Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 113.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Primer Mensaje

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Con la presencia de todos los ángeles del Cielo y el Arca de la Santa Alianza a Mis Pies; hoy, les traigo a ustedes, para los días del encuentro especial Conmigo en la Maratón de la Divina Misericordia, un portal especial y predilecto para Mí, que esperé poder abrir en este día para todas las almas del mundo y para todos los corazones, para todos los que necesitan de la Presencia del Padre Celestial a través del Sagrado Corazón de Jesús.

Hoy, por esa razón, estoy aquí de forma extraordinaria, para abrir las puertas en este mes de mayo, puertas espirituales y puertas profundas, que el Señor les viene a anunciar a todos en este día; puertas que se abren para que las almas las puedan cruzar en confianza.

Esta puerta especial, que hoy les abro, es la puerta hacia Mi Retiro Espiritual, expresado a través de todos Mis pasajes y hechos en Tierra Santa, y también colmado de la experiencia y de la historia de los patriarcas y de los profetas; porque en esta ocasión especial en el mes de mayo, no solo las almas necesitarán de esos códigos crísticos en este tiempo; sino que también, a través de las almas, las naciones los necesitarán.

El Padre Celestial Me Ha enviado junto con el Arca de la Santa Alianza; porque ustedes, como ya saben, compañeros, esa Sagrada Arca guarda muchos tesoros espirituales y desconocidos por la humanidad; esta Sagrada Arca Espiritual que fue construida por el propio Moisés, venerada y adorada por el sagrado pueblo de Israel a través de todos los tiempos; esta Sagrada Arca Espiritual que guarda todas las experiencias y hechos de la vida pública de Jesús y los mayores sentimientos de Amor elevado que su Maestro y Señor tuvo por cada una de las almas.

Hoy, esa Sagrada Arca actúa como intercesora y mediadora entre las almas y todos los pecados del mundo; para que el Padre Celestial, a través de Su Ley, de Su Gobierno Espiritual y de Su Omnipresencia, le conceda en este mes de mayo una urgente y necesaria amnistía espiritual a todas las esencias del mundo; especialmente a aquellas almas que creen en Cristo, que viven Su Evangelio y que dan su vida a través del servicio incondicional por la redención de todo el género humano.

Por eso, el Arca de la Santa Alianza, hoy presente en el corazón de esta sagrada casa, dedicada incondicionalmente a la Obra de los Mensajeros Divinos, ha sido depositada espiritualmente, para que esta Sagrada Arca, que hoy les He traído a todos,  irradie los códigos que el mundo necesita para encontrar su camino de redención; para encontrar su camino de retorno a la Casa del Padre, ofendido por los pecados y los ultrajes del mundo, por la indiferencia, por los conflictos y por la guerra.

El Padre Celestial Ha concedido, en este mes de mayo, que este Sagrado Terafín de Dios, concebido a través del pueblo de Israel, llegue aquí, a Sudamérica, para que las naciones de esta región del planeta reciban la asistencia que necesitan, la asistencia espiritual inmediata que ayude a desatar los nudos energéticos de este mundo que generan puntos de inflexión, espacios sin salida, en donde todas las almas que aquí viven están expuestas, debido al no cumplimiento del Gobierno Espiritual.

Por esa razón, hoy, Yo estoy aquí de forma extraordinaria, junto con Mis compañeros, junto con Mis apóstoles y con Mis seguidores, con todos los que se autoconvocan a Mis Pies para reafirmar y reconocer, una y otra vez, el sacrificio del Señor, en Su más profundo silencio.

Compañeros, hoy, estoy aquí, abriendo la gran puerta para que Mi Retiro Espiritual pueda ser reconocido, en este momento, por los mundos internos; y si los mundos internos de cada uno de ustedes lo reconocen, podrán recordar, compañeros, lo que hace tanto tiempo cada uno vivió Conmigo en Tierra Santa y en otros lugares del mundo.

Es de esa forma, que vengo a despertar a los últimos apóstoles, a aquellos que verdaderamente no quieren nada para sí; los apóstoles de los últimos tiempos que se animan a cruzar el umbral hacia lo desconocido, los apóstoles de los últimos tiempos que no le temen a la transformación, a la liberación del dolor, a la cura y a la sanación de la culpa para que puedan renacer en Cristo y por Cristo.

Yo quiero traerles, a través de este Mensaje, un momento de esperanza, de júbilo y de alegría, porque para su Maestro y Señor Ha sido importante lo que He vivido con ustedes en Israel y, principalmente, lo que Yo He vivido con cada uno de los Míos, los que estuvieron presentes, cerca o lejos, en esta última Sagrada Semana.

Este momento que hemos vivido, a través de la Sagrada Semana, ha permitido que su Maestro y Señor, que el Inmaculado Corazón de Mi Madre y que Mi padre, San José Castísimo, los Tres Sagrados Corazones, vuelvan a estar presentes aquí en Brasil, y a través de Brasil en el mundo entero; para atender espiritualmente a todas las necesidades, urgencias y demandas que las almas Nos están colocando en estos tiempos, porque sabemos que esta humanidad de superficie no solo vive el gran preámbulo de su Armagedón, sino que también vive momentos desconocidos que nunca experimentó ni aprendió, y que la ayuda espiritual es necesaria para poder atravesarlos, aceptarlos y comprenderlos.

Vengo, en este día, a prepararlos para que puedan vivir de verdad la próxima Maratón de la Divina Misericordia y para que, como Mis guerreros orantes y Mis apóstoles, ya puedan estar enteros a Mis Pies, a los pies de Mi Iglesia Espiritual y Celestial; para que el pequeño e insignificante ofrecimiento de cada uno justifique todos los errores del mundo, especialmente los que viven los niños y los jóvenes de estos tiempos. Y así, su Maestro y Señor, pueda liberar a muchos corazones, asediados por la creación del suicidio, por la falta de amor, de la verdad, de la esperanza y del renacimiento interior.

Yo vengo a pedirle a Mis compañeros un paso más en la consciencia; ya que es el momento de dar un paso hacia la madurez, hacia lo que verdaderamente representa y significa el Plan y su cumplimiento en el fin de estos tiempos, a través de todas las almas que se autoconvocan para estar ante el Señor y vivir el final de los tiempos con valentía y coraje; viendo, a través de cada experiencia y de cada prueba, una oportunidad de crecimiento interior y no de culpa, una oportunidad de expansión de la consciencia y no un vínculo con lo superficial.

Deben aprender a leer en los acontecimientos, así como lee la Jerarquía. Yo los animo, en este mes de mayo, en el que Nuestros Sagrados Corazones traerán todas las Gracias necesarias para las almas, a que no desaprovechen esta oportunidad, a que sean conscientes en cada momento y en cada minuto de que la Fuente de las Gracias, del Corazón de María, de San José y de Cristo, estará abierta para que ustedes vengan a beber y quitar la sed en este desierto de superficie.

Que esta próxima Maratón sea la oportunidad de la confirmación de cada uno de ustedes, aquella definición que Yo les pedí en Israel, porque aún su Señor espera llevar adelante Sus últimos Planes en las almas y en el mundo, en las naciones y en lugares lejanos del planeta.

Pero para eso, compañeros, es muy necesario un sustento espiritual, sólido, firme y construido en base al amor, a la unidad y a la armonía; porque todo esto establecerá una paz desconocida, una paz que muchas almas en estos tiempos buscan y no encuentran.

Quiero decirles, en claras Palabras, que Nuestros Sagrados Corazones no solo podrán conectar a las almas con el Retiro Espiritual de Cristo durante el mes de mayo, sino que también Nuestros Corazones trabajarán incansablemente para ayudar a las almas a volver a conectarse con la Fuente Primordial.

Por eso, quisiera ver, en los próximos días y semanas, esta simple y verdadera devoción ardiente que hoy encontré aquí. Que esto despierte en los corazones el entusiasmo de vivir el reencuentro Conmigo; porque así, una y otra vez, Yo los renovaré, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y así, podrán seguir Mis Pasos, podrán reconocer Mis Huellas; porque, aunque no lo sepan, Yo tengo un camino construido para cada esencia, esperando a cada alma en esta trayectoria que la llevará hacia el Infinito.

Porque el resultado de toda esta experiencia en la Tierra es que ustedes aprendan a vivir del Amor, del Amor Mayor.

Les agradezco por hoy estar Conmigo y por atender a Mis pedidos.

Vayan en paz.
 

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN RESERVADA DE CRISTO JESÚS EN LA CIUDAD DE BUDAPEST, HUNGRÍA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 71.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA EN EL MES DE JULIO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Yo vengo como el sol del atardecer para traerles la Luz de Dios, porque no existe nada que no pueda ser resuelto a través del amor. El amor es salvífico, el amor es vivo, el amor es resplandeciente.

Cuando los hijos de Dios están en torno del amor nada sucede, todo se transforma y se eleva. Por eso no tengan miedo, sientan el Amor de Dios que los vivifica, que los transforma y que los hace cambiar, de tiempo en tiempo.

Mi Corazón es una fuente de ese Amor, de la que ustedes pueden participar día a día. Por eso necesito que sean como Mi Amor, como el Amor que los salvó, como el Amor que los rescató y que los redimió en la Cruz.

Ese Amor de Dios es el que se entregó y dio todo lo que tenía por cada uno de ustedes. Ese Amor es el que se dejó flagelar, se dejó humillar, se dejó sacrificar por los hombres para que aprendieran la verdad sobre el Amor.

En ese Amor Yo los quiero ver todo el tiempo. Un Amor que regenera, que trae vida, que pacifica, que neutraliza las formas y todos los embates.

Espero ver al mundo en ese Amor, una y otra vez, porque sé que no lo está y muchos no lo están porque no conocen los milagros que puede hacer el Amor cuando uno se entrega a él, verdaderamente y sin miedos. Porque el Amor de Dios es algo que penetra en la consciencia, es un Amor que trae confianza y que fortalece ante las situaciones de la vida y de los acontecimientos.

Hoy quiero entregar este amor para todos los que están aquí. Eso espero, porque sé que necesitan de este Amor que Yo les traigo para este tiempo final, en el que la consciencia humana debe enfrentarse a sí misma para aprender a trascenderse y a liberarse de sí.

Pero todo es posible en el Amor, en el Amor que Yo les enseñé, en el Amor que Yo profesé por Mis apóstoles y por todos Mis seguidores.

Es ese mismo Amor que hoy les traigo y del cual los hago partícipes, una y otra vez, para que sepan que el mundo necesita de seres de amor que puedan espejar, como instrumentos, la Fuente del Amor de Dios transformando su amor propio en un Amor mayor, un Amor que viene en auxilio del mundo y de los acontecimientos críticos de la Tierra.

Es ese Amor que Yo les ofrezco, el que les permitirá vivir la transición. Sin amor nada será posible, todo será un vacío, un desierto y una soledad.

Mi corazón es una puerta hacia ese Amor que puede transformarlos y permitirles trascenderse cuando no lo consiguen por sí mismos, cuando no saben por dónde ir ni a quién recurrir.

No solo les hablo del amor inmaterial, sino también del amor que Yo viví como ser humano, como hombre y como consciencia.

Ese Amor, que también es de Dios, actuó en todo, participó en todo y se entregó por ustedes como hoy ustedes se entregan por Mí.

El Amor los hará vivir la fraternidad que el mundo necesita aplicar urgentemente, una fraternidad que vea la necesidad del prójimo, una fraternidad que vea la necesidad que hay en el semejante.

Yo los invito a encontrar, dentro de ustedes, ese Amor que les hace ver a Dios en cada momento, en cada circunstancia. Será necesario atravesar estos tiempos bajo esa Ley para aprender a superarse y ayudar a superarse a los demás, a sus hermanos, a sus compañeros.

Pero sin Amor nada se puede hacer, es como no tener dirección, es como no tener camino. Por eso, les traigo esa Fuente del Amor para este tiempo final porque la humanidad lo necesita, urgentemente, para dejar de cometer errores y fallas, para no apartarse más de Dios y perder el rumbo de su camino.

Hoy me ofrezco como ese Amor que los renueva, que los cura, que los sana, como ese Amor que pone fin a muchas cosas y que abre puertas a nuevas experiencias, a nuevos aprendizajes, a nuevas escuelas.

No dejo de pensar cuánto aún deben vivir en ese Amor, un amor que no es palpable, un amor que mueve la energía Divina y que la hace fluir en todo el Universo y en todos los espacios de la Creación.

Así como los ángeles viven de la fuente de ese amor y se nutren de ella, ustedes también deben nutrirse de ese Amor de Dios que se ofrece de tiempo en tiempo, incondicionalmente, para que las almas cumplan su propósito y, sobre todo, la Voluntad de Dios. Cuando eso no sucede y el amor no está presente, todo se vuelve oscuro, frágil y débil.

El amor los hace elevar todo el tiempo, los hace ver la realidad y encontrar un camino de paz que los lleva a un entendimiento maduro y sabio. Solo deseo que encuentren ese amor algún día, porque es un Amor vivo y Divino que los consagrará, que los hará buenos servidores y colaboradores de Mi Obra.

Y aquellos que viven hoy ese amor y lo practican verdaderamente, que lo sigan haciendo porque el planeta lo necesita como consciencia, la humanidad lo necesita como raza así como todos los Reinos de Naturaleza necesitan el amor de los hombres para poder evolucionar y despertar, para poder crecer como ustedes crecen y viven, a pesar de cómo se encuentra el mundo y la humanidad.

La Fuente del Amor de Dios está abierta para descender, espiritualmente, a la Tierra. Debe encontrar instrumentos para poder descender y expresarse. Debe hallar corazones abiertos para poder depositarse y así, multiplicar las Gracias de Dios en todos los sentidos y en toda la vida.

Este es el tiempo de que vivan el milagro del Amor, pero primero deben creer en él para que lo puedan sentir y vivir. Eso los unificará, los hará más hermanos y más compañeros los unos con los otros.

Sientan a Mi Corazón que emana ese Amor de Dios y pacifíquense. Todo es una transición y una experiencia.

El Amor es eterno. El Amor de Dios nunca acabará, las miserias sí terminarán y la Luz vencerá cuando entren en la corriente del Amor de Dios y lo hagan parte de sí, porque el Amor de Dios les concederá el perdón y la reconciliación.

Esto es todo lo que espero para este tiempo, ver reflejada Mi Obra como una corriente viva de Amor en los corazones y en las almas que dicen “sí” al Creador y confían plenamente en Él, en Su Voluntad.

Yo los hago partícipes de la Verdad que proviene del Amor de Dios para que lo encuentren algún día, sabiendo que todo es pasajero, pero que la experiencia del Amor en sus consciencias es imborrable e intransferible.

Dios necesita que el amor pueda reinar en el mundo y en los corazones para que la paz se establezca y se viva la unidad entre hermanos, más allá de todo.

Les dejo Mi Amor como un camino de salida, como una Luz en el horizonte, como el sol que los alumbra en esta tarde de Gracia.

Hoy no vengo a juzgar sus actos ni sus hechos cometidos. Vengo a invitarlos para que entren en el Universo de Mi Amor en donde encontrarán la Verdad y la podrán vivir de una forma simple.

Así los haré representantes de Mi Obra en la Tierra y habrá seres sobre la superficie de este planeta que serán puentes de comunicación entre la Tierra y el Cielo, que es lo que necesita Dios no solo de la vida sacerdotal, sino también de todos los que oran y proclaman su fe al Creador. Así el mundo se mantendrá estabilizado y en equilibrio y todo sucederá de una forma más armoniosa.

Cuando las almas no viven el amor, los corazones sufren y no entienden por qué. El amor humano debe ser transformado en Amor Divino y solo una Gracia puede conceder esto, en este tiempo, para que la humanidad entienda que se equivocó y que deberá recapacitar para que la Misericordia la colme y la pueda salvar.

Es el Amor de Mi Corazón el que hoy les trae paz. La Paz de Dios los bendice y los colma para que sigan adelante por Mí, para que se cumpla el Proyecto y venza el Amor como él venció en la Cruz.

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 37.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL DESIERTO DE CHILCA, PERÚ, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Si tienes sed de Mí, encuéntrame en el desierto, porque Yo conozco a todos los corazones que dan la vida por Mí y por el Plan de Mi Padre.

En esta hora definitiva, los encuentro nuevamente por segunda vez en este espacio sagrado, en donde Mi Espíritu se regocija porque las Puertas de los Cielos se abren, para hacer descender Sus Gracias en los que más lo necesitan.

Si tienes sed de Mí, búscame en el desierto, porque Yo Soy esa Fuente inexplicable, ese Manantial extraordinario que emerge desde lo profundo de cada ser, para darle vida espiritual y consciencia en estos tiempos finales.

Ven Conmigo y cruza tu desierto interior, pues Yo nunca dejaré de guiarte.

Mi Propósito es que camines a Mi lado todos los días, para que puedas conocer Mi Plan, que es el Plan de la Gran Hermandad.

En este sagrado lugar del Perú, Mi Padre envió a Sus Mensajeros, para que el mundo tomara consciencia de la verdad, verdad que aún no conocía, verdad que está por encima de este Cosmos, y más allá de él.

Él envió a Sus Mensajeros del Universo, del Cielo y más allá de los Cielos, para que a través de la Verdad, los que despertaban conocieran la realidad del Universo.

Hoy vengo aquí con este testimonio para ustedes, pues eso no puede perderse de la consciencia humana.

Los tesoros que vienen del Universo son incalculables. El ser humano no puede medirlos, ni tampoco apreciarlos; mas si sus corazones tienen gratitud, podrán conocerlos y saber sobre la dimensión que ellos abrazan, cuando las almas los reciben en plenitud.

En los desiertos del mundo Mi Voz se proclama para dar testimonio a la humanidad de que el Plan debe continuar a pesar de lo que suceda y que el Propósito lo conocerán cuando se adhieran a ese Plan grandioso, que ha diseñado Mi Padre desde antes de la Creación.

Yo Soy la emanación de esa Fuente de Amor que los nutre y que les da la vida, la Vida Superior; que les da la esencia, la renovación y la Gracia. 

En este silencio del desierto se guardan los más preciados misterios que una vez, como en este lugar del Perú, se mostraron a los que se autoconvocaron, al igual que los profetas y que los Patriarcas, a  vivir el Propósito de Dios.

Sé que muchos quisieran saber, compañeros, qué es lo que deben hacer en esta vida. Yo les digo: amen el Plan aunque no lo conozcan, y lo sabrán.

Cada uno de ustedes es una pieza importante en el Gran Proyecto de Dios y de todo el Universo.

Ustedes son estrellas que cayeron a la Tierra para redimirse, a través de la oferta de Mi Presencia en el mundo, de Mi Pasión y de Mi Resurrección.

Ustedes vinieron aquí para autoconvocarse, para cumplir una meta, una misión, que va más allá de sus capacidades y de sus sentimientos. Por que quien está en Mi Padre está en Su Ley, está en Su Consciencia, en Su Divino Propósito, en Su Divino Pensamiento. 

Yo les traigo la posibilidad, compañeros, de dar ese salto hacia ese camino de entrega, que es un camino de constante renovación, de transformación profunda, en donde todos los miedos de la Consciencia se pierden.

En este desierto sagrado se encuentra esa esencia, la que una vez intentó motivar a los hombres de la superficie, para que pudieran llevar adelante lo que los Mensajeros del Universo habían anunciado en esta meta de vivir la Misión del Plan.

Ahora a ustedes, que a través de Mis Palabras y de estos últimos tres años han sido preparados para este momento, los traje a todos, en Consciencia y en alma a este desierto, en donde una vez, en este mundo, comenzó a conocerse la verdad, que siempre muchos quisieron ocultar.

La Vida Universal, la esencia de la Vida y del Sagrado Conocimiento, es una existencia viva que se experimenta en todo el Universo en su tiempo real, tiempo que el mundo aún no alcanzó, por su indiferencia y sus errores.

Pero para aquellos que sí quieren seguirme y abrir, aún más los ojos de la consciencia y del corazón para poder ver lo que hay más allá de esto, Yo les daré lo que necesitan y no perderán tiempo.

En el pasado enseñé a Mis Apóstoles, cuando caminábamos por los desiertos, qué era esa Vida Superior, la Vida Universal, en donde todas las consciencias del mundo están incluidas, a pesar de que no lo sepan conscientemente.

Por eso, las almas son tentadas por Mi adversario para salir de ese propósito, del propósito de su despertar.

Fue así que, después de dos mil años, cuando Yo ya había ascendido y gobernaba gran parte del Universo, así como lo gobierno hoy, envié a los Mensajeros del Universo, a los portavoces del Mensaje Universal.

Muchos creen que entre Cristo y la vida del Universo hay una separación, o  que es una mezcla de creencias o de filosofías.

No es así, Mis compañeros. Los que dicen ser más sabios están equivocados.

Desde el principio hasta el fin, seré esa Gran Estrella que gobierna todas las cosas, por ser emanación del Amor de Dios.

Es por ese amor que viví entre ustedes y por ustedes, que el Universo experimentó su transformación y abandonó su dualidad, para encontrar el nuevo camino, el camino de la Ascensión.

Cuando están en los desiertos no deben temer ver sus vacíos, lo que aún no han conseguido alcanzar.

Por eso Yo estoy aquí, porque Soy esa Fuente de Amor que los saciará.

Hoy les traigo el Principio de Mi Renovación, porque es hora de que crucen ese portal. Muchas consciencias esperan por ese momento desde hace mucho tiempo.

Su oración en esta Maratón es escuchada desde los desiertos como éste, en el Perú. Sus palabras reverberan y se elevan, clamando a Dios por Su Misericordia para el mundo.

Sepan que hoy Mi Corazón recibe todas sus súplicas, aquellas que profesan a través de la oración de la Misericordia, y que sus consciencias están aquí Conmigo, en este desierto, para cruzarlo en consciencia y sin temor.

Porque Yo Soy ese Corazón que aún se ofrece por este mundo infiel, por este mundo cruel e indiferente.

Mi Corazón viene aquí por las almas que responden y que se animan a seguir Mis pasos en confianza y que, poco a poco, ingresan en Mi Camino Crístico, en el camino de la redención total de la consciencia.

Hoy he venido para darles las gracias por comprender Mis Planes, y por aquellos que son felices al haber aceptado este momento Conmigo.

En la quietud se encuentra el gran silencio, el silencio que ofrecen todos los desiertos. Es el momento en donde las almas se pueden unir a Dios en plenitud.

Yo les doy la paz y les doy Mi Gracia para que la reciban en amor y en renovación para sus consciencias.

Los tengo a todos en Mi Corazón y oro por ustedes y por el mundo en este desierto de Dios.

Los bendigo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Contemplen Mi Gloria. Cuando Yo estoy presente todo es perfecto y nada hiere.

Hoy, les ofrezco nuevamente la cruz del mundo para que la carguen Conmigo en esta Sagrada Semana que se aproxima; porque después de tantas Gracias todo ya es diferente y nada puede ser igual.

Hoy, están aquí por Mi Misericordia, que es la Misericordia de Dios; la que los ha reunido a través de Mí y alrededor de Mí, para honrarme.

Hoy, estoy con ustedes y estoy con el mundo, con las necesidades de cada corazón y de cada alma, sin dejar de atender  las peticiones de Mi Padre, para que se haga Su Voluntad.

Hoy, les muestro las llagas de Mis Manos para que las veneren durante toda esta próxima semana, donde daré señales precisas para estos tiempos finales, para que las almas continúen en Mi camino y en ascensión a Mi Sagrado Corazón.

Yo sé que es difícil vivir el caos del mundo, el caos de las almas y de las consciencias que se resisten purificar. Pero no puedo hacer más nada.

Sus corazones y el corazón de sus hermanos debe estar abierto para que Yo pueda obrar y así ayudarlos hasta el final. Porque es la Voluntad de Mi Padre que vivan en Mi Gracia y es el sentimiento de Mi Corazón que se regocijen en Mí todos los días de la vida, para que así conozcan Mi Voluntad, que es invisible ante sus ojos y perceptible para la intuición de los puros.

Yo necesito alcanzar en ustedes la santa humildad, la pacificación, la entrega y la mansedumbre. Pero sé que todo es por grados. Deben alcanzarlo a través del esfuerzo y de la dedicación que viven por Mí Corazón y por la Voluntad de Mi Padre que está en el Universo y que siempre los contempla con mucha compasión. Porque si de Él no brotara la compasión por ustedes y por las almas del mundo, ya no habría humanidad.

La tónica de estos tiempos es la intercesión de los Sagrados Corazones, de María, de San José y de Mi Corazón, de lo contrario nada sería posible, compañeros.

No vengo aquí para traerles decepciones sino la verdad; verdad que deben amar todos los días para poder alcanzarla y para que sus corazones sean cristalinos al igual que el Mío, sin soberbia, sin negación, sin indiferencia.

Deben persistir como Yo persistí por ustedes en la Cruz.

Deben madurar en el amor, como Yo entregué el Amor de Dios por ustedes en cada etapa de la Pasión, así como Mi Madre entregó el Amor por cada uno de Sus hijos que negaban y rechazaban al Rey del Universo.

Necesito que en esta Sagrada Semana, sus corazones vivan en humildad Mi Pasión. Que sientan Mi Pasión como la gran victoria y como la gran promesa para aquellos que aún no han despertado y que se separan de Dios día a día.

Necesito, compañeros, que a través de esta Sagrada Semana vivan Mi Pasión, para que sus almas confirmen que Yo estoy aquí presente todavía acompañándolos, así como también Yo acompaño a aquellos que más necesitan en esta hora aguda del mundo.

Necesito, compañeros, que en esta Sagrada Semana no solo vean Mi sacrificio, sino la victoria del Arcángel Miguel a través de Mi Corazón y de Mi Consciencia, que en el momento más culminante dejó Mi Ser para que Yo Me cristificara, así como en estos tiempos Yo los invito a vivir la cristificación del corazón a través de la entrega y de la oración perpetua.

Si no hubieran almas como ustedes en el mundo, así como hay otras almas que aman Mi Corazón insondable y misericordioso, Yo ya no estaría aquí y eso no sería una negación porque no tendría dónde derramar Mi Gracia y Mi Misericordia sobre aquellos que la claman de verdad por sus hermanos y por toda la humanidad, como por los Reinos menores creados por Dios, vuestro Señor, vuestro Padre Eterno.

Así Yo necesito, compañeros, que en esta Sagrada Semana, multipliquen Mi Misericordia por todos los lugares donde vayan y que ella se multiplique aún más cuando se retiren de aquí, de este Centro sagrado, después de haber recibido Mi impulso espiritual de amor y de compasión.

No necesito que se martiricen con Mi Pasión. Hubieron mujeres santas en el pasado que vivieron eso por Mí a través de los tiempos y sobre todo al lado de Mi Cruz, junto a María, Mi Madre.

Yo los invito, compañeros, en esa Sagrada Semana a ser santas consciencias que veneran Mi Sagrado Corazón a través de la Pasión y de la cruz y de cada paso que Yo di por ustedes desde la última Cena hasta Mi resurrección.

En esos pasos que hoy Yo les encomiendo meditar día a día, encontrarán la fortaleza para estos tiempos, la fuerza interior para superar sus problemas, la disipación de todas las dudas y de la falta de confianza al Corazón del Creador.

Necesito, compañeros, que revivan Mi Pasión por aquellos que no lo hacen y sobre todo por aquellos que nunca lo hicieron y que menos Me conocen en las diferentes partes del mundo, por vivir su propia idolatría.

Eso pesa para Mi Corazón, porque Yo vengo con Mi Gracia para todas las almas, para todos los que a pesar de todo continúan en Mi camino, como es en el día de hoy ante Mi presencia.

Así verán, compañeros, cómo es la Misericordia de Mi Corazón, cómo es el sustento y el apoyo que Yo puedo dar para sus espíritus cuando confían en Mí y lo decretan.

Yo no solo les traigo la revelación de Mi Gracia sino también la presencia de Mi Gloria celestial alcanzada después de Mi ascensión al Universo, a las moradas de Dios.

Necesito que se purifiquen en Mi confianza y que acepten la tarea que Yo, con tanto Amor, les he encomendado para estos tiempos desde el principio de sus nacimientos.

Así como Mi Corazón infinito agradeció el apoyo de Mi Santa Madre durante la Pasión y desde el principio de Mi vida en este mundo por cada uno de ustedes, así espero, compañeros, que  ustedes agradezcan a sus madres por su existencia y presencia en este momento tan especial Conmigo. ¿Qué sería de ustedes sin sus madres?

Aunque sus madres no parezcan lo que ustedes desean, ellas son el modelo perfecto de la transformación para sus corazones y vidas. No podrán seguir caminando en Mi sendero sin antes recordar a sus madres por todo lo que han dado, aunque hayan sido errores, pruebas o conflictos.

Dios, a través de sus madres, quería quebrar sus corazones endurecidos para que sintieran el verdadero amor que nace de la maternidad de todas las santas mujeres que conciben ante la Creación y dan a luz, como Mi Madre dio a luz por cada uno de ustedes.

Necesito que amen la fuerza maternal y que no la rechacen, porque en la fuerza maternal se encuentra la salida a las posibles dificultades del camino.

Entre Mi Pasión para esta Sagrada Semana y el espíritu de la maternidad, encontrarán dos grandes puertas para alcanzar también el perdón y la reconciliación entre sus seres queridos.

No necesito, compañeros, que juzguen sino que amen lo que Dios les entregó a través de sus madres y también de sus madres espirituales que Yo he colocado en el camino, para trabajar el sendero de  perfección y de santidad en ustedes.

Descubran en el misterio de Mi Pasión y de la maternidad el camino para la conversión y para dar los pasos en la simplicidad del espíritu y del alma que se dona al Padre celestial, abriendo su corazón y comprendiendo todas las cosas que llegan a la escuela del aprendizaje.

Les dejo en esta noche, compañeros, el símbolo de las llagas de Mis Manos, de las Manos que se donaron por ustedes, de las Manos que curaron, que sanaron, que multiplicaron los panes y los peces, de las Manos que derramaron gracias y prodigios, que resucitaron a los muertos, de las Manos que hicieron levantar a los paralíticos, que curaron a los ciegos y que redimieron a los corazones endurecidos por su propia voluntad.

Estas son Mis Manos, las Manos de Dios a través de Su Hijo amado, que nuevamente para esta Sagrada Semana se donan a ustedes y al mundo para santificarlo por la efusión del Espíritu.

Que sus manos imiten Mis manos. Que sus seres se donen en confianza y sin resistencia, porque Yo conozco, compañeros, la pasión de cada corazón, la pasión interior, los miedos y las incertidumbres.

Espero que en cada uno ustedes y de sus hermanos, Yo pueda hacer brotar lo que vengo a buscar hace tanto tiempo y después de tantas veces y de tantos intentos.

Ahora, compañeros, que saben todas estas cosas, anímense a dar el paso y a no retroceder, porque Mis pies caminan descalzos frente a los suyos, marcándoles el camino hacia la paz y la transformación.

Un pedido más para los que escuchan Mi voz. Quisiera verlos arreglados y limpios todos los días para recibirme. Así como Yo mandé a bañar a los pozos de Betsaida, de Samaria a los enfermos para que se purificaran, Yo los invito a prepararse todos los días para el encuentro Conmigo a las tres de la tarde, en armonía y orden, interior y exterior. No necesito que se embellezcan por Mí, sino que comprendan y sientan la importancia de la ceremonia en cada detalle, porque eso forma parte a la Ley de la Jerarquía.

Y ahora, compañeros, en esta víspera de preparación que sus  corazones ya pulsen y sientan la Sagrada Semana latiendo en su interior como una llama viva que se moldea y se prepara para recibirme en confianza.

Y la síntesis de toda esta Sagrada Semana que viviremos por una humanidad enferma, separada e indiferente; por aquellos que no pueden vivir esto Conmigo y que aún no lo conocen, les recuerdo el misterio infinito del sacramento de la Comunión, del pan hecho carne de Cristo y de la Sangre preciosa del Maestro como fuentes de salvación y conversión para las almas que comulgan en la fe con la divinidad de Mi Espíritu ante el Padre Universal.

En gloria a Dios por esta gracia concedida para realizar la Sagrada Semana aquí, y en espera de todo el Cielo, que su colaboración sea eficiente para los próximos encuentros en esta orden material de la obra de la Jerarquía.

Espero que Mis Gracias no caigan en vano, sino que sean la multiplicación permanente del servicio y de la donación por esta obra redentora y corredentora junto a Mi Madre y San José.

Espero que sus corazones, compañeros, despierten a la importancia de la colaboración en este proyecto de los Mensajeros Divinos en este plano material. Eso definirá después de esta Sagrada Semana la continuidad de ese proyecto sagrado de conversión y de paz para el mundo.

Que cada uno cumpla con su parte para que así se manifieste la Voluntad de Dios.

Mi último pedido, compañeros: recen por los corazones que se cerraron. Deseo ver en estas cuentas la persistencia de los consagrados. Que cada cuenta que oren represente la oportunidad y la gracia para una nueva alma que debe ser rescatada por la trinidad de los sagrados corazones.

En este sacramento, compañeros, Yo les dejo el modelo para su conversión, para que sean pacificadores, mansos de corazón y humildes de espíritu.

Yo les agradezco, compañeros, por compartir este momento Conmigo en nombre de la Luz y de la Redención.

Y así a los presentes Yo los bendigo preparándolos para vivir este sagrado momento Conmigo, en esta Sagrada Semana que se aproxima, donde los Cielos estarán abiertos durante siete días sobre este lugar para que las almas se eleven en espíritu a través de Mi Corazón a la Casa del Padre Celestial.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón:

Vamos a cantar, a pedido de Cristo, “Pacificadores de Cristo Redentor”.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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