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En este ciclo, el caos no quiere gobernar a las naciones, el caos desea permanecer en el corazón y en la mente de las personas que simpatizan con el conflicto y el poder; porque a través de las almas que son tomadas por el caos se lleva adelante el plan de Mi adversario y como él sabe que ya le queda poco, intentará despertar y generar la mayor destrucción posible en los pueblos y en las naciones.
Por esa razón, la verdadera batalla está dentro de cada uno, en la dualidad que en este tiempo deberá transcenderse y vencerse para que el alma triunfe.
Este ciclo es un tiempo de muchas confrontaciones espirituales y lo que está en juego es la próxima humanidad.
Si la humanidad actual consiguiera vencer la indiferencia, por la fuerza y el poder del amor, la Nueva Tierra ya estaría naciendo en los corazones.
Pero ahora hay que usar la inteligencia que brinda el Espíritu Santo para poder vencer los embates y los desafíos de estos tiempos. Esa inteligencia la construirán con la oración y con todo lo que alimenten a su mundo interior.
Habrá días de gloria, pero también habrá noches de batallas y, en ese momento, Mi Amor estará allí para ayudarlos cuando Me lo permitan.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Hermanos:
Vengan a Mi Templo de Luz. Las campanas ya están llamando. La hora de la ofrenda se aproxima. Preparen sus lámparas de aceite, porque el Sacerdote Mayor llegará. Vistan los atuendos de la consagración. Que las hijas del Altísimo cubran sus cabezas con el velo de la consagración.
Es hora de entrar al Templo y que los sacerdotes menores canten los himnos de la consumación final.
Prepárense, las campanas del Gran Templo ya están llamando y su sonido resuena en todos los mundos internos, en todas las almas, en todos los corazones.
El Señor del Universo está descendiendo bajo el poder de la Gloria de Dios. Mientras tanto, que sus corazones sientan el sagrado suspenso del Gran Momento en el que las puertas del Cielo se abrirán para conducir a las almas hacia el Reino del Señor.
Pero en la memoria de los Míos quedará el recuerdo de la Pasión del Señor. Así los creyentes y devotos se postrarán, cabeza al suelo, cuando escuchen en el cielo el estruendo y vean la luz de la llegada del Señor.
Todo se volverá a renovar y todos tendrán la gracia de poder hacer penitencia.
Las campanas están llamando. La Sagrada Semana se aproxima, y son invitados a comulgar de ese importante encuentro.
Despierten.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Sin que ustedes lo esperaran, hoy he venido por expresa Voluntad de Mi Padre, para decirles que estaré regresando para entregarles Mis impulsos espirituales diarios a partir de este día, 20 de marzo de 2019, numéricamente especial para el Universo de Dios.
Toda la Jerarquía Espiritual está atenta a las grandes necesidades espirituales e internas de la humanidad.
Pero en este ciclo, en el que Mi Palabra deberá ser llevada a la práctica, los impulsaré y los guiaré con nuevas y precisas instrucciones para que sus mundos internos y sus almas se sientan guiadas.
Por esa razón, el Padre Me ha pedido que, por los méritos infinitos de Mi Pasión, ofrezca Mi Divina Consciencia a los que seguirán trabajando diariamente en su transformación y redención.
Es así que, a partir de hoy y por un periodo indeterminado, estaré regresando con toda la Gloria de Dios para acompañar a la humanidad en este momento crítico y decisivo que está atravesando.
Y especialmente vendré, a pedido de Mi Madre, por los que merecen y claman por los méritos de Mi Divina Misericordia.
Vendré en este ciclo para seguir revelándoles la Verdad y, sobre todo, para evitar la sustitución de la fe y de la enseñanza cristiana por la idolatría y el fanatismo mundial y religioso.
Durante la próxima Sagrada Semana sembraré las últimas semillas.
¡Les agradezco por guardar Mis impulsos en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Compañeros:
Con el poder y la fuerza de Mi Luz Celestial, cada vez que Me presento ante el mundo exorcizo y libero a la humanidad de una gran presión planetaria, a fin de que el plano psíquico sea aliviado de las corrientes del conflicto y de la perturbación.
Por esa razón, en la Hora de la Misericordia, su Maestro y Señor concede oportunidades únicas para la redención y la conversión de los corazones.
En la Hora de la Misericordia se abren los grandes espacios de la Conciencia de Dios para que las almas sean sumergidas en el océano del Amor y así se puedan curar espiritualmente.
Que en la Hora de la Misericordia sea recordada la Pasión de su Maestro, a fin de que todos los méritos de Su Muerte, de Su Resurrección y de Su Gloria sean depositados como bálsamo de reparación y de alivio interior en la humanidad, para que las almas encuentren el camino para vivir su salvación.
Que en la Hora de la Misericordia sea vivificada la presencia del Hijo de Dios para que, por los méritos de Su Pasión, la redención interior se irradie al mundo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Antes del segundo retorno de su Maestro y Señor, desenmascararé a Mis falsos amigos y todos verán quiénes son.
No dejaré que existan más engaños e ilusiones, así como existieron en los últimos tiempos.
Elevaré el Cetro del Poder del Amor de Dios y, con un solo decreto, Yo limpiaré cada consciencia y cada espacio para que descienda al mundo la Gloria de Dios.
Antes del segundo retorno de su Maestro y Señor, separaré la paja del trigo y con los que fueron fieles a Mí haré la nueva harina, como el símbolo de la redención del planeta.
Antes del segundo retorno de su Maestro y Señor al mundo, libraré a las almas de su cautiverio y le daré a conocer a los hombres la inmensidad del Amor que los ha traído hasta aquí.
Cuando Yo retorne por segunda vez, veré los ojos de Mis discípulos llenos de alegría, porque su Pastor estará retornando.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Cánticos de Figueira - “Aleluya”
En este cántico la invocación interna se centra en la receptividad de la consciencia delante de la enseñanza y el conocimiento dados por su Maestro, es decir, el Instructor; y en la apertura para escuchar la Verdad, a fin de aprender a seguir la Ley y a cumplirla.
Ese amor por la Ley permitirá que el alma despierte aún más hacia el servicio, porque la llevará a buscar el bien en todo lugar y la impulsará hacia la ardiente aspiración de alcanzar, por medio de la devoción, la unión con la vida universal.
El cántico también revela que el discípulo no tiene incertidumbres al respecto de la gran Jerarquía. Eso es porque la fe del discípulo está concentrada en aprender a vivir y a amar la Ley de la Jerarquía.
Esto trae seguridad interior en los pasos que se deberán dar para concretar, algún día, la experiencia de la misión a realizar en este mundo.
Para llevar adelante esa experiencia, que cambiará la vida del discípulo, el cántico indica el camino, diciendo que los hábitos deberán cambiar para que esa experiencia de vivir la misión sobre la Tierra sea verdadera y no tenga oscilaciones.
Toda esa entrega que se realizará será en el nombre del Señor y por Su Gloria. Esto llevará al discípulo a desprenderse de las riquezas a través de la vivencia de la Ley.
Para que esa experiencia total se refleje en la vida del discípulo, él debe medir sus fuerzas durante su purificación y no desafiar al mal.
Así, en esa resignación y entrega, él surgirá como electo, entre tantos, para reflejar solamente gratitud delante de los Mensajeros que llenan el Cielo de señales determinantes para el espíritu y profundas para la transformación del alma.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segunda Serie de Poemas
Tercer poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Lo afirmo, Señor:
sé que Tú lo puedes todo en mí,
aunque a veces pueda hacerme caer
la indiferencia o la arrogancia.
Sé que Tú, Señor, lo puedes todo,
y algún día romperás
con Tus propias Manos
esta dura piedra de la condición humana,
y en ese día Tu Gloria, Señor,
me liberará de todo mal.
Mientras tanto, Señor,
Tú que conoces nuestras
más profundas miserias y errores,
te pido, Amado mío,
hazme partícipe de Tu Gracia eterna
a fin de que yo pueda renacer
por la intercesión de Tu Sagrado Corazón.
No dejes de mostrarme la verdad, Jesús.
Por más que me duela, no será semejante
al dolor de los clavos que Tú soportaste
en Tus purísimas Manos.
Hazme pequeño
entre los más pequeños,
hazme invisible, Señor,
para que mi arrogancia
y mi soberbia desaparezcan.
Escóndeme, Señor,
dentro de Tus luminosas Llagas
y redime, por dentro y por fuera,
todo este imperfecto ser.
Porque sé, Jesús mío,
que algún día triunfarás
y me colocarás con toda autoridad
donde más me necesites.
Ha llegado la hora, Señor,
de que ya no sea más yo el que viva,
desee, aspire o espere,
sino, querido Jesús,
ha llegado el momento
de que Tú seas en mí.
Déjame, Señor,
morir por dentro,
así como Tu humilde Madre
murió Contigo en cada momento
a los pies de la Cruz.
Revélame, Señor,
el valor incalculable de Tu Amor
para que, despojado de todo,
siempre te diga “sí”.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
6.ª Maratón de la Divina Misericordia
Amados Míos:
Después de un año de bendiciones continuas, Mi Sacratísimo Corazón desea profundamente consagrar sus vidas al Plan de Dios. Por eso, vengo en este día especial como el Sacerdote Mayor para las almas buenas, para abrir de forma definitiva la puerta de Mi Divina y Liberadora Misericordia para que el corazón de las almas sea liberado de los pecados del mundo.
Hoy vengo a anunciar Mi Cariño Paternal y Mi Gloria a cada uno de ustedes. Hoy quiero decirles que Dios Me ha concedido, por la fe de todos ustedes y por la confianza que han construido en sus corazones, retornar con nuevas instrucciones para la vida del espíritu y del alma.
Quiero decirles que Mi Sagrado Corazón se complace en anunciar que estará con ustedes todos los viernes y, de manera extraordinaria, los 4 de cada mes y los días de la Maratón, 5 y 6 de cada mes; esos días vendré para derramar sobre los Míos más Bendiciones y Gracias Reparadoras.
Me honra decir que estoy complacido por la respuesta devota de Mis compañeros y por eso el Señor Me envía para pedirles que vayan de dos en dos y anuncien al mundo que Mi Infinita Misericordia está obrando en sus vidas día a día.
Esperaré con alegría que todos los días sigan rezando la Coronilla a Mi Divina Misericordia, y así también podré visitarlos en el silencio del corazón.
Agradezco por el año de Gracias compartidas con los Míos.
Dios los bendiga.
Gracias por haber sido bienaventurados de corazón.
Vuestro Amado Rey del Amor, Cristo Jesús Misericordioso
A pesar de las flaquezas y de los pecados de las almas del mundo entero, Mis Gracias Infinitas y Misericordiosas se derraman sobre los que se animan a mostrarme la verdadera faz de su debilidad.
Mi Amor, que es grande, infinito y reparador para los corazones de la Tierra, despierta fortaleza, valentía y voluntad para transformar los pecados que se repiten constantemente.
En este tiempo de Gracia que la humanidad vive, a pesar de las guerras y de las revoluciones sociales, Mi Espíritu Único, el Espíritu del Hijo de Dios, viene al mundo para anunciar Su esperado regreso de paz y de redención a todos los lobos feroces que aún no conocen el poder de Mi Amor.
Cuando Yo descienda entre las nubes, verán venir la Gloria de Dios manifestada en esplendor. Como preparación, no se aferren a sus pequeños pecados: ofrezcan pequeños sacrificios a Dios por los grandes pecados que condenan al mundo, porque los Sagrados Corazones están atentos a la ofrenda de sus corazones.
Antes de Mi Regreso, los invito a imitar la fe inquebrantable del centurión de Galilea. Crean en el poder de la fe ante sus faltas, porque mediante la oración todas las situaciones internas se resolverán.
Clamen día a día por Mi Corazón Misericordioso, así sus almas se repararán y sus faltas se disolverán. Caminen hacia Mí al igual que el centurión, para que Yo pueda decir que su fe ha vencido todo mal.
Bajo el Bien del Padre, sean misericordiosos.
Gracias por persistir en vivir Mi Camino de Redención.
Cristo Jesús, el Maestro del Perdón
Intento día a día con Mi Poder Misericordioso permanecer vivo en los corazones imperfectos.
Mi Espíritu Redentor está presente en los verdaderos submundos de las almas con el fin de salvarlas como una vez lo hice cuando estuve entre ustedes en el mundo. Por eso Mi Esperanza por la salvación del mundo, por la salvación de la humanidad más dormida y pecadora, aún no termina.
Mi Océano es insondable y aún tengo mucha sed por aquellos que, habiéndome mostrado para ellos, Me dieron la espalda y esto es porque aún no conocen Mi Misericordioso Amor.
Parece que para muchos no alcanzó que el Hijo del Hombre diera Su Agua en la Cruz y derramara Su Sangre por todos. Mi Tarea Redentora no tendrá fin hasta que los infiernos que muchos viven y los sueños que muchos construyen acaben, mientras esperan el glorioso momento de Mi Retorno al mundo.
Preparo a aquellos que quieran despertar a una vida desconocida, que quieran despertar a lo que existe más allá de lo cotidiano y de lo normal. Mi Universo, el que he alcanzado, que no es de este mundo, se aproxima, y así se aproxima el Espíritu de Mi Padre para revelar al mundo la Faz que no conocen, que ignoran por colocar sus ojos en otros caminos que no son celestiales.
Mi Luz se vuelve a presentar en Espíritu para aquellos que Me quieren ver y para los que están muy distantes de Dios. Miren a su lado y observen con atención, porque el Hijo de Dios está volviendo en Gloria, y esa Gloria estará próxima de aquellos que se abran para reconocerla.
Por eso no estaré distante de ninguna oveja; Yo volveré para dar de comer de Mi Cuerpo y dar de beber de Mi Sangre en la Nueva Alianza constituida entre el Universo y la Tierra, la Alianza del Hijo de Dios que les dará la Vida Eterna.
Sean consecuentes y vigilantes en el fin de estos tiempos; estoy dando Mis Perlas a los que aún no saben administrar Mis Bienes Celestiales, estoy dando del fruto del Árbol de la Sabiduría a aquellos que más necesitan de Mí.
Los reúno nuevamente en Mi Cena Redentora para desenmascarar a los lobos y así redimirlos, porque quiero que todos estén en Mi Reino de Luz.
Bajo el Amor del Padre, sean misericordiosos.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús, el Redentor
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Después de haber orado durante un tiempo, vi abrirse al lado del altar de la sala de oración una puerta de luz que mostraba el Cielo; desde allí apareció Nuestro Señor como en el día de ayer, aunque hoy Su Faz estaba más próxima y resplandeciente.
Cuando Cristo Jesús apareció colocó Su Mano izquierda sobre Su Pecho y surgió desde dentro de Su Ser un Corazón rosado de mucha luz. Cuando el Corazón de Cristo se encendió, aparecieron en torno al Corazón doce estrellas doradas que se iluminaron al mismo tiempo. En ese momento dijo Jesús:
Mira, este es Mi Corazón Glorificado.
Luego, Él comenzó a transmitirnos:
Queridos Míos:
Prometo a aquellos que confíen en Mi Misericordia que no perecerán, que Me verán en el Cielo con Mi Faz de Gloria y que permanecerán Conmigo sirviendo por el bien de todas las almas de la humanidad.
Permitan que Mis Rayos entren en sus seres para que Mi Fuente pueda ser visible para aquellos que están ciegos y no Me ven, aun cuando Yo ya he pasado con amor y redención varias veces por sus vidas.
Sean Uno Conmigo, prometo salvarlos en Mi segunda Venida; pero ustedes deberán vivir las pruebas de la vida como una confirmación de fe absoluta en Mi Camino Redentor.
En el silencio los acompaño. En el silencio los escucho. En el silencio los observo y vigilo los pasos que cada oveja da hacia la Luz. No dejen que el mundo los envuelva; recen para que el mundo sea colmado por la fuente misericordiosa de redención.
Vuelvo por todos. Los espero a todos. Los aguardo a todos.
Den los pasos hacia Mí porque así Yo los podré sostener en este mundo. Vivan el Paraíso de Mi Corazón en sus corazones. Soy su amado Pastor del Amor.
Bajo la Gracia de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por guardar en sus corazones Mi último Llamado Redentor.
Cristo Jesús
Momentos más tarde Él nos dijo:
Quiero que pinten la imagen de Mi Faz Misericordiosa de la segunda Venida tal cual la han visto para que sea venerada por aquellos que, conociéndome nuevamente, Me encuentren como el verdadero refugio y alivio para la vida.
Prometo a quien contemple y lleve consigo esta Faz Gloriosa de Mi segunda Venida resguardarlo como Dios resguardó Mi Ser durante el flagelo del Calvario; y quien Me venere no sentirá los clavos que Yo llevé en la Cruz, sino rosas en el Altar del Trono de Mi Señor, el Dios Todopoderoso.
Y, en seguida, Él agregó:
Difundid Misericordia.
Vivid la Paz de la Nueva Era Redentora.
Y apareció de nuevo la imagen de la Faz Gloriosa de Cristo con el Corazón rodeado de doce estrellas. A los pies de ella estaba escrito:
“Difundid Misericordia.
Vivid la Paz de la Nueva Era Redentora”.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Durante la oración, antes de terminar el Orandio de la Pasión y de la Transfiguración de Jesús, Él ya estaba presente.
Apareció con un grupo de doce ángeles que vestían túnicas blancas y luminosas, tenían cabello corto y dorado y formaban una medialuna detrás del Maestro. Cada ángel llevaba en sus manos un cáliz, y ellos los ofrecían a todos nosotros.
Decimos que Cristo apareció porque sentíamos Su Presencia, pero aún no lo veíamos. Luego, mientras cantábamos la última parte de "Cristo Redentor" y durante el cántico "Retorna", Él se hizo visible.
Apareció de la misma forma que la Madre Divina aparece. Descendió desde lo Alto como una luz y al llegar próximo a nosotros se manifestó y lo pudimos ver con claridad.
Mientras aparecía realizaba con Su Mano derecha, la señal de la cruz bendiciendo y dijo: "¡Alabado sea el Señor!".
Vestía una túnica blanca, Su Cabello caía sobre los hombros como en la imagen del Cristo Misericordioso, llevaba un manto dorado y estaba descalzo. En Su Rostro se dibujaba una bella y suave sonrisa y Sus Ojos, de color celeste claro, brillaban. Sus Brazos estaban extendidos a los lados de Su Cuerpo, un poco separados, con las palmas orientadas hacia nosotros, de las que emanaba Luz. De Su Corazón salían dos rayos de color turquesa cristalino.
Él estaba sobre nubes y detrás había varios Cielos abiertos. Dijo que nos mostraba la Faz de Su Retorno. Luego permaneció por un tiempo en silencio, observándonos, contemplándonos. Nuestras esencias eran transparentes ante Sus Ojos; nos dio a entender que Él podía leer todos nuestros sentimientos al mismo tiempo, que todo quedaba en evidencia delante de Él.
En ese momento no sabíamos cómo se realizaría la tarea que había indicado. Él estaba presente y solamente lo observábamos sin saber qué diría. Hasta que comenzó a hablar y transmitió el mensaje.
Queridos Míos:
Esperé ardientemente compartir este momento con ustedes, en especial con sus corazones.
Después de casi dos mil y trece años, ahora, en Misericordia y Perdón vengo en nombre de la Voluntad Suprema de Dios a guiar desde más de cerca a sus corazones.
Pero esta, Mi segunda y esperada Venida, aún no comenzó.
Hoy vengo en Espíritu y en Esencia a compenetrar con Mi Luz sus pequeños corazones.
A los que aún no Me escuchan, que Me oigan, porque estoy llegando.
A los que no Me ven que Me vean, porque Mi Paz está viniendo.
A los que Me ignoran y flagelan Mi Corazón Sagrado, que Me sientan, pues vengo a esta parte del mundo a traerles Mi Paz y Mi Gloria, Mi auxilio y Mi consuelo, porque ya estuve una vez entre ustedes y ahora vuelvo, vuelvo hacia Mis rebaños para recordarles que ahora es el momento de la eterna Comunión Conmigo, con Mi Alma, con Mi Corazón, con Mi Divina Morada.
Yo Soy el pobre, Soy el moribundo, Soy el que sufre en cada parte de este mundo. Vengan a Mí que Yo los iluminaré. Vengan a Mí porque tengo sed.
En la Gloria del Espíritu de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por recibir en sus corazones Mi último Llamado redentor.
Cristo Jesús
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cuando terminó el Mensaje le preguntamos qué más quería de nosotros en ese día.
Cristo Jesús:
Hoy te estoy dando un permiso: que alguno de tus hermanos, cuando tu corazón lo indique, participe del encuentro Conmigo a las tres de la tarde todos los días.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
En ese momento tendremos que orar para esperarlo. Él dijo que no nos olvidáramos de orar la Coronilla a la Divina Misericordia porque Él estará escuchando atentamente esa oración.
Antes de irse le preguntamos algo más: ¿El Maestro aparecerá en otros lugares adonde vayamos?
Cristo Jesús:
Adonde ustedes vayan, adonde fueran, Yo se los indicaré.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más