El Sagrado Llamado
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN GAVARNIE, LOS PIRINEOS, FRANCIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Yo los hago libres cuando tan solo estén cerca de Mí, como hoy se encuentran cerca del Padre, a través de la belleza y la majestad de este lugar.

¿Cuánto el Padre les ha dado desde el comienzo de la Creación? ¿Alguna vez se lo preguntaron?

Y, ¿cuánto ha hecho este mundo y esta humanidad con todo lo que el Padre les entregó desde el comienzo cuando, a través del Pensamiento Divino, el Padre pensó en crearlos y en manifestarlos?

Si un corazón está verdaderamente arrepentido, aunque sea un corazón pecador, él tendrá la Gracia de recibir la Bendición de Dios y de liberarse para siempre de sus fallas cuando ese corazón tenga la capacidad de contemplar la Creación y de ser parte de esa Creación en perfecta unidad.

Hoy, de manera especial, no solo vengo por Francia y por toda Europa, también vengo por el mundo entero, así como Me he presentado muchas veces para nutrir, a través de Mi Palabra, a las esencias que necesitan de Mí, a los servidores que necesitan despertar para formar parte de las filas de Mi Retorno.

Por eso, hoy los invito y les pido, en simplicidad, pero en sintonía, a través de la belleza de este lugar que Dios creó especialmente para cada uno de ustedes, para toda la humanidad y el universo, que ingresen al Corazón del Padre a través de la contemplación de la Creación y del valor y del respeto que los Reinos de la Naturaleza necesitan para seguir evolucionando.

Entrando en el Corazón del Padre, a través de la Creación, un corazón verdaderamente arrepentido, no solo recibe la Gracia del Amor de Dios, sino que también tiene la oportunidad incalculable de aproximarse a las Leyes Divinas, a aquellas Leyes Superiores y Cósmicas, de las que Mi enemigo se encarga de apartarlos para que no puedan conocer el Amor de Dios.

¡Y, cuán grande es Su Misericordia! 

¡Cuán infinita es Su Gracia! 

¡Cuán incalculable es Su Perdón!, que Él se ha dignado a entregarles este planeta que es parte de la Casa de Dios y de todo el universo.

Por eso, en este momento, miren con otros ojos cómo está este planeta. Colocando su mano en el corazón, reconozcan lo que han hecho de este planeta y cuánto ha sido destruido, contaminado y transgredido.

Y, aun así, los elementales y devas de la Creación de Dios, que son poderes cósmicos desconocidos para todos, se siguen donando al mundo y a toda la Creación para que las almas aún tengan la Gracia de la rehabilitación.

A través de este escenario natural, que es la gran basílica de la naturaleza, en reverencia, gratitud y humildad, ingresen al Templo de Dios y, uniéndose a todas las Jerarquías del Cielo y de la Tierra, reciban este impulso de Mi Corazón para su rehabilitación.

Por eso, les digo, que no solo amen y respeten a la Creación, sino que también sean pacientes y perseverantes en su purificación. Cuando la cuesta arriba se vuelva muy difícil o cuando la cruz les pese mucho, no pueden detenerse, deben creer en el poder de la fe y de la determinación.

Un verdadero Guerrero de Dios, un verdadero Guardián del Padre, una consciencia Espejo o aun un aprendiz de Gobernante, no se detiene en las caídas, sino que a través de esas caídas o de esas inflexiones toma la fuerza interior que necesita para seguir adelante.

Imaginen, por un momento, si este planeta herido, destrozado y humillado por las propias manos de los Hijos de Dios, sigue de esta forma y los Guerreros del Padre, es decir, todos Sus servidores llegaran a bajar los brazos porque les pesa mucho su cruz, ¿cómo podrán preparar Mi Retorno? 

Este es el tiempo de sostener grandes cosas, muchas de ellas desconocidas para todos, que no se comprenden con la mente, sino que se acogen a través del corazón que está decidido a seguir Mis Pasos.

Que esta bóveda celestial que hoy se abre sobre esta basílica natural de la Creación del Padre, permita que por un instante todos vuelvan a ingresar al Corazón de Dios, no solo para estar en comunión con el Padre, así como Yo estoy en comunión con  el Padre, sino también para que cada uno de ustedes, a través de un sincero acto de amor y de perdón, repare el Corazón de Dios, y que esto sirva para resolver situaciones imposibles, para tratar causas difíciles, para curar heridas que aún no se han sanado.

Y todo esto, hoy es concedido por el Santuario Natural de Dios, por los Sagrados Recintos del Padre, que celosamente y con cuidado son guardados por sus Jerarquías, devas y elementales, que son parte de la evolución de la humanidad y que, silenciosamente, en este lugar como en otros están presentes para ayudarlos en su proceso de cura interior, que es urgente e inmediato, a fin de que pueda emerger la Nueva Humanidad, que despertará en los corazones redimidos, rehabilitados y perdonados, porque serán corazones en comunión con el Padre y, al estar en comunión con Dios, estarán en comunión con las Leyes de la Naturaleza, con las Leyes de la Creación.

Hoy, Mi Palabra no solo viene para ustedes, hoy, Mi Palabra desciende para toda la Creación, porque Soy un Ser Humano Glorificado, que surgió al igual que ustedes de esta humanidad y nació en este planeta, especialmente amado por Dios a través de Su Grandiosa Misericordia.

Les pido que hagan valer Mis Palabras para que sus vidas sean el ejemplo de todo lo que hoy les he pedido, ya que el mundo está muy desviado, perdido y con una ambición desconocida que lo lleva a querer conquistar más y más a los Reinos de la Naturaleza. Por eso, la causa de sus oraciones no solo puede ser la humanidad, sino que también la causa de sus oraciones debe ser los Reinos de la Naturaleza.

¿Cómo creen que surgirá la Nueva Tierra, si la humanidad aún no tiene la capacidad de humillarse ante los Reinos Menores y reconocer que ha ultrajado y lastimado a los Reinos Menores a través de una desconocida impunidad?

Para que la humanidad se cure y los corazones enfermos se sanen, para que las puertas del mal se cierren y los infiernos terrestres desaparezcan, para que las guerras se detengan y el hambre no sea la causa del llanto de un niño porque no tiene que comer o que beber, para que el aborto no sea una causa y una moda de estos tiempos, para que los más adultos es decir sus abuelos y abuelas sean respetados y amados y no abandonados en los asilos del mundo, y para que ya no existan refugiados que escapan del peligro de su vida, es necesario arrepentimiento ante toda la Creación y por haber alterado y transgredido al alma del planeta con la ambición del petróleo y del dinero.

No esperen que las naciones les prometan grandes cosas y que sus dirigentes cumplan con todo lo que han dicho, porque ustedes saben que el gobierno del planeta está interferido y condicionado.

Les pido que crean en Mi Palabra para que algún día sus vidas sean parte de Mi Palabra, sean la justificación que Yo necesito para redimir a esta humanidad, y que esta raza de superficie finalmente pueda salir de este océano de ilusión y de caos generado por la propia condición humana y por la perversión.

Si cerca de ustedes tienen un río, vayan y contemplen, pidan perdón por la humanidad. 

Si cerca de ustedes tienen el mar, la brisa o pueden ver el amanecer del sol, pidan perdón en nombre de todos a los Reinos de la Naturaleza. 

Si pueden subir a una montaña o caminar por una floresta o un bosque, agradezcan de corazón, contemplen y adoren a Dios, y pidan perdón a la Creación. 

Si pueden rescatar a un animal inofensivo o aun regar una planta, vayan y contémplenlos en nombre de toda la Creación, y pidan perdón por la humanidad.

Y, así, muchas puertas se cerrarán, el caos será aplacado y la mayoría de la humanidad se dará cuenta que ya no solo no debe correr sangre humana por los pueblos de este mundo, sino también que ya no debe correr sangre animal para satisfacer la gula de muchos hombres y mujeres del mundo.

Vuélvanse a Dios a través de la Creación y reconozcan en humildad y gratitud que, a pesar de todo, la Creación se sigue donando a todos con el fin de que puedan encontrar la felicidad y la paz.

Mi Corazón se prepara para llegar nuevamente a Polonia y les pido que, en sus oraciones, esta importante causa de la misión humanitaria esté presente, para que los caminos que se tienen que abrir se puedan abrir y las consciencias que Yo enviaré puedan llegar.  

Ahora, la responsabilidad del Plan está en todos, el ciclo de que esa responsabilidad esté en muy pocos ya terminó. Cuando consigan, cada uno de ustedes, sentir en su corazón que deben cumplir el Plan que les presenta la Jerarquía, etapa tras etapa, podrán estar Conmigo, así como Yo los necesito para cumplir lo que es necesario cumplir y lo que es necesario manifestar en este tiempo. 

Porque no se deben olvidar de que el mundo y la Jerarquía están corriendo detrás de la salvación de la humanidad y que, mientras eso sucede, más almas y más consciencias se pierden en los abismos, sobre todo las almas inocentes que son sometidas por sistemas corruptos que golpean a los pueblos y a las naciones.

Recen en estos días para que Mi Gobierno Espiritual esté presente en Europa, para que las decisiones, que serán tomadas en los próximos tiempos, sean decisiones benéficas, duraderas y sostenibles a fin de que los pueblos más golpeados y sufridos ya no piensen que esto es solo un teatro, sino que la palabra de los dirigentes del mundo pueda estar unida, en profundidad y en esencia, a Dios, y las soluciones se concreten para que dejen de ser promesas vacías.

Por eso, los invito a rezar por Polonia y por lo que, en esta etapa, la Jerarquía Espiritual deberá desarrollar y poder llevar adelante con la ayuda de todos.

Cuando aprendan a colocarse un poco más y se ofrezcan un poco más, muchas situaciones internas terminarán y sus consciencias estarán concentradas en el Propósito, porque el Propósito de Dios siempre los llevará a alcanzar la meta. Piensen en esto y no lo olviden.

Les doy Mi absolución y les doy Mi bendición.

Sean portadores de Mi Paz, para que la Paz esté en el mundo y donde más se necesita.  

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN LA CIUDAD DE ÁMSTERDAM, HOLANDA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mientras el Hijo del Padre está presente, los universos se detienen para recibir a la Luz del mundo, la Luz que disipa las tinieblas, la Luz que vence el caos, la Luz que los lleva a la Paz.

Es esta Luz Divina que viene del Universo para encontrarse con las esencias creadas por Dios, para que las esencias abandonen los abismos de la ilusión, de la mentira, de la indiferencia, de la omisión.

La Luz Divina de Dios, a través del Hijo, desciende al mundo para encontrarlos, para convocarlos y para llamarlos a recordar la Voluntad del Padre y toda su existencia interior desde el origen.

Es esta Luz Divina de Dios, por medio del Amado Hijo, que los lleva al conocimiento sagrado del Universo y de toda la manifestación de las Fuentes de la Creación.

Por medio de la consciencia de la Luz Divina vengo a elevarlos, vengo a retirarlos de la perversión, de la ceguera espiritual, de la falta de discernimiento y de sabiduría.

Vengo a recuperar los valores de su pueblo y de su nación, los orígenes de sus orígenes, la hospitalidad de cada una de sus almas, la solidaridad de cada uno de sus espíritus que una vez unidos a la Fuente trajeron la apertura espiritual y material para recibir a otras culturas y a otros pueblos, así como lo ha hecho Alemania en los últimos tiempos.

Viviendo esos principios de fraternidad y de solidaridad con sus semejantes y con sus hermanos, no importando la nación o la cultura, abriendo las puertas al acogimiento y al amor es que las naciones de Europa podrán ser perdonadas por todo lo que cometieron a través de los tiempos, no importando la gravedad o la maldad ocasionada.

Porque esta Luz Divina que viene a encontrarlos desde el Universo Mayor es la Luz que les trae la Misericordia, una Fuente de Gracia y de expiación que ustedes necesitan para que sus vidas se transformen completamente conforme a la Voluntad del Padre y al compromiso que cada uno de ustedes debe vivir en este tiempo.

Por eso, compañeros, alégrense, vivan el júbilo a través de la Luz Divina de Dios, Luz que trae el Hijo del Altísimo para convertir las esencias al Amor de Dios, para que las esencias sean bañadas por la Sabiduría y sean colmadas por la Gracia que llega, en estos tiempos difíciles, para abrir los ojos de los hombres, para que recuperen la filiación con el Universo y su existencia.

Por eso vengo a recuperar, uno de los más importantes atributos de su nación, el atributo de la hospitalidad y de la solidaridad que una vez vivieron con sus naciones hermanas y que hoy viven con otras naciones del mundo, tan lejanas a la vuestra.

Eso, compañeros, el espíritu de la solidaridad y de la hospitalidad despertará en ustedes el amor al servicio, no solo por el ser humano sino también por los Reinos de la Naturaleza que claman por la ayuda del hombre de superficie para poder soportar el fin de estos tiempos, los tiempos más definitivos de la Tierra.

Para recuperar esos valores que hace vivir en cada uno la igualdad, no sólo como sociedad sino también como pueblo, compartiendo en fraternidad todo lo que tienen podrán impulsar a otras naciones del mundo a que también abran las puertas, no sólo de sus hogares sino también de sus corazones, para recibir al refugiado y al que sufre porque en esencia y en Luz Divina todos son hermanos, todos son hijos de Dios, más allá de las faltas o de los errores, más allá de los aciertos o de los hechos cometidos.

Recuerden que son hijos de Dios y que la Fuente de la Luz Divina hoy se aproxima a ustedes para traer a Holanda una oportunidad espiritual, que hoy es sembrada en la consciencia de muchos para que en el tiempo venidero dé sus frutos, así como el Padre lo espera y lo necesita.

Hoy vengo a llevar sus consciencias hacia la universalidad de la vida, hacia la comprensión más amplia de la realidad mayor y superior, que en este tiempo trae impulsos de Luz para las consciencias a fin de hacerlas partícipes de la verdad, de todo lo que los transformará y les hará tomar conocimiento sobre la situación planetaria de estos tiempos.

El espíritu de la solidaridad y del acogimiento los sacará de sí mismos para encontrar en cada punto de esta ciudad, y más allá de ella, el Amor de Dios que hace falta en los corazones que se olvidaron de su compromiso interior por sustituirlo por las tendencias de estos tiempos.

Pero Yo hoy abro Mis Brazos sobre Holanda y el mundo entero, así como abro sus corazones para que sientan la hermosura de estar en Dios y de participar en comunión de Su Amor Divino, lo que los hace más dignos hijos de Dios, más serviciales, más humildes, más disponibles para poder llevar adelante en este ciclo final el Plan del Padre que debe cumplirse, compañeros, primero dentro de cada uno de ustedes para que él después se cumpla en toda la humanidad.

Es por esa razón que está llegando el tiempo y el momento de que todas las naciones y sus habitantes despierten conscientemente al Retorno de Cristo. Por eso en este ciclo vengo en Divinidad para que sus almas puedan recibir Mis sutiles vibraciones, para que después toda su consciencia pueda ser partícipe del cumplimiento de esa promesa que una vez Yo realicé, en lo alto del Monte de los Olivos, cuando le dije a los apóstoles y a todo el pueblo de Israel que así como el Hijo de Dios era elevado por las nubes de Luz, el Hijo del Padre retornaría por segunda vez entre las nubes del Cosmos para que la Luz del Padre transforme y redima completamente a todo el género humano.

El tiempo se está acercando, ese acontecimiento se aproxima. Por eso la voz de los Mensajeros Celestiales resuena en el interior de las naciones del mundo para que la mayoría posible, de la noche a la mañana, sea partícipe de ese momento, de la Segunda Venida de su Redentor.

Mientras contemplo a una Holanda que debe renovarse en el Amor de Dios, contemplo a muchas naciones del mundo que también necesitan recibir la Misericordia de Dios.

Este momento, compañeros, esta hora que vivimos juntos entre el Cielo y la Tierra, entre la Voluntad Superior y la voluntad interior que se fusionan para poder cumplir el Plan, es que con alegría por todo lo que ha sucedido en esta peregrinación, por el esfuerzo verdadero y sincero de cada ser orante y colaborador, por cada gesto de amor entregado hasta en los más pequeños detalles, después de todas las ciudades visitadas y de todos los propósitos cumplidos conforme a la Voluntad de Mi Padre es que Europa estará pronta para recibir al Redentor en Cuerpo, Alma y Divinidad, así como lo estará África algún día.

Mi Corazón palpita también por ese continente sufrido y explotado por los hombres, olvidado por los más poderosos y aprovechado por los más injustos.

Pero las oraciones de los más inocentes, de las almas de Angola y de toda África, por intermedio de Nuestra Señora de Kibeho, han preparado el camino interior y espiritual para que los Mensajeros Divinos lleguen allí algún día.

Escuchamos sus corazones y sus oraciones, escuchamos las peticiones de nuestros hijos de Angola que han orado, en su mayor miseria, por los que más tienen para que se puedan salvar como ellos ya se salvaron y están Conmigo en el Reino de los Cielos.

Quiero que el mundo conozca la verdad. Para el próximo ciclo, Mi Divina e Insondable Misericordia descenderá en amor, justicia y compasión en Francia y ella se propagará con la Divina Madre en las islas Mauricio, desde donde también África, Madagascar y el sur de la India se verán beneficiadas espiritualmente. 

Estos también son los frutos del trabajo generoso y amoroso de los hombres y mujeres, jóvenes y niños que han trabajado verdaderamente, sin importar el tiempo, por el triunfo del Inmaculado Corazón de María y por la victoria de Mi Sagrado Corazón durante esta peregrinación por Europa.

Aquí, en esta hora y en este momento, ante el Cielo y la Tierra, ante sus almas y ante todos sus hermanos del mundo, por medio de la Misericordia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo vengo a cerrar un ciclo proclamando la victoria del Amor en las esencias más perdidas del mundo, para que elevadas al Reino Celestial por la Suprema Madre del Mundo y acogidas por el Castísimo Corazón de San José, se cumpla el advenimiento de Cristo en la humanidad.

Y las Gracias de Dios no sólo llegarán a Francia en una próxima vez, sino también a las islas Mauricio para que Madagascar, África y el sur de la India también sean contemplados por el inmenso océano de la compasión de Dios.

Que así sea.

Ante las Puertas del Cielo celebremos la comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo ofreciendo estos elementos del altar que amorosamente serán transubstanciados por su Señor a fin de que los valores de la fe y de la solidaridad no sólo se restablezcan en Holanda, sino también en Francia, en África y en las islas Mauricio.

Celebremos, agradezcamos y regocijémonos en Dios porque el Amor en el hombre vuelve a triunfar.

Hoy se presentan ante el altar los frutos del trabajo del hombre por medio del trigo que se convierte en pan para dar alimento a los hijos de Dios y por medio del vino para saciar la sed de los corazones del mundo.

Nos colocamos de pie.

“Bendice esta agua Señor para que lave con Tu Amor y con Tu Luz a los corazones de Holanda, para que ellos encuentren el camino verdadero de su unión espiritual Contigo por los siglos de los siglos. Amén”.

“Así como el incienso que protegió y amparó al Hijo de Dios, cuando reposaba en el Santo Sepulcro, exorciza Señor a través de este elemento todo lo que no pertenece a Tu Luz para que la consciencia humana sea elevada”.

“Por el Agua que brotó de Mi costado, que este agua todo lo purifique y lo sublime a fin de que las almas se liberen de sí y alcancen Tu Paz”.

A pedido de nuestro Señor Jesucristo, invitamos a todos los que puedan a arrodillarse para la consagración.

Recuerda hijo Mío, cuando el Señor tomó el pan elevándolo a Dios, la Luz Divina lo bendijo y lo entregué a los apóstoles diciéndoles: ¨Coman todos de Él porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por lo hombres para el perdón de los pecados¨.

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).

Enseguida tomé el Cáliz entre Mis manos y dando gracias a Dios por ese sacrificio, la Luz Divina lo bendijo, lo entregué a los apóstoles diciéndoles: ¨Tomen y beban todos de este Cáliz, porque es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza que será derramada por su Señor para la remisión de las faltas. Hagan esto en Mi memoria¨.

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).

Que así como le enseñé a Israel en el Monte de la Bienaventuranzas la oración del Padre Nuestro, hoy les pido a ustedes que como un nuevo pueblo y una nueva consciencia oren junto Conmigo esa oración.

Oración: Padre Nuestro.

El Cuerpo y la Sangre Divina de Cristo, dichosos y bienaventurados sean los que se sirvan de este Sacramento porque hoy recibirán una Gracia que perdurará el resto de sus vidas y les traerá una expiación, por los méritos alcanzados por su Maestro y Señor en el Monte Calvario hasta Su muerte en la Cruz.

Amén.

Oración de oferta al Padre Celestial.

Que la Unidad entre las consciencias prevalezca para que el Plan de Dios se cumpla en cada corazón humano y se exprese la belleza del Amor de Dios en los corazones así como en toda la Creación.

Yo bendigo a Holanda, así como bendeciré con Mi visita a Francia e islas Mauricio.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En honor y gloria a Dios, por la Misericordia que brota en Mi Corazón para que también en Holanda siempre esté presente la paz y en gratitud por toda la peregrinación realizada de una forma milagrosa y contundente en Mi nombre, y por los mil años de Paz, se darán el saludo de la paz.

Que el Padre Celestial siempre los bendiga.

Les agradezco.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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