APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Como un símbolo de paz coloquen sus cabezas debajo de Mis Manos para que Yo los pueda bendecir.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Hoy estoy aquí como Jesús Misericordioso para que recuerden la importancia de esta misión que el Padre le encomendó para el fin de los tiempos.

Ahora sientan Mi rayo blanco y Mi rayo rojo.

Yo soy la justificación y la sanación para las almas y, de la misma forma, Yo soy la Sangre que todo renueva y purifica.

En este segundo día, el segundo Trono de Dios se ha aproximado a través de Mi Sagrado Corazón y del Arcángel Rafael, que ha venido en Mi compañía para glorificar este momento y por la redención de la humanidad.

Mientras el Arcángel Rafael los contempla en nombre de todos los Padres Creadores, busquen unir vuestros espíritus a la esencia de la Cura cósmica que proviene de los Universos mayores, aquellos que tienen fe y fidelidad a los planos mayores, a los planos superiores de consciencia desde donde todo surge en la Creación.

Recemos para nuestro Padre, que está atento a la voz de todas las súplicas. Repitamos:

Amados Padres Creadores,
Esencias sublimes de Luz,
desciendan la Misericordia de Dios sobre el mundo
para que la raza entera alcance la redención
(7 veces)
Amén

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Escuchamos trece campanadas a pedido de nuestro Señor.
 

Observen y sientan con amor todos los prodigios que Yo les traigo desde el Cielo, porque si en verdad las almas se sumergieran en Mi Misericordia, la maldad del mundo ya no existiría y no sería necesario sufrir.

Yo vine a ustedes a través de Mi encarnación en Tierra Santa. Nací como Luz de Dios para el mundo y derramé esa Luz de Dios para todos sin excepción.

Quiero que aprendan a beber de esa Fuente de Luz, que reúnen todos los Padres Creadores en el Universo y, que glorifican el Santo Nombre de Adonai eternamente.

Abracen esta oportunidad de redención y sientan, compañeros, cómo vuestras amarras se liberan, el pecado es purificado y la paz despierta en los corazones que escuchan Mi Voz.

Hoy vengo con la potestad de todo el Universo para el mundo entero y para las almas presentes y no presentes, visibles e invisibles, que necesitan encontrar la luz para poder abrir su corazón y reconocer la presencia del Rey que se hace visible entre las dimensiones, en cada esencia interior, que acoge con amor cada una de las palabras.

Hoy estoy como Jesús Misericordioso Solar. Traigo la sabiduría para todos, la consecuencia de poder cumplir con el Plan y de manifestar las obras de Mi Padre, así como están escritas en vuestros corazones y almas para esta tarea de fin de tiempo.

Ustedes, compañeros, tienen esta parte que cumplir. Otras almas deben hacer otra parte del Proyecto, que está intentando ser concretado a través del servicio de las almas que se donan a Mi Corazón por medio del despertar de los corazones, a la Sagrada Liberación Divina que los congrega.

Hoy vengo en la expresión infinita de Mi Misericordia y por la Misericordia de todos los Padres Creadores, los arcángeles, que intentan elevar este momento como una bendita ceremonia de purificación y de luz, de redención y de paz para todos los espíritus de la Tierra.

Así como Yo entré en Jerusalén y muchas cosas sucedieron, hoy Mi Padre concede a través del Corazón de Su Hijo Amado, un tiempo de paz en los corazones frustrados, en las almas que hacen las guerras y que desvían el Proyecto de Dios por sus acciones.

Hoy estoy aquí por todos, por cada uno de los hijos de Mi Padre, por los que Me responden y por los que no Me responden, por los que abrazan Mi llamado y por los que niegan Mi llamado, porque así Mi victoria se dará y Mi adversario será derrotado, cuando los corazones acepten Mi convocatoria. Está en ustedes el cambio del destino de todo el planeta, así como también está la responsabilidad en toda la humanidad.

Si doce consciencias que en el pasado estuvieron Conmigo consiguieron cambiar los acontecimientos de todo el planeta, ¿qué podrían hacer miles de ustedes, aferrados a Mi Fe, unidos a Mi Corazón, para que todo mal se extirpe en los corazones ignorantes que no ven la Luz?

Si cada uno cumple con su parte, a pesar de lo que suceda, no habrá por qué temer.

Den con amor todo lo que puedan dar y no se restrinjan, no cierren vuestros corazones ante las ofensas sino acojan vuestras lecciones como un acto de humildad y de pacificación, para que al fin, compañeros, la humanidad cumpla el nuevo patrón, la nueva vida sobre la Tierra en los corazones obedientes a Dios y a Su cambio.

Como fue en una Sagrada Semana anterior, conquistaré a siete intenciones, no para revelar la curiosidad y la propia voluntad sino para guiar a los espíritus hacia el Proyecto que Mi Padre tiene previsto para estos tiempos, a través de todas Sus jerarquías y criaturas, que se reúnen en el nombre de la Luz y de la Verdad.

Por eso prepararán, como una vez se los pedí, una cesta dorada para el día de mañana, escribirán vuestras intenciones. Y si pudieran dar un paso mayor, escriban la intención de vuestros hermanos, de vuestros familiares o conocidos y no las propias, así podrían estar en el escalón de la fraternidad y de la hermandad entre todos los seres, poniendo la atención en el que más necesita de una palabra de salvación.

Hasta el final de los días de este encuentro Yo rezaré por cada una de esas intenciones, porque es lo que se Me ha permitido. Y si confían en Mi Misericordia, esas intenciones se cumplirán y no habrá ningún nudo que se oponga a que todo se pueda concretar en el nombre de la Paz.

El Padre Eterno está presente a través de Mi Espíritu para que el mundo despierte a su gran llamado de redención y de conversión, de comunión con el Hijo Primogénito y con la Santísima Trinidad.

Hoy bendeciré los elementos, pero especialmente a los niños que han venido a Mi encuentro en nombre de todos los niños del mundo, especialmente de aquellos que son enterrados en los desiertos en esta hora aguda del planeta.

¿Será que ustedes, compañeros, por un instante sentirían Misericordia por esas cosas y no por ustedes mismos?

Yo necesito que caminen a Mi lado de otra forma y con otra perspectiva, haciendo madurar la consciencia y el corazón en la verdadera necesidad planetaria que Yo los invito a vivir Conmigo, como Mis apóstoles.

Tráiganme aquí el incienso para santificar la Mesa de Dios.

 Fray Elías del Sagrado Corazón:

A pedido de Cristo escucharemos Pater Noster, uniéndonos al Espíritu del Creador de todas las cosas.

Pater Noster...

A través de los elementos sagrados se encuentra la liberación de los caminos, se disuelven todas las amarras, se abren las puertas internas para que los corazones caminen en confianza hacia Dios y eleven su aspiración hacia lo Alto.

Esta Comunión de hoy, compañeros la ofreceremos por aquellos que deben ser consecuentes con el plan de evolución, y especialmente por los que más necesitan de una intercesión divina.

Mañana quisiera verlos a todos con velas en sus manos, pues Mi Luz debe materializarse frente a ustedes, para que así crean que Yo estoy presente en el nombre del Amor y de la Paz por los siglos de los siglos.

Hoy Mi Corazón glorifica vuestros corazones. Hoy Mi Amor colma a los que más necesitan del Amor de Dios y ese Amor hace reafirmar los votos en aquellos que dicen “sí” a la Voz del Maestro y a Su Sagrada Palabra.

Hoy necesito, compañeros, que sientan la Alegría de Mi Presencia, porque donde está Mi Alegría no está el mal.

En los más pequeños verán el ejemplo de la inocencia que Yo necesito de ustedes, para que pronto en conciencia y en el próximo mundo puedan entrar al Reino de los Cielos.

Mi Corazón se complacía ampliamente en los más pequeños, cuando Yo vivía aquí en el mundo entre ustedes. Mi Corazón se calmaba en los niños ante tanta adversidad; ellos son el regocijo de la nueva humanidad, es el espíritu de la pureza que nunca puede perderse en los hombres y en las mujeres de la Tierra.

Sean como niños y estarán en Mi Corazón, no con infantilidad sino con inocencia, con verdadera pureza y compasión por todos vuestros hermanos, así como ellos aman a todos los que ven en sus caminos.

Por eso hoy, también vengo al mundo desde el Universo de Mi Padre, trayendo esta buena nueva de que los más pequeños, en estos tiempos, son los que se ofertan de corazón para apoyar a la humanidad en esta transición. Busquen la unión con vuestro niño interior y curen el pasado para que él se pueda borrar de vuestra historia.

Mis Rayos de Misericordia permiten multiplicar todos los dones y todas las obras. En los niños, Yo también Me encuentro, dos veces, cuando juegan y cuando sonríen para los adultos.

Yo estoy en todas las cosas, así como Mi Padre está en todas las cosas, porque si así lo creen vivirán la verdad.

Mientras Me elevo en este día de bendición, cantaremos al Hijo Supremo, para que Su Gloria se expanda por los cuatro puntos de la tierra.

Repitamos:

Aleluya, aleluya, aleluya

Misericordia, Misericordia, Misericordia

Jesús yo confío en Ti.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS, DURANTE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En Mi Gloria hoy está el mundo sufriente y mezquino, porque a través de Mi Poder, todo se hace posible  cuando los corazones se congregan a través de Mi Luz para adorarme.

Ciento cuarenta y cinco ángeles están hoy aquí Conmigo, en representación de todas las huestes de Luz del Padre Celestial y de los Padres Creadores, para dar comienzo a esta ceremonia sagrada durante siete días consecutivos.

Caminen a Mi lado, viviendo Mi Pasión, cada paso y cada hecho, cada momento y cada historia que fue escrita por Mí en este planeta y en su registro sagrado, en los libros del Cielo y de todo el Universo[1].

Este es el Libro de la Sabiduría de Dios, de las claves sagradas del Padre, que decretan desde el principio del Génesis el surgimiento de la Nueva Humanidad. Recuerden: Yo Soy el Alfa y el Omega, el que dio el primer impulso al mundo, y también soy el que dará el último, cuando retorne en Gloria a Su casa.

En este Libro está escrito la idea principal de Dios, lo que los corazones deben conocer para cumplir la Voluntad del Padre. Aquí está escrita su historia y Mi historia, Mi historia con ustedes en Tierra Santa.

Recuerden, compañeros, quiénes fueron en ese momento; no para vanagloriarse, sino para despertar al compromiso que olvidaron y que hoy vengo a renovar para todos en este lugar, porque en Aurora ya fue renovado. Y ahora ustedes tienen esta gracia de complacer Mi Corazón y de vivificarme a través de este encuentro sagrado durante siete días.

En este Libro está escrito lo que ustedes deben hacer, lo que Mi Padre espera de ustedes.

En este Libro está registrado el momento de su paso, así como está registrado en Mi Corazón Misericordioso, que se abre como una Fuente de Luz para todas las almas que aspiran verdaderamente curar su pasado y renovar sus espíritus en Mi Nombre Santo.

Y cada uno de los ángeles presentes, de los ciento cuarenta y cinco ángeles, guardan la voluntad en sus corazones para cada uno de ustedes, que es la Voluntad de Adonai, del Eterno, del Infinito.

Y este primer paso deben darlo los consagrados, porque como consecuencia, las almas se animarán a dar el paso en confianza a Mi Corazón y a Mis designios celestiales.

Quiero que honren al Dios Todopoderoso, que es el Rey verdadero de todas las cosas desde el principio.

Yo Soy parte de su Dios y de Su Magnificencia.

Yo Soy parte Su Omnipresencia y de Su Omnipotencia.

Honren junto a los ángeles la Presencia del Padre Eterno y de Su Gracia infinita manifestada a través de Su Hijo Amado.

Que canten los coros del Cielo y también canten los coros de la Tierra a través de los corazones abiertos a escuchar este llamado.

¡Aleluya, aleluya! Su hora de dar el paso está próxima.

Así como lo hizo Su Hijo Amado, lo deberán hacer ustedes en esta hora aguda del planeta, cada uno en su grado de amor y de evolución.

Abramos las puertas de los Cielos en este encuentro sagrado a través de Mi Corazón Glorificado.

Que se encienda el incienso y que se escuchen la voces, porque bendeciremos este altar para que él sea digno de recibir las Gracias del Hijo Primogénito, de su amado Pastor y Señor.

Padre Santísimo, desciende Tu Poder sobre los corazones no redimidos.
Desciende Tu Gracia sobre los corazones que Te honran día y noche.
Desciende Tu Misericordia sobre aquellos que aceptan la redención y la liberación del mal.
¡Oh, Adonai! Bendice a Tus hijos, a aquellos que perseveran a través de Mi Corazón amante;
a aquellos que caminan a pesar de las barreras y de sus propios desafíos.
Bendice al mundo en este día, para que muchos más puedan entrar en Tu Reino
a través de la ofrenda de Tu Amado Hijo, que se hace pequeño ante los ojos de los hombres,
para que te puedan reconocer, Padre, en la presencia de Tu Amor Infinito.
 
 
Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cantaremos a pedido de Cristo, en Su Presencia, el Kodoish melódico, para honrar junto a los ángeles del Cielo al Padre Celestial.

Kodoish, Kodoish, Kodoish...

 

Ahora, compañeros, que sus corazones están limpios y sus almas están bendecidas por Mi Espíritu, ingresarán Conmigo por el Gran Portal de la Paz, para que Dios en Su Gloria, pueda derramar Sus Gracias sobre Sus hijos y todas las criaturas de este Universo, que también se congregan para este momento en alabanza y adoración y en acción de gracias por todo lo recibido; en donde Mi Misericordia pudo aplacar la Justicia para que ustedes pudieran estar aquí, en nombre de toda la humanidad y recibir también de Mi Corazón todo el Amor del Universo; amor que recibe el Universo también de ustedes en cada oración pronunciada, en cada Comunión realizada, en cada servicio entregado para aliviar el sufrimiento del mundo.

Hoy haremos una acción de Gracias especial y escogeré a catorce consciencias, a catorce almas entre todas las presentes, para que en acción de Gracias realicen una penitencia para el Maestro del Amor, por todo lo que lo ofenden y lo han ofendido y para que una vez más triunfe Su Misericordia en el mundo entero.

Esta acción de Gracias y esta penitencia significará, hijos Míos, siervos de Mi Padre, que los catorce a los que Yo escogeré, en nombre de todos, serán ungidos en su pie izquierdo, que representa la resignación ante el Padre Universal y ante Su Ley, para que en nombre de ustedes, de sus familias y de la humanidad entera, Yo pueda impartir en esta tarde una expiación que liberará a los corazones amarrados por las fuerzas del mal y perdidos por las tinieblas de Mi adversario.

Porque hoy establezco aquí Mi Luz, presente hasta el fin de los tiempos, para quien la pueda reconocer más allá de las apariencias y de las formas.

Aquel que pueda ver Mi Luz hasta el fin de los días será dichoso y bendito y Yo lo coronaré con Mi Gloria, para que esté sentado a Mis Pies en el Paraíso, junto a los ángeles y arcángeles, alabando al Creador por toda la eternidad.

Invoquen internamente la presencia de sus ángeles, porque ellos esperan por su respuesta y convocatoria, para que las obras del Señor sean realizadas por sus principios ultraterrestres, cumpliendo así la Voluntad de Adonai en las criaturas que se abren para reconocer esa Sagrada Presencia Divina.

 

Oración al Ángel de la Guarda...

 

No Me iré hasta que haya nombrado a las catorce consciencias que un sacerdote bendecirá para la liberación del mundo y para la paz en toda la Tierra.

Mientras los ángeles adoran la Presencia del Hijo de Dios, tráiganme aquí la Santa Custodia, para que ella simbolice el principio y el fin de un ciclo en el planeta para esta Sagrada Semana de amor y redención para los corazones del mundo.

El Santísimo representa para ustedes, compañeros, la sagrada expiación que irradia Mi Glorificado Corazón cada vez que lo miran con devoción y humildad, buscando la Caridad de Mi Espíritu, el Amor de Mi Alma, que está presente en la Eucaristía expuesta en el Santísimo Sacramento del altar.

No tengan expectativas por ser escogidos.

Busquen renunciar por Mí, al menos por una vez.

Sean misericordiosos de corazón y dejen que los que más necesitan reciban la Gracia, la misma que hoy derramo sobre todos ustedes.

Todos son importantes para Mí, todos pueden ser perlas preciosas en el Reino de Mi Corazón.

No se alejen de Mi Gloria.

Mientras espero el Santísimo contemplen Mi Corazón, que es poderosamente invisible para todos.

Contemplen en adoración a Mi Espíritu, que los abraza para renovarlos y que los absuelve para perdonarlos por toda acción errada, para que así conozcan Mi Amor soberano.

Dios se expresa a través de este santo Misterio para que las almas reconozcan Su Voluntad y la presencia de Su Amor.

Padre Nuestro en arameo...


[1] Jesús está mostrando un libro abierto.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 6.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Quiero dejar Mi gesto de paz a todos, Mi Misericordia renovadora en este nuevo ciclo.

Hoy reúno a nuevas almas que son llamadas para la consagración interior.

Hoy consagro también nuevas familias que siguen el camino, que siguen el camino y el fiel ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret.

Pero hoy vengo a vuestro encuentro como el Sacerdote Mayor. Aquel que les dará la Vida después de la vida, la eternidad después de este mundo, el paraíso después de esta vida terrenal. 

Caminen en dirección hacia ese propósito.

Mi Corazón hoy está muy agradecido, feliz y en gloria por vuestra respuesta.

Gracias, compañeros, por haberme acompañado durante un año de Gracias.

Que este hecho tan importante, para la vida del espíritu, nunca se borre de vuestras memorias, porque sabrán todo en el próximo tiempo.

Alegren vuestros corazones, canten junto a los ángeles, el Rey del universo ha traído su Misericordia a la Tierra.

Que se eleven los corazones caídos y que resuciten los que están muertos en vida.

Yo vengo en búsqueda de los más imperfectos, de los que no viven en Dios, pero también vengo en búsqueda de todos los que se unen a Mí a través del corazón. En el templo del corazón, siempre me encontrarán.

Hoy el universo está con ustedes. 

Dios comulga de vuestros corazones y vuestras vidas comulgan de Dios. 

Acepten vivir en la humildad para que puedan nacer los Nuevos Cristos, aquellos que Dios prevé que en el fin de los tiempos transmutarán la Tierra a través de la palabra de vida, la palabra renovadora que es la oración del corazón. La proclamación del Verbo Divino, entre el Cielo y la Tierra, entre los corazones y las almas de buena voluntad.

Que suenen las campanas porque ya he consagrado este pan como Mi Cuerpo vivo y este vino como Mi Sangre renovadora, símbolo perfecto de vuestra unión eterna con Dios a través de Mis aspectos sublimes que provienen de la Creación, de la Fuente Mayor.

Les agradezco, Mis pequeños apóstoles.

 

Hermana María Jerusalén:

Que suenen las campanas.

 

Todos los santos y bienaventurados han venido, en este momento de gloria, para bendecirlos. 

Vean en esta noche estrellada la presencia de los ángeles y de los bienaventurados que vienen a bendecir las semillas de la Nueva Humanidad. Aquellas que brotarán en el nuevo ciclo de la Tierra para traer la paz sobre el mundo y el fin del sufrimiento humano; para que las almas se regocijen en Dios, en la victoria de Mi Misericordia y en el amor inmaculado de Mi Madre. 

También vuestra Santa Madre está presente, con Sus santas consciencias de Luz. Aquellas santas que vivieron sobre la Tierra y expresaron sobre el mundo los Planes de Dios, los Dones de Dios, para alimentar de Luz a las almas y ayudar a los espíritus caídos a lo largo de los tiempos. 

Vean hoy, queridos hermanos, que no estoy solo.

Mi Misericordia se expresa y se expande en todas estas consciencias que creyeron desde el principio en Mi manantial de vida y que vivieron por Mí hasta el fin de sus días.

Agradezcan a Dios esta coyuntura universal. 

Emmanuel, vuestro Padre, está atento a este momento. Sientan su Presencia, el Amor expansivo de Su Luz, Su Sabiduría infinita en vuestros corazones y mentes. 

Comulguen del Padre. Comulguen de Su Presencia. Él es el Eterno, Él es Sublime, Él siempre será vuestro amor. 

Comulguen del universo en esta hora especial. Comulguen del universo. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, bendigo esta Cruz, esta Cruz de Emmanuel, símbolo vivo de la nueva era. Que ella resplandezca en la noche de los Centros Marianos, que se le eleve el estandarte como un símbolo de la victoria de Dios sobre la Tierra y de la paz entre las consciencias. 

Honren a Mi Presencia glorificada a través de la Cruz. Pues hoy les digo: ya no estoy más muerto, sino vivo en vuestros corazones. Soy vuestro Glorificado Corazón, vuestro Rey Universal de las alturas.

Aguarden Mi llegada. Aguarden Mi Retorno. El tiempo se acerca y la liberación se aproxima a todos los corazones. 

Confíen en lo que les digo. 

Todo tiene su tiempo, todo tiene su lugar. Así se cumplirá la misión en la vida de todos los seres.

El Cielo y la Tierra hoy están juntos, porque las almas son una sola. Guarden este momento en vuestros corazones. 

Hoy quisiera estar más tiempo con ustedes, pero el mundo Me llama. Hay mucho que aliviar. 

Vayan en paz. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Queríamos compartir con los hermanos algo que Cristo Jesús transmitió.

Cuando creímos que Él ya se había ido, en verdad, no se había ido. Apareció con muchas Jerarquías, con muchos santos, como Santa Teresa de Ávila, Santa Rosa de Lima, Santa Clara y muchas santas más. Apareció también San Francisco, Padre Pío, ángeles, el Arcángel Miguel, la Virgen Santísima que vino vestida de blanco como una novia, como una esposa fiel a esta ceremonia. 

Hoy Cristo apareció como el Corazón Glorificado, pero llevaba una corona sobre Su Cabeza que simbolizaba Su reinado, según Él nos dijo, en todo este universo, entre todas las estrellas y todos los soles. Él nos trajo este símbolo no para mostrar Su poder, sino para mostrarnos Su humildad; porque a pesar de esa tarea, que Él tiene hoy, siempre se colocaba por debajo de todos nosotros. 

Entonces, en un momento, Él comenzó a caminar por encima de los hermanos presentes, y sacaba muchas cosas de Su Corazón; vimos pétalos de varios colores que iba derramando sobre las cabezas de todos.

Después, en un momento, se elevó y el universo se abrió más ampliamente, llegando la visita de todos esos hermanos, de los bienaventurados, de los santos.

 

Madre María Shimani:

Bien, como era de prever en este final del tiempo, gracias a Dios cada día vamos a trabajar más y cada día vamos a comprobar mejor que el Amor de Cristo lo puede todo.

Esta Cruz Azul, que todos pueden contemplar detrás nuestro, fue algo que Él pidió que construyéramos porque a través de ese símbolo, durante la procesión que realizamos hoy, Él iba a recoger del planeta, a través del Amor del Creador, a todos los espíritus impuros. Y Él nos dijo que mañana volviéramos a hacer otra vez la procesión porque esa Luz azul, que representaba a la energía del Creador Emmanuel, iba a volver a recoger aquello que hubiera quedado en el planeta.

Por eso, nosotros nos adherimos totalmente a Su Pedido, de corazón. Y a partir de hoy, seguramente, una Cruz Azul resplandecerá en cada Centro Mariano, manifestando la victoria de Dios sobre la Tierra.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cristo nos pidió, en el Mensaje del 2 de enero de 2014, que construyéramos esa Cruz para la procesión. Y también nos dijo que los días 5 y 6 de todos los meses, en los Centros Marianos, realizáramos esa procesión. 

Él pidió que la Cruz fuera construida perfectamente. Hoy dijo que le gustó la Cruz, pero que le pareció un poco pequeña, porque aquella que debe ser elevada en cada Centro Mariano, Él quiere que sea vista desde lejos, durante la noche, para iluminar el camino de las almas y principalmente de todos los que circulen cerca de los Centros Marianos, para que recordemos, decía Él, la Presencia de Emmanuel. 

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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