APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Inmaculada Señora de la Paz,
manifestación de la Pureza Original,
permítenos ingresar en Tu Corazón,
Reino Sagrado del Amor y la Protección.

Que Tu Manto de Luz nos guarde
y transforme nuestros pequeños seres
en siervos de Tu tarea universal.

Te reverenciamos, Madre,
Reina de la Paz,
Divina Concepción de la Trinidad.

Amén.
(tres veces)

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En este silencio que los abraza, sientan el pulsar del Corazón de la Madre de Dios.

Yo traigo del Cielo lo más bello que hay para ustedes; por eso, los reúno junto a Mí para que puedan sentir, una vez más, el Amor de Dios.

Hoy, vengo como una Madre que agoniza por ver a este planeta en sufrimiento.

Hoy, vengo a buscar a cada uno de Mis hijos para que Me consuelen; porque así, la Madre Tierra será consolada y cada Reino de la Naturaleza recibirá la atención que merece; para que las almas, en la superficie de este planeta, ayuden a los Reinos de la Creación, porque sin los Reinos de la Creación, la humanidad no podrá sobrevivir.

Por eso, les he pedido, hijos Míos, que invoquen e imploren el poder intercesor de San Gabriel Arcángel; porque el Mensajero fiel de Dios los podrá ayudar a cada uno de ustedes y, así también, podrá ayudar al planeta.

Cuando les pido que Me consuelen, no es solo a través de la oración del corazón, sino a través de recordar todos los días la importancia de salvar a la Creación y, especialmente, a todo lo que habita en este planeta, a todos los Reinos de la Naturaleza, incluso los Reinos Elemental y Dévico.

Hijos, Yo vengo aquí, como su Madre agonizante, para que comprendan el símbolo, pero también el grito del planeta.

Sé que la mayoría podría responder a Mi llamado, pero mientras más las voces se unen para pedir respeto por este planeta, menos esas voces son escuchadas por los que creen tener el poder en esta humanidad; pero no desistan, hijos Míos.

No solo los invito a servir a los Reinos de la Naturaleza, sino también los invito a defenderlos, a protegerlos con acciones de amor y de caridad; porque el ser humano, de estos tiempos, se olvidó completamente que proviene de la Creación y que cada parte de su ser pertenece a los Reinos de la Naturaleza.

Para que comprendan, hijos amados, lo que les hablo, entiendan, en este momento, que sus esencias provienen de los estanques de la Creación y que una pequeña partícula de Luz de cada Reino se ha donado, por amor a Dios, para constituir la formación y la expresión de sus seres.

Así entenderán, hijos amados, que cuando el mundo lastima a los Reinos de la Naturaleza, se lastima a sí mismo.

¿Cómo permitir, queridos hijos, que la propia humanidad se lastime a sí misma todo el tiempo y retire de su hábitat lo que Dios les ha dado con tanto Amor, desde el principio del Génesis?

¿Cómo es posible, hijos amados, que los seres humanos pierdan la sensibilidad y hasta el sentimiento terrenal ante el sufrimiento de los Reinos Menores?

¿La humanidad se ha dado cuenta de que destruye su propia consciencia?, ¿que, al contaminar los mares a cada segundo de este tiempo, pierde la posibilidad de tener agua para saciar su sed?

El mundo tiene grandes problemas con el agua y, una vez más, los más pobres de entre los pobres sufren las consecuencias de los que se dicen poderosos.

¿Cómo es posible, hijos amados, que el hombre de este tiempo destruya las florestas solo para tener papel?

Hijos, ¿cómo es posible que, en este tiempo, contaminen la Tierra o sacrifiquen a los animales sin sentir absolutamente nada?

No hablo de vegetarianismo; hablo de sentir, en lo profundo del corazón, que los Reinos Menores son consciencias que merecen evolucionar al igual que las de ustedes. Y los que creen tener la potestad, por encima de la Creación, se han decidido a no hacer nada.

Si la mayoría no ora de rodillas, solo llegarán revoluciones sociales, y el hombre y la mujer de este tiempo se seguirán enfermando a sí mismos, porque las mutaciones de estos tiempos, que modifican la genética perfecta que Dios creó, degeneran absolutamente la condición espiritual de la humanidad, y Mi enemigo ha ganado terreno en ese campo.

Pero no sientan indignación ni tampoco culpa, porque el Proyecto Original de Dios se cumplirá con la transmutación y la trascendencia de la humanidad, de los que realmente luchen con el estandarte de Cristo para que Su Plan se cumpla en la superficie de este planeta.

Una vez más les vuelvo a decir, especialmente a los que no escuchan ni creen en la Palabra de Dios que, si no hacen un cambio profundo, su destino solo será perecer. Y, ¿hasta dónde debería llegar la Misericordia del Padre o la Justicia de Dios?, ¿hasta dónde la compasión debe abrazar las condiciones más miserables de este planeta?

Amor no significa concesión. Amor no significa alianza con las leyes de la Tierra. El Amor también es Justicia, pero es Sabiduría. El Amor no es castigo, es corrección.

Por eso, Yo los invito a tener cuidado y a escuchar Mi advertencia, porque mientras los Reinos de la Naturaleza sigan siendo transgredidos y ultrajados, ¿quién detendrá las guerras de este planeta?, ¿quién cerrará las puertas que se abren al mal?, ¿quién transmutará esas puertas?, ¿quién aliviará el desplazamiento de millones de refugiados en el mundo?, ¿quién ayudará a enfrentar la crisis climática de los pueblos más pobres de este mundo?, ¿quién tendrá medios para suplir las grandes necesidades de alimentos?

No estoy hablando de asistencialismo; estoy hablando de tener consciencia y de fraternidad humana, de hacer lo que Dios les enseñó hace mucho tiempo, lo mismo que le enseñó al pueblo de Israel: compartir sus bienes materiales para que todos reciban los bienes espirituales.

No Me canso de escuchar el grito de este planeta. La erupción de los volcanes le demuestra al mundo un gran llamado de advertencia. No existe nadie que lo pueda detener. ¿Acaso permitirán que el Círculo de Fuego del Pacífico se siga ampliando, como si los volcanes fueran un entretenimiento para la sociedad?

Hijos amados, deben respetar las Leyes universales para que aprendan a respetar las Leyes de la Creación.

La cuerda de este mundo está demasiado estirada. Su tensión y su fricción hacen que esté a punto de romperse. ¿Quién lo evitará?, ¿quién más se sacrificará?, ¿quién formará Conmigo una gran y poderosa red de oración que congregue cada vez más a muchas almas que se postulen a ser los orantes del fin de los tiempos, los llamados orantes del Apocalipsis?

Es de esa forma que estarán Conmigo, sin faltar a la oración del corazón, porque las oraciones aún son muy insuficientes; muchísimos son los pecados, muchísimas son las faltas, muchísimos son los errores y las omisiones de la humanidad. Todo crece gradualmente hasta el punto de volverse desproporcionado.

¿Quién alcanzará, por encima de todo, la Gracia tan necesaria y extraordinaria que permita una amnistía espiritual para las almas que ya están condenadas al infierno?

Este es el tiempo de la superación para los nuevos Cristos. Ya no son tiempos de reclamaciones ni de quejas, es tiempo de que sus vidas sean otras; así como la vida de la Madre de Dios fue otra desde la Anunciación del Arcángel Gabriel hasta la Asunción.

No les pido nada grandioso, hijos Míos, solo les pido que cumplan lo que Mi Hijo les pidió durante su último Mensaje del 22 de octubre: que se amen más los unos a los otros por aquellos que no se aman; porque si el Amor de Dios sigue faltando en este mundo, ¿cómo creen que esta humanidad terminará?, ¿se lo han preguntado, Mis amados?, ¿ahora, entienden la agonía de la Madre de Dios?

Ya no llevo solo siete espadas en Mi pecho que traspasan Mi Corazón; ahora, Mi Corazón es traspasado por catorce espadas de los pecados más graves de este mundo; existiendo así un gran pecado central que hace doler Mi Corazón, que es el pecado de la indiferencia. Por eso, cuando no sientan con el corazón, tengan cuidado de que sus corazones no se endurezcan como una piedra, al punto de que todo lo que se les muestre en este mundo y lo que se les mostrará no les haga mover su mundo interno.

Atención, Mis amados, invoquen a sus Ángeles de la Guarda, invoquen la poderosa Sangre de Jesús para que el Señor los purifique y los sane, para que sus corazones siempre sientan la necesidad de orar y no de hacerlo por un compromiso o por un horario, porque es el tiempo de que el Padre vea que Mi Obra se está cumpliendo, a pesar de las adversidades.

Es el tiempo, Mis amados, de que sus vidas sean la propia oración.

Como una Madre que los ama, como una Madre que los sostiene, vengo a confesarles todas estas Palabras, porque aún queda un poco de tiempo para que, al menos, todas las almas posibles no pierdan la oportunidad de la redención.

Lloro junto a los que sienten injusticia. Mi Corazón agoniza junto a los Reinos de la Naturaleza, desde lo profundo de los océanos hasta lo más alto de las montañas. El grito del planeta es escuchado por el universo, ¿será que ustedes lo están escuchando?

Para que Mi Hijo pueda retornar al mundo, así como Él tanto lo ha anunciado, la humanidad necesita merecerlo, aunque sea en lo esencial; y si eso esencial aún no existe, ¿cómo creen que Mi Hijo retornará? 

Pero como Su Amor es más grande que los errores, como Su Compasión es más infinita que la indiferencia, como Su abrazo es más fuerte que toda la oscuridad; Él viene en Divinidad y Espíritu, desde hace siete años, viene a su encuentro a prepararlos para ese momento.

Pero Él también se angustia, aunque muchas veces no lo demuestre porque sabe que no lo soportarían; pero Él espera pacientemente que, por medio de todos los adoradores y también de los que todavía no son adoradores, cada alma sea su propio tabernáculo para que Él pueda estar presente en Espíritu y en Amor, y así pueda comenzar a curar al mundo y preparar al planeta para Su Venida a la humanidad.

Debemos rezar por esto con fervor, porque de no suceder, hijos amados, muy pocas partes del planeta sobrevivirán a las agresiones del cambio climático. Dios no les dio este mundo para que lo convirtieran en lo que hoy es; el Padre Celestial les dio este planeta para que, dentro de este universo, pudiera surgir una civilización de Cristos. Pero, sí, surgieron muchos Cristos a través de los tiempos, sin embargo no han sido suficientes, porque esos Cristos llamados santos han tenido que cargar la misma cruz de la deuda de esta humanidad, como el sacrificio que Cristo hizo por ustedes.

Por eso, a través de Mis Palabras, a través de este Mensaje, vengo a hacerlos meditar Conmigo sobre todo lo que Dios le ha dictado a Mi Corazón. Y, hoy, su Madre Celeste les dicta, a todos Sus hijos del mundo, las mismas Palabras que Dios Me entregó para esta Aparición.

Por eso, les vuelvo a decir que en los Sacramentos, en la oración y en el servicio están las llaves para poder enfrentar y superar estos tiempos críticos.

Eso es todo lo que necesitaba decirles, Mis amados. 

Compartan Conmigo el dolor de Dios; después de haber sentido el Silencio de Dios, ahora sientan el dolor de Dios por la gran ignorancia de la humanidad.

Que se abran las puertas de la Misericordia Divina. 

Que los 144 000 se presenten. 

Que el Reino Celestial descienda a la Tierra.

Que los Ángeles de la Guarda guíen y acompañen a los servidores.

Que todos escuchen el Llamado de Dios para cumplir Sus Promesas, hasta el surgimiento de una Nueva Humanidad.

Amén.

Y como siempre lo hago, hoy nuevamente desde el corazón de Lys-Fátima, Santuario interior para todas las almas sedientas de Dios, Yo los bendigo, Mis hijos, y les doy la fuerza de la fe, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vayan en la Paz de Mi Hijo. Adelante.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Como una Flor de Paz desciendo al mundo para traer la paz y la unidad entre los pueblos y las naciones. 

El Corazón de Dios está herido al ver algunas naciones divididas, en donde Mi adversario trabaja trayendo preocupación y horror a los corazones. Pero no olviden que Yo soy la Reina de la Paz, la Madre de todo lo posible y lo imposible.

Soy la abogada de este mundo y traigo para todos la reconciliación que aún deberán vivir en estos tiempos.

Mi Corazón se agrada al ver sus corazones orantes, porque en ellos encuentra un refugio, un aliento de paz para seguir adelante realizando Mi Obra en el mundo en los corazones que más lo necesitan. 

Hoy soy la Reina de la Paz ante sus corazones, pero también soy su Madre de Guadalupe. Y vengo a pedir, en este día, que este mismo Altar, hoy bendecido por Mi Gracia, permanezca presente para los próximos encuentros que aquí se darán con Mi Inmaculado Corazón. 

Porque así, queridos hijos, a través del testimonio que Yo les he dado por medio de la Virgen de Guadalupe, todos los códigos que se guardan en Mi Faz se volverán a reactivar en este tiempo, para que sus corazones y los corazones del mundo reciban los códigos de Mi Luz celestial, aquellos que irán formando de a poco la nueva raza.

Hoy vengo con este pedido especial, porque en sus mundos internos, las manos que prepararon este Altar, los corazones que se donaron para embellecerlo, han comprendido Mi petición primordial, que es llegar a aquellos lugares, a  aquellos pueblos en donde aún no estoy presente en espíritu ni en divinidad.

Será a través de sus brazos y de sus manos, queridos hijos, por medio de la oración del corazón, así como hoy la han practicado, que Yo podré llegar a los que más sufren y necesitan en este tiempo.

Aquí ustedes están en un paraíso celestial, porque la sagrada luz de las Jerarquías compenetra cada uno de estos espacios. Así, queridos hijos, nada les falta. Pero se han preguntado en algún momento de su oración: ¿a cuántos les falta la paz?, ¿a cuántos les falta la  vida espiritual?, ¿a cuántos les falta la cura y principalmente, el alimento para el cuerpo?

El mundo aún está dividido, no quiere escuchar la Voz de los Mensajeros de Dios.

América debe consagrarse como ese nuevo Edén y será a través de sus obras de paz y de caridad que eso podrá suceder, la caridad de poder colaborar con lo que es importante para Dios y de contribuir con este Plan de Redención para planeta.

A través de Mi Corazón vengo a abrir sus bolsillos, porque sé que Me todo Me lo pueden dar en este tiempo final.

Mi gran milagro de amor es que Yo esté presente entre ustedes instruyéndolos, hasta que Mi Hijo y Mi Padre lo permitan.

Por eso, queridos hijos, vengo a abrir las vertientes del amor de sus corazones, porque en verdad es el corazón el que se dona a Dios y no la moneda.

Es desde sus corazones que partirá el impulso de vivir la caridad fraterna por el prójimo y especialmente por aquellas naciones del mundo que necesitan fortalecer su paz, vivir en Mi Gracia y en la Misericordia del Padre.

Hoy Mi Hijo Me envía extraordinariamente para darles este mensaje, para entregarles este pedido. Porque es importante, queridos hijos, que los Planes de Mi Paz se cumplan en el mundo.

Por eso también hoy he venido a pedirles, queridos hijos, que reactiven la Campaña por la Paz, que en sus corazones y en todo lugar se exprese esta campaña por Centroamérica y México.

Difundan Mi pedido para llegar a estas naciones y comprenderán lo que Yo haré después de un tiempo, porque allí Yo dejaré una Gracia, la misma Gracia que ustedes ya recibieron muchas veces.

Los invito a vivir, queridos hijos, en la fraternidad. También los invito, queridos hijos, a preservar estas tierras sagradas con el don de la manifestación que ellas tienen y que el propio Padre Eterno les ha dado por medio de la Providencia Divina.

Así Yo los invito a ser guardianes de este Centro Mariano y cada parte de esta Comunidad, para que no estén en las manos de otros, sino en las Manos de Dios.

Nuevamente les digo, queridos hijos, que hoy les vengo a pedir y a invitarlos a vivir en la donación, así como la Sagrada Familia lo vivió en el principio, dando todo lo que tenía, en cada paso de la Evangelización de Mi Hijo.Aún cuando estuvimos refugiados en Egipto, sin tener nada que llevar, el propio Dios no nos desamparó.

Quien entrega las cosas que tiene en sus manos, entrará primero al cielo, porque en el cielo no guardará la vida material. La vida material es parte de la evolución y del aprendizaje de las consciencias. La vida del espíritu es su sagrada meta hasta los últimos tiempos, hasta que la puedan alcanzar, queridos hijos.

Hoy abro Mi Corazón y lo expando frente a ustedes. Y esta invitación que hoy hago para todos, no es solo para los que están presentes aquí, sino también en el mundo. 

Así ayudarán, a través del cumplimiento de los Planes de Dios, a que el desequilibrio material y planetario se corrija, que los más pobres reciban lo que necesitan y que el mundo se equilibre por la Presencia de Mi Inmaculado Corazón, del Casto Corazón de San José y del Sagrado Corazón de Jesús.

Los invitamos, queridos hijos, en este tiempo, a que crucen el umbral hacia el desapego, para que vivan la trascendencia de si y la unión perfecta con las Leyes de Dios.

Los invitamos, queridos hijos, a buscar el equilibrio interior para que la vida planetaria también se equilibre.

Hoy encuentro en sus corazones una disposición: de aspirar a cumplir con Mi llamado, de aspirar a cumplir con Mis pedidos en este nuevo ciclo para Centroamérica y México.

Hoy los veo, queridos hijos, más abiertos que en otros tiempos, para abrazar a otras naciones hermanas, para que se puedan constituir, definitivamente, como la nueva raza de la humanidad y a través de su donación y servicio, puedan atraer los nuevos principios que reformarán al planeta, que transfigurarán a la consciencia de la humanidad y sublimarán a los corazones que aún no han alcanzado la Luz y el Amor.

Mucho amor fue derramado sobre ustedes, queridos hijos, para que la manifestación de este centro sagrado pudiera estar presente, el amor está en todo.

Yo los invito a penetrar en el Misterio del Amor de Dios. En el Amor de Dios no hay nada para si, no hay propiedad ni control. Por eso, queridos hijos, los invito a buscar a través de la donación la libertad, la libertad de sus almas y de sus consciencias, de saber comprender, por encima de todo, que hay un propósito infinito que debe cumplirse en este tiempo final.

Recuerden que Mi última meta es llegar a Australia para rescatar a Mis hijos de los pueblos originarios, así como he rescatado espiritualmente a muchos hijos a través de las peregrinaciones.

Redoblen sus esfuerzos y podrán ver el Propósito de Dios manifestarse como cura en sus vidas y como redención para sus corazones.

En la Divina Providencia es en donde deben vivir, para que las puertas estén abiertas a todos los que deben llegar a encontrar el alimento del cuerpo y del espíritu.

Recuerden que a través de estos años los estoy preparando para vivir en las Islas de Salvación en este Plan de Rescate que comienza a postularse, que comienza a mostrarse, a todas las consciencias del mundo.

Por último, les pido que recen por Venezuela, para que su pueblo y su nación encuentren la paz y la ayuda  de todas las naciones, que ella hoy necesita.

Escuchen con el corazón lo que les estoy diciendo. Su Madre Celeste también sufre por lo que ve en Venezuela.

Los invito a trascender la indiferencia y abrir aún más sus corazones para los que buscarán refugio de este exilio que hoy están viviendo, así como sucede en Medio Oriente.

Los invito a vivir en confraternidad, en la unión con el Padre y con todos sus espíritus, para que así se cumpla el tiempo de la Redención.

Esto es todo lo que hoy vine a decirles. Me retiro en paz, viendo sus corazones receptivos al recibir en sus espíritus Mi sagrado llamado celestial.

Los bendigo con Mi Gracia y los impulso a seguir adelante para que nunca olviden Mi Propósito Mayor, que es el triunfo de Mi Corazón en toda América.

¡Les agradezco!

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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