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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les hablo a todos al corazón, en esta noche que se recoge, pero que se ilumina por la Presencia del Amor Vivo de Dios.
Los He llamado aquí y han respondido a Mi llamado, y por eso, les agradezco; aunque no comprendan en profundidad lo que esto significa, pero Yo sí sé lo que significa y lo que representará en las próximas etapas del Plan de Rescate de la humanidad, en las próximas tareas que su Maestro y Señor llevará adelante en Israel y, a través de Israel, con todo el Medio Oriente.
Porque en verdad, Yo les digo, que en esta noche, estando Conmigo y pudiendo ingresar en Mi Corazón Misericordioso, están volviendo a vivir lo que una vez vivieron Conmigo en el pasado, cuando su Maestro pisó con Sus Pies la superficie de este planeta para predicar, para curar y sanar, para anunciar la Buena Nueva, la que en este tiempo, Yo espero que haga eco más allá de la vida material del planeta, más allá de toda ignorancia e indiferencia, porque Mi Voz y Mi Palabra hacen eco cuando las almas Me viven y Me sienten, cuando los corazones confían en Mí.
Por eso, en esta noche, Yo estoy aquí con ustedes y con el mundo. Estoy aquí por todos los refugiados y exiliados, por todos los que desaparecieron trágicamente en Turquía y en Siria.
Pero hoy, sí, les aseguro que todas esas almas están siendo contempladas por el Padre Eterno, para que alcancen su camino de liberación; pero también su camino de reconciliación con los Cielos, porque el Padre Eterno escuchó las oraciones de Sus Hijos, de todos aquellos que en este tiempo se disponen a responder a Su Llamado, ante la trágica realidad planetaria.
Una vez más, a través de este océano, que se encuentra ante ustedes, Yo les traigo el reflejo del Gran Espejo del Amor de Dios, del Amor Eterno de la Fuente, de la cual todos ustedes provienen y también todos sus hermanos; la Fuente Suprema e Inmaterial que está siendo olvidada por el mundo, por la indiferencia, por las guerras, por la falta de religiosidad o de toda conexión espiritual.
Por eso, a través de Mi Presencia servicial y de Mi Presencia paternal, Yo vengo a congregar a todas Mis ovejas, a llamarlas por su nombre en los planos internos, porque ya llegó el momento del tiempo final, en el que todos Mis compañeros deberán estar firmes y disponibles, enteros, para sostener Conmigo este momento de gran Armagedón.
Pero no se desesperen ni tampoco se amedrenten, porque si confían en la Misericordia de Mi Corazón, nada les sucederá. Si siguen fielmente Mis preceptos, estarán protegidos de ustedes mismos, y así como lo hice con Mis apóstoles en el Sagrado Cenáculo, en este tiempo Yo les enviaré el Santo Espíritu de Dios para que los guíe y para que los conduzca hacia la concreción y la experiencia de vivir la Divina Voluntad; una Voluntad Suprema que también está siendo olvidada y, en algunos casos, está siendo despreciada por los hombres y mujeres de la Tierra.
Pero cuando Yo retorne, mostraré al mundo entero todo lo que ha dejado de vivir con el Padre Eterno. Porque las señales, que Yo daré, serán concretas y todo lo que se guarda como un tesoro en los planos internos se revelará, para que esas señales rediman al planeta y a la consciencia humana; porque este es el tiempo de que esas señales comiencen a descender al mundo entero, para los que están dormidos y aún no despertaron, para todos los que deben reencontrar el camino de la redención.
Por eso, este es el tiempo de la preparación inmediata. Esta es la hora de darlo todo por el Plan, a fin de que este Plan se concrete en la superficie del planeta, aunque esto comience a suceder en las cosas más pequeñas, o en la transformación y la rehabilitación de sus vidas.
Esto es lo que necesita el Padre Eterno en este tiempo final: que las almas se decidan a ser Su Gran Espejo, que las vidas de Sus Criaturas reflejen Sus Atributos Divinos, ante un mundo que se aleja cada día más de la verdad y pierde el camino hacia el Reino de la Paz, por vivir todo lo que es mezquino e indiferente.
Este es el tiempo de que sus ojos y los ojos de sus hermanos se abran, para que comprendan que, a través de la actual situación planetaria, es necesario un cambio en la consciencia, pero también en la vida material.
Por esa razón, una vez más, Yo estoy aquí, no solo para llevar Conmigo hacia los Cielos a los que han muerto en este Mar Mediterráneo, sino para advertirle al mundo y, sobre todo, a Europa que deberán enmendar todos sus errores y corregir todas sus indiferencias con los que sufren y son sometidos en la esclavitud; porque este planeta, que el Padre Eterno les ha dado, tiene un Propósito Espiritual y Mayor que aún no se ha cumplido.
Por eso, compañeros, es tiempo de enmendar los errores y de vivir el cambio. Es tiempo de que, de una vez y para siempre, entre los pueblos y las razas, entre las naciones y las culturas, se consideren como una única familia espiritual porque, aunque esto parezca lejano para la mayoría, para su Maestro y Señor no lo es.
Por eso, dediquen su vida a una vida de servicio y de oración, no permitan que en este planeta se sigan abriendo puertas inciertas. Que, por medio de sus oraciones y de su acto de entrega y de donación sincera, puedan mantener las puertas de la Misericordia abiertas a la humanidad, porque de lo contrario el mundo se seguirá purificando fuertemente.
Yo solo busco que puedan crecer en sabiduría y entendimiento, porque ya no quiero ver a nadie más sufrir y padecer lo que este mundo hace todos los días, ultrajando las Leyes del universo, apartándose del Amor y de la Verdad, dejando de cumplir la Divina Voluntad.
Por eso, Yo volveré a erguir sobre el éter de este planeta todos los méritos que alcancé a través de Mi Vida Pública, de Mi Dolorosa Pasión, de Mi Muerte y de Mi Resurrección, a través de Mi Presencia en Tierra Santa. Porque no solo el Medio Oriente lo necesita imperiosamente, sino también la humanidad entera lo necesita; ya que, de no hacer esta gran tarea en Israel, la humanidad se encaminaría a un punto sin salida y nadie conseguiría retirarla de ese lugar, ni siquiera los ángeles.
Por eso, deberán seguir orando por esta gran misión a Israel. Los invito a estar Conmigo, de corazón y en esencia, para que puedan acompañar cada paso de su Maestro y Señor durante los días de la Semana Santa.
También les pido que esta Cuaresma preparatoria que están viviendo, la vivan de verdad, con introspección, con profunda reflexión y penitencia, por esta gran indiferencia que vive el mundo y que no consigue ver la Luz de Dios.
Así, terminarán de estar preparados para los tiempos culminantes que llegarán y nada, absolutamente nada, los tomará de sorpresa, porque lo que deban vivir en este tiempo final solo los impulsará a que puedan ser los Nuevos Cristos. Esos Cristos que Mi Padre Eterno espera ver presentes en este planeta, dentro de esta humanidad, convirtiendo a todos a través de la fe y de la oración, del servicio abnegado y simple que borre de una vez y para siempre los estigmas de este planeta, que cierre las heridas aún no cicatrizadas de esta humanidad golpeada por las guerras y por los conflictos, por la desigualdad y también por la locura de lo que ofrecen las modernidades de estos tiempos, llevando a la mayoría a vivir un dios artificial.
Pero no se olviden, compañeros, de que la Sangre que Yo derramé sobre la superficie de esta Tierra tiene un precio, tiene un valor incalculable e inextinguible. Y es a esa Poderosa Sangre a la que deben invocar, aspirar a recibirla espiritualmente para que sus vidas sean sanadas, redimidas y liberadas del error y del pecado y, a través de la poderosa comunión Conmigo, puedan renacer y renovarse.
Por eso, que esta Cuaresma sea una Cuaresma consciente, que los prepare espiritualmente para ingresar en la Semana Santa. Así, Me podrán acompañar, como Yo lo necesito y lo espero, en todo lo que hará su Maestro y Señor en Israel y, a través de Israel, para el mundo entero. Así, sus corazones estarán prontos y en el lugar en donde Yo los quiero tener.
Que en esta noche reciban Mi bendición, así como muchas veces la recibieron Mis apóstoles y en cada lugar que Yo visité, en cada espacio en donde Yo prediqué, en cada corazón en donde hice un milagro en el nombre del Padre Eterno.
Quiero que sus vidas sean un milagro de amor para que este milagro en sus vidas transforme al mundo, muchas más almas alcancen la Gracia de ser merecedoras de ese milagro de amor, así como ustedes lo están viviendo.
Yo los unjo con Mi Luz Espiritual y, en este mes de marzo, los preparo para la Semana Santa. Sepan que marzo será el mes de la gran preparación, como nunca antes sucedió en la historia de la humanidad y en ninguna otra Semana Santa. Así, comprenderán la importancia de todo lo que les estoy diciendo en este momento. Por esa razón, también estoy aquí, para que ese Propósito se cumpla como está escrito y ustedes sean, una vez más, partícipes de la Misericordia de Dios, que tanto necesita la humanidad y el planeta.
Les agradezco, a los que están presentes, por haber trabajado con las almas y las esencias de los refugiados.
En esta próxima Maratón de la Divina Misericordia, deseo que le recen de todo corazón al Sagrado e Insondable Corazón de Jesús por todos los que son descartados y oprimidos, por los desaparecidos en la tierra y en los océanos, por los que no tienen la oportunidad de vivir la esperanza en ellos y en sus familias.
Recen por todo esto y, así, aliviarán Mi Corazón del malvado espíritu de la indiferencia.
Que la Misericordia convierta las miserias.
Que los corazones reciban la paz y que todo pueda ser renovado; así como es renovado en los Cielos, pueda ser renovado en la Tierra; y así como puede ser renovado en la Tierra, todo pueda ser renovado en su mundo interior; porque lo que más deseo en estos tiempos es que sean parte del Reino de los Cielos, así como lo son los ángeles y los bienaventurados.
Me recojo en los corazones que adoran.
Me fortalezco en las almas que oran.
Me renuevo en los corazones que sirven.
Me hago presente en los que comulgan de Mi Cuerpo y de Mi Sangre; y así, establezco la Luz y el Amor de Dios.
Les agradezco por estar Conmigo en esta noche y, a pesar de que sea tarde en este momento, sepan que, en las noches más profundas, era cuando su Maestro y Señor tomaba Sus grandes decisiones, elevando Su Mirada a los Cielos o buscando en el infinito, en el horizonte, la Presencia del Padre Eterno para sentir Su abrazo y Su consuelo; porque Él es Quien nos conforta y nos renueva a través de Su Amor y de Su Verdad.
Les agradezco y una vez más los invito a orar, durante esta Maratón de la Divina Misericordia, por todo lo que les He pedido con la honestidad de Mi Corazón.
Que África, Europa y Medio Oriente sean bendecidos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra;
en reparación por los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido,
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
Estoy en silencio para que aprendan a percibir lo más profundo de Mi Ser y, a través de Mí, puedan sentir lo que en este momento siente y vive la Jerarquía, por todo lo que sucede en el mundo. Y esto no Me cansaré de repetirlo porque aún el tiempo de la redención no ha llegado.
Mi silencio habla de algo profundo y espiritual, de Mi meditación y de Mi oración por las almas, porque las almas deben tener fuerza para atravesar el Armagedón; y sé que esta palabra, Armagedón, asusta a muchas consciencias. Pero no habrá otra forma ni otro camino para que, después de la transición del planeta, pueda comenzar de cero una Nueva Humanidad.
El Señor, su Maestro, no es afín al sufrimiento de las consciencias. El sufrimiento de los seres y la agonía de los corazones son los que Yo debo transmutar y purificar, para que las almas confíen plenamente en Mi Amor Crístico y, así, no pierdan la esperanza de poder rehacer sus vidas y consciencias, de recuperar el camino que perdieron hacia el Padre Celestial; porque muchas almas, en esta humanidad, pierden ese camino día a día.
Por eso, estoy en silencio y en meditación, para que sientan la profundidad y la magnitud de Mi Corazón, para que asuman Conmigo los dolores de Cristo, dolores más profundos y desconocidos que los de la Cruz.
Esto los hace crecer interiormente; y ustedes aprenderán a ver la vida de sus consciencias y la de sus hermanos con mayor discernimiento y responsabilidad, sabiendo que este es el tiempo de no desperdiciar las oportunidades del universo, de no volver la vida superficial e indiferente. Esto fortalece la impunidad, que es algo que el mundo desconoce, y que acelera el fin de los tiempos y sus consecuencias.
Porque ahora, a través de Mis propios Ojos, veo cumplirse lo que el Padre Me mostró hace tanto tiempo, lo que Yo les enseñé en Mi Evangelio a los apóstoles durante Mi vida pública, cuando hablaba del fin de los tiempos, de todo lo desconocido que las almas deberían aprender a enfrentar sin perder la fe, aunque les pareciera difícil.
Por eso, ustedes son muy bendecidos, ante los que no pueden ser bendecidos en el mundo. Por eso, a ustedes se les exigirá más, porque deben corresponder a los tesoros que recibieron de Mí mismo; y esas perlas del Cielo, que Yo les He entregado a cada uno de sus corazones, deben darle sus frutos y sus respuestas al Padre.
Yo les hablo de algo profundamente maduro, aunque muchos no están en el mismo nivel ni en la misma escuela, pero Mi Amor Misericordioso no tiene excepciones.
En el fin de estos tiempos, su Maestro y Señor les dará grandes oportunidades a los menos preparados; porque Yo los conozco esencialmente y no Me fijo en lo que es superficial, y en nada temperamental, Yo busco aquel don que el Padre les depositó desde el principio, de la Fuente.
Así, como sabía que llegaría el tiempo del Armagedón, también sabía que llegaría el tiempo de venir a buscar los talentos. A través de los que siguen Mis Pasos y Mi Camino, ese tiempo está llegando ahora.
¿Lo están percibiendo y reconociendo?
Vendré a pedirles esos talentos por una única vez, no podré detenerme en aquellos que no quieren entregar su vida. Dios, como es tan Bondadoso y Misericordioso, tiene un lugar para cada uno de Sus Hijos.
Seguir Mis comandos y Mis directrices, dentro del desarrollo del final de los tiempos, significa mucho más que tener una consciencia madura y responsable, significa más que obedecer y ser fiel.
Seguir Mis comandos y Mis directrices significa estar disponible incondicionalmente, para que Yo pueda obrar a través de los corazones, ante los horrores que se ven en este mundo y en esta humanidad, situaciones que deberán ser liberadas y aliviadas por alguien, por aquellos que se ofrecen a postularse al camino del apostolado, a estar presente donde es necesario y cuando es necesario, donde Dios quiera y cuando Dios lo necesite.
Por eso, Yo les traigo el ejemplo de Mi Corazón Traspasado, un ejemplo fuerte de contemplar en estos tiempos, porque deben tener la valentía de sentir lo que Yo siento y lo que Yo vivo para poder estar tan unidos a Mí como nunca antes lo estuvieron. Porque la unión Conmigo siempre es gradual cuando las almas se animan a vivir su camino de cristificación y de entrega.
Por eso, en esta tarde de Piedad y de Misericordia para el mundo, les dejo delante de ustedes las necesidades del planeta y de la humanidad; los proyectos y las aspiraciones que tiene la Jerarquía en los diferentes lugares del mundo, en donde a toda la Hermandad del Cielo le urge la expresión de los Sagrados Puntos de Luz, reflejados a través de la vida grupal de las Islas de Salvación. Los lugares menos pensados necesitan de esa asistencia espiritual y concreta, por ejemplo, hoy, Medio Oriente.
Imaginen, por un momento que, a través de esos Puntos de Luz, si existieran y se manifestaran por medio de la correspondencia de los Míos, ¡cuántas puertas inciertas se podrían cerrar en el mundo entero!
¡Cuánto más los elementos y los Reinos de la Naturaleza disminuirían su furia y su enojo con la humanidad!
¡Cuánto más se podrían sostener las fuerzas telúricas del planeta, el Círculo del Pacífico!
¡Cuánto más los continentes, a través de los Puntos de Luz, podrían sostener, mínimamente, su conexión con lo Divino!
Podría decirles muchas cosas más que las que les dije hasta ahora. Pero para que todo eso sea posible no es necesario solo de interés o de entusiasmo, no es necesario solo de consciencia, de responsabilidad o discernimiento; es necesario que eso viva en ustedes, en primer lugar.
No quisiera ver a un mundo más destruido de lo que está, una superficie corroída por las fuerzas del caos. No quisiera encontrar a una humanidad reducida, cuando Yo retorne. Pero sé, desde el Huerto Getsemaní, que Yo vendré a cerrar, definitivamente, los infiernos del planeta; y llegaré en ese momento en el que las almas percibirán todo esto claramente.
Por eso, deben orar con más fervor y con mayor consciencia todos los días que vendrán. Deben estar preparados para las emergencias inesperadas, no solo aquí, sino en cualquier lugar del mundo.
Les He podido manifestar y concretar la Fraternidad - Misiones Humanitarias, un impulso tan concreto de la Jerarquía para el fin de estos tiempos, una llave fundamental para cada una de sus vidas, para que su vida material también esté preparada, a través de ese espacio que la Fraternidad - Misiones Humanitarias pudo ofrecerles a todos y al mundo.
No solo estoy hablando de ética, de reglas o de principios fundamentales para sobrevivir en el Armagedón; estoy hablando de que puedan estar profundamente unidos a la Jerarquía, a través del Plan de Rescate que se perfila en el fin de estos tiempos, a través del ejercicio de la Fraternidad - Misiones Humanitarias.
La Jerarquía se ha arriesgado por ustedes, y a Mi pedido, al unirse con otras instituciones y organizaciones del mundo. Y aunque esta Obra y este servicio sean pequeños e insignificantes; en este momento, compañeros, es el lugar que Yo tengo para poder sembrar Mis semillas de Luz en aquellos espacios del mundo en donde ya no existe la luz, el amor ni la paz.
Les daré un ejemplo: imaginen que un día despiertan y todo su alrededor está en un profundo caos y destrucción, ¿qué es lo que ustedes harían? ¿Cuál sería su primera actitud espiritual?
Así, viven millones de personas en el mundo; y esta Obra, que fue formada a través de la Comunidad Figueira, Me ha ofrecido este espacio único en el fin de estos tiempos, para que Yo tuviera la oportunidad de hablarle al mundo.
Nadie está preparado en esta humanidad para lo que llegará. Por eso, les vuelvo a implorar que profundicen en la luz de la oración; y les pido, por caridad, que no solo busquen su propia salvación, que también busquen la salvación de aquel que tienen al lado, todos los días. Así, comenzarán a aprender y a comprender lo que les digo.
Hoy, les adelanto este Mensaje antes del tiempo previsto, porque impredecibles están este mundo y esta humanidad. Mientras muchos más sigan creyendo que nada sucederá, les sugiero que cambien de idea rápidamente, que sean humildes y reconozcan el Armagedón para que nada los tome de sorpresa, así como Mis apóstoles fueron tomados de sorpresa cuando fui apresado en el Huerto Getsemaní. Espero no tener que ver lo mismo en este tiempo.
Pero para Mí es importante, en esta hora, que ustedes puedan crecer conscientemente y madurar, no solo por todo lo que le espera a este país, sino también por todo lo que le espera al resto del mundo.
Aquí, Yo no vengo a dar un Mensaje apocalíptico. No quiero que se confundan, quiero que sean conscientes de la realidad en la cual viven y que, a partir de ahora, todo lo que suceda aquí o en cualquier otro lugar del mundo debería ser tan importante para ustedes como lo es para la Jerarquía, porque eso los formará como verdaderos servidores de Mi Plan.
Necesito sacarlos de ustedes mismos, de una vez y para siempre. Si salen de ustedes mismos, también los demás saldrán de sí mismos y dejarán de lado sus preferencias e intenciones para vivir Mi Voluntad, que aún espera cumplirse en sus vidas.
Así, Yo vengo una vez más a rezar por ustedes y por el mundo. Vengo a decirles que pueden contar Conmigo en cada momento, y que las entrañas más profundas de Mi Corazón están abiertas para que puedan entrar y ser parte de Mi Cuerpo Místico. Y el primer camino para conseguirlo es la adoración, reconociendo la Presencia de su Maestro y Señor a través de Su Cuerpo Eucarístico.
Cada vez será más urgente para el mundo que las almas se postulen para el ejercicio de la Adoración Eucarística, para que los diferentes puntos en la Tierra estén sostenidos por un equilibrio espiritual, sobre todo, el eje de la Tierra que tanto lo necesita.
Como un testimonio de Mi Amor por los que se esfuerzan, He aceptado la consagración de nuevos adoradores; a los que invito silenciosamente a que se aproximen al altar para que sean consagrados, en este momento, por Mí.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Preparemos, por medio de los sacerdotes, el incienso y el agua para que sean bendecidos por Cristo.
Les quiero dar las gracias a cada uno de ustedes porque, con esfuerzo, han colocado un granito de Luz en este mundo, dentro de este árido desierto de sufrimiento y de guerra en la humanidad.
Por eso, hoy los consagro para que Conmigo se comprometan, a través de las futuras adoraciones al Santísimo, a sostener el equilibrio del planeta, de los elementos y de los Reinos de la Naturaleza; para que, en el norte, en el sur, en el este y en el oeste de este mundo, el tiempo de la purificación sea sostenido por ustedes en cada momento de adoración, como en cada momento de oración.
Sus almas caminan juntas hace mucho tiempo, aunque lo desconozcan. Así, caminaron Conmigo por muchas regiones de Tierra Santa; porque ustedes Me buscaron y Me encontraron, Me suplicaron y tocaron Mi Manto, y Yo los sané y los curé.
Hoy, les vuelvo a recordar esto como un tesoro para sus almas y sus vidas; para que confíen que estoy a su lado, aunque muchas veces se hayan sentido solos, golpeados por la tristeza o la desesperación.
Yo les vengo a dar la fuerza y el poder que les da la Eucaristía. Si ustedes están siempre ante Mí, Mi Corazón siempre estará en ustedes, siempre los aliviaré y a través de ustedes podré aliviar sus familias y amigos.
No se olviden de lo siguiente: si el esfuerzo mínimo nunca es hecho, este mundo no podría convertirse.
Cada cosa que puedan sacrificar por Mí será una muestra fiel de que están en Mi camino de apostolado. Es así, que a través de esta consagración y de este tiempo que Yo les dedico a ustedes, porque sé que lo necesitan, les afirmo Mi Amor y Mi Victoria, porque le han abierto la puerta al Señor, para que Yo viva en ustedes, más allá de las imperfecciones. Por eso, estén en paz y confíen.
Todo en la vida tiene un porqué. Todo tiene su hora y su momento. Y Yo estoy aquí para alentarlos y alentar a sus hermanos; porque verán, al igual que Yo, que habrá más horrores en el mundo.
Ofrézcanse plenamente a Mí a través de la adoración del Santísimo del Altar, para que todo sea aliviado en ustedes y en el mundo. Tengo sed.
Padre Celestial,
Tú que ves la respuesta de Tus Hijos,
Tú que ves, de cerca,
concretarse la Obra de Mi Amor
a través de las almas,
recibe en Tu Reino esta ofrenda
de los que reconocen plenamente
la Presencia de Tu Hijo en la Eucaristía,
y por este mérito que ellos han generado,
bendícelos y bendice a sus familias,
para que algún día, así como Yo lo espero,
ellos sean un verdadero templo de adoración,
testimonio de la redención con Cristo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Que la Paz y la fuerza de Nuestro Señor Jesucristo esté en ustedes.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dios los bendiga, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
No esperaba llegar aquí en este momento, pero es necesario.
Mi Corazón está donde es invocado. Mi Nombre está donde es llamado, para recordarles una vez más que Yo estoy con ustedes y, al estar con ustedes, estoy con esta nación de Brasil, orando y trabajando silenciosamente, así como lo hice en la Pasión. Por eso, que nadie crea que no estoy haciendo nada.
Las señales del Cielo son internas, son impulsos inextinguibles que llegan a las almas que están abiertas de corazón para poder acompañar todo lo que realiza la Jerarquía.
Pero Mi atención no está solamente en este país, sino en todo lo que hoy sucede en el mundo. Hay situaciones peores que suceden en este planeta y que muchos desconocen, porque son situaciones que se ocultan a los ojos de la humanidad para que la humanidad no pueda hacer nada.
Pero Mi Padre Celestial lo ve todo, a través del Corazón de Su Hijo. Así, Él envía a Su Hijo al mundo a preparar los corazones para Su esperado Retorno.
Por eso, Yo les digo que, en verdad, todo lo que viven en este tiempo no es por acaso y que, si muchos de ustedes están encarnados en este tiempo, es por una razón espiritual aún desconocida para muchos.
Por eso, Yo les digo que no se estanquen en las cosas superficiales. No se queden en lo que es superficial, en todo lo que es insensible, carente de amor y de verdad.
Coloquen su consciencia en el lugar correcto y, así, ayudarán a las Jerarquías; porque esta es la última barca que está pasando por el mundo, la barca de la salvación a través de Mi Palabra y de Mi Mensaje, a través del signo visible que Yo les dejo a los corazones abiertos que, más allá de sí mismos y de toda circunstancia, consiguen percibir la verdadera tarea de su Señor.
Yo les dejé un Legado importante para estos tiempos finales, el Legado de la Santa Eucaristía; al que deben estar muy atentos cuando lo viven y lo practican, porque veo que la Celebración Eucarística en el mundo se está tornando pasajera.
Y este es el gran momento para que cada uno de ustedes profundice y viva los méritos de Mi Sagrada Pasión; es decir, que viva cada momento de Comunión como algo único y verdadero, que su sed por Mí no sea sentimental, sino profundamente espiritual.
Porque delante de todos los errores, que hoy vive la humanidad, ustedes se han preguntado: ¿cómo se enmendarán esos errores?, ¿su Maestro tendrá que volver a cargar la Cruz?
Por eso, necesito de los Nuevos Cristos, de aquellos que están lejos de la mediocridad y de la negligencia, de aquellos que no enfrían su corazón y dudan ante cualquier embate; sino que, por medio de la fortaleza que Yo les He dado a través de Mi Corazón, saben superar sus propios límites y todas las barreras que son impuestas por el sistema de este mundo, sin desafiar ni batallar.
Por eso, Yo les pido que se replanteen su ejercicio espiritual de Comunión Conmigo, porque solo a través de las almas que Me viven y Me sienten, Yo podré derramar Mis Gracias sobre el mundo, por aquellos que les dan valor a la Eucaristía y a los Sacramentos.
Por eso, cada uno de los Sacramentos que Yo les He dejado es sagrado y no pasajero. Porque a través de los Sacramentos que Yo le He dejado al mundo está el único y verdadero camino de la redención; así como está el camino abierto hacia la paz, a través de todos los que Me adoran en el Santísimo del Altar.
Les pido a todos Mis hijos de Brasil que no busquen la solución para este país fuera de ustedes. Busquen esa respuesta que está dentro de ustedes, en su mundo interior, y replantéense todo lo que les estoy diciendo en este momento. Así, muchos podrán percibir cómo, de una forma ignorante y por falta de conocimiento, muchas veces las almas desaprovechan la Gracia de Dios.
El mundo está ardiendo en sufrimiento. Las guerras desafían la migración de los pueblos y de muchas naciones. La sangre sigue siendo derramada sin ningún precio, y el grito de la Tierra se escucha cada vez más fuerte a través de los fenómenos del clima, de la expresión de toda la naturaleza.
¿Quién estará firme para sostener Conmigo este momento?
¿Quién no oscilará ante las tentaciones y desafíos del mundo?
Sé que las almas son frágiles, pero los espíritus pueden ser fuertes e invencibles y estar prontos para vivir lo que haya que vivir, sin nada a cambio, sin reconocimientos, sin ninguna vanagloria.
Cuando las almas perciban, a través de este Mensaje, y los corazones sientan el valor de los Sacramentos que Yo les dejé, aún habrá un poco de tiempo, el poco tiempo que le resta al mundo para que, a través de las almas que viven Mi Palabra y Mis Sacramentos, Yo pueda justificar ante la Ley los impagables errores del mundo.
Por eso, si las almas son conscientes y generan méritos, no se salvarán solo ellas, sino también muchas almas más, especialmente aquellas que, en vida, están ardiendo en el fuego del infierno por sus vínculos con el mal.
Pero no se olviden de que Yo vengo aquí como el Redentor del mundo y, extendiendo una vez más Mis Brazos sobre el Brasil, vengo a bendecir lo más sagrado que existe en este lugar, que son las almas que viven a Dios con alegría y que, fielmente y con esfuerzo, siguen Mis Pasos, más allá de sus imperfecciones, más allá de todo lo que es desconocido para ellas.
Necesito establecer aquí Mi Gobierno Espiritual para los próximos tiempos. Sudamérica deberá ser ese sostén para el resto del mundo en los tiempos de mayor tribulación. Pero eso no significa, Mis amigos, que no vivan aflicciones, porque mientras estén en este mundo las vivirán.
Quien está Conmigo verdaderamente, aprende a superar en sí mismo la ley del sufrimiento, aprende a trascenderse todos los días un poco más, aun dando pasos muy pequeños o lentos.
Lo más importante, compañeros, es el esfuerzo y el ímpetu, pilares fundamentales de la determinación de ser el ejemplo que Mi Padre tanto espera que sean en estos tiempos en los que reinan la oscuridad, la soberbia y la maldad, hijas de la indiferencia y de la ingratitud.
Pero ustedes tienen la Gracia de poder cambiar estos acontecimientos con su honesto camino de santidad, día a día, esfuerzo tras esfuerzo; para que algún día, sin que lo perciban, sean ese Espejo de Dios en la superficie de la Tierra, el fiel ejemplo de una redención alcanzada y vivida. Por eso, aún hay mucho que trabajar y construir.
Su Maestro y Señor se prepara para una importante tarea en Medio Oriente, que será la más importante de todas las tareas en los últimos tiempos; y en la que espero que, en espíritu y de corazón, Me puedan acompañar para que, una vez más no solo ustedes, sino también sus hermanos y hermanas del mundo, reciban los códigos crísticos y los méritos alcanzados por su Señor durante toda Su experiencia en este planeta.
Esta Maratón de la Divina Misericordia será importante por los que sinceramente se autoconvocarán y espiritualmente recibirán el impulso que necesitan para terminar de formarse como Mis apóstoles.
Necesito ver ya esto como algo real. Necesito verlos como Mis apóstoles en la superficie de la Tierra, así como tengo muchos otros apóstoles en el mundo que Me viven y Me sirven, y que sus vidas solo están para poder reparar el Corazón del Señor.
¿Quién más se postulará para vivir este momento, para estar donde Yo lo necesite, como lo necesite y cuando lo necesite?
Yo les tengo que decir todo esto para que puedan crecer rápidamente; porque sé que Me pueden responder, así como Me han respondido en estos últimos años.
Quiero agradecerles la valentía de escuchar Mis Palabras y por eso, vuelvo a bendecirlos y a darles Mi Paz; para que siempre en ustedes todo se renueve y, así, participen de la Sagrada Voluntad del Creador, de lo que Él preciosamente tiene guardado en Su Corazón para cada uno de Sus Hijos.
¡Sean valientes y no se desanimen!
Vivan su purificación como una liberación, como el fin del cautiverio espiritual de este mundo.
Mis Gracias, sobre aquellos que las quieran recibir.
Que la paz esté con ustedes, así como Mi Paz resuena en este universo a través de los que Me dicen sí.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Recemos:
Sagrado Fuego del Corazón de Jesús,
transforma mi vida y libérame de todo mal.
Amén.
(tres veces)
He aquí el Fuego de Mi Sagrado Corazón, expuesto al mundo entero y, especialmente, a las almas sedientas.
Este es el Corazón que se entregó por ustedes, este es el Corazón que se donó por ustedes y es el Corazón que aún está abierto a todos los que quieran entrar en Él.
¿Saben por qué Mi Sagrado Corazón hoy está abierto?
Por haber llegado a Mi encuentro. Por haber respondido a Mi convocatoria.
Por eso, Yo les entrego el Fuego de Mi Corazón Eterno, para que sus vidas se puedan transfigurar, así como el Señor se transfiguró en lo alto del Monte Tabor y reveló Su verdadera Faz a algunos de Sus apóstoles.
El Fuego de Mi Corazón, en aquel tiempo no podía ser conocido por todos, pero sí podía ser percibido por muchos, los que estaban unidos al Señor, en Comunión Sacramental, en oración y en Adoración.
Este es el Fuego que traeré al mundo cuando retorne, el Fuego Glorificado de Mi Corazón que, con tan solo la Presencia del Señor, transfigurará los planos y las consciencias que estén presentes.
Y no solo verán venir al Hijo del Padre en compañía del Sagrado Espíritu, sino también podrán ver con sus propios ojos el Fuego de Mi Corazón que, como un Sagrado Sol del Universo, retirará a las consciencias de la oscuridad, del sufrimiento, de las angustias y del dolor.
Por eso, veneren el Fuego de Mi Corazón, Aquel que ilumina más que cientos de soles, Aquel que les trae a sus esencias, en la sabiduría, la alegría de estar Conmigo todo el tiempo, el júbilo de servirme y de sacrificarse por Mí, no solo por este planeta, sino también por toda la humanidad.
Este es el Fuego de Mi Corazón que hoy les presento.
El mismo Fuego que veneró Mi Santa Madre, el mismo Fuego de Mi Corazón que conocieron las santas mujeres en Mi Resurrección.
El Fuego de Mi Corazón que los pastores de Emaús conocieron cuando estuvieron a Mi lado, compartiendo Conmigo, el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
El Fuego del Amor de Mi Corazón es el que permitió la salvación de la humanidad y del planeta.
Fue el Fuego de Mi Amor que Me permitió llegar hasta lo alto del Monte Calvario y aunque físicamente ya no tenía ni una gota de sangre en Mi Cuerpo, por haberla perdido en el camino del Calvario, quiero decirles que fue el Fuego del Amor de Mi Corazón que Me permitió llegar hasta el final para cumplir la misión que el Padre Me había propuesto.
Si ustedes hoy pueden sentir y conocer el Fuego del Amor de Mi Corazón, ¿creen que este Fuego puede vivir en ustedes y con ustedes?, no solo para iluminar sus caminos y vidas, sino para que participen de la grandeza del Reino de los Cielos, aunque estén viviendo en la superficie de este planeta, aunque estén participando del Armagedón.
Yo quiero recordarles, a través del Fuego de Mi Corazón, no solo la experiencia del Amor que Yo viví por ustedes, sino que el Fuego del Amor de Mi Corazón es lo que permite que Yo llegue al mundo, una y otra vez, para encontrar a Mis apóstoles, a Mis ovejas, para tenerlos cerca y para que ustedes Me tengan cerca de sus corazones y esencias.
Hoy, en la solemnidad de este Fuego que se revela a todos, sientan en sus corazones una parte del Fuego de Mi Amor que los reconsagra y los vivifica, que los transmuta y los trasciende, que los eleva y los reconcilia con Dios para que el mundo se pueda reconciliar con el Padre Eterno.
Es por ese Fuego del Amor de Mi Corazón que deben trabajar y obrar.
Es por ese Fuego del Amor de Mi Corazón que deben vivir esta experiencia de la Tierra como una oportunidad de crecer en el amor, en la felicidad de servir a Dios y, sobre todo, de ser parte de Mi Obra de Redención, de la manifestación de Mi Divina e Insondable Misericordia.
Quiero decirles que es el Fuego del Amor de Mi Corazón que hoy llevaré a Sudamérica y, a través de Sudamérica, al mundo entero.
Será el Fuego del Amor de Mi Corazón que iluminará a la Argentina.
Será el Fuego del Amor de Mi Corazón que intentará conceder intuición y sabiduría a las almas del Brasil, en el momento de escoger a quién los gobernará.
El Fuego de Mi Corazón fue el que también se reveló en el Sagrado Cenáculo, en los días siguientes a Mi Resurrección.
Fue el Fuego del Amor de Mi Corazón que les trajo a los apóstoles y a Mi Santa Madre el Espíritu Santo, porque la Segunda Persona de la Santísima Trinidad estaba presente, es decir el Sagrado e Insondable Hijo.
Es este mismo misterio que hoy les traigo a todos, porque en el fin de los tiempos lo necesitarán; para que no se olviden de que, siendo parte del Fuego del Amor de Mi Corazón, son parte de la Unidad Trina, de esa unidad que debe reflejarse entre hermanos y entre servidores de un mismo camino espiritual.
Por eso, este es el momento de su reconsagración a la Llama de Fuego de Mi Corazón, que arde incansablemente por las almas que adoran y reconocen a Mi Sagrado Corazón y que arde por aquellas almas que no Me conocen ni Me saben, las almas que Yo necesito que ustedes Me aproximen en estos tiempos, para que Yo también las pueda consagrar y curar como a ustedes los he curado y consagrado.
Esa debería ser su principal tarea espiritual: aproximarme a las almas, para que sientan y vean la Llama del Fuego de Mi Corazón, la Llama que encandilará al mundo entero durante los tres días de oscuridad, y las almas podrán ser partícipes de la Luz de Mi Corazón Eterno, a pesar de lo que suceda, a pesar de lo que se presente o se manifieste.
Porque la Llama de Fuego de Mi Corazón no les hará tener dudas, desconfianza o incertidumbre, sino que sus vidas y consciencias se podrán afirmar en Mi Corazón; porque recuerden que Mi Corazón es el Corazón del Padre Eterno, que encarnó y estuvo entre ustedes y con ustedes para traerles la Buena Nueva.
A través de la Llama del Amor de Mi Corazón, Yo los preparo para los próximos tiempos, para que vivan su verdadero apostolado y para que ayuden a su Maestro y Señor a despertar a nuevos apóstoles, que ya están prontos esperando el gran momento, el momento del despertar.
Sean conciliadores y mediadores, sean precursores de la Llama del Amor de Mi Corazón.
Hagan conocer al mundo que Mi Corazón no solo está abierto a todos, sino también es un Corazón que puede recibir a todos, sin excepción y sin condición.
Porque cuando tan solo adoren a la Llama del Amor de Mi Corazón, les aseguro que conocerán el universo de Mi Amor y sentirán el impulso interior de hacer cualquier cosa por el cumplimiento del Plan.
Que esta Llama ilumine a los presentes y a los no presentes.
Que esta Llama le conceda al mundo la paz, la sabiduría y el discernimiento, el entendimiento para saber gobernar, así como gobierna Dios; para que los pueblos y las naciones ya no sean prisioneras de los sistemas del mundo, sino que las almas alcancen la libertad de este eterno cautiverio planetario; para que los corazones reencuentren el Amor de Dios y la eterna esperanza del Sagrado Corazón de Jesús.
Quien venera a la Llama del Amor de Mi Corazón se compromete, y esto no es pasajero ni transferible.
Contemplar a la Llama del Amor de Mi Corazón significa ser consecuente, estar en prontitud y en alerta para ayudar a la Jerarquía Espiritual en todo lo que Ella intenta construir y manifestar.
Yo no les entrego algo diferente a lo que les entregué a los apóstoles. En este momento, Yo les estoy legando el mismo conocimiento y sabiduría que Mis apóstoles y seguidores recibieron en el Cenáculo. Porque de esta forma, no solo los preparo para los tiempos que llegarán, en los que deberán alcanzar un estado de consciencia neutra, pero no indiferente; un estado de consciencia pacífica, pero no omisa; un estado de consciencia de amor y de compasión, pero no olvidada de la verdadera necesidad planetaria, de las naciones y de los pueblos que sufren en este momento la guerra, los conflictos, el hambre, la persecución religiosa, el tráfico y la migración.
Yo vengo a trabajar al mundo por esas almas, para que la humanidad entera, esa es Mi Mi aspiración, sea una humanidad misionera y fraterna, que no pueda tener el corazón tranquilo hasta que la última alma esté abrigada en Mis Brazos, hasta que la última alma reciba lo que necesita, hasta que la última alma sea retirada del sufrimiento y del dolor.
Porque existen misioneros disponibles para ser Mis Brazos y Mis Manos en el mundo; para disolver el sistema cruel de esta humanidad a través del servicio anónimo, de la oración interior y del cumplimiento del Propósito de Cristo en el planeta. De esta forma, también Yo los preparo para la próxima misión en Medio Oriente.
Por esa razón hoy, detrás de Mí, están viendo a Israel, Mi Tierra Santa, la tierra escogida por el propio Padre Eterno para desarrollar el Sagrado Proyecto Genético, a través de Sus Dádivas y Gracias al pueblo de Israel y a sus tribus.
Hoy, la humanidad es el gran pueblo de Israel, expresado en los cuatro puntos del planeta.
Hoy, la humanidad perdida y desorientada, influenciada y perseguida por los dioses modernos del mundo, deberá volverse hacia el pueblo de Israel, hacia el Proyecto Original del Padre, aquel Proyecto que Él les confió a los patriarcas y a los profetas: el Gran Proyecto de la concreción de Su Sagrada Voluntad en el fin de estos tiempos. Porque dentro de cada corazón, dentro de cada uno de ustedes, está una parte de ese Proyecto del pueblo de Israel.
Por eso, vuelvan hacia sus orígenes. Como humanidad, recuperen sus raíces y recuerden que una vez fueron parte de un pueblo sagrado, de un pueblo que debe recuperar su dignidad espiritual y moral, de un pueblo que aún debe concretar la Voluntad del Padre, así como está escrita en Su Corazón Interno.
La misión al Medio Oriente, que ya deberían estar viviendo internamente, no solo será una misión para ayudar a los pueblos sufridos de esa región del planeta, no solo será una misión para desatar los nudos que atan a muchas consciencias a la perdición; será una misión para poder develar nuevamente los tesoros sagrados de la Jerarquía Espiritual; para que, a través del Fuego del Amor de Mi Corazón, esos tesoros se manifiesten y se revelen al mundo entero, a través de las Sagradas Reliquias que el pueblo de Israel una vez recibió, por medio del Arca de la Santa Alianza y de las Sagradas Reliquias del Cenáculo, por medio del Santo Grial.
Todos esos tesoros deberán emerger a través del Corazón de la Jerarquía, no solo para Medio Oriente, sino también para el mundo; no solo a través de los Retiros Internos, sino también a través de los corazones que tienen sed de encontrar su origen y de sentirse parte del Proyecto de Dios.
Cada etapa de la tarea de la Jerarquía es para completar un nuevo paso, es para realizar un nuevo esfuerzo que va más allá de lo material o aun de lo espiritual, tarea a la que todos son convocados a formar parte, a sentirse parte de la aspiración de la Jerarquía Espiritual; sabiendo que, si los tesoros de la Jerarquía no se manifiestan y emergen, ¿cómo la humanidad enfrentará los tres días de oscuridad?
La solución para el mundo no se encuentra en lo material, sino en lo interno, en el Sagrado Conocimiento que les puede proporcionar la Jerarquía, a través del inagotable manantial de la Instrucción que ennoblece sus espíritus y que fortalece su fe, que los lleva tarde o temprano a vivir como Nosotros vivimos el Plan de Dios, sintiendo en lo profundo del corazón el Amor Divino que todo lo concibe y que todo lo puede. Ese mismo Amor que permitió que Dios se sacrificara por el mundo entero y fuera el último Cordero llevado al matadero, para que el Árbol de la Vida se pudiera volver a erguir y las raíces de los orígenes y de la sagrada historia del planeta pudiera ser reintegrada a la consciencia del mundo.
Eso es algo que realizaremos en Medio Oriente, algo semejante y profundo. Acompañen a la Jerarquía en esa meta, en la concreción de esa aspiración.
Por eso, hoy les entrego el Fuego del Amor de Mi Corazón para darles entendimiento y sabiduría, para que todos se sientan Uno en Nosotros y, a través de Nosotros, se sientan Uno con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo.
Mientras estoy aquí, contemplo las necesidades del planeta, las súplicas de las almas, los ruegos de los corazones, las intenciones de los corazones puros y humildes de todos los que verdaderamente claman por ayuda.
El deseo ardiente de Mi Corazón es que, a través del Fuego de Mi Amor, alcancen la misma visión y percepción que la Jerarquía. El único puente y el único camino para poder conseguirlo es el servicio a los demás, es la escuela de los grados del amor, que los hará llegar más allá de sus limitaciones y condiciones. Y, cuando alcancen los grados del amor, tendrán una visión universal, así como la tiene la Jerarquía y no una visión limitada o condicionada por la mente.
Es solo a través del corazón que los alcanzarán, cuando su devoción por Mi Amor sea cada vez más profunda y verdadera, sea capaz de colocarlos donde Dios los necesita colocar, aunque ustedes crean que no es posible.
Ahora, Me recogeré para poder prepararme, al igual que ustedes, para ayudar al hemisferio sur y a las Américas, que son parte del Fuego del Amor de Mi Corazón, así como lo es parte todo su pueblo.
Mi Amor se expande sobre la Argentina y les aseguro que, a partir de ahora, cuento los días y las horas para volver a reencontrarme con Mis hijos de Argentina, con todos los guerreros de la Misericordia y de la Paz.
Porque a través de los argentinos, de los corazones que verdaderamente Me aman y Me sirven, Yo podré volver a reencontrarme con todas las Jerarquías de los Sagrados Recintos que guarda la Argentina de norte a sur.
Les aseguro, a Mis hijos de Argentina, que eso no será en vano y que cumpliré Mi Palabra con ellos, en el fin de estos tiempos, para que cada uno de ellos vuelva a recordar que no solo la Jerarquía ama a la Argentina por ser parte de la cuna de la Nueva Humanidad, sino que la Jerarquía siempre les proporcionará Sus instrucciones y tesoros, para que sus almas siempre se puedan ennoblecer en el Amor del Redentor.
Que Argentina no baje los brazos, que Argentina eleve los brazos hacia Mí, así como Yo extiendo Mis Brazos hacia Argentina, para que Me pueda tomar fuerte y Yo retire a su pueblo de ese eterno naufragio, de la mentira, de la impunidad y de la corrupción.
Que se vuelvan a erguir los corazones de Argentina y de toda América. Recuerden que ustedes son parte de una Gran Red del Tiempo que brilla silenciosamente de norte a sur del planeta hasta que pueda despertar y revelarse. Ese es el gran momento que se aproxima para toda la humanidad.
Que, a través de Mis sacerdotes, celebremos ahora la Comunión Espiritual, por todo lo que deberá hacer la Jerarquía en Argentina y, a través de la Argentina, en toda América, por todas las culturas y por todos los pueblos, por los más pobres entre los pobres.
Celebremos, a través del Fuego del Amor de Mi Corazón.
Y luego de esta Comunión Espiritual, bendeciremos a una esposa Mía, de alma y de corazón, que se ofrece para servir en Mis Altares, a la que esperaré en Israel.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Te damos gracias, Señor, por cuanto nos das.
En este encuentro, te honramos, Señor.
A través del Fuego del Amor de Mi Corazón, Yo los bendigo y, a través de ustedes, bendigo al mundo entero: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Muchos de los Míos temen sentir el peso de la cruz planetaria que, en algunos momentos, Yo hago recostar sobre ustedes, para que puedan sentir lo mismo que Yo sentí durante Mi Dolorosa Pasión.
Hoy, vengo aquí como el Príncipe de la Paz y como el Gobernante Universal para que, aprendiendo a través de la cruz, sus consciencias puedan aprender a gobernar y a llevar adelante el Plan del Redentor, que es un Plan aún no develado al mundo.
Por esa razón, Yo estoy aquí en este día, a las puertas de la nación de Ucrania, no solo para colocar en Mi Corazón a los que han sido víctimas de la guerra, de la persecución religiosa o aun de la muerte; sino también estoy aquí para que esta región del planeta, que fue antiguamente fundada por muchos pueblos sagrados, pueda volver a recuperar la unidad que perdió a través de los tiempos, de los conflictos y de las guerras; una unidad que viene del Universo para poder colmar a los corazones de la Verdad, y para que esa Verdad les muestre el camino hacia el Portal de Mi Paz.
No solo vengo aquí por una Ucrania herida, ultrajada y sepultada por la guerra; también vengo aquí como Liberador del Mundo para retirar, de esta región, a las fuerzas negativas que aprisionan a las consciencias, los corazones y las almas, y que no les permiten ver la luz de la esperanza.
Pero no vengo a desafiar a nadie, ni siquiera a aquellos que dirigen algunas naciones del hemisferio norte, que se han comprometido con el mal y que han expandido ese mal por varias regiones de Europa, así como en otros lugares del mundo, en la olvidada África.
El desafío no es la tarea de su Maestro y Señor. La tarea de su Maestro y Señor es el Propósito Divino a través de la Sagrada Llama del Amor y de la Unidad que, en estos tiempos críticos y difíciles, Yo los invito a contemplar en su mundo interior, porque esa Llama del Propósito de Dios no puede ser apagada por nada, aunque a su alrededor reine la oscuridad.
Pero Yo vengo a disipar las tinieblas en Ucrania, para que este pueblo que ha sido invadido, lastimado y transgredido tenga la oportunidad de recibir el ciclo del renacimiento interior, porque renaciendo internamente en Cristo, renacerán en el Padre y también en el Espíritu Santo, Energías Superiores que les darán las fuerzas que necesitan, como pueblo y como cultura, para resistir y seguir adelante.
No estoy solo aquí, como su Gobernante Espiritual, estoy también aquí acompañado, en este momento, por las Huestes Angélicas Regentes y en especial por los Ángeles de las Naciones de Europa y del hemisferio norte, que se han unido a su Maestro y Señor para esta tarea.
Cuán importante ha sido, en esta jornada interior y espiritual, cada una de sus oraciones misericordiosas depositadas a los Pies del Redentor, para que Yo pueda derramar Mis Gracias y Misericordias, liberaciones y curas, no solo en las almas de Ucrania, sino también en las almas del mundo entero que aún esperan por su liberación y redención.
Con esto, Yo les hago comprender, compañeros, que Mi tarea no se restringe solo a Ucrania o a la situación de Europa del Este. Cuando el Gobernante Espiritual, Cristo Jesús, ingresa al planeta, Él atiende a todas las emergencias del mundo, especialmente aquellas situaciones dolorosas y difíciles que la humanidad sepulta para que nadie las pueda ver.
De esta forma, a través de la universalidad de Mi Corazón, Yo los invito a contemplar todas las necesidades y a trabajar por ellas, aunque su colaboración y sintonía sea indirecta; porque, cuando están en esa actitud y en esa apertura consciente y madura, no se imaginan cuántas puertas inciertas se pueden cerrar.
De esta manera, Yo los vengo a formar en el canal y en el Linaje de la Transmutación, para que esto deje de ser una teoría y pase a ser una realidad. Por ese motivo, en el principio de este Mensaje, les hablé del peso de la cruz planetaria, del que muchos intentan escapar. Pero, si Yo les hago este pedido de que sientan Conmigo esa cruz, les aseguro que no sentirán la Cruz que Yo llevé en el Monte Calvario, porque no la soportarían ni un segundo.
La unidad interna es la gran llave de estos tiempos; una unidad interna, fraterna y espiritual que supere las diferencias, los conflictos, los pareceres, los gustos y también los deseos.
Mi Gobierno Espiritual los lleva a la elevación de la consciencia. Y cuando sus consciencias se aproximan a Mi Gobierno Espiritual, no solo se aproximan de Mi Gran Tarea Universal, sino también, compañeros, ustedes pueden comprender la magnitud de Mi Presencia en el mundo cada vez que Me presento ante ustedes para darles un Mensaje.
Los tiempos que llegarán serán tiempos más exigentes; pero si creen en la fuerza de la fe y del amor, la ayuda del Universo llegará, sus consciencias se renovarán y el servicio se ampliará a través de su donación honesta.
Por eso, no pueden descartar nada, nada de lo que el Universo les presenta. Ningún tipo de servicio puede ser ignorado por ustedes, porque Yo necesito cumplir Mi Plan hasta en los pequeños detalles. Estén atentos y vigilantes, porque podré enviarles muchas señales y tienen que estar despiertos y conscientes para poder percibirlas.
No les pido que se coloquen en una posición que no les pertenece o en un nivel que no han alcanzado; les pido que se coloquen en una actitud de donación interior, porque la donación es un fuego que nunca se extingue.
La donación es piedad, es amor, es Misericordia, pero también es paz.
La donación les permite acoger a todos, bajo cualquier situación o condición.
La donación siempre los llevará a vivir el pionerismo, para que sus corazones no se enfríen ni se acomoden a lo que es aparentemente normal.
Estamos en tiempos de caos y, por eso hoy, ustedes, en nombre de toda esta Obra y de todas las almas, están aquí, sirviendo Conmigo en esta importante tarea de liberación, por Ucrania y Rusia.
Sigamos rezando con fervor y con fe, afirmando en este plano material cada una de las oraciones y decretos; porque las fuerzas están perdiendo el control de su poder por la sagrada intervención del Arcángel Miguel y de Mi Madre Celestial.
Sigan siendo valientes y los Ángeles de la Guarda los acompañarán. Arriésguense a asumir la responsabilidad que aún no consiguieron, porque el Amor Crístico de Mi Corazón los ayudará a asumir esa responsabilidad y tarea.
Es que necesito que entiendan y comprendan que en el lugar y en el momento en los que cada uno de ustedes se encuentra es donde Yo los necesito tener y, según las necesidades o demandas del Plan, eso puede cambiar.
Vivir el Plan Cósmico, cumplir el Plan Divino, no es pasajero, es un esfuerzo permanente y determinante. Así, nunca estarán sin asistencia, porque el Señor cuida de todos Sus apóstoles, el Señor cuida de todas Sus ovejas y protege a todos Sus rebaños.
Ucrania aún deberá reconstruirse, no solo del punto de vista material, sino también espiritual. Y para que lo material se pueda reconstruir, primero es necesario reconstruir lo que es espiritual, la gran desconexión que este país ha vivido a través de la guerra, colocando en juego a todos sus pobladores, así como a todos sus mundos internos.
Por eso, la intervención divina, como en este momento, a través de un estado de Gracia y de expiación, de unidad de corazones orantes, podrá conceder esa reconstrucción espiritual que solo los Ángeles Ultraterrestres podrán realizar, porque ellos son los únicos que pueden hacerlo.
¿Ahora, comprenden la importancia de la oración misericordiosa en estos días?
Esto también repercutirá benéficamente en todos los cristianos de Ucrania que han sido empujados a asumir una actitud fría.
Pero su Maestro y Señor nunca se detiene, y Mi Presencia en los planos internos despertó a muchos Cristos Internos de Polonia y de Europa para que fueran verdaderos acogedores de los refugiados y de los que sufren.
Por eso, estoy muy agradecido, eternamente, porque muchas almas se pudieron salvar de una destrucción espiritual y esencial que, en estos tiempos de desequilibrio planetario, no tendría solución. Por esa razón, agradezco a aquellos que abrieron las puertas de sus casas y especialmente abrieron las puertas de sus corazones.
Porque de continuar esto así, en Europa del Este o en otros lugares del mundo, toda la humanidad se podría volver refugiada. Piensen en esto y actúen con prontitud y de forma inmediata, cerrando las puertas inciertas que se abren en el plano espiritual, asumiendo por toda la raza los Sacramentos, la vivencia interna con Cristo, su Señor, para que el gran portal de la Misericordia Divina, abierto en Polonia, sustente estos tiempos de destrucción y de persecución planetaria y, por lo menos, las almas sean atraídas hacia ese canal de la Misericordia para que estén protegidas y amparadas.
Seguiré trabajando por el mundo en estos días, porque este es el preámbulo de lo que los Mensajeros Divinos realizarán en Medio Oriente en los próximos meses que llegarán.
Como ese momento está tan cerca, esa misión en Medio Oriente está tan próxima, Yo los invito a todos a colocar su mano en el corazón y a colaborar en la materialización de esa tarea y con el apoyo inconmensurable de sus oraciones por todos sus hermanos, servidores consagrados y colaboradores, que impulsarán esa misión en Medio Oriente, llevando alivio al sufrimiento, en donde verdaderamente es muy necesario.
En el país de Túnez, la Jerarquía Divina y Espiritual cicatrizará una herida que no está cicatrizada. Diría que es un estigma en la consciencia de la nación de Turquía; porque allí surgió ese estigma que se ha irradiado al resto de Medio Oriente, a Túnez, Eritrea, Egipto y gran parte de África.
¿Saben cuál es ese estigma que Turquía y las demás naciones de Medio Oriente han vivido y que comenzó en Turquía?
Es el estigma de la indiferencia, de las puertas cerradas a los refugiados y a los necesitados. Y Túnez, como nación de África, siente en su carne este estigma de la indiferencia que solo una misión humanitaria de Misericordia y de Paz podría curar, así como las oraciones de todos podrían curar al estigmatizado Medio Oriente.
En Egipto, su Maestro y Señor junto a su Señora, la Madre de todos, y a las Jerarquías Espirituales, recuperarán los códigos de Luz alcanzados por el profeta Moisés, el gran patriarca del antiguo pueblo de Israel, quien tuvo la misión espiritual de anunciar la Ley a todos, la unidad con la Ley Divina, con la Ley Universal y Cósmica a través de los Mandamientos que hoy no vive la humanidad. Será una oportunidad de gran corrección interna para todos.
Y en Israel, la Sagrada Tierra de su Maestro y Señor, y de su Señora, podremos llevar a adelante una tarea planetaria que necesita no solo Medio Oriente, sino también el mundo para aprender a sobrellevar el Armagedón.
Detrás de todos estos impulsos, que Medio Oriente necesita, existen muchas más tareas que desconocen. Por eso, desde ahora los invito a rezar para que la materialización de esa tarea descienda y acontezca como está previsto.
Desde la frontera de Ucrania, bendigo a este herido país y, a través de este país, bendigo a todas las naciones que han sido traumatizadas por el sistema mundial, por las guerras y los conflictos, por la venta de armas, la esclavitud de las personas, el tráfico de órganos y de niños, y el temido aborto.
Que esta bendición abrace todas estas situaciones necesitadas de cura espiritual, para que las almas, esclavas de los que las aprisionan, recuperen la esperanza, el amor y la fe en la Nueva Humanidad.
¡Les agradezco por acompañarme en esta Sagrada Tarea!
Bendigo a todos, a través de la señal luminosa de la Cruz de Emmanuel, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mientras las tinieblas hacen sucumbir al planeta, hoy vengo como la Gran Consciencia Solar a dar vida y renovación a las almas, a detener a los infiernos de este mundo.
Hoy, vengo como la Gran Consciencia Solar para que las almas se vuelvan hacia Dios, para que los corazones que no se arrepintieron, se arrepientan.
Hoy, vengo como la Gran Consciencia Solar a traerles cura a los corazones heridos, a darles abrigo a los exiliados y refugiados, a calmar el llanto de los inocentes, de todos los niños de la guerra.
Yo vengo como la Gran Consciencia Solar a despertar a los corazones dormidos, a traer sabiduría a las mentes cerradas, a nutrir con Mi Luz Solar a los espíritus.
Hoy, vengo como la Gran Consciencia Solar a traer esperanza a los que la perdieron, a entregar Mi Amor a los que no lo tienen, a entregar Mi Misericordia a aquellos que no la merecen. Porque Yo Soy la Gran Consciencia Solar que proviene del corazón del universo y que, cruzando dimensiones y planos de consciencia, hoy llega a Europa y al mundo entero para decirles a todos: ¡persistan!, porque el triunfo de Mi Corazón está cerca, aunque en este momento no lo parezca.
Por eso, este es el tiempo de los apóstoles, este es el tiempo de aquellos que darán la vida por Mí, no solo dando testimonio de Mi Palabra y de Mi Presencia, sino dando la vida por Mí donde sea necesario, en el lugar y en el momento que Yo los necesite, porque hay mucho que ayudar en esta humanidad.
Y mientras los conflictos y las guerras se desatan, muchos Ángeles de las Naciones ya no pueden hacer nada. Y el Ángel de la Ira de Dios se quiere precipitar sobre el mundo con más de miles de rayos, trayendo la fuerza de los elementos cósmicos y solares para poder corregir al mundo. Pero, las oraciones de los consecuentes y justos, el servicio de los abnegados e incondicionales, aplacan la furia de ese Ángel del Universo.
Pero este Ángel no quiere imponer un castigo, sino una severa corrección, ya que el mundo no ha escuchado el Mensaje ni la advertencia del Cielo y las almas siguen viviendo de la misma forma, con los mismos modos y hábitos, como si lo espiritual y lo divino ya no importaran.
Por esa razón, Mi Madre Celestial, como ha sido en estos últimos días, se coloca entre el Ángel y ustedes para poder intervenir. De esa forma, se desata un Juicio Universal, la primera etapa de este Juicio que ya comenzó a vivir la humanidad.
Pero mientras las armas y las ideas de destrucción y de conquista se lleven adelante, ¿quién podrá detener a este Ángel de la Ira de Dios? Porque el mundo, y sobre todo la humanidad, ya vive fuera de la Ley desde hace más de dos mil años, y para muchos Ángeles Creadores, el precio de Mi Sangre derramada parece que no lo justifica.
Por eso, a través de los ángeles que hoy Me acompañan, y en especial el Ángel de Portugal, vengo a implorarle al mundo un cambio en la consciencia y sobre todo en la actitud, porque no conoce las Leyes Superiores y menos conoce las Leyes Divinas.
Necesito que este Mensaje sea difundido en el mundo y que puedan escuchar muchas veces lo que hoy les digo, porque cielo y tierra pasarán, pero Mis Palabras permanecerán en los corazones abiertos y adheridos para ofrecerse a construir el Retorno de Cristo.
Con estos ángeles que hoy Me acompañan, junto con el Ángel de la Paz, imploramos al Padre Celestial para que los méritos de la Misericordia de Cristo sean contemplados, en honor al sufrimiento que Yo padecí por ustedes en la Cruz.
Para aplacar el poder del Ángel de la Ira de Dios, hoy vengo a exponerles Mi Corazón Espinado, gravemente ultrajado por las guerras y conflictos del mundo y, en especial, por las almas que generan las guerras y que se han condenado al fuego del infierno, aliándose a Mi enemigo.
¿Quién hará lo mismo que Yo hice por ustedes?
¿Quién dará la vida por los amigos como Yo lo hice por ustedes?
¿Quién será capaz no solo de tener el corazón pronto para lo que sea o de entregarle algo más al Señor, sino quién será capaz de vivir algo que no merece por amor, por la salvación de la humanidad?
Pero sí les digo una cosa: no sean ingenuos para que no sean ignorantes. El ofrecimiento que Yo les hago es en lo más pequeño y hasta en lo más simple, en los lugares donde a veces sus corazones se resisten a colaborar Conmigo, aunque no se den cuenta de que Me están sirviendo a través de sus hermanos.
Uniendo los esfuerzos que se necesitan en estos tiempos de tribulación, Mi Consciencia Solar podrá ayudar más al mundo y a la humanidad para que la Ley de la Divina Misericordia se perpetúe y se cumpla en las almas más necesitadas de Luz.
Que esta Maratón de la Divina Misericordia, que en estos días están orando Conmigo a las puertas de la reapertura de los Centros Marianos, sea una Maratón de súplica, de ruego y de intervención junto con los Ángeles de la Guarda de cada uno de ustedes, a fin de que esta situación en Europa del Este no se precipite por un absurdo egoísmo de los hombres, por una impunidad que ya no tiene lugar en estos tiempos y que deberá ser erradicada de la consciencia humana para siempre.
Porque cuando Yo retorne al mundo, en este próximo tiempo, podrán comprender y ver lo que es el verdadero Poder de Dios, que no está basado en la imposición ni en la autoridad; el Poder de Dios que es nutrido en su centro por el Amor Universal que, como una sublime esfera de consciencia, emana sabiduría y discernimiento a todas las dimensiones y planos.
Hoy, estoy en un lugar diferente al que se han acostumbrado a verme. Estoy en otro espacio de la Comunidad Flor de Lys, que es el más importante para Mí, porque representa la casa de la vida consagrada. Por esa razón, les pido, en esta íntima analogía, que recen por todos los misioneros consagrados a Mi Plan de Redención, porque tanto en África como en Medio Oriente y en Europa, algunas almas de esta Obra, que Yo he formado y fundado a través del esfuerzo, se ofrecerán a dar la vida por Mí, más allá de lo que signifique y represente el servicio que Me ofrecerán para el alivio y la paz de los corazones afligidos.
Desde hace dos mil años, cuando era solo un niño en los brazos de la Madre Celeste, cuando fui llevado a Egipto para ser protegido, no solo Nuestra Familia fue la primera familia refugiada del mundo, sino que también Mi Corazón, desde ese momento hasta el presente, siente pesar por el sufrimiento y el dolor de África, que es la próxima etapa, es la próxima misión que, a pesar de la distancia o del momento, invitaré a vivir a cada uno de ustedes para que la deuda espiritual de África sea aliviada y para que nunca más ningún ser humano, en África o en ninguna otra parte del mundo, sea capaz de tirar una vida a la basura, porque el género humano ha llegado a desmerecer la vida hasta ese punto, por su gran ignorancia y hasta por su gran maldad, por no conocer la esencia de la vida.
Quisiera que tuvieran presente Mi aspiración de que cuando se abran las puertas para las misiones en África, existan manos, brazos y piernas que se ofrezcan a caminar por ese continente para rescatar a los inocentes y perdidos, a los que son descartados en los basurales del mundo.
Si supieran qué es lo que siente el Padre cuando una vida es descartada o abortada, les aseguro que nadie sería capaz de hacerlo, porque desafiaría su evolución y hasta su destino, desviando su propósito del Camino de Dios y asumiendo una deuda espiritual impagable, que solo Mi Divina e Insondable Misericordia puede curar.
Teniendo consciencia de esto y colocando esta situación en esta Maratón de la Divina Misericordia, los invito una vez más a abandonar sus pequeñas miserias, a dejar atrás sus resistencias e incomprensiones y a colocar la consciencia madura en donde verdaderamente existen el sufrimiento y el dolor en el mundo, para que puedan crecer como apóstoles conscientes y disponibles para servir donde sea necesario y cuando sea necesario.
Yo les aseguro, como la Gran Consciencia Solar, que si más almas pusieran atención en todo esto, no habría razón de que existieran guerras, exilios, hambre, sufrimiento, locura o hasta adversidad, porque todos serían más fraternos, unos con otros, y siempre serían impulsados por el Amor de Dios que a través de los tiempos ha golpeado la puerta de sus corazones, ha llamado a sus almas innumerables veces para poderlos despertar a la Verdad, una Verdad que ha sido sepultada en la consciencia del mundo.
Por esa razón, solo con Mi Retorno muchas situaciones serán reparadas y exorcizadas, y un nuevo Gobierno Espiritual emergerá del corazón de todos los que tuvieran fe en Mí hasta el fin de los días, para que aprendan a vivir en comunión con el universo y con la Confraternidad, sin necesidad de seguir perdiendo el tiempo y la oportunidad de elevar la consciencia de todo este planeta hacia la cuarta dimensión.
Porque cuando tengan la Gracia de ver en la cuarta dimensión, no solo comprenderán la Pasión de Cristo, sino también comprenderán en qué punto se encuentra la humanidad en este momento, un punto de inflexión que se vuelve irreversible.
Por eso, no dejen de orar; que sus labios no se cansen de orar y de pedir a los ángeles del Cielo que intervengan todo el tiempo, porque no solo las almas deberán ser protegidas de la guerra, de la impunidad y del asedio, sino también los más inocentes y pequeños deberán ser protegidos y amparados de ser descartados por sus propios padres en los basurales del mundo.
Si muchas más naciones en el mundo se aferran al ideal de la ley del aborto, ¿cómo se justificará que más guerras no deban suceder o que bombas nucleares no deban activarse?
Después de 1945, con la gravísima deuda espiritual de los Estados Unidos a través de la bomba atómica, la humanidad demostró al universo que sabe autodestruirse y que impuso a través de sistemas corruptos la comercialización e instrumentalización de las armas, para justificar la supuesta libertad de los pueblos y de las naciones.
Pero, compañeros, despierten, estamos en el fin de los tiempos. Desde el Huerto Getsemaní, cuando bebí el cáliz por ustedes y por la humanidad, no esperaba, se los confieso, que el mundo llegara a este momento y que fuera capaz de ir tan lejos, más lejos de lo que fue hace más de dos mil años atrás, crucificando a su Mesías, martirizando al propio Dios, Aquel que los creó desde el origen.
Por eso, una vez más, ese propio Dios, que se hizo carne y se hizo hombre a través de Su Hijo, vuelve a decirle al Padre: “Perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
Es hora de estar en las filas del Armagedón, porque mientras pasa el tiempo, no solo el tiempo termina, sino que los acontecimientos se precipitan y las personas no cambian.
Que la Verdad Suprema penetre todos los espacios y consciencias, a fin de que el sacrificio del Hijo de Dios y toda Su Sangre derramada en el camino del Calvario hasta la Cruz justifiquen las atrocidades de estos tiempos, alivien el llanto de los niños y, especialmente, de los no nacidos, para que la Santísima Virgen María restablezca el espíritu del amor maternal en las consciencias que hoy ya no saben amar, para que la vida sea respetada y amada, para que la vida de los inocentes ya no sea descartada, para que la pobreza en muchos lugares del mundo ya no sea la causa de desesperación y de falta de paz.
Que la verdadera Justicia, que proviene de la Fuente Divina, equilibre la balanza de la desigualdad. Porque Mi gran deseo es no escuchar ya el llanto de los niños de la guerra, el llanto de los inocentes descartados en los basurales del mundo.
Aprendan a amar la vida y algún día aprenderán a apreciarla. Mientras la vida sea utilizada como justificación para generar la muerte o la impunidad, el mundo no alcanzará la cura de todas sus enfermedades. Por eso, agradezco a los que han sido conscientes hasta ahora y, semana a semana, han rezado por los no nacidos. Allí está la respuesta de por qué el mundo está como está.
Y, aunque Mi Corazón y el Corazón de Mi Madre se desgarren por dentro, así como Mi Corazón fue desgarrado en lo alto de la Cruz, Nuestro Amor es inconmensurable e incomprensible, porque viene a dar vida a lo que está muerto en aquellos que creen estar vivos.
Oremos al Padre Celestial.
Que cada uno haga su oración al Padre, en lo más íntimo de su ser, en el silencio del corazón. Los escucho.
Que sus almas oren al Padre Celestial para que todos los errores reciban la expiación que necesitan.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Repitamos la oración que Jesús nos enseñó:
Ángel de la Ira de Dios,
calma Tu corazón dolido,
recibe el fuego de nuestro amor
y establece la paz.
Amén.
Vayan en paz, meditando sobre Mis Palabras y concretando Mis aspiraciones.
Sean bien conscientes de esto, para que no sea un Mensaje más, sino la proyección de una próxima etapa que todos son llamados a vivir.
Les agradezco por tener el coraje de escucharme.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, vengo como el Señor de Israel para que, por medio de Mi Misericordia, las fuerzas materiales del caos se calmen y reine la Paz, la Paz que Yo traigo del Cielo y del Universo.
No crean que todo está perdido, sino que el triunfo de Mi Corazón está próximo.
Que el estandarte de Mi Misericordia sea colocado en los cuatro puntos de la Tierra y que las almas beban de esa Fuente que brotará del suelo, porque será el propio manantial de Mi renovación el que Yo les daré para que aprendan a superar los tiempos y las dificultades.
Con este anuncio, vengo como el Señor de Israel para traer Paz al lugar donde una vez nací; para reactivar, en los que aún están despiertos, los códigos de la cristiandad.
Pero el Señor de Israel no luchará contra las fuerzas materialistas ni tampoco se sumergirá en los conflictos. La estrategia del Padre Eterno es otra. Por eso, quien vigila siempre sabrá qué hacer y dónde estar, y qué actitud tomar en el momento cierto para que no sean sorprendidos por nada.
Mi primera aspiración era llegar a Medio Oriente de una forma directa, llevando este ejercicio de paz que Yo les enseño y que los animo a vivir diariamente; sabiendo que, a pesar de los conflictos, la paz no se puede disipar del planeta ni de su humanidad.
Mi Espada no luchará contra otra espada. El Señor de Israel siempre triunfó a través de Su silencio y de Su amorosa entrega. En el recogimiento está la victoria. En el callar está el triunfo y en la entrega está la derrota del enemigo, porque él no conoce el sacrificio, solo la destrucción.
De todas formas, Mi Consciencia aún abarcará muchas más cosas de las que estaban previstas. Esta vez no podré arribar a Mis orígenes o a los lugares en donde una vez pasé. Mi Consciencia abarcará otras esferas para que, de alguna forma, el Plan se pueda cumplir.
En esta batalla, debemos actuar con inteligencia y, sobre todo, con sabiduría; sin perder la visión del Propósito, la esencia, aunque los acontecimientos cambien de un día para otro. Es de esa forma, que los animo a vivir las estrategias del Plan, que la humanidad no tiene interés de conocer en esta vida.
Estas estrategias son operaciones para el triunfo del Plan y para el desarrollo del mismo sobre la superficie de la Tierra. Por eso, la adhesión es la llave que protege el cumplimiento del Plan, aunque él cambie constantemente.
Lo que siempre deben aprender a resguardar es la aspiración de la Jerarquía que, por más que no se cumpla en la materia, sí se cumple en el espíritu, uniendo el espíritu a la Fuente.
El Señor de Israel deberá ampliar Su Consciencia para que el planeta esté contenido y, sobre todo, su humanidad.
Lo importante es que la misión se lleve adelante. Lo importante es que las almas oren con el corazón y que pidan a lo Alto por perdón y Misericordia. Eso es suficiente para Mí, porque así podré seguir obrando, porque así podré seguir reconstruyendo y llevando adelante los Designios de Dios que, por más que no son totalmente comprendidos, pueden ser amados, que es lo que el Padre necesita para que Su Plan se construya en las almas, más que en la materia o en lo concreto.
De esa forma, vengo a introducirlos en la escuela de las operaciones de rescate que lleva adelante la Jerarquía y que siempre debe vigilar por el establecimiento y la permanencia de la paz, a pesar de los conflictos y de las confrontaciones.
La hermandad es paz, y esa hermandad no se puede alterar, porque es la hermandad que protege a la esencia del Propósito para este planeta; y es la hermandad la que se adapta a los cambios, a los diferentes momentos y a los presentes acontecimientos.
En esa hermandad siempre encontrarán la sabiduría, encontrarán una respuesta clara y precisa. Pero si esa hermandad no se mantiene, no existirá discernimiento y así, podrían entrar en la coordenada del caos.
En el momento más decisivo, deben estar en esa hermandad para que todo pueda continuar adelante. Los cambios que hoy se presentan son parte de la protección de ese propósito de la hermandad, pues aún es necesario que los designios se cumplan.
Desde otra parte del planeta, llevaré un impulso mayor. Daré ese impulso con precisión. Será un impulso de Luz medido para que se cumpla en el lugar que tocará, que es el Medio Oriente.
No colocaré Mis Pies sobre el Medio Oriente, pero sí Mi Misericordia. Y esa Misericordia la haré emanar desde la Fuente que Yo he abierto en Polonia, por medio de la consciencia que Yo he escogido para que la revelara al mundo.
La Fuente llegará a Medio Oriente porque ustedes deberán ir a beber de la Fuente. Irán al origen y al principio para que Mi impulso de Luz aun tenga más fuerza y determinación en donde será proyectado y colocado.
Pero no dejaré de aspirar a llegar a Egipto o a Israel algún día, porque eso aún está pendiente para Mis compañeros, para todos los que siguen Mi Obra y Me ayudan a cumplirla con sus donaciones y contribuciones, con sus oraciones y súplicas.
El Señor de Israel se mostrará como el Señor de la Misericordia, Aquel que emana los Rayos desde Su Corazón al mundo entero y a las almas.
Se mostrará como Aquel Señor que una vez murió en la Cruz por ustedes y que, a través de la perforación de la lanza, derramó Agua y Sangre, elementos divinos que podrán justificar los errores de la humanidad en este tiempo y ante todo el universo. Serán la tabla de salvación en esta última parte de la emanación de Mi Divina Misericordia al mundo entero.
Reabriré esa Fuente en Polonia y la expandiré, no solo en Europa, sino también en el Medio Oriente; y desde allí, podré obrar con mayor seguridad y protección.
Mis apóstoles de estos tiempos no tocan con sus manos las llagas de los conflictos; al contrario, intentan curarlas con sus oraciones y su recogimiento. En esta estrategia de guerra, todo debe ser pensado milimétricamente para que no existan fallas, frustraciones ni miedos.
Aunque sé que la sensibilidad de los Míos es muy grande, por más que Me digan sí, debo proteger lo que estoy construyendo, no solo en sus personas, sino también en sus almas; lo que, finalmente, en el último día de sus vidas deberán entregarme completamente.
El mundo debe conocer que aún es posible amar de verdad.
Y a pesar de que Mi Iglesia romana y apostólica esté decayendo por sus propios miembros, no dejaré que Mi Iglesia Celestial se disipe en aquellos que buscan encontrarla algún día, con su más ardiente aspiración de ser parte de Mi Reino.
Con este testimonio, los invito a seguir trabajando por el Plan, a seguir apoyándolo y a seguir construyéndolo, donde sea y cuando sea.
Les agradezco por acompañarme en estos momentos decisivos y con sinceridad; sabiendo que, por encima de todo, Dios debe reinar en este planeta.
Les doy la Paz para que la Paz esté en el mundo, y esa Paz se multiplique.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que la luz del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo estén en este lugar y en los lugares del mundo que más la necesitan. Amén.
Después que han acogido Mi llamado, ahora sí podré volver a Egipto, luego de haber pasado por allí como niño; pero ahora volverá el Rey, a liberar al pueblo de su esclavitud, a traer a ese lugar y a Medio Oriente, la Paz.
Y aunque aún los acontecimientos se desencadenen en el mundo y en esta humanidad, llevaré Conmigo a las almas que más necesitan y retornaré a los corazones que más Me buscan, no importando su creencia o religión, porque lo que permite la vida en este mundo es el amor; es el amor que los mantiene vivos, es el amor que les permite respirar y soñar con un tiempo mejor, con esperanza.
El cautiverio terminará algún día, no solo en Egipto, sino también en el mundo. Por eso debo retornar a los lugares en donde una vez ya estuve, siendo niño, joven o adulto, en Oriente, o en el lejano Oriente.
Los valores de la espiritualidad se deben recuperar para que el mundo no pierda la paz. Por eso estoy volviendo a esos lugares, como sacrificio y también como Gracia, para llevar a los corazones el reencuentro con Dios desde los planos internos y para que estos se espejen en la superficie, en la sociedad. Eso hará todo más justo y equilibrado, eso aplacará el sufrimiento y las agonías, porque es a través de los méritos que su Maestro y Señor alcanzó en la Pasión, que estas Gracias son posibles en este mundo y en su humanidad.
No puedo dejar de decir que a veces Mi Corazón está triste por los que no entienden, pero el gozo de los que Me viven y de los que creen en Mi y Me dan su confianza Me alegra, como lo han hecho ustedes ayer y hoy, de forma simple.
El Reino de Dios es el mayor tesoro de la simplicidad para este mundo y para las almas. Si son simples siempre vivirán el Reino de Dios y Él siempre estará próximo de sus vidas y sobre todo, estará en sus corazones.
Quiero que este gozo y júbilo que viven Conmigo de tiempo en tiempo llegue al mundo entero y no solo a Sudamérica. Ahora llegó el momento de vivir el apostolado y de hacerlo parte de ustedes en cada etapa de la vida.
Así Mi Misericordia llegará a los que más sufren, como también a los Reinos de la Naturaleza, que en esas partes del mundo también viven su sufrimiento silencioso, porque no pueden hablar como los hombres de la Tierra.
Sé que a su alrededor también existe el sufrimiento, a veces en sus familias, en sus ciudades, en sus trabajos, en sus seres más queridos. Pero Yo les pido, por misericordia, que den un paso más hacia Mí y llevemos este tesoro del amor a los lugares que más necesitan y que durante miles de años no han recibido nada, ni del Universo, ni de los Cielos.
Vengo a recuperar a través de Egipto los valores de las últimas humanidades, porque la evolución continúa y el despertar también.
Llegó el momento, compañeros, de que recuperen lo que una vez vivieron Conmigo en Tierra Santa y más allá de ella. Esto no es una teoría ni tampoco es una ilusión. Es hora de vivir el Plan de forma verídica. Es hora de hacer el Plan vivo en más corazones del mundo, que Me están buscando y no Me encuentran porque no saben la salida.
Ustedes sí encontraron la salida, pero el mundo aún no la ha encontrado. Por eso debo volver y retornar al centro, desde donde todo se crea, como conflicto, guerra y persecución.
Porque esta vez no solo la Señora de la Luz pisará con Sus pies a la serpiente, sino también su Maestro y Señor pisará con Sus Pies a sus aliados y los derrotará, para que se arrepientan algún día. Y ya no existirá arma contra arma, religión contra religión, porque a pesar de que el momento más grave no ha pasado todavía, aún el ímpetu y la fuerza de Mi Corazón poderoso podrán transformar todas las cosas cuando tan solo Me digan “sí, Señor, aquí estoy”.
Así Yo tendré el permiso de seguir obrando, tendré el permiso de seguir transformando y unificando a las almas con Dios, para que Su Reino celestial descienda a la Tierra y se cumpla Su Voluntad. Porque al fin de todo, Su Sagrado y Eterno Corazón triunfará.
Los caídos serán perdonados, los asesinos serán redimidos, los perseguidores serán amados y se disolverá el mal, porque el mal no conoce el Amor que viene de la Fuente. El mal es la incomprensión de la consciencia humana por no aceptar la Voluntad de Dios, como fue la Voluntad de Dios traer a Su Hijo a la Tierra para enseñarles la Escuela del Amor y de la Redención.
Vuelvo a reunir en este tiempo a los que estuvieron Conmigo en algún momento, sea en la vida consagrada, o en la vida del espíritu; en la vida del servicio, o en la vida abnegada; en la vida misionera, o en la vida orante.
Que ese compromiso sea revivido por los que despiertan.
Que ese compromiso sea reconfirmado por los que ya despertaron, para que se siga cumpliendo la Voluntad del Creador en estos tiempos críticos.
Mi Corazón abrazará al Medio Oriente y a todos los que se encuentren en ese lugar, no importando su condición o su condenación. Porque en verdad, compañeros, Mi Misericordia es muy grande y aún desconocida. Mi Misericordia es tan grande, que Mi Sangre se dejó verter en la Cruz gota por gota, dolor por dolor y angustia por angustia, para disolver el mal de la humanidad y su condenación eterna.
Es el tiempo de dar a conocer Mi Amor al mundo. Y que los demás pueblos y razas sepan que los amo, como los amo a ustedes.
Que anuncien que estoy volviendo al mundo por segunda vez y que el Reino celestial se reaproximará a la Tierra junto a los ángeles y arcángeles, para poner fin a la perdición de la humanidad y para disolver las tinieblas por la intervención del poderoso Padre San Miguel Arcángel, de San Rafael Arcángel y de San Gabriel Arcángel.
Los anunciadores de la Palabra de Dios retornarán a la Tierra, como fue en el principio del pueblo antiguo del Medio Oriente.
Y a partir de allí se escribirá una nueva historia y se borrará el sufrimiento, trayendo del Cielo los Libros de Dios abiertos, para mostrarle al mundo Su nuevo Propósito en la Nueva Humanidad.
Bienaventurados serán los que vivan las profecías y se regocijen en ellas, porque el Señor, el Todo Poderoso, le mostrará Su Poder a los humildes.
Con esta Luz que traigo extiendo la Paz hacia la Tierra, renovando este ciclo y este momento para todos; dando la chance a los que están confundidos, de poder retornar a Mi camino antes de que el Portal se cierre.
Que se eleven los corazones hacia Mi Iglesia celestial y que en comunión con la vida de cada ser, todo sea renovado.
El Universo de Dios desciende a la Tierra y en este simple lugar, las almas siempre encontrarán a Dios. Aunque Mi Presencia no sea aceptada, Yo siempre aquí estaré para abrazarlos con la Luz de Emmanuel.
Vengo a bendecirlos con la Palabra de Vida. Vengo a ungirlos con el soplo del Espíritu. Vengo a bautizarlos con el Agua que brotó de Mi Costado en la Cruz, como parte de la Fuente de la Divina Misericordia, para que sean santificados por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Hoy no existen fronteras ni separaciones entre las naciones y los pueblos. El amor que Yo pude ver aquí es el que necesito para renovar los tiempos y sobre todo, a la humanidad. Es el amor de los que se congregan dentro de Mi Iglesia celestial para comulgar de la Llama de la Santísima Trinidad, junto a los Ángeles de nuestro Padre-Madre Creador, Emmanuel.
Hoy, los Elohim, llamados seres resplandecientes del Universo mental, los Ángeles de Dios, testimonian con Su puño y letra que Mi misión en Egipto será realizada por la receptividad y la oración de las almas que colaborarán para que eso sea posible y así, Mi gran Espejo de la Misericordia se encienda en Medio Oriente.
Alegren sus corazones porque están siguiendo el camino correcto. No habrá otro lugar que Me represente en la Tierra, sino este. Porque vuelvo a decirles, compañeros, vengo fuera de Mi Iglesia para llamar a los rebaños que más Me necesitan y que Mis representantes no han sido dignos de acogerlos con castidad.
Que el amor de los simples promueva la Paz en la Tierra.
Que el servicio de los humildes restaure a los Reinos de la Naturaleza.
Que la oración de los que se congregan en comunidad y en luz, transforme los tiempos, a fin de que el Cetro del Hijo de Dios descienda a la Tierra para poner fin a la maldad humana.
Y ahora elevaré al Cielo esta ofrenda que han colocado a Mis Pies, porque en verdad todo pertenece a Dios, nuestro Padre, que está en los cielos y hoy escucha con atención la Voz de Su Hijo y de Sus compañeros, a fin de que un grano de Su Reino celestial se siembre en esta humanidad, para que la humanidad sea recreada por medio del amor y del bien entre los hombres.
Que todo sea santificado y que todo sea elevado bajo el Rayo de la Transubstanciación. Y que a los pies del Altar de Dios sea colocada la ofrenda de cada corazón humano, en esta tarde.
En el silencio, compañeros, pueden hacer su ofrenda ante Mi Iglesia celestial. Los escucho en el silencio de la oración.
Padre Celestial, que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti.
Guíanos por el camino del amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén. (x3)
La oferta ha sido aceptada.
Los que hoy serán bautizados serán iluminados, y al ser iluminados, se convertirán.
Los que hoy serán ungidos recibirán la Gracia que tanto esperan, pero por ella deberán orar.
Padre, que Te has hecho pequeño para que el mundo Te comprendiera y así pudieras ingresar en la esencia de Tus hijos a fin de que te vivificaran y exaltaran Tu Nombre, para siempre, a la mesa de estos nuevos apóstoles Míos, hoy Te vuelvo a declarar, mediante esta fórmula sagrada que Tú has dictado al humilde Corazón de Tu Amado Hijo.
Que escuchen los mundos internos lo que hoy declara su Rey y Señor del Universo: Les pido que tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, que fue entregado por los hombres para el perdón y la remisión de los pecados.
Señor Mío y Jesús Mío, que escuchen las almas de la Tierra la Voz de su Maestro y Señor, el Cristo Vivo, que les dice: Tomen y beban todos de Él, porque esta es Mi Sangre, que fue derramada por los hombres para el perdón de los pecados.
Les pido, que por los tiempos que vendrán y los acontecimientos que llegarán, hagan esto en Mi memoria a fin de que la Paz y la Misericordia de Dios estén presentes en el planeta.
Señor Mío y Dios Mío, este es El que ha dado la vida por todos y que ha resucitado para volver al mundo en espíritu y divinidad, a fin de transfigurar la Tierra en una humanidad redimida.
Padre Nuestro...
Y como les dije a Mis apóstoles, Mi Paz les dejo y les doy Mi Paz, porque siempre su Maestro y Señor mirará la fe de los miembros de Su Iglesia celestial a fin de que todo sea reparado y la humanidad sea curada de su enfermedad espiritual.
Que esta Paz sea llevada a Egipto y a los lugares que fueron encomendados por su Maestro y Señor y por Su dulcísima Madre, la Santísima Virgen María, para que Sus Corazones de Servicio y de Humildad, de Amor y de Esperanza, lleguen a todo el mundo. Amén.
Dense ahora la paz.
Que la paz repueble a la Tierra de esperanza y que la esperanza renueve a los corazones que aspiran a alcanzar la Misericordia de Dios.
Con las voces de sus corazones hoy deseo expandir, por medio de una canción, la lluvia de amor en todo el planeta, dando la bendición al mundo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por estar Conmigo en la simplicidad del corazón y de la vida.
Hoy, África palpita en Mi Corazón Misericordioso. Y hago esto por todos los que la han ofendido, los que la maltrataron, los que la colonizaron y que abrieron puertas inciertas, para la perdición de las almas.
Pero hoy no vengo a hablarles de los abismos, sino de la pureza infinita que existe en cada hijo Mío de África, la que a través de los tiempos he venerado y contemplado con amor.
Por eso, ha llegado la hora y el momento de que su Rey retorne a África, para cerrar las últimas puertas y hacer descender los Cielos y los Universos y poner fin al sufrimiento humano.
Mi Sangre también fue derramada por ellos, para generar en sus almas la salvación y la liberación de todos los abismos de la Tierra. Es con este fin que hoy traigo entre Mis Manos el Santo Grial, para entregarles Mi divina Sangre, para que comulguen de él y pongan fin al sufrimiento, a la falta de esperanza, a la aflicción y al dolor humano.
Hoy, vengo a verter Mi Sangre sobre África. De esa forma, vierto Mi Sangre sobre Portugal y Europa, para poner fin a las discordias humanas, a la explotación de estos tiempos, a la indignación que sienten los niños y jóvenes de África, al ser maltratados a través de los tiempos y de los años.
Hoy, vengo a abrir Mis Brazos y a extender Mis Manos por un continente doloroso y sufrido. Vengo a ofrecer Mi Sagrado Corazón, como expiación universal por todas las causas sucedidas en el continente africano, a través de las últimas décadas.
Vengo a donar la Luz de Mi Espíritu y de Mi Divinidad. Mi Corazón hoy se regocija al haber recibido en Su Altar, una humilde cesta de intenciones y súplicas. Quiero, de esta forma, que Mis más pequeños hijos de África, tengan la total certeza y seguridad, que su Rey está derramando sobre ellos Su divina e infinita Misericordia.
De esa forma, cuando Yo llegue a África en el próximo tiempo, volveré a consagrarla al Inmaculado Corazón de María; porque debemos, compañeros, dar gracias a esa gran Consciencia Maternal y Universal, que ha generado los medios y las condiciones espirituales para que Mi Sagrado Corazón también triunfe en África, finalmente.
Vengo a colocar el bálsamo de Mi Cura en cada corazón africano; a sellar los males, los dolores y los sufrimientos generados por los corazones de Europa, hacia ese continente tan herido.
Vengo a pedir para toda Europa, que recen todos los días de rodillas, un Padrenuestro por la reconsagración de África a Mi Sagrado Corazón. De esa forma, queridos compañeros, ustedes, que son de aquí, de Europa, y todas las almas del mundo entero que conocen la adversidad que vive el continente africano, generada por otras naciones y pueblos, que abrirán las puertas con sus oraciones y corazones, para que Mi Victoria Celestial pueda descender sobre ese continente y sobre todas las naciones.
Hoy, vengo a ofrecer este Cáliz, este Sagrado Grial, por los inocentes, por las víctimas de la explotación, del martirio y de la aniquilación.
Hoy se vierte Mi Sangre espiritual, los códigos de vida y de renovación, como un gran afluente, como un inagotable manantial, sobre todas esas almas que más necesitan. Aquí se encuentra una historia de vida; almas que pertenecen al Proyecto de Dios y que están intentando en estos tiempos de crisis, vivir la esperanza.
Deseo que cada uno de los europeos asuman espiritual y materialmente, a cada una de estas “crianças”. Digo “crianças”, en portugués, porque esta misión es especialmente para los portugueses; para los que están aquí y los que no están aquí. Quiero ser claro y que puedan comprender la importancia de cumplir este pedido a su Maestro y Señor del Universo.
En cada una de estas intenciones, como en cada una de estas fotos, se guarda una historia, un pasado, que debe ser redimido, renovado y restaurado por Mi Sagrado Corazón y todas las súplicas de los que se unen a Mí, en esta misión de generar, en el final de los tiempos, la cura, el amor y la unidad en todas las almas de África; especialmente por las almas que están en esta cesta, suplicando a Mi Misericordioso Corazón, la intercesión divina del Padre Celestial, que hoy concedo por la autoridad que Él Me dió, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Aquí hay ciento veintiocho esencias que se ofrecieron a encarnar en África, para que la humanidad aprendiera sobre el sufrimiento ajeno, sobre el dolor humano, sobre la tortura, la explotación y la indiferencia.
Deseo que todos los corazones del mundo no olviden a Mi amada África y miren hacia ella, porque aún sigue sufriendo, silenciosamente.
La causa de esta peregrinación en Europa no es solamente por sus almas y corazones, que tanto ya recibieron, sino para que sus espíritus y sus consciencias se unan a Mi Apostolado universal, y para que vayan de dos en dos, a ayudar a los que más lo necesitan, así como a los Reinos de la Naturaleza.
En este momento sagrado, en donde Adonai escucha la súplica de Su amado Hijo y las intenciones de los corazones simples, su Maestro y Señor orará por cada una de estas almas, en representación de todas las almas de África y de Medio Oriente.
Escuchamos ahora “Así habló el Maestro”.
Colocamos nuestra mano izquierda sobre el corazón, sobre el pecho.
Padre, Adonai, Eli, Yahve, Tú que has generado la vida, vuélvela a dar a Tus criaturas, para que puedan vivificarte y sentirte en lo más profundo de sus espíritus.
Eli, escucha la Voz de Tu Hijo, que suplica por Su amada África. Disipa los sufrimientos. Borra de los corazones las angustias. Enciende en los más pequeños la esperanza de seguir viviéndote hasta el fin de sus días.
Que Tus ángeles desciendan, Eli. Eli es Tu Nombre Santo, Tu Nombre Santo para toda África, para Tu amado pueblo, marcado por las heridas y las huellas de la persecución.
Hoy, retorno a ese pueblo, Eli. Hoy, retorno al origen, en donde todo comenzó en este planeta; al lugar en donde despuntó Tu primera civilización de amor, de servicio y de entrega, al verter sobre ellos Tus Códigos divinos.
Que las almas recuperen la confianza de poder vivir. Que todo sea sanado, para que ninguna célula ni ningún cuerpo sienta el sufrimiento, ni tampoco sienta el dolor, ni pierda la fe de creer en Ti.
Así como le pediste a Moisés cuidar de Tu Pueblo, hoy escucho Tu Voz, Eli, amado Padre; cuido de Tus rebaños, para que las semillas de la vida, de la regeneración, sean sembradas en las almas que han sido sometidas por el castigo humano, por la explotación, en estos tiempos.
Que Tu Fuente de Amor y de Luz, descienda sobre ellos. Que todos recuperen la alegría de poder sentirte y que vivan en la plenitud de Tu poderoso Espíritu, Adonai.
Adonai Manu, Padre, escucha la voz de Tu Pueblo.
Adonai Elah, que se cumpla Tu Voluntad.
Eli, Eli, Eli, que todo sea consumado, para que la humanidad, que está sufriendo, alcance la paz. Amén.
Estas intenciones y estas fotos, volverán a quienes pertenecen. Yo las llevaré hasta Angola, para entregarlas a cada uno de ellos y así, entregarles Mi más profundo abrazo de amor.
Que así sea.
Y ahora, en honor a la Santísima Madre del Cielo, Abogada de ustedes, Intercesora de las almas y Mediadora de todos los corazones, en acción de gracias, gratitud, reverencia y devoción, y para la consagración de estos elementos, que se volverán el Cuerpo y la Sangre de Cristo, hoy les pediré que llamen e invoquen a Nuestra Señora de Kibeho.
Y así, Yo los llevo hacia Mi Paz, porque en la Paz de Dios, todo se realiza. En la Paz, se puede vivir la vida eterna, la renovación y la fe en todos los corazones que creen en Mi Sagrado Corazón.
Que el bien y el amor reinen. Que la humanidad viva el Proyecto de Dios. Que los Reinos de la Naturaleza sean curados y que todas las esencias de este mundo alcancen la redención, para que cuando Yo retorne en Gloria, todos vivamos la alegría del Paraíso. Amén.
Les agradezco a todos los que llevarán a África en su corazón, para que se cumplan Mis Designios; y Mi Misericordia, que es la Misericordia de vuestro Dios, se expanda en el mundo entero.
Que así sea, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Sigamos cantando, porque hoy, su amado Hijo, llevará a su amada Sierva, Madre y Señora del Cielo, las súplicas de todos los que han invocado por África.
Les agradezco. Amén.
La paz esté en este lugar y en todos los corazones de la Tierra y que esa paz se propague por el mundo para que Mi Sagrado Corazón triunfe en todas las almas perdidas.
Sean apóstoles de Mi Palabra, discípulos de Mi legado. Adoren a Mi Sagrado Corazón porque el tiempo se aproxima, el tiempo de la gran tribulación; no pierdan el tiempo en otras cosas.
Mi Corazón está lleno de prodigios para todas las almas y deseo en esta hora definitiva, compañeros, que sus corazones y almas sean consecuentes con Mi Corazón, para que así Yo pueda obrar a través de sus vidas, en los actos simples de amor y de caridad.
La humanidad podrá reconstruirse cuando se haya purificado completamente. No habrá otro camino por donde ir, compañeros, sino el camino de la purificación permanente. Mientras eso sucede en cada uno de ustedes, adoren a Mi Sagrado Corazón, que está vivo en Su Divinidad, pleno de Amor y de Misericordia por el mundo.
Deseo, compañeros, que en este tiempo final que están viviendo todos, sus corazones estén atentos a Mis Palabras, y puedan demostrar en sus vidas, las enseñanzas que Yo les traigo en este tiempo final.
No solo los invito a vivir Mi Evangelio, sino también a practicarlo diariamente. Y esto comenzará desde los Patriarcas, cuando en esta hora tan importante recuerden los Mandamientos, los que no deben alterar con ninguna de sus acciones y sentimientos. Porque es verdad, compañeros, que el Juicio final llegará.
Y esto no debe dar miedo a nadie, porque la Tierra entera será transfigurada. Esa hora se está aproximando cada día más, y sus corazones y mentes no pueden estar distraídos por otras cosas.
Creen en sus familias grupos de oración, momentos de adoración y de comunión Conmigo. Al menos, compañeros, háganlo por toda la humanidad que está muy perdida en otras cosas.
Abran las puertas del Reino de los Cielos a través de sus corazones orantes. Sigan los pasos de Luz que Yo vengo marcando en esta última hora y no sigan otros caminos que no son los Míos.
Cada uno de ustedes, compañeros, tiene el potencial de consagración a Mi Sagrado Corazón.
Un potencial, compañeros, es que sus familias se consagren a Mi Corazón y especialmente por aquellos que aún no oran a Mi Corazón.
Necesito construir en sus vidas un templo verdadero y no un templo de dioses paganos. Porque así, compañeros, Yo transfigurando sus vidas completamente, corregirán sus caminos y abrirán las puertas para que Yo pueda entrar en sus corazones.
Escuchen con atención todo lo que Yo les digo. Guarden las palabras en sus espíritus y en sus esencias, para que ellas puedan florecer y después dar frutos para Mi Padre Amado.
Están siendo todos convocados para el servicio mayor, cada cual en su diferente grado de compromiso.
Es importante que aquí se establezca la hermandad. No solo en esta ciudad, sino también en el mundo entero. Será la hermandad, a través de la divina fraternidad, que los llevará a la paz en los tiempos críticos, sabrán en dónde estar en el momento justo y propicio, y no perderán sus caminos por la interferencia de nadie, ni de nada.
Queridos compañeros, vengo en esta noche y a esta región para poder instituir la Fuente de Mi Divina Misericordia, algo en lo cual las almas aún no ponen su atención por estar ocupadas en otras cosas.
Necesito que ingresen a esa Fuente Mayor para que sus vidas se rediman y sus caminos sean enderezados hacia el horizonte de Dios, el Infinito Mayor que viene a su encuentro.
Sigan los caminos que Yo les invito a recorrer, sean Mis apóstoles del Nuevo Tiempo e imiten Mi ejemplo de fraternidad que Yo tengo para con todos los pecadores.
Mi Insondable Amor es el que se aproxima a ustedes en este momento y especialmente para aquellos que hoy no están aquí y que no han recibido la sagrada oportunidad de conocerme nuevamente. Porque es Mi Faz Glorificada la que se aproxima para que todos la puedan reconocer, cumpliendo la sagrada promesa de Mi retorno al mundo.
Yo los preparo para ese momento, aunque no lo parezca. Y recordarán Mis Palabras, una a una, en los momentos críticos para la humanidad.
Los primeros momentos difíciles ya comenzaron en el mundo y la humanidad enfrenta una guerra cruel, que se da sin detenimiento en Medio Oriente.
Mi Corazón está sobre esa situación y espero que sus voces orantes también correspondan a Mi llamado, y oren por los que están solos y perdidos, especialmente por aquellos que están olvidados por toda la humanidad.
Familias enteras cruzan esa crisis y un exilio sin pausa se lleva adelante. ¿Quién fortalecerá a todas esas criaturas en esta hora?
Por eso ofrezco Mi Sagrado Corazón, para que lo puedan sentir y vivir como el gran ofrecimiento de Dios para sus vidas.
Para conocer Mi Corazón, compañeros, que es una dimensión infinita e inexplicable, primero deben amarlo y contemplarlo. Así las influencias del mal en sus vidas terminarán y podrán dar pasos seguros hacia Mi Corazón, porque una sagrada morada los espera a cada uno de ustedes, para que puedan ingresar en confianza y unidad.
Hoy vengo a establecer para ustedes, compañeros, una eterna comunión con Mi Espíritu y Mi Divinidad. Algo que tal vez hoy no comprenderán, porque es un misterio de Mi Consciencia Divina, que encuentro tras encuentro, se aproxima a la humanidad para establecer los nuevos códigos de vida, tan necesarios para este tiempo de la humanidad.
Si estos códigos hoy no estuvieran en ustedes por medio de Mi Gracia, no podrían estar aquí, hoy, Conmigo, ni tampoco podrían escucharme aquellos que ahora me están viendo.
Por eso, Mi encuentro con ustedes es universal.
Muchas Leyes Divinas se congregan en este momento, para intentar, definitivamente, establecer la paz que ahora no existe en el mundo.
Su primer compromiso, compañeros Míos, es vivir la paz en ustedes, en medio de la tribulación y de la oscuridad que circula por toda la humanidad.
Pero si ustedes aman a Mi Corazón, sabrán adorarlo y entrarán plenamente en Comunión Conmigo. Estarán en la Presencia del Padre Celestial y del Espíritu Santo a través de la Divinidad del Hijo Primogénito.
Y así, compañeros, restablecerán las leyes que están perdidas en el planeta, las leyes principales para la humanidad: la de la humildad, el amor, la caridad, el bien, la luz, la hermandad, la fraternidad y el servicio a los semejantes.
Si ustedes, al menos, vivieran una de ellas, gran parte del Proyecto estaría cumplido en sus corazones y no sería necesario que el mundo sufriera por las consecuencias de sus acciones enfermas y de sus impulsos negativos, que cierran las puertas a Dios.
Hoy les traigo Mi Corazón como ofrenda, porque siempre deben recordarlo.
Quien no pasa a través de Mi Corazón, no puede tener vida eterna.
La Comunión con Dios es primero con el Hijo Divino, para después estar en Comunión con el Padre Celestial; así, los acontecimientos en el mundo no se precipitarán.
El mundo está buscando que eso suceda y la humanidad lo propaga de una forma indiferente, desenfrenando las leyes y no llevando la vida espiritual con seriedad.
Todos los caminos que siguen otros creyentes terminarán en Mi Corazón. Eso será así en el fin de los tiempos, en este fin de tiempo que ustedes están atravesando.
Hoy les traigo revelaciones del Cielo, ante la infinidad de Mi Divina Misericordia, para que algo se mueva en sus corazones. El Padre Celestial espera por cada uno de ustedes, que sientan el amor de sus corazones y el alivio, y no tan grande indiferencia.
Esta ciudad, compañeros, tiene la misión espiritual de servir al Reino Animal, un Reino ultrajado por la humanidad, que alimenta los placeres y la gula en todos los hombres, no respetando las Leyes de la Creación.
Si hoy salieran de aquí con atención, encontrarían el servicio en cada punto de esta ciudad, sobre todo con los animales que están sueltos, que no reciben el cariño de las almas, el amor verdadero de los corazones que debe sanar todas las heridas en este Reino, semejante al suyo.
Si la sangre de los animales no corriera sobre el mundo, no habrían guerras en el planeta y las almas serían llevadas rápidamente a la reconciliación con Dios.
Al menos los invito, compañeros, a orar por la Creación, por todo lo que fue manifestado para esta humanidad por las Manos Creadoras del Padre.
Ustedes saben, compañeros, que todo está siendo destruido y esto hace doler profundamente al Corazón de Dios.
Si ustedes se animan a servir a los Reinos Menores, especialmente aquí al Reino Animal, ¿qué podría hacer Dios con su servicio? Obras maravillosas de redención y de paz para todo un pueblo que no lo merece.
Yo les traigo la consciencia de la Verdad para que la aprendan a vivir. Ya no es tiempo, compañeros, de que estén engañados, porque el tiempo sigue pasando y las almas se pierden en la ignorancia por no descubrir la Verdad.
Acepten Mi Corazón y Mi Corazón los llevará a encontrar el servicio, en perfecta comunión con toda la Fuente Creadora y también harán triunfar Mi Sagrado Corazón en los Reinos de la Naturaleza.
Elevemos al Padre las intenciones más puras para que Él las escuche en Su profundo Corazón.
Y para que eso sea posible, compañeros, ofreceremos a Dios la Comunión: el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que fue el primer cordero mutilado, martirizado y herido por los pecados del mundo, que se entregó a ustedes en el matadero del mundo para salvar a todas las almas a través de Su preciosa Sangre, de Su Sangre redentora y liberadora.
Sé que sus corazones aún no están limpios para recibirme. Por eso, a través de Mi Gracia, que hoy concedo a las almas, pidan perdón a Dios y caminen en la fe, para no equivocarse nuevamente.
En esta oferta que hoy Me hacen, reciban los Códigos de Mi Luz y transfiguren sus vidas con el impulso del servicio y de la oración, para que triunfen los Sagrados Corazones en toda la humanidad.
Padre Nuestro...
Comulguen Conmigo en la esperanza y reciban Mi Misericordia como la última chance para la salvación.
Yo los bendigo a pesar de todas las cosas y de las acciones de la humanidad.
Alegren sus corazones por esta oportunidad y santifiquen sus vidas, respondiendo al Sagrado Llamado de su Rey.
Vayan en paz y sigan en paz, viviendo la paz por el mundo, como un compromiso mayor.
Mientras Me elevo, compañeros, para volver a encontrarlos en una próxima instancia, pronuncien y canten el Pater Noster.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Pater Noster...
Fray Elías:
Hermanos, después de este encuentro con Cristo los invitamos a llevar Sus palabras en el corazón y que en otro momento también las puedan repasar, porque cada vez que se aproxima la Jerarquía Divina a un lugar como este, trae un mensaje especial para cada ciudad. Algo que nos invitan a vivir y a cumplir simplemente, porque Ella recuerda y sabe que nosotros somos hijos de Dios. Por eso los invitamos a que lleven estas palabras en el corazón y a poder practicarlas como Él nos pidió en esta noche.
Mientras las almas Me viven, sus corazones se encienden en Misericordia y eso es algo verdadero, eso es algo que Yo siempre busco de todos los corazones de la Tierra.
Hoy Me muestro a ustedes en Gloria.
Así como Yo Soy en el Cielo, así Yo Soy ante Mi Padre, quien merece gloria y alabanza.
Hoy vengo de un lugar del Universo muy especial, hacia donde podrán ir, algún día, después de que se cumpla Mi Obra en esta humanidad.
Quisiera que hoy no solo contemplaran Mi Corazón, sino también que lo sintieran aquí, presente entre ustedes, comulgando con la esencia de la unidad y de la hermandad entre todos los espíritus de buena voluntad que, a través de los tiempos, se congregan para escucharme, así como una vez Me escucharon en Tierra Santa.
Por eso, Mi Padre los ha colocado aquí, en esta parte del planeta, para que volvieran a vivificar Mis Principios de instrucción y de transformación.
Hoy sí puedo extender Mi Mano sobre ustedes y posarla sobre sus cabezas, como lo ha pedido Mi Madre en Sus oraciones perpetuas.
Hoy sí puedo decir que el Amor de Dios vence y que todo lo transforma, cuando Él es reconocido de verdad, por las almas que lo claman sinceramente.
Hoy, Mi Gracia se aproxima al mundo oscuro para volver a iluminarlo en Mi Espíritu; en Mi Espíritu de Paz y de Misericordia.
Pero hoy, compañeros, no solo estoy con ustedes sino también con aquellos que abren sus corazones y sus hogares para recibirme en esta comunión espiritual, con el Corazón que los ama permanentemente, sin restricciones ni condiciones; con el Corazón que sufrió por ustedes los martirios de la Pasión y de la Cruz; y que, en el momento culminante, dijo: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
Pero hoy no quiero que piensen quiénes fueron en ese momento, sino que Me vivan en este eterno presente, del cual Yo los hago partícipes, a cada nuevo encuentro.
Hoy, muchos de los que están aquí representan a las naciones del planeta, sus deudas y sus compromisos. Yo necesito, compañeros, que sus corazones sean Mis misioneros de la paz, como lo han sido los que Me han servido en Medio Oriente, en medio de la tribulación y del caos, confiando plenamente en los pasos de Mi Santa Madre, que se regocija en los corazones que aman Mi Corazón y Mi Misericordia.
Hoy, vengo a entregarles lo que necesita el mundo para este último tiempo, que es el Amor de Dios que debe renovar todas las cosas y que debe redimir a los corazones que aún están cerrados a Mi Llamado.
Pero Yo espero, como esperé en el Huerto Getsemaní, en la absoluta soledad del Corazón y de la Consciencia, con la asistencia suprema de los ángeles del Cielo, que consolaron Mi ofrecimiento en la Cruz y en la Pasión.
Ya no los quiero ver dormidos.
Mis Palabras son códigos de vida para todos.
Mi Amor es el bálsamo para sus espíritus, es la consolación para las almas, es la cura profunda para los que se han herido con sus propias acciones.
Pero sepan, compañeros, que aún no puedo retornar en Gloria, porque los corazones que Yo he escogido deben estar preparados para recibirme en ese momento, para poder reconocerme y abrirme las puertas de sus almas, para abrazarme fuertemente y saber quién Soy.
Quisiera que no solo Me pudieran ver, sino que Me reconocieran cuando fuera el momento, ustedes y sus hermanos del mundo, que aún duermen en el sueño de la ilusión, de la realización personal y del poder propio.
Hoy estoy aquí, en Gloria, ante los corazones que Me han dicho “sí” a la redención. Por eso, iré primero a bendecirlos con Mi Espíritu, que es el Espíritu de Dios, que ilumina a todas las formas y exalta los buenos sentimientos de las almas que se reconcilian con Dios todos los días de la vida.
Ustedes Me adoran, Me esperan y Me aman. Yo también los espero, también adoro lo verdadero que son y amo lo que en verdad existe en ustedes, que es lo más bello que Dios creó para este Universo: la Unidad.
Si sus corazones no estuvieran unidos cuando Yo ya no esté aquí, presente entre ustedes, ¿qué harán?
¿Cómo Me esperarán cuando Yo golpee la puerta de sus moradas?
¿Cómo transmitirán Mi Palabra a los que la deben escuchar en esta hora tan aguda?
No tienen por qué perturbarse, eso es cosa de Mi adversario.
Quien acongoja su corazón es porque no Me ama, o aún no sabe cómo vivirme; pero si Yo vengo en Gloria para los que Me corresponden y para los que aún deben despertar en cada parte de esta Tierra, ¿qué tienen que temer, si están en Mi Luz, si creen vivir en Mi Corazón que todo lo puede?
Cuando Yo caí con la Cruz por segunda vez, Mi Madre se acercó, viviendo Mi Dolor, porque era algo compartido bajo el Propósito de Dios, compartir el dolor del mundo y de los pecadores pervertidos.
Ella misma Me elevó, Me levantó del suelo cuando Mi Cuerpo estaba muy cansado; porque era el cansancio de Dios sufriendo en Mi Cuerpo por las almas ingratas, por los pecados del mundo; pero era el amor lo que Me hacía fuerte, no era Mi Voluntad; porque Mi Voluntad estaba en Mi Padre.
Mi Padre estaba en Mi, haciendo Su Voluntad. Es eso lo que ustedes deben vivir, así como Yo lo viví, cada uno en su proporción y en su grado.
En ese momento, en la segunda caída, pensé que iba a morir en el camino del calvario. Y la mirada de Mi Madre fue lo que Me salvó; una mirada de amor, de consolación y de amparo. Allí fue cuando el Arcángel Miguel Me dio fuerzas para erguirme y continuar, y dije en aquel tiempo: Madre, Yo renuevo todas las cosas, porque es Mi Padre el que las renueva en Mí y en Ti.
Deben dejarse renovar por Mi Corazón, que está en oferta para los que quieran recibirlo; porque no habrá para dónde seguir, compañeros, cuando el caos se manifieste; no habrá refugio, casa o persona que los ayude. Mi Corazón es su salvación y su fe eterna.
Así, Yo podré ayudar a Mis hijos cuando esté en sus corazones todo el tiempo, y no solo por algunos momentos.
Necesito que Mi Existencia se expanda en ustedes por más tiempo. Ustedes, compañeros, son depositarios de una gracia inexplicable, de una oportunidad incalculable delante de la deuda del planeta y de la humanidad; por eso, Yo insisto con ustedes hasta alcanzar lo que quiero.
En perpetua Adoración deberemos estar para los tiempos difíciles. Fue así como Yo se lo pedí a Faustina en el Santísimo Cuerpo de Cristo.
En el Sagrario está la Fuerza renovadora para todos los que la busquen.
Los bendeciré e iré con ustedes. Peregrinen a Mi Corazón, y no se cansen de hacerlo; así entenderán muchas cosas en el próximo tiempo.
Ahora, Yo he venido aquí para que todos se sientan purificados, pues Mi Luz se expande como moléculas en todos aquellos que abren sus corazones para recibirla, en gratitud y amor.
Recuesten, en silencio, sus cabezas sobre Mi Pecho, y sientan Mi Corazón Glorificado que consuela y sana todas las heridas, sin importar cual sea, porque para el Hijo de Dios no hay nada imposible.
Si su fe es fuerte, Mi Amor será fuerte en ustedes y se sentirá en los corazones que se aproximen para reconocerme en Mis hermanos.
Esta agua hoy los bendecirá a todos, como símbolo de la renovación de su primer bautismo; y aquellos que no fueron bautizados como Yo, en el río Jordán, recibirán esta primera bendición que los preparará para su primer bautismo, en donde todo mal se disipará, y la Luz de Mi Gloria se establecerá sobre las almas que se regocijarán en Mi Espíritu.
Oremos como el Padre lo enseñó a través de Su Hijo, para que, en Gloria, el Espíritu Santo descienda y santifique esta agua que es la primera señal de la Creación de Dios en este planeta y en todo el Universo, el agua que sacia la sed de las almas.
Alabado sea Dios, glorioso Su Reino. Aleluya, Aleluya, Amén.
Con esta bendición, compañeros, que los Dones de Mi Padre se puedan manifestar en ustedes, a través de la vivencia de los Sacramentos y de la renovación de sus votos con el Proyecto Altísimo de Dios.
Que sus almas se alegren y que nunca dejen de hacerlo, viviendo todos los sacrificios por la humanidad y el planeta, para la redención final del mal.
Mi Corazón hoy triunfó nuevamente en el mundo por su respuesta.
Que Mi Paz se establezca en aquellos que no la tienen.
Que Mi Fe se propague como el aroma sutil del Universo.
Que Mi Amor se expanda como la brisa del viento y que todos sientan la esperanza de vivir en Dios, para siempre.
Yo los bendigo a ustedes y a los que más lo necesitan en este mundo, como lo hice en el Monte de las Bienaventuranzas, elevando Mi Mano derecha hacia Mi Padre, colocando Mi Mano izquierda sobre Mi Corazón, que es el Corazón de Dios, abriendo los Cielos, he invocado al Espíritu Santo.
Así, Yo los bendigo en el nombre Santo de Mi Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He venido a la orilla, para llamarlos, como a los apóstoles.
Ayer escuché esa canción y quisiera que hoy la hicieran en gratitud a Mi Padre.
Pueden ir en paz.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cuando estábamos por la mitad del trabajo de oración de la Coronilla de la Divina Misericordia, comencé a ver un lugar desértico, un lugar que era desconocido para mí. Al final de la oración y mientras cantábamos "Cristo, Tú el Amor", vi al Maestro caminando en ese lugar. Él dijo que era Medio Oriente, específicamente Siria, en donde estaba recogiendo espiritualmente a aquellos hermanos que murieron intentando cruzar el desierto, buscando una salida, una alternativa. También lo vi dentro de las barcas de los refugiados, rescatando el alma de cada una de esas consciencias.
Durante todo el tiempo en que Él estuvo aquí transmitiendo Su mensaje mensual Él continuaba realizando esa tarea en ese lugar. Era una tarea invisible y profunda, con cada persona que estaba allí necesitando de ayuda.
Él mostró que la demanda era muy grande, y que Su Consciencia conseguía abarcar hasta cierta proporción. En ese momento, le preguntamos por qué, y Él respondió que era lo que el Padre le permitía, lo que la Ley del Universo le permitía, ya que con lo que sucede en Medio Oriente, el conflicto y los refugiados, hay un gran desequilibrio en las Leyes y Él respeta la Ley. Pero de todas formas el Maestro ayudaba a las consciencias.
En otro momento lo vimos con muchos niños en Sus Brazos. Mostró rostros de niños muy necesitados, muchos de ellos desnutridos y casi muertos.
Cuando Él apareció aquí en Aurora, se mostró vestido como un árabe, las ropas cubrían todo Su Cuerpo y se veía solo Su Rostro, llamando especialmente la atención el brillo de Sus Ojos, de color celeste profundo. Mientras transmitía el Mensaje, en la Mano izquierda sostenía Su Corazón. Era un Corazón humano que latía, que tenía vida y por el cual circulaba Sangre vital, viva y luminosa. Él nos extendía Su Mano y ofrecía Su Corazón, a nosotros y a toda la humanidad.
Mírame y estaré contigo.
Búscame y me encontrarás.
No te alejes de Mí y quédate a Mi lado.
Aún te ofrezco Mi Corazón como salvación y rescate.
Aún ofrezco Mi Corazón por ustedes, especialmente por aquellos que no Me quieren ni Me viven.
Hoy vine del universo no solo para entregarles Mi Paz y disolver todos los males. Hoy vine en nombre de Mi Padre, para agradarlo y aliviar Su Corazón herido.
Hoy vine de un lugar especial que muchos no conocen, porque solo han estado allí a través de la oración, por medio de sus almas y de sus sinceras ofrendas a Mi Corazón.
Hoy vengo de tierras lejanas en donde los corazones sufren y muchos se desesperan por no encontrar la paz y por vivir el temor a la muerte todo el tiempo.
Hoy vengo con las vestiduras de un gran Maestro árabe que recorre los desiertos porque escucha en todo lugar las voces que claman por auxilio y piedad.
Hoy he tenido en Mis Brazos a los que han muerto, a los que naufragan, a los que se pierden en los mares ante tanta indignidad.
Y hoy están aquí en Mi Regazo, en este pesebre caliente que se prepara para encarnar nuevamente al Hijo de Dios, delante de un gran tiempo de tribulación y de oscuridad. Pero, ¿quién ha derramado una lágrima por aquellos que no conocen y que sufren?
Hoy los vengo a retirar de sus cómodos espacios, para que vean más allá de ustedes la verdadera necesidad del Plan. Es por eso que Mi Padre, a través de Mis oraciones, escuchó las súplicas de Su Hijo, para que consciencias en ofrenda y servicio llevasen Mi Paz, la Paz que aquí les entregué durante tanto tiempo.
Hoy no vengo a reclamarles nada, sino a pedirles que finalmente se decidan a ser aquello que aún no quieren ser, a ser Mis instrumentos, Mis faroles que iluminen el mundo que está a oscuras.
Hoy he venido para demostrarles dónde está la necesidad. Mientras camino por el desierto de la lejana Siria, escucho el llanto de los inocentes. Pero para trascender el dolor que siento ante tanta crueldad e indiferencia, ante tanta falta de amor y de piedad, ofrezco Mi Corazón como refugio.
Hoy estoy plantando en el mundo Mi último rayo de luz, para que aquellos que fueron presos de sus propios hermanos encuentren la salida a la redención, que vean Mi Luz en el horizonte que brilla como la Aurora para traer el rescate a los que verdaderamente lo merecen.
Compañeros, ante lo que sucede en el mundo pueden percibir la pequeñez de sus dificultades. Si dan vuelta el rostro para no hablar con un hermano, ¿qué harían si estuvieran frente a un fusil a punto de matarlos? ¿Entregarían la vida por Mí para dar testimonio al mundo de que Yo estuve entre ustedes y resucité de entre los muertos para entregarles la vida eterna?
No hay tiempo que perder en cosas superficiales. No se deben dar el permiso para perderse en cosas tan insignificantes que no tienen valor ni esencia ante los Ojos de Dios.
Vengo a despertarles la consciencia, que aún está dormida en ustedes, porque ya es hora de que despierte ante el llamado del Plan. Miren a su alrededor y comprendan lo que sucede y así, firmemente, sigan caminando para consolar a aquellos que llaman y claman por Mi Misericordia aunque no Me conozcan. Por eso estoy en el desierto y también en los mares, extendiendo Mi Mano a aquellos que naufragan todo el tiempo sin tener tierra ni lugar dónde vivir.
¡Ay, compañeros!, cuán insignificantes son sus cosas que aún no han visto llorar a cientos de niños por hambre, por pan o por agua.
Los tiempos vistos por Juan se están cumpliendo y nadie podrá escapar. La hora de la maldad ya llegó y no basta, compañeros, que se escondan en sus comodidades o en sus ideales para justificar ante Mi Padre que eso no es real.
Por eso, les ofrezco Mi Corazón como una llama viva y resplandeciente, pues vuestro Maestro que está en los Cielos, y que ahora está en Siria, prepara la importante misión de llevar la paz de un corazón a otro. De llevar amor de un espíritu a otro. Será en esa hora que confirmaré si en verdad comprendieron Mi Ley de amarse los unos a los otros, a pesar de sus errores y de sus faltas.
Mientras las almas conocen los primeros pasos de su purificación que nadie tema, porque quien busca Mi Corazón no se perderá ni estará vacío de sentimiento o de palabra.
Vengo a buscar aquello que aún no Me han dado, vengo a desterrar lo que aún no quiere morir y que tiene raíces cada vez más profundas en la consciencia. No necesito de sus raíces secas y duras. Yo vengo a trasplantarlos para que sean un nuevo ser, una nueva consciencia, en donde Mi Luz pueda actuar en los momentos más difíciles.
Sé que todos Me fallan una y otra vez, pero Mi mirada está en sus talentos que son refugios para Mis Dones, los que deposito en cada corazón humano. Por eso he venido a congregarlos a todos para esta nueva misión en Medio Oriente. Ustedes traerán la realidad para muchos, eso ayudará a que muchos vivan Mi Mensaje y lo hagan parte de su ser.
Recién la humanidad está cruzando su primera parte más oscura, pero la peor no ha comenzado. Es en esa hora que Yo retornaré para revelar al mundo el tiempo de su juicio ante Mi Señor, ante los ángeles del Cielo. Allí la Tierra será colocada en un nuevo estado, en un nuevo comienzo, y los que han rechazado Mi nombre ya no estarán, porque la Tierra será repoblada por aquellos que Yo he llamado a vivir Mi camino. Necesito que esa misión se realice porque la hora más aguda se aproxima.
Que esta Navidad sea la Navidad de la renovación de la consciencia y no de la infantilidad, de la ingenuidad o de la indiferencia. Ya están preparados para dar los frutos que Mi Corazón necesita y no ser feos frutos en cestas limpias con frescas frutas. No destruyan lo que estoy construyendo.
Sé que muchos no creerán lo que digo, porque verdaderamente humilde es aquel que escucha y hace silencio para reconocer la realidad. No necesito de sus barreras, no quiero sus obstáculos, preciso compañeros de corazón puro en donde vive Dios y Su Obra a través de los tiempos. No dejen que su corazón se endurezca como una piedra, sean libres de sí mismos de una vez y para siempre. Busquen todo el tiempo la filiación Conmigo y con Mi Padre que está en los Cielos.
No quiero que se engañen, Yo vengo a traerles Mi Luz y el testimonio de Mi Verdad. Yo vengo a darles lo que no merecen, aunque sé que se han ofrecido por Mí en muchos momentos. Amigos, necesito de su unidad, en donde Mi adversario no pueda entrar. Si en la cesta hay una fruta descompuesta, las demás se perderán y eso no será por falta de Mis cuidados, sino por sus acciones, pues no les importa la gran necesidad de este planeta.
Les doy Mi Amor que es el Amor de Dios Vivo, el Amor de Dios Eterno y Omnipresente, es ese Amor que a través de los siglos cuida a las almas frágiles. Al igual que una planta que muere porque no consigue sobrevivir, Yo les doy de esa agua pero ustedes no la beben. Yo les entrego un poco de Mi Amor que los transforma y se cierran. Yo les doy Mi Palabra y no quieren escucharla. Si yo diera todas estas cosas a Mis hijos de Medio Oriente, la guerra terminaría y los tronos que se construyeron caerían a la derecha y a la izquierda de Dios, porque el Padre que está en los Cielos es Quien tiene el Poder y no ustedes ni ningún ser de la Tierra.
Yo encarné en este mundo para que aprendieran a amar y a vivir a través de Mi Corazón. Yo siempre estoy aquí, pero no Me buscan. Siempre los espero para darles Mi abrazo y Mi consuelo.
Todo lo que debe morir vivirá su sufrimiento, pero no teman, el amor supera todas las barreras.
Sean Mis testigos en este tiempo y caminen a Mi lado para siempre ver la paz. Recuerden que Mi Amor es invencible y que todo penetra.
Rindan sus potestades a Mis Pies y Yo los resucitaré. Es hora de la humildad.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más