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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Llego a este sagrado lugar como un Espejo de Paz para que el mundo, es decir la humanidad, tenga más consciencia y discernimiento, pueda abrir sus ojos internos para ver lo que hay más allá de lo material, todo lo que existe en lo espiritual que es el centro de toda la Creación.
Hoy, estoy sobre estas montañas y colinas de Medjugorje no solo para bendecir al mundo, sino también para volverme a unir al Corazón Inmaculado de Mi Madre, para que las Gracias y las Misericordias que necesitan las naciones puedan descender y establecerse, a fin de que los conflictos que se generan y se crean en este tiempo sean disueltos, para que los más frágiles, oprimidos y vulnerables no vuelvan a caer en la trampa de la guerra y de la persecución.
Hoy, Me encuentro sobre una tierra bendecida por Mi Madre Celeste, porque Ella trajo el Mensaje del Cielo para despertar a las consciencias al arrepentimiento y a la oración, al ayuno y al bien. Todos deben conocer la existencia de este lugar, el origen de estos pueblos y naciones que, una vez estando unidos, se separaron por los conflictos.
Cuando Dios creó a Sus hijos, es decir a Sus criaturas, Él creó un solo pueblo, una sola nación, una sola civilización. Pero Sus hijos, a través de los tiempos y de los errores, se separaron, se reagruparon formando sus costumbres y aun sus culturas.
La ex-Yugoslavia es el reflejo de una historia cósmica, que viene al igual que otros pueblos a este planeta para resolverse, para redimirse. A través de Medjugorje, la Madre de Dios concedió las Gracias a todos los corazones del mundo entero y especialmente a los que viven aquí.
Estos pueblos de la superficie de la Tierra son originarios de otros pueblos más antiguos que pasaron por este mundo al igual que ustedes. En las generaciones de esta raza han existido varios aprendizajes, han existido varias situaciones que se fueron llevando adelante a través del tiempo.
Todo lo que viven los pueblos de hoy, como la ex-Yugoslavia, es un reflejo de todo lo que se vivió en otros tiempos, de grandes deudas que necesitan curarse, de importantes historias que aquí se vivieron y que también necesitan redimirse.
Europa Oriental es un proyecto aún no concluido. Por eso, la Jerarquía Espiritual trabaja aquí silenciosamente; para que, en el momento más oportuno, ese proyecto se pueda cumplir; al igual que en el resto del mundo existen otros proyectos que se llevan adelante con otros pueblos y otras naciones.
Todos son originarios de diferentes estrellas y lugares del universo. Han venido a la Tierra para seguir construyendo su historia, para aprender a amar, a redimirse y a perdonarse. Cada nación o cada pueblo se encuentra en el lugar que necesita para poder vivir esa experiencia, para poder concluir esa trayectoria, mientras sea necesario.
Mi Consciencia Divina hoy está aquí para trabajar con todos los mundos internos, para que sepan que el Proyecto de Dios es uno solo y tiene un solo sentido y un solo fin.
La diversidad de los pueblos y de las culturas de este mundo demarca orígenes de diferentes lugares del universo. Por eso, es importante que comprendan que el pasaje por el planeta no es superficial.
Es importante que sepan que hoy Mi Presencia les habla como el Hijo Solar, como la Consciencia Solar de Cristo que viene a trabajar con todos los mundos internos para que se rediman y despierten.
Mientras estoy aquí, en este lugar y sobre estas montañas, los Sagrados Recintos de la Hermandad Celeste se encienden para que los corazones los puedan sentir y, así, estén unidos a lo Divino y a lo Cósmico. Porque es allí, en ese despertar de todas las consciencias, en la redención de todos los pueblos y culturas, en donde volverán a alcanzar el Proyecto que Mi Padre escribió para sus consciencias, un Proyecto especial y único para cada ser.
Cuando una consciencia de alguna nación o de algún pueblo da un paso hacia Mi Camino de consagración y de entrega, no está dando el paso solo, sino está dando sus pasos por todos los demás, por toda su nación y por todo su pueblo. Es decir, abre una puerta para que llegue el momento de la redención, el gran momento del perdón de todas las faltas cometidas, de todas las situaciones vividas; y así, la consciencia de una nación o de un pueblo se renueva y respira los aires del Cielo.
Hoy, Mi Mensaje es simbólico, pero en cada enunciado hay una llave para que puedan abrir una puerta hacia la elevación de la consciencia, para que comprendan la verdadera existencia de Mi Ser, para que conozcan al Cristo Cósmico, que es Quien trabaja con todas las consciencias y almas.
A pesar de las naciones y de los pueblos, ustedes deben recordar que son una consciencia única, una única raza, un único pueblo, un único Proyecto regido por una única Voluntad, que es la Voluntad del Padre.
Que este 2022 despierte en cada uno la necesidad incesante de elevar más la consciencia, de buscar la conexión con lo Divino, de encontrar en el Camino Cósmico la respuesta que tanto necesitan, y de saber, de una vez y para siempre, porqué están aquí y para qué vinieron a este mundo.
Porque la vida de cada uno de ustedes no puede terminar solo en lo que es material y concreto. Descubran el universo de su verdadero ser y se liberarán para siempre, y así, ayudarán a redimir a sus pueblos y a sus naciones, a sus culturas y aun sus costumbres. Porque si tan solo uno Me abre la puerta, un representante de alguna nación o de algún pueblo Me abre la puerta, ¡cuánto más podría hacer en este momento!
Mi invitación, a todos ustedes y en este nuevo año, es que dejen de ser ciudadanos del mundo para ser ciudadanos del universo, seres que viven la confraternidad y que siguen Mi Plan Cósmico. Porque cuantos más busquen la elevación de la consciencia a través del amor al Plan, mayores serán las posibilidades de que la Jerarquía rescate a esta raza y salve a este planeta.
Que los Rayos de Mi Consciencia Solar iluminen sus caminos.
Que así como la ex-Yugoslavia hoy es colocada ante la oportunidad de la unidad entre sus pueblos y sus culturas, que las demás culturas y pueblos de este mundo también reciban la oportunidad de la redención y de la paz. Porque cuanto más despiertos estén a la Vida Universal, más comprenderán porqué están aquí, en este mundo, y cuál es su verdadero origen.
Que los Rayos de Mi Consciencia Solar los bendigan, los impulsen a la trascendencia y a la liberación de las amarras.
Que sus caminos espirituales estén limpios y puros, para que puedan conocer Mi Voluntad, que es la Voluntad de la Fuente Suprema.
No se extrañen de que, en este momento, no les hable con palabras más terrenales y comprensibles a su lenguaje. Es tiempo de que conozcan la vibración de la Jerarquía. Es tiempo de que, a través de la elevación de la mente y de la consciencia, alcancen las esferas superiores e ingresen en el Tiempo Real. Porque cuando amen lo desconocido, se librarán de ustedes mismos y, amando lo desconocido, comprenderán el Plan Universal.
Desde las montañas de Medjugorje, bendigo al mundo entero, y a todos los que sean valientes y tengan el coraje de escuchar Mi Voz y de vivir Mis Palabras. Así, Me abrirán aún más la puerta para que Yo pueda retornar con Mi Verdadera Faz, la Faz del Cristo Cósmico, aquella Faz que aún no es aceptada por este mundo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
La pluma de Dios se detiene y Él deja de escribir. ¿Qué significará esto para ustedes, delante de lo que hoy vive el mundo?
Yo Soy el Señor del Silencio, el Señor de la introspección. Mi Voluntad llega hasta los confines del universo, pero Mis Palabras obran en los corazones abiertos a escuchar.
Ante esta revelación que hoy les he traído, parte de un secreto de su Maestro y Señor, les pido que sigan orando Conmigo, así como oran con Mi Madre Celeste, porque los hombres de la Tierra no tienen ningún conocimiento sobre la verdadera Justicia de Dios, una Justicia que no puede ser tentada, modificada o alterada. Solo la Gracia de la Madre de Dios puede cambiar los acontecimientos en el planeta y, sobre todo, en los corazones que están en peligro por sus propias acciones, por la inmensidad de su ignorancia, por la ingratitud.
Ustedes ya saben que Mi tiempo en este lugar, sagrado para Mí, ya está terminando. Y hoy les vuelvo a decir que cuando eso suceda deberán ser testigos ante el Padre Celestial y la humanidad, de lo que han sido testigos en estos últimos tiempos a través de Mi llegada a este lugar, que tiene una razón y un propósito desconocido para todos, aún no revelado al mundo.
Eso no significa que la suprema Voluntad de Dios les esconda a Sus hijos, las criaturas, todos Sus misterios y revelaciones. Pero Él escoge directamente a quién los necesita saber y conocer. Así lo ha sido a través de los tiempos en las diversas apariciones de Mi Madre Celestial.
Por más que hoy no sepan lo que he dicho o todo lo que he revelado, que no sea una curiosidad para nadie, sino un impulso para reforzar y redoblar la oración, porque así el Cielo siempre los escuchará. El Cielo estará atento a la voz de sus súplicas, él siempre escucha a los hijos de Dios.
Mientras estoy aquí, también estoy con la humanidad entera, en estos últimos momentos de su Maestro y Señor, tan semejantes a los últimos momentos compartidos con los apóstoles a través de la Última Cena. Estamos en un momento muy semejante y culminante.
Esto no es sensacionalismo, esto es una verdad que viene directamente del Corazón de Dios para ustedes, porque las escrituras se seguirán cumpliendo, así como fueron dictadas al corazón de los profetas y de los apóstoles, y nada las cambiará, solo su adhesión incondicional a la Madre de Dios, a la Reina del Cielo y de la Tierra, a todas Sus aspiraciones y voluntades, que son parte de la Voluntad del Espíritu Santo.
Hoy solo les puedo hablar a través de símbolos, porque tienen que meditar sobre Mis Palabras, porque Mis Palabras guardan muchas llaves que abrirán las puertas de sus consciencias, para que así estén más cerca de Dios y de Su Voluntad.
Así como lo he hecho siempre, hoy estoy cumpliendo la Voluntad de Mi Padre, para que los velos de la consciencia caigan de sus rostros y puedan ver la verdad y la realidad de estos tiempos, sabiendo que cada tesoro e impulso espiritual, que se les entrega, tendrá que ser justificado por ustedes hasta el último día de sus vidas.
Así, ante el Padre Celestial, darán testimonio de lo que recibieron y de todo lo que les fue entregado a través de los tiempos y de los años, no solo por Mi Corazón misericordioso, sino también por la Madre de Dios y por San José Castísimo.
Hoy más que nunca, la esencia de Nuestros Sagrados Corazones llega al mundo con los últimos mensajes que preparan el momento definitivo de cada ser humano, en estos tiempos finales.
Cielo y Tierra pasarán, pero Mis Palabras quedarán en aquellos que las hagan valer y reconocer en el mundo, en todos los pueblos, en todas las naciones, en cada rincón de este planeta. Su ejemplo y cristificación, su sacrificio y entrega a Mi Corazón serán previos al momento tan esperado de Mi Retorno, porque solo podré llegar primero a través de ustedes, de su transformación, rendición y redención. Es lo único que necesito para que Yo también pueda justificar ante Padre todo lo que hice por ustedes.
La Palabra de Dios no se desperdicia. La Palabra de la Jerarquía nunca será inválida. Ella es autónoma, eterna y trasciende todos los tiempos, generaciones y formas.
Pero solo ustedes han sido llamados por Mi Padre Eterno para ser testigos, en el fin de los tiempos, de todo los que les entregué y les revelé.
No estoy siendo dramático, estoy diciéndoles la verdad, porque la verdad los librará de ustedes mismos.
Así como les dije a Mis apóstoles, en la Última Cena, muchas de las revelaciones que Dios Me entregó para las generaciones futuras de la humanidad, también ustedes como seres y como razas, como pueblos y naciones, están en un gran momento de inflexión, están ante el mismo momento en el que estuvieron los apóstoles cuando cada uno, en el momento más crucial y culminante, tuvo que dar testimonio de Mí.
Hoy vuelvo a estar solo, como lo estuve en el juicio de los fariseos, esperando en el mayor silencio la adhesión y la unidad de Mis compañeros.
La Madre de Dios, Puerta de la sabiduría, del discernimiento y del amor, ahora está presente por pedido de Su amado Hijo, así como también está presente San José.
Pueden venir aquí, a pedido de Cristo, los videntes, para unirnos en este momento con los Tres Sagrados Corazones.
Invitamos a aquellos que nos escuchan a través de este medio de comunicación, que ante este misterio que nos traen los Tres Sagrados Corazones, nos arrodillemos o nos coloquemos de pie para reverenciarlos.
Agradecemos.
Dios nos está escuchando y contemplando, y así también lo hace con la humanidad entera.
Después del día mundial de ayuno y de oración pedido por el Santo Padre, el Papa Francisco, Nuestros Tres Sagrados Corazones han recibido la súplica de la humanidad.
Vengo a pedirle al mundo, en nombre de la divinidad de los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José, que todos los que puedan, en los próximos seis meses, repitan el día de ayuno y de oración los días catorce de cada mes. Así tendré más hechos y testimonios para mostrarle al Padre Eterno el esfuerzo de Sus hijos por el alivio, la cura y la paz de la humanidad y del planeta.
Entren en el Océano de la Misericordia de Dios, las puertas de sus entrañas más profundas están abiertas para que, a través de los méritos alcanzados por su Maestro y Señor, las almas sean perdonadas y absueltas por la infinita e insondable Misericordia de Dios.
Este es el tiempo de los apóstoles Míos. Este es el tiempo de dar su testimonio a la humanidad.
Lleven en sus corazones Mis Palabras, que ellas no se borren de su memoria, que hagan eco en estos tiempos que vendrán, porque las necesitarán como fortaleza para seguir adelante. Mi Corazón nunca abandonará a los misericordiosos.
Es así que ahora, ante los Tres Sagrados Corazones, celebraremos la Eucaristía y la Comunión espiritual que las almas que escuchan en este momento podrán vivir con el Divino Maestro.
Podemos traer el altar.
Señor Jesús, haznos dignos de vivir Tu Palabra, pero también haznos dignos de vivir este Sacramento para que, como humanidad y planeta, alcancemos la redención y la eternidad. Amén.
La Divinidad de Cristo se hace presente en este momento de celebración. En honor a los méritos alcanzados por Nuestro Señor Jesucristo antes, durante y después de la Última Cena, ofrecemos este pan para que sea convertido en el Cuerpo de Cristo.
En la noche, antes de ser entregado, Jesús tomó el pan, lo elevó y dio gracias al Padre para que fuera bendecido y transubstanciado. Enseguida lo partió y lo entregó a Sus apóstoles, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Enseguida tomó el Cáliz, y realizando el mismo ofrecimiento y entrega, lo elevó dando gracias al Padre, porque Su Sangre inocente y pura redimiría a la humanidad. Fue así que entregó el Santo Cáliz a sus apóstoles, diciéndoles: “Tomen y beban, este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por su Redentor para la remisión de las faltas. Hagan esto en memoria Mía”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
El Cuerpo y la Sangre viva de Cristo.
En unión a los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José, realizamos la oración que Nuestro Señor nos enseñó.
Padre Nuestro.
Padre Nuestro (repetimos en inglés).
Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.
Que la Paz de Nuestro Señor esté en este lugar y en todos los corazones. Amén.
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con los que Él es ofendido,
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
No olviden todo lo que hoy les dije, porque el Cielo y la Tierra pasarán, pero Mis Palabras quedarán en los corazones que las hagan resonar dentro de sí.
Nos despedimos y enviamos al mundo todo Nuestro Amor y Nuestra Paz, para que la conscientización humana despierte en todos los corazones. Que así sea.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y ahora, a pedido de Nuestro Señor Jesucristo, en esta Trinidad tan especial formada por los Tres Sagrados Corazones, postrados a los Pies de Nuestro Señor Jesucristo, de Nuestra Divina Señora, la Virgen María y del Castísimo Corazón de San José, ofreceremos una última canción, para que Cristo siga resonando dentro de nosotros y así forme a Sus apóstoles.
Escucharemos “Todo lo que yo viví”.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más