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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Algunos ya se animaron a ingresar al desierto que Yo les ofrezco durante esta semana. Camino al lado de aquellos que perseveran y que, por más que sepan que es desconocido, siguen adelante, sabiendo que Yo no quiero ningún mal para ustedes, sino la victoria de Mi Reino en cada uno de sus corazones y vidas.
Por esa razón, estoy aquí, ofreciéndoles este ejercicio espiritual de adentrarse en lo más profundo del desierto interior; para que, en el vacío y en la soledad, solo encuentren a Dios, Quien les dará Su abundancia y Sus riquezas espirituales para que, en los próximos meses que llegarán, sus corazones estén más prontos y decididos a seguir los caminos que el Señor ya tiene previstos en estos tiempos.
No se olviden de que aquí está expuesto Mi Sagrado Corazón, el Corazón que emite los Rayos de la Gracia y de la Misericordia en este mismo momento para todas las situaciones dolorosas del planeta, para las regiones del mundo en donde reina la oscuridad y la maldad. Esta es la oportunidad que hoy Me dan al responder a Mi Llamado, en este segundo encuentro preparatorio Conmigo, porque el fin de todo esto es establecer Mi Paz.
Hoy, tres llaves les quiero dejar, tres llaves que siempre les abrirán las puertas del Reino de los Cielos para que sus almas, a pesar de lo que vivan o de lo que atraviesen, se eleven. Tres llaves que son importantes en estos tiempos definitivos, en los que hay un encuentro de grandes presiones espirituales en la consciencia del planeta y de la humanidad.
Estas tres llaves, su Maestro y Señor las utilizó durante Su Pasión, durante Su Calvario y sobre todo en el momento de Su Muerte: la llave de la mansedumbre, la llave de la serenidad y la gran llave del espíritu pacificador.
Sin estas tres llaves, compañeros, será muy difícil para ustedes y para sus hermanos atravesar estos tiempos; porque lo desconocido viene a su encuentro no para enfrentarlos o asediarlos, lo desconocido viene a su encuentro para que aprendan a superarse en el Amor, en el mismo Amor que Yo viví por ustedes y que hoy vivo por el mundo entero.
Entonces, sigan adelante, en esta semana intensiva y preparatoria, atravesando ese desierto que cada uno conoce en su interior y que Dios contempla con inmensidad y Misericordia; porque, al fin de todo, Mi Sagrado Corazón alcanzará la victoria en aquellos que Me dicen sí.
El Universo está atento a los movimientos de los mundos internos, a los pasos de las almas, a la donación de los corazones, a la entrega de cada uno de los espíritus que se unen a Mí en esta hora, para formar parte de la gran Red de la Misericordia para este planeta y esta humanidad.
Que ya no pese en ustedes aquello que no pueden transformar. Vengan a saciar su sed en la Fuente de Mi Corazón, que es Agua Viva, a través de las Palabras y de los Mensajes que les entrego en estos tiempos.
En esta Hora de la Misericordia, a las tres de la tarde, en la que contemplan el momento cuando su Maestro y Señor expiró en la Cruz, que esto no signifique una derrota, sino la posibilidad de que, a través de Mí, amen el símbolo del sacrificio y de la entrega a lo Mayor, sabiendo que el Padre ya tiene previsto todo lo que sucederá en estos tiempos, y que Él necesita de las almas para poder llevarlo adelante.
Me alegra encontrarlos, una vez más, en este momento extraordinario en el que el Padre Celestial Me ha dado permiso para que Yo llegue aquí a contemplar a las almas que hacen sus esfuerzos para vivir la Vida Crística. Pero tengan fe y mucha perseverancia, paciencia en la transformación, solidez en las decisiones, templanza en las batallas, amor en las agonías, silencio en las pruebas, confianza en la tempestad, valentía en los desafíos, unidad en los asedios y mucha Luz en los tiempos de oscuridad; porque así, Me abrirán la puerta correcta para que Yo pueda ayudarlos y auxiliarlos, a ustedes y a sus hermanos.
Que, con las llaves de la mansedumbre, de la serenidad y del espíritu pacificador, sus consciencias suban un escalón más en esta escalera de Luz que Yo les ofrezco hacia el universo, hacia los mundos mayores para que los Cristos del Nuevo Tiempo puedan despertar y estar en el lugar en donde Yo los necesito en este momento.
Para esta próxima Sagrada Semana, una vez más, volveré a entregarles los Códigos de Mi Pasión para que, en esta ocasión, vean la Victoria de Cristo a través de los atributos que una vez Yo les revelé en la Trilogía Espiritual.
Beban de los impulsos de la Trilogía Espiritual, nutran sus consciencias de la Trilogía Espiritual, y les aseguro que tendrán la misma fuerza y el mismo coraje que Yo tuve cuando viví aquí, en la Tierra; todo lo que viví por ustedes y todo lo que sigo viviendo por ustedes hasta los tiempos de hoy.
Recuerden que en la Comunión siempre está la oportunidad del perdón y de la reconciliación, no solo con el Padre Eterno, sino también entre ustedes, hermanos de Mi Camino.
Infundo Mi Paz al mundo y hago, de esta humanidad, almas rescatables, espíritus redimidos, consciencias crísticas que trabajen por la Paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón lee el Mensaje extraordinario de Cristo Jesús del 5 de octubre de 2014 y dice:
Con esas palabras vamos a esperar la venida de Cristo. Vamos a colocar nuestro corazón en estas cuentas que nos faltan, permitiendo al Universo Celestial que concrete Su misión aquí, en Paraguay.
Yo les doy a conocer los hechos de Mi Pasión como nunca antes nadie los contó.
En Mi Corazón misericordioso no solo se guardan las señales para vuestra salvación, sino también los verdaderos misterios que Dios Me dio a conocer durante Mi agonía.
Yo les muestro y les doy a conocer Mi Pasión para que encuentren el camino de vuestra fortaleza. Muchos se olvidan de este importante evento universal que fue vivido por Mí aquí, en la Tierra y, principalmente, muchos más se olvidan de querer conocer esta Pasión tan verdadera y profunda que permitió la redención de la humanidad.
En el Universo de Dios, la Pasión es viva y resplandeciente, pues allí no se guarda el dolor ni el padecimiento, sino el verdadero sacrificio de Amor que Yo he dado, por todos ustedes, en aquellos tiempos.
Hoy les vengo a recordar estas cosas delante de las gravedades que acontecen en este mundo. Yo quiero que ustedes, Mis compañeros, puedan penetrar el misterio de Mi Pasión a través de Mi Corazón. El Rosario de las Siete Agonías, que Yo les entregué, guarda verdaderas llaves para vuestra redención, símbolos significativos, señales luminosas, para aquellos que en verdad quieran descubrir Mi Pasión.
Yo no vengo en esta era para que ustedes se martiricen. Vengo a darles la Verdad, el verdadero conocimiento de aquello que muchos olvidan. Por eso, Mis compañeros, ingresen al universo de Mi Corazón y hagan morada dentro de Mi Corazón. Lo demás, Yo lo podré resolver cuando ustedes se liberen del control de las cosas.
La verdadera cura espiritual, aquella que Yo les prometo a través de Mi Misericordia, puede acontecer en ustedes a través del desprendimiento interior de todo aquello que les hace mal en esta vida, en la que pasaron por muchos aprendizajes y pruebas.
Por eso, abran vuestros corazones nuevamente. Permitan que Mi Sangre pueda correr por ustedes, lavar, limpiar y purificar todas las manchas que guardan ante los Ojos de Dios.
Yo les doy la posibilidad de conocer Mi Misericordia y la oportunidad de poder amar, a través de Mi Presencia a las tres de la tarde. A aquella alma que Me invoque en cualquier parte del mundo, Yo iré a socorrerla, especialmente la bendeciré, porque estaré haciendo un verdadero milagro de Amor en su vida. Aquel que cree en Mí alcanzará la vida eterna y no será necesario esperar al próximo mundo para estar dentro de Mi Universo Celestial.
Yo les revelo, a través de la oración misericordiosa, el potencial para poder alcanzar la redención y la paz, pues vuestros corazones deben estar cada vez más abiertos para poder amar el misterio infinito que representa Mi Vida para ustedes, en estos tiempos.
En este mismo momento, Yo vengo aquí para bendecirlos, curarlos y perdonarlos. Vengo de un lugar distante del universo en donde vibra Dios altamente a través de Su Amor y de Su Unidad, y muchas consciencias celestiales participan de esta vibración de Amor y de Paz.
Así, queridos compañeros, hoy les pido que eleven vuestros cuerpos y células y permitan que los rayos de Mi Pasión, aquellos que permitieron la Resurrección de Mi Ser y la sagrada Transfiguración, puedan penetrar en lo profundo de sus células.
El primer paso, Mis amigos, es amar lo desconocido, tener absoluta confianza en Dios Padre, porque Él siempre les dará las respuestas para los grandes problemas que viven hoy.
Muchas almas más hubieran podido participar de este encuentro Conmigo aquí, pero ¿en dónde están?, ¿ustedes las han llamado correctamente?
El primer llamado al despertar se realiza a través de la donación del corazón. Es el corazón que llama a otro corazón, no es la mente. Por eso, ayúdenme a concretar Mis Planes, así como Yo lo hice en Ruanda cuando di un mensaje importante para el mundo y solo el cincuenta por ciento de la humanidad Me escuchó.
Ahora vengo más próximo a ustedes, Me acerco a vuestras vidas y corazones para que sean Mis testimonios. Den el ejemplo de vuestra redención a los demás hermanos. Yo vengo a buscarlos como lo hice con los apóstoles. No podrán escapar de Mi compromiso universal, mas siempre serán libres de poder seguir el camino que deseen, Mi amor nunca los defraudará.
Yo les traigo, compañeros Míos, una posibilidad de encontrar un cambio. Abran las puertas de universo espiritual para que él resida en ustedes todo el tiempo. Yo les indico un último camino, Yo les entrego una última llave, Yo les doy el último símbolo que es Mi Corazón de Luz.
La fuerza de Mi Espíritu de Amor debe ser más fuerte que vuestras intenciones. Así, Mis amigos, encontraré un espacio para estar en ustedes y nunca perderé el tiempo al revelarles Mi Voluntad y que puedan conocer Mi profunda petición para estos tiempos finales.
A cada uno Yo le pido algo para que lo pueda cumplir en nombre de Dios. Y cuando esa misión esté finalizada, Yo les haré conocer otras cosas en la próxima vida, en un próximo mundo, donde ya no existirá el sufrimiento y los corazones no padecerán, no necesitarán sufrir más para poder aprender a crecer. Yo les traigo la oportunidad de que en todos los días de vuestras vidas se animen a beber de Mi Fuente de Amor para que se borren vuestros pecados y nazcan, en estos tiempos, las células de luz en sus seres, para que despierten los Nuevos Cristos que deben cumplir la misión de difundir Mi Paz y Mi Redención en los cuatro puntos de la Tierra.
Pero ¿quién se animará a seguirme hasta el final?
Yo siempre les daré una prueba mayor para que puedan superarla y trascenderla, pero Mis Manos están extendidas hacia vosotros, nunca los dejaré de ayudar, siempre derramaré Mi Luz sobre ustedes y sobre aquellos que se abran para recibirme.
Yo les entrego, Yo les dono Mi Corazón como el único motivo para vuestras vidas, porque a través de Mi Corazón y alrededor de Mi Corazón todos Mis discípulos podrán cumplir los Designios de Dios y realizar las obras de vida que están previstas en el Cielo para que ellas se manifiesten en la Tierra.
Hoy vengo a vuestro encuentro para que se animen a darme más, sin miedo, sin temor, con confianza absoluta.
Guarden Mi Amor en vuestros corazones, guarden Mi Paz.
Agradezco a aquellos que se animen a acompañar la peregrinación de María por Paraguay, pues los Hijos de María son imprescindibles en estos tiempos. Ellos son chispas del Universo Celestial que expanden e irradian la Gracia de la Madre Universal en cada lugar al que van, en cada espacio por el que caminan, en cada corazón que enfrentan para consolarlo, para aliviarlo, para curarlo a través de la oración del corazón.
Bajo el ministerio de la Paz que Dios me ha concedido y la protección del Espíritu Santo, bendeciré, en este momento, el Sagrado Cuerpo de Cristo y la Preciosa Sangre de Jesús, y todos los objetos sagrados que en cualquier parte del mundo sean elevados hacia Mi Corazón en este momento. Porque lo más importante para vuestras vidas es siempre encontrar, a través de los símbolos, un camino de salida y de salvación.
Ofértenme, en este momento, aquello que quieran que Yo consagre, desde donde están. Mi energía se expande en Omnipresencia, Amor y Misericordia. Elevemos esta oferta a Dios por aquellos que se olvidan de vivir en Dios y no encuentran consuelo en este tiempo.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos,
que por Tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón eleva las ofrendas a ser bendecidas y dice:
Para los enfermos,
para la humanidad,
para las almas inocentes que mueren,
para todos los que son buscadores de la paz,
para los orantes,
para los religiosos,
para los que buscan aromas sutiles,
para los que no se han redimido,
para las madres de toda la Tierra.
Oraremos, a pedido de Nuestro Señor, la oración del Ángel de la Paz junto a Jesús.
Mi última Voluntad, compañeros amados, es que junto con Mis Ángeles Custodios recemos, cantemos por todos los Ángeles de la Guarda que no pueden cumplir su misión, que no alcanzan a las almas porque las almas no escuchan el llamado interior. En profunda Adoración a Dios, ayudemos a los Ángeles de la Guarda para que cumplan su propósito en este tiempo final.
Repitamos:
Santo, Santo, Santo es el Señor de las Huestes.
Santo, Santo, Santo es el Señor de las Huestes.
Santo, Santo, Santo es el Señor de las Huestes.
Ahora, dejen que Adonai toque vuestros corazones.
Bendigo a Paraguay por este momento y a todas las almas que hicieron posible que se cumpla Mi pedido. Dios los bendecirá.
Canción: Kodoish.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Con esta alegría que Cristo nos deja por poder encontrarlo, estamos dando cierre a esta Maratón que fue tan importante aquí, en Asunción, en Paraguay. Creemos que muchas almas fueron ayudadas por la Misericordia de Jesús.
Agradecemos a todos por este momento, a todos los que estuvieron coligados con Nuestro Señor.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más