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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos, dejen que el Espíritu y el Amor de Dios los envuelva, así como hoy los colma este amanecer en este día en el que la luz interior se fortalece en cada consciencia y se vivifica bajo los rayos de la Gracia de Dios y de la presencia de Su Divino Espíritu.
Es en el nombre de Su Gracia que hoy vengo a su encuentro, que hoy vengo para estar con ustedes, con Mis queridos hijos y en este Centro Sagrado de Figueira, como en otros Centros.
Enciendo la luz de Mis Espejos para que ellos reciban los impulsos de luz de los Espejos del Cosmos y de toda la Creación a fin de que los Atributos de la Vida sigan estando presentes en la consciencia del ser humano y del planeta, y las esferas sublimes de la Creación y de toda su existencia estén más próximas de la humanidad y del mundo que sufren día a día.
Es por medio de la Luz de los Espejos del Cosmos que hoy reenciendo el espejo interior en cada corazón humano para que vuelva a recuperar su filiación con Dios y la comunión con lo alto, para que sea partícipe de la vida universal y de todo lo que vive y vibra en el Universo.
Hoy les traigo el regalo del Amor de Dios que es un presente inextinguible para sus consciencias y para este tiempo planetario; en el que el equilibrio, la armonía y la paz deben ser su camino diario, su meta y su propósito.
Hoy enciendo los Espejos del Centro Sagrado de Figueira a fin de que los nuevos árboles, que ya crecieron, den sus primeros frutos en la manifestación de los Atributos de Dios y, especialmente, de Su Voluntad a fin de que estos frutos, algún día, sean cosechados por Mis hijos del mundo entero y puedan alimentarse de la espiritualidad que Dios ha concedido y concebido en este lugar desde los primeros años de la manifestación de esta Comunidad-Luz.
Hoy los frutos de la Instrucción Sagrada son compartidos con el mundo entero y el Centro de Luz de Figueira abre sus puertas para que, con caridad y amor, acoja a las almas sufridas de la humanidad y lleve el Amor del Padre, el Amor que Él depositó desde el principio en este lugar a los que más lo necesitan, para que la esperanza no muera en el corazón humano, para que la fe no se precipite, para que la luz nunca se apague.
Yo traigo para ustedes la Luz de Mis Espejos, la Luz que existió en el principio y antes de esta creación material. Es esta Luz Divina, misteriosa y desconocida que proviene de la Fuente del Padre y de Su Universo de Amor, la que una vez tocó este suelo sagrado del Centro de Luz de Figueira y trajo para todos la Gracia del despertar de la consciencia, del reconocimiento y de la vivencia de la divinidad interior en cada ser, de la unión con el Altísimo y con Su Voluntad para el cumplimiento de Su Plan sobre la superficie de la Tierra.
He aquí la Luz de los Centros Sagrados, de los Centros Marianos, de los Centros de Amor, que emanan sus Atributos Divinos e inmateriales para el equilibrio de la humanidad y del planeta, para la experiencia y la escuela del Amor y del Perdón, para la unión infinita con Dios por encima de todas las cosas.
Hoy están ante uno de los Misterios de Dios que la Madre del Mundo devela por medio de la Fuente Divina, en unión con los Espejos del Cosmos que preparan a las consciencias para el próximo ciclo.
Sudamérica es la cuna de muchos Recintos Sagrados, en donde la experiencia del Amor de Dios está presente y aún es desconocida.
Por eso, hoy el Centro de Luz de Figueira se manifiesta en su superficie para que las puertas hacia la Misericordia Divina se mantengan abiertas y más columnas de luz se manifiesten sobre esta humanidad en la superficie de la Tierra y por medio de los corazones que proclaman su fe en el Señor.
Entren entonces, hijos Míos, al Universo de Mis Espejos y siéntanse en el vacío interior, en la entrega total, en el espíritu incondicional y en la unión perfecta con el Padre Eterno a fin de que sus vidas, hijos Míos, sean instrumentos de lo Alto, de la Voluntad, del Amor vivo que es eterno e inextinguible, que es un Amor infinito e incalculable. Es el Amor que los creó, es el Amor que los hizo partícipes de la vida, del sentimiento de la verdad, del conocimiento de lo sagrado y de la unión con el infinito.
El Centro de Luz de Figueira hoy se expresa a la humanidad y al planeta y les recuerda a sus discípulos que él siempre estará aquí para recibirlos y acogerlos, para colmarlos con sus atributos que son parte de una Verdad Divina, de una Voluntad Suprema, de un destino celestial.
Yo necesito, hijos Míos, que propaguen esa luz por el mundo, esa luz que proviene del Centro de Luz de Figueira, al igual que de otros Centros de Luz en el mundo, que son parte de la Voluntad de Dios y que desde antes de la existencia del hombre en la superficie, están presentes en el planeta para traer a las almas el Conocimiento de Dios y la búsqueda incesante de la Verdad, de una verdad que algún día alcanzarán, de una verdad que los hará libres de sí mismos, de las cadenas del error y de la culpa. Porque la esencia de esa verdad es el Amor, el Amor que proviene de la Fuente, el Amor de Mi Hijo, el Cristo, que los hace participar de la Comunión con Su Luz Celestial y con Su Vida.
Hoy la Jerarquía Celeste reenciende el Centro de Luz de Figueira para que las almas recuerden los principios que aquí fueron fundados y que se vivirán en la Nueva Tierra para el surgimiento de la Nueva Humanidad.
Una vida que estará basada en el Amor, en la Verdad y en la Unidad Divina; en la posibilidad de compartir, de amar y de entregar lo que cada uno es verdaderamente, más allá de los defectos o de las imperfecciones.
Es esa luz interior que el Centro de Luz de Figueira hoy viene a despertar en sus discípulos, en todos los que fueron tocados por la instrucción del Maestro Interior, de su compañero y amigo José Trigueirinho.
Vean como ese instrumento se entregó a Dios para manifestar la luz de los Centros Sagrados, luz que auxiliaría a la humanidad en el fin de los tiempos y que permitiría a toda la Jerarquía Celeste cumplir el Plan de intervención y de rescate de las almas del mundo por medio del despertar de la consciencia, del amor y de la oración.
Hoy están ante el paso para ser instrumentos en las manos de Dios, así como lo fue su instructor y amigo José Trigueirinho, en la simplicidad de la vida, en la acción del amor, en el sostén de las purificaciones y de las pruebas, en la fortaleza de la fe, en la ampliación de la consciencia por medio de la devoción y de la reverencia a la Divina Jerarquía.
Comulguen con este momento, comulguen con la luz del Centro de Luz de Figueira y así, en la renovación del espíritu, reciban la Paz por medio de Mis Espejos que hoy contactan los Centros Sagrados del planeta, los que en una sola Red de Luz y de Amor auxiliarán a las almas y fortalecerán a los servidores que confían plenamente en la Jerarquía.
Que Dios siempre, hijos Míos, los haga partícipes de Sus Dones, de Su Verdad y principalmente de Su Misericordia.
Que el Centro de Luz de Figueira hoy brille en cada corazón humano, más allá de conocerlo o de desconocerlo, más allá de penetrarlo o de comprenderlo.
Que la Luz del Centro de Figueira y de la Jerarquía los acompañe para que se cumpla el Plan.
Que así sea.
Los bendigo en la luz de la espiritualidad divina y de la consciencia mayor de los Espejos de la Gracia y de la Misericordia, bajo la Luz del espíritu de la Paz y de la Reconciliación.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más