.
Ese Plan aún debe cumplirse y ustedes deben ser conscientes de esto en el esfuerzo, en la dedicación, en el servicio incondicional, en la presencia y en la adhesión a todo lo que se pide, por más que no se comprenda.
El Plan como un todo está basado en el amor y es ese amor lo que le da su propia inteligencia para que las almas despierten y lo vivan.
Hoy les traigo el Rayo de Mi Soberanía y de Mi Fortaleza, el Principio del Gobernante, porque es hora de que el Propósito Divino se alinee correctamente en sus espíritus, para que lo que está allá arriba en el Universo pueda descender. Solo podrá descender a través de instrumentos, por medio de vehículos, de almas y de esencias.
La ayuda del Universo está disponible para todos, las respuestas a todos los cuestionamientos están disponibles. Dios es pleno en Sabiduría y también en Ciencia. Aprendan a superar las dudas de la vida, las barreras y los obstáculos que les puede estar imponiendo su consciencia inferior.
Colóquense en el epicentro del Amor Universal y dejen que sus células se expandan por medio del fluido de ese Amor Universal que llega para mostrarles la correspondencia y el sentido de los próximos pasos del Plan Divino de Amor.
Solo espero que no pierdan la oportunidad; no me cansaré de avisarles hasta el último momento, porque por detrás de todo lo que no parece concretarse, se está construyendo en los mundos internos una gran obra que los dichosos de espíritu y los humildes de corazón vivirán y podrán ver con sus propios ojos, lo que con tanto esfuerzo ha sido construido.
Nadie tiene el poder en todo lo que les pido, ni Yo mismo tengo el poder en todo lo que les hablo. ¿Comprenden lo que les digo?
Todo proviene de Dios y si Él lo piensa y lo siente, se concreta. Pero Sus hijos, Sus más pequeñas criaturas de esta humanidad, son llamadas a ser partícipes de ese Pensamiento y de ese Sentimiento de Dios, que los quiere llevar a expandir su consciencia más allá de lo normal y de lo superficial.
Si Yo estoy aquí es porque Me estoy ofreciendo para eso.
Las bases de esta comunidad ya deben despuntar en el firmamento. Las columnas de este Centro Mariano ya deberían estar erguidas, porque él llevará su tarea y su misión espiritual como contraparte del Santuario de Fátima, para acoger a todas las almas que no son comprendidas, que son rechazadas, que son discriminadas y que son expulsadas por su pobreza espiritual o material.
La esencia de Lys y la pureza de Lys está en su humildad y paciencia, es eso lo que la hace verdadera, eso es Lys en la Madre de Dios.
Ustedes deben ser manos que extiendan ese misterio. Por eso deben dejar salir desde dentro de ustedes aquello que ya no los ayuda espiritualmente. Es hora de renovar las bases de este pilar en Europa; no solo por Europa sino también por África.
África espera por ustedes. Ya hemos dado muestras, compañeros, cuan urgente es la ayuda para Mis hijos de África. Cuando ustedes den el paso, Yo podré llegar a África para llevar a todos hacia Mi Misericordia, así como Yo los he llevado a ustedes desde el principio.
Solo espero que eso se cumpla y se materialice. África debe ser parte de la columna de Mi Misericordia. Y aunque sé que existen allí misioneros valiosos y almas servidoras que alivian el sufrimiento, aún a África le falta su principal columna espiritual, que es un próximo Centro Mariano que dependerá de este, para que se pueda manifestar conforme la Voluntad Divina.
Eso llevará muchas almas de los abismos hacia Mi Misericordia, de la esclavitud a la libertad, de la explotación para la alegría eterna de poder reencontrar a Dios por medio de los Centros espirituales que sirvan a la Jerarquía.
Ya tuvieron treinta años para poder comprender esto. Es hora de unirse por amor a Mi Sagrado Corazón; es hora de construir y no de dividir; es hora de hermanarse, de confraternizarse; es hora de iluminarse y de no oscurecerse; es hora de llevar adelante el designio que Dios les entregó por medio de Mi Corazón a través de la Fuente de la Instrucción.
Las bases de sus conocimientos ya están erguidas. Es hora de terminar de construir el Templo para que Dios, en Su más infinita Sabiduría y Compasión, habite dentro de ustedes para siempre y así se realice el Plan.
No se queden en lo humano. No permanezcan en lo mental. Pregunten a sus corazones: Padre, ¿qué estoy haciendo? Padre, dame la respuesta que necesito. Abre mis ojos a Tu Voluntad y ayúdame a cumplirla, según Tu deseo y Tu divino pensamiento y así sabrán amar más, como Yo los amo, como Yo los entiendo, así como Yo los acepto.
No tendré otro día ni otra hora, otro ciclo u otro tiempo futuro para venir a decirles esto. Esta es la única vez que podré decirlo. Esta es la única vez en donde ustedes podrán penetrar profundamente en Mi Corazón para que solo acepten lo que necesito, que va más allá de la vida humana, de las incomprensiones o de las dudas que puede estar imponiendo Mi enemigo.
Por eso hoy, el Gobernador del Cielo, el Espíritu de la Sabiduría y del Amor, viene a traerles claridad y transparencia espiritual a sus mundos internos, a fin de que sean colmados por Mi Espíritu reparador.
Me tomo este tiempo porque no tendré otro y estas palabras sirven para todos, no importando la escuela en la cual se encuentren, o vivan. Las palabras son para el despertar del amor en los seres, para la expansión de la consciencia de los últimos Cristos de los últimos días.
No quiero que más almas pasen por la puerta de la Justicia. Deseo que muchas más almas atraviesen la puerta de Mi Misericordia, porque así Mi Corazón triunfará, así como está escrito en el Cielo.
He escogido este lugar bendito para decirles esto. Dios aún toca con Su Mano este lugar y quiero que nunca más se olviden de esto, porque a pesar de que estén purificando o sufriendo, Dios tiene Su Mano en este lugar y debajo de Su Mano están todos ustedes. ¿Comprenden?
Si Dios tiene Su Mano aquí, es porque es por algo mayor que aún sus mentes no comprenden. Deben amar la Voluntad de Dios para comprenderla, de lo contrario, vivirán muchos obstáculos para poder comprenderla.
Sean partícipes de este misterio y de esta revelación que hoy les traigo.
Aquí, Dios por medio de Su Hijo, hoy deja plasmada Su Voluntad, para que alguien la cumpla, para que muchos más se animen a cumplirla, no solo por este lugar, sino también por toda Europa y Rusia; porque aún Rusia deberá ser partícipe del perdón y eso está en sus manos.
En Mi Silencio podrán sentir Mis Palabras y en Mis Palabras encontrarán las llaves que necesitan para abrir las puertas hacia lo nuevo, para lo que aún deberá descender desde el Universo.
Es así que hoy Me ofrezco en Cuerpo y Sangre, para que vivan en Mí ese Misterio y lo hagan parte de sus seres todos los días, sabiendo que hay algo superior y mayor que mueve todo, que los conduce y que los guía en estos tiempos cruciales en donde el amor batalla contra la indiferencia.
Elevemos al Cielo nuestra gratitud y reciban en sus corazones el apelo de Dios, el deseo más profundo de Su Espíritu, para que en Europa se realice lo que está escrito conforme en los libros sagrados del Universo.
Celebraremos esta comunión con lo Alto y con lo profundo de ustedes, para que más almas sean merecedoras de este Misterio y de su revelación, que Yo les traigo a través de la Comunión.
Incienso.
Aquí existen almas que lo darían todo por Mí, por eso estoy aquí, a la espera de ese momento.
Los ángeles del Reino de Lys hoy se congregan en torno al Señor y de todas las almas presentes y no presentes, para que, ingresando a ese Universo de Amor y de Pureza las puertas se abran a la redención de los corazones y a la conversión de los espíritus que deben convertirse en nuevos cristos.
Por medio de los elementos de la Naturaleza, las leyes inmateriales se manifiestan y en la Tierra se siembra el Propósito de Dios; algo que sus almas reciben para siempre y de lo cual deberán cuidar.
Agua
Vuelvo a testimoniar lo que una vez hizo Mi primo Juan Conmigo, de bautizarme con el Espíritu; pero hoy Yo no solo los bautizo con el Espíritu, sino también con la Gracia que convierte y redime lo imposible. Amén.
Este es Mi Cuerpo que ha sido entregado por los hombres para el perdón de los pecados. Coman de él y sean partícipes de Mi Gloria. Amén.
Esta es Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza que fue derramada por los hombres para la remisión de los pecados. Beban de ella y sean partícipes de Mi Misericordia.
Pai Nosso...
Estos son los elementos que les darán la vida eterna. Dichosos son los invitados a servirse de este Sacramento, en comunión con los santos y los ángeles del Cielo.
Vayan en paz y sean Mi Palabra en el mundo.
Las bases espirituales de este Centro ya están manifestadas. Es hora de trabajar y de concretar el Plan, así como Dios lo desea en Su más profundo ardor, para que se cumpla el amor en esta Tierra.
Después de ser bendecidos tienen que bendecir, fraternalmente, con el saludo de la paz.
Les agradezco por escucharme de corazón y de alma.
Yo los amo y los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Aún llego al mundo por los que Me aman. Y vendré al mundo cuantas veces sea necesario, porque sé que el amor de los que Me siguen es verdadero. Es ese amor y esa confianza los que Me hacen retornar al mundo, más allá de los acontecimientos de la vida, de las pruebas tan duras que vive la humanidad al apartarse de Dios y de no buscar el amor de Su Fuente.
De nuevo se cumple la profecía: Vendrá el Hijo de Dios, miembro de la familia del Rey David. Vendrá la Fuente de Dios a la Tierra, para colmarla con Sus Dones y Gracias. Y esa Fuente tan inmaterial y desconocida, sembrará Sus Gracias y Sus Virtudes en los corazones que ni siquiera imaginan.
De nuevo el Señor hará milagros en la vida de las personas y encontrarán el amor que necesitan para saber sobrevivir en estos tiempos.
Alégrense, compañeros, porque el Amor de Dios se vuelve a donar al mundo y el Unigénito llega a su encuentro para revelarles la Fuente misteriosa del Amor de Dios, que será develada para todos los que se animen a entrar en comunión eterna, con el Sagrado Reino de Dios que vibra en los universos superiores de la consciencia.
De allí vendrán también los Ángeles y los Arcángeles, como fue en los tiempos pasados, pero esta vez en el momento más agudo de la humanidad. En este momento y en este tiempo, las grandes consciencias ultra terrestres podrán intervenir en la humanidad para que al menos una parte del rebaño de Dios, esté bajo el resguardo de la Mano poderosa del Padre y de Su Manto invisible de la Paz, traslucido a través de la siempre Virgen María.
Después de dos mil y dieciocho años, volverá a suceder un gran acontecimiento en la humanidad, que despertará en el amanecer de estos tiempos, al igual que la aurora que despunta en el horizonte y mostrará su brillo peculiar y especial para las almas.
Aún hay tiempo para vivir el arrepentimiento, porque cuando llegue esa señal que vendrá del Universo, todos la verán; más allá de sus creencias o de sus religiones, más allá de su fe o de su ateísmo, más allá del paganismo que existe en el mundo en este momento.
Vendrá así el nuevo Sol, que unido a los cientos de soles del universo, congregará energías potentísimas, cósmicas y superiores, que descenderán a la Tierra trayendo a los espíritus la gran revelación, Eso será momentos antes del retorno de Cristo a la humanidad, por segunda vez al mundo.
Cuando vean que todo esté agonizando en la humanidad y en la Tierra, sabrán que la hora de Mi retorno se acerca. Y más allá de las religiones y de las naciones, conocerán la nueva Faz del Redentor y Señor del Universo; más semejante y poderosa a la que Él reveló en lo alto del Monte Tabor, por medio de Su Transfiguración divina.
Cualquier célula viviente de la Tierra, cualquier átomo que esté vibrando en ese momento, cualquier ser de este planeta, no podrá escapar a la energía poderosa del Universo, que traerá el Gran Sol Universal para generar la redención de la humanidad y la conversión definitiva de todos los pueblos.
Cuando el último ángel haga sonar la trompeta, su ruido será mayor a cientos de tormentas. El ángel anunciará la hora definitiva de la humanidad y los sellos del Libro Sagrado serán revelados, para que todos tomen consciencia de lo que en verdad existe más allá de este planeta y de este universo local.
Primero descenderá la Iglesia de Cristo, en la Presencia y en la manifestación de los bienaventurados; de todos los que a través de la historia de la humanidad hasta los tiempos que llegarán, han respondido al llamado del Redentor y Señor del Universo.
Inmensa será la alegría en el Cielo, profundo será el gozo en la Tierra; porque todos los que han luchado al lado de Cristo, por la victoria de Su Reino Celestial, vivirán una plenitud inmensa y desconocida, y así el mal será derrotado.
La cabeza de la serpiente será destruida y el sufrimiento que se expande en los cuatro puntos de la Tierra desaparecerá; porque San Miguel Arcángel vendrá con Sus ejércitos a destituir a los demonios más rebeldes de la Tierra, que desvían a Mis rebaños del camino de la Luz.
Por otro lado, la Santa Madre de Dios, la bienaventurada Virgen María, la Reina del Cielo y de la Tierra, congregará a través de su llamado a todos los pueblos y todas las razas, que en la fe hayan vivido la religión del amor. Ya no existirán divisiones ni límites, ya no habrán guerras ni conflictos, porque la siempre Virgen María, Madre del Universo y Reina de la Tierra llegará con sus Potestades Celestiales para establecer los mil años de paz.
Grande será el gozo en la Tierra, sublime será la alegría en el Universo, esferas celestiales descenderán a la humanidad para traer la revelación del fin de los tiempos y todos, todos vivirán la alegría del Reino de Dios.
Los falsos serán retirados del mundo y los que no se han arrepentido, se arrepentirán, porque la última Gracia de la Fuente Primordial será concedida a los corazones más rebeldes.
De la noche a la mañana despertarán, reconocerán sus errores y pedirán perdón al Universo para que el gran Ángel del Señor, que provendrá del décimo segundo plano de consciencia, escriba en el Libro Sagrado del Universo, las nuevas señales de los tiempos, contadas una vez por los antiguos profetas y complementadas por la Palabra de Cristo, el Redentor.
Así el tiempo normal, ya no será tiempo. Un nuevo tiempo ingresará a la humanidad y todos tomarán consciencia de lo que siempre ha sido invisible; porque aquellos que hayan confiado en el Amor de Mi Corazón que sepan y que recuerden que no perecerán, siempre y cuando se mantengan firmes, confiables y verdaderos ante la potestad del Universo celestial.
De esa forma las leyes se cumplirán en sus vidas: la materia ya no solo será materia, el espíritu gobernará la vida de las almas y el Santo Espíritu de Dios llamado Espíritu Santo, se volverá a mostrar como en Pentecostés, para derramar sobre todos los pueblos y en todos los continentes, los nuevos principios de la nueva humanidad.
Que en la victoria del Reino de los Cielos celebren este momento, para que sus vidas sean partícipes de ese gran acontecimiento. Sirvan a Dios siempre con alegría, sirvan a Dios siempre con fuego en el corazón.
Sigan rezando por la paz en el mundo y por la misericordia en todo el planeta, porque Yo les aseguro, que tomarán consciencia de todo el bien que hayan podido hacer a través de los tiempos. Y ya no se levantará nación contra nación, ya no reinará la indiferencia, la mediocridad de los corazones, y tampoco la fe debilitada.
Porque en los siervos de los últimos tiempos, Yo construiré Mi nueva Iglesia y todos conocerán la Iglesia de los Cielos; no la iglesia de la Tierra, la verdadera Iglesia Celestial que Yo he profesado a mis apóstoles y a todos los que fueron partícipes de Mi Evangelio en los últimos tiempos, porque por más que Cielo y Tierra pasarán, Mis Palabras permanecerán en los corazones que han firmado su compromiso Conmigo por la eternidad.
Por eso hoy Mis Ojos brillan de esperanza al ver el sacrificio y la sinceridad de los que oran a Mi Corazón, porque así el Cielo y el Universo siempre los bendecirán con sus Gracias, con sus Misericordias, con todos los Dones que esperan hacer de sus vidas instrumentos simples en las Manos de Dios.
Tornen sus vidas como lápices de luz, para que Dios siga escribiendo esta historia de llevar el amor y la paz a todas las naciones del mundo, porque hay corazones que desesperan en su mundo interior y en su vida exterior y que necesitan de la luz de Mi Corazón para volver a confiar en la vida y sobretodo, en el Universo.
Hoy, llevo en Mi Corazón sus súplicas, las súplicas de cada uno de Mis hijos, las que entregaré al Padre a los pies de Su Universo Celestial.
En Mi Nombre serán ungidos, en Mi Nombre serán bautizados, porque sus almas necesitan de eso para aprender a amar aún más Mis Misterios; Misterios que son simples, profundos y verdaderos; Misterios que revela Mi Corazón a los que se abren para conocerlo y para sentirlo en su interior.
He aquí el Corazón que nunca se cansará de donarse a los hombres, a pesar de sus errores y de sus dificultades. Este es el Corazón del Hijo de Dios, el Glorificado Corazón de Jesús que no solo viene a Austria para ayudar a las almas que más necesitan, sino que también viene al mundo a fin de consagrar las naciones a Mi Sagrado Corazón.
Contemplen este Corazón que todo lo entiende.
Contemplen este Corazón que todo lo acepta y que vivió por ustedes un gran sacrificio por la salvación de la humanidad.
Que este Corazón que pertenece a todos, sea reconocido y sea amado por el simple amor de los hombres y de las mujeres de la Tierra, a fin de que las almas vivifiquen el manantial del Amor de Dios por medio del Corazón del Hijo. Este es el Corazón que arde de amor por los justos y por los injustos.
Mi Corazón viene de la Fuente, para llevarlos a la Fuente, para que sean uno con el Creador.
Que el Señor bendiga todos estos elementos que han colocado a Mis Pies en honor a Mi Sagrado y Glorificado Corazón, para que las almas sean bautizadas por el Espíritu y sean ungidas por la Mano Curadora de Dios, a fin de que se disuelva el pasado de las heridas más profundas de la consciencia, para que renazca el amor y la unidad en los corazones.
Hoy los ángeles consagran estos elementos. Hoy los ángeles transubstancian el Cuerpo y la Sangre de Cristo, para que el amor sea conocido en honra al Universo Mayor.
Hoy no pediré el incienso ni el agua bendita, porque ya fueron bendecidos por Mis Palabras y a través de Mi Palabra, la Fuente de la Creación descendió en sus espíritus y en Austria, así como en todos los que escuchan Mi Mensaje.
Así Yo les doy la paz, para que la lleven al mundo y a los que más la necesitan; y para que esa paz se expanda, se darán un saludo de paz, uniendo a todos los pueblos y a todas las razas.
Los bendigo con Mi Espíritu: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por haber respondido a este llamado, porque así nunca lo olvidarán; nunca olvidarán lo que aquí ha sucedido, porque quedará guardado como una memoria imborrable en el Universo. ¡Amén!
Hoy vengo a traer el Silencio de Dios al mundo, para que sea sentido, para que sea recepcionado por los corazones, por los que llevan adelante la Obra de Dios en este planeta.
El Silencio de Dios trae un cambio importante para las almas del mundo, especialmente para aquellas que están sumergidas todavía en la ilusión y que no consiguen por sí mismas salir de ella.
El Silencio de Dios fue el que permitió la creación de los universos, de los cuerpos celestes, de los planetas, de los soles y de las estrellas.
Del Silencio de Dios surgió el Divino Pensamiento para toda la Creación. De ese Silencio, después surgió la vida por la fuerza del Soplo del Espíritu, quien manifestó la esencia, y después, la materia.
Dios pensó en todo, en cada detalle y cuidó de todo para que Sus hijos fueran parte de esta Creación y se sintieran partícipes de cumplir con una parte de Su Voluntad, entre tantas humanidades, entre tantos universos, entre tantas galaxias
Pero esta Creación debería vivir un gran aprendizaje, el cual surgió hace mucho tiempo atrás, en el Universo, con la Rebelión.
En ese momento, los Portadores de Dios tuvieron que decidir, en el camino de la dualidad, por el bien o por el mal. Y una cicatriz, una herida, quedó abierta. Y el Silencio de Dios, que regenera la vida y la consciencia, se retiró, desde el momento en que uno de los Padres Creadores no obedeció a la Fuente, ni a las Leyes del Altísimo.
A partir de allí, de esa Rebelión universal, el planeta fue escogido por el Padre para llevar adelante el máximo Proyecto de Amor Crístico.
En ese momento, el Silencio de Dios se recogió en lo más íntimo de Su Ser y de Su Existencia. Pensó, contempló y meditó en toda la Creación, en todo lo que ya existía, para buscar una respuesta a la gran falla de las humanidades del Universo.
Mientras tanto, espíritus valientes y desconocidos, circundaban por las estrellas como grandes ángeles de Luz, llevando un mensaje de Paz y siendo portadores de la Paz que uniría a toda la Confraternidad, a fin de cicatrizar las heridas y borrar las huellas que quedaron grabadas en millones de consciencias que hoy están aquí, en este planeta.
Cuando Dios se recogió en Su Silencio y contempló a la Creación y los errores cometidos por Sus criaturas, fue cuando los Resplandecientes, los Elohim o los Hellel, se reunieron ante los Tronos del Creador para entregar una decisión tomada, que en verdad, compañeros, era una petición de todos los seres de la Luz, de todos los ángeles, que buscaban en Su Sabiduría y Amor, una sabia respuesta.
Esa respuesta y esa petición fue el surgimiento de la Segunda Persona de Dios, de Su Amado Hijo, para que el Espíritu del Amor-Sabiduría descendiera de lo más invisible del Espíritu, hacia lo más material y encarnara entre los hombres de este mundo, llevándolos a la Redención y al aprendizaje del Amor y del Perdón.
A partir de ese momento, el Proyecto de Dios y la Creación fueron recreadas. San Miguel Arcángel, San Rafael Arcángel y San Gabriel Arcángel se comprometieron a llegar a la humanidad, para prepararla para ese gran acontecimiento del Nacimiento de Cristo.
El Hijo del Padre, portador del Amor-Sabiduría, llegó como un Sol, más brillante que todos los soles, trayendo en Su Esencia y Divinidad la experiencia que la humanidad debería vivir, por medio de Su Nacimiento, de Su Vida pública y de Su Muerte.
Hasta los espíritus más caídos de este planeta, durante la existencia de Cristo sobre esta humanidad, aprendieron y vivieron la redención, el perdón de los errores. Y así se cerró un ciclo.
Por eso Judas, el antiguo apóstol, fue el antes y el después para esta humanidad y este planeta. Fue él quien se ofreció, en su más grande ignorancia e indiferencia, a recrear esta Creación. Así, como parte de la condición humana, llevó al mundo a la escuela del perdón y de la reconciliación. Y aunque el destino de Judas no fue muy bueno, su Maestro y Señor, a pesar de que supiera de su traición, lo perdonó, al igual que su Madre María.
¿Por qué hoy les cuento esta historia?
Porque la humanidad todavía no sabe de la esencia de Mi Evangelio y de Mi Existencia en esta humanidad.
Desde la Rebelión hasta el presente, muchos errores se siguen cometiendo. Por eso es tan importante la manifestación de la Obra de la Misericordia en todas las naciones y en todos los pueblos. Esta es la última tabla de salvación que les entrega Dios, para todas las criaturas de este mundo.
Una parte de la humanidad fue redimida durante el tiempo de la Presencia del Señor. Pero otra parte aún no fue redimida, que es esta última civilización del fin del tiempo, que tiene el chance de vivir la redención y el perdón.
Del Silencio de Dios surgió la Fuente del Amor-Sabiduría, la que a través de los tiempos y de los ciclos fue descendiendo de plano en plano, hasta llegar aquí, con el Nacimiento del Mesías y Redentor.
La humanidad necesitaba tener encarnado el propio Amor-Sabiduría, para que lo pudiera comprender, sentir y vivir. De lo contrario, no hubiera sido posible la redención de los espíritus más resistentes que cometieron errores, en tiempos anteriores.
Aún este planeta y esta humanidad son la escuela escogida para la expresión del Amor-Sabiduría entre los seres y las almas. Hasta que Nuevos Cristos no surjan en el fin de estos tiempos, esa escuela de Amor-Sabiduría, de perdón y de redención, estará abierta, para que las almas la puedan vivir y puedan aprender cómo amar cada día más, sin condiciones, así como amó su Maestro y Señor, los mayores ultrajes, las temibles indiferencias, los grandes errores de toda esta raza, aún no redimida.
Aún les cuento esto, compañeros, porque veo en sus corazones el potencial de un Cristo del Nuevo Tiempo, que debe animarse a no ser nada más para sí, sino todo en donación por los demás, y sin condiciones.
A través de estos últimos tiempos, los he llevado de la mano a la experiencia en la escuela del Amor-Sabiduría. Y así como lo fue en el antiguo Oriente, en este tiempo Mi gran deseo y aspiración, es que en Occidente surja una raza de Nuevos Cristos; de seres abiertos de corazón, de almas en donación; de espíritus incansables al servicio del Plan del Creador.
Los Cristos del Nuevo Tiempo, que surgirán de diferentes religiones y caminos, y que se encontrarán en un mismo estado de consciencia y de vibración, son los últimos santos de los últimos días, que prepararán el Retorno de Cristo para el momento más difícil de la humanidad, que ya se aproxima.
Ustedes son parte de la transición de ese acontecimiento. Su historia de redención y de amor está siendo escrita en los Libros de Amor de los Señores de las Vestiduras Blancas. Si esta historia se concreta y finaliza, un importante acontecimiento sucederá, para que más consciencias puedan ser partícipes del Retorno de Cristo y podrá ser evitado que esas consciencias sean trasladadas hacia otras moradas.
Deseo que con su corazón ardiente, que he visto durante esta Maratón, ese ardiente amor que los lleva a encontrar el Amor-Sabiduría, pueda permanecer en ustedes, sobre todo en este ciclo, en donde las pruebas serán más grandes y los desafíos serán más inalcanzables. Pero quien esté en el Amor-Sabiduría, estará en Mí y Mi Padre estará en ustedes, para que siempre los conduzca por el camino de la Verdad y del Amor.
Hay muchas cosas que la humanidad no sabe del Universo ni de la Divina Existencia. Hoy solo les he contado menos del uno por ciento. Imaginen entonces, compañeros, cuánta historia está escrita en los Espejos de Dios y en toda la Fuente de donde surge la vida de las esencias, de las almas y de los espíritus encarnados en este y en otros mundos.
Ya no piensen que esta Tierra, que este planeta, es el único que está vivo, con una humanidad. Abran sus consciencias a lo infinito del Universo y vean que dentro de él existe mucha más vida de lo que parece; que existen consciencias que los aman y que ustedes desconocen que sirven al Proyecto de Dios silenciosamente, para que la Creación, y en este caso los universos, se mantengan en perfecto equilibrio y armonía.
Los invito, con ánimo de alegría y de motivación, a penetrar en las Leyes del Universo, en aquello que es intangible y cósmico. Así, algún día podrán tener la sabiduría y la comprensión de que todo forma parte de una Jerarquía.
En este tiempo compañeros, la obediencia será impredecible. La obediencia también será una escuela para Mis apóstoles, porque será la forma de permanecer en la Luz, o lejos de ella.
La obediencia a Dios y a Su Plan, no son restricciones ni reglas, tampoco lamentaciones ni resistencias. A partir de que uno de los Padres Creadores desobedeció a Dios, decretó en este Universo la prueba de la desobediencia en todas las criaturas, no importando su evolución o despertar. Ustedes, con su compromiso y adhesión a Mi Corazón Misericordioso, deben ayudarme a vencer definitivamente esta dualidad, para que este Universo local viva el ciclo, el ciclo que le espera, de ser recreado como el Padre lo piensa en Su Silencio interno.
Por eso retornaré al mundo, en Gloria, Luz y Potestad. Y nadie podrá escapar a ese acontecimiento tan importante, en donde leyes, puertas y energías sublimes serán movidas, para que el Hijo Solar retorne a esta humanidad.
Cada cumplimiento del Plan y su etapa, es vital. Por eso la importancia de cumplir con Mis pedidos y con la convocatoria de la Jerarquía Celeste. Eso testimoniará al Padre que es posible llevar adelante Su Aspiración Cósmica, no solo en este planeta, sino en el Universo.
Y cuando el Retorno de Mi Glorificado Corazón se concrete, muchas cosas se terminarán. Y como he dicho, no quedará piedra sobre piedra, sino corazones triunfantes.
Cada detalle, cada acto de amor, cada oración, así como cada caridad que ofrezcan, construye el Plan del Padre en esta humanidad y activa pulsantemente a los Cristos del Nuevo Tiempo.
Mi Propósito, amados Míos, es hacer un corte en el tiempo y en el espacio de la historia de este Universo, para que sea purificado, transmutado y liberado. Y que a partir de Mi regreso al mundo por segunda vez, se reescriba finalmente la historia de la redención y el despertar de los Nuevos Cristos al Amor Crístico.
Mi Corazón se aflige por aquellos que no pudieron seguir Mi Propósito y que hoy no pueden escuchar este mensaje, en donde les he revelado, con total apertura, una pequeña parte de la historia de esta Creación, de esta vida infinita que los llama para la elevación de la consciencia, para que todas las razas, todos los pueblos y todo este planeta, se eleven de plano y de liberación y formen parte de la Confraternidad.
Vengo a decir esto fuera de Mi Iglesia, que está extendida por toda esta Tierra, para que muchos más corazones, independientemente de su religión o de su credo, puedan saber que Yo Soy el Amor-Sabiduría, que Soy más que Jesús. Soy el Unigénito, el Primogénito del Padre; el que fue anunciado por los labios del Arcángel Gabriel, para traer al mundo la redención y la misericordia de todas las criaturas.
Hoy, como Profeta y Pastor de nuestro Altísimo Padre del Universo, vengo a extender la historia del Apocalipsis. Vengo a extender lo que ha escrito Juan en el libro del Apocalipsis, porque a medida de que los Cristos despierten y se confirmen, la historia cambia, y la posibilidades de redención en las almas es visible y se concreta.
Yo los invito, compañeros, a persistir en este nuevo tiempo que llega, a soportar los embates, a transmutar las interferencias y a sufrir con valentía las disociaciones y las pruebas, sabiendo que Mi Mano poderosa e invencible, que Mi Rayo glorificado, estarán extendidos hacia ustedes, para siempre salvaguardarlos, y ayudarlos delante de cada prueba.
Para que la humanidad sea merecedora de una nueva oportunidad, grupos de almas en diversas partes del mundo, se ofrecerán a sostener, junto Conmigo, a esta humanidad, a fin de que al menos una cuarta parte de ella se redima y sea la que repoblará la Nueva Tierra y vivirá el principio de una nueva y fraterna humanidad.
Mientras tanto, no dejen de sostener con sus manos la Espada de Fuego que les ha dado el Arcángel Miguel, para que en las batallas sus oraciones sean las grandes vencedoras contra el mal y todo lo que disocia a la mente humana.
Que su Escudo Protector, entregado por el Arcángel Rafael, sea la fe, la que moverá los acontecimientos y generará oportunidades inexplicables en las consciencias, que ni siquiera hoy se imaginan.
Que su Casco de Luz, entregado por el Arcángel Gabriel, sea la protección de su sabiduría y de su discernimiento, para que siempre sepan qué hacer y en dónde estar, cuando la Jerarquía los convoque a la gran misión.
Con todos estos testimonios de la Creación, vengo a bendecir a los que hoy se sacramentarán, sabiendo que por detrás de cada Sacramento aún se encuentra un misterio que no fue develado. Por eso, quien vive un Sacramento con total apertura del corazón, develará ese misterio y penetrará en la esencia de la Divina Existencia.
Padre Altísimo, Creador de todo lo que existe, Te pido, en el nombre de Tu Amor-Sabiduría y de Tu Gracia, que bendigas todos estos elementos, para que sirvan de gozo y de plenitud a las almas que claman por la Redención. Amén.
Padre Altísimo, Soberano de la Misericordia, concede, por medio del Sacrificio de Tu Hijo, la reparación por los pecados cometidos contra Tu Divino Corazón y Tu Plan de Amor para este planeta. Que las almas que se sirvan de este Sacramento vivifiquen el Amor-Sabiduría de Tu Amado Hijo, Jesucristo. Amén.
Siéntanse en este momento chispas de Luz del Padre, y ya no más seres miserables, sino espíritus que pueden, en Cristo y por Cristo, irradiar amor a todo lo que existe y a todo lo que vibra, buscando como aspiración traer la cura, el amor y el perdón para este planeta y su humanidad.
Siempre Me alegro cuando puedo volver a Aurora, porque aquí Yo puedo decir al mundo lo que siempre quiero decir, y no debo cuidarme de lo que debo pronunciar para las almas y su despertar.
Aurora es esa Luz que brotó de la Fuente de los Padres Creadores; la misma Fuente que manifestó la Segunda y Tercera Persona de Dios, el Hijo y el Espíritu Santo.
Entonces, hermanos Míos, están ante un gran misterio, lleno de amor y de sabiduría. Aurora es esa Luz que los lleva a la reconciliación y a la cura interior, y que los hace seres libres, para siempre.
Cuando quieran encontrar Mi Perdón, vengan aquí, a Aurora, que Yo los esperaré. Y cuando no puedan venir, se coliguen con Aurora, y así, se coligarán Conmigo plenamente.
Agradezco en esta noche el ofrecimiento de todas sus oraciones y de todas sus canciones. Me ha llenado de gozo la voz consoladora de las almas que persisten en el camino de la consagración.
Que sus voces, algún día, sean consoladoras para este mundo, que sufre y está enfermo.
Que sus voces nunca se cansen de proclamar el Nombre del Señor, porque así, el Señor estará con ustedes y entre ustedes, trayéndoles la Vida Divina.
Recójanse en el Silencio de Dios y todo será curado. Comulguen de Su Silencio Divino y todo será comprendido, a pesar de que haya sido injusto.
No sufran más.
No padezcan más y no retrocedan más.
Sigan Mis Pasos, contemplen Mis huellas, porque hacia donde Yo los conduzco, nadie podrá conducirlos. Hacia donde Yo los llevaré, nadie podrá llevarlos.
Yo nací de la Fuente del Amor-Sabiduría de Dios, para que ustedes, como almas, vivieran el verdadero Amor.
Que se escuche la voz consoladora de las almas y que en las almas se puedan cicatrizar las heridas más profundas, a fin de que se establezca el Amor del Padre en los corazones.
Yo los bendigo, hijos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por responder a Mi convocatoria. Amén.
A veces, no puedo contarles toda la verdad a Mis compañeros porque no la podrían soportar.
Por eso hoy, con Mis Pies descalzos, toco este suelo sagrado para volver a bendecirlo, protegerlo y resguardarlo por medio de Mi Sagrado Corazón.
El tiempo del Universo se detiene, porque su humilde Pastor ha ingresado en la órbita de este planeta, y a través de este portal de paz, para auxiliar al mundo.
La humanidad aún no conoce el verdadero escenario del fin de los tiempos.
Todo lo que ven por televisión es una pequeña ilustración de la verdad, porque aún existen secretos peores, que se mantienen ocultos bajo llaves de puertas inciertas.
Yo vengo a colocar Mi Luz en esa realidad.
Yo vengo a traerles consciencia a Mis compañeros para que, en los momentos más críticos que se avecinan, no estén durmiendo como durmieron Mis apóstoles en el Getsemaní, y cayeron en tentación.
Los invito a estar despiertos más allá de su despertar.
No solo hablo de salir del sueño, hablo de un despertar espiritual, de una vigilancia extrema ante los acontecimientos que los rodean todos los días y que solo saben de ellos el uno por ciento.
Hoy, a Mis Pies, traigo la realidad planetaria y espero que los que se han consagrado a Mi Corazón pronunciando votos de vida, los cumplan.
No vengo a juzgar sus dificultades, ni tampoco sus imperfecciones.
Yo quiero que Me den lo que pueden darme, porque a través de lo que Me den, podré socorrer al mundo.
Los brazos, las manos y los pies con los que cuento no Me bastan para realizar esta Obra de servicio mundial.
Necesito que sus talentos estén disponibles para Mí, porque mientras sus talentos no están disponibles, millones de almas desesperan, y muchas son víctimas de la muerte, de la injusta muerte.
Los sellos del Apocalipsis ya se están abriendo. Cuando el séptimo se abra, todo, todo se desatará. No habrá quien pueda escapar de esto.
No vengo a traerles terror, sino consciencia.
Aspiro a que puedan salir de sí, todos los días. Que no den trabajo a sus hermanos de camino. Que cumplan, en estos tiempos, con el don que vinieron a ofrendarme.
No pierdan tiempo en cosas superficiales. Ustedes fueron llamados por Mí, ustedes acogieron Mi Convocatoria a lo largo de los tiempos.
Yo sé que esta extrema entrega no es para todos, pero no vengo a pedir lo imposible.
Necesito que Me acompañen con madurez en estos tiempos.
Dejen de ser niños y, a partir de ahora, sean Mis apóstoles, Mis guerreros de la paz, servidores incondicionales de Mi Corazón.
Porque las agujas del reloj siguen corriendo y los acontecimientos se precipitan, uno encima del otro.
¿Quién detendrá esta corriente de maldad en el mundo?
Necesito que Mis cimientos estén listos para que Yo pueda retornar. Y eso será a través de sus corazones y entregas. Mientras eso no suceda, no tengo permiso ni autoridad para volver.
No les estoy haciendo un reclamo. No estoy desmereciendo sus esfuerzos, ni tampoco sus sacrificios, que son visibles a Mi Corazón Misericordioso.
Necesito que estén en madurez y lealtad. Ustedes saben, compañeros, que eso no está sucediendo.
Mientras tanto, Mi Corazón es flagelado por el mundo, al ver tantas víctimas en el abismo de la muerte.
¿Quién las rescatará? ¿Quién dará la vida por ellas? Y no solo hablo de la humanidad, sino también de todo lo que es invisible a sus ojos.
Hoy vengo a declarar Mi preocupación por la humanidad.
Tengo el poder de detener todo lo que sucede, pero muchos escogen el camino del sufrimiento. Y Mi Corazón está tan lleno de Misericordia, como un cáliz que desborda y que aún no es bebido por nadie.
Siento, en Mí, las llagas del planeta.
Escucho, a través de Mis Oídos, el llanto de las víctimas en el desierto, en el desierto de esta transición planetaria.
Necesito que se unan definitivamente, de verdad. Porque en verdad les digo, compañeros, ya no lo aparentan. No es bueno para ustedes ni para Mi Obra en el mundo.
He venido a llamar corazones sin experiencia, vidas en redención, corazones en transformación.
San José es el camino para alcanzar las metas.
Él se ha ofrendado a Mí, en extremo sacrificio, por aquellos que sí perseverarán y que sí seguirán Sus enseñanzas, paso a paso.
Porque Él es el ejemplo de una posible y verdadera humanidad, de una Nueva Humanidad, portadora de una nueva consciencia.
Mientras tanto, San José hace lo imposible para que Mi Proyecto se cumpla en la humanidad.
Los Mensajeros Divinos hacemos lo inalcanzable, por intermedio de todas las criaturas, para cumplir con lo imposible.
Hoy vengo a hablarles desde el Principio de la adultez espiritual porque, a partir del último 8 de agosto, todo ha cambiado, mucho más de lo que parece y de todo lo que conocen.
Deberé colocar a Mis servidores en lugares de conflicto.
Deberé llegar, por medio de sus vidas, a los lugares de mayor caos, con el fin de que atraviesen todas las dificultades, sin perder el empeño ni la esperanza, para que Yo pueda colocar Mi Espada en el monte más alto de este planeta.
En ese momento, todo caerá, y será el fin de la corrupción humana.
La Tierra se abrirá como una madre que está a punto de dar a luz.
Todo se purificará y nadie podrá detenerlo, porque llegará la hora de la gran Redención.
Y como en una noche de estrellas, vendré en silencio, aunque muchos estén agonizando, sufriendo las consecuencias de estos tiempos y de todos los que los gobiernan.
Traeré en Mis Espaldas la Cruz de la Salvación y ya no cargaré con la deuda de la humanidad, sino que traeré la Cruz luminosa de Emmanuel para iluminar al mundo, en los cuatro puntos del planeta.
Muchas naciones estarán unas contra las otras. Pero no se desesperen, el aparente cautiverio terminará, y todos podrán verlo conscientemente, hasta que se ponga fin a la autodestrucción de la humanidad.
Vengo a traerles un mensaje de Sabiduría, vengo a irradiarles Mi Discernimiento.
Ahora, es hora de crecer, no solo interiormente, sino también exteriormente.
Cada uno sabe lo que debe madurar, que cada uno asuma su lugar en esta transición, porque ya no hay tiempo.
Recordarán este mensaje cuando todo suceda y sus almas deberán servirse de la energía de Mi Luz, para estar por encima de todos los acontecimientos, sin indiferencia.
Porque así Me podrán acompañar, y podré apoyar Mi Cuerpo cansado sobre ustedes, recostar Mi Cabeza sobre sus hombros para que, al igual que Juan, alivien a su Señor.
Alivien a su Señor. Alivien a su Señor. Es lo único que les pido, y podrán estar en Mi Paz.
Alivien a sus hermanos, alivien a los que los guían, y estarán en Mi Paz.
Alivien al Padre Eterno y estarán en Su Plan de Amor.
No den trabajo en donde no existe. No creen complicaciones en donde no las hay.
Sean inteligentes, mucho más que Mi enemigo, y cruzarán los puentes hacia Mi Reino; así no demorarán sus pasos, no demorarán Mi Plan.
Hoy Me confieso, como un hijo se confiesa con su padre.
Hoy Me dirijo como un maestro se dirige a sus discípulos y también él muestra sus preocupaciones. Pero no la preocupación como ustedes la comprenden en esta vida terrena. Yo la llamaría de “impotencia celestial”, como la que diariamente viven algunos de sus compañeros.
¿Ahora comprenden el compromiso de los que se han consagrado a Mí?
Yo no vengo a entregar alianzas para que sean tiradas a la tierra u ocultadas por el polvo.
Vengo a reconocer lo que hay en ustedes interiormente. Y no tengo dudas porque, a pesar de haber sido hombre y de haber estado encarnado en este mundo, en Mi Reino ya no existen dudas; eso es del enemigo que confunde a los corazones y los desvía de Mi camino de Redención.
Los invito nuevamente a ser inteligentes y, como un ejército de Luz, cerrar las puertas para que aquel que es Mi rival, no pueda entrar por ninguna brecha.
Mi Manto de Luz siempre estará sobre ustedes, y si un día él no lo está, observen si no lo han sacado de sus cabezas o si se han apartado de Mí, al punto de que Yo no los pueda alcanzar.
Las naciones del mundo necesitan de mucha Misericordia.
Vengo a reforzar las oraciones por América Latina, como también por el mundo entero. El nuevo Edén no debe ser disipado de las mentes de los que tienen fe en él. La esperanza es la base para ese nuevo Edén.
Quisiera que todos Mis seguidores, a partir del día de mañana, reciban por escrito este mensaje, y todos los que lo pidan, lo recibirán. Tienen Mi Permiso para eso. Este mensaje debe llegar a todo el mundo y en todas las lenguas posibles.
Agradezco que, de cualquier parte del mundo, conociendo o desconociendo Mi Obra aquí en Sudamérica, las almas se ofrezcan a transcribir Mis Palabras y a traducir Mi Mensaje en todas las lenguas posibles, a fin de que muchos más sepan que estoy aquí, acompañándolos en estos tiempos de oscuridad, así como acompaño a Mi Iglesia en la agitación y en el temblor de su barca. Pero Yo ya les enseñé que todo se puede revertir.
Le dije una vez a Pedro, cuando estaba en el mar de Galilea: ¿De qué tienes miedo, Simón?, si tu Maestro camina sobre las aguas, ¿crees que tu fe te lo impedirá? ¡Sal de la barca y camina hacia el encuentro de Mi Sagrado Corazón! Tu fe puede ser tan inquebrantable como una montaña. Yo te doy la fuerza para hacer todas las cosas.
Y Simón caminó sobre el agua. Sin darse cuenta, él se apartó del miedo y entró en Mi Amor, en el Universo de Mi Amor.
Yo los invito a atravesar estos tiempos con mucha, mucha fe.
El terror podrá ser grande, la sangre que corre por el mundo podrá ser interminable, pero nadie podrá superar a Dios.
Los hombres deben comprender que están lejos de Dios, que le han dado las espaldas al Reino Universal de la Luz. Por eso, Él envía a Su Unigénito para dar fuerza y coraje a los corazones simples y buenos.
Yo vengo a ofrecerles en esta noche Mi Comunión, porque es ese Sacramento el que siempre los restaurará.
Pidamos al Padre por Su Misericordia, por medio Sus hijos, porque en Sus hijos está la Misericordia de Dios, sobre todo en aquellos que creen en Su Divina Fuente y concretan Su Plan en esta superficie.
Siembren en sus corazones Mis Códigos de Luz y todo podrá cumplirse, así como Mi Padre lo ha pedido. El sufrimiento cesará y las almas reencontrarán el amor y la esperanza. Que así sea.
No tengan miedo de que su Maestro les entregue revelaciones definitivas y contundentes.
Necesito que Me acompañen con la misma Sabiduría que Yo tengo, con el mismo amor que Yo vivo, con la misma Misericordia que Yo expreso por esta amada humanidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón: Vamos a cantar los Nombres de Dios, a pedido de nuestro Señor.
Hoy consagro esta Sangre como Mi Sangre de Vida, por la sangre que es derramada en el mundo, por las víctimas que sufren la injusticia humana, en cada una de las naciones del mundo.
Hoy consagro este pan como Mi Cuerpo, por las almas que son mutiladas, explotadas; por las almas que son víctimas de la esclavitud y que están en cautiverio; por las almas que son presas por las manos de los hombres; por las madres que abortan a sus hijos; por los niños que son vendidos y extraviados en el mundo; por los ancianos que son maltratados; por las almas que padecen enfermedades en los hospitales y sólo reciben desprecio, sin conocer el amor consolador.
Hoy Mi Corazón se complace por cada una de esas almas, por las almas que no tienen nada que comer, sino solo vivir en oración, esperando una Gracia Mayor.
Hoy ofrezco este Sacramento por los Reinos de la Naturaleza que, en silencio, son ultrajados; por los animales que son despreciados, que son matados y que sirven, injustamente, como lujo en las mesas de los ricos.
Por toda esa sangre injustamente derramada, por los que no conocen a Dios y que han endurecido sus corazones al Amor Eterno, ofrezco esta Comunión, y les pido a cada uno de ustedes que así lo haga, porque esta será Mi última intervención por la humanidad, antes de que todo suceda.
Que sus corazones sean valientes para ofrecer este sacrificio por Mí, aunque no estén preparados.
Yo recogeré sus súplicas, así como siempre lo hago, para depositarlas, como pétalos de luz, a los Pies de nuestro Creador.
Porque, a pesar de todo el sufrimiento del mundo, grande es Su Misericordia, más allá de este Universo.
Yo consagro, en esta noche, el vino y el pan, trayendo la Piedad de nuestro Padre Dios.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (x3)
Amén.
Que sus voces sean escuchadas en este Universo, proclamando los Nombres de Dios.
Les agradezco.
Oración: "Padre Celestial".
Cuando vean a su Maestro mostrar las Llagas de Sus Manos, de Sus Pies y de Su Costado, despertando en ellas la Luz de Dios, es señal que un nuevo misterio está siendo revelado para el mundo.
Cuando vean a Sus ángeles rodeando al Santo Señor, en la contemplación de Su divino Sacrificio por toda la humanidad, es señal que algo importante está por suceder.
Cuando vean detrás de su Señor, en lo más alto del universo, la presencia del Padre Celestial y del Espíritu Santo, es señal que algo importante está por suceder.
Y esto importante es lo que ha traído el misterio de Mi Cruz, hace más de dos mil años, en donde la preciosa Sangre se vertió sobre el mundo y el Agua divina se derramó de la Llaga principal de su Señor.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Los consagrados que están aquí, ¿pueden acercarse, por favor?
El Señor los está llamando para revivir el misterio de Su Cruz, porque es importante que sus corazones comprendan que la victoria de Cristo no fue algo solamente humano, sino también profundamente universal.
Y ustedes, que hoy prepararon este sepulcro para Mí, sepan que de él haré resucitar a la humanidad, que se ha perdido del camino de Dios, por las tinieblas.
De este sepulcro nacerán los Nuevos Cristos y así resucitarán las consciencias, para que puedan vivir el llamado de Dios, cumpliendo así Su Divina Voluntad en estos tiempos de crisis.
Quiero ahora, que cada una de las nuevas santas mujeres, que Me auxilian en la Divina Misericordia, encienda una vela para su Señor y así podré dar continuidad a la revelación universal, que hoy les traigo.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Sol, Janisa, Aylén y Nadia, subirán aquí y estarán al lado del sepulcro, a pedido de Nuestro Señor.
Yo llamo a las ovejas por su nombre, para que puedan alimentarse espiritualmente de las vibraciones más sutiles de su Señor.
En aquel tiempo Me comprometí con las santas mujeres, para revelarles interiormente los misterios de Mi Pasión y las victorias universales de la Cruz.
Dejen entonces que Mi Luz penetre en lo más profundo de las células, para que despierten las células crísticas, que los renovarán y los harán dignos hijos de Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cantemos: "Adoramos" por algunas veces.
Ahora, aquellos que puedan colocarán sus manos en señal de irradiación.
Nuestro Señor, en este momento, está mostrando Sus cinco principales Llagas: las de Sus Manos, las de Sus Pies y la de Su Costado. Y las cinco Llagas brillan más que un sol, mientras los ángeles lo rodean.
Está descendiendo un ángel mayor, quien le entrega a Nuestro Señor un pergamino, que ahora Él, está leyendo.
Él dice:
Esta es la revelación sobre Mi Divinidad; desde donde provengo y hacia donde fui, después de Mi Ascensión. Todo esto es posible por la exposición de Mis cinco principales Llagas.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Ahora, los ángeles están orando:
¡Oh!, Señor Jesús,
resucita nuestra vida espiritual,
redime nuestro corazón,
eleva nuestro ser ante Dios.
Amén.
Podemos, ahora unir nuestras manos en señal de oración, aquellos que puedan, o de lo contrario colocar la mano izquierda sobre el cardíaco
Esta revelación fue escrita por los ángeles del universo, guiados por San Gabriel Arcángel.
Tres días después de Mi Ascensión, cuando Me elevé a la Casa de Mi Padre, a pedido del Único, por intercesión del Arcángel Gabriel, Sus huestes celestiales se reunieron en el universo, para dejar plasmado en este universo material y en todos sus éteres, la revelación sobre Mi Divinidad y Origen, de la cual, hoy contaré solamente una parte, porque la segunda parte será conocida cuando Yo retorne al mundo y Me vean venir entre las nubes, con el poder de la Gloria de Dios y de todos Sus ejércitos angélicos.
Yo provengo de una Fuente desconocida, llamada por los seres materiales “Fuente Primordial”. Nací y surgí como el segundo aspecto de la Santísima Trinidad. Y Mi Espíritu, por Obra y Gracia de Dios, descendió a un sol más radiante que este, que los alumbra todos los días, desde el amanecer hasta el atardecer.
Este sol es el centro de muchos universos, de muchas constelaciones, planetas y estrellas. Allí reposó por primera vez, la Divinidad del Hijo de Dios.
Por las manos de los arcángeles, en una sagrada Fuente solar, más radiante que el oro rubí, Mi Consciencia fue preparada como una sublime Esfera de Luz, que penetraría las dimensiones y los universos, hasta llegar a encarnar en la Tierra y nacer en el sagrado pesebre de Belén.
Pero antes de llegar al mundo, los tenebrosos ya sabían Quién era Yo. Sus planes temblaron y sus reinos fueron derrotados, porque era la Misericordia misma, que en Su Sagrada Divinidad, estaba naciendo y surgiendo en el Corazón del Universo.
Sutiles consciencias presenciaron, así como todas las criaturas celestes, el surgimiento de la Divinidad de Cristo, que por primera vez se materializaba dentro de este universo material, para despertar el Amor superior en todas las consciencias.
Concéntrense. No permitan que el enemigo abunde en las mentes. Quien contempla Mis cinco Llagas mientras escucha Mis Palabras, no se desconcentrará, porque estará en el propósito y en la vibración correcta para recibir lo que tiene que recibir y así, no perder todo lo que hoy traigo, para una humanidad en tinieblas.
Soy sincero con sus corazones, para que puedan crecer en la verdad y no perder las oportunidades que hoy les traigo, con el objetivo y la misión de aliviar su propia cruz, a través de Mi Divinidad Crística, desconocida por el mundo y por toda Mi Iglesia.
Es así como Yo les enseño que Jesús dejó de ser un hombre después de haber vivido la Cruz y de haber resucitado, entregando la expiación al mundo. Su Cuerpo, Mente y Alma se tornaron divinos para dar continuidad al Plan de salvación universal.
Fue esta Esencia que surgió desde ese sagrado Sol, la que atravesó los universos y los planos de consciencia hasta llegar a este planeta, para traer nuevamente la Fuente de Dios, que toda la raza en el tiempo pasado, había perdido.
Para que esta Divinidad estuviera aquí, Dios tuvo que sacrificar Su segunda Persona. Y en una universal humillación, volverse pequeño, humilde y simple, entre los más simples.
¿Ahora comprenden, compañeros, con Quién están conversando y a Quién están escuchando, aunque todos los días parezca lo mismo?
Mi Divinidad viene a cambiar el punto de sus consciencias, para liberarlos del engaño diario y para que así ingresen en la verdadera fuente de sus corazones, en donde Yo aspiro a estar todo el tiempo.
Hoy, es esta Esencia, esta Divinidad Solar, la que se muestra al mundo por segunda vez, después de haber encarnado en Belén, para traer la Luz al mundo y la Redención de la humanidad.
Hoy, no todos pueden ver esta Divinidad, pero sí pueden coligarse con Ella a través de sus esencias, en donde se guardan los verdaderos secretos de la historia de su evolución y de su despertar. Quiero servirme de esas esencias crísticas, que en estos tiempos son atormentadas por su personalidad; son flageladas por sus pensamientos; son crucificadas por sus acciones.
Dejen nacer, ahora y siempre, su verdadera esencia solar. Esto fue lo que Yo vine a encender hace dos mil años atrás, en todos Mis apóstoles y en las santas mujeres, con la ayuda de Mi amada Madre, Quien se comprometió a los pies de la Cruz, a ser guardiana de la fe de todas esas esencias, hasta el fin de los días.
Dejen nacer a su verdadero Ser interior. Él espera ser morada del Corazón de Cristo.
No pierdan tiempo. No se confundan. Ya no juzguen. Sean uno en Mí y Yo, hasta el fin de los tiempos, podré ser Uno en ustedes, en sublime hermandad.
Dios llora en este tiempo, en Su profundo silencio, al ver tantas esencias solares perdidas, que buscan el amor en lo exterior; que satisfacen sus necesidades en la superficialidad de las cosas; que no encuentran sentido ni salida, ni tampoco ninguna cura para sus consciencias.
¿Qué esperan, soldados Míos?
Esta, Mi Divinidad Crística, que estuvo entre ustedes por treinta y tres años, retornó a la Casa de Su Padre para terminar de concretar las Obras de la Santísima Trinidad, después del triunfo de Mi Corazón en la Cruz.
Hoy les traigo esta Comunión con Mi Divinidad, porque llegará un tiempo en que solo podrán estar en comunión perpetua con Mi Divinidad eterna. Ese será el refugio no solo para sus almas, sino también para sus consciencias y sus cuerpos. Ese refugio divino que hoy les ofrezco, es fuente de reparación y de prodigios en las consciencias que se rinden y se despojan de sí, para que habite en ellas el Supremo Rey.
Contemplen Mis cinco Llagas. Sírvanse del Manantial de Mi Corazón, para que todo resucite como era en el principio de esta Creación.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Por la Bendita Llaga
que marcamos en el Costado
de Nuestro Señor Jesús
de donde brotó la Fuente Insondable de Misericordia
para el mundo entero,
Adonai, Padre Eterno,
reconcílianos con Tu Glorioso Reino.
Amén.
Acepten en silencio, los sufrimientos que hoy les imparto y háganlo por Mí, por la salvación de la humanidad y de los Reinos de la Naturaleza.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Las cruces.
Hoy, Mi Cruz se reparte en muchas consciencias del planeta, que se animan a aliviar Mi Corazón agonizante, para que así, todo el planeta sea restaurado; para que el planeta sea restaurado en esta hora aguda de la Tierra. La cruz representa la liberación interior de todos los atavismos de los seres humanos, de todos los que aceptan vivir esta entrega, por el surgimiento de una Nueva Humanidad.
Hoy también dejen posando sobre Mi Pecho su cruz espiritual, para que sea aliviada por el Amor de su Señor.
¡Cuántas cruces vive el mundo! ¡Cuántos sufrimientos viven las almas inocentes! ¡Cuántas guerras son generadas! ¡Cuántos conflictos son realizados! ¡Cuánto amor falta en los corazones endurecidos, que no aceptan Mi Divina Misericordia!
¿Por qué les he pedido colocar las cruces sobre este simbólico sepulcro? Porque estas cruces, que también carga su Señor, deben repartirse amorosamente entre Sus discípulos y seguidores.
Hoy, esta es Mi invitación para ustedes: que salgan de sí, para que Yo pueda estar en ustedes, compartiendo las cruces de la humanidad.
¡Cuántas razas y pueblos viven su cruz! ¡Cuántas culturas y tribus son diezmadas! ¡Cuántos niños son explotados! ¡Cuántos pequeños aún son abortados! ¡Cuántos padres están solitarios, sin tener a un niño en sus brazos, mientras muchos son retirados de los vientres de sus madres! ¡Cuántos enfermos agonizan en este Viernes Santo!
Así, Yo digo para Mi hijo Miguel que estoy con él, cargando su cruz hasta que Mi Amor venza.
¡Cuántos moribundos están en las calles de este mundo! ¡Cuántos ancianos son lastimados! ¡Cuánto sufre el Reino Mineral, en su más perpetuo silencio! ¡Cuántas piedras preciosas son retiradas de las montañas que son explotadas! ¡Cuántos vegetales son cortados y nadie lo percibe! ¡Cuántos animales son ultrajados, tanto en la tierra, como en los océanos! ¡Cuántos de ellos son comidos y no existe compasión por el sufrimiento de esos semejantes! ¡Cuántos devas son retirados de las grandes florestas del mundo! ¡Cuánta maldad se ha hecho a la Creación, después de tanto Amor expresado por el Padre! Y ni siquiera después de haber encarnado Su Hijo y de haber muerto en la Cruz, han terminado los males en el mundo.
¿Ahora comprenden por qué tantas esencias solares se pierden?
Llegó el tiempo de la gran fraternidad, de la unidad entre los corazones, entre las culturas y pueblos. Los simples reerguirán a la nueva humanidad, después de tantas catástrofes vividas.
Les doy la esencia de Mi Misericordia, para aliviar estas pesadas cruces del mundo.
Les dejo esta reflexión para que oren por ella y que, aún más, las puertas a Mi Divina Misericordia se abran para la humanidad.
Que así sea.
Mientras Me elevo al Universo, por Mi dolorosa Pasión, ofrezcan a Dios sus voces, invocando a Adonai, Su Espíritu Santo y Su Misericordia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Canten con toda la fuerza del corazón y del alma, para que la Tierra sea repoblada de nuevos códigos crísticos.
Que así sea.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
¡Gracias Señor por cuánto nos das!
En este encuentro, te honramos Señor.
Y a pesar de que gran parte del mundo está en su muerte espiritual, Yo perseveraré con ustedes y no descansaré hasta conseguir lo que Mi Padre necesita para esta humanidad y para este Universo.
Y a pesar de que el mundo no escuche, no abriendo los oídos del corazón, Yo perseveraré con ustedes y no descansaré hasta conseguir lo que Mi Padre necesita.
Ayer les di a conocer un misterio que muchos no comprendieron, porque todo lo que se guarda en el Cielo no puede ser vivido por la mente.
Solo el corazón, sus corazones, tienen la capacidad de comprender lo que no es visible para todos; lo que vibra existe en todo el Universo.
La humanidad no puede restringirse a la vida material. En verdad les digo, la vida material es algo secundario.
Ustedes no pueden perder la unión con sus espíritus, porque serán sus espíritus, su mundo interior, los que comprenderán todo lo que existe en la Casa de Mi Padre.
Por eso, ha llegado la hora en que la humanidad, despierta y dormida, conozca la verdad que se guarda en el Universo.
Como un impulso espiritual para la redención de los corazones de todos los que están caídos en sus propios abismos, vengo a retirarlos, a cada uno, de su condición humana a través de los impulsos de Luz que viene a entregarles Mi Corazón.
Mi Corazón es el verdadero tesoro para ustedes, porque en Él se guardan todas las virtudes y dones que Dios constituyó desde el principio de la Creación.
Mucho antes de Adán y Eva, Mi Corazón ya pulsaba en el Universo como una realidad inmaterial, que después vino a encarnar entre ustedes para enseñarles a amar y sacarlos del error.
En Mi humildad les digo: están ante un Corazón poderoso, que no solo Me pertenece, sino a Mi Padre, porque Mi Padre es en Mí, así como Yo Soy en Mi Padre; y cada uno de ustedes puede estar en Dios. Cuando crean que eso es posible, así sucederá.
Esa es la razón por la cual las almas sufren mucho: se alejan del Padre, se alejan de Su Reino, de todos Sus tesoros celestiales que se guardan como una sagrada memoria, en Su Corazón Eterno.
Yo vengo a invitarlos, no solo a comulgar con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, porque sé que es necesario para sus vidas vivir un ritual material, a una profunda comunión con Mi Corazón, como parte de una ceremonia interior para las almas.
Pero hoy Yo los estoy invitando a que se sirvan de Mi sagrada mesa todos los dones que Dios les está entregando por medio de impulsos espirituales que solo los renovarán, los redimirán y los curarán de todo, cuando se animen a dar ese paso, a abrir cada vez más sus consciencias a todo aquello que es desconocido por su vida material y por sus mentes.
Las Leyes que rige el Padre Celestial son Leyes Superiores y Divinas que la humanidad nunca consiguió seguir.
Una vertiente de esas Leyes, entre todas las que existen, son los Diez Mandamientos, las reglas básicas que se entregaron a la humanidad en el principio, a través de vuestro Patriarca, Moisés.
Si esas reglas hubieran sido vividas y no alteradas por la humanidad, la raza estaría en otro punto de su despertar y de su evolución. El sufrimiento no existiría en la humanidad.
De lo que ustedes llaman “deudas”, los corazones estarían libres si cumplieran las Leyes de los Mandamientos.
Pero como eso no ha sucedido, Yo tuve que encarnar en esta humanidad a través de la Sagrada Faz de Jesús de Nazareth, para enseñarles en las cosas simples los grandes misterios del Corazón de Dios, por medio de las parábolas que se guardan como llaves dentro del Evangelio que una vez Yo prediqué.
Aún así, compañeros, la humanidad no ha correspondido a lo que la Voluntad de Dios le ha colocado. Esa es la razón también, compañeros, por la que a través de los tiempos, nuestros Sagrados Corazones, el de Mi Madre María, el de San José, el del propio Cristo, hayan venido al mundo para poder instruirlo y corregirlo, para que puedan seguir el camino que Dios tiene previsto que puedan vivir.
Y aunque eso todavía no ha sucedido, Mi Sagrado Corazón les trae todas estas revelaciones.
Como fue la de Monte Shasta, así revelé en el Monte de las Bienaventuranzas todos los prodigios y las Gracias que las almas, en aquel tiempo, podían vivir.
Aún todas esas reglas están vigentes, aunque la mayoría de las almas del mundo estén separadas de esa realidad espiritual y solo los espera redimirse y consagrarse a Mi Corazón.
Si ahora, en este tiempo y por medio de este encuentro, tienen miedo a todo lo que Yo les digo, a las Revelaciones de la Consciencia de Dios, directamente de Su Fuente y en todo lo que Él ha creado, como en Monte Shasta, ¿cómo podrán, compañeros, esperarme cuando retorne con Mi verdadera Faz, aquella que Yo mostré en el Monte Tabor, en la Transfiguración?
¿Estarían listos para conocer Mi Ser Superior?
No quiero que se espanten, pues Mi Poder no es conocido por el mundo. Solo el diez por ciento fue el que descendió cuando Yo estaba en la Cruz y expiré.
Los templos se rompieron, las estructuras más rígidas se cayeron, los muertos resucitaron y hablaron y pronunciaron Mi Nombre.
Todos temieron en aquella hora por lo que le habían hecho al Hijo, al Primogénito, y a pesar de que todo eso sucedió y que reverberó en la memoria de muy pocos a través de los tiempos, aún tengo que venir aquí porque los amo y espero el bien para todos.
Pero es hora de que salgan del letargo para despertar a la nueva consciencia que trae Mi Faz de Gloria para los corazones más perdidos en el mundo, para aquellos que destruyen la Creación y los Reinos de la Naturaleza, solo buscando la conquista y el poder de sí.
Ha llegado la hora, compañeros, de preparar el mundo interno de la humanidad para poner fin a muchas cosas y para desenmascarar lo que aún muchos no ven con sus propios ojos.
El poder de la experiencia divina está descendiendo desde el Universo a este mundo, y cada vez que se aproxima, mayor será la purificación de los corazones para que estén libres de sí, limpios de todo y aptos para recibir al Redentor en Su segunda Venida.
Solo deseo que no sean indiferentes, como lo es el resto de la humanidad, que solo mira para sí misma y no para el semejante, para el que sufre, para el pequeño animal que está desprotegido, para el árbol que está lastimado, amarrado por las cadenas del hombre.
¿Ahora entienden que Mi Padre Me ha permitido estar en todo?
No solo estoy en la humanidad, sino en la esencia de los Reinos de la Naturaleza, que son la primera manifestación de la Creación del Padre Celestial.
Si esto se está volviendo corrupto por las manos de los hombres de superficie, ¿cómo la vida espiritual de la humanidad no se corromperá a sí misma por lo que vive y por lo que siente, por lo que hace y practica en contra de las Leyes de Dios?
Perdonen, compañeros, pero vengo a decirles la verdad para que abandonen el sueño mundial que muchas consciencias viven, sin siquiera percibirlo.
Les traigo Mis Gracias, las Gracias de Mi Gloria, para que puedan despertar cada día más y ver que el mundo está sufriendo las consecuencias de sus propios errores; es algo que el Padre no quiere ver más en esta humanidad, en este planeta y en todo el Universo.
Vengo a reactivar en ustedes el espíritu de la capacidad de amar, porque es el Amor que los liberará. Y así sus súplicas serán escuchadas y en el momento cierto, recibirán lo que tanto necesitan.
Sean corazones pacientes en la verdad y en el amor, así ayudarán a las almas que desesperan en el infierno de su propio error.
Les doy la potestad de amar cada vez más, sin límites, sin restricciones y sin fronteras, porque es el Amor, como ustedes lo han visto a través de Mi Pasión, el que todo revertirá.
Esta es una humanidad que ha alcanzado pocos grados de amor, a diferencia de otros Universos, en donde el amor crece, día a día.
Por eso están siendo ayudados por Consciencias que no conocen y que tal vez nunca conocerán. Consciencias al servicio del Amor, así como los santos ángeles y los santos arcángeles, que vienen a su encuentro cada vez que su Maestro desciende a la Tierra; y aunque no los puedan ver, ellos están aquí para colmar los corazones heridos y así, abrir las puertas a la Redención.
Mi esperanza en este día sagrado era decirles muchas cosas más, expandir el Sagrado Conocimiento que Yo les traje desde Monte Shasta, así como de otros lugares benditos en la Tierra, en donde se guardan las llaves para la Nueva Humanidad.
Tan solo cuando las almas se unan en una profunda oración accederán al legado celestial que está guardado en esos lugares para todos los corazones de la Tierra, como el Monte Sinaí, el Monte Tabor, el Desierto de Shamballa, las sagradas montañas de los Andes; lugares que están abiertos para que las almas puedan contemplar todo lo que Dios creó para cada una de Sus criaturas.
¿Ahora comprenden la diferencia compañeros, de poder contemplar y no destruir?
¿Cómo tendrán un mundo nuevo si lo están lastimando?
¿Cómo nacerá una nueva consciencia?
¿Cómo las Leyes de la cura descenderán a la humanidad, si la humanidad está enferma por no vivir la Ley del Creador?
¿Cómo se establecerán los puentes de la hermandad y de la fraternidad si los que oran son tan pocos?
Estoy invitando a los que nunca se animaron a penetrar el misterio de Mi Divina Misericordia, para que así como he hecho con cada uno de ustedes, pueda convertir sus corazones en fuentes de vida y de renovación.
Y ahora Me preparo para algo muy importante, en donde ustedes son partícipes y podrán serlo aún más, si colaboran Conmigo para que esta misión a los Estados Unidos se cumpla, independientemente de quién esté presente allí, en esa nación, o todo lo que haya hecho, a través de los tiempos, a otras naciones del mundo.
Nuevamente, bajo el espíritu de la Fe del Padre , los invito a colocarse por encima de todas esas cosas. Así, estarán dando un paso seguro hacia Mi Corazón, y no hacia otro, en donde todo está vacío.
Hoy, finaliza una etapa en México.
Los Sagrados Corazones en Centroamérica y en México consiguieron abrir las puertas para una sagrada oportunidad que se verá en un futuro cercano.
Las semillas que formarán la Nueva Tierra se siembran de a poco, para que sus frutos nazcan fuertes y den más semillas, para las nuevas almas que encontrarán este camino hacia Mi Corazón.
Que sus corazones busquen todo el tiempo ser sinceros, para que la proclamación guardada en esta canción sea escuchada por todos los que tienen que abrir sus oídos al llamado del Creador.
El corazón sincero es el que vive en Cristo.
El corazón sincero es el que busca a Cristo y a pesar de todo, aspira estar en Él.
El corazón sincero gesta en sí los tesoros de Dios, que formarán parte de la Nueva Humanidad.
El corazón sincero no es indiferente, sino atento, vigilante y solícito ante el llamado que enfrente en su camino. Vive así, como corazón sincero, en un servicio mayor.
El corazón sincero se abre para escuchar las correcciones de la vida, y sin prejuicios, acepta en humildad lo que Dios le envía.
El corazón sincero ama más allá de él y penetra las dimensiones en donde el Gran Amor de Dios se guarda y desde donde parte la Vida Eterna.
El corazón sincero atiende a las necesidades del mundo y no pierde ni un segundo para poder donarse por amor al Creador y a Su Hijo Primogénito.
Un corazón sincero es libre de sí y de todo lo que ha creído de sí mismo, porque su propia sinceridad lo lleva a liberarse de todas las amarras.
Un corazón sincero imita al Señor y sigue Sus caminos hasta poder encontrar su misión en estos tiempos.
El corazón sincero suplica a su Creador teniendo fe de que alcanzará lo mejor para todo este mundo.
Un corazón sincero abre las puertas al Reino de Dios con la expresión de su amor interior por todo lo que fue creado, y así, está en comunión eterna con todo el Universo y con su absoluto Rey, el Redentor.
El corazón sincero transmuta en silencio y no se incomoda por todo lo que vive, porque si en él está la humildad y la capacidad de amar, estará viviendo la Voluntad Divina.
El corazón sincero está disponible a su Maestro del Amor para poder cumplir todo lo que Él pide, confiando profundamente en que eso es verdad.
El corazón sincero muere para sí mismo para poder hacer nacer a las almas al Amor de Dios.
El corazón sincero es un apóstol del nuevo tiempo, es el discípulo de la sagrada renuncia y de la aceptación de todo lo que es divino y sublime en el Reino de su Padre.
El corazón sincero sirve para que se cumpla el Plan de Dios en esta humanidad y en todo el Universo. Así concretará la parte que le cabe y estará en el camino de la Luz siendo permeado por Mis Rayos, por la Luz de Mi Divina Misericordia, hasta que se cumpla Mi esperado Retorno.
El corazón sincero canta para proclamar la venida del Amor a través del Hijo de Dios.
El corazón sincero cree en el Retorno de Cristo y espera que cada minuto pase para que su Maestro llegue a su encuentro.
Sean corazones sinceros y se transformarán en algo que nunca han conocido.
Conocerán la libertad interior y estarán, a pesar de todo, en el Universo del Amor de Dios.
Con estas palabras, bendigo a los que se sacramentarán en nombre de muchos que serán tocados, como en esta nación, por Mi Luz redentora (*)
Cuando todos son sacramentados, puertas inciertas se cierran y nuevas puertas a la luz se abren, con el fin de que los corazones reencuentren su filiación y su profunda comunión con el Padre Celestial.
Después de esta consagración, compañeros, en donde sus almas y estos elementos fueron nuevamente bendecidos, con el fin de que siempre busquen vivir en la Ley, Mi Corazón ya está listo, así como lo estuve en la plaza de la flagelación, para ingresar a los Estados Unidos.
Les agradezco.
Hoy quiero que canten una canción que resuene en el pueblo de Dios, que busca vivir en la esperanza y en la comunión con el Redentor. Como ustedes una vez me dijeron: “Eso que soy, eso te doy”
No importa cómo sea, sino, que sea verdadero. Porque si lo que Me dan es verdadero, Yo siempre les agradeceré porque serán corazones sinceros que darán lo mejor de sí, a pesar de lo que suceda.
Me elevo a la Casa de Mi Padre llevando sus súplicas y las oraciones de todos Mis hijos en estos dos días.
Así, alzando Mi Mano hacia lo Alto, pidiendo la Gracia de Dios, colocando Mi Mano izquierda sobre Mi Corazón, Yo los bendigo bajo el Poder y la autoridad de la Santa Cruz, que redimió a las almas, exorcizó a los demonios, liberó a los corazones, e instituyó la unión del Cielo y de la Tierra a través de los servidores que viven en la buena voluntad, en la esperanza y en la fe, abriendo las puertas para esta próxima misión a los Estados Unidos.
Yo los bendigo y los absuelvo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. (x3)
No olviden que si están en paz, allí Yo estoy.
Les agradezco.
(*) El coral entona “Corazón Sincero”.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más