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Oración de la Sierva de Dios
Oh, Señor,
colma nuestra vida
con los dones de Tu Gracia.
Revélate, Mi Dios,
en cada paso de la vida.
Hazte presente en lo más pequeño,
para que muchos más descubran
el sagrado poder de Tu Humildad.
Abre, Señor, las puertas de Tu Reino,
para que todos puedan entrar.
Que con Ojos de Misericordia,
Tú puedas contemplar la grandeza
de que todas Tus Criaturas estén en Ti,
y Tú, Señor, en ellas.
Que la llama flameante de Tu Propósito Divino
pueda ser reconocida por aquellos
que atraviesan la noche oscura,
porque Tú, Señor, eres la Luz del mundo,
Tú eres ese puente que se muestra
ante nuestros ojos,
para que lo podamos atravesar
en confianza hacia el Paraíso.
No mires, Señor, la indiferencia de los hombres,
la crueldad de los incrédulos;
coloca, Señor, Tu Mirada en todos aquellos
que en sacrificio y en amor se entregan a Ti,
para alabarte y para reconocerte
como el Único Señor, Adonai.
Que Tu Insondable Amor, Señor,
sacramente la vida de Tus Hijos.
Haz que una vez más brille la estrella de Belén
en lo más profundo del corazón
de los que aspiran, algún día,
a encontrarse, cara a cara, con Cristo.
Así, Mi Dios, prepara la Nueva Tierra
a través de los que, por amor, se ofrecen a Ti,
para que Tu Sagrado Reino descienda a la Tierra.
Que en esa unión perfecta
entre Tu Corazón y el corazón de Tus Hijos
se vivifique Tu existencia,
porque al fin de todo,
cuando todo se haya cumplido,
conforme Tú lo decretaste,
Tus Criaturas y Tú, Señor del Universo, serán uno,
y ya más nada separará la vida de la esencia,
la realidad de lo inmaterial,
lo interno de lo divino y cósmico.
Tu Sierva y Esclava, una vez más, se ofrece,
en amor y en renuncia,
para que muchos más puedan renacer en Ti.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Sierva del Señor
Mis queridos hijos:
Hoy, traigo el Sagrado Cetro de la Voluntad de Dios en Mis Manos, para que sea depositado en la consciencia y en el alma de Brasil; a fin de que este país cumpla, a través de todos sus habitantes, el propósito espiritual de su nación en la misión de expresar y de reflejar el surgimiento de la Nueva Tierra.
Por eso, Mis hijos, Dios y Mi Amado Hijo Me envían con el Cetro del Propósito Divino, para que las almas de este país no pierdan la guía y el camino de una realización espiritual y profunda que tiene esta parte del planeta.
De Brasil deberá emerger y reaparecer el Hijo Solar, y con todas sus huestes angélicas que, bajo el amparo de San Miguel Arcángel, derrotarán a las insignias del mal, para que cada hijo brasilero y cada representante de Sudamérica reciba el Rayo de la Liberación, de la Cura y del Perdón.
Por eso, hijos Míos, desde ahora, como su Madre y Patrona de Brasil, Yo vengo en oración a prepararlos, a guiarlos una vez más hacia Mi Hijo; porque Él es su Camino de redención, Él es la Vida para cada uno de ustedes, así como también Cristo es la Verdad y la Luz invencible para quien aspira a seguir Sus Sagrados Pasos.
Estoy aquí, porque Yo Soy de aquí, Soy de este pueblo. Soy la Virgencita Negra, Madre de todos los simples y humildes. Soy el Lucero de este bendito país.
Continúen orando Conmigo, con amor, fe y esperanza, hasta que en el día y en la hora menos pensados, verán al Divino Hijo retornar y sentarse debajo de la Figueira para repartir y compartir el Pan de Vida Eterna.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
En este día, su Madre Celeste viene al mundo para que, a través de la majestad del Gran Cañón del Colorado, la humanidad sienta, por un instante, florecer los Atributos de Dios; a fin de que desde ahora comience a vislumbrarse en el horizonte la llegada de la Nueva Tierra, libre de los errores humanos y del sufrimiento que hace apartar a Mis hijos del Creador.
Por esa razón espiritual, hoy, su Madre Celeste y Madre de Norteamérica está aquí, extendiendo Sus Brazos y ofreciéndoles Sus Manos para que se tomen fuerte, confíen y se animen a seguir este camino infinito hacia lo desconocido. Porque en eso, que es desconocido, encontrarán a Dios y a Nuestros Sagrados Corazones que, una y otra vez, se presentan ante mundo para recordarle que aún no cumplió la Voluntad de Dios.
Para que la Nueva Tierra comience a emerger ante el horizonte de la consciencia humana, Yo les pido, Mis hijos, que esa Nueva Tierra, esa Nueva Humanidad, viva primero en ustedes, protegiendo de ustedes mismos los principios que los unen al Creador y a toda la Hermandad Divina.
Sean portadores del Sagrado Amor de Mi Hijo.
Sean un ejemplo de transformación constante, pero también sean un ejemplo de perseverancia, de esperanza y, sobre todo, de Amor, del Amor de Cristo que les permita aceptar y comprender al otro, de un amor compasivo que ya no permita que el ser humano sea egoísta y autónomo.
Vivan la promesa de esa Nueva Tierra en el día a día y creen la condición correcta para que ese momento de la Nueva Humanidad pueda llegar, conforme lo pensado y sentido por el Padre Eterno.
Mi Corazón de Madre siempre será ese puente para que ustedes se animen a cruzarlo, rumbo al vacío de ustedes mismos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Como en el Mensaje del sábado pasado, les dije claramente que no se cumplió Mi llamado maternal en Garabandal ni en La Salette; hoy, su Madre Celeste, como la Señora de Guadalupe y la Reina de la Paz, viene para extender Su Sagrado Manto sobre todos Sus hijos, para que la mayoría de Mis hijos estén protegidos de las adversidades de la guerra, de la persecución entre cristianos y de las catástrofes de la naturaleza.
Yo vengo, como la Madre del Mundo, para hacerles escuchar el grito de la Madre Tierra y de los Reinos Menores. Y como esto no es tomado en consideración, Mi llamado maternal se vuelve a repetir y a reforzar para que no se siga concretando, de forma tan temida, el Tercer Secreto de Fátima.
Hijos Míos, es necesario hacer algo. Como Madre Dolorosa, a los pies de la cruz del calvario del planeta, vengo a pedirles que ya no sean indiferentes ni insensibles.
Vengo, como su Madre Celestial, a abrirles los ojos de la consciencia para que puedan despertar a través del sentimiento verdadero del corazón.
Queridos hijos, hoy, el grito del planeta, de los volcanes, del clima, de toda la miseria y de la guerra de la humanidad, es también Mi grito, es Mi clamor, es Mi Voz de un ¡basta!
Ya no sean parte de un dolor y de un sufrimiento desgastado; sean parte de la Nueva Tierra, del surgimiento de la Nueva Humanidad, libre de tantos errores y penas.
Hoy, Yo estoy aquí con Mi Corazón marcado por las señales de Mis hijos y de un planeta sufrido.
Estoy aquí como la Portadora de la Paz para el mundo, como la Señora de la Esperanza.
Que la Tierra sea bendecida y sea consagrada a Dios, a través del sí de los apóstoles de Cristo.
A pesar de la actual crisis mundial, les vuelvo a decir que, al fin de todo, Mi Inmaculado Corazón triunfará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos,
que por Tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Amén.
(tres veces)
Cuántos días y meses He contado para poder estar aquí hoy.
Cuántos días y meses He contado para estar con cada uno de sus corazones hoy.
Ni se imaginan lo que Me ha producido esperar tanto tiempo para estar con cada uno de ustedes, y He podido presenciar cómo, en tan pocos días, han podido manifestar todo esto para Mí; porque en verdad todo lo que Me ofrecen es para Dios.
Hoy, vengo con una dádiva del Cielo; hoy, traigo entre Mis Manos un importante Tesoro Espiritual para la humanidad, que He traído desde Medio Oriente para cada uno de ustedes, para el propósito espiritual de esta nación y de este querido pueblo. He aquí, compañeros, el Arca de la Santa Alianza.
Sagrados Ángeles del Cielo contemplan este Tesoro Espiritual. Patriarcas y profetas de otrora lo veneran, y hoy todos los seres de buena voluntad pueden reconocerla como el Sagrado Terafín que preparará el surgimiento de la Nueva Humanidad en esta parte del planeta, en todas las Américas.
Por eso, no teman, he aquí el Sagrado Tesoro de Dios, del cual cada una de sus vidas puede formar parte.
Este es el Sagrado Tesoro que guarda el tesoro de las experiencias más importantes de la humanidad, desde el momento de la Creación, en el Génesis, hasta este mismo momento, en el que cada uno de ustedes puede sentirse partícipe Conmigo, para aportar a este Sagrado Terafín Espiritual lo que la próxima humanidad y la Nueva Tierra necesitarán, no solo para purificar al planeta, sino también para reerguir los Atributos de Dios en la superficie de este planeta. Atributos y Principios de la Sagrada Arca de Dios que, en este momento culminante, Argentina necesita y que cada uno de ustedes y de sus hermanos también necesitan para aprender a levantarse en las tinieblas, para atravesar con coraje los abismos de la consciencia, para decirle no al enemigo, para hacer triunfar el Gobierno Espiritual de Dios en esta nación y en el mundo entero.
Esto es lo que necesita, en este momento, Argentina, así como también lo necesita el resto de América. Porque en verdad les digo, que no encontrarán la solución en lo que es horizontal, rectifiquen sus vidas hacia lo Alto y encontrarán la respuesta que tanto buscan.
Si hoy están escuchando a su Maestro y Señor, después de tanto tiempo que no He podido venir a la Argentina como tanto lo esperaba; es porque vengo, compañeros, a cumplir Mi promesa de que cada uno de ustedes se sienta partícipe Conmigo, preparando conscientemente, a través de las obras, Mi Retorno.
La adhesión y la obediencia es la gran llave maestra para Argentina. Eso los protegerá de ustedes mismos y de todos. No vean en sus caminos a los que son enemigos, vean en sus caminos a los que necesitan compasión.
Por eso, He traído este Sagrado Terafín, ante la presencia de todos, para que lo recuerden y para que lo veneren; porque es el mismo Terafín Espiritual que muchos pueblos de otrora contemplaron y veneraron, que muchos patriarcas y profetas buscaron para sentirse en alianza con Dios.
Quiero que la experiencia de su amor y redención pueda estar finalmente en la Sagrada Arca de Dios y, aunque les parezca imposible lo que les digo, no existe nada imposible para Dios y para su Señor. Porque si hoy estamos aquí, en Argentina, ¿será que es imposible para Dios poder concretarlo?
Esta sagrada tierra guarda muchos tesoros que forman parte de la Sagrada Arca; lugares de Argentina por donde Nuestros Pies caminarán, así como caminaron en otros momentos, que guardan muchos tesoros que forman parte de la Sagrada Arca de Dios.
¡Alégrense y ya no se aflijan! Vuelquen sus aspiraciones en este Sagrado Terafín del Padre. Confíen en lo que les digo. Un lugar maravilloso los aguarda en el Reino de Dios. Por eso, persistan y no se desanimen, sean valientes y tengan coraje para persistir.
El Señor es capaz de buscar a Sus ovejas perdidas.
El Señor es capaz de salir del hemisferio norte para venir a ayudarlos. Estoy aquí y Mi Corazón no cambia, Mi Corazón es el Relicario para todos los que aspiran vivir a través de Mí.
Sé que como pueblo se han desanimado. No hay nadie más que Yo que sepa lo que vivieron en estos últimos dos años y cómo cada uno en la soledad ha aprendido a cargar con su propia cruz. Ese esfuerzo que pueden hacer por Mí, de aprender a vivir la cruz de estos tiempos, es lo que se puede guardar como experiencia en la Sagrada Arca.
¿Acaso creen que eso es posible?
Si estoy aquí, en este mismo momento con ustedes, es para confirmarlo, es para que sepan que Nuestros Sagrados Corazones recorrerán una parte de Argentina para volver a encenderla. Esto no será visible a los ojos de todos, pero quien verdaderamente esté en sintonía Conmigo lo podrá ver y reconocer.
El propósito de sus vidas debe ser la vida inmaterial; porque el Espíritu de Dios vendrá en su auxilio, así como Su Sagrado Espíritu desciende en este momento para enderezar lo que está torcido, para corregir lo que se ha desviado, para pacificar la indignación de muchos corazones. Esto es posible por la presencia de la Sagrada Arca de Dios.
De esta forma, hoy los unjo a cada uno de ustedes, a través de la poderosa Señal de la Cruz.
También deseo que Mis Auxiliadoras Me vuelvan a ungir, que Me unjan con sus entregas, que Me unjan con sus renuncias, que Me unjan con su fidelidad y, especialmente, que Me unjan con su estricta obediencia. Porque a cada grupo de almas le He entregado algo especial a través de los últimos tiempos y eso nunca se puede perder ni desechar. Por eso, den valor a los Dones que recibieron y que Yo vengo a buscar, en este tiempo, a pedido del Padre Celestial.
Estos Dones, llamados talentos y virtudes de las almas más honestas y simples, serán los que permitirán que el Proyecto de Mi Padre se cumpla en Sudamérica, y que el Padre ya no espere ver cumplir Su Propósito, sino que Él pueda ver que Su Propósito se concrete a través de Sus hijos, los que dicen ser apóstoles de Cristo.
Vengo, así, a aliviar la agonía de muchos corazones.
Vengo a devolverles la paz que algunos perdieron.
Vengo a colocar Mi Mano sobre sus corazones para apaciguarlos; porque más allá de sus batallas o de sus imperfecciones, hoy Yo estoy aquí, en Argentina, porque creo en el amor de cada uno de ustedes, un amor que se puede seguir transformando y ampliando, un amor que no solo les recupere la inocencia, sino que sea un amor maduro que los anime a seguir los pasos de la Jerarquía Espiritual; así como Nosotros lo hacemos por ustedes, sin alejarnos ni distanciarnos, sino estando presentes en el Sagrado Silencio del Universo, en donde reverbera la Voz de Dios.
Es esta Voz Eterna y del Cielo que quiero que escuchen dentro de ustedes, la Voz del Padre que los ama, que los sostiene, que los alimenta con Su Espíritu, que les otorga Su Insondable Misericordia.
Es así, que vengo a sanar sus heridas, las heridas de cada uno de ustedes, pero también las heridas de su pueblo.
Sé que muchos no entienden por qué todo es tan difícil; pero todo comienza, compañeros, en lo que escogen. Ahí está el resultado de sus elecciones.
Sé que muchos no tienen que ver con todo lo que vive hoy la Argentina y América, pero nunca levanten su espada contra espada, eleven su voz en oración a los Cielos para que su Maestro y Señor pueda interceder, así como Él intercede en este momento.
Hoy, muchos de los que están presentes necesitan recibir el Sacramento de la Unción, porque es una señal visible de su pertenencia a Mi Reino, en donde ningún mal los puede tocar, aunque el mal crea que los puede oprimir o perturbar.
Hoy, les otorgó Mi experiencia de la Cruz, porque nadie más que Yo supo lo que es estar solo, sin dejar de confiar en la Divina Voluntad.
Extendiendo Mis Brazos y Mis Manos sobre Argentina, vengo a derramar la Luz del universo, de los soles y de las estrellas, la Luz de los Ángeles y de los Arcángeles, la Luz de todos los que viven a través de la buena voluntad y que no buscan nada para sí mismos, sino ser una chispa de Luz de Mi Corazón en este mundo herido.
Mi Madre Celestial lleva sobre Sí el Manto de la Argentina, para que el pueblo recuerde que Yo Soy el Sol de Dios, que nace después de una larga noche oscura.
Para que este encuentro tenga sus frutos, los frutos internos que todos necesitan para caminar más decididos y valientes en estos tiempos, les puedo ofrecer todo lo que tengo, lo más Sagrado de lo Sagrado que ofrecí al mundo hace tanto tiempo, que es Mi Cuerpo y Mi Sangre, emanaciones directas de la Misericordia de Dios. Esto apaciguará a la Argentina y al mundo.
Que esta Comunión, que enseguida celebraremos, vuelva a erguir espiritualmente a su patria y que todos se puedan sentir bajo el Manto de la Virgen de Luján, de la Sagrada Señora del Rosario de San Nicolás, porque fue Ella que Me trajo aquí.
Un buen hijo siempre obedece a su madre, así como una buena madre está cerca de su hijo, como María lo estuvo hasta los pies de la Cruz.
Que las poderosas Cinco Llagas de Mi Cuerpo bañen, purifiquen e iluminen a sus consciencias.
Que la Poderosa e Insondable Sangre de Jesús reconstruya la vida interna de los presentes y de los no presentes.
Que, por los méritos alcanzados por el Arca de la Santa Alianza, la Argentina se sienta en este momento sostenida por las Manos de Dios.
Porque el Amor, compañeros, siempre lo puede todo, aunque sea difícil. El Amor Me permitió llegar hasta la Cruz.
Anímense a vivir la misma experiencia, ofrezcan a Dios lo que son y lo que no aceptan, no se olviden que Argentina es parte de Mi sagrado rebaño.
Que, hoy, muchos de los presentes puedan sentir el latir de Mi Corazón, porque en Mi Corazón está el Camino, la Verdad y la Vida.
Los amo y amo este país, amo las bellezas de sus montañas, amo la extensión de sus ríos y de su océano, amo cada parte de este país, Proyecto Bendito de Dios.
Que la Cruz imante este país y que, en el sur, en el norte, en el este y el oeste, la antigua tribu de Israel se levante y vea brillar en el firmamento la Sagrada Estrella del Amor, la Sagrada Estrella de la Hermandad. Amén.
Para preparar este momento, pediré a Mi hija Lucía de Jesús que cante una canción para todos, porque es necesario que recuerden que Mi Palabra es Agua Viva, el agua que quita toda sed.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cantemos.
Canción: “Tu Palabra es Agua Viva”.
Fray Elías de Sagrado Corazón de Jesús:
Hermanas y hermanos, vamos a celebrar este momento de Comunión, aún con nuestro Maestro presente en este lugar, ofreciendo este momento por esta querida y amada nación argentina, ofreciendo este momento por el Arca de la Santa Alianza presente en las Manos de Cristo, Nuestro Señor.
Y, con el permiso y la licencia que nos ha dado Cristo a los sacerdotes, vamos a ofrecer este momento de Comunión como un acto de reconciliación y de perdón, para que todo este pueblo pueda recibir lo que tanto necesita, para que los corazones, en la Presencia de Cristo, reencuentren la esperanza, se liberen de sus amarras y de sus opresiones, puedan sentir el abrazo insondable de Dios que nos consuela a todos.
Con este ofrecimiento, vamos a purificar nuestro corazón a través del acto de contrición ante el Sagrado Corazón de Jesús y vamos a repetir una oración muy simple que nos enseñaron los Mensajeros Divinos, para que nuestro templo interno, el lugar más sagrado para Dios, se prepare para recibir este Divino Sacramento.
Repetimos:
Yo te pido perdón, Señor,
por todo lo cometido.
Concédeme la Gracia de la liberación.
Por el Don del Perdón,
que brota del Corazón de Dios,
ábrenos, Señor, las Puertas de Tu Reino.
Amén.
Ahora, Cristo va a guiar esta celebración.
Nos preparamos para este importante momento en el que las Gracias de Su Corazón descienden sobre la Argentina, sobre los corazones, como una afluente de Luz, como un inagotable manantial que nutre la vida.
Invitamos a los que puedan a que se arrodillen o se coloquen de pie.
Hoy, los vuelvo a reunir en torno a Mi Mesa, así como reuní a los apóstoles en el Sagrado Cenáculo. Hoy, este Sagrado Cenáculo son sus corazones, que Me los pueden ofrecer en entrega y resignación para que Yo pueda saciar Mi sed de almas.
Es así que, vuelvo a instituir la Eucaristía, como en aquel Jueves Santo, tomando el pan entre Mis Manos y elevándolo a Dios, pidiéndole que Su Insondable y Poderoso Amor Redentor transubstancie el pan en el Glorioso Cuerpo de Cristo, por la reconciliación y la paz en Argentina.
Es así, que lo vuelvo a partir, delante de ustedes, para decirles que este es Mi Cuerpo, que entregué por ustedes para el perdón de los pecados.
Fray Elías de Sagrado Corazón de Jesús:
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Reverenciamos el Sagrado Cuerpo de Cristo.
De la misma manera que en el Sagrado Cenáculo, vuelvo a tomar entre Mis Manos el Santo Cáliz, y elevándolo lo ofrezco al Padre para que sea transubstanciado en Mi Preciosa Sangre. Así como les dije a Mis apóstoles, hoy les digo a ustedes: “Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, de la Sangre de la Nueva y Eterna Alianza entre las almas y Dios; Sangre que hoy es derramada sobre la Argentina para la remisión de todas las faltas. Hagan esto siempre en Mi Memoria, porque Yo ya estoy retornando”.
Fray Elías de Sagrado Corazón de Jesús:
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Reverenciamos la Preciosa Sangre de Jesús.
He aquí a Quien ha entregado la Vida por ustedes, este es el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
Que se alegren los misericordiosos, porque siempre alcanzarán Misericordia.
En unidad perfecta con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, vamos a consumar esta celebración a través de la oración que Cristo nos enseñó, elevando nuestra más sincera oferta al Padre.
Oración: “Padre Nuestro”.
Que la Paz, el Amor y la Luz de Mi Sagrado Corazón descienda sobre ustedes y Argentina.
Fray Elías de Sagrado Corazón de Jesús:
En un acto de profunda fe, oremos:
Señor,
yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.
A pedido de Nuestro Señor Jesucristo, anunciamos la Comunión Espiritual de todas las almas del mundo con el Sagrado Corazón de Jesús.
En un gesto de reverencia y de fraternidad nos damos el saludo de la Paz.
¡La Paz de Cristo!
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y
os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido;
y, por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
Los dejo con la Presencia Viva de Mi Ser a través de la Eucaristía. Que esa Presencia Viva, que es la Luz de Dios, siempre esté latente en sus seres, y así nos preparamos para esta importante Maratón de Oración, en la que todo se transformará y se curará; confíen en eso.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando Yo vuelva al mundo, regresaré por aquellos que fueron olvidados.
Cuando Yo retorne al mundo, volveré por aquellos que están perdidos.
Cuando Yo retorne al mundo, volveré por aquellos que han sufrido.
Cuando Yo vuelva al mundo, regresaré por aquellos que han perdido la esperanza, que están sometidos y no consiguen salir adelante.
Será Mi Gracia poderosa e invencible, cuando Yo retorne al mundo, la que liberará a todos del mal.
A Mi derecha estará San Miguel Arcángel. Él elevará Su espada hacia lo alto e invocará en Mi Nombre todos los poderes Universales y Celestiales. Así, Su espada de Luz se encenderá en Dios y será dirigida hacia la Tierra para liberar a las almas y a las consciencias de los infiernos y de los abismos.
En esa hora, la Poderosa Madre de Dios, Madre de toda África y del mundo entero, le pedirá a Sus Huestes de Luz, los Santos Ángeles del Cielo y de todo el Universo, que desciendan a la Tierra para llevarle a las almas los Tesoros de Dios; un abrazo espiritual inexplicable, un abrazo amoroso desconocido, que confortará a los corazones que han sido esclavos del mal y de la adversidad.
Mientras tanto, en esa hora tan definitiva del Juicio Universal, los Cielos se seguirán abriendo, las nubes darán paso al Hijo de Dios para que Él, finalmente, pueda tocar con Sus Pies el suelo herido de África y del mundo entero. Y llamará, de las cuatro direcciones de la Tierra, a todos los que han sido sometidos, que fueron descartados y rechazados por sus propios hermanos de la Tierra.
Y, a pesar de que los infiernos se abrirán para que sean liberados definitivamente, aquellos que están perdidos y olvidados no temerán; porque si, hasta el fin de los tiempos, fueran fieles a la oración del corazón y a la súplica, les diré que el Espíritu Santo los guiará hacia Mí y así los encontraré nuevamente, para que juntos celebremos la Cena de la Redención y de la Paz, junto con todos los bienaventurados y todos los ángeles que estarán presentes en ese importante momento planetario.
Porque cuando su Maestro y Señor, el Rey del Universo, vuelva a elevar el pan y el vino para recordar el Sacrificio del Cordero de Dios, los infiernos temblarán, los espíritus se disolverán, las almas se liberarán y la Luz del Cielo descenderá con el poder de todo el arco iris del Cielo.
Así, los siete Rayos de Mi Corazón se expandirán en todas las direcciones del planeta, las almas serán conducidas hacia Mí por los Ángeles de la Madre del Cielo.
Mientras tanto, la Sierva y Esclava del Señor orará por ustedes; y aquellos, que han sido poderosos, que hicieron uso del poder para instigar a sus hermanos del planeta, serán retirados de este mundo. Porque llegará el Nuevo Edén, la Nueva Tierra; florecerá en los corazones una alegría inexplicable, sus rostros finalmente reflejarán la esperanza y no el sufrimiento, y serán colmados por el Espíritu Santo de Dios e ingresarán como Moisés en la Nueva Tierra.
Y estos, Mis hijos de los últimos tiempos, volverán a encontrar el Paraíso que perdieron, el Paraíso de la Creación, el origen que Dios les entregó desde el principio para que, como raza y como humanidad, fueran felices en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo.
Por eso, ¡alégrense en este momento, hijos Míos! Hoy, vengo aquí como su Maestro y Redentor.
Las cruces dejan de pesar en sus espaldas, porque recibirán de los ángeles del Cielo los dones que necesitan para poder elevarse en consciencia y de corazón.
A través de la Presencia del Corazón de Cristo y del poder de Sus Cinco Sagradas Llagas, que hoy iluminan especialmente a todo el continente africano, los grilletes se rompen, las cadenas se disuelven, la deuda espiritual desaparece completamente de los corazones afligidos.
Por eso, crean, a través de Mi Corazón, en la llegada de la Nueva Tierra. Los frutos serán abundantes en el Paraíso que los espera.
Sigan convirtiéndose en estrellas de la Corona de la Madre de Dios.
Sean chispas del Soplo de Mi Espíritu, y que sus voces y corazones nunca se cansen de clamar. Porque a través de su ofrenda sincera a través de estos últimos cinco años, de la ofrenda sincera de todos los hijos de la Casa Santa Isabel, el Rey del Universo finalmente pudo llegar aquí, a África. Y, a través de este lugar, estoy pudiendo llegar a todos los pueblos de este herido continente.
Ahora, solo les pido que no miren más hacia su alrededor, que no se identifiquen con el sufrimiento ni tampoco con el caos. Ingresen a su mundo interior. Descubran la riqueza del universo espiritual que Dios les ha dado; esa riqueza que se guarda en el corazón de cada uno de ustedes, que es la riqueza de la Gracia, del Amor y de la Verdad.
Por eso, Yo siempre seré para ustedes el Camino, la Verdad y la Vida. Y hoy, sus caminos se renuevan. Hoy, la Verdad llega a sus corazones y consciencias. Y hoy, la vida de cada uno de ustedes es reconsagrada a través de la Presencia de Mi Sagrado Corazón.
Deseo que en esta casa exista una estatua del Sagrado Corazón de Jesús, en este mismo lugar donde hoy estoy apareciendo, porque quiero recibir a todos los que sufren y padecen.
Y, a través de Mi Presencia en este lugar, quiero derramar las Gracias para aquellos que contemplen esa sagrada estatua, para que siempre tengan fe, fuerza de corazón y perseverancia de espíritu.
Crean que el fin del cautiverio llegará.
Hoy, el peso de la cruz de cada uno se alivia completamente para que puedan recibir de todo el Universo y, a través de Mi Corazón, las Gracias que necesitan para volver a encontrarse con Dios.
Crean en lo que les estoy diciendo.
Los nuevos tiempos llegarán. Las puertas del Cielo se abrirán como ahora, y el dolor por todo el sufrimiento vivido y experimentado por aquellos que lo guardan en sus corazones, hoy es transformado y curado por Mi Presencia, por la Presencia del Pastor de las ovejas de Dios, del Señor Curador de las esencias.
Hoy, quiero celebrar con ustedes este esperado encuentro. Conté los días y las horas para poder estar aquí con ustedes y, a través de ustedes, poder estar con toda África para que el estigma de su sufrimiento y miseria pueda ser revertido.
Así como les dije, verán venir del Cielo al Hijo de Dios porque han sido fieles a la oración y a la Palabra, y ustedes ya merecen el Reino de los Cielos aunque no lo crean.
Por esa razón estoy aquí, para decirles que el Paraíso de Dios le pertenece a cada uno de ustedes, y que en el Paraíso vivirán la felicidad que tanto esperan y buscan. Esa felicidad de Dios los renovará y los transformará, y esto renovará y transformará a sus hermanos de África.
Ahora, deseo que lleven sus manos hacia el corazón, para vivir Conmigo este momento de reconsagración a Mi Sagrado Corazón. Por ese motivo, rezaré al Padre por ustedes y por sus hermanos del África.
Abran sus corazones para que, a través de Mi plegaria, sus almas y las almas de sus hermanos reciban los frutos de la redención.
Sagrado Señor del Universo,
que eres la Fuente y la Vida,
que concibes, en todo lo Creado,
la alegría de vivir en Ti
y la esperanza que renueva a todas las consciencias,
consagra a Tus hijos, en este momento,
a través del ofrecimiento de Mi Corazón,
para que sus heridas se disuelvan,
para que sus culpas sean perdonadas,
para que todo trauma sea liberado del corazón.
Por eso, escucha la Voz de Tu Hijo,
y recibe esta plegaria como verdadero ofrecimiento de Jesús
por aquellos que Tú creaste a imagen y semejanza,
y que aguardan hasta los tiempos de hoy
la promesa de la liberación.
Amén.
Ahora, les dejaré el mejor tesoro que tengo para cada uno de ustedes, el mayor testimonio de Amor que dejé para cada uno de ustedes, el mayor milagro para cada una de sus vidas.
Que, hasta el fin de los tiempos y hasta el gran momento de Mi Retorno a la Tierra, este legado permanezca latente en sus corazones y vidas; y siempre y cuando lo necesiten, vuelvan su mirada hacia ese legado que hoy les ofreceré a través de la Eucaristía.
Recuerden que estoy presente en todos los Sagrarios de la Tierra y, más aún, puedo estar presente y vivo en el sagrario del corazón de cada uno de ustedes, cuando tan solo comulguen Conmigo en unidad, amor, luz y alegría.
Por eso, hoy les ofrezco este momento de Comunión que celebraré, en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, por ustedes y por toda África, para que los méritos de Mi Dolorosa Pasión liberen a los corazones del caos, y los corazones renazcan en la fuerza y en la alegría de vivir en Dios.
Preparémonos para este momento, cantando.
Queridos hijos:
Una etapa se cierra después de los impulsos y de las revelaciones vividas en Garabandal.
Ahora, después de haberse abierto esa puerta, su Madre Celeste aspira a que en una próxima etapa se continúe visitando Garabandal, para que el conocimiento que este Santuario guarda en su interior sea revelado a todos.
Por esa razón, la misión realizada hasta los días de hoy permitió que bases espirituales importantes se establecieran en la superficie y que la consciencia angélica se haya podido aproximar a la esfera terrestre para comenzar, desde ahora, a preparar el surgimiento de la Nueva Tierra en el corazón de todos los devotos de la Virgen del Carmen de Garabandal.
Este momento, vivido y compartido con los pobladores de Garabandal, dejó sembrado internamente no solo una semilla de fraternidad para que posteriormente germine y en algún momento, cuando haya crecido lo suficiente, pueda dar frutos que serán de ayuda y de beneficio espiritual no solo para los pobladores de Garabandal, sino también serán de beneficio para todos los que acogen Mi Mensaje Maternal, Mi llamado en Garabandal.
Los invito a seguir rezando por todo aquello que aún deberá despertar para que, algún día a través de la ayuda angélica, Garabandal esté en el lugar y en el espacio espiritual que verdaderamente representa.
Les agradezco por haberme acompañado estos días en Garabandal, haciendo vivo dentro de ustedes Mis Mensajes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo vengo del Cielo, a este lugar, para reabrir las puertas de los corazones, de los corazones heridos, abandonados y olvidados.
Por esa razón, Yo estoy aquí, en esta noche, sobre este Centro Mariano y con cada uno de Mis hijos. Más allá de las distancias, Yo estoy con cada uno de ustedes y agradezco este momento en el que ustedes se reúnen Conmigo, uniendo Mi Corazón con sus corazones para que las Gracias del Padre, las promesas del Hijo y los impulsos del Espíritu Santo desciendan sobre la humanidad, sobre este planeta.
Les agradezco también, Mis amados hijos, en esta noche de Gracia y de Misericordia, cada oración que le han ofrecido a Mi Corazón y les prometo que cada una de sus intenciones, cada una de sus súplicas sinceras y honestas será colocada a los Pies del Creador, para que la Madre de Dios, y Madre de todos, pueda interceder por esta humanidad, como lo ha hecho en esta jornada, a través de este encuentro de oración, en los lugares más sufridos, en los espacios más oscuros, donde miles de almas no consiguen ver la Luz de Dios, donde miles de almas ya no creen en el Amor del Padre, porque les han quitado la fe, han borrado la esperanza en muchos corazones que viven los conflictos del mundo, las persecuciones de estos tiempos y las guerras.
Pero Mi esperanza por ustedes está firme, es una esperanza indisoluble, porque su Madre siempre vendrá a su encuentro a pesar de todo lo que suceda; porque cuando vengo a su encuentro, vengo a preparar sus corazones para el Retorno de Mi Hijo, un Retorno que está muy cerca, más cerca de lo que parece o de lo que piensan.
Por eso, por medio de sus oraciones, a través de su servicio, sigan propagando la fe y no solo fortaleciendo la fe en ustedes, sino también en sus hermanos, en aquellos que han dejado de creer en la Nueva Tierra, porque también la Nueva Tierra está muy cerca, está cerca de poder nacer en el corazón de los hombres y mujeres de la Tierra, en aquellos que siguen en simplicidad los Mandamientos de Dios y que no se olvidan de que a través de los Mandamientos podrán conocer las Leyes de Dios.
Les pido que hagan silencio, para que puedan escuchar la Palabra de Dios, una Palabra que no se desperdicia, un Mensaje que no se desvanece, un impulso que trae Mi Corazón para todas sus moradas, para todas sus esencias, con un propósito mayor de que ustedes sean conscientes y partícipes de la preparación del Retorno de Cristo, porque como Él les dijo, Él necesitará colocar sus Pies en los lugares que sean preparados para recibirlo; porque en esos lugares como este, Él volverá a traerles Su Palabra, no solo Su Palabra de Redención, sino también Su Palabra de Amor; porque cuando tan solo escuchen Su Voz y vean emerger las Palabras a través de Sus Labios, todo será transformado, todo será redimido.
No solo estoy aquí con la esperanza de que cada uno de ustedes Me acompañe en la reapertura de los Centros Marianos, sino también que Me acompañen en la tarea que Su Madre Celeste deberá realizar junto a Su Hijo en el hemisferio norte, incluyendo África.
Por eso, desde ahora, Mi Corazón llama a cada uno de ustedes a postularse para el servicio mayor. Sí, es eso lo que escuchan, postularse al servicio mayor es abrirse profundamente para caminar junto a la Jerarquía en los planes y en las metas que están propuestas para este ciclo.
Un plan que ya está pensado y está previsto, un plan preparatorio también para el Retorno de Mi Amado Hijo. Un plan que beneficiará a muchas consciencias, en especial a los más vulnerables y a los más descartados, no solo de África, sino también del mundo.
Por esa razón, Yo estoy aquí, para impulsarlos al apostolado. Mi Hijo Me lo ha pedido, Mi Hijo Me lo ha suplicado, porque en estos tiempos deben surgir los apóstoles del fin de los tiempos. Esto no es una filosofía ni tampoco es una teoría, debe ser una realidad para cada uno de ustedes: estar abiertos, disponibles e incondicionales para que, a pedido de la Madre de Dios, puedan estar donde sea necesario o donde sea más urgente.
Por esa razón los traje hasta lo alto de esta Colina; por esa razón, les pedí que hicieran un ofrecimiento en el Portal de la Paz, porque las flores que colocaron a Mis pies son Gracias que hoy derramaré sobre el mundo y, en especial, en aquellos lugares donde ya no existe la esperanza, la luz ni el amor.
Sé que no comprenderán todo lo que hoy les digo, pero no se preocupen, Mis hijos, que Mis Palabras resuenen en su mundo interior y que puedan acoger Mis Palabras con gratitud y con mucha alegría por todos aquellos que no pueden vivir la gratitud, por todos aquellos que no conocen la gratitud, por todos aquellos que no viven la alegría porque viven el sufrimiento y el caos.
Pero ustedes, en esta noche, en nombre de toda la humanidad y del planeta, están bajo Mi atmósfera de Gracia, dentro de Mi gran esfera de Luz, en donde existe el Propósito Creador de Dios; impulsos que Yo dejo en sus consciencias y en sus mundos internos con el fin de que se pueda dibujar, a través de sus vidas, la Voluntad del Padre, aquella Voluntad que ya tiene prevista para cada uno de ustedes y de sus hermanos.
Por eso, alégrense y sirvan sin condiciones ni reglas. Dónense al mundo para que el sufrimiento se pueda aliviar en muchos lugares.
Que sus pies sean pies peregrinos, que sus manos sean manos de servicio, de abnegación y de entrega incondicional, para que el Amor de Dios vuelva al mundo, en especial en aquellos espacios en donde se ha perdido el Amor.
Que ese Amor pueda llegar al principal Proyecto del Creador, que son las familias, porque muchas familias están divididas y separadas.
Todo este momento, es también por las familias del mundo, para que la alianza en las familias pueda existir en estos tiempos, y así se pueda gestar la Nueva Humanidad, que no estará sometida a estas condiciones actuales, sino que será una familia espiritual que podrá conocer la felicidad de Dios, aquella felicidad que Él les prometió desde el principio, desde Adán y Eva; una felicidad que fue sepultada por los pecados del mundo y por el mal.
Pero, ¡alégrense, hijos Míos!, porque la promesa de Mi Hijo está latente, la promesa del fin de su cautiverio, del cautiverio de esta humanidad.
Que, en esta noche, reciban la Gracia de estar en la Misericordia de Dios, para que puedan aprender y saber que la Misericordia de Dios es infinita e invencible, y que aquella alma o aquel corazón, que verdaderamente se arrepienta, conocerá la Misericordia de Dios en su corazón.
Esto era todo lo que hoy les quería decir. Sigan atentamente los pasos de los Sagrados Corazones. Nuestra promesa de volver a África está latente y aspiramos a que pueda suceder pronto, muy pronto; porque cuando eso suceda, Mis amados hijos, la puerta del amor y de la cura se abrirá para África.
Hoy, les agradezco por estar Conmigo y por haber hecho brillar a este Centro Mariano de Figueira. Una vez más, el Árbol Sagrado de Figueira les vuelve a otorgar los frutos de la Gracia de Dios, no solo a sus corazones, sino también a todos los corazones del mundo que, abiertos a Mi Amor, escuchan Mi llamado.
Les agradezco. Dios los bendice y los protege.
Bajo la autoridad que Él Me concedió, bajo la poderosa Luz de la Cruz de Emmanuel, a la cual, los invito a visitar después, para agradecerle a Dios Creador porque Su Misericordia es infinita y Su Amor es invencible.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de Nuestra Señora, vamos a cantar, para despedirla: “Bienaventurados los misericordiosos”.
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Dios,
yo creo en Ti,
yo Te adoro, yo Te espero y yo Te amo;
y Te pido perdón por los que no creen en Ti,
no Te adoran, no Te esperan y no Te aman.
Amén.
(tres veces)
Hoy, ante la majestad y la soberanía de estas montañas, Yo los saludo a todos.
He aquí el Resucitado, he aquí a Quién dio la vida por ustedes y la sigue dando en este tiempo, por un solo fin: la redención y la conversión de la humanidad, más allá de las creencias, más allá de las religiones, más allá de los dogmas, de las ideas o del ateísmo.
Yo Soy el Resucitado y Me presento, una vez más ante el mundo, para anunciarle Mi Mensaje de Paz y del fin de la guerra. Para que esto suceda, todas las almas y consciencias se deben rendir a Mí. Eso permitirá, ante el Padre Celestial, que la humanidad se salve completamente y que no se pierdan áreas de este planeta por ignorancia y por maldad.
He aquí el Resucitado, Aquel que resucitó al tercer día de entre los muertos, que subió a los Cielos, que retornará en Gloria con todas las Consciencias y Jerarquías para restablecer en este mundo el Gobierno del planeta, el verdadero Gobierno de la humanidad, un Gobierno Espiritual que nunca se sembró en la consciencia ni en la vida externa.
Por eso, cuando el Resucitado retorne al mundo, no solo vendrá en Gloria, sino también en esplendor para anunciarles la llegada del Nuevo Tiempo a todos, la llegada de la Nueva Tierra, después de que esta se purifique como se purifica ahora, después de que esta Tierra y esta humanidad comprendan, de una vez y para siempre, que deben volverse hacia Dios, porque sin Dios la humanidad es nada, es una humanidad muerta, frágil y pobre.
A través de Mis Palabras, Yo vengo a traerles las riquezas del universo, el Verbo de Dios que se puede hacer carne en ustedes a través de los ejemplos de la caridad y del bien, que es lo que le falta a toda la humanidad, que es lo que le falta a la raza humana; le falta vivir el bien y la caridad para poder encontrar en sí misma la Misericordia que necesita para poder redimirse y salvarse, para que este planeta como consciencia espiritual se vuelva rescatable.
Yo vengo desde lo alto de estas majestuosas y soberanas montañas de Montserrat para anunciarle al mundo que el tiempo de Mi Retorno está llegando, y que cada día que pasa ese Retorno se vuelve más cerca, más próximo a todos.
Continúen elevando al Cielo sus oraciones y súplicas por aquellos que no lo hacen, por aquellos que no lo viven, por aquellos que niegan a Dios y no cumplen las Leyes Universales. Si esto sigue sucediendo así, el mundo ingresará en un caos mayor.
Sean inteligentes y no permitan que Mi adversario avance sobre esta humanidad, sean pacificadores, sean misericordiosos, sean representantes de Cristo en la Tierra a través de su transformación y de la transformación de sus consciencias. De esa forma, darán un testimonio vivo y no pasajero, darán un testimonio verdadero y no un testimonio pobre.
Por esa razón, Yo estoy aquí para hacerlos valientes y perseverantes; para que, a través de Mi Corazón, el Corazón del Resucitado, ustedes vuelvan a encontrar la vida, y sus hermanos también vuelvan a encontrar la vida que perdieron, la vida que Yo llamo vida espiritual.
Mientras tanto, quisiera decirles que las Jerarquías que hoy Me acompañan, las Sabias Jerarquías del universo, trabajan incansablemente en este momento planetario, especialmente por aquellos que son golpeados por las guerras y por los conflictos, especialmente por aquellos que siguen siendo descartados, esclavizados y martirizados por sus hermanos de la humanidad.
Llegará el momento que, cuando retorne el Hijo de Dios, Él mismo en Su Soberana Presencia enfrentará a aquellas consciencias que lo negaron, especialmente a las que dirigen los gobiernos de este mundo, que estarán cara a cara ante el Rey y el Hijo de Dios.
Pero no vendré a imponer una ley ni tampoco un castigo, vendré a demostrarles aún más el universo infinito de Mi Amor, al cual los invito a seguir conociendo y penetrando a través de la consciencia y de los actos de amor. De esa forma, no solo serán Mis servidores, serán las consciencias misericordiosas de Dios que atraerán hacia la Tierra las Leyes Divinas, que hasta los días de hoy la humanidad no cumple ni vive.
La ausencia de las Leyes Superiores, en esta humanidad, genera el caos que hoy está viviendo y atrae muchísima desigualdad e indiferencia a través de aquellos que solo se llenan sus bolsillos de riquezas y no las comparten con los más pobres y descartados.
Por eso, Mi Mensaje viene para los más simples de corazón, los más puros de intención, para los más humildes.
Yo no vengo a buscar a los que son perfectos, inteligentes o astutos; vengo a buscar a los que se consideran pecadores, a los que necesitan de la Llama del Amor de Mi Corazón para poder redimirse y para poder seguir adelante en este camino que Yo les ofrezco hacia Mi Padre Celestial.
Mientras tanto, el Padre Eterno tiene Sus Brazos abiertos, pero Su Corazón lleno de flechas, por el odio, por los conflictos, por las guerras, por las indiferencias y, principalmente, por la falta de amor y de fraternidad en la consciencia humana.
Sé que Mi Presencia Espiritual y Divina, en este momento previo a Mi Retorno, despierta y activa a muchos Cristos Internos que no viven ninguna religión, que no viven ningún dogma ni tampoco practican ninguna filosofía, sino que, a través del servicio, sus corazones se llenan de paz, de gozo y de alegría por servir a los demás.
Es allí, en donde también Mi Amor Redentor y Misericordioso actúa profundamente, en los abismos más difíciles del planeta, en los infiernos de las consciencias de las naciones, en donde solo se practica la violencia, el odio y la maldad.
Aunque todo parezca destruido en algunas naciones del mundo, Yo prometo volver a erguirlas, para que sean el verdadero Reino de Dios que vinieron a cumplir en este mundo y que, por diferentes razones y motivos, sus hermanos de la humanidad impidieron este, Mi Proyecto, para las naciones.
Yo haré florecer en los corazones nuevos tesoros. Yo haré florecer en los corazones nuevas experiencias. Y todos, los que hayan creído en Mí, podrán recibir los impulsos de Mi Amor, los que les traerán sabiduría y discernimiento para estos tiempos de transición.
De esa forma, ustedes no solo estarán preparados, sino también, a través de sus ejemplos de servicio y de amor, prepararán a sus hermanos, especialmente a aquellos que no tienen consciencia de la espiritualidad y de la Vida Mayor.
Por esa razón, hoy vengo especialmente a Montserrat, para que la consciencia se eleve hacia Dios, para que la raza humana se vuelva hacia el universo, contemple el firmamento estrellado de esta Creación y recuerde que hay un lugar muy especial para cada consciencia, para cada alma y para cada ser, que es su origen.
Si las almas se vuelven hacia su origen, sus espíritus retornarán hacia sus orígenes primordiales. De esa forma, el espíritu del gobierno de esta humanidad y de este planeta se reconstruirá, cuando todo se haya purificado.
Muchos se preguntan en los planos internos: ¿cuánto tiempo falta para que retorne el Redentor?
Hoy, les vuelvo a decir que no falta mucho tiempo; pero hasta que Yo no consiga retornar a sus corazones, hasta que ustedes no Me entreguen sus vidas completamente y no resistan ningún aspecto interior, Yo no podré retornar.
Es de esa forma, que necesito justificar ante el Padre Eterno ese gran movimiento universal. Sean conscientes de este momento, porque ya no hay tiempo.
Mis Labios pronuncian las Palabras de la Voluntad de Dios a todas las consciencias.
Mi Corazón irradia los Impulsos de la Fuente Divina en este momento, ante esta situación del planeta y de la humanidad.
Mientras estoy aquí, estabilizo los planos de la consciencia para todos los que necesitan de la paz, para todos los que escapan de la guerra, de la persecución y de la muerte; porque su Maestro y Señor sabe lo que es morir en soledad. Él lo vivió en la Cruz en carne propia, en cada minuto y en cada segundo del Calvario.
Pero, en esa soledad que hoy muchas consciencias viven en el mundo por diferentes motivos, por pobreza, por descarte, por desigualdad, por indiferencia, por miseria, por enfermedad o hasta por maldad, encuentran una fortaleza interior a través de Mi Presencia, cuando tan solo piensan en Mí.
Es así, que Yo los hago caminar más allá de lo que creen poder hacer, superando sus límites, sus desiertos y hasta sus dificultades. El Amor de Dios es capaz de ir más lejos, y les daré un ejemplo para que lo comprendan: en este momento, de sufrimiento y oscuridad para Ucrania, su Maestro y Señor ha propuesto una ayuda especial a todas las esencias que atraviesan ese momento, mediante un servicio humanitario simple, preciso, pero profundo, porque significa llevar la Luz de Cristo hacia esos lugares, donde más se necesita.
De la misma forma, Mi aspiración por África está latente.
No solo Europa, sino también el mundo entero, todos los que escuchan Mi Voz y creen en Mi Mensaje deben tener presente estas dos aspiraciones de su Maestro y Señor, porque de esas tareas, de esos acontecimientos, dependerá o no el mayor alivio de la humanidad.
Quiero que en esta próxima Maratón ya se sientan Mis apóstoles, y no que aspiren a ser Mis apóstoles.
El mundo necesita de apostolado, no un apostolado de evangelización, sino un apostolado de servicio, de amor, de caridad y hasta de redención; de llevar la paz a donde no existe, de transmutar la maldad en donde esté presente por medio del silencio y de la oración, de la elevación de las consciencias.
Así, aprenderán a hacer lo mismo que Yo hice por ustedes, cuando estuve en la Tierra. De esa forma, Yo contaré con consciencias que amen la Ley de la Transmutación y que no la esquiven, porque este es el tiempo de hacer algo por los demás.
Que esta Maratón ya sea una confirmación de parte de cada servidor para que, en el próximo encuentro Conmigo o hasta la próxima Sagrada Semana, ya pueda designar las necesidades del Plan que tengo previsto para el mundo; es decir, colocar a las consciencias al servicio en África, en Medio Oriente y en Europa, así como también en otros lugares del mundo.
Pero para que esto sea real, ustedes deben amar Mis aspiraciones y deben querer vivirlas, concretarlas y hasta realizarlas; porque ustedes saben que Yo puedo hacer muchas cosas, pero ahora Me resigno delante de ustedes, para que ustedes puedan hacer más de lo que Yo hice tanto tiempo atrás.
Deben ser generadores de la esperanza para el mundo, de una esperanza que ha sido condicionada, de una esperanza que ha sido mutada por los proyectos contrarios de la humanidad. Deben hacerle recordar al mundo que Dios les ha dado la vida, y que la vida es lo más preciado que el Padre les entregó.
El mundo ya no quiere respetar la vida. El mundo quiere abortar la vida y no sabe con lo que se vincula cuando hace ese movimiento. Si una vida está por surgir, esa vida debe ser respetada y amada, así como ustedes fueron amados y respetados desde su nacimiento.
Si Yo no hubiera nacido en un pobre pesebre de Belén, el mundo no hubiera comprendido el Propósito de Dios. Si Yo no hubiera predicado, el mundo no hubiera comprendido las Parábolas. Si Yo no hubiera muerto en la Cruz, el mundo no Me hubiera adorado como el Primogénito.
Porque, recuerden que Yo Soy un Puente hacia Dios. Soy el Gran Espejo de la Misericordia Divina, que cada vez que se presenta se proyecta y se refracta en el mundo entero, en todas las almas, bajo cualquier condición y situación.
Llegó la hora de los apóstoles confirmados. Llegó la hora de dejar de tener el corazón tibio, de tener los pies en dos caminos, en dos senderos; porque les vuelvo a decir, como les dije una vez, que Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida.
Les agradezco por orar a Mi Madre Celestial, pues como una Gran Operaria de Dios trabaja por la paz en Europa Oriental, junto a todas las consciencias angélicas.
Sigamos creando los puentes hacia el universo, sigamos abriendo las puertas correctas y cerrando las puertas inciertas, porque el mal se vencerá con el Amor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vigila en oración, para que tu corazón esté pronto para abarcar misterios del Reino Celestial que nunca antes fueron vividos por los hombres.
Vigila en oración, para que tu consciencia sepa reconocer las señales visibles de la Presencia de Dios, y Ella te transforme, por dentro y por fuera.
Vigila en oración, para que, con el corazón vacío, puedas recibir todos los dones divinos que, como último impulso, están siendo entregados a la humanidad. Deja que esos dones se hagan vida, fecundando en tu interior aquello que te llevará a participar de una nueva Tierra, de un nuevo tiempo.
Vigila en oración, para que tantos engaños del enemigo no te confundan y no te hagan perecer antes de alcanzar, en el propio interior, la renovación del Amor de Dios.
Solo ora, hijo, y vigila en oración, porque ha llegado el tiempo de la definición de cada ser, y cada instante debe ser para ti un momento de confirmar tus votos con Dios.
Vigílate a ti mismo en oración, y no permitas que seas tú quien te retire del camino.
Vigila en oración, para saber pedir ayuda en el momento correcto, para saber clamar a Dios por Su Gracia.
Vigila en oración, para percibir cuando el otro necesita de ti, aunque sea en silencio.
Vigila en oración, para comprender que tu vida, por menor que te parezca, puede transformar otras vidas cuando sabes ser instrumento de Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
En este ciclo, el caos no quiere gobernar a las naciones, el caos desea permanecer en el corazón y en la mente de las personas que simpatizan con el conflicto y el poder; porque a través de las almas que son tomadas por el caos se lleva adelante el plan de Mi adversario y como él sabe que ya le queda poco, intentará despertar y generar la mayor destrucción posible en los pueblos y en las naciones.
Por esa razón, la verdadera batalla está dentro de cada uno, en la dualidad que en este tiempo deberá transcenderse y vencerse para que el alma triunfe.
Este ciclo es un tiempo de muchas confrontaciones espirituales y lo que está en juego es la próxima humanidad.
Si la humanidad actual consiguiera vencer la indiferencia, por la fuerza y el poder del amor, la Nueva Tierra ya estaría naciendo en los corazones.
Pero ahora hay que usar la inteligencia que brinda el Espíritu Santo para poder vencer los embates y los desafíos de estos tiempos. Esa inteligencia la construirán con la oración y con todo lo que alimenten a su mundo interior.
Habrá días de gloria, pero también habrá noches de batallas y, en ese momento, Mi Amor estará allí para ayudarlos cuando Me lo permitan.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Hijos:
A medida que transcurren los días, se aproxima más el momento especial, en el que su Redentor volverá a poner Sus Pies en el suelo sagrado de Sudamérica y entrará a una de las regiones destinadas a la Nueva Tierra, Argentina.
Más allá de la decadencia social, política y humana, Argentina es un país bendecido por la belleza de la Creación de Dios y los más preciosos paisajes, desde Tierra del Fuego hasta las cumbres de Jujuy, sirven de recintos inmaculados e internos para que allí esté siempre presente la Jerarquía.
El Padre Celestial sabe que la mayoría de Sus hijos de Argentina y de toda Sudamérica atraviesan el primer ciclo de la transición de la Tierra. Pero más allá de lo que cometan los dirigentes y responsables en la equidad de las naciones sudamericanas, en la querida Argentina existen almas con un gran corazón que palpita y se mueve ante la llegada del Redentor.
Es como un impulso interior que nunca acaba, es un amor de argentinos que va madurando al pasar el tiempo y las experiencias.
Es Mi deseo ardiente ser recibido una vez más por el amor que palpita en cada corazón de Argentina, para que las puertas del Cielo se mantengan abiertas y todos sean colmados por el Amor del Señor, un Amor que siempre los renovará y los impulsará a seguir adelante.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Aún la Sangre espiritual de Mi amado Hijo será vertida como un potente manantial sobre la humanidad.
Esa preciosa Sangre, que guarda los códigos lumínicos de la dolorosa Pasión de Jesús, será la que terminará de purificar completamente a todos los creyentes seguidores, servidores y consagrados de Cristo.
La Divina Sangre de Jesús será derramada como una potente Luz en el mundo y en ese momento todo se desencadenará, todo se definirá y la promesa de Su Segundo Retorno se cumplirá.
Por eso, la preciosa Sangre espiritual de Mi Hijo podrá ser reconocida y todo Su sacrificio no habrá sido en vano, a pesar de la perversión en la cual se encuentra la actual humanidad.
Cuando la poderosa Sangre de Jesús vuelva a ser derramada por los ángeles a pedido de Cristo, las religiones conocerán la verdadera y única Faz de Cristo.
Llegará el momento en que la sangre de los mártires de los últimos tiempos también será reconocida y ya no se vivirá en ningún lugar de la Tierra ese sacrificio o entrega porque la poderosa Sangre de Jesús, en su estado divino y espiritual, liberará a todos los que se sintieron, alguna vez, presos de sí mismos y de sus condiciones humanas.
La Sangre Divina de Cristo, que será entregada en cientos de cálices, concederá a los perseverantes en Cristo muchos prodigios, revelaciones y milagros. Y una nueva Tierra comenzará después de que todo se haya purificado y redimido.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Lo que más amo es poder guiar a Mis ovejas y que Mis ovejas cumplan en obediencia y en amor todo lo que les digo.
Ese es el principal motivo de estar aquí, nuevamente, en la Tierra. No habría ninguna otra razón, porque Mi vida existe porque están Mis ovejas, a las que Yo amo con todo Mi Corazón, a las que contemplo con devoción y reverencia para que ellas siempre se animen a hacer el bien y a vivir por la paz celestial en Mi Nombre.
Pero cuando Mis ovejas no Me escuchan y no confían en lo que les indico, Yo nada puedo hacer, solo observar y esperar.
Ya no quiero en este tiempo, ver sufrir a Mis ovejas por sus propios errores y engaños. Yo les prometo un suelo fértil y fructífero a fin de manifestar la Nueva Tierra.
Pero de verdad les digo, este es el tiempo de la definición de los que estarán o no Conmigo y eso dependerá de la confianza y de la fe que entreguen a su Maestro y Señor.
Ya no habrá tiempo para justificarse ni tampoco para responsabilizar a sus hermanos por causa de sus propios actos. Este es el tiempo de la adultez y de poder ver todo con madurez, sin emociones ni lamentaciones.
Este es el tiempo de dar todo por Mí o de retroceder. Ya no es tiempo de los tibios de corazón. Yo los necesito presentes en el amor que se entrega sin condiciones y sin beneficios propios.
¡Les agradezco por guardar Mi Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor Cristo Jesús
Mientras sus oraciones se elevan a los Cielos y tocan el Corazón de Dios, los coros de ángeles y arcángeles proclaman con su alabanza la redención de las almas, del pasado de las naciones, de la historia de los continentes guardada en la consciencia humana.
El amor con el cual pronuncian sus oraciones al Padre construye el camino hacia los Cielos y las puertas del Reino de Dios se abren no solo para recibir a las almas perdidas, sino para verter sobre el mundo la Gracia y la Misericordia que él tanto necesita. La renovación que proviene de la Gracia de Dios toca a la Tierra y la transforma, tornando sagrado el suelo en el cual caminan los seres.
Cada momento de oración es único y debe ser, para los compañeros de Cristo, lo más importante en sus vidas porque es ahí que una nueva Tierra y un nuevo tiempo comienzan a instituirse en este mundo.
Sigan orando con amor, sigan clamando por la paz.
Sus plegarias están siendo escuchadas en el Cielo por el Corazón Piadoso de Dios.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cristo me está enseñando una oración.
Repitamos:
Sagrada Geometría de Luz,
símbolo de la Creación Universal,
desciende sobre nosotros Tu Propósito Divino,
para que alcancemos la Redención.
Amén.
Los Padres Creadores fueron partícipes de las infinitas Voluntades de Dios, antes de que los Universos fueran creados y manifestados, antes de que existiera la primer Hueste de Luz, y fueron llamados Ángeles Elohim.
Antes de la existencia del universo mental fueron los primeros Padres Creadores, los doce Arcángeles, que participaron en comunión con el Padre Celestial de Su Fuente de manifestación y de vida, proporcionada por el amor, por la unidad y la sabiduría.
En aquel tiempo todo, absolutamente todo, era perfecto hasta que uno de ellos, uno de los Padres Creadores se opuso a la Voluntad de Dios y quiso hacer su propio proyecto, el cual lleva adelante hasta ahora y será vencido por el Amor de Mi Retorno al Mundo.
La dualidad será vencida, el error será trascendido, la culpa será disuelta, el sufrimiento se extinguirá cuando los principios de la Fuente Divina retornen al mundo, en verdad, a este Sistema Solar como a otros Sistemas de Vida, en donde se vive la comunión con lo Alto de una forma diferente pero simple, conforme a lo que enseñaron los doce Arcángeles.
El ángel revelado es el décimotercero, por eso él aún se redimirá. Será lo último que hará el Arcángel Gabriel, cuando el arquetipo de Su Sagrada Geometría descienda a la Tierra y cuando Él sea llamado por Dios para llevar esa Misión adelante en la humanidad.
Será un acontecimiento profundamente espiritual e inexplicable. Es por eso que hoy les estoy abriendo el segundo Pergamino de Dios, para que sean conscientes del verdadero y único Conocimiento, que también está guardado en el Arca Sagrada de Dios y principalmente, en Su Corazón.
El tiempo indica que la humanidad está cambiando su estado de consciencia. No te preocupes, ningún ser humano en la Tierra puede traducir los impulsos que Yo traigo al mundo porque es la primera vez, después del pueblo de Israel, que los seres humanos de la Tierra toman contacto con esta Verdad, que proviene del Supremo, de la Fuente.
Por eso no te amedrentes. Tu esencia, como la esencia de tus hermanos, sí reconoce esta Verdad. Reconocen la oportunidad de retomar el camino hacia el sagrado Conocimiento de Dios que ennoblecerá el espíritu, elevará el alma y trascenderá la materia corrupta.
Por eso, compañero Mío, todo tiene su tiempo, no solo para revelarse, sino también para mostrarse.
Yo traigo algo que aún la humanidad no quiso conocer. Esto no es parte de un merecimiento, ni siquiera de una gracia para esta humanidad, pero sí es parte de una revelación, de una necesidad, de una emergencia. Es parte de una respuesta, por la respuesta que han dado Mis compañeros en la fidelidad de la oración, del servicio, de la instrucción, de la aceptación, del tiempo de los cambios, del Plan de la Jerarquía, de la necesidad de materializar la Voluntad de Dios.
¿Ahora comprendes porque es tan difícil traducir Mis Impulsos?
Porque no solo son palabras, son principios, atributos, mandamientos y energías para los espíritus que están en redención, para las almas que están en conversión, para los que por primera vez se aproximan a la Luz de Dios después de haberse alejado de Ella por mucho tiempo.
La Geometría de Dios es un conocimiento puro de la Fuente. Ningún alma de la Tierra lo puede tocar e interferir, solo la Segunda y la Tercera persona de Dios lo puede hacer, como en este caso Su Hijo, el Redentor, que trae con todo el Amor del Universo esta Gracia.
Porque es la Fuente de la Gracia que envía este impulso al mundo y que trae la oportunidad para la consciencia humana de poder crecer, conscientemente, sin orgullo, sin soberbia y sin vanagloria porque el conocimiento de Dios, transmitido a través de Su Geometría Sagrada, abunda en humildad y en amor.
Dentro de ustedes existe la más importante Geometría Sagrada de Dios, que es la Esencia Divina que el mal intenta derrotar, extinguir y perturbar todo el tiempo. Pero el alimento de cada una de sus esencias es la oración, es el único camino que los llevará a la Vida Crística, al servicio incondicional y a la entrega absoluta de su consciencia a Dios.
Sea esta Geometría Sagrada, dentro de ustedes, profundamente reverenciada y cuidada de los estímulos que ofrece el mundo en el universo de su infidelidad, de su omisión y de su indiferencia; algo que afecta mucho a la esencia de los seres humanos y los hace caer en el error, en las faltas, en el pecado.
Pero si sus vidas siguieran el camino de la esencia, conforme a la Geometría Sagrada de Dios, dentro de ustedes se diseñará un nuevo ser, un nuevo principio, aquel que Dios pensó en la primera humanidad de la Tierra, en Adán y Eva, Proyecto que fue interferido y usurpado.
Pero ahora, después de Mi venida al mundo hace más de 2.000 años, para esta próxima Sagrada Semana en donde no solo celebrarán y recordarán Mi Pasión, será el momento más importante en donde la humanidad entera y el planeta tendrá la última y única oportunidad, en ese Encuentro Sagrado, de recibir los impulsos directamente de los Padres Creadores, de lo que hoy les hablo y de lo que les hablé ayer, de la Geometría Sagrada de Dios, conocimiento incalculable, tesoro inmaterial que recolocará a las consciencias dentro del Plan de Dios para que al fin surja la Nueva Tierra y la Nueva Humanidad.
Sé que en este día no comprenderán todo lo que les digo porque no solo Mis palabras se pronuncian, sino que el Universo habla con la misma palabra y transmite los impulsos de la Fuente inmaterial de Dios para la humanidad, para todos los que aquí se han congregado en fidelidad y confianza para ser parte de Mi Proyecto.
He ansiado tanto decir todas estas revelaciones que tuve que esperar hasta el día de este encuentro, para que en este encuentro, número sesenta y ocho, sus consciencias estuvieran preparadas para que sus oídos internos y, especialmente, sus corazones escucharan algo absolutamente desconocido, que por obra y gracia del Espíritu Santo de la Madre de Dios, hoy se puede revelar en palabras, en impulsos, en luz y en una única Sagrada Geometría.
El Conocimiento Divino es para los valientes, portal que los llevará a conocer la Vida Universal, salir de la ignorancia, del hipnotismo y de la ilusión mundial. Porque sus consciencias, por la naturaleza de esta revelación, se elevará y podrá estar en comunión íntima con el Padre Celestial, directamente con Su Fuente y Su Voluntad, para decir “sí”, finalmente, a Su llamado universal de amor.
Porque el Padre aspira y espera ver una nueva Tierra libre de egoísmo, de sufrimiento, de indiferencia, de guerras, de perdición. Él quiere ver una nueva Tierra, fruto del Universo de la Paz, y Gracia prometedora de todos los Arcángeles, los Elohim.
Para que su cuerpo material sea partícipe de esta energía divina, hoy invocaremos uno de los nombres de Dios para que se guarde en sus internos esta poderosa energía que proviene de la Fuente, en este momento y directamente para la humanidad.
Así celebraremos esta Eucaristía, esta posibilidad de estar en comunión con lo Alto, nuevamente, teniendo total consciencia, a pesar de lo abstracto y de lo inmaterial, de lo que hoy están recibiendo y de lo que recibirán para que tengan sus frutos no solo en sus vidas, sino también en sus familias y en sus seres queridos.
¡Que así sea!
Entonaremos “Elohim, Elohim”. Nos ponemos de pie.
Suavemente.
Colocamos las manos en señal de recepción y agradeciendo.
Ahora un poco más intenso y más rápido.
“Universo”.
Adonai, Emmanuel y Abba, Padre de la Verdad y de la Existencia infinita, desciende Tus Principios sobre el mundo, vivifica en los corazones la llama del Amor para que, transformados por Tu Sagrada Geometría, alcancen la redención. Amén.
Oración:
“Padre Nuestro”.
Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo que siempre les dará la Vida Eterna. Amén.
Al fin pude hacer lo que tanto esperaba y anhelaba. Al fin pude cumplir lo que Dios tanto deseaba, y espero que este tesoro sea protegido y valorado porque no estará al alcance de la vida material, sino de la vida espiritual que cada uno construya en sí mismo y para con Dios.
Por la Sagrada Geometría de la Paz y en nombre de Shalom Adonai, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Por el nombre de la Paz se saludarán fraternalmente.
¡Les agradezco!
Y no olviden lo que les dije. Pueden saludarse.
Mientras en el mundo las naciones buscan formas ciegas de establecer el poder humano y planifican guerras y caos para someter a las almas al sufrimiento y a la desesperanza, tú, hijo, debes colocar tu corazón cada vez más adentro del Corazón de Dios.
En oración, reconoce el Poder de Dios que está más allá de cualquier poder humano.
Recuerda que tu vida debe ser el puente hacia una nueva vida sobre la Tierra y que, en esta vida, tu corazón debe ser el principio del Nuevo Hombre.
Que los vicios y las tentaciones de este tiempo no te estimulen a olvidar el principal motivo de tu existencia. Todo en esta Tierra pasará, solo permanecerá el aprendizaje de amor que hayas vivido en tu corazón.
Tu esfuerzo y tu empeño son los que contarán en el libro de la Justicia Divina como mérito para equilibrar la vida en la Tierra y para que aquellos que no lo merecen reciban una oportunidad.
Asume el lugar que te corresponde en este fin de ciclo. Dios te llama para ser precursor de lo nuevo y no para estar alimentando al viejo hombre, a sus vicios y a sus vanidades.
Encuentra el poder de Dios en la renuncia, en el silencio y en la oración. Encuentra tu libertad en lo que te une al Padre para que, sin importar lo que suceda en este mundo, tu espíritu, tu alma, tu mente y tu corazón sean siempre una fortaleza que ayude a otros a no perder la esperanza y a saber que, en el momento más difícil de la vida sobre la Tierra, el Cielo se abrirá y caminando sobre las nubes el Hijo de Dios descenderá, trayendo Consigo a Su Reino para establecerlo en este mundo.
Confía en que, a pesar de ser todo tan desconocido, partes de profecías muy antiguas que aún aguardan por cumplirse, se cumplirán.
Ora y crece en el amor, así tu corazón estará listo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Beban del Cáliz Sagrado del Señor y adoren a Su Sangre vertida eternamente sobre la Tierra como Fuente de Misericordia para todos los seres.
Beban del Cáliz Sagrado del Señor y reverencien Su entrega, renovando todos los días su compromiso con Cristo.
Contemplen en el Santo Cáliz, Su eterna oferta de Amor. Contemplen Su Gracia en esa Copa, siempre llena para saciar la sed espiritual de todos los corazones.
Reverencien el Santo Cáliz que guarda en sí la nueva genética, los nuevos patrones de vida para la Tierra y para todos los Universos.
Comulguen con esa Sangre para que ella convierta y transforme sus células, sus átomos, su consciencia y su espíritu en una imitación viva de Cristo.
Reciban de las manos del Señor Su Santo Cáliz y beban de él. Esta es la oferta de la vida eterna, de la vida en Cristo, en donde el Amor se renueva y se multiplica a cada instante.
En este día, el Señor oferta Su Santo Cáliz a todos los seres y vierte Su Sangre sobre toda la vida. Sus impulsos de luz cruzan todas las fronteras y dimensiones y permean a todos los seres.
Que este río de Misericordia los toque y pueda ingresar en sus seres, en sus corazones y los encuentre abiertos para que sean lavados por Cristo.
En reverencia, estén en comunión con los principios de la nueva vida, pues a través de la Sangre de Cristo esta vida es fecundada en la Tierra.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Decreto de Esperanza para el Corazón de la Tierra
Escucha, ¡oh, Corazón de la Tierra!
El ciclo de definición para tu destino ya llegó.
Camina hacia tu nuevo nombre, hacia la expresión de tu nueva vida.
En este calvario que vives, cargando la cruz del fin de los tiempos,
ve tu Corazón tornarse el escenario de una batalla,
trazada desde los orígenes de la vida humana y antes de ella.
Ve que llegó la hora de que esta batalla tenga fin,
y prepara los corazones de tus hijos,
para que sean triunfadores en el Amor y en la Verdad.
¡Oh, Corazón de la Tierra!,
tu nuevo nombre se diseña como fuego en el horizonte,
y nada podrá detener el triunfo de tu destino.
Irradia la fe que nace en el centro de tu ser para cada uno de tus hijos,
para que, a través de ella, sean conocedores de la Verdad y del Bien.
Disuelve, poco a poco, el tiempo que te rodea
como velos que cubren tu rostro,
ocultando la Verdad que existe más allá de ti.
Deja que tus hijos ingresen, poco a poco, en el Tiempo de Dios,
en el Tiempo Real,
y que así reconozcan no solo la gravedad de estos días,
sino también la majestuosidad de tu propósito.
Deja que tus hijos contemplen no solo la ilusión
y la somnolencia que absorben a los seres,
sino que sepan su origen y lo que los hizo llegar hasta aquí
para tornarse seres humanos, esperanzas del Corazón de Dios.
¡Oh, Corazón de la Tierra!,
que agonizas y te entristeces en este parto que parece eterno,
de un Hijo tan esperado toda la Vida.
Aunque sean dolorosas tus contracciones
y tu cuerpo esté cansado,
no pierdas la esperanza de ver nacer de ti
al nuevo hombre, a la nueva vida.
He aquí que, poco a poco, surge la promesa que el Creador hizo para ti,
desde el principio de tu existencia y antes de ella;
promesa que fue renovada a lo largo de la evolución humana,
que triunfó en la Cruz del Salvador y que debe culminar
con la cruz de estos tiempos, la cruz planetaria.
Deja que las promesas de Dios se tornen vida
y ve salir de los libros sagrados las profecías del Armagedón.
Pero, más allá de eso, ve también el cielo abrirse y, entre las nubes,
a los coros de ángeles preparando el Retorno del Dios Vivo a tu seno.
Él vendrá con los Brazos abiertos para recibir
a los hijos que nacieron de ti
y, tomando en Sus Brazos esta nueva vida,
elevará las dimensiones y calmará el dolor.
Traerá al mundo Su Reino y ya no te llamarás Tierra ni Jerusalén.
Resonará desde las Alturas tu nombre, este sonido sagrado
pronunciado por Dios desde el principio.
Y, con esta vibración sobre ti, ya no verás más el dolor y sí la paz.
En ti, tus hijos crecerán y, por mil años, fortalecerán en sí el Amor,
hasta que estén prontos para hacer triunfar el Amor en toda la vida.
Recuerda Mis palabras, ¡oh, Corazón de la Tierra!,
y recuerda a tus hijos que tu historia ya está trazada,
y que, a pesar de todos los desafíos, jamás deben perder la fe.
Dejo sobre ti la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
San José Castísimo
Oración por la Nueva Vida
Que el despertar se dé en los corazones
y en las consciencias
de los que se comprometieron
con la renovación del Amor de Dios.
Que la oración sea el Agua Viva
que mantiene a los corazones limpios,
a las mentes en paz y a los espíritus puros
para responder al Llamado Celestial.
Que el servicio sea la antorcha
llevada para encender a los corazones
que perdieron la esperanza,
y que él los renueve en el amor, en la fe
y en la alegría de estar con vida.
Que el conocimiento sea el motivo
de la constancia de los seres
en el Plan de Dios,
porque la Sabiduría los vivifica y los fortalece,
en bases verdaderas para llegar al Padre.
Que la vida fraterna sea el sustento y la fortaleza
de los que aspiran a participar del Nuevo Mundo,
pues saben que todo solo se construye
amando al prójimo, en unidad.
Que el amor a los Reinos de la Naturaleza sea una señal
de que la redención se cumplió
y de que los Mil Años de Paz
comienzan a manifestarse en la Tierra
que, digna de un nuevo nombre,
retorna al Corazón de Dios.
Que así sea.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más