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Queridos hijos:
Les pido que, a partir de hoy, sus vidas sean rosas en las manos de la Madre de Dios, a fin de que Yo pueda depositarlas como oferta de amor consolador a los pies de los Tronos de Dios.
Hijos amados, ser una rosa en las manos de la Madre Celeste es santificar sus vidas todos los días, a través del servicio incondicional y de la oración que brota como llama de amor y de devoción del corazón.
Las rosas de la vida son las que Yo necesito, en este momento, para justificar ante la Ley Divina todos los errores e indiferencias cometidos en contra del Corazón de Dios.
Por eso, a través de una determinación constante y de un empeño verdadero, Mis amados, sean rosas en las manos de la Madre de Dios, para que la Madre Celeste tenga la dicha de poder interceder, salvar y rescatar a todos los que padecen y sufren en este momento.
Si son rosas en Mis manos, podrán transformar la vida en una vida digna en el Señor.
Cuando Me ofrecen rosas en Mis altares, Yo las acepto porque sé que, las flores ofrecidas por Mis hijos a la Madre de Dios, no solo tienen el fin de honrarme y de reconocerme.
Con esa simple oferta de traer flores a la Madre de Dios, Yo, como Sierva y Esclava, recojo ese cariño de Mis hijos para verter ese amor que recibo sobre los oscuros abismos de la Tierra. Así, aquellas almas condenadas reciben la Gracia de la liberación. Así, todas las almas se liberan.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Decimotercer poema
Santísima Madre de la Verdad,
retira de nuestros ojos los velos que nos ciegan,
para que, siendo liberados por Ti de la ilusión,
de la ignorancia y de la indiferencia,
podamos reconocer la Obra majestuosa
de Cristo en la Tierra.
Señora de la Divina Justicia,
llévanos todos los días a comprometernos
con los Sagrados Mandamientos.
Nadie más que Tú
fue el obediente ejemplo de Dios
sobre la superficie de la Tierra.
Por eso, te suplicamos, dulce Señora,
haznos amar cada Ley Divina,
para que nuestras vidas sean espejos
de transparencia, de fidelidad y de compromiso.
Que nuestras emociones no nos confundan.
Haznos ver la realidad
en cada momento de la vida,
para que podamos aprender
y así, descienda sobre nosotros
el don divino de Tu Sabiduría maternal,
porque necesitamos, querida Madre,
madurar y responder como apóstoles de Cristo.
Impúlsanos a buscar la conscientización en todo.
Que nuestra respuesta al Plan Divino
no sea personal ni impulsiva,
sino que sea una respuesta acorde
a la sabiduría y al discernimiento.
Que seamos, ahora y siempre,
guiados por el Espíritu Santo.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hoy, Mi Rostro está lleno de lágrimas, porque sé que Mis hijos no comprendieron el sentido de lo que Mi Hijo les dijo en el día de ayer.
Por esa razón Mi llanto es en silencio y en oración, para que los corazones se abran y encuentren el sentido de lo que en verdad anunció Mi Hijo.
Sus Palabras no son pasajeras. Sus anuncios no son temporarios. Hijos Míos, cuando habla Mi Hijo está hablando Dios directamente a cada corazón humano.
La realización de la Obra del Retorno de Cristo es responsabilidad de la humanidad, porque es la humanidad la que necesita de una intervención divina.
Y como Mis hijos no comprendieron el significado de la Presencia de Cristo en la Tierra, es por esa causa que su Madre Celeste está llorando, sabiendo que sin la intervención divina no es posible sostener al planeta y menos a la humanidad.
Todos los que no hagan nada, en el próximo tiempo, recordarán este mensaje porque la Ley los colocará en el lugar en donde siempre debieron estar.
Están en el mismo estado, como lo estuvo Ruanda cuando habiendo escuchado y participado de la Presencia de la Madre de Dios, años más tarde, se lamentó por su gravísima tragedia.
Hijos, reflexionen pidiendo luz interior al corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Igualdad entre los Pueblos
Queridos hijos:
Mi finalidad de venir a Suiza, en nombre de Mi Hijo, es para pedirles a los representantes de este país un acto de la igualdad entre las naciones más ricas y las naciones más pobres.
Por eso, vengo para donar Mi Corazón-Espejo para que en Suiza se refleje la Voluntad de Dios y no el uso desmedido del poder y la superstición de los soberbios.
Vengo para pedir un verdadero espíritu de caridad y de igualdad, a fin de poder salvar a este pueblo del sendero que recorre por la riqueza desmedida y el descontrol material de la vida.
Aquí, y dentro de esta nación, existen almas que tienen el deber de promover la equidad sin condiciones y el equilibrio por los que ni siquiera tienen un hogar para poder refugiarse.
Vengo como Madre y Virgen de Schoenstatt para pedir consideración y atención a Mis palabras, antes de que llegue el tiempo en el que no quedará piedra sobre piedra, así como lo dijo Mi Amado Hijo.
Deseo despertar en Suiza el espíritu del olvido de sí, para que las almas aprendan a ver y a contemplar las necesidades en los semejantes, en los más pobres entre los pobres.
Quisiera salir de Suiza con una esperanza en Mi Corazón, capaz de tener fe en que Mis hijos harán el esfuerzo necesario para salir de la comodidad pervertida y del confort.
Necesito, hijos de Suiza, que se sirvan del espíritu de la pobreza y de la abnegación que la Madre y Virgen de Schoenstatt les ofrece, a fin de que más allá de su pueblo y de su “propio mundo” puedan contemplar el sufrimiento, el hambre y la necesidad de millones de almas en el mundo, como sucede en África y en América.
Sé que no nacerá de los líderes el afecto necesario para percibir y reconocer que aquí no se vive en la Ley de Dios, ni mucho menos en lo que Mi Hijo les enseñó.
Por eso, antes de que todo se desencadene, dentro y fuera de sus consciencias, Yo los invito a vivir una vida de oración y de diálogo con Dios, para que puedan salir de la reinante ilusión de estos tiempos y perciban que es urgente cambiar, primero saliendo de sí para darle espacio y lugar en sus corazones a los que más sufren y no tienen nada.
Con este mensaje los llamo a la reflexión, ya que aún queda un poco de tiempo para poder transformar lo que el Universo necesita transformar de su pueblo.
Yo les doy las gracias por escucharme, porque, como Madre, los amo y deseo el bien y la igualdad para todos Mis hijos.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Virgen de Schoenstatt
El bálsamo para la indiferencia: la Oración
Hijos amados:
Desde el principio de esta Obra y antes de ella, les enseñé a orar, inspirando sus corazones hacia la vivencia de un simple misterio, que por ser tan simple y accesible, fue incomprensible para muchos.
La oración es simple, pero no deja de ser misteriosa; no deja de guardar en sí, al igual que el silencio, un tesoro incalculable.
La oración es un escudo contra el mal, pero también contra sí mismos, contra todos aquellos aspectos que les son incontrolables; porque no es con su propia fuerza y poder humano, que conseguirán controlarlos y sublimarlos. La oración los coloca en las manos de Dios, como individuos y como humanidad, y abre una puerta para que sea la Ley Divina la que actúe en sus vidas.
Cuando Yo les cuento de Mis dolores, les muestro Mis llagas y los llamo a vivirlas Conmigo, no les estoy ofreciendo un peso mayor del que pueden soportar, sino que solo hagan y vivan aquellas cosas que ya están preparados para hacer y vivir, como orar constantemente.
Si oraran un Misterio todos los días, muchas espinas no estarían en Mi Corazón. Si oraran la Madre Universal, invocando Sus atributos, muchas de las energías capitales que los atormentan y que atormentan a la humanidad, ya no estarían en sus corazones ni en sus mentes, porque los atributos de su Madre Divina colmarían los espacios que hoy están ocupados por la vanidad, por la soberbia, por la indiferencia y por la inercia que permea las mentes y los corazones de Mis hijos.
No sufran ni se entristezcan al escuchar Mis palabras, porque esa es una forma humana de compensar la falta de esfuerzo y de sacrificio en sus vidas. Aquel que comprende verdaderamente lo que les digo, toma en sus manos el rosario y se va a esmerar por atraer hacia el mundo, el Don de la Presencia Divina.
Aquel que ve en el horizonte la Justicia de Dios, no se esconde de ella debajo de una mesa, sino que clama hasta el último segundo por Misericordia, aunque sepa que vivirá aquello que necesita, según el aprendizaje que escogió.
Hijos Míos, con amor les digo que es tiempo de vivir la madurez espiritual; y la alcanzarán, no con el pesar de sus corazones, sino con el coraje y el valor de atraer hacia el mundo, a través de la oración y de la transformación verdadera, las leyes que equilibran todo lo que la humanidad vive, debido a los permisos que constantemente se da, de herir el Corazón de Dios.
Con simplicidad en Mis palabras y con Amor en Mi Corazón, hoy sólo les digo que oren. Oren para que Dios triunfe en ustedes. Oren para que sea Él el que viva esta batalla. Oren para que encuentren fuerzas para no ser indiferentes, distraídos, y tan perdidos en las influencias del mundo y distantes de Dios. Oren para reconocer la Verdad, para contemplar en el mundo, lo que hiere el Corazón del Padre y saber equilibrarlo.
Oren para curar sus propios corazones y ya no buscar en el otro, o en el mundo, la justificación a sus miserias. Oren para saber verdaderamente lo que es cargar Conmigo la cruz de la humanidad entera y vivir la Pasión planetaria, como Mi Hijo vivió Su Pasión en el Calvario.
Oren para saber que la vida va más allá de lo que sus ojos pueden ver y encuentren en la eternidad su fortaleza. Oren, hijos Míos, porque es la oración -simple como ella es-, la que vencerá los abismos, cerrará las puertas al mal y consumará la redención de los hijos de Dios.
La oración es el bálsamo para los enfermos de espíritu, para los ciegos, para los débiles, para los pobres, para los que están llenos de sí y vacíos de Dios.
Oren de verdad y comprenderán, en el silencio de un sentimiento inexplicable e innombrable, la esencia de lo que hoy les digo. Mi rosario será una extensión de los suyos; siempre que oren de corazón, estarán orando Conmigo.
Yo los bendigo hoy y siempre, bajo la Luz del verbo orante.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mientras las puertas a la Misericordia de Dios están abiertas, Yo los invito a que en este año de nuevo jubileo, ustedes realmente consigan adoptar en sus vidas actos de misericordia para sustituir los actos de indiferencia y de rechazo en la consciencia humana.
Como las puertas del nuevo jubileo de la Misericordia están piadosamente abiertas para todas las almas, Vuestra Madre de la Misericordia desea ver sus corazones plenos de la Misericordia de Dios.
Queridos hijos, aún hay mucho que perdonar y redimir dentro de ustedes, sean más inteligentes que Mi adversario y sumérjanse a tiempo en el océano de la Misericordia de Mi Hijo para que pronto sus faltas estén más equilibradas ante la Ley del Señor.
Verdaderamente Yo los estoy invitando a que día a día sus almas reconozcan el tiempo de la Misericordia de Dios, el que viene al encuentro de una humanidad pervertida y distanciada de la esencia de su verdadero propósito. Pero si cada vez existen más corazones que en arrepentimiento y perdón piden por esa Misericordia Celestial, la soberbia y la arrogancia humana serán sustituidas por la divina y santa humildad.
Queridos hijos, aprovechen este momento de importante expiación; a través de la oración del corazón muchas cosas podrán ser reparadas, y el Corazón de Vuestro Padre Celestial a través de sus oraciones, tendrá un motivo para ayudarlos y encaminarlos hacia el bien.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva a través de la Misericordia de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras los Sagrados Corazones trabajan incansablemente por este mundo, el llanto de los más pequeños de Medio Oriente es escuchado ante la falta de misericordia y de compasión.
En los más pequeños existe el espíritu de la pureza interior, esa pureza e inocencia que intentan ser desterradas a través del miedo, del pánico y de la perturbación.
Es por eso que los Sagrados Corazones de San José y de María ingresaron en las regiones de mayor conflicto para ayudar espiritual y materialmente a todas las familias que viven en el mar de la desesperación y del exilio.
Vuestra Madre Celeste implora decididamente al Santo Arcángel Miguel para que Él coloque el Poder Creador de Su espada de Luz sobre aquellas regiones y consciencias del planeta que provocan el desorden mundial.
Si esto llegara a suceder, la Ley será dura para los ingratos e injustos, lo que no podría revertirse.
Es para impedir un castigo, que podría quedar marcado en la humanidad, que Vuestra Santísima Señora del Cielo desciende al mundo para rogar a todos Sus hijos que pidan por misericordia y redención. Será por la súplica profunda y verdadera de los orantes del mundo que un tiempo más de paz podría alcanzarse.
De lo contrario, si la humanidad más consciente y despierta no pusiera atención al llamado que viene directamente desde el Cielo, la humanidad verá mucho más que sangre correr y que cuerpos descomponerse en las calles de las naciones del mundo.
Si eso sucediera, quedaría establecido en el mundo un reino de oscuridad, pero como sé que Mi Inmaculado Corazón triunfará, Yo vendré para pedir la vida y la entrega de algunos servidores para que en el Nombre Santo de Jesucristo, ellos equilibren todas las causas degeneradas en este mundo de hoy.
Eso evitará que ese reino injusto se establezca y permitirá que el Poderoso Corazón de María triunfe en las grandes regiones de la Tierra; de esa manera los Ángeles de la Santísima Trinidad descenderán al planeta para retirar a las consciencias que abrieron las puertas al mal.
Así muchos verán en el horizonte el gran prodigio de la Madre del Sol, una señal que marcará el comienzo de los esperados mil años de paz. Para que eso suceda, todo lo que parece imposible y sacrificado se les pedirá a los que dieron el sí a Jesucristo.
Será de esa forma que la Obra de Dios no se perderá como se pierde la sangre inocente que hoy corre en las calles del mundo, y la Obra de Dios tendrá su victoria a través de la Gracia.
¡Les agradezco por abrazar en confianza Mi importante llamado!
En vigilia de luz y de oración,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Quisiera decirles, hijos Míos, que las situaciones del mundo se precipitan y no tienen límites, porque la propia humanidad genera las condiciones para que eso suceda.
Pero existe una parte de las almas que luchan espiritualmente para reparar los graves ultrajes que la mayoría comete y, aunque todo esto no sea suficiente, la Divinidad ayuda a los consecuentes para que al menos una parte de la humanidad se torne rescatable y redimible.
El peso de la deuda espiritual de la humanidad es muy grande y las almas en estos momentos están padeciendo las consecuencias de lo que la mayoría hace. Eso despierta la ira de Dios, que no es castigo, sino una suprema tensión ardiente que intenta impedir el descenso de la Ley y que la mayoría de los hombres ignora.
Los acontecimientos de estos últimos tiempos demarcan el cambio futuro, moral y espiritual, de la humanidad y lo que potencia más la ira de Dios es la inconsciencia y la forma de cómo se lleva adelante la vida planetaria.
En toda esta realidad, los Reinos de la Naturaleza sufren también las consecuencias de la humanidad. Ellos, como parte de un mismo fin, tendrán una acción dentro del ciclo de la gran purificación.
La Madre Naturaleza, que es sabia y pura, mostrará su poder a la humanidad. Todo esto no sería necesario si desde el principio se hubiera respetado la dignidad humana y los Reinos creados.
La consciencia de la humanidad, hijos Míos, está más retrasada que los primeros pobladores de la Tierra. Eso hace estremecer el Corazón de Dios al ver que el discernimiento y la sabiduría desaparecen de la consciencia de los que dicen ordenar las naciones.
Por eso, el Amor de Dios podrá traspasar las barreras de esta precariedad que el hombre de hoy creó por sus acciones.
El nuevo paraíso, la Nueva Tierra, estará libre de todas estas influencias, porque el proyecto era que esta raza fuese fraterna y equitativa en todos los estados del ser; lo que fue cambiado. Esa es la preocupación del universo delante de la realidad de esta humanidad.
No existen valores y si los hay, todos son manipulados, lo que hace perder el verdadero propósito de la vida del alma y del espíritu, y muchas almas son presas del adversario que es el principal gobernante de algunas regiones.
Oremos sin cesar y sin pensar, algo deberá cambiar, el tiempo lo indica.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Portavoz del Universo
Queridos hijos:
En tiempos de crisis espiritual mundial, en la mayoría de las almas, les pido que busquen la armonía de Mi Corazón materno.
Para encontrar la armonía de Mi Corazón materno, hijos, deben ejercitar el silencio para que sus corazones y consciencias perciban la diferencia de estar cerca o lejos del Reino Celestial.
Hijos, ustedes son una humanidad con el potencial de poder desarrollar muchas cosas dentro de la Ley sagrada de Dios.
La armonía es lo que está faltando en toda la humanidad, lo que le hace perder la paz y, en poco tiempo, el camino de una humildad verdadera.
Mientras los corazones coloquen sus vidas en las cosas materiales del mundo, el camino de la armonía, que es universal, no podrá ser visto por la mayoría.
El silencio y la práctica del mismo le exige a la consciencia detenerse en lo que irá a hablar y a repensar las acciones que antes eran precipitadas.
Si al menos una parte de la humanidad no viviera la búsqueda del silencio, será difícil que todos en algún momento puedan escuchar la Voz del Altísimo anunciando al mundo la gloriosa Venida de Cristo al corazón de los simples.
Queridos hijos, están delante de una realidad que ya no se pueda ocultar más, la falta de armonía no permite la aproximación de las leyes de la cura y las almas quedan sin recibir nada.
Asuman, hijos crecidos, que una parte de todo este Proyecto está en sus manos, así como la responsabilidad del planeta y especialmente de los Reinos.
Su unión con Dios y con Su Voluntad Divina definirá el fin de los tiempos. Sigan adelante, en compañía de su Madre Celeste.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los congrega el Espíritu Divino de Dios en la sagrada armonía,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Como la Madre de la Justicia, a través de Mis pedidos, Yo les hago conocer la Ley de Dios y los efectos positivos que tiene en esta humanidad.
Para encontrar el camino de la Ley y vivir en ella, Yo les enseñé, hijos Míos, el verbo de la oración, porque la oración del corazón es una Ley poco conocida. Aquel que se une a ella, descubre y sabe cómo estar dentro de la Ley del Creador.
Hoy, la humanidad está lejos de la Ley del Equilibrio, de la Armonía y, principalmente y, principalmente de la Ley del Amor Divino, todo esto es consecuencia de que el hombre crea sus propias leyes y las lleva adelante ignorando por completo que la verdadera Ley es la del Amor y la de la Unidad Interior.
Las leyes de la Tierra dominan consciencias y regiones distantes y esto recae siempre sobre los más desprotegidos. Por eso, como su Madre de la Justicia, les enseño en este tiempo cómo deben buscar y encontrar la Ley Interior a través de los actos de amor y de caridad.
De esa manera, hijos amados, estarán camino del encuentro de las Leyes de Dios. Recuerden, queridos hijos, que las primeras Leyes que Dios les entregó a través de Moisés fueron los Mandamientos, que en estos tiempos están completamente olvidados y no son cumplidos.
Las Leyes Divinas perduran y actúan a través de los tiempos, de los universos y de la humanidad. Cuando las Leyes no son cumplidas y son alteradas por la humanidad, se padece el resultado y la consecuencia de ello.
A través de los Mandamientos que Dios transmitió por medio de Moisés, toda la raza debía ser educada y preparada para encontrar el camino de la rehabilitación y de la paz. Ahora, que todos pueden ver cómo la humanidad transgrede la Ley, Yo los invito, hijos, de forma especial e inmediata, a vivir en las Leyes de Dios antes de que sea demasiado tarde.
La primera Ley que deberán practicar e implantar en sus vidas, es la Ley del Perdón y de la Reconciliación; solo con esos dos principios tendrán trabajo y esfuerzo para conseguirlo. Y recuerden, Mis amados, que su Madre de la Ley siempre está presente para ayudarlos a crecer desde el corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los lleva al conocimiento de las Leyes de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo Soy la Aurora que resplandece en la vida de todos los seres. Aquellos que Me buscan jamás perecerán, jamás tendrán sus corazones cubiertos por la oscuridad, porque siempre abrirán las puertas para el ingreso de Mi Luz.
Yo Soy Fuego, proveniente del Fuego Divino, que restaura y transforma los seres. Aquellos que siguieron Mis pasos pueden dar testimonio del Poder de Mi Corazón. No existe en el mundo aquel que se haya arrepentido después de haber abierto sus brazos y su corazón para Mi Poder transformador.
Yo Soy la victoria de los corazones caídos y el camino de los que están perdidos.
Yo Soy el tesoro de los que son pobres y la cura de los enfermos.
Yo Soy la Madre de todos los seres; no existe en el mundo aquel que no pueda llegar a Mí.
Hijos Míos, ¡que Mis palabras resuenen en los corazones de todos los seres! Que aquellos que no Me sientan y no Me encuentren abran definitivamente las puertas de su corazón.
La Ley Divina Me permitió llegar al mundo y convertir a los seres, instaurando la Paz e instituyendo el propósito Divino en este planeta.
Después de siete años de instrucciones quiero que profundicen el contacto Conmigo y que caminen con mayor determinación hacia Mi Corazón. Quiero que presten atención a Mis palabras, entregadas a lo largo de estos años, y vean con alegría como ellas se volvieron vida en cada uno de vuestros seres.
Vayan y sean testimonios vivos de Mi presencia en el mundo. Que, al ver vuestros rostros redimidos, los seres de esta Tierra pierdan el temor de seguir los pasos dictados por Dios.
Mis queridos, el mundo aún teme profundamente ingresar en este camino, porque la oscuridad tomó el corazón de muchos seres y los ató a los placeres e ilusiones que podía ofrecerles. No tengan miedo de cortar esas amarras con el pasado. No tengan miedo de perdonar los errores y de borrar de vuestras vidas todas las acciones equivocadas que realizaron por ignorancia.
Hijos Míos, la falta de perdón de todo el pasado está sujetando el corazón de Mis servidores, para que ellos no puedan ingresar en un nuevo arquetipo de vida.
Sepan que el Agua de Vida ya fue derramada sobre los seres. La Sangre Misericordiosa de Mi Hijo ingresa día a día en vuestras células; Su Cuerpo Glorificado se funde con vuestros cuerpos en redención, a través de la Sagrada Comunión. Por eso, borren de vuestras memorias lo que ya pasó y permítanse renacer a un nuevo tiempo de la humanidad.
No rememoren el pasado, afligiendo vuestros corazones por todos los equívocos cometidos. No obstante, eleven vuestras consciencias hacia una nueva experiencia en la que los Sagrados Corazones los conducirán y a través de la cual podrán encontrar un nuevo futuro.
El tiempo del retorno de Mi Hijo ya está llegando, y con Él la oportunidad de retornar al Origen y llevar consigo el Amor Crístico y Universal.
Hijos Míos, hoy decreto delante de ustedes, por la potestad que Él Me entregó, que una nueva vida deberá ser vivida por los seres de este mundo. Por la Majestad de Mi Hijo, borro el pasado de las criaturas que claman por Redención y les digo que ahora y para siempre, coloquen vuestro corazón y vuestros ojos fijos en la meta que deberán alcanzar.
Es tiempo de despertar los nuevos Cristos en el Universo. Es tiempo de vivir definitivamente la Redención. Yo les abro las puertas.
¿Quién de ustedes ingresará?
Aguardo que puedan responder a este nuevo Llamado.
Yo los amo siempre y los bendigo, en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Amados hijos:
En el día de ayer fue anunciado Mi pedido materno, el surgimiento espiritual de la red de comunicación de Misericordia María. Este proyecto, que no es un proyecto terrestre, sino un proyecto espiritual, intentará llegar al corazón de los hogares de una forma fraterna, ordenada y pacífica, porque el fin de Misericordia María será abrir las puertas a todas las almas, para que ellas escuchen Mi Mensaje y el Mensaje de Mi Hijo Jesús.
Se habrán preguntando a ustedes mismos: ¿por qué la Jerarquía Celestial necesitará transmitir Sus Palabras a través de un medio de comunicación? Por la urgencia planetaria, por la falta de consciencia sobre los acontecimientos en la humanidad, por la necesidad de paz y de oración en los hogares, por la unión constante con Dios y, lo principal, por la redención de las almas que en estos tiempos están comunicadas con las redes del mal. Es un motivo y una aspiración de Mi Corazón Inmaculado que Mi Reinado de la Paz obtenga la victoria sobre el mundo antes de la gloriosa venida de Mi Hijo.
Pero este proyecto de Mi Corazón es un proyecto atemporal; esto significa, Mis queridos hijos, que la Jerarquía Celestial comunicará Sus Palabras y, en consecuencia, derramará Sus Gracias por un tiempo indeterminado, porque el Padre nos ha pedido a los Mensajeros Celestiales que hagamos todo lo posible para que gran parte de la consciencia de la humanidad se retire de las modernidades e ingrese, a través de este proyecto, a vivir su propia redención.
Misericordia María es un arquetipo de comunicación más directa y avanzada que obrará por medio de principios celestiales, que protegerán el desarrollo de la tarea, y esto evitará la influencia de las realidades externas a la tarea.
Quiero decir, queridos hijos, que Misericordia María no será una transmisora similar a las que hoy día existen en el mundo y las que confunden a las almas. Este proyecto llegará directamente a los núcleos más profundos de los seres internos por obra del Espíritu Santo y así, dejará de ser algo superficial y material.
Todo lo que la Jerarquía Celestial solicita, lo comunicamos con un alto grado de amor y de sabiduría para evitar que los que reciben el llamado lo interpreten o se confundan.
Por primera vez en la historia de la humanidad, el Cielo pide, a través de este llamado, un proyecto poco comprensible para las consciencias. Pero Misericordia María tendrá como bases la oración, el ayuno y la entrega amorosa de los que se dispongan a llevar adelante la tarea, bajo el voto de obediencia y orden para este diseño que está realizando Mi Consciencia maternal.
Misericordia María querrá llevar a los hogares la Misericordia de Dios. Por eso, este proyecto de comunicación vivirá los siguientes principios, para desterrar del inconsciente de los servidores algo que este mundo despierta por error como la vanagloria, la vanidad, el poder y la competencia entre los seres.
Misericordia María, a través de los principios crísticos, liberará poco a poco del inconsciente estas necesidades de autorrealización y así, colocará en el corazón la Luz del Reino Divino.
Será tarea de Misericordia María repolarizar a las consciencias del mundo que han sido dominadas por la modernidad del mal, para que por medio de sus impulsos los seres despierten a Dios, su Señor.
Misericordia María será el corazón del Corazón de María, que latirá amorosamente para transmitir impulsos de fraternidad, de cura y de perdón, que es lo que la humanidad de hoy necesita.
Los principios crísticos de Misericordia María son los siguientes:
1. Transmitir el amor verdadero y curador del Inmaculado Corazón de María.
2. Aproximar a las consciencias y a las almas al Mensaje salvador de los Sagrados Corazones.
3. Rescatar para todos, el valor de la Creación de Dios a través del cuidado de todos los Reinos.
4. Unir a los grupos de oración bajo un mismo Propósito Divino.
5. Ser un puente de redención y de perdón entre las familias.
6. Fraternizar en el mundo entero a través de la devoción a los Sagrados Corazones.
7. Expresar las experiencias de fe de los peregrinos, como un testimonio interno de conversión.
8. Liberar el inconsciente de la humanidad de las influencias y los engaños del mal.
9. Generar en la consciencia del mundo entero la consagración al Inmaculado Corazón de María.
10. Formar a los que despierten como soldados de la oración.
11. Construir entre los peregrinos el Amor de Cristo.
12. Activar en las consciencias la importancia de responder al llamado de Dios.
13. Establecer en los corazones el espíritu de la humildad y de la paz.
14. Desterrar el sufrimiento por medio de la unión con la Divina Misericordia.
15. Congregar a los grupos de oración para que respondan al llamado de oración planetaria.
16. Despertar en las almas la devoción verdadera al Sagrado Corazón de Jesús.
17. Cerrar las puertas inciertas del enemigo en los hogares, para que se abran en los corazones las puertas celestiales.
18. Crear una unidad perfecta entre las almas y el universo.
19. Reunir entre las almas la presencia del Ángel protector de la Guarda.
20. Tener consciencia sobre la importancia de vivir en la Ley de Dios.
21. Ser un hilo de unión entre los hogares y el Inmaculado Corazón.
22. Generar una respuesta pacífica en todos los seres.
23. Elevar las realidades de las familias hacia esferas de oración y de armonía.
24. Apoyar a los que intentan orar todos los días.
25. Acompañar, como María Santísima, al alma que despierta por primera vez al llamado.
26. Convertir el dolor humano en cura espiritual y en redención.
27. Ser el sol resplandeciente del Corazón de María para que todos la puedan reconocer.
28. Trabajar incansablemente por la paz en el mundo.
29. Servir al Plan de Dios sobre todas las cosas.
30. Iluminar los espacios que están a oscuras.
31. Reconciliar a las almas que más lo necesitan con el bien de Cristo.
32. Fundir a los corazones en la Presencia de los Sagrados Corazones.
Queridos hijos, estos principios permitirán que Mi proyecto mariano se cumpla bajo la protección de Mi Luz maternal.
¡Les agradezco por apoyar y por colaborar con este llamado!
María, Madre y Reina de la Reconciliación
Mientras la humanidad aún busca la satisfacción en la vida, Mi Corazón Materno llama a todas las almas al nuevo y último rebaño de Cristo.
Como mediadora delante de las almas que han encontrado el camino espiritual hacia Dios, quiero que ellas puedan auxiliar a otras almas que se desvían rápidamente del camino de la fe y del Amor de Dios.
Por eso, hijos Míos, pido hoy a todos los orantes que no pierdan tiempo y oren con mucha aspiración hacia lo Alto y aguarden la Infinita Misericordia de Mi Hijo.
Espero de Mis soldados el despertar de la consciencia y que se ofrezcan a colaborar para que la mayor parte de la humanidad pueda vivir un tiempo más de paz. Y como el tiempo pasa rápido, Yo les pido que oren con el corazón, atentamente, para que algo pueda cambiar en la humanidad.
Queridos hijos, ¡recen, recen, recen y recen! Recen con la voz de vuestros corazones para que la Piedad y la Compasión de Dios toquen a los corazones que se han separado de la Ley del Señor.
Recordando la enseñanza de los mandamientos de Moisés, hoy les pido que los tengan presentes en vuestras vidas como las primeras reglas básicas para un buen hijo de Dios.
Queridos hijos, a lo largo del tiempo, la humanidad ha sido llamada a cambiar desde el corazón; por eso ustedes, abran vuestros ojos y vean la Luz Misericordiosa que Mi Inmaculado Corazón está irradiando para todos.
Les recuerdo la importancia de vivir en la fidelidad a Mi Hijo para que vuestros corazones sean guiados y estén protegidos en estos tiempos finales.
¡Les agradezco por responder en estos tiempos a la voz de Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Un día como este once de agosto pero del mes de febrero de 1858 en Lourdes, Mi Inmaculado Corazón trajo a este mundo el Manto Universal de la Cura para todos Mis hijos. A Mi hija Bernarda le pedí que cavara la fuente para que todas las generaciones se sirvieran de ella en la unión amorosa que todas las almas deben buscar con Dios.
Hoy, en estos tiempos de grandes definiciones, Yo los acompaño desde hace ya cinco años, los contemplo y solo les pido que sean inagotables fuentes de oración.
Queridos hijos, aún el mundo no se ha postrado a los pies del Creador y, como Madre de la cura del alma, les pido que continúen orando, orando con el poder del amor de cada uno de vuestros corazones. Eso permitirá que el Universo de Dios actúe sobre todas las consciencias, aún más sobre todas aquellas que necesitan de la Luz Redentora de Mi Hijo.
Queridos hijos, Yo los invito de manera especial en este once de agosto, a convertir vuestra vida en un estado de oración, en un nuevo proverbio de Luz que pueda irradiarse hacia la humanidad.
Yo los conduzco por los nuevos caminos de los pastores, pastores a los que ustedes deben amar y respetar, porque Mi Hijo los eligió para que proclamen el Reino de Dios.
Queridos y pequeños hijos, está llegando el tiempo de unir lo que la consciencia de todos Mis hijos ha separado a lo largo del tiempo. La única religación para todas las almas es el Corazón Divino de Mi Hijo, porque es en Mi Hijo que podrán hallar la Paz y el Perdón de Dios que muchos necesitan.
La humanidad prosigue por el camino de las ofensas y eso repercute en la vida del espíritu; por eso, como Intercesora de todas las almas, los llamo a orar con el corazón para que más Luz pueda encenderse en los que caminan por las penumbras.
Mi Hijo es la Luz del mundo y ustedes son posibles chispas del brillo eterno de Su Sagrado Corazón.
Hijos Míos, es momento de que a través de la oración, levanten los brazos y clamen por Misericordia para que el Universo Creador pueda transformar todo lo que aún la humanidad no logra cambiar.
Sepan, todos Mis pequeños, que están en el último tiempo de Misericordia, y tal como fue anunciado por Mi Hijo al mundo: llegará el tiempo de la Justicia Divina. Amen la Ley para poder amar el Universo de Dios. Recuerden los mandamientos, renueven vuestros votos con el Creador.
Yo los guío, los coloco cerca de Mi Hijo.
¿Aceptan la venida de Su Reino?
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Solo encuentren el refugio en la Casa de Dios.
Solo esperen con alegría la llegada de Mi Hijo.
Solo aguarden en oración para encontrar la paz.
Queridos hijos:
Hoy los llamo a reverenciar a Dios, el Gran Creador del Universo. Cada nuevo día debe ser una alabanza para el Señor porque así, vuestras vidas serán partícipes de Su Ley de Amor y de Perdón.
Mis hijos olvidan al Padre Eterno. Hoy les recuerdo que siempre deben volver al universo elevados, como almas, a través de la oración. Esperen con alegría la llegada del Enviado de Dios, el Rey del Amor Redentor, Mi Hijo Glorificado, porque en esa espera ustedes estarán abriendo sus corazones para lo nuevo que viene de Jesús.
Reverencien al Creador como Camino de Consagración de sus vidas a la Voluntad del Padre. Sepan, hijos Míos, que en cada acto de reverencia estarán alabando a Dios y, así, formarán parte de la armonía que el mundo tanto necesita y que ha perdido porque olvidó reverenciar al Creador.
Hoy los invito a recordar este acto de reverencia que los llevará a vivir en la devoción del corazón, sendero que se abre para el encuentro de la fe.
Queridos hijos, si la humanidad amara a Dios Creador, los planes ya serían otros. Como Mediadora, les quiero hacer descubrir Su Amor en cada uno de vuestros corazones. Es tiempo de reconocer que sin Jesús, poco podrán ver el camino. Jesús es la visión que, como Luz, ilumina la vida para redimirla. Y para que eso suceda, es importante orar con el corazón.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Vengo hacia ustedes a entregar Mi mensaje de paz a los que sufren y tienen falta de Jesús Consolador. Mi Hijo es eterna consolación porque Su Espíritu cura a las almas para redimirlas y liberarlas de toda falta delante de Dios.
Por eso, queridos hijos, hoy busquen a Jesús Consolador en la oración para que sus almas sean partícipes de la Divina Misericordia. Reconozcan, hijos Míos, que sin Jesús nada serán; Él es el poder que los vitaliza y que los conduce a encontrar el manantial del amor, fuente del perdón insondable que muchos de Mis hijos necesitan.
En esa aspiración, eleven al Cielo todas las plegarias para que Mi Corazón Maternal las pueda recoger y guardar como un presente en el Eterno Corazón de Dios.
Muchos de Mis hijos esperan buenos tiempos para la vida. Ellos son los que aún no cambian desde el corazón. Por eso, Yo los invito a la oración para elevar el pensamiento hacia Dios y, así, permitir que Su Ley Única, la Ley del Amor, actúe sobre la realidad de sus vidas.
Hijos Míos, para que el nuevo Espíritu Santo de la Paz colme sus corazones, primeramente debe borrarse de ellos todo el dolor o la separación que existe entre las criaturas. Ustedes, como orantes, ya saben que la humanidad está muy dividida delante de Dios por la falta de verdadera caridad hacia el prójimo, caridad que comienza con la emanación del amor del corazón.
Nunca olviden, Mis pequeños niños, que el Amor de Mi Hijo, el cual debe residir en sus corazones, es el Amor que les permitirá curar todo el pasado. Sigan los pasos de Mi Inmaculado Corazón.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Al orar, no solo hallarán la fortaleza del corazón, sino también el despertar de los Dones del Espíritu Santo.
Queridos hijos, hoy vengo para invitarlos al despertar del Espíritu Santo en cada uno de sus corazones. Para vivir en este espíritu de la paz, el mismo que Me visitó a Mí y a los Apóstoles, ustedes, pequeños hijos, deben permitir que la oración hecha con el corazón pueda hacer descender esa Magnificencia de Dios. Así, queridos hijos, podrán ser impregnados por el espíritu de la paz mientras sus corazones oran Conmigo.
Queridos hijos, ya ha llegado el momento de que toda la humanidad se reconcilie con Dios a través de la unidad del corazón con el Espíritu Santo.
Amados hijos, lo que ayer parecía ser un misterio, Yo quiero que hoy sea una realidad para el mundo a través del camino sincero de la oración. Así, muchas almas que están dormidas podrán ser pulidas y moldeadas por el poder de este sabio Espíritu Santo de Dios.
El Señor los invita a la conversión del corazón y de la vida antes de que Su amada ley pase sobre el mundo. Vivan al Dios compasivo y amoroso en el día a día para que sus corazones sean colmados por Su Luz Divina e Interior. Un camino seguro para llegar hasta la presencia del espíritu de la paz es recorrer el camino de Cristo. El Maestro del Amor los llama para que ustedes, rindiendo sus corazones, puedan ser bendecidos por Su presencia universal.
Queridos hijos, muchos de los llamados “misterios divinos” se aproximarán hacia la humanidad como una última Gracia que provendrá desde los Cielos. El camino hacia la redención está abierto para cada uno de los corazones en el mundo. Lleguen hasta la fuente que quita la sed, y en vigilancia oremos por la paz en el mundo.
Gracias por responder a Mi llamado.
Los contempla desde el Inmaculado Corazón,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
¡Luz Eterna para la Tierra!
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más