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Mis queridos hijos:
En este día radiante por la Presencia Solar y Eucarística de Mi Hijo entre ustedes, como Madre y Peregrina, Me aproximo a ustedes, Mis queridos hijos, para que en oración perpetua sigamos rogando a Dios, a través de la luz del corazón, por todas las causas urgentes que necesitan la intervención divina y espiritual.
Por ese fin, hoy, su Madre Celeste y Santa Reina de España destierra, a través del Cetro de Dios, la opresión que, a través de los siglos, vivieron Mis hijos esclavos de África y de Medio Oriente.
Hoy, estoy aquí como la Madre de los náufragos y de los desaparecidos. Estoy aquí como Madre que llora junto a las madres de la guerra y a las madres que perdieron a sus queridos hijos y familiares en los terremotos.
Vengo, en el nombre del Altísimo, para cerrar la gran herida espiritual y regional que no se cicatrizaba desde el terrible terremoto en Siria y en Turquía.
Como bien les dijo Mi Hijo, en el día de ayer, Yo vengo como Mediadora e Intercesora para elevar al Cielo a los que fueron descartados en el Mar Mediterráneo y a los que desaparecieron en Turquía, Siria, Nueva Zelanda, Japón y Brasil, en los últimos días.
Queridos hijos, ¿será que alguien más escucha el grito de la Madre Tierra y de todos sus elementos?
Por eso, Yo he venido, el sábado pasado, a pedirle al mundo penitencia sincera, verdadero arrepentimiento y profunda reparación; a fin de que en el mundo ya no sucedan los ultrajes de la guerra y la furia de la naturaleza.
Por eso, ahora y más que nunca, busquen su equilibrio interior, busquen ser pacificadores de Cristo. Y, con sus oraciones, abracen y amen, en servicio, a todos los que sufren; porque esta es la hora en la que verán cumplirse las profecías anunciadas por Cristo, antes de Su Ascensión, a Sus apóstoles.
Oren por sus familias y por las familias del mundo entero, para que la sagrada célula del Proyecto de Dios ya no siga convirtiéndose en un modelo de desamor, de traición, de venganza y de odio.
A Mi Corazón le duele ver la actual y triste situación de las familias. Les pido que recen de verdad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Desde el principio de la vida, cuando la Creación aún era un sentir en lo profundo del Corazón de Dios, su Padre Celestial ya manifestaba los principios de la Cura y de la Redención, Dones que provienen de Su Amor por todo lo que en Su interior estaba siendo gestado.
El Creador sabía, hijos Míos, que enviando a Sus hijos para aprender, experimentar y crecer entre las dimensiones, precisaría crear también las formas con las que ellos pudieran retornar a Su Corazón.
Por eso, al manifestar la vida, las dimensiones y todas las formas para que los seres pudieran evolucionar, su Señor también diseñó en su camino el retorno hacia su Sagrado e Infinito Corazón. Por eso, colmó a los corazones de los hombres de dones ocultos, y colmó al planeta, en el cual habitan, de espacios sagrados, también ocultos, espacios que guardan en sí los Dones de Dios, los frutos de Su Amor que permiten a las criaturas retornar al Corazón del Padre Celestial.
Aurora, hijos amados, no es solo un lugar de paz. Aurora es una Consciencia de Cura y de Redención en la cual sus corazones pueden vivir para retornar a Dios. Aurora surgió del Corazón de su Creador, antes aun de que sus vidas fueran manifestadas.
Contemplando los desafíos del planeta y los velos que estarían cubriendo los ojos de Sus hijos, impidiendo que pudieran ver y saber quiénes verdaderamente son, el Creador manifestó la Consciencia de Aurora; Consciencia que los ampara en Sí, como el vientre de una madre ampara a sus hijos. Todo cuanto necesitan Aurora les da; dentro de Su Corazón los velos se rasgan para que puedan contemplar la verdad sobre sí mismos.
Aurora, hijos Míos, les revela su condición humana más impura, para que primero conozcan las heridas que deben curar, sepan dónde está lo que debe ser transformado. Pero entonces, del Corazón de Aurora surge el bálsamo que los auxilia, que cicatriza lo que estaba abierto, que cura hasta lo más profundo de sus seres, libera lo que estaba impuro y los prepara para que, a través de su entrega y servicio, la Consciencia de Aurora se expanda y llegue a los cuatro puntos de este mundo.
Contemplen, hijos amados, la Consciencia de Aurora en su interior, pero también siéntanse insertos en ella. En su corazón, toda la vida encuentra Cura y Redención, para descubrir la verdad sobre sí y, así, retornar a Dios.
Abran sus corazones, para que no solo este lugar exprese Aurora, sino que también sus vidas y este planeta sean frutos de los Dones que su Creador depositó en el interior de Aurora.
Así como este lugar es sagrado, todo el planeta es sagrado, queridos hijos, pero para reconocer los misterios de Dios en el planeta que los acoge, primero los deben vivir en sí mismos. Para que se rasguen los velos que cubren lo sagrado que hay en el mundo, primero deben rasgarse los velos que cubren sus propios ojos.
Dejen que las manos de Aurora se extiendan delante de sus rostros y retiren los velos que los tornaban ciegos, para que puedan ver, sentir, experimentar y vivir quiénes son y, más que eso, cuál es el propósito de esta vida.
Todo lo que les digo está impregnado de una verdad profunda e interior, verdad que pueden conocer a través de la entrega y de la rendición de sus vidas.
Para vivir Aurora, se deben rendir ante Dios y clamar por Sus Dones, por los Dones que Él les entregó por medio de los lugares sagrados que se ocultan en este mundo y en toda la Creación.
Ha llegado el Tiempo de Dios, hijos amados. Tiempo en el que no solo el caos se cumplirá como estaba previsto, sino que la redención también se cumplirá.
Con Mis palabras los llevo a vivir las Escrituras, los llevo a ser profecías vivas, porque es a través de ustedes que todo se cumplirá.
Yo los llevo en Mis brazos hacia el desierto, porque aún no saben quiénes son. Llegará el momento en que, habiendo cruzado ese desierto, les mostraré en el horizonte la Verdad de Dios, y descubrirán, hijos Míos, que pueden no solo estar en Mis brazos, sino que pueden caminar Conmigo, rumbo a la Tierra Prometida.
Después del desierto, les mostraré la Nueva y Eterna Jerusalén que está en el Cielo como en la Tierra y, como dos realidades que se unen en una sola, la Tierra Prometida emergerá y todo se cumplirá. Todos sabrán quiénes son, todo se tornará más claro y lo que antes pesaba en sus corazones, como dudas y temores, se disipará.
De Aurora surgirán luces, luces de una nueva vida, y del Cielo también descenderán a la Tierra los principios de la Nueva Humanidad. Este será el Reino de Dios, hijos amados; un Reino siempre presente, sin embargo solo revelado a los hijos del Supremo, los que se saben Sus compañeros y frutos de Su Amor.
Que Mis palabras resuenen en su interior, no solo como una promesa, sino como una verdad que los lleva a clamarle a Aurora para que la cura acontezca y la redención se realice, para que sus ojos sean dignos de ver y sus corazones sean dignos de sentir todo lo que hoy Yo les dijo.
Yo los bendigo con el poder de Aurora y la Gracia del Espíritu de Dios.
Yo los amo y les agradezco por venir a Mi encuentro con el corazón.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Entren en Mi Corazón de Paz
Entren en Mi Corazón de Paz para que les revele en este tiempo la Gracia de Mi Presencia y que, a través de los testimonios de sus vidas, le hable al mundo.
Tomen con sus manos el rosario para clamar por la paz y verán establecerse la paz en el interior de sus corazones y en todos los que se aproximen a ustedes. Esa será la señal viva de aquellos que responden a Mi llamado.
Sepan amar y comprender a pesar de los juzgamientos humanos, y la pacificación de sus corazones hablará más alto que todas las críticas emitidas por el mundo.
Vivan en Mi Iglesia Celestial y en Mi Corazón de Paz; ingresen en Mi Reino y aprendan allí sobre los misterios divinos que el Creador les revela a los corazones puros.
De esta forma, la sabiduría de sus espíritus, adquirida en el Reino Celestial, será impregnada por una Verdad que no proviene de este mundo, y ni el más sabio de los sabios ni el más letrado de los doctores de las ciencias y de las filosofías de este mundo sabrá explicar la ciencia divina que habita en el corazón de Mis hijos.
Respondan a Mi llamado sin miedo y déjense guiar.
No teman romper dentro de ustedes los preconceptos y las resistencias, porque Yo no los estoy conduciendo hacia lo viejo. Yo vengo a renovar sus vidas y a la consciencia humana.
Vengo para enseñarles a renacer en espíritu y a profundizar en la Presencia de Dios que, desde el principio de Su Creación, intenta conducirlos a la Verdad.
Yo vengo para ayudarles a encontrar el camino de la cura del pecado original, para que conviertan no solo en sus espíritus, sino también en su más profunda condición humana, aquello que les impide llegar a Dios.
Dejen de lado, hijos Míos, por un instante, todos los conceptos de sus mentes y sientan en Mis Palabras la Presencia de Dios.
La humanidad está en su último tiempo de despertar y de arrepentimiento; ahora es el momento de rendirse a los Pies de Dios y clamar por perdón, porque Su Espíritu Consolador aún está sobre el mundo, atento a las súplicas de la humanidad, para limpiarlos de toda mancha y prepararlos para un nuevo tiempo.
Porque pronto llegará el día en que los Cielos se abrirán con toda su potencia por segunda vez, para que el Hijo del Hombre retorne a la Tierra y, mirando a los ojos de Sus compañeros, traiga la Justicia para unos y la Gracia para otros que, siendo consecuentes con Su Evangelio y fieles a Sus promesas, aguardaron con amor Su llegada.
Las profecías se cumplirán, como se cumplieron a lo largo de toda la historia de la humanidad, y Yo estoy aquí, más brillante que el sol y tan viva como sus corazones, para enseñarles a elevar, no solo sus súplicas, sino también sus almas, a través de una oración verdadera que los transforma y los conduce al Reino de Dios, aun estando en vida.
Cada misterio que Yo revelo, cada espacio divino que Yo les doy a conocer, es para que aspiren a algo más allá de este mundo; es para que sus almas renueven la esperanza de llegar a Dios; es para que sus corazones, en la eterna aspiración de conocer el Cielo, puedan llegar a él y atraerlo hacia la Tierra.
En sus oraciones, hijos Míos, contemplen con amor lo que Yo les muestro y dejen que su Madre Divina despierte en su interior la pureza que los hace dignos de estar en Dios y participar de Su Verdad.
Con estas palabras los bendigo y les agradezco profundamente por responder a Mi llamado.
Oren por la paz y eleven sus corazones a Dios, pues el mundo así lo necesita.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
El Retorno de la Madre de Dios
Silenciosa como la brisa y más brillante que el Sol, también retornará la Madre del Sol, la Estrella de la Mañana.
Primero, hijos, será Mi silencio el que preparará a sus corazones y el que permitirá que maduren y que vivan aquellas experiencias que confirmarán a sus espíritus en la adhesión al Plan de Dios.
Antes de que todo suceda y que el Triunfo de Dios se manifieste, verán dentro de sí mismos, los frutos de los últimos años de Gracias y de enseñanzas. Y será la propia expresión de sus vidas el testimonio de esta Obra y de la Presencia Divina que los guió, los condujo y los instruyó por tantos años.
Llegará el día en el que Nuestros Sagrados Corazones se silenciarán para que se manifiesten los profetas, los apóstoles, los santos y los Cristos de los últimos días y del Nuevo Tiempo.
Nuestros Corazones se silenciarán porque es parte del Plan de Dios que ustedes puedan crecer por sí mismos y hacer fructificar las semillas crecidas de la Gracia y del Amor.
Así como Dios se silenció en el Corazón de Cristo para que Él manifestara el Amor y la Cristificación en Su Corazón humano, así también Dios se silenciará en el corazón de los hombres que hoy escuchan y responden a Su llamado.
Pero esto no es para castigarlos, hijos Míos; eso es para que nazca de su interior un amor único, que surge del potencial humano cuando este se ve ante una gran necesidad de amar.
Antes de que Nuestros Corazones se silencien, ya le habremos entregado todo a la humanidad, y nada les faltará para cumplir el Plan de Dios.
El Silencio de Dios tendrá un tiempo y durante ese tiempo parecerá eterno y doloroso. Buscarán al Padre dentro y fuera de sí mismos y parecerá que no lo encuentran, a pesar de que Él siempre estará allí.
Su Silencio es el símbolo de la noche oscura que todo el planeta vivirá, porque es necesario.
Es necesario que exista la noche para que el sol vuelva a nacer.
Es necesario que exista la oscuridad para que la luz tenga sentido, para que el día pueda existir.
Entonces, hijos, no teman, pero tengan fe en las nuevas promesas de Cristo y en las revelaciones de su Madre Celeste.
Cuando llegue la noche sobre el mundo, y el silencio y la soledad se apoderen de los corazones de los hombres, recuerden lo que ahora les diré: más brillante que el Sol, nacerá en el firmamento una Estrella que será el anuncio del retorno del día, del día físico y espiritual que volverá a iluminar dentro y fuera de los seres.
Esa Estrella traerá consigo un sentimiento profundo de paz, de amparo y de esperanza; traerá el alivio que los corazones necesitan para cruzar los últimos momentos, y los más intensos, de esta noche oscura.
Permanecerá silenciosa en el Cielo, hasta que el Sol pueda volver a nacer, hasta que el Hijo del Hombre tenga el permiso de Su Padre para retornar al mundo y, como el Gran Agricultor, buscar los frutos que nacieron en los corazones de los seres, y multiplicarlos.
La Estrella de la Mañana, que anuncia la llegada del Sol para este momento, permanecerá silenciosa. Pero, después de que todo se cumpla, Mis Pies también tocarán la Tierra y, con Mi Hijo, vendré para concretar el Plan de Dios y revelarles Mi verdadera Faz.
El misterio de Mi Retorno, hijos Míos, es para terminar de unir pueblos, razas y religiones y para traer hacia Mi Inmaculado Corazón a aquellos que por ignorancia negaron Mi Maternidad universal.
Yo retornaré para recibir de Mi Hijo las almas más perdidas; las lavaré en las Fuentes de la Gracia y las encaminaré para que tengan un nuevo destino y reciban una nueva oportunidad.
El Retorno de la Madre del Mundo ocurrirá para sellar la unión entre el Cielo y la Tierra, entre las diferentes Faces de Dios y Sus criaturas.
Y allí, hijos Míos, se les revelarán todas las verdades que hoy están ocultas, porque haré reflejar en los espejos de sus corazones la verdadera historia de la Creación y, solo allí, cuando todo se haya cumplido, es que comprenderán el verdadero sentido de esta experiencia en la Tierra.
A partir de ese momento, el Cetro de Dios será colocado en la Tierra y se establecerán un nuevo mundo y un nuevo ser.
Sientan la Gracia de Mis Palabras y despierten la fe en las nuevas y eternas Profecías de Dios, pues, se cumplirán, como se cumplió desde el principio todo lo que el Creador habló a través de los profetas.
Yo los bendigo y les agradezco por escuchar Mis Palabras y por responder a Mi llamado.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mi Rosario de Luz se extiende al mundo
Hijos Míos:
Hoy Mi Rosario de Luz se extiende al mundo y los llama a la verdadera oración del corazón, para que, más allá de celebrar Conmigo un aniversario más de Mis Apariciones en Fátima, sus corazones sepan interceder junto a Mí por este mundo lleno de dolor y de angustia.
Hoy Mi Rosario de Luz se extiende al mundo y a cada corazón humano, llamándolos a todos para que oren y reparen el Corazón de Dios, herido por las guerras y conflictos; herido por los ultrajes cometidos a los Reinos de la Naturaleza; herido por no poder derramar sobre Sus hijos el manantial de Amor y de Gracia que proviene de Su Sagrado Corazón.
Hoy Mi Rosario de Luz se extiende al mundo llamándolos para orar un poco más por este planeta, para que las profecías que un día Yo anuncié en Fátima no se cumplan, no se manifiesten delante de sus ojos.
El mundo aún corre el riesgo de ver cumplir Mis Palabras, porque no estuvo atento a las advertencias que Yo le hice ni a los pedidos que realicé para que un tiempo mayor de misericordia estuviese sobre la Tierra.
Hijos Míos, hoy Mi Rosario de Luz se extiende al mundo y los llama para orar más por la vida en el planeta, porque ella se está perdiendo, se está degradando y se está corrompiendo por la distancia que hay entre los hombres y Dios.
Hoy Mi Rosario de Luz se extiende al mundo para que oren por el fin de las guerras y de los conflictos, oren por la perdición que viven los jóvenes, para que ellos encuentren el camino que los lleva al Padre y ya no se pierdan en las distracciones de estos tiempos.
Hoy, hijos Míos, como Señora del Santo Rosario, extiendo estas cuentas al mundo y los llamo para orar Conmigo por un tiempo mayor de paz.
Encuentren en la oración la puerta para develar los misterios de este tiempo.
Encuentren en la oración el bálsamo para curar las enfermedades de esta era.
Encuentren en la oración el secreto para vivir la paz y establecer la paz en el mundo.
Encuentren en la oración el camino que los une como consciencia humana.
Encuentren en la oración la comprensión que les hace trascender culturas, razas y religiones, y descubrir la Unidad que hay entre todas las criaturas, porque todas ellas son partes vivas de un Dios Único.
Hoy, hijos Míos, su Madre Celeste, extiende Su Rosario de Luz al mundo, demostrándoles que la oración y la unión con Dios es el único camino seguro en este tiempo de tribulaciones y de caos.
Oren para comprender los acontecimientos del mundo y oren para que sean ustedes una luz para los que están ciegos. La humanidad necesita de ejemplos vivos para seguir y Mis hijos deben ser esos ejemplos.
Hoy, su Madre y Señora los llama para dar un paso más en la oración consciente por la vida sobre la Tierra y así, hijos Míos, podrán adentrarse en los misterios que Yo guardo para los corazones que despiertan.
Quisiera revelarles muchos misterios; quisiera entregarles muchas Gracias; quisiera traerles conocimientos divinos, ante los cuales permanecen ignorantes desde que los velos cubrieron sus rostros al llegar a la Tierra.
Pero hoy, hijos amados, delante de la necesidad del mundo, Yo solo extiendo Mi Rosario de Luz a todos ustedes y los llamo para orar Conmigo por la paz.
Que se unan culturas, razas, naciones y religiones; que se unan los corazones en la semejanza con Dios; que se unan sus manos a Mi Rosario de Luz y así se establezca la paz, dentro y fuera de los hombres.
¡Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora del Santísimo Rosario de Fátima
Yo Soy el Sol que ilumina este mundo en su último tiempo, antes de la noche.
Soy la Trompeta que toca en los Cielos advirtiéndoles a las almas que el ciclo de la definición para sus vidas, así como para todo el Universo, ya llegó.
Yo Soy la Mano que detiene la Justicia, para que haya un tiempo mayor de Misericordia para las almas. Pero Mi Corazón no puede transformar las Leyes si sus corazones no se deciden a acompañarme incondicionalmente en este tiempo.
Yo también Soy parte del Verbo Vivo de Dios para este mundo y para toda la Creación, la Voz que resuena más allá de las dimensiones Divinas y de cuyo sonido proviene la Pureza, pero también la Verdad. Porque es hora de que conozcan la Verdad, no solo la Verdad que les trae las Gracias que descienden de los Cielos, sino también el verdadero despertar, la consciencia y la definición.
Ser parte de Mi Obra en este tiempo, hijos, es más que tener el rosario entre sus manos. Es querer ser parte de los comandos de su Madre Celeste que, con el Cetro de Dios en las manos, se abrirá camino en las tinieblas para rescatar hasta la última de las almas perdidas y, sin temor ni condiciones, enfrentará los abismos con el amparo de la Voluntad Divina para establecer Su Paz en donde hoy no existe.
Los sellos ya no existen en los libros ni en los pergaminos sagrados. Ha llegado el momento de la definición de las almas y eso se verá en sus menores acciones y elecciones.
Sé que es difícil decirle "sí" a la cruz de estos tiempos. Sé que muchos son llamados a vivir lo que nunca vivieron y a dar de sí lo que nunca dieron. Pero, ¿cómo renovar al propio Dios, sino con entregas extremas, con nuevas Leyes, una nueva Vida, un nuevo "sí"?
El despertar para este tiempo es desconocido, no solo para la humanidad sino para toda la Vida, para toda la Creación, e incluso para el mismo Dios, que se renovará a través de Sus hijos.
Por eso, les digo: No basta con poco, no basta con lo conocido, no basta con lo tibio, no basta con tener afinidad con Mis Palabras.
Los que Me escuchan en estos tiempos llegaron hasta aquí por una razón y sus vidas fueron transformadas por un motivo que trasciende a ellas mismas. No solo están aquí para que sientan la Paz y para escucharme.
La paz que habita en sus corazones es un instrumento de fortaleza para que vivan algo nuevo, para que sean la Luz del mundo, colocadas sobre las mesas en el centro de las naciones oscuras.
Quiero llevar esta Obra hacia un destino que ninguno de ustedes jamás imaginó, hijos Míos, y para acompañarme es necesario definirse.
Yo los conduciré por este mundo, aun cuando las tinieblas parezcan haberse apoderado de todas las cosas. Su fortaleza y sabiduría nacerán de Mi Corazón y colmarán sus corazones y sus mentes. En un mundo de confusiones no tendrán ninguna duda, porque estarán en otras Leyes, en otro tiempo, dentro del tiempo de este mundo.
Caminarán a su lado los perdidos y no comprenderán de dónde proviene la claridad de sus caminos. Su ejemplo hablará más alto que los truenos y que las trompetas del Apocalipsis.
No habrá comprensión fuera de Mi Manto, fuera de las Leyes de la Nueva Vida que Yo estoy gestando en los que Me dicen "sí".
Mi Voz, hijos, no les trae una nueva profecía sino una realidad.
Quiero que abran sus ojos a una verdad y a una necesidad que está más allá de sus necesidades diarias, de sus quehaceres mundanos y de todo lo que, hasta hoy, pensaron que era importante para sus vidas.
No les digo que sus vidas no sean importantes, sino que hoy coloco sus ojos en los Míos y les muestro la real necesidad de esta Creación, y no solo de este pequeño mundo.
Ya se están abriendo las grietas en el corazón de la Tierra y todo estará permitido, solo es necesario decirme "sí".
Que se terminen hoy las mezquindades, las competiciones, las medias entregas y la tibieza de los corazones. Mi Hijo vendrá para colocar en su frente el sello definitivo de Sus apóstoles y, antes de Él, Yo vengo al mundo como la Estrella de la Mañana, antes del nacimiento del Sol, para decirles, hijos Míos: defínanse y despierten.
Es hora de que sus vidas ya no sean suyas, sino que estén puestas a los pies de Dios como una ofrenda verdadera y que no haya nada más importante que cumplir con Su Plan, ni siquiera sus propias vidas.
A algunos, Dios les pedirá todo, pero éstos serán los herederos verdaderos de Su Reino, los portadores de Su Legado, los pioneros de la Nueva Vida más allá de este mundo, partes renovadas de la Consciencia Divina, como células de cura en la consciencia herida y enferma de la Creación, que se degradó por sus propias elecciones y sus caminos.
Son llamados a ser parte de una Nueva Ley, precursores de una Nueva Vida. Defínanse y déjense guiar. La obediencia irrestricta y la adhesión absoluta de sus corazones y de sus consciencias, se reflejarán en sus acciones y le hablarán al mundo.
Aquellos que tengan oídos que oigan la Voz de la Madre de Dios que, en nombre del Creador y de su Hijo, se pronuncia en el mundo.
Yo los bendigo y les agradezco por despertar y por definirse en este tiempo.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Los Cristos del Nuevo Tiempo
Los Nuevos Cristos llegarán de diversos lugares y con diferentes creencias. Ellos no tendrán preferencias ni deseos materiales o espirituales.
Los Cristos llegarán de los mundos internos para ayudar en la transición de la humanidad. Algunos despertarán inesperadamente, mas otros recordarán su compromiso espiritual con el Señor.
El Maestro y Señor del Universo los llamará por su nombre espiritual y la nueva identidad de los autoconvocados será revelada.
Los Cristos del Nuevo Tiempo se unirán en el amor e irán más allá de las formas, de los conceptos y hasta de las propias doctrinas. Cuando todo esté por suceder en el mundo, nada tendrá valor ni siquiera las grandes filosofías intelectuales.
Los Cristos encontrarán el camino del corazón y no tendrán límites; la superación de sí mismos, todos los días, los llevará a amar el Propósito y, así, a preparar el retorno del Gran Maestro.
Los Cristos del Nuevo Tiempo sintetizarán, dentro de sí, toda la trayectoria recorrida, comprenderán que sin la esencia del Amor-Sabiduría nada serán y, que ningún proyecto o aspiración tendrá valor sin antes ser impregnado por la sagrada llama del Amor-Sabiduría.
Ellos llegarán de diferentes naciones, hablarán diferentes lenguas, traerán consigo diferentes culturas y raíces, y también diferentes experiencias de conversión y de redención.
Los Cristos del Nuevo Tiempo serán anónimos y su trabajo silencioso con la paz moverá todos los acontecimientos. Ellos serán tan semejantes a los antiguos Apóstoles y tan guiados como los grandes santos de los últimos tiempos.
Los Cristos del Nuevo Tiempo tendrán consciencia de qué hacer, en dónde estar y con quién tratar. Su trabajo será planetario y no se restringirá a formas, conceptos o legislaciones humanas porque ellos estarán en la Ley de la Sabiduría y del Discernimiento.
La escuela de los Nuevos Cristos estará en el servicio y en la humildad. Ellos vivirán sus desiertos, trascenderán sus vacíos y estarán colmados del Espíritu de Dios.
Los Nuevos Cristos, que representarán a Mi Hijo en este último ciclo, no tendrán nada que ganar ni tampoco nada que perder. La renuncia será la gran llave para superar todas las pruebas.
Los Nuevos Cristos son los nuevos apóstoles, llamados santos de los últimos días. Ellos, ciertamente, serán los últimos testigos de la Biblia.
Tendrán que dar la cara para defender lo que creen. No retrocederán ante ninguna dificultad, confiarán en que cada desafío o dificultad será la forma perfecta para concretar el Retorno del Señor.
Por eso, los Nuevos Cristos serán probados, deberán testimoniar su fe y defender los principios internos que el propio Cristo dejará como mensaje en sus corazones.
Nadie sabrá de dónde vendrán o de dónde surgirán los Nuevos Cristos, pero ellos aparecerán y serán de ayuda en los momentos más agudos de la humanidad.
Si sientes que estás en este camino de ser un Nuevo Cristo o si vives esta aspiración, primero medítalo en tu corazón porque llegará la hora en la que los últimos defensores del Plan Divino serán llamados para justificar evolutivamente ante la Iglesia, los gobiernos o las Fuerzas Armadas que Cristo, el Maestro y Señor del Universo está retornando.
De la boca de los Nuevos Cristos nacerán palabras correctas y sabias, y nada ni nadie podrá oponerse a esa transformadora energía crística que cambiará el rumbo decadente de la actual humanidad.
Mientras tanto, recemos para que los Nuevos Cristos tengan el coraje suficiente para llevar adelante la última parte de la historia de la vieja humanidad, a fin de que el Nuevo Hombre despierte y la Tierra Prometida se manifieste ante los corazones redimidos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Sagrada Profecía
Oración: una Puerta a la Liberación
Con el Rosario divino en Mis Manos, vengo del Cielo a revelarles un simple misterio en el que se oculta el Poder de Dios: oren y serán libres.
Oren y serán libres de los dolores y de las amarras del pasado. Oren y serán libres de los conceptos de la mente, de la división, de la falta de perdón y de amor, de la incapacidad de reconciliarse con el prójimo y con Dios.
Oren y serán libres para renacer y dejar atrás lo que les causa dolor. Oren y sabrán comprender sus caminos, porque Dios les presenta las diferentes situaciones de sus vidas y cómo hacer de las aparentes dificultades un servicio para la consciencia de toda la humanidad.
Oren y serán libres para comprender los misterios celestiales. No dudarán de la Verdad y no temerán conocerla, porque no limitarán la grandeza de Dios a la pequeña comprensión humana.
Oren de verdad y vivirán su propia unión con Dios, su propio contacto interior que los elevará a los Cielos, aunque sus pies estén sobre la Tierra.
Lo que Yo vengo a pedirles, hijos Míos, es que oren y en el simple acto de orar las virtudes les serán reveladas, la Luz del Verbo Divino los liberará de las tinieblas y el Don de Dios los conducirá para que, a pesar de las tribulaciones del mundo, no pierdan jamás la fe y el amor en sus corazones.
Mientras todo está permitido, en estos tiempos de definición, coloquen sus rosarios en sus manos y hablen con Dios, clamen por Su Misericordia en esta época de miserias e imperfecciones y dejen que el Padre les responda al corazón con un simple sentir, con un aliento, con un alivio o incluso compartiendo el dolor que Él siente por este mundo tan perdido.
Lo que Yo vengo a pedirles, hijos Míos, es que oren y abran sus corazones a un nuevo tiempo, pues es el momento de la unidad, de vivir en comunión en pro de la Paz y de la Redención de este mundo.
Es el momento de que las religiones se unan para orar con el corazón a un Dios Único y que cada uno, en su idioma, clame al Padre para que el Propósito de Dios se cumpla.
Es hora de que haya respeto entre las razas y entre las creencias, que las religiones aprendan a orar unas por las otras para que el Propósito que Dios tenía, cuando inspiró a cada una de ellas, se cumpla en este tiempo.
Si todas las religiones retoman su pureza y retornan al propósito de su origen, que es la expresión del Amor y el establecimiento de la Paz, los corazones serán dignos de reconocer a Aquel que vendrá para unir todas las cosas en un camino único y poner fin a las divisiones y a las guerras humanas.
Reconocerán al Último Profeta que retornará para que los que no lo reconocieron en el pasado puedan rendirse a Su Amor en este último tiempo.
El Hijo de Dios volverá a colocar Sus Pies sobre la Tierra, y Su última promesa se cumplirá para que el Amor viva en los corazones de los hombres y el mismo Dios se renueve a través de Sus criaturas.
Mientras tanto, hijos Míos, oren para que la Luz divina ilumine sus caminos, oren para que sepan cumplir la Voluntad de Dios, oren para liberarse de lo que les impide caminar hacia el Corazón del Padre.
Oren para crecer en espíritu y, al fin, oren para que definitivamente triunfe el Amor de Dios entre las dimensiones, y que no solo el Apocalipsis sino también los mil años de paz sean una realidad.
Así como están viendo cumplirse el caos previsto en el Apocalipsis, también verán el triunfo final de Dios en el resplandor de Su Hijo.
Solo oren para que la humanidad persevere en su fe y supere las pruebas de la ilusión hasta llegar a la esencia de la Verdad.
Unan sus rosarios al Mío y nunca se perderán.
Mis Pies de Madre y Peregrina siempre marcarán el ritmo de sus pasos, hasta entregarlos al Corazón del Padre Celestial.
Yo los bendigo y les agradezco por orar conmigo por el establecimiento de la Paz y por la liberación de este mundo.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Última Alianza
Mi tiempo entre ustedes ya está acabando, y cuando eso suceda, el Señor Todopoderoso probará su fe para saber si en verdad han comulgado de la Palabra de Dios.
Mi tiempo entre ustedes ya está acabando, y cuando eso suceda, será el momento culminante en donde el Sol se pondrá y se elevará la Luna Roja, la que anunciará el último y esperado ciclo.
Mi tiempo entre ustedes ya está acabando, y cuando eso suceda, será el momento en donde su amor deberá estar expandido hacia todos los lugares; será el momento en donde su servicio y su sacrificio por la humanidad deberá ser más grande, a fin de congregar a las almas que están sedientas en la búsqueda de Dios.
Mi tiempo entre ustedes ya está acabando, y cuando eso suceda, la Madre de Dios se recogerá en el desierto a la espera de que el gran y último abismo se abra, momento en el cual el Juicio Universal habrá comenzado.
Pero todos los sellados con el signo del Amor Crístico estarán protegidos y, a pesar de que el mundo esté en su mayor purificación, la paz en esos corazones no faltará; nada ni nadie podrá alterarla, porque será una paz que vendrá del espíritu inmaterial de cada ser.
Mi tiempo entre ustedes ya está acabando, y cuando eso suceda, deberán testimoniar y defender de sí mismos todo lo que han vivido Conmigo, porque eso hará despertar la fe en los hombres ateos y en los que dirigen las naciones del mundo. La fe de los testigos de María permitirá cerrar muchas puertas inciertas y la última Gracia de la salvación se dará para todos.
Mi tiempo entre ustedes ya está acabando y este dictado no son solo palabras; cuando eso suceda deberán hacer avanzar Mi Obra de Paz en el mundo y no podrán detenerse ni retroceder. Que su fe no sea pobre ni oscilante.
Al contrario, hijos, cuando Yo ya no esté más entre ustedes todos los tesoros de la instrucción deberán estar despiertos y activos en cada uno.
Mi tiempo entre ustedes ya está acabando, y cuando eso suceda, verán la señal del Universo aproximarse a la Tierra, será un fenómeno indescriptible y desconocido; ese será el momento de la gran redención planetaria.
Mi tiempo entre ustedes ya está acabando y nada lo detendrá, porque así como fue escrito se cumplirá. La Palabra de Dios es una Fuente viva y de ella provienen todas las Gracias para los que tienen fe en lo que decimos y anunciamos.
Cuando Mi tiempo terminé con ustedes, el Real Tiempo se abrirá y todo estará consumado, porque el Maestro y Señor habrá llegado para limpiar la Tierra y sembrar nuevos principios que serán luz y amor para la Nueva Humanidad.
Mi tiempo entre ustedes ya está acabando, y cuando eso suceda, todo cambiará, y verán erguirse en algunas naciones colonias de salvación y de refugio durante el tiempo del Armagedón.
Antes de que Mi tiempo termine deberán estar confirmados en su fidelidad a la Creación, y la unidad inquebrantable entre sus corazones y vidas derrotará a la última bestia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El triunfo de la Luz y la derrota del mal
El triunfo silencioso del Plan del Altísimo se aproxima y es imperceptible para el mundo de la ilusión; pero existen esencias que sienten, en lo profundo de sí, ese momento.
Es el triunfo de la Luz y la derrota del mal.
Cuando el escenario de los acontecimientos se establezca entre las naciones y en los pueblos, cuando las revoluciones y los conflictos se instalen, esas serán las señales del triunfo de la Luz y de la derrota del mal.
La hora culminante se aproxima y la Madre del Mundo coloca a todos Sus hijos bajo Su manto invisible de estrellas. Ella llega a los lugares más impenetrables de la consciencia, ya que esas serán las señales del triunfo de la Luz y de la derrota del mal.
Nada ni nadie quedará atrás. Los velos de la ilusión caerán y la ceguera espiritual de la humanidad será curada, porque los ángeles del eterno servicio lavarán los ojos de los hombres con el agua de la Divina Fuente, y esas serán las señales del triunfo de la Luz y de la derrota del mal.
Después de tantas intensas batallas espirituales, los soldados del bien se fortalecerán y, a pesar de que la gran y última bestia salga del abismo hacia la superficie, esas serán las señales del triunfo de la Luz y de la derrota del mal.
Mientras tanto, la Madre Universal gesta en Su Vientre sagrado a la Nueva Humanidad, al nuevo planeta que estará libre de sus deudas milenarias y que podrá estar preparado para vivir de verdad el Plan de Dios. Esas serán las señales del triunfo de la Luz y de la derrota del mal.
Verán descender, entonces, al gran Arcángel de la Milicia Celestial desde los Universos superiores y, al toque de la séptima trompeta, el fin del tiempo llegará, no solo para el enemigo, sino también para todo el Universo que aprenderá de la redención.
La fuerza del soplo del Espíritu Sagrado abrirá las puertas para que todo sea revelado; los misterios más ocultos serán develados y la raza humana tomará consciencia del tiempo que perdió para poder unirse a Dios.
Los que hayan respondido al llamado sin comprender, serán felices, porque en ellos radicará una protección impenetrable, los que estuvieron distraídos con el mundo llorarán, porque será demasiado tarde y, aunque el Divino Espíritu los haya llamado, reconocerán muy tarde lo que el Universo muchas veces quiso dictar a su corazón.
Pero el tiempo más difícil cesará porque llegará la Nueva Luz que penetrará con todos sus Rayos al planeta y de la nada toda oscuridad se disolverá en cualquier estado de consciencia. Esa Nueva Luz será la Nueva Faz del Maestro entre los Maestros, será el Sagrado Sol que traerá Consigo los Mil Años de Paz y, entonces, la Tierra será poblada por seres de bondad y de amor.
Los que no hayan encarnado en sí esos principios ya no estarán en el planeta, tendrán, en el próximo mundo, sus moradas preparadas para aprender de nuevo a ser seres de bien, seres de Luz. Y la Tierra vivirá su máximo gozo cuando el Hijo Solar junto a los Resplandecientes bendigan el comienzo de la Nueva Tierra.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El Espíritu de Dios hablará a través de los hombres
Cuando el corazón humano, hijos Míos, comprenda, como consecuencia de sus acciones, a dónde los lleva su arrogancia e ignorancia, el Espíritu de Dios hablará a través de los hombres.
Cuando las religiones perciban que lo más importante es establecer el Reino de Dios, que mantener estructuras e instituciones, el Espíritu de Dios hablará a través de los hombres.
Cuando los gobiernos comprendan, que no hay gobierno distante de Aquel que creó y que conoce todas las cosas, el Espíritu de Dios vendrá y hablará a través de los hombres.
Cuando los padres enseñen a sus hijos a vivir en comunión con los Reinos de la Naturaleza, con el Universo y con el prójimo, el Espíritu de Dios hablará a través de los hombres.
La humanidad se cansará de vivir las consecuencias de sus sucesivos errores, frutos de las acciones que llevan adelante, sin Dios. En ese momento, hijos Míos, los simples mirarán hacia el Cielo y el Espíritu de Dios hablará a través de los hombres.
Cuando el hombre ya no quiera engrandecerse a sí mismo, porque comprende su pequeñez y su miseria humana, buscará en lo Alto la Palabra de Vida, y será entonces que el Espíritu de Dios vendrá y hablará a través de los hombres.
Ese momento llegará cuando las consecuencias de la ignorancia humana sean visibles a todos los ojos del mundo, y aún los que ansiaban el poder, temerán tenerlo en sus manos, porque conocerán su propia fragilidad e incapacidad para actuar sin Dios.
El Espíritu de Dios hablará a través de los simples, que al principio serán escuchados por pocos, porque ellos estarán entre los menores y muchas veces, hablarán en el silencio de sus acciones.
El Espíritu de Dios hablará en los sanos de espíritu, preparados por Él para llegar al mundo, después de haber conocido el Universo, la Creación y el Plan Divino. Ellos serán conscientes de la miseria humana, pero también de la grandeza de Dios, que se oculta en su potencial interior. Esto los hará humildes y fuertes en Cristo, para hablar sin miedo a la humanidad y proclamar, con el servicio y la fraternidad, la institución de la nueva vida.
Cuando los corazones ya no encuentren consuelo y muchos hayan perdido la fe en Dios, por no encontrar referencias en los hombres en los que las buscaban, será en los más simples y ocultos que el Espíritu de Dios surgirá, retornará y vivirá, como en los profetas y patriarcas de otrora. Y Él hablará, anunciará y abrirá nuevamente los corazones de los que habían perdido la fe y la esperanza. La humanidad reencontrará la referencia del amor en los puros y en los simples, que brillarán, no por sí mismos, sino por el Espíritu de Dios que estará con ellos.
Cuando la fe parezca haber desaparecido de los templos e iglesias, y el amor sea escaso entre los hombres que intentan guiar a los otros por sí mismos y no en Dios, será en los puros y en los simples, hijos, que el Espíritu de Dios hablará, inspirará y unirá las religiones y las culturas, que por sí solas no encontrarán fuerzas para permanecer en el mundo. Sus ejemplos renovarán la fe y la esperanza en el retorno de Mi Hijo. Ellos hablarán del Cristo Vivo, y su palabra será fuego y no solo sonido. Abrirán los caminos hacia el Rey Universal y serán los primeros en postrarse en la tierra, incluso antes de que los Cielos se abran para la llegada del Rey.
Los incrédulos, que aún negarán el Retorno de Cristo, los verán postrados, sin que nada suceda y los calumniarán, se burlarán de ellos y se exaltarán a sí mismos. Pero los puros no se erguirán y, hasta que los Cielos se abran, no levantarán la cabeza. Serán humillados en silencio, para que la humanidad perciba que es en la humildad que, una vez más, se prepara el camino hacia Cristo. Y he aquí, que el Espíritu de Dios, en esa hora, se silenciará a través de los hombres. Su Silencio hablará más alto y tendrá más fuego que todo verbo pronunciado.
Cuando callen los que hablaban con el Espíritu de Dios y postrados esperen en calma el retorno de su Rey, cuando parezca que todo terminó sin triunfo y sin esperanza, cuando los hombres permanezcan ante el vacío y lo desconocido, entonces, hijos, todo comenzará.
Las señales surgirán y harán estremecer a los impuros y a los mentirosos. En esa hora, el Espíritu de Dios ya no hablará a través de los hombres; solo se silenciará y mirará, a través de sus ojos, para que ellos sepan reconocer a Aquel que será el mismo Dios, resplandeciente sobre el mundo.
Hasta que llegue ese momento, sean puros, simples y fortalezcan su propia fe en Dios, reconociendo su propia pequeñez y la grandeza Divina; porque el Espíritu de Dios vendrá y buscará a los corazones humildes, para anunciar al mundo lo que muy pocos quieren escuchar.
Yo los bendigo hoy y siempre, y les dejo la Gracia de Mi renovación y el principio de Mi humildad, para que los hagan fecundos en sus corazones y consciencias.
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Las Señales en el Cielo
El mundo despertará una mañana y verá plasmada en el Cielo la señal que indicará el momento del Retorno de Cristo.
Muchos ojos se abrirán y corazones se redimirán ante esa visible señal del universo.
Mientras el sol despuntará en lo más alto de la colina, la señal del universo quedará cada vez más visible y no se borrará. Será el momento en el que todo se transformará, y lo que ha permanecido oculto, de la nada se verá.
Esta señal dejará tres señales más, visibles en el mundo. Ellas no podrán ser confundidas ni interpretadas como fenómenos naturales, pues tendrán tan alto grado de resplandor, que no se asemejarán a nada de este mundo.
Mientras tanto, una estrella muy semejante a la gran Estrella de Belén anunciará la apertura de los portales del universo.
Cuando vean esa gran y desconocida Estrella brillar demasiado en el firmamento, póstrense en el suelo y hagan penitencia; manifiesten un profundo arrepentimiento en nombre de la humanidad, pues esa será la señal de que Cristo ya está retornando.
Cosas semejantes a las que ocurrieron en el nacimiento de Jesús sucederán en el último tiempo; porque cuando el Niño Dios nació, Él era el Alfa; ahora en Su Retorno, Él será el Omega.
Preparen con tiempo sus corazones para ese momento.
Permitan que la purificación se adelante para que estén libres de ustedes mismos.
En total, cuatro señales se mostrarán en este universo, para que la humanidad comprenda que ya es hora de ir despertando y de abandonar la ilusión y la inercia.
Estas señales traerán consigo algo nuevo y algo renovador. Pero, al mismo tiempo, ellas moverán, de Oriente a Occidente y de Norte a Sur, todo lo que es oscuro, injusto e infiel.
Es así, que,por ser señales del universo en el planeta no podrán ser borradas, alteradas u ocultadas.
Estas señales tendrán la fuerza de cientos de caballos y una expansión más grande que todos los océanos.
Será ese el momento en el que deberán estar en oración, sin distraerse, porque los impulsos quedarán y lo que está en vano se transmutará.
Las señales revelarán misterios desconocidos, abrirán puertas inexplicables y harán que la humanidad dormida despierte y, finalmente, coloque su atención en Dios, sin poder escapar hacia ninguna parte.
De esa forma, sí o sí, los seres humanos tomarán consciencia de todos sus pecados y todo quedará expuesto en este mundo.
Así, la gran mentira mundial, creada por los hombres de superficie, será extirpada y todos tomarán consciencia de la ilusión que fue creada durante siglos.
Cuando Cristo retorne muchas cosas se moverán, hasta las más increíbles. Porque como Cristo es la Ley viva, donde está esa Ley presente no estará lo injusto o lo oculto.
Por eso, purifiquen con tiempo sus corazones para que dichos acontecimientos no superen sus expectativas ni tampoco los sorprendan de la noche a la mañana.
Vigilen así como lo hace el guardián que cuida de la casa durante la noche.
Entren en vigilia y en oración, porque así podrán ser guiados, paso a paso, hasta el fin.
Las señales del universo dejarán más clara y evidente la realidad planetaria antes de que se develen todas las mentiras, los fraudes e injusticias.
Que sus corazones sean misericordiosos, así como Dios es misericordioso; porque, de esa forma, no caerán en tentación.
Vengo a pedirles, en esencia, lo mismo que Jesús les pidió a Sus apóstoles mientras Él agonizaba en el Huerto Getsemaní; porque serán necesarias, en ese tiempo, su plena correspondencia, sintonía e incondicionalidad.
Los más humildes ayudarán a los más dormidos.
Los más sabios, que serán movidos por el Santo Espíritu, ayudarán a los más ignorantes.
Los más simples les indicarán a todos la puerta de salida hacia el nuevo y venidero ciclo de la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Un gran acontecimiento mundial
A las puertas del Santuario de Fátima, todos los ángeles, santos y bienaventurados viven una gran celebración celestial, dado que cien años atrás, su Madre Celeste llegó aquí para establecer la paz y el fin de la guerra.
El tercer secreto de Fátima revelado a los pastores representó el fin de un ciclo y el comienzo de otro, con el llamado a la oración del Santo Rosario y al arrepentimiento por medio de un acto de penitencia y de reparación.
El llamado no fue ampliamente acogido, y solo la consagración de Rusia a Mi Inmaculado Corazón sucedida en los años 80, produjo el quiebre del dominio universal del adversario sobre las grandes potencias mundiales y humanas.
De no haberse concretado ese, Mi pedido, la humanidad hubiera vivido una tercera guerra, aún peor que las anteriores. Esa consagración benefició al mundo entero, y la paz se pudo expandir un tiempo más en toda la raza humana.
En la cuenta regresiva de un tiempo final y después de cien años de oraciones, de arrepentimientos y de penitencias de los devotos y buenos creyentes que encarnaron en sí el mensaje de Fátima; hoy, en pleno siglo XXI, un siglo lleno de innovaciones, modernidades y destrucciones inteligentes por parte de los seres humanos; ese ciclo de paz comenzó a declinar, y la gran crisis planetaria entre los pueblos y las naciones estalló, generando un gran desequilibrio en la balanza de la Ley.
Esto significó para el Padre Eterno, una nueva y posible intervención divina a fin de que no sucediera un peor desajuste mundial en la humanidad. Por eso, su Madre Celeste regresó a Medjugorje y durante más de treinta años preparó a Europa, Asia y Oceanía para el momento que deberían enfrentar.
Por otro lado, dada la grave crisis psíquica y material que vive el planeta en estos tiempos, y que se refleja en toda la vida del espíritu, la Voluntad de Dios fue más allá, y decidió que la Madre y siempre Virgen María apareciera en el sur de América, en un perdido lugar del norte del Uruguay, para entregar un mensaje profético y preparatorio, señalando así lo que Ella simboliza para la humanidad: la Aurora del amanecer en la vida de cada ser.
Fue así que con todos los cuidados y, al mismo tiempo, con todas las dificultades, la Madre de Dios se dispuso a responder al pedido divino de aparecer regularmente durante un ciclo en ese lugar lejano de Aurora para que, mediante fuertes y simbólicas revelaciones universales, la humanidad pudiera encontrar un camino por el cual volver a Dios y así redimirse a través de la reconciliación que, amorosamente, la Madre Celeste le ofrecía al mundo.
Después de todo esto, la situación se agravó en varias regiones del planeta, la finalidad del adversario se concretó y se inició una gran ola de persecución de los cristianos. Mucha sangre inocente comenzó a correr por el mundo, y la crisis entre las religiones y las culturas empeoró hasta estos días.
Una vez más, la Madre del Padre Altísimo llegó al mundo y a la humanidad para interceder, en un ciclo en el que la precaria situación de la raza humana se desmorona rápidamente.
Por eso, su Madre Celeste retornó a Europa para estar presente entre las multitudes y el Santo Padre, este día 13 de mayo de 2017, que marcará un antes y un después en los corazones que estén abiertos al llamado de Fátima.
Como hace cien años, la Santísima Señora del Rosario regresa al mundo para darle Su bendición maternal, a fin de evitar una situación grave para todo el género humano.
La Voz del Cielo hoy se pronuncia a través de las palabras del Santo Padre en el Santuario de Fátima, como también con la presencia de miles y miles de peregrinos que demuestran, una vez más, sus dogmas de fe y de amor a Dios en un sentido ecuménico y fraterno.
Es por esa razón que, en este día 13 de mayo, a las puertas del Reino de Fátima, su Madre Celeste expandirá Su Consciencia Divina con el fin de que gran parte del planeta y de la humanidad reciban el alivio espiritual, interior y humano que tanto necesitan.
Este evento significará para todos la expresión y el descenso de potentes códigos celestiales que la siempre Virgen María, Reina del Santísimo Rosario, derramará sobre la consciencia psíquica del planeta, generando así un epicentro de amor y de energía positiva para todo el mundo.
Es por eso que, en este día, su Madre Celeste pide que cada corazón orante y devoto permanezca unido a Ella, para que la mayor cantidad de almas y de consciencias necesitadas, vivan este acontecimiento.
Dejo para todos Mis hijos, los más cálidos votos de servicio y de unión al Plan Divino.
¡Que Fátima, como esencia de paz, renazca en todos los corazones!
Los bendice y los ama siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora del Santísimo Rosario de Fátima
La Natividad de Jesús…
En aquel tiempo en que la presencia de Cristo fue fundamental para la redención de la humanidad, la Sagrada Familia, después de haber pasado tres días en Belén, a pedido de Dios se dirigió a Nazaret en donde la Divina Familia se prepararía para acompañar los primeros e importantes años de la vida de Jesús.
En el momento del nacimiento de Cristo, después de la visita de los reyes de Oriente, la Sagrada Familia fue buscada por otras consciencias que, como peregrinos de Dios, iban al encuentro del pequeño niño en Nazaret.
Recordamos que la profecía sobre el nacimiento del Mesías también fue confirmada por la sagrada estrella de Belén y por todos los ángeles, que anunciaron el nacimiento de Cristo en diferentes pueblos de toda Israel.
Fue tan importante la venida del Mesías que hasta los más apartados de la verdad y del amor, en sueños, tomaron consciencia de que una luz infinita había llegado al planeta.
La Sagrada Familia siempre se mantuvo austera, humilde y simple; esa era su misión principal, mostrarse como verdaderamente era para que los principios de la Misericordia del Universo, a través de Jesús, de María y de San José, pudieran llegar a la humanidad.
Recuerden, queridos hijos, que hace más de dos mil años la humanidad estaba a punto de autodestruirse y de salir definitivamente del Plan del Creador, porque podría haber ingresado en una profunda decadencia.
El nacimiento de Jesús le trajo al mundo la posibilidad de reintegrar su vínculo espiritual y su filiación con el Padre, algo que se estaba corrompiendo por las acciones de los hombres.
Jesús, en Nazaret, aún siendo niño trabajó en los primeros pasos internos para la redención de la humanidad y en la construcción de una nueva consciencia en la Tierra, por medio de la reaproximación a la Fuente Divina.
La Gracia de Dios estuvo en todo momento, especialmente en Nazaret, cuando la Sagrada Familia vivió una etapa de unión más profunda con el Creador a partir de la presencia de Jesús como el pequeño Salvador.
Jesús siendo niño tenía consciencia sobre la urgencia de rescatar a la humanidad. Cuando el Pequeño Niño tenía tres años de edad, abrazó con amor y simplicidad la manifestación de este Propósito que el Padre le colocaría a sus treinta y tres años.
Aun Jesús siendo niño trabajó junto a los ángeles que lo rodeaban, en los mundos internos de la humanidad.
Veamos un ejemplo de esto:
Puedo decirles, queridos hijos, que a los tres años, Jesús ya ofrecía con Su pequeña consciencia algunos sacrificios que eran bien visibles para todos, como el de no tomar agua ni tampoco alimentarse por algunos días.
Sabíamos, como parte de Su Familia, que el Padre en aquel tiempo ya estaba cumpliendo con Sus Designios, porque toda la vida de Jesús estuvo colmada por el Espíritu Santo; era el propio Dios hecho hombre y consciencia humana que venía para rescatar la consciencia de la humanidad.
Jesús siendo niño desenvolvía acciones espirituales y sobrenaturales al momento de tomar contacto con la Fuente del Padre, que con amor y dulzura brotaba desde Su pequeño Corazón.
El Niño Jesús concedía muchas Gracias, estados para las consciencias que permitían revertir la condición humana y su deuda ante la Ley. El Pequeño Niño trabajaba silenciosamente y, a pesar de ser tan pequeño, los Arcángeles muchas veces obraban a través de Él. Por ejemplo, en una etapa de la vida de Jesús, el Arcángel Gabriel concedía cierto tipo de milagros a las almas, las que no solo transformaban sus vidas, sino que también liberaban los lazos que ellas tenían, al tomar contacto con el pequeño Niño Jesús.
La Sagrada Familia dedicó los primeros años de vida de Jesús para realizar servicio, y uno de los principales oficios de San José fue lo que ustedes conocen como la carpintería; en verdad, la humilde carpintería de San José era el templo de los milagros y de las conversiones.
El servicio que ofreció la Sagrada Familia físicamente a la humanidad, en los primeros años de vida de Jesús, fue para restablecer en la consciencia humana la necesidad de servir al otro, al semejante, con el fin de reactivar el espíritu de la caridad y de la fraternidad.
San José se empeñó para que esa simple carpintería en Nazaret fuera capaz de acoger a las almas sufrientes, para convertirlas en almas plenas por el alivio del Señor.
Mientras San José llevaba adelante Sus trabajos en la carpintería, al mismo tiempo enseñaba a los niños de Nazaret a construir algo evolutivo en sus pequeñas consciencias. Así Jesús en muchas ocasiones participaba de esos encuentros, y la unión y el amor que se daba entre Jesús y San José eran capaces de tornar esa carpintería en un momento de elevación y de devoción a Dios, al punto que de forma inexplicable los trabajos de carpintería eran milagrosamente finalizados por los ángeles.
La Sagrada Familia a través de la esencia del servicio, consiguió ayudar a revertir la precariedad espiritual humana con una potente energía de amor y de caridad.
La Santísima Madre dedicaba Sus espacios de oración para entablar una unión más profunda con Dios y también para revivir en Su Espíritu el sacrificio que Su Amado Hijo viviría y que, por revelación del Arcángel Gabriel, María ya tenía consciencia de ese momento.
Durante los primeros doce años de Jesús, los santos arcángeles le mostraron a la Santa Madre la preparación espiritual y consciente que el Divino Hijo viviría en aquel entonces.
La Santa Madre desde aquel tiempo se resignó como esclava ante Su Padre Eterno, dejando en completa y humilde libertad al joven Jesús para que Su Misión se cumpliera así como la sagrada profecía lo indicaba.
En toda la etapa primaria de la vida de Jesús, la Sagrada Familia fue conducida por los santos ángeles hacia las necesidades que debían ser suplidas en la consciencia de la humanidad. En ese sentido, la Sagrada Familia aportó a la consciencia humana la oportunidad de ser reintegrada en el Proyecto del Creador a través del sacrificio de Cristo.
Fueron muchos los Dones y las Gracias durante la primera etapa de la vida de Jesús, los que crearon las bases principales para todo lo que el Pequeño Niño viviría en Su santa adultez.
Desde el nacimiento de Jesús, la humanidad tuvo la oportunidad de conectarse con la esencia del amor, aun después de que Cristo hizo Su entrega final en la Cruz.
En este tiempo en donde los valores de la Sagrada Familia perdieron la atención del hombre de superficie, los Mensajeros Celestiales vienen a su encuentro, al encuentro de una humanidad nuevamente precaria en todos los sentidos para que, por amor y misericordia, ella despierte del profundo sueño de la ilusión y recuerde que debe amar a su semejante, que debe servirlo y ayudarlo a curar su consciencia por medio de actos de fraternidad y de hermandad.
La Sagrada Familia se aproxima a la humanidad con el fin de reparar la consciencia humana y de retirarla de todos los errores que ella comete por medio de las guerras, de los conflictos, de la indiferencia así como de la destrucción y el dominio de los Reinos de la Naturaleza.
La Sagrada Familia invita a todos a que en esta Navidad el Cristo Interior pueda nacer a partir de una comunión íntima con el Creador, así la Tierra será repolarizada hacia la Luz que ya perdió.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Por todos los que se esforzarán para concretar esta última parte de la peregrinación, estaré muy agradecida.
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Así como hace más de dos mil años, las profecías se volverán a cumplir. Los libros sagrados dejarán de ser solo sagrados, para volverse vivos nuevamente, frente a los ojos de los hombres.
Hijos Míos, cuando Jesús llegó al mundo y manifestó por medio de una expresión humana las palabras de Dios y de los profetas, aquellos que en apariencia lo esperaban no quisieron verlo, porque Él llegaba para apartar de las manos de los hombres el falso poder sobre las almas y sobre los templos, los que deberían volver a ser sagrados, para que los puros de corazón y los que en verdad buscaban a Dios pudiesen encontrarlo.
Los doctores de la ley no quisieron reconocerlo; prefirieron continuar con su falso poder y humillar al Hijo de Dios que rendirse a Él y al nuevo Evangelio que Él traía. No quisieron renovar su fe con la escritura viva, porque era más fácil someter a las almas a la espera de un Mesías que nunca llegaba.
La humanidad de aquel tiempo, Mis amados, temió renovar la propia fe y completar las escrituras con lo que Jesús escribió en Su llegada al mundo. A pesar de todo, Mi Hijo derribó el poder de los hipócritas y de los arrogantes con Su humildad; porque cuando menor se hacía ante los hombres, más se colmaba de Dios y de Su Amor.
Hijos, les digo esto, porque a pesar de tantas guerras, tantas persecuciones y tanta negación, Mi Hijo reescribió la historia y dejó al mundo un nuevo Evangelio que renovó las escrituras y aproximó a las almas aún más a Dios. Ahora, de nuevo llegó la hora de cumplir Sus profecías, de volver a renovar el Evangelio de Cristo a través de la vida. Llegó el momento de ver Su retorno; porque aquellos que hace dos mil años pensaron haber aceptado Su presencia entre los hombres, están vestidos otra vez con el falso poder y han tomado para sí mismos el control sobre la fe de las almas y de los corazones. Ellos saben que Mi Hijo llegará, pero no Lo proclamarán y negarán Su Espíritu como negaron Su Cuerpo y Su Sangre hace tantos siglos.
Pero esto no impedirá que Cristo retorne al mundo y demuestre una unión y semejanza con Dios aún más profunda. Él vendrá Resplandeciente y cegará los ojos de los que pensaban que veían la luz pero que estaban en tinieblas.
Así como el profeta Juan advirtió a la humanidad para que se arrepintiera porque el Reino de Dios estaba próximo, ahora, hijos Míos, Yo les digo a través de Mis videntes, que nuevamente se arrepientan, pidan perdón y renuncien ante el Cristo crucificado, a todo falso poder que piensan que tienen entre sus manos.
¡Que todas las almas preparen sus moradas! Que las iglesias reparen sus faltas y renuncien a las acumulaciones materiales y espirituales que con tanto esmero aseguran en sus casas.
El Redentor llegará y exigirá a los que dicen ser Sus apóstoles, la vivencia de Su Evangelio. No fue Él, hijos, quien colocó sobre los Suyos, vestiduras semejantes a las de un rey. Cristo vino entre los pobres y despojó a Sus discípulos y apóstoles de todo y sobre todo de sí mismos. Sin embargo, el hombre volvió a adornarse y a llenarse de oros y de piedras, en nombre de Cristo, sin comprender por qué el Mesías vino al mundo en un pesebre y no en un palacio.
Mis amados, no les digo estas cosas para herir sus corazones, sino para que revean sus vidas. Que todos renueven sus votos ante Cristo, porque solo los simples de corazón lo reconocerán.
¿Estarán preparados, hijos Míos, para despojarse de todo en nombre del Cristo Resplandeciente y verlo reescribir los libros sagrados con enseñanzas que trascienden la existencia humana? ¿O apretarán con fuerza el oro y el falso poder en sus manos y preferirán esperar a que se destruya el templo de este mundo, para poder comprender que el Hijo de Dios retornó a la Tierra?
Santifiquen verdaderamente sus vidas. Aquel que es puro y trasparente ante Dios, no necesita temer nada; por eso, hijos, no digan que vengo a amenazarlos o a causarles temor. Yo vengo para advertir a los que están sordos y ciegos en sus vanidades y creen servir a Cristo.
Retomen la pureza de sus corazones. Oren Conmigo para que Yo les muestre la verdad y el camino. Deje que lave sus ojos y les muestre la luz, preparándolos para estar una vez más ante Mi Hijo, pero ahora en entrega y con sincera disposición para seguirlo.
Los amo y les digo todo eso para que no se pierdan. Quisiera que hasta la última alma viviente reconociese la llegada de Mi Hijo; Su Espíritu ya está entre ustedes, pero muchos lo niegan.
Les dejo Mi Paz, para que con ella reflexionen y renueven sus compromisos con Dios.
Les agradezco.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
La unión entre los credos
Llegará un momento en el planeta en el que todas las religiones se deberán unir en el espíritu de la paz y del amor crístico.
Esa unión, profetizada, permitirá que las almas, que caminaron por diferentes senderos espirituales, encuentren la Fuente Mayor, el gran Manantial del Corazón de Cristo.
En ese momento, Jesús será reconocido por todos como el Redentor no solo de los cristianos, sino también como el Liberador del mundo entero, a través de los impulsos de Amor que Él está entregando en estos tiempos.
Esa hora se aproxima a la consciencia planetaria.
Cuando esa profecía de unión entre los credos se pueda realizar entre todos los pueblos y no solamente entre los cristianos; las naciones se opondrán, unas a otras, y las diferentes filosofías humanas intentarán derrumbar lo que otros, con amor, intentan construir por el bien común de todas las almas.
Ese tipo de juicios y de calumnias emergerán como una fuente de impulsos humanos que solo llevarán a debilitar la unión entre las consciencias y los pueblos.
En el momento más crítico y agudo del planeta, la fe de las consciencias será puesta a prueba; no porque Dios lo determinará, sino por la acción destructiva que las voces de los filósofos del mundo realizarán contra todo lo que se considera Obra de Paz y de Luz.
Pero, finalmente, Mi Inmaculado Corazón triunfará en el mundo y fuera de la Iglesia.
Ante los ojos de los que gobiernan las religiones, Yo les abriré la gran puerta de la redención y todos podrán reconocer que, por detrás de toda Obra de la Luz, estaba presente Cristo.
En este tiempo, intentarán hacer callar la Voz de los Mensajeros Celestiales, así como lo intentaron en otros tiempos; pero, al final de todo, muchos se darán cuenta tardíamente de la justa y verdadera causa.
En este ciclo todo estará permitido, tanto los grandes errores como las mayores victorias. Eso será así para que las almas, en su libertad, puedan escoger antes del Juicio Final qué camino recorrerán, si el camino del error de los injustos o el camino de la paz y de la fraternidad.
Es en esta hora definitiva, su Madre Celeste impulsa Su Obra corredentora fuera de la Iglesia, para que así los pastores de Mi Hijo puedan contemplar la necesidad planetaria con Misericordia y no con profunda y mezquina indiferencia.
La Madre de Dios viene para reunir lo que la Iglesia no pudo concretar, la misión de contemplar con amor la necesidad espiritual y moral de las almas, independientemente del credo que ellas vivan en este tiempo.
Es así que su Madre Celeste viene, en este ciclo, a enseñarles lo que Ella les enseñó a los apóstoles en el pasado, a unir nación con nación, cultura con cultura y lengua con lengua, con el fin de establecer el principio del sagrado pueblo de Dios, por el que Moisés trabajó durante mucho tiempo.
Por eso, les pido a todos, más allá de su creencia o de su doctrina espiritual, que escuchen a la Madre de Dios, a la Embajadora de la Paz, que les dice que ya no pierdan tiempo ni tampoco lo utilicen en discutir y difamar si es verdad o no que Yo estoy trabajando por fuera de la Iglesia o si sus hermanos visten o no ciertos atuendos o mienten. Eso no es verdad, no están viendo la verdad ni tampoco están sintiendo con el corazón.
No se olviden de que todos son hijos de Dios y que lo más importante es conducir a las almas hacia el amor y la oración, y no hacia la difamación y los juicios de valor.
Todos los que dicen vivir la verdad están ciegos. Arrepiéntanse y pidan perdón. Abran el corazón y no la mente, porque en verdad les digo, Mis hijos, que ustedes están pretendiendo disolver Mi Obra de Paz con sus malas acciones.
Vivan la paz y no se sentirán perturbados. Abracen el Llamado de Dios, así como Él lo determina, y no intenten desmentirlo solo porque ese llamado esté vivo y luminoso fuera de la Iglesia.
Agradezcan al universo porque existan almas que se ofrecen para sufrir por ustedes.
Cambien de actitud y háganlo por amor, no pierdan tiempo en vanas palabras. Cumplan con su oficio y así las religiones se unirán a través del amor y no a través de la fuerza.
La cristiandad es un estado interior y no formal, es la posibilidad de creer y de sentir a Cristo en el corazón.
Escuchen por última vez Mi llamado.
¡Les agradezco por responder a Mis súplicas!
Los ama y los guía,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando un ser y una consciencia humana se consagran al Padre Celestial, es motivo de alabanza y de Gloria en los Cielos, porque nuevamente se cumple la profecía de Mi Hijo, que en el fin de los tiempos y antes de Su retorno habrá nuevos Cristos, mansos de corazón y puros de sentimiento.
Una nueva puerta se abre desde el Cielo hacia la Tierra para que la humanidad ingrata reciba una oportunidad de salvación. Es a través del alma consagrada que un puente de luz y de misericordia se establece, cuando tan solamente la consciencia declara: “Sí, Señor Mío y Dios Mío, te acepto”.
En ese momento, queridos hijos, los portales se abren y nuevas Leyes de misericordia actúan sobre la enferma humanidad.
Quisiera, hijos amados, que todos comprendieran el valor celestial de una consagración, porque no solo una consciencia se renueva, sino que todos los que están alrededor de ese nuevo consagrado también reciben una Gracia Mayor.
Así, vean en sus corazones los pasos que Cristo dio por cada uno de Sus seguidores para que el propósito espiritual se pudiera cumplir.
Una consagración significa para el Universo un acto de rendición y de entrega; también significa la apertura para que el espíritu de esa pequeña consciencia limpie sus pecados y sea bautizado por la Luz espiritual y divina de Mi Amado Hijo.
Por último, esa consagración atrae para la consciencia la profundización de su compromiso con Cristo y se establece una importante fusión espiritual, lo que llamaría de una transverberación que sucede en el momento en que el alma recibe esa Gracia de consagrarse; así el alma no olvidará ese momento por el resto de su vida, porque se ha encendido en un potente caudal de amor.
Así les revelo la belleza que Dios concibió para cada alma de este planeta, belleza que intenta destruir Mi adversario a través del desvío espiritual. Quien se consagra a Mi Inmaculado Corazón y siga Mis pasos, sepa que no perecerá.
¡Alabado sea Dios por impulsar a Sus criaturas a la consagración espiritual!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Los dos testigos finales y el amor al error
Llegará un día, no tan lejano, que el Señor por medio de Sus santos ángeles enviará a los dos últimos testigos al tribunal del mundo, para que declaren ante la humanidad toda la verdad que muy pocos conocían.
El Espíritu Santo de Dios los inspirará para hablar una a una las palabras y para que los incrédulos vestidos con gorros colorados no nieguen más la verdad.
Y el Universo, que es santo, sabe que la hora final de los dos testigos llegará después de que por divina inspiración hayan declarado sobre la venida cercana del Redentor. En esa hora los dos últimos testigos sabrán que estarán cumpliendo con la profecía y les tocará dar la vida para desenmascarar a los que adoctrinaron en la creencia de un dios materialista.
En este momento y antes de que los dos testigos sean puestos en la plaza principal por las manos de los de guantes rojos y ante la multitud para ser juzgados injustamente, el ángel del Señor hará un gran estruendo de oriente a occidente, y una cósmica luz, como miles de cintas doradas volando en el viento, marcará la señal definitiva de que el último Juicio de la humanidad se ha instalado en la Tierra.
El ángel, que podrá ser visto solamente por los puros de corazón, pedirá que los fuertes e impetuosos vientos del Atlántico desarmen los fuertes de arena que los de gorros rojos construyeron a través de su propia idolatría.
Nadie podrá negar que después de que hayan condenado a los dos últimos testigos de Cristo, la humanidad se purificará. Por eso, antes de que la sangre mártir de los dos testigos sea derramada como en mil cálices profanos, otra señal del Universo llegará y la verdad saldrá a la luz, porque nadie podrá ocultarse ante sus semejantes.
El Señor dará conocimiento y entendimiento a los puros de corazón para que también revelen las ocultas acciones de los de guantes rojos; en esa hora la humanidad tomará consciencia de su engaño milenario y en ese momento el Juicio final y desconocido comenzará.
Hasta la última hora los dos testigos silenciados por el Divino Espíritu estarán en profunda oración y con su entrega, que cumplirá la profecía final de Juan el Apóstol, ellos salvarán a miles de condenados espiritualmente.
Se oirá el llanto de las mismas mujeres de la antigua Jerusalén cuando los de guantes rojos hayan declarado la muerte para ellos. En esa hora, un poderoso espíritu fugaz, más brillante que el sol y que todas las estrellas, descenderá sobre los dos testigos que estarán encadenados por haber hablado la pura verdad, y muchos podrán abrir sus ojos y despertarán por la intensa y crística luz que los iluminará.
La humanidad proclamará la muerte para los dos últimos testigos de Cristo, los de Su Iglesia Celestial y no terrenal, y ese acontecimiento será televisado y comunicado.
Miles de burlas, que serán causa de ofensa contra los dos testigos, se convertirán enseguida como en una plaga de miles de langostas, y en ese momento el cielo que antes era brillante se oscurecerá.
Los que no eran sordos, lo serán. Los que blasfemaron, quedarán mudos y un silencio inexplicable, generado por el soplo de la trompeta del segundo ángel, dejará a la Tierra entera hipnotizada. Será en esa hora y en ese momento que las naciones tomarán consciencia de todo lo que le fallaron a Dios; así se constituirá el nuevo tiempo después de que todo haya pasado.
En el último minuto de vida, los dos testigos pedirán perdón a Dios por sus semejantes, así como Cristo lo enseñó. Será de esa forma que los dos testigos enseñarán con su ejemplo el amor que ama todo error. Como fue en el Monte Calvario, los de guantes rojos tomarán consciencia de su maldad y de sus corazones cerrados a la verdad del Universo.
Hijos, los dos testigos ya están en camino hacia ese momento para cumplir la sagrada escritura. Mientras haya tiempo arrepiéntanse y pidan a Dios Su Misericordia, para que los más sordos y ciegos de espíritu se puedan salvar.
Hoy les revelo el libro del Apocalipsis porque ya están preparados para comprenderlo.
¡Les agradezco por acompañarme!
Ora por los dos testigos,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras los acontecimientos de la vida y del planeta entero se desarrollan precipitadamente en la humanidad, Yo los invito a que busquen el camino de la serenidad para después encontrar la paz.
La raíz de la historia humana y de todas las condiciones terrestres está siendo removida; lo que durante siglos estuvo controlado por el poder, por la soberbia o incluso por la resistencia, está siendo quitado de las manos de los que creen tener el gobierno sobre las cosas. Por eso, queridos hijos, no se sorprendan por lo que verán o por lo que sabrán, la profecía de Mi Hijo se está cumpliendo: “No quedará piedra sobre piedra”, y eso ya es una realidad en todo el planeta y principalmente en los seres internos de todos.
Se generará una aparente falta de guía; por eso, desde hace tiempo los estoy llamando a vivir la oración verdadera. Serán los atributos de la Madre Universal los que, en este ciclo definitivo, sustituirán las carencias que las almas vivirán en el momento de perder el control sobre las cosas. Por eso, queridos hijos, abracen la oportunidad de purificarse pronto para que, preparados por la oración, esperen la gloriosa Venida de Cristo.
Les declaro, hijos, que no habrá consciencia ni espacio que estará libre de la purificación. La fe y la constancia serán el lema de los pacificadores de Mi Hijo, eso los hará fuertes en el amor y en la verdad.
Vean lo que está emergiendo de ustedes mismos y no lo miren con desprecio, sino con Misericordia, porque será la Misericordia de Dios que los salvará en esta hora de transición planetaria.
Vivan la Misericordia y practíquenla, será fundamental para que sus corazones acompañen la purificación de sus semejantes.
Les dejo Mi Paz porque es lo que hoy necesitan, no la pierdan por nada. La Paz sustenta todo, dentro y fuera de los seres.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En la Misericordia del Padre los contempla,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Vuestra Madre Poderosa ahora pisa con Sus benditos pies la cabeza de la serpiente para que triunfen la redención y la libertad en los oprimidos. Esa cabeza del mal, es la que genera discordia, falta de amor y una conquista ilusoria del planeta y de la humanidad. Temerosa está la serpiente, porque es pisada por la fuerza inquebrantable de las almas que oran sinceramente para que se establezcan los mil años de paz.
Vuestra Madre Poderosa mientras pisa lo que causa el dolor y la guerra, extiende Sus brazos sobre el mundo, para que él sea rodeado por la Infinita Gracia que brota de Sus santas manos. Así, la profecía de San Juan Apóstol se está cumpliendo. Mientras la Madre de Dios pisa con Sus pies a la feroz serpiente del mal, es hora, hijos Míos, de que oren más de corazón y no tan solo de palabra. Es hora de que definan a tiempo si quieren vivir en esta escuela orante que les ofrece Mi Corazón.
Las almas buenas, las que están siendo congregadas por la Madre Celeste, están consiguiendo dar los pasos hacia el Propósito de la Luz.
Mientras la Mujer Vestida de Sol presiona con Sus pies a la astuta serpiente, la que imparte por el mundo todos sus venenos de caos y de perdición, que Mis hijos aprovechen para tornar santa cada una de sus acciones, así como cada uno de sus actos y pensamientos en los tiempos de hoy.
Aún cuando la serpiente feroz no soporta la victoria interior de las almas que se abren para expresar sus vidas a través de la caridad fraterna y del servicio, una batalla inminente se precipita sobre algunos de los soldados de Cristo; la lucha por el Reino de la Paz ya comenzó, y nadie podrá quedar afuera de este acontecimiento.
Aunque la mala serpiente recibe el peso de la Justicia Divina, aún la batalla final no ha comenzado. Dichosos aquellos corazones atentos y no ingenuos: todo está sucediendo en el plano espiritual, todos los soldados marianos batallan en esta guerra a través del poder del verbo de la oración, el que decreta las Leyes superiores para tiempos imposibles.
En esta hora, el dragón se revuelca dentro de su abismo, y la furia de su veneno intenta repeler las buenas acciones de paz que el mundo silenciosamente está alcanzando a través de algunos seres.
Nunca más habrá tregua, esta es la última. Por eso mientras Vuestra Madre Poderosa sujeta la furia de la serpiente venenosa, que los apóstoles se preparen para correr hacia el interior del desierto de Adonai, en donde todos estarán protegidos.
El falso dragón intentará imitar a los verdaderos espíritus iluminados, pero en una de sus patas se podrá ver el defecto de una gran fantasía espiritual.
Quien ore con firmeza no será tibio durante la batalla, cada alma verá dentro de sí lo que nunca ha conocido.
A pesar de que la serpiente enviada por el dragón esté bajo el peso de la Luz de Vuestra Señora, la batalla continuará, y las pruebas se agudizarán de la noche a la mañana.
Será el momento de la fidelidad de parte de todos, pues en verdad les digo, hijos Míos, ya no habrá lugar ni espacio hacia dónde correr, sino solo hacia el Corazón del Padre Celestial, que está atento a los pasos que Sus criaturas lentamente se están animando a dar.
Todo tendrá un ciclo, pero mientras la serpiente esté bajo los pies de Vuestra Madre Poderosa, apresuren sus pasos espirituales, aún las últimas legiones humanas están siendo formadas en medio de la batalla que definirá el próximo reino.
En las invisibles nubes del universo, Mi Hijo, el Rey, observa todos los acontecimientos. Él está siendo vestido por los ángeles sacros, con lienzos y túnicas resplandecientes, presencia que Él revelará al mundo en el momento más agudo que ya se aproxima.
Que los orantes no sean temerosos, pues todos verán a tiempo la purificación total de la Tierra. Únanse a sus ángeles de la guarda, ya no dejen espacios en la consciencia para energías superfluas.
No dejen de atender el llamado a la permanente oración del corazón, eso ayudará mucho a Vuestra Madre Celeste, que estará por un tiempo más pisando con Sus pies la cabeza de la serpiente, para que así el mayor número de almas presas e ignorantes, sea arrebatado por la presencia del Amor Superior, el que las despertará en esta hora definitiva.
Sus consciencias ayudarán mucho para esta construcción espiritual que Vuestra Madre está realizando por la salvación de muchas almas dormidas.
La serpiente feroz no soporta las semillas que están siendo sembradas a través de las misiones. En la apariencia de que nada grande está sucediendo, la Divinidad Celestial, el Padre-Madre Creador, está tomando partido, y las esencias ya reconstruidas en lo más profundo de las consciencias, están volviendo a sentir esperanza, confianza en el amor, en la paz y en la fe, lo que las hace abandonar la ira, la opresión y el constante castigo.
El triunfo de los Sagrados Corazones será sorpresivo, y nadie podrá oponerse a ello.
Cuanto más amor y consciencia tengan las almas sobre la realización del Plan, el dragón que se revuelca en su abismo será vencido de otra forma por las legiones del Arcángel Gabriel, sin que el dragón escape hacia la superficie del planeta.
Sus planes son derrotados y esto despierta la furia contra los amigos de Cristo. Pero ellos podrán estar protegidos cuando se viva la obediencia. Ya no habrá tiempo para reparar las fallas cometidas dentro de los comandos humanos.
Solo habrá que seguir la dirección espiritual que estará siendo indicada por las Jerarquías Celestiales, ya no habrá dos caminos para poder elegir. Eso los hará mantenerse adheridos o no a la Voluntad Superior.
Que Mis hijos orantes estén preparados para lo que sucederá. Les pido que nadie pierda tiempo en lo insignificante, y que sí ponga atención en los detalles del día a día, allí estará la protección de todo.
Mientras Vuestra Madre Poderosa aísla a las almas del peligroso veneno de la serpiente, avisen y anuncien al mundo que aún las entrañas más profundas de la Misericordia de Cristo estarán abiertas, durante la próxima Sagrada Semana, en la cual las almas y sus núcleos internos terminarán de sellar su compromiso eterno con el Padre Celesital.
La hora está marcando que llegó el momento del despertar. La operación angélica ya comenzó en la víspera del Retorno de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los despierta a la Consciencia Mayor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más