APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Hoy vengo al mundo porque todavía lo necesita, porque aún no encontró la Paz.

Por eso, hijos Míos, en este momento culminante, Yo necesito de ustedes, más allá de lo que les sucede o de todo lo que estén atravesando. Los necesito cerca de Mi Corazón, debajo de Mi Manto, para que me ayuden a establecer la Paz en el mundo, para que después se pueda establecer la cura de la humanidad.

Por eso, es importante rezar el Santo Rosario todos los días, en especial en estos últimos días del mes de julio, que los preparará para agosto, en el que Mi Mensaje anual llegará al mundo como preámbulo de la venida de la Iglesia Celestial de Cristo.

Hoy vengo rodeada de la Creación de Dios, especialmente de los Reinos de la Naturaleza, que aún necesitan de sus oraciones y súplicas, porque no solamente sufre la humanidad; sus hermanos menores, los Reinos, a lo largo y ancho del mundo, también están sufriendo las consecuencias del cambio climático y del calentamiento global que día a día se agrava en este planeta.

Pero existe algo que todo lo puede impedir, que es la oración del corazón y el ayuno, algo fundamental para este tiempo final en el que el hombre podrá reconciliarse con las leyes de la naturaleza a través de la oración y del ayuno. Algo que en los primeros años de apariciones Yo les enseñé, no solo por la causa de los Reinos de la Naturaleza, sino también por otras causas que aún son necesarias y urgentes de atender.

De esa forma, queridos hijos, por medio de la oración y del ayuno, irán despertando dentro de ustedes el talento que Mi Hijo les dejó, lo que el Padre Celestial llama dones. Fundamentales virtudes que, en este momento de la humanidad, necesitan estar disponibles para este planeta y esta raza, porque a través de los Dones de Dios y de las virtudes que pueden vivir, tendrán más consciencia y conocimiento de cómo reconstruir este planeta, de cómo ayudar a los Reinos de la Naturaleza, de cómo sostener esta humanidad.

Yo vengo con este mensaje de la Creación, del universo, de las estrellas y de los soles. Dios espera que al menos una gran parte de Sus hijos, en este tiempo definitivo, pueda comenzar a reconstruir la humanidad y los Reinos de la Naturaleza.

Aquí, en este sagrado lugar, a través del árbol sagrado de Figueira, el conocimiento y la instrucción descendió directamente del propio Dios a través de Su instructor José Trigueirinho, al que Nuestro Padre tiene en Su Gloria.

A través de lo que él les enseñó, en simplicidad y en amor, tuvieron las primeras señales, como humanidad actual, de cómo a través de su contacto interno con el universo, con la oración y el ayuno podrían reconstruir los Reinos de la Naturaleza, porque mientras el mundo siga cometiendo infracciones contra la Creación, seguirá sufriendo.

Hijos Míos, eso es lo que ustedes hoy deben saber y tener presente en sus corazones. No solo el hombre necesita de cura y de redención, no solo la pandemia necesita terminar para que podamos ver qué fue lo que aprendió la humanidad, sino también los demás Reinos de la Naturaleza necesitan de su ayuda y amor.

Nunca podrían imaginar un mundo sin el sol, sin el amanecer, sin la brisa de la mañana, sin la marea de los océanos, sin el cantar de las aves, sin el frescor del Reino Vegetal, sin el esplendor de las flores.

¿Cómo podrían ustedes vivir sin la Creación, hijos Míos?

Dios creó el universo, este Sistema Solar y este planeta, para demostrarle, a cada uno de ustedes, cómo Él los ama.

¿Cuándo el mundo tomará consciencia que ya no es tiempo de destruir, sino de construir?

Si tuvieran la Gracia de escuchar el grito de los Reinos de la Naturaleza, sentirían un gran dolor como Yo lo siento.

Pero, aunque eso sucede, los Reinos no dejan de entregarse y de donarse.

La Madre Tierra sufre por la agresión de Sus hijos y, aun así, ella da los frutos que las criaturas de Dios necesitan para seguir viviendo y creciendo en esta humanidad.

Cada uno de ustedes, como parte de esta civilización humana, como expresión de la Voluntad de Dios, más allá de la fe o de la religión, tiene un deber con la Creación.

Ustedes, hijos Míos, no solo nacieron para vivir o para pensar, ustedes nacieron para tener consciencia de la Creación y del sagrado Propósito Divino.

Gracias al Altísimo existen islas de salvación en el mundo y bellos lugares de la naturaleza que aún están protegidos de la mano del hombre, para que la raza humana aprenda a sentir y a vivir de la Creación, no en la destrucción sino en la unión.

Mientras ese cambio no suceda, las profecías del Apocalipsis se cumplirán, pero Yo que soy Su Madre y deseo el bien para cada uno de Mis hijos, no deseo que vivan esto, que sufran o que padezcan por su falta de consciencia de la Creación y de la Ley.

Pero ustedes Me podrían decir: "Madre, por más que hagamos algo, hay personas en el mundo que por su ambición y poder destruyen el planeta".

No vengo aquí para generar un movimiento paralelo ni tampoco un reclamo mundial. Cada uno hoy tiene la consciencia suficiente para poder cuidar los Reinos de la Naturaleza y saber que sin ellos no es posible vivir en la superficie de este planeta. Por más que hagan cosas pequeñas, sus repercusiones serán muy grandes.

¿Alguna vez pensaron qué siente una flor al ser regada? ¿Qué siente la tierra al ser tocada con amor? ¿Alguna vez se preguntaron qué siente el mar cuando es contemplado por ustedes?

Todo tiene una consciencia, un saber y una sabiduría. Nada es estático. Todo tiene un porqué en la Creación.

Yo soy la Madre del Mundo, la Madre Naturaleza. Yo soy la Gobernanta de la consciencia del planeta. Todos los que vienen a Mí no solo se redimen en el Nombre de Mi Hijo, sino también vienen a la Creación para descubrir su sabiduría y su ciencia.

El planeta necesita ser curado de la explotación del hombre desde hace siglos y eso será posible por su adhesión a Mi llamado. Así, la Tierra no quedará atrás, sino que será contemplada por el resto de la Creación, para que se pueda regenerar y curar profundamente así como el planeta lo espera desde el principio.

Ustedes son parte de la consciencia de este mundo, ¿lo han entendido?, esta es su casa.

Para que la Iglesia Celestial de Mi Hijo descienda, el mundo debe cambiar y no seguir luchando para vivir en lo normal y en lo superficial.

El tiempo se está acabando, es hora de tomar consciencia. Por esa razón, Yo estoy aquí, para que puedan crecer interiormente.

Mi enemigo no quiere que alcancen esa consciencia, pero a través del ofrecimiento de sus oraciones y ayunos, permitirán generar la condición espiritual y material para que ese cambio sea posible en la consciencia humana.

Y ahora, los invito, hijos Míos, a hacer un ejercicio interior con la Creación. Los invito a disponerse y a abrir aún más sus corazones a través del contacto interno con el mundo intraoceánico.

Cierren sus ojos.

Y ahora, a pedido del Padre y por intercesión de la Madre de Dios, vamos a escuchar “Aurora intraoceánica”.

A través de este ejercicio, que comenzaremos en esta noche, Yo llevaré al mundo y a las almas hacia la cura interior del corazón y de las emociones, de la mente y del cuerpo, por intermedio de sus almas.

Abran sus internos, más allá de lo que escuchen sus oídos. Y ahora, véanse ante el océano, en el amanecer. Vean en ese océano a Dios, a través de Su Consciencia de Amor cósmico e interior. Siéntanse vacíos y escuchen el océano como grandes corrientes de luz que vienen hacia ustedes y, en consecuencia, hacia toda la humanidad.

Colocando sus manos en señal de recepción, ofrezcan todo su ser a Dios y, en nombre de la raza humana, ante ese océano que se ilumina en el amanecer, pidan perdón y clamen internamente por reconciliación, por todo lo que ha vivido el planeta Tierra, desde la presencia del hombre hasta los tiempos de hoy.

Vean emerger, en el horizonte del océano, el gran Sol de Dios que, con el poder de Su Presencia y Consciencia, colma con Su Luz todo lo que vive y vibra. Sientan encenderse sus células y átomos por la presencia intraoceánica de la Consciencia del Amor de Dios. Sientan a Adonai, siéntanse uno en la sagrada Unidad Divina. Sientan dentro de ustedes la Verdad de la Creación y de lo que son parte desde el principio.

Respiren lentamente. Cada vez que inspiren sientan como la luz de la Creación entra dentro de su ser y de toda su consciencia. Están ante Adonai y la Madre Naturaleza, en el gran vacío de la consciencia, para ser colmado y bendecido por el Amor y la Sabiduría del Padre.

Entre el Sol de Dios y el océano, vean surgir en el cielo al Hijo de Dios, quien extiende Sus Brazos como el Cristo Redentor, y de Su Corazón y de las palmas de Sus Manos emana la poderosa luz de la Gracia Divina sobre los cuatro puntos de la Tierra.

El océano se enciende en luz azul y su ser, cada una de sus consciencias, se enciende en la luz azul de Aurora.

En nombre de toda la raza humana, en nombre de la fraternidad, del perdón y del amor, afirmen sus votos internos con la Creación y los Reinos de la Naturaleza, para que todo sea renovado conforme a lo previsto por el Propósito Divino.

Ante la Luz de la Gracia de Cristo, ante la Presencia del Padre y de la Madre Naturaleza, nos unimos a la esencia de la Creación, para que recordemos de dónde vinimos y cuál es la razón de estar hoy aquí.

Que las Leyes de la Creación desciendan, que los dones sean entregados a los hombres y mujeres de la Tierra. Que las sagradas virtudes despierten y que la consciencia del ser humano se expanda, a fin de que la ignorancia sea transmutada y la sabiduría traiga la concientización de este momento actual.

Sientan la calma del océano. Sientan la paz de la Creación y el establecimiento de la armonía.

Ahora lleven sus manos hacia el corazón y siéntanse en unión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

En reconciliación con el planeta y la Creación, delante del océano, ante el amanecer del Sol de Dios y la Presencia del Divino Hijo, repetiremos una oración, frase a frase, que será traducida para que todos la podamos rezar delante de la Presencia de Adonai:

Señor,
que se cumpla el advenimiento de la nueva raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.

Que la palabra sea viva y construya Tu Templo.
Que se expanda en nosotros Tu Misterio,
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta Unidad.
Amén.

Y así, Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado.
Que la Creación y toda la naturaleza se renueve en la humanidad. Que así sea.
Los dejo con este instrumental, para que su consciencia sea unida a Dios.

Paz y redención para el mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN VIÑA DEL MAR, CHILE, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hoy estoy aquí como la Señora del Carmen, porque soy la Gran Estrella del Mar, la Estrella que cuida de todos los mares del mundo. 

Hoy les traigo la enseñanza y la instrucción sobre los océanos, para que la humanidad pueda mirar con un poco más de compasión hacia ellos. Porque aunque no lo parezca, delante de la mirada humana, los océanos sufren las consecuencias de esta humanidad.

Por eso estoy aquí, en Viña del Mar, para entregar una misión a todos Mis hijos de Chile, porque este querido país es abrazado completamente por el Océano Pacífico y eso le trae la posibilidad de poder trabajar con su plano emocional profundamente.

Por eso, queridos hijos, ustedes que aman las montañas, que aman la naturaleza, que aman el océano, los invito, queridos hijos,en nombre de esta humanidad y de este planeta, de todos los océanos del mundo, a mirar hacia los océanos con más compasión, misericordia y oración. Eso permitirá, queridos hijos, que a pesar del sufrimiento que viven los océanos y todos los seres marinos, las almas puedan recibir una Gracia especial, que proviene de Nuestra Señora del Carmen, la Gran Estrella del Mar, para que más corazones despierten a la importancia de cuidar y proteger los océanos.

Ustedes, queridos hijos, más que su Madre Celeste, saben los daños causados que viven los océanos y cuánta contaminación ellos viven día a día. 

¿Cómo ellos podrán espejar para esta humanidad por medio de sus espejos la cura emocional para este planeta, si todos los océanos del mundo, por las propias manos de los hombre, siguen siendo contaminados y ultrajados?

Si los océanos pudieran hablar, el mundo escucharía eternos gritos.

Hoy vengo como la Madre de la Naturaleza y también como la Gran Estrella Guía de Chile, para invitarlos, queridos hijos, a colocar en sus oraciones diarias no solo al Océano Pacífico que los abraza , sino también a todos los océanos del mundo, que necesitan de intercesión y de oración, para que los propios ángeles del universo los puedan limpiar espiritualmente.

Le corresponde a esta humanidad de superficie, hacerse cargo de los daños causados a los océanos. Sepan que los océanos del mundo tienen oídos internos en donde pueden escuchar muchas cosas y en donde reciben grandes ultrajes de esta humanidad.

Los invito, queridos hijos, por amor a la evolución de los océanos, que abran sus corazones para acoger este llamado que su Madre Celeste y Madre de la Naturaleza hoy les trae. Si algo no se hiciera a tiempo, el mundo entero podría quedar sin agua y menos aún, no tendría que beber .

La humanidad no imagina esa situación  y no tiene consciencia de lo que eso significa para estos tiempos finales, pero si al menos existieran corazones sinceros  y abiertos que pudieran unirse a los océanos y a toda la vida marina, que también es trasgredida día a día, algo el Padre Eterno podría conceder para esta humanidad por medio de la Señora del Carmen, para que muchas cosas más sean evitadas.

Yo los invito, queridos hijos,  a abrir los oídos del alma y escuchar con el corazón lo que la Madre Celestial les trae.

Quisiera que muchos hijos más en el mundo consideraran este importante llamado por amor y la evolución de los océanos.

Quisiera que Mis hijos del mundo puedan responder a esta convocatoria, porque así como Yo vengo por ustedes, también vengo por los océanos del mundo, que día a día pierden su pureza original, su inocencia y principalmente, la posibilidad de irradiar su luz al mundo.

La humanidad necesita de los océanos para seguir adelante. El ser humano no puede vivir sin el agua, ni tampoco puede vivir sin nada que beber. Imaginen un planeta totalmente sediento y árido. 

Por la misericordia de las montañas, ellas siguen derramando el agua  de los altos glaciares del mundo. Eso ayuda a la humanidad a que tenga agua dulce para poder beber y alimentarse día a día.

Yo los invito, queridos hijos, a dar un paso en la consciencia, por lo que el Padre les entregó desde el principio de su Creación y por todo lo que Él pensó para ustedes, para su evolución y para su despertar.

Quisiera que colocaran en sus corazones Mi súplica, porque si ustedes no lo hacen por Mí, nadie en el mundo lo hará. Estoy siendo sincera al respecto de eso. 

Ya no puedo ver a los seres marinos, a las ballenas y a los delfines, sufrir por las manos de los hombres de este mundo. Y aunque los ultrajes son interminables, mayor es la Misericordia de Mi Corazón, que hoy viene a hablarles y a conducirlos hacia el camino de la reparación y del perdón.

Sé que muchos no querrán escuchar este mensaje  porque se sentirán incomodados o tal vez molestos al saber que el mundo, como creación y como naturaleza, precisa de la consciencia del ser humano y especialmente de su corrección y de su atención, delante de todo lo que hace diariamente, transgrediendo los Reinos de esta Naturaleza.

Ustedes no pueden vivir sin los Reinos, sin los océanos y tampoco sin las montañas. Su vida espiritual sería escasa, limitada y restringida. Tendrían pocas posibilidades de llegar a Dios. 

Por eso en estos tiempos críticos, queridos hijos, Yo los invito a orar de corazón  para poder compensar los graves ultrajes que realiza esta humanidad a los océanos de este mundo. Ellos necesitan espejar la información del universo. Esa información les permite a ustedes, queridos hijos, dar pasos en el camino espiritual, tener impulsos para servir y principalmente motivos para poder transformarse.

Los Espejos reflejan en la humanidad, por medio de los océanos, grandes principios divinos, que serán necesarios para la próxima humanidad, para la humanidad futura.

Ustedes serán los guardianes de ese legado, así como los guardianes de los Reinos de la Naturaleza. Necesito que cuiden de los tesoros internos del planeta, porque después no podrán decir, queridos hijos, que nadie les avisó a tiempo.

La Misericordia de Mi Corazón viene a buscarlos para que vivan un profundo despertar en la consciencia, para que abandonen este hipnotismo global que lleva a muchas almas a una constante distracción, a separarse de Dios, del camino del Amor y de la Verdad.

Necesito que den los pasos por sus hermanos, no solamente aquí en Chile sino también en el mundo, por amor a los Reinos de la Naturaleza y a los grandes océanos de este mundo.

La consciencia de los Reinos clama por esta humanidad. Ellos ya no pueden ver instructores en superficie, guías o maestros de esta humanidad, sino ven almas que ultrajan a consciencias tan pequeñas como los Reinos. Y ellos ya no tienen más nada que hacer ni tampoco como defenderse, porque no fueron creados para lastimar al hombre de superficie y tampoco para incomodarlo.

Los Reinos fueron creados para que el hombre de superficie, por medio de ellos, encontrara la comunión con el Creador y con la vida. Si esto falta en la humanidad, es decir, los Reinos de la Naturaleza, así como los grandes océanos, la humanidad no tendrá camino por donde seguir, para poder encontrar la luz, la reconciliación y especialmente el perdón.  

Por eso vengo aquí, queridos hijos, porque sé que sus corazones están receptivos para este Mi llamado, y que no podrían ver sufrir a los océanos, a la vida marina, a las grandes ballenas de este planeta, que sustentan el eje de la Tierra, de norte a sur, de oriente a occidente. Y a pesar de que ellas son lastimadas y asesinadas, la consciencia de las ballenas  no deja de irradiar amor, a pesar de la ignorancia del ser humano. 

Quisiera que las ballenas pudieran seguir cantando en los océanos de este mundo, para equilibrar la Tierra, para pacificar los mares, para curar el emocional de esta humanidad, que está desequilibrada.

Los Reinos de la Naturaleza, tienen una tarea fundamental en el fin de los tiempos. Por eso vengo hoy con este mensaje  desde el Océano Pacífico, en donde he peregrinado  desde Asia hasta aquí, para encontrarlos en oración y en unión Conmigo, porque aún preparo Mi Misión por aquel continente.

Quiero que sean conscientes de esto, y necesitaré, queridos hijos, que como hasta ahora, Me acompañen para esa importantísima misión que Yo realizaré en Oceanía y en Asia, porque Mis hijos Me están esperando, así como hoy ustedes Me esperaron, y esto va por encima de cualquier acontecimiento, de cualquier situación o circunstancia.

Necesito que sus consciencias se coloquen por encima del plano material, de las dificultades y de los obstáculos, para poder acompañar a Su Madre Celeste en esta Obra, en donde Ella,  a pedido del Padre Altísimo, intentará despertar todos los Espejos del mundo para ayudar a la humanidad en el momento más a agudo de su transición y de su purificación. 

¿Ahora comprenden la importancia, queridos hijos, de orar por los océanos del mundo? Si esto no sucede, ¿quién sustentará esa raza de superficie? Si no hay Reinos de la Naturaleza, ¿quién estará para poder apoyarlos y acompañarlos en el gran silencio que viven los Reinos, en el gran amor que ellos irradian desde el principio de esta Creación?

Vengo a pedirles, especialmente a los chilenos, que se tornen Mis misioneros de la paz, no solo en el camino de la oración, sino también en el servicio, en la vida  operativa de aprender a cuidar el Plan de Dios en esta humanidad y en este planeta. 

Ustedes tienen recursos internos para poder hacerlo. Por eso los he llamado aquí, a Viña del Mar, no solo para hablarles de los océanos y de la situación crítica que ellos enfrentan, sino también para convocarlos a vivir la vida misionera, de norte a sur de este país.

Chile, por medio de la oración del corazón, también debe aprender a sustentar las placas tectónicas. El equilibrio de este país dependerá de ustedes, queridos hijos, porque esta Tierra, este planeta, en su más íntima profundidad , también tiene heridas  ocasionadas por el hombre de superficie. Por eso este planeta se mueve como se ha movido aquí en este país; porque está viviendo su transición que precisa ser acompañada amorosamente, por todas sus oraciones. 

Esta es la misma tarea que tiene el mundo.

Mientras los océanos sufren, también el ser de superficie sufre. El ser humano enfrenta su purificación y a veces no encuentra la salida. 

Yo vengo a demostrarles, como Estrella Guía de todos los océanos, que es posible salir adelante, si tan simplemente, queridos hijos, se toman de Mi Mano, Me dicen "Sí" para que Yo los pueda guiar hasta el propósito final.

Hoy, Mi Corazón también está desconsolado por Europa, por la división que la Península Ibérica está viviendo y que no tiene consciencia de lo que eso significa para el Creador.

También los invito, queridos hijos, a colocar en sus corazones y oraciones a toda Europa, para que pueda ser contenida, suplida y guiada por los Ángeles de las Naciones. 

El Ángel de la Paz, que corresponde a Portugal en estos tiempos, está teniendo grandes trabajos por toda la Península Ibérica y también por toda Europa.

Los invito, a unir esfuerzos de corazón y de alma, ayudando a esos grandes ángeles, responsables de las naciones del mundo, para que puedan soportar el fin de los tiempos con su ayuda mutua.

Quiero anunciarles, queridos hijos,  por medio de la Misericordia de Dios, que deberé, con su ayuda, de forma urgente, estar en Europa para evitar algo mayor que sus hermanos que allí se encuentran, en España, no se imaginan. 

Si la humanidad no colabora con el Plan de Dios, las desgracias no podrán ser evitadas, porque el ser humano, como parte de esta raza humana, ha ultrajado todas las leyes, todos los designios y todas las reglas. Y su deuda es muy grande.

Yo los invito a vivir Conmigo la cruz de esta humanidad, así como la vivió Mi Hijo de forma incondicional  por cada uno de ustedes. Él prometió, Él declaró y anunció  que harían cosas más grandes a las que Él hizo. Esto ya no es una teoría, ni tampoco  un mensaje, es una realidad que están viviendo por medio de esta Obra, por medio de esta peregrinación, de forma inexplicable en estos tiempos. 

Yo vengo por toda la raza humana y también por los que no Me aceptan ni Me escuchan. Por eso los llamo a unirse a Mí en esta misión planetaria, no solo por los Reinos de la Naturaleza, sino también por las naciones, que de no mantener su equilibrio espiritual y psíquico, muchas cosas no podrían ser evitadas..

Me arriesgaré en estos tiempos, queridos hijos, a enviar menos peregrinos Míos, para que se torne posible esa Misión Extraordinaria. Eso significará de su parte un espíritu de oración aún más grande e invencible. 

Desde Portugal intentaré evitar algo, porque allí también se concentra el amor de Mis hijos en el gran Santuario de Fátima, en donde Yo estuve con ustedes hace cien años atrás, para poner fin a la guerra y establecer un mayor período de paz. Pero ese período de paz, queridos hijos, está terminando.

Yo les invito a reforzar el camino de la oración, porque eso permitirá que las puertas del Cielo se mantengan abiertas, para que la infinita Gracia de Mi Corazón penetre, como rayos de Luz, en las naciones que más necesitan y así podré disolver las maldades de Mi enemigo.

Los invito, queridos hijos, a tener consciencia de la situación planetaria, a salir de sí por un momento y no dar trabajo a Dios, sino más servicio, más donación, más corazón, para que muchas cosas sean aliviadas.

 Así como han colocado su corazón al servicio de Dios en estos días, necesito que este fuego encendido en ustedes continúe adelante, porque Yo podré hacer de Chile, Mi amada Patria Beata.

En esta noche, vengo a consagrar nuevos Hijos de María con la misma alegría y plenitud, con el mismo gozo y  júbilo que Su Madre Celeste lo hizo la última vez en Santiago. Porque aquí en este grupo de almas que hoy se consagrarán, se encuentran orígenes de pueblos originarios, valores espirituales e internos que deben volver a emerger a la consciencia humana de este país, para que ella recupere su dignidad espiritual, su filiación con Dios y principalmente, la reconciliación entre los pueblos y las culturas de Chile. 

Eso también permitirá, queridos hijos, que el pasado tan duro, difícil, que vivió este país pueda ser borrado del dolor de las consciencias y pueda emerger el principio de la Cura primordial de Dios. 

Por eso esta consagración de esta noche es importante para Mí, porque a través del "sí" de estas almas está permitiendo que muchas almas más de esta nación sean ayudadas y de esa forma, por medio de sus corazones y de sus presencias, están permitiendo que Yo retorne una vez más aquí, con el fin de consagrar todo Chile a Mi Inmaculado Corazón.

Agua para bendecir

Los Hijos de María se pueden aproximar, los que vivirán hoy la consagración. 

Queridos hijos, quiero contarles que Yo Soy también aquel Espíritu de Paz tan sagrado y misterioso, que estuvo presente entre los incas y los mapuches. Por medio del símbolo del Ave Cóndor. Es de esa forma que nunca estuve lejos de ustedes, sus almas fueron acompañadas por Mí, así como todos sus pueblos originarios. 

Y sepan, queridos hijos, que a pesar de lo que han vivido o de lo que hayan sufrido a través de los tiempos, nunca han perdido su pureza original.

Es eso lo que Yo vengo a buscar de Chile en estos momentos, su pureza original, que fue cultivada en el principio en sus almas, en sus esencias, en sus experiencias de amor como un pueblo sagrado. 

Hoy vengo a traer para ustedes los mismos valores concebidos por los incas y los mapuches. Por eso, deseo escuchar en esta noche, al menos por tres veces, el Ave María en mapuche. 

Ave María en Mapuche  (tres veces) 

Agradezco estas oraciones las cuales llevaré al Padre Celestial, para que muchas más esencias indígenas, más pueblos originarios a lo largo y ancho de América, reciban Mi Intercesión, Mi Gracia y especialmente la cura de sus heridas.

Por la autoridad que Mi Hijo Me ha concedido, como Madre del Mundo y Madre de la Humanidad, en nombre de los océanos del mundo, de toda la vida marina, el Señor consagre este elemento  a fin de que sirva de cura, de redención y de perdón para los corazones.

Y ahora, queridos hijos, por medio de esta consagración y de este compromiso orante que asumen Conmigo, les pido que entonen el himno de su consagración, para que Mis Gracias puedan descender en sus corazones.

Les agradezco por responder a Mi llamado y hoy les dejo la sagrada imagen de la Virgen del Carmen para que peregrine por sus hogares, por los hospitales, por los asilos, por las instituciones infantiles, por todos los lugares que necesitan de amor, de cura y de perdón.

Recuerden, siempre recuerden  que Yo seré Su Estrella del Mar, que vendré del firmamento, del Océano Pacífico  para auxiliarlos.

Les agradezco, queridos hijos, por responder a Mi Llamado.

Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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