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Primer Mensaje
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Con la presencia de todos los ángeles del Cielo y el Arca de la Santa Alianza a Mis Pies; hoy, les traigo a ustedes, para los días del encuentro especial Conmigo en la Maratón de la Divina Misericordia, un portal especial y predilecto para Mí, que esperé poder abrir en este día para todas las almas del mundo y para todos los corazones, para todos los que necesitan de la Presencia del Padre Celestial a través del Sagrado Corazón de Jesús.
Hoy, por esa razón, estoy aquí de forma extraordinaria, para abrir las puertas en este mes de mayo, puertas espirituales y puertas profundas, que el Señor les viene a anunciar a todos en este día; puertas que se abren para que las almas las puedan cruzar en confianza.
Esta puerta especial, que hoy les abro, es la puerta hacia Mi Retiro Espiritual, expresado a través de todos Mis pasajes y hechos en Tierra Santa, y también colmado de la experiencia y de la historia de los patriarcas y de los profetas; porque en esta ocasión especial en el mes de mayo, no solo las almas necesitarán de esos códigos crísticos en este tiempo; sino que también, a través de las almas, las naciones los necesitarán.
El Padre Celestial Me Ha enviado junto con el Arca de la Santa Alianza; porque ustedes, como ya saben, compañeros, esa Sagrada Arca guarda muchos tesoros espirituales y desconocidos por la humanidad; esta Sagrada Arca Espiritual que fue construida por el propio Moisés, venerada y adorada por el sagrado pueblo de Israel a través de todos los tiempos; esta Sagrada Arca Espiritual que guarda todas las experiencias y hechos de la vida pública de Jesús y los mayores sentimientos de Amor elevado que su Maestro y Señor tuvo por cada una de las almas.
Hoy, esa Sagrada Arca actúa como intercesora y mediadora entre las almas y todos los pecados del mundo; para que el Padre Celestial, a través de Su Ley, de Su Gobierno Espiritual y de Su Omnipresencia, le conceda en este mes de mayo una urgente y necesaria amnistía espiritual a todas las esencias del mundo; especialmente a aquellas almas que creen en Cristo, que viven Su Evangelio y que dan su vida a través del servicio incondicional por la redención de todo el género humano.
Por eso, el Arca de la Santa Alianza, hoy presente en el corazón de esta sagrada casa, dedicada incondicionalmente a la Obra de los Mensajeros Divinos, ha sido depositada espiritualmente, para que esta Sagrada Arca, que hoy les He traído a todos, irradie los códigos que el mundo necesita para encontrar su camino de redención; para encontrar su camino de retorno a la Casa del Padre, ofendido por los pecados y los ultrajes del mundo, por la indiferencia, por los conflictos y por la guerra.
El Padre Celestial Ha concedido, en este mes de mayo, que este Sagrado Terafín de Dios, concebido a través del pueblo de Israel, llegue aquí, a Sudamérica, para que las naciones de esta región del planeta reciban la asistencia que necesitan, la asistencia espiritual inmediata que ayude a desatar los nudos energéticos de este mundo que generan puntos de inflexión, espacios sin salida, en donde todas las almas que aquí viven están expuestas, debido al no cumplimiento del Gobierno Espiritual.
Por esa razón, hoy, Yo estoy aquí de forma extraordinaria, junto con Mis compañeros, junto con Mis apóstoles y con Mis seguidores, con todos los que se autoconvocan a Mis Pies para reafirmar y reconocer, una y otra vez, el sacrificio del Señor, en Su más profundo silencio.
Compañeros, hoy, estoy aquí, abriendo la gran puerta para que Mi Retiro Espiritual pueda ser reconocido, en este momento, por los mundos internos; y si los mundos internos de cada uno de ustedes lo reconocen, podrán recordar, compañeros, lo que hace tanto tiempo cada uno vivió Conmigo en Tierra Santa y en otros lugares del mundo.
Es de esa forma, que vengo a despertar a los últimos apóstoles, a aquellos que verdaderamente no quieren nada para sí; los apóstoles de los últimos tiempos que se animan a cruzar el umbral hacia lo desconocido, los apóstoles de los últimos tiempos que no le temen a la transformación, a la liberación del dolor, a la cura y a la sanación de la culpa para que puedan renacer en Cristo y por Cristo.
Yo quiero traerles, a través de este Mensaje, un momento de esperanza, de júbilo y de alegría, porque para su Maestro y Señor Ha sido importante lo que He vivido con ustedes en Israel y, principalmente, lo que Yo He vivido con cada uno de los Míos, los que estuvieron presentes, cerca o lejos, en esta última Sagrada Semana.
Este momento que hemos vivido, a través de la Sagrada Semana, ha permitido que su Maestro y Señor, que el Inmaculado Corazón de Mi Madre y que Mi padre, San José Castísimo, los Tres Sagrados Corazones, vuelvan a estar presentes aquí en Brasil, y a través de Brasil en el mundo entero; para atender espiritualmente a todas las necesidades, urgencias y demandas que las almas Nos están colocando en estos tiempos, porque sabemos que esta humanidad de superficie no solo vive el gran preámbulo de su Armagedón, sino que también vive momentos desconocidos que nunca experimentó ni aprendió, y que la ayuda espiritual es necesaria para poder atravesarlos, aceptarlos y comprenderlos.
Vengo, en este día, a prepararlos para que puedan vivir de verdad la próxima Maratón de la Divina Misericordia y para que, como Mis guerreros orantes y Mis apóstoles, ya puedan estar enteros a Mis Pies, a los pies de Mi Iglesia Espiritual y Celestial; para que el pequeño e insignificante ofrecimiento de cada uno justifique todos los errores del mundo, especialmente los que viven los niños y los jóvenes de estos tiempos. Y así, su Maestro y Señor, pueda liberar a muchos corazones, asediados por la creación del suicidio, por la falta de amor, de la verdad, de la esperanza y del renacimiento interior.
Yo vengo a pedirle a Mis compañeros un paso más en la consciencia; ya que es el momento de dar un paso hacia la madurez, hacia lo que verdaderamente representa y significa el Plan y su cumplimiento en el fin de estos tiempos, a través de todas las almas que se autoconvocan para estar ante el Señor y vivir el final de los tiempos con valentía y coraje; viendo, a través de cada experiencia y de cada prueba, una oportunidad de crecimiento interior y no de culpa, una oportunidad de expansión de la consciencia y no un vínculo con lo superficial.
Deben aprender a leer en los acontecimientos, así como lee la Jerarquía. Yo los animo, en este mes de mayo, en el que Nuestros Sagrados Corazones traerán todas las Gracias necesarias para las almas, a que no desaprovechen esta oportunidad, a que sean conscientes en cada momento y en cada minuto de que la Fuente de las Gracias, del Corazón de María, de San José y de Cristo, estará abierta para que ustedes vengan a beber y quitar la sed en este desierto de superficie.
Que esta próxima Maratón sea la oportunidad de la confirmación de cada uno de ustedes, aquella definición que Yo les pedí en Israel, porque aún su Señor espera llevar adelante Sus últimos Planes en las almas y en el mundo, en las naciones y en lugares lejanos del planeta.
Pero para eso, compañeros, es muy necesario un sustento espiritual, sólido, firme y construido en base al amor, a la unidad y a la armonía; porque todo esto establecerá una paz desconocida, una paz que muchas almas en estos tiempos buscan y no encuentran.
Quiero decirles, en claras Palabras, que Nuestros Sagrados Corazones no solo podrán conectar a las almas con el Retiro Espiritual de Cristo durante el mes de mayo, sino que también Nuestros Corazones trabajarán incansablemente para ayudar a las almas a volver a conectarse con la Fuente Primordial.
Por eso, quisiera ver, en los próximos días y semanas, esta simple y verdadera devoción ardiente que hoy encontré aquí. Que esto despierte en los corazones el entusiasmo de vivir el reencuentro Conmigo; porque así, una y otra vez, Yo los renovaré, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y así, podrán seguir Mis Pasos, podrán reconocer Mis Huellas; porque, aunque no lo sepan, Yo tengo un camino construido para cada esencia, esperando a cada alma en esta trayectoria que la llevará hacia el Infinito.
Porque el resultado de toda esta experiencia en la Tierra es que ustedes aprendan a vivir del Amor, del Amor Mayor.
Les agradezco por hoy estar Conmigo y por atender a Mis pedidos.
Vayan en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el pasado, llegué a estar delante de la antigua Jerusalén, por la cual lloré al vislumbrar su destrucción. Era el símbolo real, pero también interno, de la destrucción de la condición humana a través de la soberbia, de la arrogancia y de la indiferencia de los hombres y mujeres de la Tierra que no creían en la Presencia del Mesías.
Pero hoy, estoy ante la Nueva Jerusalén, la sagrada ciudad espiritual que descenderá en los próximos tiempos al planeta, junto con el Retorno de Cristo, para anunciar un nuevo tiempo, para establecer una Nueva Humanidad, libre de esas energías capitales que hacen sepultar, una y otra vez, a la consciencia humana.
Pero, en este tiempo actual, vemos una destrucción planetaria no solo de los valores que el Padre Eterno les Ha enseñado a través de los tiempos, sino también de los principios sagrados que fueron violados y ultrajados por el hombre, perdiendo el verdadero sentido y el objetivo del Propósito Espiritual, de la razón por la cual están aquí, en este planeta y sobre esta superficie.
Aunque el propio Dios encarnó a través de Su Amadísimo Hijo, y después se entregó en la Cruz, aun después de todos estos hechos y acontecimientos vividos aquí, en Israel, el hombre actual de esta superficie perdió el Propósito Espiritual.
Pero Yo vengo aquí, una vez más y a las puertas de esta nueva Sagrada Semana, para anunciarle al mundo Mi cercano Retorno.
Mas, para que esto suceda de manera concreta, aún necesito que las almas Me abran la puerta del corazón, para que Yo pueda morar y hacer nuevas todas las cosas, pudiendo purificar sus consciencias y almas de las corrientes contrarias de estos tiempos, pudiendo abrir la puerta definitiva de la redención para toda la humanidad.
Por esa razón, Yo estoy aquí, abriendo esta nueva Sagrada Semana para el mundo entero.
Aún estoy aquí, por un motivo desconocido para muchos, para poder depositar en la consciencia humana y, a través de la consciencia humana, en todo el planeta, los Códigos Crísticos que Yo alcancé aquí con tanto esfuerzo y esmero. Porque, por más que sea el Hijo de Dios, Yo Soy parte de ustedes, Soy un ser humano que se transfiguró y se iluminó, que se trascendió a Sí mismo a través del Amor que, en cada paso vivido sobre la superficie de este planeta, Yo sentí por el Padre Eterno.
Yo necesito que, algunos de los Míos, aprendan de la misma escuela. Mis Palabras no pueden quedar perdidas en el espacio de este mundo ni pueden quedar perdidas en el olvido.
Este es el tiempo en el que Yo llamo a Mis apóstoles y seguidores para que ingresen en el primer paso de la escuela de la cristificación. Pero, para que esto sea posible, primero dependerá de que cada uno de ustedes haga un profundo examen de consciencia y de reflexión, preguntándose a sí mismos:
¿Estoy dispuesto a dar la vida por Cristo, a pesar de lo que signifique o a pesar de lo que represente?
¿Estoy disponible para llevar adelante el Plan del Redentor?
¿Ante los embates del fin de los tiempos, yo fracasaré?
¿Me dejaré arrastrar por aquello que no tiene consistencia dentro de mí?
¿Cuál será mi actitud delante de la batalla del final de los tiempos?
Todas estas preguntas deberían ser parte de una profunda reflexión para cada uno de Mis compañeros y seguidores, especialmente para aquellos que dicen ser Mis apóstoles, los últimos apóstoles del fin de los tiempos.
Con esto, quiero decirles que ya pasó el tiempo de solo escuchar Mi Mensaje y de no hacer nada. Este es el tiempo, el último tiempo antes de Mi Retorno al mundo, de que Mis apóstoles vivan Mi Palabra y sean Mi propio Mensaje; amando cada día más el sagrado sacrificio que el Padre les ofrece, para hacer triunfar Mi Sagrado Corazón en este mundo; para que, a la Sangre derramada por su Maestro y Señor, sobre este suelo de Israel, se le dé el valor que ella tiene y que reverbere este Sagrado Código del Redentor hasta la próxima humanidad.
Pero, para que esto sea posible, deberán estar presentes Mis últimos apóstoles, sosteniendo con firmeza y dedicación el final de los tiempos, atendiendo a las emergencias del planeta y de la humanidad con convicción y fe, sin dejar que nada opuesto a Mi Plan les haga enfriar el corazón; porque Yo los necesito más conscientes, los necesito más sensibles y más disponibles.
¿Acaso cuando la cruz pese un poco sobre sus espaldas, ustedes retrocederán?
¿Qué fue lo que Yo hice por ustedes hasta lo alto del Monte Calvario?
¿Acaso Mi Cuerpo ya no estaba desfigurado?
¿Acaso en Mi Cuerpo ya no se guardaba ni una gota más de Sangre o partes de Mi Cuerpo no cayeron por el camino del Calvario?
¿Cuál es la profundidad del Amor Superior que es capaz de ir más allá de la ley física?
Porque cuando fui crucificado, estuve solo como hombre y como consciencia; por eso, dije: “Elí, Elí, ¿por qué Me has abandonado?”.
El Señor nunca Me abandonó. Él dejó que Yo Me cristificara como hombre encarnado en esta humanidad y en este planeta, nacido de una Purísima y Humilde Virgen, gestado a través de una Ley Suprema y desconocida aún para el mundo.
Yo los hago meditar sobre todas estas cosas porque ya no hay tiempo y, antes de Mi Retorno, aún hay mucho por hacer a través de Mis apóstoles y seguidores.
A través de su llegada a esta Tierra Santa, en este primer día de la Sagrada Semana, Mis Ojos contemplan a un grupo de consciencias representativo de la humanidad, proveniente de los continentes del mundo, representando a las diferentes razas, culturas y etnias; para que así, el Proyecto Genético sea renovado a través de los que se adhieren al camino crístico, a través de los que se unen al Corazón del Maestro.
Sé que, en este momento, no comprenderán todo lo que les He dicho; pero en esta Sagrada Semana sigan orando de corazón y dejen que Mi Mensaje se profundice en el espíritu de cada uno de ustedes, porque la Nueva Jerusalén hoy desciende junto con el Rey del Universo y abre sus puertas celestiales para que las almas ingresen en Mi Iglesia Celestial y, una vez más, comulguen conscientemente de los Códigos Crísticos que Yo alcancé en esta nación, a través del sagrado pueblo de Israel.
En este día, el primer día de la Sagrada Semana, cuando el Señor entra triunfante en Jerusalén, todas las Jerarquías, y ustedes también, viven una síntesis espiritual de la historia de esta humanidad, a través de las diferentes civilizaciones, pueblos y culturas que han pasado por este planeta.
¿Cómo todo este misterio transfigurará a la humanidad?
¿Cómo todo este misterio convertirá a los hombres y mujeres del planeta?
A través de una única y noble Ley, la Ley del Amor Crístico que, en cada pasaje por esta Tierra Santa, Yo les revelaré y les presentaré con alegría, gozo y júbilo, a través de la celebración de esta nueva Sagrada Semana.
Por eso, que sus corazones y consciencias ya no retengan nada más; que los oídos del corazón se abran para escuchar el sagrado canto de los ángeles de Israel, de los ángeles que anunciaron la Encarnación del Mesías, de los ángeles que anunciaron la Resurrección de Cristo, y que muchos de los Míos escucharon conscientemente en este lugar.
¿Acaso se han dado cuenta, en este momento que, en los planos internos de este país, del sagrado pueblo de Israel, están delante del Retiro Espiritual de Cristo Jesús, donde las Reliquias más preciosas y espirituales se guardan en este lugar?
Retiro concebido por la Sangre del Señor derramada a través del Camino del Calvario, al cargar con la Cruz de los pecados del mundo, para que ustedes no perdieran la oportunidad de recibir el Amor de Dios, y tuvieran la Gracia de aprender a amar, así como Yo los amo.
Con estas primeras Palabras, en este primer día triunfante de la Sagrada Semana, a las puertas de la antigua Jerusalén y ante el descenso de la Nueva Jerusalén, su Maestro y Señor los prepara para que todos conscientemente sigan los mismos pasos que Yo di en Tierra Santa; y así, recojan, a través de la simple y humilde oración del corazón, los Códigos Crísticos que Yo deposité en este lugar.
Para que puedan vivir esto, verdaderamente, Yo debo bendecirlos una vez más a ustedes y a todos sus hermanos. Y pidan la Gracia al Universo de Dios de que, después de todos estos impulsos que recibirán en esta Sagrada Semana, sean consecuentes con lo que han recibido de Mi Corazón Misericordioso y Redentor.
Abriendo las puertas a este sagrado evento de la Semana Santa, que el Padre Eterno los renueve y los bendiga a través de Su Amadísimo Hijo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Es en el silencio de Dios en donde se guardan los más grandes y preciosos tesoros de la Creación. Testigos de todos esos tesoros son los árboles, en su diversidad y manifestación, en su expresión y belleza.
Los árboles son los templos que traen hacia la Tierra los Principios de Dios. Ellos captan desde el Universo las energías mayores que la humanidad necesita para elevar su consciencia y curarse.
Hoy están en un lugar al que Yo tanto he esperado llegar desde hace muchos años, uno de los lugares del mundo más importante para Dios.
Aquí no solo están los testigos de la Creación del Padre desde hace millones de años, sino más aún, aquí están presentes los guardianes del Legado original de la humanidad, los que a través de la Sagrada Montaña Blanca, son los que celan y protegen ese sagrado conocimiento que viene de la Hermandad.
El norte de California es el receptáculo interior del Legado original de la humanidad, algo que hoy las mentes no saben y que escuchan por primera vez.
Los grandes vigilantes del Reino Vegetal están aquí presentes cumpliendo una tarea desde hace millones de años, desde antes que existiera el hombre en la superficie como consciencia y como ser.
Los he traído aquí a todos, en los planos internos, para que puedan recordar y participar del Origen de sus orígenes como humanidad de superficie, como consciencias que deben evolucionar y alcanzar los grados de amor a través de Mí, así como a través de los Reinos de la Naturaleza.
Estos grandes árboles son testigos de los errores de las diferentes civilizaciones de la humanidad, de los acontecimientos que sucedieron y que marcaron también a la Creación, no solo dentro de este planeta, sino fuera de él, en el Universo, en la existencia.
Ellos sienten todo lo que ha hecho el hombre de superficie, todo lo que la humanidad ha generado desde el primer momento en el que existió en la superficie de la Tierra hasta los días de hoy.
Ese sufrimiento lo transmutan los grandes árboles del norte de California, así como también otra parte de los Reinos, y aún la humanidad no tiene consciencia de que eso sucede.
Los árboles del norte de California son un gran misterio para el hombre de superficie. Es hora de que la humanidad descubra el valor que ellos tienen y la espiritualidad que portan como alma-grupo del Reino Vegetal.
Ellos son también los grandes guardianes y vigilantes de los Retiros interiores del planeta. Ellos están presentes a lo largo de los Andes, cada especie y cada árbol, cumpliendo una función principal y primordial para Dios.
Ellos son los templos que guardan los mil portales, a los que la humanidad necesita acceder a través del verdadero y único tiempo que los rodea en el Universo y en el Sistema Solar.
A través de los grandes árboles encontrarán el acceso hacia la realidad superior y podrán vivenciar todo lo que guarda esa realidad superior, y que viene al encuentro de los que buscan la Paz y el Amor del Universo.
Los árboles experimentaron el sufrimiento que vivió el planeta y todo lo que la humanidad le ha generado. Aun así, ellos están presentes aquí sosteniendo lo que la humanidad de hoy no puede sostener, donando lo que la humanidad de hoy no consigue donar y entregar al Padre Eterno.
Su silencio e inmovilidad los hace grandes y fuertes para sostener también el eje de la Tierra y el corazón de este planeta.
Pero ahora es el momento de que todo esto salga a la luz, de que nadie más sea ignorante, de que nada más sea imperceptible ni oculto.
Ellos necesitan el amor de los hombres de la Tierra para poder seguir cumpliendo su tarea espiritual e interna.
Ellos también fueron testigos de lo que le sucedió a su Maestro y Señor, desde antes de que su Maestro y Señor existiera en esta humanidad a través de la encarnación en el humilde pesebre de Belén.
Los grandes Arcángeles de Dios fueron los que ayudaron y aportaron Sus conocimientos para la creación y la manifestación de esta expresión y belleza de Dios, por medio de los devas y de los ángeles menores. Porque los árboles palpitan y vibran en una importantísima melodía que el hombre de hoy desconoce.
Es solo aproximarse a ellos para reconocerlos y sentirlos, y saber que los grandes árboles que se guardan en el norte de California son los antiguos ancestros que no quisieron salir del planeta para ayudarlo en su proceso de evolución y de cura.
Los grandes ancestros de los pueblos indígenas de Norteamérica están aquí. Su sabiduría, su humildad y su amor los ha hecho expresar esta grandiosa manifestación de la Creación del Reino Vegetal, que supera los límites de la consciencia humana, no solo mental sino también visual.
Los grandes árboles tienen mucho para dar a los hombres de la Tierra. Ellos solo necesitan ser reconocidos para que sus esencias se puedan abrir y mostrar, así como hoy se muestran a ustedes en una profunda e incondicional simplicidad.
Fue tan grandiosa su oferta y entrega que se donaron, por medio del madero de la Cruz, para poder ayudar a la humanidad a través de la entrega del Hijo de Dios. Por eso son los grandes testigos del ayer y son los que traen para la humanidad el sagrado conocimiento de la Creación.
Los árboles son una vida no comprendida aún y ellos tienen, en su constitución, lo que el ser humano necesita para poder evolucionar y despertar cada día más.
En estos sagrados espacios del universo vegetal se recoge también la sagrada Jerarquía para poder pensar y meditar sobre los próximos pasos de esta humanidad y de este planeta, así como de todo el Universo.
En los lugares más simples es en donde se encuentra Dios y es en donde Él se muestra en Sus diferentes manifestaciones.
Quiero que sepan que los grandes árboles del planeta seguirán siendo los testigos, pero en este ciclo serán los testigos del tiempo final.
Los hombres los han dañado, ultrajado y herido, y la sangre de su savia tiene un precio para todo el género humano. La falta de conexión con lo Alto y el Universo es la razón de tantos desequilibrios psicológicos y siquiátricos.
Ellos también vivieron su pasión, tan semejante a la de su Maestro y Señor. Por eso la reconciliación y el perdón de los hombres es imprescindible para estos tiempos, para que se corte esa cadena de daño y de destrucción del Reino Vegetal.
Alégrense porque son conscientes de todo este conocimiento y, sobre todo, de lo que ellos han querido hablar desde hace millones de años y nadie los ha escuchado. Hoy es la primera vez que eso sucede, porque su Maestro y Señor se ofreció para que todo esto se diera conforme a la Voluntad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Cuando el hombre de superficie comprenda porqué existe cada Reino, la humanidad evolucionará y ya no se perderá en los sufrimientos ni en las pruebas.
Por eso, estos grandes árboles están en el norte de este planeta. Ellos son los grandes captadores del principio y de la energía divina para la humanidad. Y eso lo siguen cumpliendo y realizando desde hace millones de años. Es un eterno servicio de amor por las almas y por todos los planos de consciencia.
Ahora digan al mundo que es el momento de reconstruir el planeta y de curar a los Reinos de la Naturaleza, de plantar árboles y de regenerar la vida, el suelo y sobre todo a las consciencias que nunca estuvieron atentas a la Creación y que están para servirla, para hacerla crecer y despertar.
Los Retiros interiores ofrecen estas llaves para todos los seres humanos, independientemente de su condición espiritual, mental o material; porque los grandes árboles de Norteamérica están presentes y existen para que los hombres y mujeres de la Tierra nunca se olviden de regresar al Origen de su esencia que es el amor, la armonía y el equilibrio interno y espiritual.
A pesar de que el mundo esté convulsionado, en el silencio del Templo de los Árboles, de los mil portales, se abren los planos de la Divinidad Única para que todos puedan recibir y acoger la donación que ellos entregan en su silencio y firmeza, para que la cura regenere a las consciencias y para que las consciencias encuentren el camino para entrar en comunión con la Creación.
En el silencio escuchen al alma-grupo de los árboles, de los grandes testigos y guardianes de Norteamérica y del mundo.
Que la humanidad reaccione y ya no se autodestruya ni tampoco destruya a sus hermanos menores, en este caso al Reino Vegetal ni a sus elementales, devas y ángeles que, en su quietud y silencio, celan y protegen su evolución como raza y como consciencias.
Sean tocados por esta poderosa luz que viene de los grandes árboles de Norteamérica y que, desde el coronario hasta el sur del planeta, todo sea trasmutado, transubstanciado y elevado bajo el amor incondicional de la Creación y de sus grandes regentes del Universo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
La Luz de la poderosa Montaña Blanca congregará y reunirá a todos los Maestros del ayer, a todos los que participaron del Cónclave de la Jerarquía a través de los tiempos.
Sus Presencias serán visibles, pero la mayoría no podrá llegar a Ellos, porque estarán bajo cierta misión y tarea, bajo cierto propósito y pedido del Creador.
Y así se abrirán los cofres de los Retiros interiores de la Tierra, y no solo se verá la luz de cada uno de ellos, sino también las reliquias más sagradas que la humanidad aún no conoce desde que comenzó este planeta como creación y como proyecto genético. De ellos vendrá una luz más fuerte y poderosa, porque la gran señal de la Luz Blanca de la Montaña traerá consigo muchas revelaciones y los misterios se develarán.
Todo quedará a la vista de todos, pero nadie podrá infringir esos tesoros y reliquias, porque una poderosa e invisible energía los protegerá.
Así, los Maestros llegarán desde lugares muy lejanos del planeta. Algunos bajarán desde los Himalayas, otros vendrán desde los Andes, como también algunos vendrán desde aquí, y el silencio mostrará la verdad.
El Corazón de Dios se conmoverá en ese momento, porque los Maestros del ayer, los Maestros de la Luz, los instructores del planeta y de la humanidad prepararán el Retorno de Cristo, y serán la gran compensación y sostén interno para Mi Iglesia.
Todo aquello que está escrito en el Universo, a través de las estrellas, se mostrará. Y lo que está escrito en el Universo descenderá a el planeta, como algo muy semejante a los cometas, a las estrellas fugaces que iluminan en la noche el firmamento.
Aquellos que aspiraron durante tanto tiempo a ascender hacia las montañas para encontrar su mundo interior, lo encontrarán después de haber luchado por muchos siglos contra ellos mismos, para transmutar sus deseos, sus tentaciones, su dualidad, su imperfección.
En esa hora, el Sagrado Cáliz, el Santo Grial, emergerá, así como una vez estuvo aquí, en esta Sagrada Montaña Blanca.
De nuevo la mesa de la redención será preparada.
Las tribus también llegarán, así como llegó Israel después de haberse liberado de la esclavitud de Egipto. Pero el pueblo de Israel, el antiguo pueblo, ya no demorará 40 años para encontrarme, para encontrar a la Segunda Persona de Dios, al Hijo, sino que ya sabrá el camino porque los Maestros serán sus propias estrellas que indicarán en el firmamento, como lo fue en Belén, la llegada del Mesías, del Salvador y Redentor.
Ya no habrá consciencia en la superficie de la Tierra, nación, poder humano o persona que pueda ocultar lo que sucederá, porque todo este movimiento y acontecimiento será a través del impulso mayor del Cósmico Amorque los ha creado a imagen y semejanza del Padre, para poder cumplir en este plano material y espiritual con sus designios y voluntades.
El invierno pasará, la noche oscura terminará, porque la luz poderosa de los Retiros interiores traerá lo nuevo, lo que nadie ha podido ver desde que comenzó este planeta y este proyecto genético.
Y al fin, antes de que llegue el Hijo de Dios, la Confraternidad se reunirá. Desde sus esencias brillará la gran estrella de sus orígenes.
Los rostros de los justos ya no llorarán por lamentaciones ni culpas, sino que se alegrarán. El llanto será de alegría, de júbilo y de gozo porque el Santo Grial estará allí, resplandeciente, en lo alto de la Montaña Blanca.
La síntesis y el legado de todo el amor vivido por Cristo, su Maestro y Señor, abrirá el gran portal entre el Cielo y la Tierra para el descenso glorioso y victorioso del Hijo de Dios.
La gran Luz de la Montaña Blanca abrirá la puerta hacia el nuevo tiempo. Pero después, muchas señales más se mostrarán, aunque el planeta y su humanidad estén conmovidos, agitados o perturbados.
Aquellos que fueron designados para cumplir una tarea y una misión en estos tiempos serán llamados conscientemente, y el Padre Eterno ya no deberá esperar hasta que sus hijos despierten y tomen consciencia de la verdad.
Así como hoy les hablo desde lo alto de la Montaña Blanca, así también será ese acontecimiento, pero más contundente y revelador.
Los Maestros de las montañas que descenderán desde los Himalayas, desde los Andes y que emergerán desde los Retiros interiores del planeta traerán consigo todo su legado y aprendizaje y, sobre todo, la experiencia del Amor Crístico vivido como grandes consciencias universales y cósmicas.
Nadie podrá decir que eso no será verdad, porque Dios así lo necesita y lo determina para la construcción y el advenimiento de la nueva raza, la que ya no deberá infringir ni ultrajar las leyes, los principios o los atributos que son parte de una Voluntad Mayor y de un designio que viene al mundo y a sus consciencias para elevarlas hacia el Propósito Mayor.
Mientras tanto y cuando todo eso suceda, la Mujer vestida de Sol también llegará después de Su Hijo, y los que no creyeron en Ella la verán en gloria, así como ascendió a los Cielos, rodeada de ángeles y de estrellas.
Sus grandes Universos se mostrarán, Sus Faces se revelarán, y al final Ella mostrará el último camino por donde retornar al Padre, para estar en comunión con Su Espíritu y con Su Consciencia por toda la eternidad.
El sufrimiento ya no será la causa de tantos males y angustias, de tantas desolaciones y pruebas, porque en esa hora Mi enemigo estará vencido y su cabeza estará a Mis pies.
Yo mismo y el Arcángel Gabriel lo redimiremos, así como a todos sus ejércitos caídos que sentenciaron a través de los tiempos a todas las civilizaciones y pueblos del planeta y del Universo. Y así, la Creación se recreará y todo volverá a tener sentido para Dios.
Muchísimas, pero muchísimas almas reconocerán sus errores. Pero la Luz de la Misericordia Divina llegará como la última tabla de salvación en el momento del gran Juicio universal.
En esa hora todo estará definido. Por eso los preparo con estos anuncios y palabras, porque no las pueden olvidar. Ya no habrá otro momento en el que pueda repetirlas y anunciarlas, así como lo hago hoy, en este día.
Porque cuando todo suceda, ustedes, como parte de la prolongación de Mi Voluntad y de Mi Obra en el planeta, comprenderán el sentido de todo lo que han hecho, de todo lo que vivieron y experimentaron, de todo lo que les he pedido que cumplan al pie de la letra.
Así todo comenzará de nuevo y las almas se regocijarán, ya no perderán el camino ni el sentido de sus existencias; porque cuando retorne el Rey a través de la Luz poderosa de la Montaña Blanca, en ese momento todo se realizará y las nuevas escrituras se cumplirán.
La Biblia será renovada y restaurada del ultraje que le han hecho los hombres, porque una nueva historia se escribirá, no solo en el Corazón del Padre, sino en el corazón de Sus hijos.
Los ciclos se cerrarán cuando los Retiros interiores se muestren y todo, absolutamente todo, sin que falte mucho tiempo, comenzará de cero.
Prepárense para ese momento, sean conscientes de lo que les digo.
Difundan al mundo Mis Palabras, porque siendo las últimas son las más reveladoras. Hay una parte de las señales que deberán comprender por ustedes mismos, en sintonía y en amor Conmigo.
Así seguirán creciendo en el amor y en la verdad, en la justicia y en el servicio por todos los que no lo hacen y, algún día, en un próximo tiempo y en un próximo mundo lo deberán hacer.
Dios creó a Sus hijos para que se sirvan los unos a los otros, para que se amen los unos a los otros, para que crezcan juntos y en unidad.
Sigan rezando para que su Maestro pueda seguir hablando y anunciando la Palabra, que no es propia, sino que es la Palabra de Dios, la que viene de Su Fuente y sobre todo, de Su Amor.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más